Del Conocimiento a la Responsabilidad.
Written by: Lore-chan.
Capítulo 6º : Debe ocurrir.
Mimi corría a toda prisa con una sola cosa en mente: tenía que llegar antes que Taichi donde Sora; era por ello, quizá, que no se daba cuenta que arrasaba con todo lo que se interponía en su camino. Fue responsable de cuanto cuaderno, lápiz, hojas, carpetas y demases cayeron al suelo. Y mientras aquello no le importaba se dio cuenta de cuan grande era la universidad.
En la carrera infinita hacia su destino chocó abruptamente contra Yamato que hablaba desde su celular en medio del patio que conectaba el área de humanidades y la de la muchacha Tachikawa. El teléfono del rubio fue a dar casi a dos metros , éste al suelo y sobre él respirando contrariadamente, Mimi.
-Buenos días, Mimi – dijo Yamato enojado que, al caer de espaldas, su trasero había sufrido las consecuencias del tropiezo infortunado para la trigueña que necesitaba con urgencia llegar donde su amiga - ¿podrías tener más cuidado, no crees?.
-lo lamento muchísimo – respondió ella levantándose lo más rápido que pudo luego del accidente que le robaba valiosos minutos – es que necesito llegar lo más pronto posible donde Sora – la novia de Jou le extendió la mano al Ishida que se levantó aún adolorido.
-¡mi celular! – exclamó Yamato al verlo y sin darle importancia a lo dicho por Mimi. El celular se hallaba a mediana distancia de su dueño, pero sin la carcasa que tenía un color amarillento con hojas verdes. La antena había saltado quizá dónde porque a simple vista él no la halló. Y al tomarlo, al fin, y sacudirlo; se notaba que todo en su interior estaba fuera de su sitio - ¡mira lo que le has hecho! – dijo colocándoselo frente a su rostro.
Mimi no se esperaba aquello, se llevó las manos a la cabeza tratando de pensar en algo.
-lo siento, Yamato. Prometo que te lo pagaré, si quieres y hasta con mil minutos de recarga…pero…
-es que no entiendes no es eso lo que importa aquí. Debes ser cuidadosa…
-¡como quieres que sea cuidadosa cuando Taichi va camino donde Sora! – gritó fuera de sus cabales en el momento que no encontró una forma más correcta de decirlo – tengo que avisarle, se lo prometí.
-¿Taichi llegó?, ¿cuándo?…como es que ni siquiera lo supe, ni siquiera fue a verme. Ni me avisó que vendría – dijo sintiéndose pasado a llevar.
-¡yo que sé! – se exasperó aún más – lo que sé es que me tengo que ir. Luego hablamos por lo de tu teléfono.
Mimi ya se marchaba, pero Ishida la tomó del brazo haciéndola girar: -escúchame – le dijo – ve donde Taichi, búscalo a él…porque a ti ya te ha visto y a mi no – en sus palabras se notaba que se sentía lastimado – yo le aviso a Sora – suspiró ordenando velozmente las ideas – entretenlo o inventa algo, pero sácalo del camino… - guardó silencio y agregó: -sabía que esto iba a ocurrir, lo sabía y se los dije a ambos… - desvió la mirada a la Tachikawa que lo miraba esperando otra orden – vamos, ¡ve!.
Y tras caer a la realidad salió corriendo otra vez. Yamato la siguió, pero al saberse uno que otro atajo, dobló en una esquina y se deslizo por un estrecho pasadizo de arbustos.
Mimi no sabía muy bien la razón por la cual le había creído a Hiroyuki, pero algo en su interior le decía que era verdad. Tal vez y él podía ver el futuro o algo por el estilo.
Sora, entre tanto, estaba sentada en el último banco del salón con una carpeta abierta frente a su rostro tapándola y escondiéndola del resto. Se encontraba nerviosa, sí; y durante toda la noche trató de ordenar de la mejor manera posible los acontecimientos para contárselos a Taichi. Pero fuesen como fuesen contados era terrible.
Todos en el grupo, por petición de la pelirroja había decidido guardar silencio aunque algunos como Jou y Yamato que era el mejor amigo de Taichi no estaban de acuerdo. Con el correr del tiempo se acostumbraron, más si el moreno había dejado de llamar mensualmente. Nadie supo de él hasta su último llamado hacía siete meses.
Sus nervios aumentaron al sentir unos pasos dirigirse hacia ella. Si era él, mejor armarse de valor y afrontarlo todo.
-Sora, vine a buscarte.
No era precisamente a Yamato a quien esperaba encontrarse al bajar la carpeta de historia española. Sora lo miró extrañada, pero de un segundo a otro cambió. Por el rostro del cantante nada de buenas eran las noticias que tenía.
-¿por qué? – dijo despacio, casi con miedo de que algún Taichi la escuchara - ¿ocurrió algo?.
-sabes perfectamente que ocurre. Taichi viene para acá y Mimi me pidió que te avisara – tomó a la Takenouchi de una muñeca al ver que no reaccionaba y la levantó –vamos.
-¿dónde? – preguntó tomando sus pertenencias.
Yamato al parecer no había pensado en ello, pero Sora tras colocarse su bolsón dijo: - yo ya sé. ¿sabes un atajo hacia la piscina?…en ese lugar, en una de las esquinas hay un subterráneo. Anteriormente se usaba para guardar los implementos que se utilizan para los deportes acuáticos, pero ya no sirve por la filtración del agua. Sé que está abierta…
Era obvio, por la sonrisa que emitió en el minuto que su amiga lo mencionó, que el hermano de Takeru sabía uno. Además de conocer a la perfección el subterráneo del que hablaba Sora.
-bien, sé uno. ¿tienes todo?.
-sí.
-entonces, vamos.
Mimi encontró a Taichi a escasos metros del salón de Sora. Se interpuso en su camino con la respiración agitada y una de sus manos que semanalmente llevaba a manicure la colocó, apretándose la ropa, cerca del corazón. Trató de reincorporarse lo mejor que pudo y lo saludó con una gran sonrisa.
-buenos días, ¿cómo has estado?, ¿ya viste a Sora? – dijo Mimi esperando que la última respuesta fuese negativa.
-pues estoy bien, gracias – sonrió el moreno al ver que la chica no cambiaba a pesar de los años – y no, no veo aún a Sora. Iba a buscarla a su salón en estos momentos.
-¿en serio?…que bueno que te alcancé – organizó su rostro para darle la noticia – porque Sora hoy no vino a clases.
-vaya y yo que pensé en darle una sorpresa hoy – dijo apenado – incluso ayer no quise ir a su casa por verla hoy. Tendré que ir por la tarde… - pensó.
-¿por la tarde…?
-sí – dijo Taichi y olvidó el tema - ¿sabes?, tengo unas ganas enormes por ver a Yamato, a Takeru, a Jou y por supuesto a Koushirou…¿me acompañas?, ya que debes saber mucho mejor que yo cuales son sus respectivos salones.
-no estarás tan contento de verlos luego de lo que tienes que saber – pensó, pero no se negó a acompañar al Yagami donde los demás.
Koushirou desde el día de ayer que se encontraba con un mal presentimiento. ¿Qué podría ser?. Creía que aquella incertidumbre se debía al embarazo de Sora que tarde o temprano tenía que contarle a sus padres, pero esto se lo había contado ayer a su padre y ese extraño escalofrío por su cuerpo no desaparecía. Y no había sido nada de fácil contarle eso a su padre que en un principio se quedó callado. Meditando lo que le diría a su hijo. "Espero que estés conciente de lo que comenzará a ocurrir desde hoy en día" fueron sus primeras palabras.
Ya había dado el primer paso con el haberle contado a su padre, el segundo era necesariamente decirle a Taichi. Y eso si que no se venía para nada de fácil. No era nada de fácil explicarle algo de esa envergadura a Taichi.
-hola… - escuchó una voz suave particularmente conocida. Bajó la vista y notó a la muchacha pelirroja de la piscina.
-hola, buenos días, Kasumi.
Ella se sonrojó al notar que él no había olvidado su nombre.
-¿qué haces por acá?, hoy no hay clases de natación.
-vine a darle un aviso a mi hermano…él estudia aquí, o sea – sonrió avergonzada de equivocarse o no ser lo suficiente específica – no aquí en tu salón, sino en teatro.
-¿teatro?, vaya, no recordaba que se impartiera esa carrera. Rara vez paso por el área artística.
-generalmente los del área artística tienen diferente horario a todos los demás, es por ello que casi nunca se topan con los correspondientes a otras áreas.
-¡claro! – recordó Izzy – ando un poco desorientado últimamente. Y, ¿cómo se llama tu hermano?.
-Izumi Hiroyuki…
-vaya no lo conozco – sonrió, pero de pronto su cara se tornó curiosa - ¿Izumi dijiste?.
-aja Izumi…
-que…casualidad – dijo Kou' asombrado – yo también soy Izumi.
-¿en serio?…quizá y hasta somos parientes lejanos – Kasumi parecía alegre con el tema.
-quizá no… - murmuró mirando a la chica que se parecía sorprendentemente a él ahora que la examinaba minucioso.
Hiroyuki corrió desde el pasillo norte hasta el del sur donde conversaba su hermano e Izzy, había recibido la imagen hacía tiempo, pero estaba ocupado advirtiendo a Mimi. Realmente era cansador tener esa habilidad y tener que hacer miles de cosas a la vez.
De pronto una premonición le chocó la cabeza, fue una punzada tan fuerte que lo hizo caer de bruces , los demás estudiantes que se dirigían a sus clases lo miraron graciosos. Una chica de primer año se le acercó para preguntarle si estaba bien, pero Hiroyuki no respondió. La cabeza le dolía demasiado y no lograba oír nada.
La imagen llegó a su vez que el dolor aumentaba en forma paulatina. Estaba él en su cuarto mirando la calle y su madre en el dormitorio próximo agonizando. Alguien doblaba la esquina corriendo, con un papel apretado en la mano…no era difícil adivinar de quien se trataba al ver ese cabello pelirrojo. La imagen de fue tan rápido que no alcanzó a distinguir si el muchacho entraba o no a la casa.
El dolor se esfumo súbitamente y ahora con la mirada algo nublaba notó a un profesor a su lado izquierdo y a una chica a su diestra.
-¿se encuentra bien? – preguntó el hombre y Hiroyuki adivinó que era el profesor de Administración - ¿te lastimaste?.
-cayó de repente – le dijo la muchacha de ojos verdes.
-estoy bien – habló él levantándose como si nada hubiese ocurrido – sólo me maree un poco.
-esta chica te llevará a la enfermería…
-no, muchas gracias. Iré al baño.
Y sin más palabras reanudó su carrera hasta el pasillo sur. Llegó exhausto como si la premonición lo hubiese cansado en extremo. Se apoyó en la pared antes de continuar con el sudor cubriéndole la frente. Sus ojos brillaron intensos como si quisiese llorar y lo deseaba. Quería desahogarse de tener sobre sí tanta carga y saber tantas cosas que no deseaba saber.
¿Por qué debía buscar a ese muchacho?, ¿qué lo llevaba a la necesidad de encontrarlo y conocerlo?. Su madre iba a morir dentro de uno o dos meses, ya sabía cómo y dónde; mas no tenía idea (hasta ahora) que ese chico iba a estar en ese crucial momento.
-hola otra vez… - aquella voz lo sacó a la realidad y ahí estaba Mimi a escasos pasos de él con el chico de cabello alborotado que miraba hacia todos lados buscando algo.
-Mimi – suspiró.
-yo… – se acercó un poco y le dijo despacio, sólo para que Hiroyuki escuchase – quería darte las gracias, en realidad no sé de qué forma adivinas lo que ocurrirá en el futuro, pero por medio de tu ayuda, problemas entre unos amigos se podrán arreglar. Ambos necesitan tiempo para pensar qué se dirán.
El hermano de Kasumi la miraba absorto, sólo el rostro de la trigueña era el mundo para él. De pronto la tomó de los hombros y la hizo voltear: Taichi no estaba.
-¡¿dónde…dónde está?! – exclamó tratando de hallarlo - ¡tonta! – se dijo – no debí quitarle ojo de encima. Ahora no sé dónde está… - y giró al muchacho – pero tú si debes saber en qué lugar se encuentra o ¿no?.
Él le sonrió y dijo: -no está lejos, pero no cerca para detener lo que debe ocurrir. Tu amiga cometió un error y debe solucionarlo. Sólo te recomiendo una cosa: aleja al pelirrojo del moreno hasta mañana por la tarde, la cólera le ofuscara el pensamiento.
A pesar de lo que Hiroyuki decía era bastante grave, Mimi no se movió estaba totalmente impresionada con él.
Mientras por la mente del Izumi aparecía la imagen de la de ojos miel con la cabeza en su pacho llorando y abrazándolo con fuerza.
-tengo que irme – reaccionó ella – me has dicho tantas cosas y no sé siquiera tú nombre…
-si miras el periódico de hoy en la página dieciocho, notarás que hay una foto en la esquina de abajo. Mi nombre es común y el fotógrafo lo tiene – y se marchó al encuentro de una pelirroja que venía contenta hacia él.
Sora salía a cada instante del escondite y decía una y otra vez de debía irse a su casa y encerrarse en su habitación. Pero Yamato la aconsejaba diciéndole que si Taichi no la encontraba aquí, iría directo a su casa.
-tengo que encontrar a Kou' y decirle – dijo caminando hacia los edificios.
El Ishida le tomó el brazo y la giró bruscamente hacia él: -no seas tonta, Sora. Quédate aquí. Mimi me avisará cuando Taichi se vaya, ella no lo llevará donde Izzy…no te preocupes – la llevó detrás de unos arbustos para que no los viesen con tanta facilidad y prosiguió - …aún no entiendo qué es lo que les preocupa a ustedes dos, esto tenía que suceder. Deberían afrontarlo como debieron de hacerlo hacía mucho tiempo atrás. No todo debe de ser tan grave, estoy seguro que se enojará por un buen rato y que deberá perdonarlos después de todo. No puede estar enfadado la vida entera.
Y Sora comprendió que Yamato no sabía nada acerca de su embarazo y que ello lo complicaba todo.
-¿no lo entiendes aún o nadie te ha contado?.
El rubio se quedó callado esperando que ella hablase, pero Sora guardó silencio.
-¿de qué hablas? – preguntó Yamato mirándola a los ojos.
-nadie te ha contado – suspiró contrariada de que otra persona tuviera que saberlo.
Pero Mimi llegó agitada a interrumpir y después de contarles lo ocurrido, el nerviosismo de la Takenouchi subió y la furia de Yamato contra la novia de Jou creció, pero no le dijo nada, se contuvo.
La universidad ya estaba en clases y no se veían demasiadas personas en los pasillos, así que Sora tomó una decisión rápida y quizá un poco estúpida, pero tenía la urgencia de hablar con Koushirou. Y cuando Yamato explotó y comenzó a pelear con Mimi, ella tomó fuerzas y corrió hasta el salón de su novio.
El Ishida se dio cuenta en seguida y salió tras la pelirroja, pero Mimi se quedó quieta…un algo en el corazón le decía que Hiroyuki tenía razón y que ya nada podía cambiar lo que debía ocurrir.
Sora corría lo más fuerte que podía para que su amigo no pudiese alcanzarla y cuando estaba a escasos metros del salón de Izzy vio a Taichi doblar la esquina…
Ella se detuvo y el moreno sonrió con triunfo de haberla encontrado al fin, Yamato más atrás se detuvo de golpe a medida que observaba que el Yagami abrazaba a una perturbada Sora.
-oh!, amor…te extrañé tanto – susurró acercándola a su pecho – de pronto recordé que te encantaba venir a mirar la piscina y vine. Aquí estás…al fin te encuentro…
Ella no dijo nada, sólo se sentía temblar de pies a cabeza. No podía creer que Taichi la estuviese abrazando y se echó a llorar sin más.
-estás llorando… - Tai la alejó un poco para verle el rostro y su mirada tierna le cruzó el corazón – sé cuan contenta estás de verme, yo también quisiera hacerlo, pero no puedo ordenar bien mis sentimientos y atino sólo a abrazarte – y miró a las espaldas de su 'novia' y notó la presencia de Yamato.
Sonrió y se acercó a estrecharle la mano, pero antes de lograr tocar su mano, escuchó su nombre desde las escaleras que separaban al rubio y al moreno.
-¡Koushirou! – y sus sonrisa creció y fue a abrazarlo - ¡cuánto tiempo, amigo!…estás más alto o será que estás unos peldaños más arriba…– rió.
-Sora… - murmuró Yamato al verla caer de pronto al suelo desmayada.
CONTINUARÁ…
Notas:
Al fin otro cap. de esta historia y todo se complica y enreda y quiza ustedes no entiendan ya nada!!! (espero que sí) si algo no les queda claro sólo háganmelo saber a través de un review y yo trataré de dilucidarlo.
Estoy contenta porque estoy llegando a lo que quería en esta historia…
Bueno no digo más y un saludo a Maleysin…
L O R E – C H A N.
