Notas el autor: Hola, hola, hola. ¿Cómo están todos? Espero que bien. Aquí les traigo la tercera edición de esta historia. Vamos a ver que tipo de pesadillas pueden tener el menor de los hermanos mayores de Linka, junto con el mayor de los menores hermanos de Linka. Bueno, sin nada más. Aquí está la siguientes historias.

5) Lynn

—¡Qué horrible día! — dijo Lynn de malhumor entrando a su propia habitación. Se lanzó a la cama por la frustración que tenía.

Lynn, a diferencias de sus hermanos, no solo tuvo un mal día, sino tres días horribles. En esos tres días tuvo algún juego dentro de una competencia. Y en los tres días tuvo una derrota. Hubo muchos factores que afectaron al resultado del juego. Entre estrategias, destreza y trabajo de equipo del equipo contrincante. Pero había un factor que siempre afecta a un equipo. El factor suerte. Ese era el factor más importante para Lynn. Ya que no importaba que tan bueno eres en un deporte de equipo. Si no tienes la suerte de tu lado, estás acabado. Y ese era la única razón para Lynn de perder en ese día. Y eso tenía a Lynn ya harto de todo. Él quería tener su victoria, la suerte de su lado. La suerte que otros tienen en esos juegos importantes, lo quería para sí mismo. Ya que él era el mejor. Pero si iba a perder, tenía que ser porque su oponente sea mejor que él. No por la suerte.

A pesar de que la suerte es algo que no se puede controlar. Lynn ha hecho lo imposible para mejorarlo. Entre rituales, supersticiones, plegarias y entre otras cosas. Él cree que es posible de arreglar la balanza de la suerte de esa manera. Pero al parecer, no le estaban funcionando durante esos tres días. Y no había nada que pudiera hacer para ganar el último juego. Ya que, si perdían, quedarían fuera de la temporada.

Lynn se fue a dormir, ya que era lo único que podía hacer. Esperando que mañana pudiera buscar algún método alternativo para solucionar su problema de suerte. Esperando que su suerte cambiaria. Pero lo que no sabe Lynn, es que su suerte no había cambiado aún. Era solo el comienzo.


Lynn fue a buscar respuesta en otras culturas. Esperando que en otras culturas tuvieran algún dios de la suerte, o algo por el estilo. Esperaba encontrar algo de la religión egipcia. Ya que ellos tenían suerte, en especial si creían en el corazón de las cartas. Pero desafortunadamente, no había ningún lugar en Royal Woods que ofreciera productos egipcios. Así que buscó las opciones disponibles en su ciudad. Estuvo buscando entre varios lugares, y encontró un bazar griego y un bazar italiano. Lynn pensó en sus opciones. Los griegos tenían muchos dioses, sus mitos eran de locos. Un dios abusivo como Zeus atacando a los humanos. Además, que tenían muchos dioses para cualquier cosa. Incluso, quizás podrían encontrarse con algún dios que hace que se acabe el papel higiénico en el baño. Y eso era lo menos que quería Lynn por el momento. Por otro lado, estaban lo italianos. Ellos inventaron los sándwiches de carne. Así que la opción era bastante clara para Lynn.

Así que Lynn viajó al bazar italiano. Y no parecía no tener buena suerte, ya que no pudo encontrar algo que le ayudara.

—¡Oye, tú, muchacho! — dijo un sujeto en una túnica blanco. — Creo que tener lo que necesitas.

—Ehh… no gracias. Además, lo que buscó no es un objetivo. Lo que necesito es…

—un poco de buena fortuna. O suerte. — dijo el sujeto, lo que llamó la atención a Lynn.

—Ven aquí. Encontraras la tienda de fortuna. — dijo el sujeto entrando a un callejón, en donde no parecía que iba a ver otra tienda. Pero al final del lugar había una choza.

—¿Qué es este lugar? — se preguntó Lynn.

—¡ESTA ES LA TIENDA DE FORTUNA!

—Oye, no grites viejo. Te escuché la primera vez.

—Encontraras de seguro lo que estás buscando. ¡Pero ten cuidado! Puedes terminar con lo opuesto de lo que quieres. Buena suerte.

—¿A qué te refieres con eso? — preguntó Lynn mientras veía la choza. Pero no había respuesta del sujeto— ¡Oye! — Lynn se dio la vuelta solo para ver que no había nadie.

Lynn se preocupó un poco. Que quizás lo más razonable era irse de ese lugar. Pero si ese sujeto tenía razón podría salir con la suerte que tanto estaba esperando Lynn. Por lo que entró a tal tienda para ver qué clase de productos vendían, con la esperanza que algo le ayudara a resolver sus problemas de suerte

Entró a la tienda y no era nada de lo que esperaba. La tienda estaba completamente vacía. Parecía una tienda cualquiera que vendía cosas, pero estaba todo vacío. No había nada en los estantes. Pero de repente, una luz se enfocó a un objeto que había en una mesa pequeña. Era una cornucopia. Un cuerno donde se meten frutas. Se supone que significa que es para mostrar que habrá buenos frutos. Pero esas cosas no sirven ahora.

—¿Acaso no hay nada aquí adentro?

Lynn comenzó a inspeccionar la cornucopia. Pero no noto nada raro dentro de ella. Notó que estaba un poco sucio llena de polvo. Empezó a limpiarlo un poco del polvo. Y de repente, comenzó a expulsar un humo de color turquesa. A partir de todo el humo que se creó, apareció una mujer que tenía la piel de color turquesa. Lynn no podía creer lo que le había aparecido.

—No lo puedo creer. Tengo un genio de la lámpara.

El espíritu que apareció se enojó. — ¡Ugh! Estoy harta de que cada vez que alguien frota de mi cornucopia, piensa que soy un genio de una estúpida lámpara que concede deseos. Seguramente pensaran en el futuro que saldrá un príncipe que canta canciones de rap o aparecerá la señora Douptfire.

—¿Entonces no eres un genio? — Preguntó Lynn.

—¡Claro que no! Hay diferencias entre un genio y yo. En primer lugar, yo existo. Y, segundo, no concedo deseos.

—Entonces no sirves de nada. — dijo Lynn.

La mujer se molestó por el comentario, pero trató de no mostrarse enojada—Soy Fortuna, diosa de la suerte.

—Demuéstralo— dijo Lynn.

—¿Cómo dices?

—Demuéstrame que eres una diosa de la suerte.

—Bueno, déjeme pensar, como le demuestro… ¡Ya sé! ¿Tienes una moneda? —Lynn buscó en sus bolsillos y encontró una moneda. La diosa lo tomó — Te demuestro que tengo suerte. — La diosa lanzó la moneda hacia el aire.

—Eso es tonto— dijo Lynn, ya que era imposible demostrar suerte con una moneda— Solo puedes sacar dos resultados. ¿Cómo me demostraras que…? — La moneda tocó el suelo, y Lynn se sorprendió por el resultado. La mujer no sacó, ni cara, ni cruz. La moneda cayó de pie. O sean, terminó en una posición imposible. — Hazlo otra vez— pidió Lynn

—Como quieras. —La diosa recogía la moneda y lo lanzaba, una y otra vez y cada resultado era igual. Eso es imposible, a no ser de tener la mejor suerte del mundo.

— Entonces es cierto, que eres una diosa.

—Así es. Hace cientos de años atrás. Me encerré en esa cornucopia ya que todo el mundo iba visitar mi templo a pedir mi poder de buena suerte por todo. Jamás tenía momentos de paz. Así que hice la cosa más racional que podía hacer. Encerrarme en esa cornucopia para estar lejos de todos. Pero cuando alguien me encuentra le doy a esa persona algo.

—¿Un deseo? —preguntó Lynn.

—¡Qué no soy genio! — se molestó Fortuna— Le doy una probada de mi poder. Puedo darle suerte por toda la vida a alguien. A quien tú quieras.

—¡En serio! — dijo Lynn con toda la alegría del mundo, ya que tenía la oportunidad de obtener la suerte absoluta para ganar cualquier juego.

—Exacto, siempre que no seas tú mismo

Esas últimas palabras impactaron a Lynn— ¿Cómo dices?

—Puedo controlar la suerte de toda la persona. Y le daré la suerte absoluta a cualquier persona, excepto a ti. ¿A qué no es genial?

Por su puesto que a Lynn no le gustó eso— Tenía que tener la peor suerte esta semana. — dijo Lynn.

—¿Disculpa? — preguntó la diosa, Fortuna.

—¿Cuál es el punto de darle suerte a cualquiera, excepto a mí?

—Por la misma razón que me alejé de todo el mundo. Todos exigían fortuna para sí mismos, lo cual me molestaban. Y cuando quería desaparecer, una persona. Solo una persona me sorprendió de los cientos que fueron a visitarme. Él pidió que le diera suerte a su, recién nacida hermana. Cuando le pregunté el por qué, me dijo que quería que su hermana tuviera lo mejor de todo. Él tenía la peor suerte del mundo. Y que quería lo mejor para su hermana. Él quería que su hermana tuviera suerte al nacer, a diferencia de él que tuvo suerte de haber nacido. Eso me conmovió demasiado. Por eso solo le doy suerte como regalo. ¿No es una idea maravillosa? — dijo toda alegre la diosa. Pero Lynn no se sentía de la misma forma. — Así que ¿a quién quieres darle la mejor suerte del mundo?

Lynn se molestó. Claro, él podía darle la suerte a cualquiera de sus diez hermanos. Pero todos ellos lo desperdiciarían en alguna estupidez. A diferencia de él, que lo usaría para ganar juegos. Así que tenía que buscar la forma de engañar a esa diosa para que le diera los poderes a él. Pero sería muy difícil, ya que quiere su poder para ayudar a personas. Lynn se dio cuenta de que era una mujer, así que podía engañarlo como lo hace con Linka.

En ese momento, Lynn se le ocurrió una buena idea. — No lo sé. Es que quiero ayudar a todos mis equipos.

La diosa no entendía lo quería Lynn— ¿Cómo dices?

—Es que yo practico muchos deportes. Y estoy en muchos campeonatos. Y quiero lo mejor para todos mis equipos.

—Ah, eso es tan generoso. Creo que puedo hacer algo. Y dime ¿hay alguien que esté en todos los equipos que juegas?

—No— respondió Lynn.

—¿En serio?

—Así es. No hay nadie que juegue en los equipos que juego.

—Entonces eso es un gran problema. Si no hay alguien que esté en todos tus equipos no puedo darlo.

—Bueno, solo yo estoy en todos los equipos. — dijo Lynn enfocando la idea de que era él el único que podría tener la fortuna.

Le llamó la intención a la diosa ese detalle— ¿Solamente tú? No lo sé. Solo doy como regalo por motivos, no egoístas.

—O no te preocupes. — dijo Lynn— solo me interesa darle mi equipo la suerte. No importa si yo deba recibirlo, para que ellos tengan la suerte.

—¿Estás seguro de que no te importaría de sufrir con la idea de que tu equipo tenga la mejor suerte? — dijo la diosa mirando de manera muy rara, sospechando de Lynn.

—Así es— dijo algo nervioso Lynn. Ya que podría no creerle y arruinar está oportunidad de oro.

— Eso es… —Le habló de manera muy sería— Lo más generoso que he escuchado en toda mi vida. — contestó la diosa por la idea 'no egoísta' de Lynn.

Lynn no podía creer que se salvó— Bien te lanzaré un hechizo a ti. Para que tú equipo tenga siempre suerte en sus juegos. ¿Estás seguro de que eso quieres?

—Más que nada en el mundo— dijo Lynn con una sonrisa maquiavélica.

—Está bien. Ahora a darte mi poder.

—Bien, ¿Cómo funciona esto? Me lanzas unos rayos de tus dedos.

—¡Qué no soy genio! No lanzó rayos láser de mis dedos.

—¿Entonces cómo lo haces? — preguntó Lynn. — ¿Acaso debes hacer una poción?

—Claro que no. No soy una salvaje— dijo la diosa tomando su cornucopia —Primer tomo mi cornucopia…

—Sí— dijo impacientemente Lynn para recibir suerte— ¿Y luego?

—Y luego te golpeo en toda la cara con ella.

—Entiendo… espera ¿qué? — antes que pudiera reaccionar, la diosa le dio todo un golpe en toda la cara, que hizo que Lynn viera estrellas por horas.


Pasaron los días, hasta el día de un campeonato de soccer de Lynn. Era la última oportunidad del equipo de Lynn. Si perdían, quedaban fuera de la temporada en el último lugar con cero puntos. La peor humillación para un equipo. La puntuación estaba empatada por tres goles.

Quedaba unos pocos segundos para ganar, y era el turno de Lynn de hacer un gol. Estuvo corriendo y pudo pasar a los tres defensas que tenía el equipo contrario. Solo quedaba pasar al arquero que era la última barrera para ganar el juego. Lynn fue corriendo por todo. Y el arquero se acercó a Lynn, se lanzó para quitarle el balón de los pies de Lynn, pero golpeó a Lynn, y esté se cayó.

No había ninguna forma que ganara. —Esa mujer me engañó— se molestó Lynn por no haber ganado el juego.

Y todos los fanáticos del equipo de Lynn comienzan a celebrar. Lo que dejó a Lynn muy confundido. Pero resulta que Lynn hizo el gol de la victoria en la última jugada—Pero ¿cómo? — se preguntó Lynn.

El anunciador comenzó a hablar—Si se preguntan cómo fue el gol, aunque debes ser ciego para no haberlo notado, aquí una repetición— Mostraron que el arquero le golpeó a Lynn, no solo lo golpeó. Sino también golpeó lejos el balón que le llegó a uno de los defensas que accidentalmente, lo patea y lo lanza hacia el centro del campo, en donde golpea la cara del otro defensa e hizo que el balón llegara a la portería. Resultando como un gol para el equipo de Lynn.

Todo el equipo levantó a Lynn, celebrando, por haber hecho el gol de la victoria.

—Aparentemente la suerte de esa mujer funciona.


Más tarde, en la casa Loud. Todos estaban cenando y celebrando la victoria de Lynn en su último juego. Lo cual fue el único tema de conversación de la mesa. Y Lynn no podía sentirse más feliz por el asunto.

Todos ya habían comido un postre y era hora de pararse de la mesa. Pero justó apareció su padre— Oigan, chicos. Resulta que quedó un último postre ¿Quién lo quiere? — Con solo mencionar eso. Todos comenzaron a pelear por el postre, excepto Lynn que su reacción fue lenta.

Entre el humo de pelea, sale volando el helado y cae directamente en la mano de Lynn— ¡Vaya! No hice nada y quedé con un postre extra. Este sí que es mi día de suerte.

Pero no fue solo un día. El resto de los juegos que tenía Lynn ganaba de forma espectacular. Ganaba en fútbol americano, en baloncesto, en béisbol e incluso en hockey. Parecía que no había forma de detener a Lynn. Incluso hacía hazañas locas y ganaba. Se vendaba los ojos en baloncesto y anotaba triple puntos. Siempre golpeaba un home run en béisbol. No importaba el deporte o el juego, él siempre ganaba y parecía que su suerte nunca iba a acabar. Y eso no solo lo detenía en juegos, incluso en discusiones en casa, él ganaba. Cuando lanzaba una pelota que iba a romper una ventana de su casa, pasaba algo que lo evitaba. Como que Linka pasaba y le golpeaba la cara. Era siempre el que ganaba en todo, e incluso sus exámenes en la escuela obtenía buenas calificaciones en pruebas que no estudiaba. En verdad, Lynn estaba en su paraíso de suerte.


Pasaron los días y Lynn había ganado otro partido de soccer, lo que ponía a todo su equipo feliz. Todos excepto a Lynn, ya que no le traía gloria por alguna razón. Luego en otros días le pedía al entrenador en jugar como defensa, lo cual le concedieron esa posición. En el cual, el equipo de Lynn ganaba porque Lynn al lanzar el balón, golpeó el pie a un jugador por accidente lo que hacía que volara a la otra portería y hacía un gol. Lo que molestó un poco a Lynn. Un día quiso probar ser el arquero en un partido, y para hacer las cosas emocionantes, puso una silla para sentarse en ella por todo el partido. Pero aun así cuando el equipo contrario iba a lanzar el balón. De alguna manera, tiraban el balón a la cara de Lynn lo que hacía que el balón saliera volando hacía la otra portería y terminaba en un gol. Lo que su equipo celebraba, pero molestaba a Lynn. Y no solo en soccer. Lo mismo pasaba en baloncesto que siempre anotaba, incluso cuando solo rebotaba la pelota. En béisbol, él ni siquiera movía el bate, y lanzador lanzaba en la dirección del bate, lo que hacía que saliera del campo y terminaba en un home run. Esos milagros pasaban en cada deporte.

Pero no solo estaba limitado por el deporte. El hacía cosas sin intención alguna y lograba algo sensacional. Como lanzar las llaves a la puerta, y que la llave entrara en la cerradura. Borraba algo de la pizarra de Levi, que tenía muchas ecuaciones, lo que resolvía las ecuaciones. Y cuando lanzaba el balón para romper algo en la casa, algo intervenía que evitaba que se rompiera, por lo general la cara de Linka.


Después de varios días, Lynn ya estuvo harto de ganar. Por lo que fue al bazar italiano a buscar Fortuna para arreglar las cosas. Por suerte, algo que no le sorprendía por la suerte que tenía, encontró la tienda donde había encontrado a Fortuna. Y en el centro, estaba su cornucopia.

—Bien. Hora de convocar a Fortuna— Comenzó a frotarla para que ella saliera. Pero no sucedía nada. Seguía frotando la cornucopia, pero nada pasaba. Hasta que perdió la paciencia y empezó a golpear la cornucopia. —¡Oye, Fortuna! ¡Tengo que hablar contigo! — y empezó a salir humo de color turquesa de la cornucopia.

Comenzó a salir el humo de color turquesa desde la cornucopia—¡En serio! ¿Quién molesta a esta hora del día? — notó que era Lynn. — Hola, Lynn. No esperaba tu visita. Un consejo ¿Por qué no tocas la puerta con más suavidad la próxima vez?

—Bueno froté la cornucopia, y no salías.

—¡Ugh! — se quejó fortuna— Por última vez, ¡No soy un genio! Pero, bueno ¿En qué te puedo ayudar?

—Es que tengo un problema.

—¿Qué clase de problema?

—Es que todo es perfecto. Llevó un mes desde que nos encontramos, y ya no lo soporto.

La diosa estaba confundida—No te entiendo.

—¿Cómo te lo explicó? Estoy aburrido. No hay emoción cuando juego. No hay sorpresas.

—Pero, pensé que querías que tu equipo tuviera suerte.

—Eso quiero. Pero cuando siempre ganas. Eso no es un juego, es un regalo.

—Bueno, puedo hacer que tu equipo pierda. Pero no le veo el sentido, si quieres que tu equipo gane o pierda a voluntad ¿Acaso eso ayudaría?

—Quizás— pero Lynn notó algo— No, es lo mismo. Yo sé que eso pasará. — La diosa se acercó a Lynn para consolarlo. Y Lynn comenzó a abrirse ante ella— Mira, Fortuna. Entre tú y yo, pienso que el poder que me lanzaste, no me ayuda para nada.

—Claro que te ayuda. Era lo que tú querías. Deseabas que en cualquier equipo que estés, ganara. Y eso es lo que pasa. No importa el equipo, siempre vas a ganar.

—Sé que quería eso. Pero esto es mucho. — Y a Lynn se le ocurrió una idea— Que tal. Si me das un poco de mala suerte para recompensar el exceso de suerte. Así siempre habrá una chance que pierda ¿Qué te parece?

—No puedo hacer eso, Lynn.

—¡Vamos! Sé que eres la diosa de la suerte. Pero estoy seguro de que puedes hacer algo con este exceso de buena suerte.

—¿Exceso de buena suerte? — preguntó la diosa— ¿Qué te hace pensar que te di buena suerte?

—Tú dijiste que darías suerte a una persona. Pero como quería dar suerte a todos los equipos que jugaba, me diste buena suerte.

—Claro que no. Jamás te di buena suerte. Te di la mayor cantidad de mala suerte que puedes tener. — Lynn no podía creer lo que había escuchado. Pero ahora todo tenía sentido. Cada cosa que hacía Lynn tenía algo de competitividad. Algo que le gustaba mucho tener. Pero ahora con la victoria asegurada por la suerte. Ya no tenía competitividad. Y eso era la peor suerte que Lynn podría sufrir. —Te di mala suerte. Incluso para mí, es imposible dar suerte a ese nivel. Pero cuando dijiste que no te molestaba sufrir para que tu equipo tuviera la mayor suerte. Era perfecto lanzar ese tipo de mala suerte. En donde siempre ganas. Por lo que tu esfuerzo para mejorar, tus sacrificios para dar lo mejor de ti. No significan nada. Ya que no importa la que tienes, siempre tendrás el mismo resultado.

—No lo puedo creer— dijo impactado Lynn. — ¡Tienes que quitarme esta cosa!

—No puedo. Además, eso era lo que querías— Lynn impactado por ironía que le había llegado— Bueno. Ahora que resolví tu gran duda. Me puedo ir. — La diosa chasqueó los dedos. Y desapareció junto con su cornucopia. Dejando a Lynn a la deriva con el mayor de la malas suerte del mundo. Y no había forma de revertirlo.

Lynn era chico que tenía miedo de la suerte que hacía que perdiera sus juegos. Ahora tiene la victoria asegurada para cada juego que tiene en la vida. Y lamentablemente tendrá que vivir con eso.

—¡NOOOOO!


Lynn despertó en su cama. Después de levantarse de su pesadilla. — ¡Oh por dios! Que era un sueño— Lynn se calmó, pero…—Esperen un segundo— Ya que no todo era seguro— ¿Cómo sé que no tengo esa suerte? — Lynn fue directamente a la cama de Lars. — ¡Lars, DESPIERTA! — gritó Lynn para despertar a su hermano. Pero no lo despertó. Al menos, eso creía. Ya que es muy difícil saber si Lars estaba despierto o no. — Grr, ¡No tengo tiempo para esto! —Lynn salió de la habitación.

Lars que estaba en su cama— Suspiró. Menos mal que me dejó tranquilo. — Y siguió durmiendo.


Lynn fue a despertar a Linka. Lo cual, a diferencia de Lars, pudo hacer que se pusiera de pie. Y la llevó al pasillo, fuera de las habitaciones.

Linka estaba cansada. Pero tenía demasiado sueño para discutir con Lynn. Pero eso no importaba, Lynn no necesitaba mucha ayuda de Linka. Lo único que hizo, fue que Linka extendiera sus brazos. —Bien, Linka. Esto es lo que haré. Lanzaré este balón a cualquier lugar. Si tengo suerte, esto debería caer en tus brazos, ¿de acuerdo?

—Sí. Seguro— respondió Linka, prácticamente, durmiendo.

—Bien. Aquí va— Lynn lanzó el balón hacia atrás. El balón chocó con el marcó de la puerta del baño, e iba directamente donde estaba Linka— ¡Oh, no! — se asustó Lynn, ya que su suerte no había desaparecido.

