Capitulo 6: Una disculpa

Me corte al recoger los pedazos del florero, pero no me importo, los bote en un cubo que había cerca del órgano.

-Me marcho – dije entre sollozos - No se si mañana podré venir, tengo mucho trabajo arriba

Le mire con tristeza, no me esperaba una reacción así. Estaba a punto de subirme al bote cuando me agarro por un brazo y me dijo:

- Te has hecho un corte, ven a hacerte las curas antes de irte – la dulzura había vuelto a su voz.

Deje que me llevase a la habitación, me sentó en la cama de la mesita de noche sacó un kit de Cirugía, me saco un cachito de porcelana del corte, me lo cosió y lo desinfecto. Me iba a levantar para marcharme, pero me retuvo y me dijo:

-Lo siento he sido muy grosero, no debí de haberme puesto así

Las lágrimas brotaron otra vez de mis ojos, no pude contenerlas.

-Erik no debes disculparte, estas en tu casa y nadie te puede impedir que te cabrees ni que rompas cosas – dije, y luego añadí – ¿Sabes que, Yo quería ser tu amiga, que confiaras en mi, pero en cambio te hago una simple pregunta y tiras un jarrón, entonces que harás cuando los tonos de mi voz no sean de tu agrado o cuando me salga un gallito. Me voy, no le pienso contar esto a nadie, será un secreto que me llevare a la tumba . Hasta siempre Erik, hasta siempre.

Sin decir nada mas me fui, aun con lagrimas en los ojos, no pude mirar a tras, me fui derechita a mi casa, sin hablar con nadie, dándole malas contestaciones a cualquiera que me dirigía la palabra. Llegue a mi casa, me puse el pijama y me eche a llorar en la cama, no tenía muy claro por que era, si por dejar las clases, si por dejar de ver a Erik, o si por que me dolía la mano. Llore hasta que me quede dormida. Por la mañana cuando me desperté no tenia ganas de levantarme, así que ese día no fui a trabajar, me levante pasada la media mañana, fui a la cocina y encima de la mesa había una rosa con un lazo negro atado en el tallo, venia acompañando una nota.

Althea:

Espero que puedas perdonarme lo de ayer, perdí el control. Te espero como cada tarde a las 6 en la mansión, para la clase.

Erik

Cogí la rosa y la olí.

"Como no iba a perdonarle – pensé – Si es que es un cielo"

Por la tarde, me puse unos vaqueros blancos, una camiseta negra y fui a la clase. Llegue a la opera, y entre con cuidado de que nadie me viese, pues como no había ido a trabajar, harían un interrogatorio que no me apetecía contestar y como seguramente habría un guardia en la puerta que baja a los sótanos, decidí ir por el camerino de la gallina, que estaba desierto ya que estaban ensayando. Abrí el espejo y baje por el hasta el lago, como cada tarde la barca estaba allí, para que cruzara.

Llegue a la mansión y Erik me estaba esperando sentado en el órgano, cuando me vio llegar se dirigió hacia mi (yo puse cara de enfado) y me dijo:

-Althea, ayer perdí los nervios y… Perdón.

No dije nada, solo mire para el, me había dolido que se pusiese así, y se lo hice entender con una mirada.

-Por favor, lo siento.

Me acerque a el y le dije: