Notas del autor: Hola a todos. ¿Cómo están? Ha pasado mucho tiempo, lo cual me disculpo. Tuve un periodo de Hiatus y con todas las cosas que ha pasado en la vida. Por eso me disculpo por no tener este capítulo antes.

Antes de comenzar, sería bueno que volvieran a leer el capítulo anterior para que recuerden en lo que quedó.


Anteriormente en Linka Loud presenta la casa Loud. Normalmente Linka la que explicaría lo que ocurrió en el capítulo anterior, pero por esta ocasión será otro personaje el que explicará lo que ocurrió.


En uno de los pasillos del centro comercial. Dos personas iban caminando por un pasillo, por ahora son unas siluetas negras caminando por medio de todo. De repente van, sigilosamente, a un sector que está restringido para el público en general, solo se permite al personal de seguridad del centro comercial estar en ese sector. Entraron sin ningún problema, lo único que tenían que hacer era desactivar una cámara. Luego entraron a la sala de control del centro de las cámaras y le dieron una descarga eléctrica al encargado de las cámaras.

A continuación, comenzó a explicar la situación con una voz distorsionado para ocultar su identidad—En capítulos anteriores, mi compañero y yo entramos al centro comercial con un solo propósito, asaltar la joyería que estaba en el centro comercial de Royal Woods. Todo estaba bien planeado, los tiempos y la ejecución fueron perfectos. Primero desactivamos las cámaras y noqueamos al guardia de seguridad. Luego, asaltamos la tienda. Amenazamos a ese viejo tonto para que desactivara todas las medidas de seguridad y que abriera la caja fuerte. Y cuando ya no necesitábamos a ese viejo…

Los dos culpables sonrieron al ver al dueño de la tienda, mientras que él estaba atemorizado. Uno de los sujetos sacó su rifle, y le golpearon a la cabeza…

— Digamos que se tomó una siesta.

Los ladrones se robaron la tienda por completo, no dejaron ninguna joya en el lugar, ni siquiera dejaron las mentas que se dejan para los clientes. Y estaban casi listos para irse— Incluso tuvimos unos inconvenientes con un par de clientes, pero eso no es importante por el momento. Todo parecía que iba ir a la perfección. Pero cuando estábamos casi listo de irnos. Ocurrió algo inesperado, algo que no pudimos planear. Sonó una alarma en el centro comercial y cerraron todas las tiendas. Quedé atrapado, pero mi compañero pudo escapar por suerte pudimos comunicarnos y le entregué toda la mercancía a mi colega por una pequeña ventana. Mientras que le pasaba las cosas, se me ocurrió un plan para poder escapar. Hacerme pasar por uno de los clientes asaltado.


Más adelante, cuando llegó la policía, llevaron a un grupo paramédicos para revisar el estado de las víctimas para determinar si no habían sufrido heridas tan graves— Después de que llegara la policía, me trataron como las otras víctimas. De verdad, me trataron como los otros dos idiotas que estaban aquí.

—Terminamos de revisarte— dijo el médico, sin saber que estaba revisando a un criminal— Estás bien. Por lo que veo no tienes heridas graves. Solo deberás entregar tu testimonio y podrás irte.

Mientras el médico estaba llenando el formulario con el estado de su paciente. El criminal simplemente sonrió y pensó: «Todo salió a la perfección. He podido salir con la mía. Estaba atrapado en una situación imposible y pude engañar a todo el mundo. La culpa de no haberme atrapado, literalmente en la escena del crimen, es de la policía. Deberían ser castigados por su incompetencia.»

—¡Escucharon! — dijo uno de los policías uniformados que estaban cerca de las victimas hablando a uno de sus compañeros— Hubo un testigo que vio el criminal que salió huyendo— Las tres víctimas/sospechosos miraron atentamente cuando escucharon eso.

«¿Un testigo?» —Normalmente eso haría preocupar a cualquier ladrón en esta situación, pero el culpable sonrió «¡Hmph!, no me hagan reír. Ya no importa. Incluso si ese testigo entrega información de mi compañero, habrá sido bastante tarde. Pudimos asaltar la joyería y les será imposible para la policía descubrir lo que pasó. Hemos salido con todo lo que deseábamos. Todo salió lo que estaba destinado a como debía ser» — Todo el centro comercial se volvió de un tono oscuro, ya que de verdad parecía que el culpable estaba seguro había logrado cumplir con su objetivo y que pudo esconderse en toda esa oscuridad. Un culpable que se logró ocultar de la oscuridad y que jamás será revelado.

Pero en mitad de la oscuridad aparece una luz que enfoca a una persona al otro lado del lugar, se trataba de Linka Loud. —Me estás subestimando— declaró ella al criminal que se escondía en la oscuridad— Me encargaré de exponer la verdad.

Ahora comenzará una pelea entre dos fuerzas. Uno que representa la deshonestidad y el engaño. El otro, la verdad y la lógica. Será literalmente una batalla entre el bien y el mal. Y solamente uno de ellos puede salir victorioso.


Volviendo con la historia, los detectives procedieron a preguntarles a las "victimas" sobre la experiencia que sufrieron. Procedieron a entrevistar a las tres personas por separado, uno a la vez. Dijeron que era para conocer el perfil del sospechoso. Pero no mencionaron el detalle que alguno de ellos podía ser un ladrón para que cada uno entregara toda la información posible, ya que si les decían eso los testigos ocultarían información con el temor de que terminen acusado del crimen.

El primer de ellos se llamaba Tomás Doyle, era una persona en sus 30 años. Era un sujeto bastante alto usaba un sweater con cuello de tortuga de color azul, unos pantalones negros unos zapatos de correr de color negro. Estaba sentada bastante derecho. Seguramente estaba nerviosos al estar hablando con policías — Bueno, vine a esta tienda a comprar un anillo de compromiso. Cuando iba a entrar me pareció raro que estaba vacía la tienda, no había ninguna joya en el lugar. Le pregunté a una persona que vi dentro. El sujeto me dijo que iban a hacer una fumigación al lugar y que estaba guardando su mercancía. Le dije que quería comprar un anillo, si había una forma de comprarlo. Le dije que estaba interesado en comprarlo, le mostré mi billetera de que estaba hablando en serio ya que iba a pagarlo en efectivo.

—¿Iba a pagarlo en efectivo? — preguntó el detective Drebin.

—Sí, ya había venido antes a esta tienda a seleccionar la joya. Solo necesitaba el dinero. Por lo que mostré que tenía el dinero para pagarlo. Me dijo que podía venderlo, pero necesitaba que lo acompañara a la parte de atrás ya que allí habían guardado las cosas, y luego… no recuerdo más.

—¿Por qué tenía su dinero en efectivo? — preguntó el detective Lestrade que estaba a la derecha del sospechoso, cerca de la pared tomando notas.

El sujeto giró todo su cuerpo para tenerlo de frente— Mi pareja y yo compartimos nuestras cuentas bancarias. Si hubiera pagado todo con una tarjeta de crédito, se hubiera dado cuenta que le planeaba un regalo ya que saldría la cantidad y el nombre de la tienda. Por lo que saqué el dinero una semana atrás con la excusa que le iba a dar ese dinero a un amigo que lo necesitaba para pagar algo y que tenía que ser en efectivo.

—¿Podría describir la persona que lo atendió, alguna característica que lo destaque? — preguntó el detective Drebin, con la esperanza de tener una característica del culpable.

El señor Doyle comenzó a pensar tratando de recordar al sujeto.—Tenía cabello negro, y alto como mi estatura. No recuerdo mucho más. La verdad, no me fijé mucho en él.

Los policías se acercaron para hablar en secreto— Concuerda con la cámara de seguridad.

—Pero podría ser que ambos ladrones eran altos. No podemos saber si él fue uno de ellos.

—Disculpen— preguntó el sospechoso— ¿Tienen alguna pregunta más?

—Sí ¿Por qué tiene dos relojes? — dijo una voz. Resultaba ser de Linka, que estaba cerca de la pared, a la izquierda del sospechoso.

El sujeto, giró para tener a Linka de frente y le respondió su pregunta— Tengo dos relojes ya que mi novia está en otro país con diferente zona horaria. Y utilizo este reloj para saber la hora en ese lugar para llamarla en horas que no esté trabajando o cuando está dormida.

—O sea su novia vive en el futuro. Ella podría decir quién fue quién lo atacó.

—Así no es como funciona la zona horaria.— Respondió, pero había algo que le molestaba al sospechoso, y se dirigió a los detectives. — Disculpen, pero ¿por qué hay una niñita aquí?

—¿Tienes un problema conmigo? Tengo un ojo que es excelente para los misterios, incluso que puede verte a través de la ropa. — dijo Linka mirando directamente a sus pantalones— Y no me impresiona lo que veo, no me impresiona para nada.

El detective Lestrade alejó a Linka del sospechoso ya que estaba demasiado cerca de él—Disculpa, es mi sobrina que tuve que cuidar ya que mi hermana está en el hospital — respondió el detective Lestrade, mintiendo sobre el hecho que Linka era una testigo del caso. Ya que, si había un criminal, era mejor que no supieran que es una testigo. El encargado del caso, el detective Drebin, no la quería allí, pero el detective Lestrade insistió que fuera, para que diera algunas deducciones que había dado antes.


La segunda persona entrevistada era una mujer, se llamaba Francisca Leblanc. Usaba un sweater de color purpura, llevaba unos anteojos de sol, un pañuelo en el cuello de color lila, unos pantalones de correr de color azul y unos zapatos de correr también de color azul. — Vine a comprar un reloj y terminé asaltada, me robaran mi bolso con mi nuevo teléfono celular.

—Lo siento, ¿perdió muchas fotos? — preguntó Linka

—Perdí mi teléfono. Era un teléfono de última generación. Valía más de mil dólares.

—¡¿Mil dólares por un teléfono?! — se sorprendieron los detectives por el valor de ese teléfono.

—No era un teléfono. Era 'el' teléfono.

—De acuerdo, mencionó sobre comprar un reloj. Puede describir sobre eso.

—Claro, resulta que probé un reloj que era de mi amiga. Después de ir a una fiesta, accidentalmente me caí y rompí el reloj. Por lo que quería comprar un reloj nuevo antes que mi amiga se dé cuenta.

—Se refiere este reloj que estaba en sus pertenencias. — dijo el detective mostrando el reloj a la sospechosa, ya que le habían pedido las pertenencias de los victimas para examinarlas.

—Sí. — lo vio y confirmó que ese era el reloj que tenía. Y de verdad estaba roto y no solo el vidrío, las manecillas de ese reloj estaban doblados. — Quedó atascado, y no se puede cambiar la hora. — El detective hizo la prueba, y era verdad, el reloj siempre quedaba a las diez con diez minutos, y no importa que se hiciera, no cambiaba.

—Descríbame como fue cuando llegó a la tienda.

—Resulta que estaba siendo atendido por un empleado de la tienda. Estaba guardando cosas detrás del mostrador. Me dijo que no me podía atender.

—¿Entonces cómo terminó en la parte detrás de la tienda?

—Bueno, recibí una llamada telefónica en ese momento. Y luego el sujeto me dijo que recuerda haber visto una copia de mi reloj, y que fuéramos en la parte de atrás para buscarlo. Lo seguí y… no recuerdo más.

—Entonces, me imaginó que vio a la persona que lo atendió, ¿verdad?

—Sí, recuerdo que el sujeto era una persona, como en sus 30, y era bastante alto. Usaba un traje azul, como los que usan las personas que trabajan aquí, un chaleco de color negro por debajo, unos pantalones oscuros. No recuerdo haberle visto los zapatos ya que estuvo detrás del mostrador.

Los detectives se acercaron para hablar en secreto. — Concuerda con la descripción del ladrón.

—Sí, pero el mismo problema de antes. No sabemos nada del segundo ladrón. — el detective Deblin se dirigió a la señorita Leblanc— ¿Alguna característica que se destacaba?

—No, nada que destacara, tenía un rostro muy común. — los detectives se miraron que no pudieron sacar mucha información del asunto.

—Disculpa— dijo Linka—¿Entonces por qué terminó en su bolsillo el reloj?

—Debí haberlo guardado en mi bolsillo cuando recibí una llamada. Seguramente lo puse en mi bolsillo para contestarlo. Lo cual me arrepiento, porque ahora siento dolor en la pierna en donde estaba el bolsillo. Eso me pasa por usar pantalones con bolsillos pequeños.


El tercer sospechoso se llamaba Oliver Christie. Era un hombre en sus cuarenta que usaba lentes, pero para su edad tenía ropa muy de moda y llamativa, incluso tenía zapatos de basketball de moda.

—Vine a comprar una cadena— dijo el señor Oliver.

—¿Una cadena? Eso se compra en una ferretería. — dijo el detective Lestrade, indicando lo obvio.

—No esa clase de cadena, idiota. El otro tipo de cadena, ya saben las que se compran en las joyerías.

El detective novato no entendía a lo que se refería el sospechoso, miró al detective Dreblin. El detective superior mostró que llevaba una un collar en su cuello, conocido también como cadena.

—Así que vino a comprar un collar.

—No es un collar. Es una cadena, es una cadena de 10 kilates de oro, bañado en oro, antialérgico, con cierre de cangrejo y con incrustaciones de diamantes. Una maravilla de cadena. — dijo el señor Oliver.

Los detectives no sabían cómo responder, por lo que siguieron con el interrogatorio— ¿Podría explicar su trayecto por la tienda?

—Bueno, recibí un mensaje de texto que decía que mi cadena estaba lista ya que había pedido mi cadena de antes. Por lo que vine a esta tienda para retirarlo. Pero el sujeto grande, me dijo que hubo un problema y no podía vender nada. Y le dije que a estaba aquí y había recibido un mensaje. Y el sujeto me dijo: 'Bueno, está bien. Pero venga conmigo, no sé cuál es su pedido y necesito ayuda para encontrarlos' Lo seguí hasta la parte de atrás… Y no recuerdo más.

—¿Puede mostrarnos el comprobante del pedido o el mensaje que le enviaron?

—Me encantaría, pero me robaron mi teléfono.

—Ya veo ¿Puede describir cómo era sujeto que lo atendió?

—Era un sujeto alto que usaba la ropa del personal de la tienda.

—¿Alguna característica que lo destaque?

—No que pueda recordar.

—Ya veo ¿Qué le robaron?

—Mi billetera, mi teléfono, y mis anillos. — Se notaban en las manos que tuvo en algún momento joyas en la mano. Ya que en su mano estaba marcados donde estaban esos anillos.

—Ya veo. Durante la examinación de los médicos, usted tiene dos quemaduras en el cuerpo por el electrochoque que usó el criminal. ¿Puede explicar eso?

—Bueno, desperté en un momento. Todo me dolía, y recuerdo que todo era difícil de ver. Siento que era como esas escenas de las películas de guerra donde uno está confundido cuando recibe una bomba cerca.

—¿Recuerda algo? — se pusieron bien atentos los detectives, ya que quizás el señor Christie pudo ver algo relacionado al segundo criminal, que por el momento no había un perfil de ese criminal.

—Recuerdo haber visto a alguien.

—Era alto, bajo, tenía algo distintivo en él.

—No recuerdo mucho. Recuerdo haber estado en el suelo, vi solo de la cintura hacia abajo. Solo recuerdo que vi una luz como el de unas chispas y no recuerdo más.

—Quizás ahí lo electrocutaron por segunda vez. — el detective Drebin miró a Lestrade— Detective, ¿tiene otra pregunta?

—No que se me pueda ocurrir.

—Disculpen, ¿me puedo ir? Tengo unos planes para esta noche. — dijo el señor Oliver mientras que miraba su reloj de bolsillo.

—Yo tengo una pregunta, ¿dónde tenía ese reloj suyo? — preguntó Linka.

El señor Oliver, se sorprendió por la niña en un interrogatorio— ¿Qué haces aquí, niñita?

—A usted le robaron muchas. Y un reloj de bolsillo como ese debe tener un gran valor comercial para que un ladrón no lo robara.

—Lo tenía en mi bolsillo más pequeño, ¿lo ves? — mostró que sus bolsillos tenían un bolsillo más pequeño por encima, justo para colocar el reloj de bolsillo— Me alegro de que no haya sido robado. Este reloj le pertenecía a mi padre y a su padre. Es una herencia familiar y no puedo esperar dar este reloj a mi hijo.