El balón siguió, y golpeó la cara de Linka—¡AHHH! — el rebote, hizo que chocara con un florero que a su madre le gustaba, y terminó rompiendo.

Lynn no lo podía creer— ¡SÍ! — gritó de alegría— ¡Linka viste eso!

—¡Me rompiste la nariz! — dijo Linka, ya despierta, dado el golpe que le dio Lynn.

—¡Rompí el florero!

—¡ME ROMPISTE LA NARIZ!

—Sí. Pero, rompí el florero de mamá. ¿Sabes lo que significa?

—Qué Mamá te va a castigar.

—No, que no tengo más buena suerte. —Lynn comenzó a bailar por celebración.

Pero mientas bailaba, apareció alguien a sus espaldas—Quizás tengas razón que no tienes suerte. ¡Por qué estás en grave problema, jovencito! — Lynn notó que su madre estaba detrás de él.

—¡Oh, Rayos!


6) Lars

Lars tuvo un mal día en la escuela. La principal culpable era una niña que se sienta al lado de él, Elizabeth. Ella es una niña que usa todas sus cosas de color rosa. Lo cual, para Lars, era de lo peor. A ella le gustaba todo lo lindo. Es una niña que está llena de vida, pero ese día llevó la peor cosa en la escuela. Como el ajo para los vampiros, ella llevó un objeto que sería el ajo de Lars. Y estuvo sentado todo el día cerca de ese objeto.

Eso desanimó a Lars durante todo el día, que incluso se fue temprano a dormir. Lo cual no es normal de Lars ya que le encanta la noche.


El día siguiente era sábado. Lo cual era una alegría para todos los niños Louds. Estaban todos en la casa, todos excepto Loki. Pero el resto estaban haciendo sus diferentes actividades dentro de la casa. Pero Lars estaba feliz ya que no tendría cerca a esa niña con ese objeto de maldad absoluta.

—No es lo mejor Edna— dijo Lars a su figura de porcelana de Edna, protagonista de Vampiros de Melancolía. —Al fin puedo estar lejos de Elizabeth y su objeto infernal. Puede que ella lo lleve a la escuela. Pero no estará aquí en mi casa, o en un sábado. Qué podría ser mejor.

De repente llega Loki a su casa, entrando como siempre. —¡Oye, Linka! — dijo Loki al ver su hermana en el sofá. — Tengo una sorpresa para ti.

—¿Así? ¿Qué es?

—Esto— dijo sacando un objeto. —¡Tada!

Lars observó a distancia. Y sintió algo al ver lo que era. El sentimiento conocido como miedo. Era el objeto que llevó Elizabeth a su clase. Era un peluche. Pero no cualquier peluche. Era un peluche de una foca con cabello un poco desordenado, pero con los colores del arcoíris. Con unas alas de águila. Tenía una falda con volantes.

—¡Conseguiste un Rainbownnie! — dijo toda emocionada Linka.

— El demonio en su forma más tierna. — dijo en un rincón Lars, al ver Rainbownnie.

Los hermanos se acercaron para ver el regalo que le dieron a Linka

—¿Qué es esa cosa? — dijo Leif al ver el muñeco.

—¡Es adorable! — dijo todo alegre Lexx al ver la cosa más tierna del mundo.

Linka comenzó a explicar con un brillo en sus ojos— Esto es una Rainbownnie. Es el peluche que más está de moda. Incluso tiene muchos comerciales. — Linka comenzó a mostrar comerciales en la televisión. Uno promocionando la venta del peluche; otro como el juguete en la compra del menú infantil de una cadena de comida rápida; y otro promocionando el cuidado del medio ambiente. — ¿Acaso no es linda? — dijo Linka abrazando el peluche. Todos los niños comentando sobre el juguete. La mayoría estaban felices por el regalo hacia Linka. —Loki ¿Cómo lo conseguiste?

—Se lo dieron a Bebe en el trabajo.

—¿Acaso hizo un buen trabajo?

—No exactamente. Dijo que un hombre entró en la tienda y se lo dio. Como si tratara de deshacerse del muñeco. — todos quedaron en silencio por el último comentario de Loki. Ya que no era algo normal.

—Fue un sujeto muy amable— dijo Loni y todos afirmaron a esa opinión.

—En resumen, Bebe tampoco lo quería y pensó que sería perfecto para ti Linka. ¿Acaso fue buena idea?

—La mejor idea. No sé a quién no le parecería una buena idea. — comentó Linka.

—¿Qué hace esa cosa aquí? — dijo Lars detrás de todos.

—¡AAAHHHH! — todos se asustaron por la repentina aparición de Lars por la espalda de todos.

—¿Conoces ese peluche? — preguntó Luke.

—Sí. Una niña de mi clase no se calla por ese tonto peluche.

—Vamos Lars es solo un peluche. — dijo Lynn.

—Es toda una lindura. — decía Lexx.

— ¿Qué es lo peor que puede ocurrir? — terminó de explicar Lynn

Todos tenían un punto. Pero aun así a Lars no le agradaba absolutamente nada de ese muñeco de felpa.

De repente su padre llama a los chicos— ¡Chicos! ¿Quién quiere helado? —Todos los niños corren, excepto Lars. Y Linka dejó el muñeco atrás, ya que por experiencia sabe que el helado y los peluches no van de la mano.

Lars se quedó un momento con la muñeca para ver qué era la gran conmoción por ese tonto juguete. Comenzó a inspeccionarlo. Pero para Lars, era algo tonto que apreciar. — En verdad que eres espeluznante— dijo a la muñeca, lo dejó en la mesa e iba a la cocina para comer un poco de helado.

De repente, el peluche comenzó a hablar— Soy Rainbownnie y creo que no me agradas.

Eso hizo detener a Lars y se dio vuelta para ver al muñeco. Y volvió a ver el peluche, se acercó a él— Al parecer, eso es lo único que tenemos en común. — Lars lo golpeó en la cara, y el peluche cayó al suelo. Lars se fue hacia la cocina para comer un poco de helado.

—Soy Rainbownnie y lo vas a lamentar.


Momentos después, solo quedaron Linka y Lars, ya que el resto de sus hermanos ya se habían comido sus helados.

—Si te demoraste en venir, Lars. —dijo Linka— Casi te quedas sin helado, ya que Lexx ya estaba pidiendo un segundo plato.

—Estaba viendo ese peluche tuyo, Linka.

Preguntaron a Lars—¿Acaso te gusto?

—Lo opuesto. No me gusta ese peluche parlante.

Linka miró de manera extraña a Lars—¿Peluche parlante? Rainbownnie no es un peluche parlante.

—Eso no fue lo que vi antes— dijo Lars.

Linka fue a buscar el peluche para mostrárselo a Lars. Le presionó en todas partes y no había ningún dispositivo que hiciera sonido para que hablara el muñeco. — Lo ves, Lars. Rainbownnie no es un peluche parlante. Lo que me agrada. Ya que no me gustan muchos los peluches parlantes.

—¿No?

—No mucho. Prefiero los peluches que no hablan.

De repente, apareció el perro de la casa, Charles que estaba pidiendo un paseo a Linka. El perro colocó su mejor cara de perrito, lo que convenció a Linka de manera inmediata. — Vamos Charles. — dijo Linka llevando al perro a caminar, pero antes de irse se dirigió a Lars— ¡Oye, Lars! ¿Puedes dejar mi peluche a mi habitación? No quiero que alguno de ustedes lo tomen y hagan una locura.

—Supongo que sí. — respondió Lars, y Linka se fue a dar un paseo con Charles. Cuando se fueron, Lars comenzó a inspeccionar el peluche, mientras iba dejando el peluche a la habitación de Linka, ya que había jurado que lo había escuchado antes. Pero, al igual que Linka, no encontró nada. Cuando llegó a su habitación, dejó el peluche en su habitación— No tienes nada. Creo que fue mi imaginación que hablaras. Lo cual es algo bueno, ya que odiaría más si hablaras.

—Soy Rainbownnie y yo también odio que hablas.

Eso preocupó mucho a Lars. Por lo que lo llevó directamente a la habitación de Levi— Levi, ¿puedes inspeccionar el interior de esta cosa?

Levi comenzó a ver de cerca al peluche, pero no entendía por qué Lars quería hacer una inspección— ¿Y puedo preguntar por qué?

—Solo hazlo.

Levi colocó el muñeco en una máquina para que hiciera un escaneo completo. Comenzaron a inspeccionar con muchos lásers, con rayos x y muchas otras pruebas. Hasta que terminó las pruebas y entregara los resultados en una hoja de papel — Solo está hecho de vellón siliconado. Nombre común, relleno.

—¿Estás seguro de eso? — preguntó Lars algo preocupado. Ya que había inspeccionado el muñeco y no encontró nada.

—Estoy completamente seguro de eso. Solo contiene vellón en su interior.

—Juraría haberlo escuchado hablar. Pero no tiene nada que lo haga hablar.

—Debe estar todo en tu cabeza. Ya que ese peluche no tiene nada que le pueda ayudar a hablar.

Al ser convencido por Levi, Lars tomó el muñeco y se lo llevó a la habitación de Linka. —De verdad, que no me agrada esa muñeca.

—Soy Rainbownnie, y tampoco me agradas. — Lars, por susto, lo dejó caer al suelo. Ya que lo volvió a escuchar.

Lars se preocupó por un momento. Normalmente le gusta ver maldiciones en mulecos, pero todos menos en ese muñeco que muchos lo encuentran lindo—Pero qué daño puede hacer un tonto peluche.

—Probablemente no pueda. — respondió el muñeco— Pero igual puedo intentarlo.

—¿Amenazas de un peluche? Ja, eso me gustaría verlo. — Lars se fue de la habitación de Linka. Ya que en verdad era una tonta maldición para un muñeco de felpa.


Varias horas más tarde. Lynn estaba viendo televisión con Leif. Lynn estaba pasando canal por canal con el control remoto. Pero cada canal que pasaban tenía un comercial del peluche de Linka, Rainbownnie. — Ese juguete. Está en todos los canales y en cada comercial.

—En verdad Linka no mentía de que era popular. — respondió Leif.

—Lo sé. ¿Pero quién rayos compra un auto deportivo a una foca parlanchina?

—¡AHHHHHH! — se escuchó un gritó más monótono. Era de Lars. Por lo que todos fueron a su habitación.

Lars estaba en el suelo, sufriendo de dolor. Ya que había pasado la peor cosa en el mundo. — Mi querida Edna fue… fue… destruida. — mostró Lars su estatua de Edna con su cabeza decapitada.

Todos sabían que la estatua de Edna era algo muy preciado de Lars. Pero nadie sería capaz de destruirlo. Nadie sabía cómo reaccionar a lo sucedido. Lars miró hacia atrás. Vio a cada uno de sus hermanos. Y Linka tenía al peluche en sus manos. — Tú— dijo Lars, mirando al muñeco que tenía Linka en sus brazos— Tú hiciste eso.

Todos vieron que Lars estaba culpando a Linka. — ¿Yo?

—¡Todos a Linka! — todos se iban a lanzar a Linka. Pero antes que se lanzaran, Lars habló.

—No. Me refiero a esa cosa. — dijo Lars apuntando al muñeco de felpa de Linka.

—¿El peluche? — se preguntó Luke.

—Esa cosa. — dijo todo frustrado Lars.

Todos los demás hermanos se miraron entre sí. Y comenzaron a reírse ya que era algo tonto pensar que un juguete podía hacer eso.

—Debes estar bromeando si crees que un peluche haría algo así. — dijo Loki mientras se reía.

