Disclaimer: Rurouni Kenshin no me pertenece, este fic es por mero entretenimiento.

"Conversaciones"

'Pensamientos'

Énfasis

……

Like we were yesterday…

9. Paciencia, todo es cuestión de paciencia

Una de las características mas importantes para ser un buen doctor, es la de tener siempre paciencia en todos los casos, nunca hay que dejarse inquietar por ningún paciente o accidente no importa lo grave o cascarrabias sea, siempre hay que actuar con calma, y eso Megumi lo sabía muy bien.

Sin embargo, todos sabían que esa no era una regla aplicable a la famosa doctora Megumi Takani. Con sus veinte cinco años de edad, Megumi no conocía lo que era la calma, muchas veces se la vio discutiendo con varios familiares de pacientes, enfermeros, colegas y periodistas. Y aquel no era la excepción.

Cualquiera que no conociera la personalidad de Megumi y la de Sanosuke, podrían a llegar a pensar de que era una conversación, (si se entiende como conversación, gritos), entre una pareja... algo enojada...

- "¿Cómo que demonios hago aquí, cabeza de pollo?" – Gritó Megumi eufórica – "¿Acaso eres ciego?"

- "Por supuesto que no, zorra, solo me pregunto quien demonios estas haciendo acá" – gritó Sanosuke reincorporándose y quedando una cabeza más que Megumi. Sin embargo la estatura no parecía incomodar a Megumi.

- "Pues entonces eres más idiota de lo que aparentas" – dijo Megumi enojada – "¡Soy doctora en este hospital!"

- "Con razón olía a zorras..."

- "¡Cuida tu vocabulario, cabeza de pollo!"

- "¿A quien le dices cabeza de pollo?"

- "¡Pues a quien mas¿¡Me ves hablando con otro cabeza de pollo?"

La discusión trascendió un tiempo más. Cuando los gritos ya no se los podía seguir aguantando, y varios pacientes se quejaban de los altos gritos, enfermeros se acercaron a la pareja gritona. Comenzaron a intentar a hacerlos entrar en razón y decirles que se encontraban en un hospital, pero eso no hizo más que empeorar las cosas.

- "¡Ves zorrita, ya te mandan a callar por insoportable!" – espetó Sanosuke

- "Cállate cabeza de pollo, lo hacen porque no conocen a nadie en todo el Japón que sepa maldecir de la misma forma que ¡tu lo haces!"

- "¡Que demonios estas diciendo, zorra?"

- "¡Ya deja de llamarme zorra!"

Hasta que el colega amigo de Megumi, el doctor Genzai, apareció e intento calmar a su amiga, la cosa no paraba. Gracias al cielo, Megumi tenía un dedo más de frente que Sanosuke, y la situación no fue a mayores. Fue en ese momento, cuando se escuchó por detrás.

- "La señorita Amakuza se ha despertado"

Megumi volvió a la realidad, supuestamente estaba ahí para avisarle al acompañante de Sayo, su situación. Suspiró y volvió la vista a Sanosuke, abriendo la boca para hablarle, pero cuando vio sus ojos la volvió a cerrar.

En los ojos del castaño, había un extraño brillo, que Megumi no pudo descifrar. Ahora Sanosuke, permanecía quieto y serio en su lugar. Sacudiendo la cabeza, Megumi volvió a hablar, pero esta vez no la cerró por algo inesperado en el comportamiento del castaño.

- "Pide hablar con el señor Sagara" – dijo la misma voz que había anunciado el despertar de la paciente.

Como un rayo, Sanosuke pasó por al lado de Megumi, sin siquiera dirigirle la palabra, solo se limito a preguntarle al enfermero el número de la habitación y seguirlo.

Megumi quedo desconcertada ante el comportamiento del joven, pero solamente le tomo un par de segundos recuperarse. Notó que el joven doctor a su lado le miraba intensamente.

- "¿Estas bien Megumi?" – preguntó el doctor Genzai.

- "Si, solo que ese hombre me saca de quicio, nada más" – dijo Megumi como excusándose y dándose media vuelta en camino a su consultorio.

Cuando llego a ella y cerró la puerta tras de si, sintió un sabor amargo en su boca.

O o o O

En la habitación 311, se encontraba Sanosuke sentado en una silla, mirando detenidamente a unos ojos verdes que lo observaban con ternura, ante aquella mirada el castaño no sabía muy bien que decir. El silencio reinaba en la habitación

Sayo Amakuza, estaba algo pálida en contraste con la habitación, las sabanas blancas cubrían la bata que envolvía su cuerpo. Sus pertenencias estaban en una mesita al costado de la cama, al igual que sus ropas. El enfermero le había tirado una indirecta de que pasaría toda la noche en el hospital, y que por lo tanto debía sentirse cómoda, y esperar a la doctora.

- "¿Te duele algo?" – preguntó Sanosuke incomodado por aquel silencio, intentando romperlo

- "no, no me duele nada" – respondió Sayo con una sonrisa

- "¿Quieres algo para tomar?"

- "no, gracias"

- "¿Algo para comer?" – Siguió preguntando – "Puedo conseguir un par de pizzas-"

- "Estoy bien Sagara-san" – dijo aun con una sonrisa en la cara.

El silencio volvió a reinar en la habitación

- "Muchas gracias Sagara-san" – dijo la suave voz de Sayo quebrando el clima

Sanosuke la miro confundido – "¿Por que me agradeces?" – Preguntó – "Yo no he hecho nada"

- "Eso no es cierto, me ayudaste con esos hombres, y me trajiste al hospital cuando me desmayo. No se como agradecerle Sagara-san" – contento sonriendo Sayo

Sanosuke se la quedo mirando unos instantes, no sabía muy bien que decirle, pero se sentía completamente feliz, cuando la mujer le sonrió.

- "Yo se como"

- "¿Que?" – pregunto Sayo, confundida

- "que yo se como me lo puedes agradecer"

- "ah... dígamelo por favor Sagara-san" – respondió calidamente la mujer - "Si esta en mis manos haré lo posible"

- "No me llames Sagara-san"

- "¿Como?" – preguntó Sayo desconcertada

- "No me gusta, me hace sentir viejo" – contestó Sanosuke jugando con sus dedos como un niño pidiendo un caramelo – "Digamos, no soy viejo, ni siquiera llego a los veinte... bueno, esta bien, es el próximo mes, pero..."

Sayo se lo quedo mirando, incrédula al ver al joven castaño comportarse de manera tan infantil y no pudo evitar reírse, pero fue una risa sincera, que contagio a Sanosuke y río sonrojado, sin saber que aquella mujer le causaba estragos es su mente.

Y fue en ese preciso momento, en el que Megumi abrió la puerta. La risa se acabo al instante. Megumi posó su mirada en Sayo, quien tenía los ojos brillosos y una sonrisa adornaba su cara en una expresión de felicidad. Y cuando dirigió su mirada a la de Sanosuke, lo encontró serio pero con un brillo extraño en los ojos. Y no pudo evitar sentir de nuevo un sabor amargo en su boca.

- "Sayo Amakuza" – leyó Megumi de la carpeta del paciente – "¿Cómo te encuentras?"

- "Ya me encuentro mucho mejor doctora" – respondió amablemente Sayo – "Creo que el desmayo fue un susto, nada más"

- "¿un susto?" – Repitió Megumi mirándola fijamente – "En cualquier caso, me gustaría que se hiciera unos exámenes para estar seguros, después se podrá retirar"

- "Muchas gracias doctora, pero no es necesario" – respondió rápidamente Sayo – "De en serio... ya me encuentro bien"

- "Tengo que insistir" – dijo Megumi mirándola severamente.

- "De enserio doctora, no hay nada de que preocuparse" – Sayo siguió con la sonrisa en la cara

- "Creo..." – dijo Sano hablando por primera vez civilizadamente y con una suavidad en su voz, según Megumi – "que la doctora tiene razón, deberías hacerte los exámenes, no pierdes nada"

'Con que ahora soy doctora eh!'- pensó Megumi, alzando una ceja incrédula (ironizó)

"No... de enserio... me encuentro bien, solo fue el susto" - pero no dejo de notar, como los ojos de Sayo cambiaban y miraban a Megumi intensamente. Presintiendo que era lo mejor no presionar, Megumi dio por finalizada la conversación.

- "En ese caso, me gustaría que pasara a verme, para ver como se encuentra"

- "Por supuesto" – respondió Sayo aliviada al ver que Megumi entendió su indirecta.

- "Solo debe llenar unas planillas y ya puede irse"

- "Muchas gracias doctora" – y dando una última mirada a la habitación, salió de ella.

O o ------------------------------------ o O

Las rebeldes nubes negras cubrían el cielo amenazando con una lluvia intensa. Los fuertes vientos alertaban a los vecinos de una posible tormenta. Varios locales, que servían al aire libre, tuvieron que cerrar por mal tiempo. Aunque para otros, eso significaba que la cafetería The Fourth Avenue Café, estaría repleto.

"Parece que va a llover" – dijo Misao mirando por la ventana, cuando regresaba de llevar un café a la mesa cuatro.

"Es extraño" – dijo Kaoru también mirando por la ventana – "Estamos en primavera"

Lamentablemente, no pudieron apreciar las hermosas nubes que adornaban el cielo. Una enorme cantidad de personas, habían buscado refugio en varios locales por los vientos fuertes. Y The Fourth Avenue Café, estaba abierto.

Kaoru y Misao, habían decidido seguir ayudando a Tae, hasta que pueda conseguir unos suplentes. Aunque le habían advertido que una vez que empezaran las clases, no podrían. Sin embargo, Tae estaba segura que para principios de Marzo ya no las necesitaría.

En marzo comenzaría las clases en la universidad. Misao estaba muy contenta por eso. Pero Kaoru no parecía reaccionar todavía. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que había hablado de la universidad con alguien. Sus padres fueron los últimos.

Kaoru suspiro. 'estan muertos Kaoru. Y no van a volver solo con pensarlo' habían sido duras las palabras que se había dicho tiempo atrás. Asimismo, los dolores de un tema inconcluso duelen más que de uno aceptado.

"Bienvenido" – la voz de uno de los meseros se escuchaba distante para Kaoru, quien estaba sumergida en sus pensamientos, no percató que la lluvia se había desatado minutos antes, y que solo le tomó un par de segundos para que las gotas furiosas golpearan todo a su paso.

- "Buenos días" – saludó automáticamente cuando notó que alguien se sentaba en la barra.

- "Buenos días señorita Kaoru" – le respondió una voz masculina.

Kaoru se dio media vuelta sorprendida¿Quién conocía su nombre? Para después darse cuenta, que tenía una pelirrojo sentado frente a ella - "¡KENSHIN!" – exclamó entre sorprendida y contenta

Kenshin notó cierto tono de afección en las palabras de Kaoru, y no pudo contenerse de agrandar su sonrisa cuando la pelinegra le llamó por su nombre.

- "veo que se acuerda de mi"

- "Claro, no me choco con muchos hombres en la calle"

- "Me halaga"

- "¿torrencial?" – preguntó echándole un vistazo a sus ropas.

- "Furioso" – respondió mirándose detenidamente – "dudo mucho que se seque enseguida ¿no?"

- "Yo no tendría muchas esperanzas"

- "Bueno, la gripe no mato a nadie todavía" – agregó despreocupadamente

- "Pero si se puede evitar mejor; te traeré algo caliente" – dijo sonriendo mientras se alejaba

Kenshin sonrió al verla atenderlo. No sabía porque sus pies lo habían echo caminar más de veinte cuadras solo para tomar un café, cuando bien podía hacerlo en su oficina. Su eficiente secretaria le traería al mismo papa si se lo pedía.

Sin embargo, sintió un impulso esa mañana, necesitaba ir al The Fourth Avenue café; y sin ninguna razón aparente, se apareció, casi se podría decir que se materializó. Y eso que tenía varias juntas administrativas esa tarde. Aoshi lo mataría.

- "Aquí tienes" – apareció Kaoru, con una taza de té bien caliente, con rodajas de limón cortadas en un plato. Kenshin dio un sorbo e hizo una muesca de asco.

- "¿Qué es esto?" – dijo tragando con dificultad.

Kaoru levanto una ceja – "Es una antigua receta familiar. Bébelo" – dijo mirándolo severamente.

Kenshin sonrió y volvió a tomar. La verdad que sabia horrible.

- "¿no deberías estas trabajando?" – le preguntó Kaoru. No sabía porque, pero tenía ganas de hablar con él. Tampoco sabía muy bien porque lo estaba tuteando, o porque se alegraba de verlo. Solo quería hablarle.

- "emm... si, bueno... tenía ganas de un café"

- "ah... ¿entonces trabajas cerca de aquí?"

- "cof... cof..." – Kenshin se atragantó. Como se le explica que había tenido que caminar más de veinte cuadras, solo porque tuvo un deseo irrefrenado de tomar un café en ese restaurante. No, lo iba a tomar de egocéntrico o peor de loco – "bueno..."

- "HIMURA!" – dijo la vocecita de una jovencita algo chillona, a su espalda. Al darse vuelta se encontró con la amiga de Kaoru, la misma que había estado atendiendo la mesa aquel día.

- "señorita Misao, un gusto verla" – saludó Kenshin sonriendo

- "Cuanta formalidad..." – dijo Misao, haciendo una mueca obvia, haciendo notar su desagrado ante la formalidad – "Solo llámame Misao" – dijo guiñándole el ojo. Kenshin solo sonrió. – "¿Qué haces aquí? La lluvia es horrible"

- "Tenía deseos de tomar un café" – dijo simplemente, tomando un sorbo de la taza.

- "Pero eso no es café" – dijo Misao mirando la taza de té. Esta vez volvió su mirada hacia Kaoru – "Kaoru, no me digas que te confundiste otra vez de pedido" – Misao abrió los ojos – "¡Ya es la cuarta vez de lo que lleva de día!"

- "Mou! Misao, no tienes que recordármelo" – Kaoru se sonrojó débilmente. Esa mañana, le habían pedido dos tazas de café expreso, con un capuchino con leche baja calorías, y dos con crema. Claro, que Kaoru entendió todo mal, y les terminó llevando 5 cortados, y un banana split. Increíble.

Kenshin vio la cara de Kaoru, y sonrió contento. Nunca la había visto tan adorable.

Kaoru volvió su cara a Kenshin y lo vio reírse, lo cual aumento el rubor en sus mejillas e incrementó su ira.

- "¡Kenshin¿De que te ríes?"

- "oro... no, de nada Kaoru-dono" – respondió Kenshin reprimiendo la carcajada que se le estaba a punto de salir –

- "Kenshin..." – 'oh no, de nuevo esa voz de ultratumba' pensaba Kenshin. Pero al instante se dio cuenta que era la primera vez que la escuchaba hablar así. Extraño, tuvo el presentimiento que ya la había escuchado antes. Esa voz le producía escalofríos por toda su espalda.

- "Lo siento. Es que... no sé como te puedes confundir cuatro veces en un día" – dijo Kenshin riendo con ganas.

- "¡baka, no te rías!" – dijo una colérica Kaoru, saltando sobre el mostrador para golpearle fuertemente en la cabeza a Kenshin, con lo primero que tenía a mano. Una taza. El pobre Kenshin, desorientado por el golpe, comenzó a tambalearse en su asiento para caer de espaldas. Misao y Kaoru lo rodearon

- "oye, baka... Ya no es gracioso... ¡Kenshin! Te estoy hablando¿me escuchas?"

- "ororororororororo"- repitió constantemente el pelirrojo. Sus ojos se movían como espirales.

- "¡Ya deja de decir tanto estúpidos oro's Himura!"

- "orororooo"

Una multitud se cerró en ronda alrededor del pelirrojo, preocupados por el comportamiento del caído. Kaoru y Misao miraron a Kenshin y luego se miraron. No pudieron reprimir una enorme carcajada. A pesar de la fuerte lluvia que azotaba las ventanas. A pesar del frío del día. A pesar de todo eso, dentro del The Fourth Avenue Café, había un clima calido, casi armonioso.

O o ------------------------------------------ o O

Megumi entraba al estacionamiento del hospital, buscando su auto. Era demasiado tarde para pensar en todas las cosas que le habían ocurrido en la mañana. Había salido del consultorio con el entreceño fruncido y ninguno de sus colegas se atrevieron a hablarle en lo restante del día.

A Megumi no le molestaba tener que quedarse toda la noche a haciendo guardia, es más esa había sido una de las razones por la cual había elegido esa carrera. Estar bajo la presión del momento, bajo la adrenalina de lo no programado. Era emocionante.

En las primeras horas de la mañana del día, había estado cuidando de Sayo Amakuza, una jovencita de no más de veinte años parecía simpática y calma, aunque de comportamiento un tanto extraño.

Megumi, volvió a fruncir el ceño, al recordar la mirada extraña que le había dado para callarla... a distancia se notaba que no le gustaba los hospitales, y mucho menos los análisis, sin embargo notó que la sonrisa de aquella mujer no era sincera.

¿Por qué el temor a los análisis¿Qué ocultaba? Había hablado con su amigo, y juntos no habían llegado a nada determinante. Recordaba sus palabras

- "Es una mujer joven y linda. Probablemente tenga miedo de saber si esta enferma."

Era una posibilidad. Pero cuando intento refutarle, diciendo que el no había visto su mirada. Él solo se limitó a sonreír.

- "Entonces solo estaba fingiendo frente a ese hombre. ¿Quien se puede resistir a una damisela en peligro?"

De pronto se le apareció una imagen en la cabeza. Sanosuke defendiendo a Sayo de un par de hombres vestidos de policías. Venciéndolos a todos. Después Sayo le agarraba de la mano y sonreían felices. Megumi frunció el entreceño. ¿Qué hacia el idiota del cabeza de gallo en sus pensamientos?

'Muy tarde para pensar en estas cosas' se dijo mientras entraba al auto. Pero no lo puso en marcha. Al contrario, se quedo sentada mirando la nada, pensando en la mirada extraña que había recibido de Sayo, y la mirada de alivio de Sanosuke.

¿Serían novios¿Hermanos¿Vecinos? Megumi se sacudió la cabeza. ¿Y a ella que demonios le importaba si eran novios o si era su próximo donante de riñón? No tenía nada de malo. Como dijo el doctor Genzai, Sayo era un jovencita muy linda y Sanosuke parecía tener una debilidad hacia las damiselas en peligro. 'estupido cabeza de gallo, es la segunda vez que me lo encuentro y ya me da dolores de cabeza, como antes' un momento... ¿Cómo antes? Pero si ella no lo conocía... ¿Además que le importaba a ella, el porque Sanosuke estaba tan aliviado de ver a Sayo sana y salva? ni que le importara tanto. ¿Por qué le iba a interesar desentrañar la mirada que le había dirigido Sanosuke a Sayo? Ni que se muriera por saberlo. 'Como si quisiera saberlo.'

Se quedo unos segundos en silencio, con la vista fija en la pared del estacionamiento enfrente a ella.

'Muy tarde para pensar en estas cosas' se dijo nuevamente finalizando el tema, mientras hacia andar al auto y salía del hospital.

Lastima que las cosas van a ser demasiado tarde para cuando Megumi comience a pensarlas.

