vale, culpa mia, el otro cap fue muy corto, se me fue la oya sorry este es mas largo 1001 palabras exactas XD

CAPITULO 15

Al llegar Vane y Eli al castillo fueron directamente al despacho de Vane sin pasar por la enfermeria.

-seguro que Dew estará bien-se autoconsolaba Vane mientras registraba la habitación

-¿Has visto algo?-Eli la sacó de sus pensamientos

-lencería y una pipa de maría pero del medallón ni rastro

-¿Dónde lo pusiste la última vez?

-¿no crees que ya lo habría mirado si me acordara?

-Hay, perdona, pero no la tomes conmigo

-lo sé, perdona pero me estoy poniendo de los nervios

-ya aparecerá, no te preocupes

Pero el medallón no iba a aparecer tan fácilmente. Kurt acababa de recibir la carta que Draco y Sam le habían enviado haciéndose pasar por Vane y todavía le duraba el enfado. Por lo que decidió esperar hasta que le se le hubiera pasado. Por supuesto el enfado no se le pasó, si no que encima aumentó cuando Vane prohibió a Harry que fuera de fiesta con él. Para empeorar las cosas, Vane se dedicó a montar guardias delante de su ventana para asegurarse de que Kurt no aparecía y no tentara a Harry a saltarse el toque de queda impuesto.

Así transcurrieron "tranquilas" varias semanas hasta que poco antes de navidad Vane se encerró en su despacho y se negó a salir.

-Tranqui-les dijo Eli-todos los años hace igual, para año nuevo se habrá acabado todo

Harry no estaba tranquilo, ni mucho menos, las últimas semanas no sólo había visto diferente a Vane si no también a Hermione e incluso a Draco y a Samantha. Harry sabía que había algo que todos ellos sabían pero que él ignoraba y quería enterarse. Lamentablemente no contaba ni con el apoyo de Ron (que no quería saber nada del asunto) ni de Eli (que se excusaba diciendo que eso no era realmente asunto suyo y que tendría que hablar directamente con Vane). Lo que hacía que estuviera como al principio ya que Vane no salía de su despacho ni a la hora de comer. Cada día que pasaba Harry estaba más preocupado y ni las palabras de consuelo de Dew, Eli o Ron podían hacer nada. Harry no paraba de preguntarse cómo podía ayudar, sabía que algo preocupaba a Vane y se preguntaba el qué.

Por fin, en nochebuena, se le ocurrió cómo podría enterarse de todo. En realidad no se le ocurrió realmente. Lo que en verdad pasó fue que Kurt lo llamó para otra de sus fiestas usando su telepatía. Harry sabía que él lo sabría todo, a fin de cuentas, eran primos. Y aceptó sin dudar.

Nunca estuvo seguro de qué pasó aquella noche. Algo en la bebida hizo que al día siguiente le dolieran las muelas y el estómago. Pero consiguió lo que quería: encontró un sobre cerrado sobre la pila de regalos al pie de su cama. "Esto perteneció a tu madre", Harry no sabía en qué ayudaría tener eso a Vane pero no le importó. Examinó con cuidado el sobre que además de la nota llevaba dos firmas borrosas pero legibles. Harry lo abrió nervioso. Dentro había un medallón de plata con forma de estrella de cinco puntas rodeada por un circulo con la inscripción: sàga vlad raìs saeq kuv. Harry se lamentó por no poder traducirlo pero olvidó estos pensamientos cuando Ron se despertó. En ese momento decidió que era mejor guardarlo para no poner nervioso a su amigo.

Una vez terminaron de abrir sus regalos él y Ron bajaron a desayunar con Hermione. En el gran comedor, el cielo lucía despejado, cualquiera pensaría que aquél sería un espléndido día. Eli los saludó alegremente desde la mesa Griffindor y fueron a sentarse a su lado. Ni ella ni Hermione discutieron en todo el desayuno hasta que Eli se dio cuenta de que Harry llevaba puesto el medallón.

-¿qué es eso?-

-Un medallón

-eso ya lo se, lo que quiero decir es cómo demonios lo tienes tu

-era de mi madre

Eli se puso pálida con esas palabras y salió enfurecida.

-¿va enserio?-le preguntó Ron

-Kurt dice que sí

A su sola mención Hermione se atragantó

-Y Adrian me lo ha confirmado

Ahora fue Ron el que se atragantó.

-¿Has… ido… a hablar… con esos dos?-Le preguntó Hermione mientras trataba de recuperar la respiración

-¿por qué no? ellos aún creen que estamos emparentados

-peor aún, seguro que ahora te piden algún favor a cambio

-¿qué es lo peor que puede pasar?

-mil cosas Harry, no puedes arriesgarte tanto

-¿por qué no?

-Porque no merece la pena

-para mí si

-¿pero por qué te estás tomando tantas molestias?

-por qué no, si no por quién- le corrigió Ron señalando la mesa de profesores a la que Harry miraba fijamente. En ella se encontraba Dew cabizbaja jugando con sus gachas.

-¿Qué intentas Harry?

-dejadme en paz

-¿no te estarás enamorando?

-No, pero algo en mi interior me dice que la ayude. Ahora dejadme solo.

Ron y Hermione se marcharon sin añadir una palabra y Harry se quedó jugando con sus gachas. El cielo se oscureció y Harry declaró que ese día iba a ser verdaderamente horrible.

No se equivocaba. Draco y Sam, artos de que su plan no diera sus frutos decidieron volver a los clásicos insultos no dejándole en paz ni a sol ni a sombra. Además, en todo el día no pudo hablar con Ron o Hermione, Dew le contagió su depresión y fue incapaz de encontrar a Eli. Cuando terminó el día Harry suplicó porque el sueño le venciera rápido. Y mientras el había pasado ese día tan horrible, el de Eli no fue mejor tratando de hablar con Vane. Cuando consiguió entrar (tras derribar la puerta) se encontró a Vane tumbada en la cama más pálida y más delgada de lo habitual. Ella la saludó sin recibir respuesta. Y trató de despertarla contándola que Harry tenía el medallón pero tampoco hizo nada. Luego, comenzó a contar todo lo que había pasado en el colegio mientras ella no salía de su cuarto pero ni aún así. En todo el día el único sonido que articuló Vane fue David y Eli la miró con aprensión antes de irse.

-Ya han pasado tres años Vane ¿por qué no le olvidas?