—No te preocupes Lars, seguramente alguien se le cayó por accidente. — Dijo Linka para calmar a su hermano, mientras se contenía de su risa. Pero Lars sabía que no había sido un accidente. Había sido causado por ese demonio.

—Bien, Rainbownnie. Acabas de declarar a alguien que le gusta celebrar la muerte.


Lars tomó un trozo de tocino de la cocina. Y fue directamente a donde estaba ese muñeco. Lo único que hizo fue de colocar el trozo de tocino dentro del relleno.

—Piensas que con eso me afectaras.—dijo el muñeco— Todo el mundo ama el tocino.

—Lo sé.—respondió, Lars— También a Charles.

De repente apareció el perro de la casa, Charles. El cual sintió el olor del tocino. Y sería capaz de hacer cualquier cosa para obtener. Incluso abrir a un muñeco de felpa.

—Diviértete— dijo Lars saliendo de la habitación con una sonrisa en su cara.


Más adelante. Todos los muchachos estaban en la sala de estar. De repente llegó Linka—Oigan, chicos. ¿Han visto a Rainbownnie?

—No. Solo hemos visto a ese muñeco en cada canal, en cada uno de los comerciales que hay. En recitales de hip-hop, en canales de cocina y, sorprendentemente, promocionando libros de terror — Dijo Lynn, luego se sorprendió por otro de sus comerciales— ¿En serio? ¿Por qué Fuerza Aérea usaría una foca parlante para reclutar ciudadanos? Entiendo quizás un poco la Marina, pero la Fuerza Aérea. — Lynn siguió viendo televisión.

Linka se dirigió a Lars— Lars, ¿acaso tú lo has visto?

—No, ¿por qué debería saberlo?

—No sé. Ayer actuabas muy raro a ese muñeco. Y pensé que podías hacer algo para hacerlo desaparecer.

—Eso es tonto. Además, no he hecho nada.

Linka lo comenzó a ver de manera muy rara. Pero de repente, apareció el perro de la casa, Charles, con el muñeco. Linka se sorprendió por lo que vio— ¡Charles! ¡Qué haces con Rainbownnie? — Lars se alegró. Ya que su plan de destruir ese muñeco salió bien a la perfección. Charles destruyó al muñeco. Ahora Linka se molestará con Charles— ¡Por qué te ves tan adorable!

A Lars le sorprendió escuchar eso último. — ¿Pero, qué? — Miró hacia atrás y vio al muñeco del demonio montando a Charles, como si fuera un caballo.

—Te ves tan adorable jugando con Rainbownnie. Los hermanos complementaron al perro al jugar con un peluche. Ya que se veía genial, divertido o adorable. Todos, menos el hermano gótico de la familia.

—¿Cómo rayos ese peluche lo hizo?

Linka se acercó a Lars— Lars. Disculpa por haberte inculpado. — dijo Linka por la acusación que dijo Linka

—No te preocupes— dijo Lars. Lo que sí lo preocupaba ya que el peluche aún seguía con vida.

—¡Linka! — dijo Loni de lejos— Ven a sacarle fotos a Charles— todos los hermanos le seguían sacando fotos al peluche y a Charles.

Lars estaba molesto. Y se fue del lugar por lo que hizo un plan normal. Algo totalmente razonable y normal para las circunstancias que se estaba viviendo.


Lars fue directamente a la habitación de Linka en la noche. Lo hizo tan silenciosamente, lo cual no era raro para él. Sacó a Rainbownnie de la habitación de Linka y lo llevó afuera de la casa. —¡Bien! No puedo decirles a los muchachos que quiero deshacerme de ti. Eso hará que me molesten mucho. Por lo que haré la segunda mejor cosa que hacer

Lars lo llevó a un cementerio. —Bien. Normalmente me gusta decir unas palabras mientras entierro a alguien. Pero creo que eso es mucho para ti. — Lars lo tiró a un agujero.

—Lo vas a lamentar— respondió el muñeco. Lars lo ignoró y siguió enterándolo.


Al día siguiente, Lars se levantó de su habitación como siempre. Fue a comer su desayuno, sabiendo que no habría nada en esa casa que lo moleste. Todos estaban comiendo su desayuno, todos excepto Linka.

—Hola, chicos— dijo Linka.

Pero a Lars le sorprendió lo que vio. Linka aún tenía a ese muñeco a su lado.

—Hola, Linka— respondieron todos los demás.

—¿Qué hace esa cosa aquí? — Lo traje para el desayuno.

—¿Por qué?

—Es que ayer fue muy divertido que Charles jugara con el muñeco. Por lo que pensé que podría pasar algo similar hoy.

—Así es— dijo Loki, por detrás con el resto de los hermanos— Todos lo pensamos— y cada uno de ellos tenía su teléfono para ver si podían sacar una foto de animales haciendo cosas con el peluche.

Lars se molestó y se fue del lugar, dejando al resto de los hermanos viendo a ese muleco del demonio.


En la noche, cerca de media noche. Todos los miembros de la casa estaban durmiendo. Pero Lars estaba despierto. Pensando en como detener a ese muñeco.

—Debe haber algo para detener a ese tonto muñeco.

De repente, escuchó un sonido raro. Como si alguien estuviera pisando algo de aluminio. Lars reconoció ese sonido. Venía de los ductos de ventilación. Seguramente algo estaba allí. Y vio una figura pequeña caminando por allí. Lars sabía que era lo que estaba caminando por allí. Rainbownnie.

Lars, rápidamente, fue por los ductos de ventilación. Siguiendo a ese tonto muñeco en cada rincón de la casa. Pasaron por la cocina, como el sótano. Por el baño y en cada habitación. Pero no parecía nunca detener la persecución. Hasta que, en un momento, Lars terminó en los ductos de ventilación del ático.

—Ya no puedo más. ¿Dónde está ese maldito muñeco? — Lars escuchó un sonido. Lars estaba sobre la rejilla del ducto y miró hacia abajo. Pero solo vio oscuridad absoluta.