O o ------------------------------------------------- o O

Cuando las nubes comenzaron a desaparecer del cielo. Kaoru Kamiya y Misao Machimachi, salieron del restaurante. Habían terminado su turno.

- "Este lugar me va a provocar una asiática" – se quejó Misao, dándose pequeños golpecitos en su espalda – "Si Tae no fuera mi amiga, me quejaría en Abusos de Menores. ¿Por qué todo el mundo toma café es este restaurante?"

- "Misao, no seas tan extremista" – sonrió Kaoru ante las ocurrencias de su amiga

- "Claro, tu lo dices porque estuviste toda la tarde con Himura, y yo tuve que ir de un lado a otro con los pedidos."

Kaoru se sonrojo. Era verdad que había estado hablando con Kenshin. ¡Pero no toda la tarde! Había tomado mucha confianza con el pelirrojo, y no sabía porque. ¡Si recién lo conocía¿Acaso sus padres no le habían enseñado a no ser tan amistosa con un hombre que apenas conoce¿Por qué apenas lo conocía no? Solo sabía su nombre y su apellido. No sabía nada más. ¿Y si era un violador que pensaba llevarla hasta México para prostituirla?

'No, Kenshin no es así'

¿Pero como podía estar tan segura¿Solo porque se sentía cómoda cada vez que hablaba con él¿Solo porque se sentía protegida¿Solo porque se sentía querida? Misao y Tae la querían.

'Pero no de la misma forma que Kenshin'

Kenshin la miraba de una manera muy especial. 'Esos ojos' Esos ojos demostraban algo más que ella no podía descifrar. '¿qué?' Tal vez es la edad. Ella tenía entendido que cuando más grande sos, tu mirada es más penetrante. Y así era la del pelirrojo. Cada vez que lo veía notaba como esos ojos lavandas la inspeccionaban como si le estuvieran haciendo un examen de rayos X. Pero ¿Qué tan grande era? Esta bien, su físico era envidiable. Muchos hombres matarían por ese físico. Sin embargo, eso no significaba nada. Hombres mucho mas grandes de Kaoru estaban muy bien físicamente. ¿Y si tenía cuarenta? Kaoru se asusto. Ella no podría tener una relación con alguien de cuarenta.

Un momento¿acababa de decir relación?

- "¿Vamos?"

Kaoru dio un salto de casi treinta metro. Se había olvidado que Misao estaba a su lado. No sabía como sus pies la habían llevado hasta su auto y sus manos le habían asegurado el cinturón de seguridad. Pero hasta ahí había llegado. Aparentemente se había quedado inmóvil.

- "¡Kaoru!" – Misao le vio apremiante – "¡Vamos!"

- "uh... ah... si, vamos" – Kaoru pareció salir de un nube de ensueño. Misao la miro extrañada. Los movimientos de Kaoru eran torpes, no embocaba la llave en la cerradura del auto, además tenía el entrecejo fruncido y Misao sabía que generalmente era porque pensaba en algo que no llegaba a entender. Y eso podía significar una sola cosa. Misao de pronto pareció caer en la cuenta.

- "¿Te gusta?"

Kaoru se detuvo en seco y dejo caer las llaves en lo profundo del auto. Enfrentó a Misao con una cara más roja que un tomate en insolación.

- "Misao ¡Qué demonios estas diciendo?" – Ladró – "¡Kenshin es solo mi amigo!"

- "¿Quién hablo de Himura?" – Preguntó Misao con una carita de ángel – "Yo solo te hablaba de mi nuevo lápiz labial. Mira" – Y se tiro el pelo para atrás, para que Kaoru pudiera ver mejor su cara.

Kaoru más sonrojada, solo movió las manos y al igual que la cabeza con un gesto afirmativo – "Si, Misao. Me gusta"

Misao sonrió complacida. Ella no llevaba ningún lápiz labial. Ahora todo se ponía más interesante

'Oh Kaoru eres tan predecible. Esto va a ser divertido'

Oo------------------------------------oO

Notas de la autora: Muy bien, se que tarde un montón con estos capítulos pero ¿Qué les puedo decir? La vida me mantiene muy ocupada, aunque no de la manera que a mi me gustaría. Prefiero mil veces estar sentada frente a la computadora que, estar acostada en mi habitación pensando en lo que podría ser mi musa inspiradora.

Últimamente, no lo voy a negar, estuve pensando mucho, demasiado para mi gusto sobre un hecho muy peculiar.

Una amiga mía, esta pasando por la misma situación que yo. A ella le gusta un chico, mucho. Pero este chico... como decirlo... esta con ella cuando le conviene... "puchinball" ¿se entiende? Porque este chico, que es grande, mucho mas grande que ella, esta algo 'confundido'. En este caso, hay dos chicas. Que a él no le dan ni cinco de pelota. En cambio, mi amiga, si. Pero al parecer a él, mucho no le importa. Sino que la 'usa' como alimento para su ego.

Increíble. Yo siempre tuve bien en claro, que una cosa así nunca me iba a pasar. Pero ahora me trago mis palabras.

Le aconsejé, (y no soy nadie para aconsejar en este momento), que se tomara las cosas con calma, (lo que ninguna de las dos tenemos), que si él chico, de verdad le quería, el solito iba a volver.

Pero seamos sinceras chicas, cuando el chico que te gusta, te mira con ojitos tiernos que pareciera que el mundo se te acaba de solo verlo, que te sonríe de una forma capaz de derretir el glaciar Perito Moreno, y te habla con tanta dulzura, que hasta la misma miel te parece amarga. Es imposible dejar de hablarle y darte tiempo. Es solo imposible.

Y yo lo sé. Porque aunque en mi caso no hay dos chicas, solo hay una. Es suficiente para que me de miedo. Y mucho.

Quiero olvidar todo, quiero maldecir el día en el que empecé a sentir cosas extrañas que estaba segura de controlar, quiero detestarlo, quiero odiarlo. Pero no puedo. No puedo. Me resulta tan difícil no perdonarlo. Solo con verlo me olvido de todo. Y maldigo mi debilidad.

¿Por qué se supone que las cosas sean tan difíciles¿Por qué no pueden ser más simples¿Por qué hay que depender tanto? Hay veces en la que desearía extirparme los sentimientos, así no siento nada y no estaría pasando por esta encrucijada.

Yo le quiero mucho. Es un amigo muy importante para mí. Y tengo miedo de que las cosas terminen mal, y que las cosas terminen bien. Aunque sé que las probabilidades de que eso pase son nulas.

Ya ni me reconozco. Yo, que siempre fue optimista, que le veía todo su lado positivo, que intentaba no deprimirme por mucho tiempo, que era todo amor y paz. Ahora me siento, fría, furiosa, deprimida, vacía.

¿Por qué cada vez que veo sus fotos juntos, siento como si mi estomago diera una vuelco de repulsión¿Por qué siento que todo dio un grito de 180°¿Por qué siento un peso de miles de toneladas cuando sé que no puedo decirles muchas cosas por que sería demasiado egoísta de mi parte¿Por qué siento un dolor en el pecho cada vez que sé algo de ellos dos¿Por qué no puedo odiarlo a pesar de todo?

Quiero ahogarme en una piscina, quiero vivir en una incubadora, quiero cerrar el capullo que se abrió nuevamente. Pero también quiero verle. Quiero hablarle. Quiero sentirlo, pero no de la manera que todos piensan, sino de la otra manera, quiero sentirlo cerca de mí.

Quiero llorar, pero las lágrimas se rehúsan a salir, como si fueran como la fruta prohibida que no hay que comer.

Hay tantas cosas que no entiendo. Si no hay nada entre nosotros¿porque hace cada comentario que me hace ruborizar hasta la espina dorsal¿Por qué lo siento tan cerca mío cuando nos encontramos¿Por qué juega conmigo si de verdad no siente nada?

No entiendo. Y si sigo así nunca lo voy a entender. Sé bien que es lo que tengo que hacer. ¿Pero como arriesgar tanto¿Y si lo hecho a perder¿Y si las cosas cambian para siempre? No sería capaz de soportarlo. No podría. Y yo le quiero tanto. Es tan buen amigo.

Es todo un dilema, que no me queda otra más que tratar de resolverlo. Solo espero que no sea demasiado tarde. Tengo que tener firme mi respuesta, antes de que él descubra la suya. Que feo se siente, tener que depender tanto de alguien.

Creo que me explaye más de lo que esperaba, pero necesitaba descargarme. Tal vez creo que acá puedo encontrar buenos consejos. Me ayudaría mucho.

Espero que les vaya bien. Que no pasen por lo que estoy pasando porque es horrible, es muy doloroso.

Suerte, un beso y un abrazo.

O.o Kaoru-chan o.O

Reviews:

Misao: oh, mira Kaoru, la cámara ya esta encendida

Kaoru: mou! Yo sabía que no era una fábrica de chocolate

Misao: no me digas que te lo creíste. ¡Eso es una película Kaoru! "Charlie ande the chocolate factory" no creía que cuando "Kaoru-chan" dijo que había chocolate pensaste en chocolate de verdad y no en la película.

Kaoru: uh... claro que no... En fin¿comenzamos?

Misao: si... cuando vea a Himura y al cabeza de pollo lo pagaran ¿Cómo es eso de dejarnos solas?

Kaoru: hai, hai¿Cómo se atreve...?

Misao: terminemos rápido. Así lo vamos a buscar ¿de quien es el primero?

Kaoru: el primero es de gabyhyatt es una de las lectoras devotas de "Kaoru-chan" siempre le deja un review y ella se lo agradece mucho

Misao: oh... que bueno... el malhumor de "Kaoru-chan" puede ser catastrófico

Kaoru: hai ... "Kaoru-chan" le responde esto: « Gabyhyatt: Pensé mucho en tu review, y la verdad es que creo que tener razón, así que voy a seguir tu consejo y voy a hacer algo especial para Sayo. Así que la parte de Sayo, todo lo que venga va a ser gracias a vos. Espero verte en este capitulo »

Misao: veo, que ya pensó en todo...

Kaoru¿Qué tendrá pensado para Sayo?

Misao: no se, fíjate si dice algo en el próximo review

Kaoru: a ver... este es para Yumiki-sama y le dice: «Yumiki-sama: Sos la primera que me dice algo al respecto de Megumi y Aoshi. Si, es verdad, es original, supongo. Yo también espero tener suerte con las cosillas (llamadas vulgarmente, responsabilidades) que 'ocupan' mi día o más bien mi vida. Seguiré intentando cocinar, es difícil, pero a esta altura... Nos vemos. »

Misao¿¡tampoco sabe cocinar? oi... pero ustedes son un caso perdido... crees que sepa distinguir entre la sal y el azúcar, tan bien como vos Kaoru.

Kaoru: MOU! Misao, la gente te esta escuchando

Misao: ni que fuera un misterio... en fin, ahí no habla nada de nada. ¿La otra?

Kaoru: la otra es de Cristy-girl, que le responde «Cristy-girl: bueno, creo que por vos, voy a considerar una vez más el futuro de la pareja... Espero que este capitulo haya sido de tu agrado. Y que la espera no se haya prolongado mucho. »

Misao¿Qué pareja?

Kaoru: no se, no dice nada. Me parece que vas a tener que esperar para enterarte.

Misao: noooooooooo ¿Qué esperar¿Vamos a la casa?

Kaoru¿no es tarde?

Misao: y la despertamos, además no puedo aguantar la intriga.

Kaoru: esta bien... Bueno lectoras... Disfruten del fin de semana. ¡Nos vemos!

Misao¡¡Adioooooooooooooooooós¡Hasta la próxima!

Take care & Eat cake

O.o Kaoru-chan o.O