Capitulo 7: Un beso y un paseo por Paris

- Gracias por la rosa, era preciosa – y le di un beso en la mejilla que tenia al descubierto. Se quedo asombrado de mi reacción – Oye, no hay otra manera de entrar, es que hoy no he venido a trabajar… y no me apetece darle explicaciones a nadie.

Fue a su cuarto y volvió con una bolsita de tela en la mano, me la dio y me dijo:

- Esta llave abre la verja de la Rue Scribe, acuérdate se cerrarla cada vez que entres y salgas, no tendrás ningún tipo de problema ya que es un callejón desierto y nunca hay nadie por allí, una vez dentro solo tienes que seguir el pasadizo que te conducirá aquí.

Esa tarde empezamos a ensayar el papel principal de Fausto, Margarita. Era complicado pero Erik confiaba en mí y yo no podía defraudarle. Si no llegaba a un tono el me corregía y lo dábamos juntos. Esa tarde fue bastante agradable…

-Erik, debo marcharme ya, es muy tarde y mañana tengo que venir a trabajar.

Me acompaño hasta la verja de la Rue Scribe, una vez allí me despedí dándole un beso en la mejilla. Se notaba que el verano tocaba a su fin, pues comenzaba a hacer frío. Todos los días transcurrían igual, por la mañana iba a trabajar a la Opera, limpiaba el camerino de la Gallina, por la tarde cuando salía, bajaba por el pasadizo de la Rue Scribe, para trabajar mi voz. En pleno mes de Noviembre, tuve una extraña idea.

-Erik, me gustaría que me acompañases a la Torre Eiffel.

-¡NO! – me respondió, esta vez sin tirarme nada a la cabeza- Todo el mundo se me quedaría mirando para mi.

- Estamos en pleno mes de Octubre y hace frío, todo el mundo va abrigado que solo se le ven los ojos.

- Pero es que… yo no tengo ropa para abrigarme…

Entonces saque de mi bolsa, un abrigo (que se había dejado mi abuelo en una de sus visitas), un gorro y una bufanda, ahora no tenia excusa para no acompañarme. Accedió, entonces me acerque a el y le puse el abrigo, luego el gorro bien calado hasta las cejas y la bufanda, colocada de manera que no se le viese la mascara, parecía la persona mas normal del mundo. Yo me abrigue de manera parecida. Salimos a la calle, nadie se percato de nosotros, yo me acerque a Erik y me agarre a su brazo, caminamos hasta la torre Eiffel, una vez allí compre las entradas para subir, subimos hasta el 3º piso las vistas eran impresionantes, yo había estado allí antes pero como suponía Erik no, se quedo anonadado, pero no dijo nada. Después de un rato mirando al horizonte de Paris, se giro hacía mi y me dijo:

- Gracias, si no me hubieses obligado a venir, nunca habría contemplado esto.

Yo le sonreí, bajamos y nos dirigimos a la Opera pues se nos había pasado la tarde volando. Durante el camino, yo vine agarrada del brazo de el, y no pareció molestarle. Llegamos a la mansión, y cuando me iba a marchar me dijo:

- Althea, necesito que me hagas un favor.

- Dime, en lo que pueda te ayudare con gusto.

- Ve a delante del barrio bohemio, hay un hombre que se llama Ness y cómprale medio gramo de Morfina – dijo dándome unas monedas

- ¿Morfina? – pregunte asombrada, pero no dije nada mas, al día siguiente volví con el encargo.

Ese día tenía planeado ir a otro lugar de Paris, la plaza de la concordia fue mi elección, así que le dije:

- Prepárate, vamos a salir hoy otra vez – Tendiéndole el paquete.

Como la plaza de la concordia estaba lejos, pare un coche de caballos y le indique nuestro destino, le dije que nos dejara en el arco del triunfo. Y así lo hizo, nos bajamos del carruaje, le pague al cochero y comenzamos a caminar por los campos Elíseos, hacía frío, entonces me acerque a Erik y me agarre a su brazo, llegamos a la plaza de la concordia y le explique, que allí fue donde decapitaron al rey Luís XVI en 1781 y pocos días después a Maria Antonieta, luego seguimos caminando, hasta un parque que hay muy cerca de allí, ya que necesitaba hablar con el.