Apareció Rainbownnie—¡Sorpresa! — con una sonrisa macabra y sus ojos oscuros, que casi no tenían pupila.

Eso sorprendió a Lars y se cayó por la rejilla del ducto de ventilación en el sótano. Quedando inconsciente.

Más tarde, Lars comenzó a despertar. Pero no podía ver nada. Pero sentía que estaba en el ático.

—Hay algo que me gusta en el mundo es el sabor del miedo. Cada vez que alguien se asusta en el temor, cada vez que alguien tiembla por el miedo. — dijo el muñeco que estaba al frente de Lars

—Entonces ¿por qué me persigues? ¿No sería mejor perseguir a Loni? Él le tiene miedo a muchas cosas.

—Quizás. Pero él no me tiene miedo como tú. Normalmente, recibo risas todo el día. Pero cuando siento la presencia del miedo. Es como el manjar más delicioso del mundo.

—¿Miedo? ¿Yo? ¡Ja! Debes estar bromeando. Yo controlo mis emociones.

El muñeco quiso probar a Lars para demostrar la verdad. El muñeco se alejó escondiéndose en las sombras— El control de tus miedos es una ilusión. — comenzaron a moverse varias cosas en el ático. Podía ser cuando se movía por allí. Pero casi todo se movía, lo que era imposible saber por dónde estaba pasando. —Puede hacerte más ciego que la inhabilidad de ver. — parecía que estaba en todas partes, y a la vez en ningún lugar. Lars trataba de seguirlo. Pero algo no lo dejaba seguir. — Incluso puede…— el muñeco se reveló ante a Lars. Lo que el gótico fue a atraparlo. Pero sin darse cuenta, pisó la tabla floja que había en el ático, lo que el otro extremo de la tabla lo golpeó en toda la cara. — Hacerte golpear en lo que está delante de ti.

El muñeco ató a Lars. Ya que tenía unos planes para él.

Lars despertó y tenía dudas sobre lo que iba a ocurrir— ¿Qué vas a hacerme? ¿Matarme?

—¿Matarte? Claro que no. Eres la persona perfecta para lo que quiero.

—¿Una fuente de alimento?

—Una fuente de miedo. Tu apareces en una habitación y puedes asustar a cualquiera. Tal como el primer momento en que te vi. Eres el espécimen perfecto para el resto de mi vida.

—¿El resto de tu vida? ¿A qué te refieres?

—¿Conoces el síndrome de Pinocho?

—¿El que dices mentira de manera patológica?

—¡NO! Bueno, técnicamente, sí. Pero no. No hay nada más que quiero ser en está vida que un niño de verdad.

—¡AAAAHHHHH!


La mañana siguiente. Linka se levantó en su habitación. Bostezó, como siempre lo hace— Y se sorprendió que nuevamente no estaba su muñeco. Salió de la habitación para buscarlo afuera—¿Dónde está Rainbownnie? — dijo Linka al no encontrar su muñeco.

—Aquí está— dijo Lars, apareciendo de repente, lo que asustó a Linka.

—¡AAAHHH! Lars no me asustes así.

—Lo siento. Bueno, desperté y encontré esto en mi habitación. — dijo 'Lars' pasando al muñeco a Linka— seguramente alguna de nuestras mascotas lo dejó allí.

—Bueno, gracias, Lars. Espero que esto no sea de rutina.

—No te preocupes. Creo que será la última vez que esto pase.

—Espero que tengas razón. ¡Oye! ¿Puedes dejarlo en mu habitación?

—¡Claro! Ningún problema— El niño gótico sujeto al muñeco y comenzó a hablarle. — Espero que esta sea la última vez que nos veamos Rainbownnie. — el niño tiró el peluche en la cama de Linka— O debería decirte, Lars.

Resulta que el muñeco cumplió su sueño. Terminó siendo un niño de verdad, el cual puede generar toneladas cantidad de miedo. Y Lars se convirtió en la cosa que más temía por la cosa que más temía en el mundo. En ese muñeco tierno.


—¡AAAHHH! — despertó Lars, descubriendo que todo fue un sueño. Una pesadilla de ese muñeco que le daba miedo por lo tierno que era.


Linka estaba durmiendo en su habitación, y despertó por casualidad ya que escuchó algo. Pero no vio nada raro, y se volvió a dormir.

—Linka— dijo Lars que estaba a su lado.

—¡AHHH! — gritó su hermana por la aparición de Linka— Lars ¿Qué haces aquí?

—Tuve una pesadilla. ¿Puedo hablar contigo sobre ello?

—¿Puedes hablar a alguien más? — Lars, negó con la cabeza. — ¿Estás seguro?

— Es algo vergonzoso contarlo. Y si le digo algo a mis hermanos, de seguro que me molestaran— Lo que era cierto. Si le decía que le tenía miedo a un muñeco de felpa. Todos sus hermanos lo molestarían.

Linka al escuchar eso, no tuvo otra opción que decir—Bueno, está bien.


Notas del autor.

Espero que hayan disfrutado esta tercera edición de The Loudest Nightmare.

Con las preguntas de siempre:

*¿Les gustaron la historias?
*¿Fueron buenas pesadillas para estos hermanos? ¿Se imaginaron algo así?
*¿Vieron venir la revelación en la historia Lynn?
*¿Rainbownnie fue un muñeco para asustar a Lars, o cualquier otra persona?
*¿Comprarían un auto todoterreno de una foca parlanchina?

Bueno, sin nada más. Me despido. Espero que les haya gustado esta historia. Y ya estamos en el punto medio de esta historia.

Recuerden escribir sus reviews. Prometo responderles por PM.

Si tienen alguna idea para un capítulo futuro, no duden en escribirlo.

Nos vemos para la próxima. Espero que tengan una buena semana. En especial que se estrenan nuevos capítulos de The Loud House y de los Casagrande.