Linka siguió pensando en lo que estaba pasando en ese reloj ya que tenía algo raro. Pero era un reloj de bolsillo normal, tenía la parte del reloj, el vidrío y el pequeño aro de metal en la parte superior, pero sentía que había algo raro en ese reloj.


Ya habían interrogado a los sospechosos, pero hasta el momento, no tenían ningún indicio de cómo era el segundo ladrón. Estaban los detectives pensando sobre el crimen y sobre lo que dijeron los sospechosos.

Mientras que miraba sus notas, por otro lado. el detective Lestrade se acercó a Linka—Niñita, ¿notaste algo en los sospechosos?

— Sí, hay varias cosas que me llaman la atención de esas tres personas.

—¿Tienes una idea de quién lo hizo?

—Quizás, pero no lo puedo demostrar aún.

—Ya deja de hablar con la niña. — dijo el detective Dreblin— Tuvo suerte antes, pero ahora está igual que nosotros y no tenemos pista de cómo es el segundo ladrón. Además, preguntó cosas tontas en el interrogatorio.

De repente, aparecieron los tres sospechosos del crimen para hablar con el detective.

—Perdone, Detective ¿pero por cuánto tiempo más debemos estar aquí? — preguntó el señor Doyle.

—Ya entregamos nuestras declaraciones. — continuó hablando la señorita LeBlanc

—Además, tengo una sensación rara de estar en una escena del crimen. — contestó el señor Oliver.

—No se pueden ir. — dijo el detective encargado— Aún estamos verificando la información que nos entregaron. Hasta que todo no sea verificado, no se pueden retirar.

—¡Oye! ¿Verificar lo que hemos dicho? — dijo la señorita.

—¿Por qué nos tratan como si fuéramos criminales? — dijo el señor Doyle.

—Sí. Al contrario, somos víctimas. Me robaron muchas cosas— dijo el señor Christie.

Los tres sospechosos comenzaron a reclamar por la situación en que estaban. Pero Linka trataba de pensar en cual de esos pudo ser el criminal.

—Lo siento, pero necesitamos un poco más de tiempo.

—Entonces, pregúntenle al dueño de la tienda. Debería saber cómo era el culpable.

—Lamentablemente, no podemos preguntarle. — dijo el detective— Esta en cuidados intensivos en el hospital.

—¿Cuidados intensivos? — Los tres sospechosos se preocuparon por el dueño que estaba en una situación peligrosa.

Todos se mantuvieron en silencio por la noticia. Pero el silencio se rompió cuando llegó un oficial con un rifle, el que usaron en el crimen.

—Detectives, ya llegaron el resultado del análisis del arma, el rifle que usaron para atacar al dueño.

—¿Y pudieron encontrar algo?

—Lamentablemente no. No había ninguna huella digital. Y la sangre que se había limpiado en el arma, pudimos tomar una muestra, pero eran del dueño de la tienda.

—Ya veo, era un poco difícil que pudiéramos encontrar algo útil en el arma.

—Disculpen— dijo el señor Doyle— acaso usaron esa arma para asaltar al dueño de la joyería.

—Sí, esa es la escopeta que usaron para enviarlo al hospital. Le dieron en toda la cabeza con esta arma.

Todos miraron la escopeta, y cada uno de ellos les dio preocupación por lo que había pasado. La señorita Leblanc se acercó para mirar el arma y le llamó la atención que la parte de madera del arma estuviera rota— Que atroz. La madera está toda rota. Le debieron haberle dado muy duro en la cabeza.

Los tres sospechosos se comenzaron a preocuparse. En decir, todos han visto las armas alguna vez en su vida, ya sea en películas o en la vida real, pero tener de cerca un arma que usó un criminal para mandar a alguien al hospital. De verdad era alarmante. Y a todos le dio un sentimiento de miedo. Y a cada uno le pasó por la mente de que pasaba si el criminal se enteraba que ellos fueron testigos. Y en las películas, se muestra lo que se hace con los que testifican con un ladrón.

El señor Oliver se apresuró a decir su inquietud—Nos tienen que dejar ir. — Y los otros dos también lo siguieron.

—Ya hemos dicho todo lo que necesitaban.

—Deberían estar buscando al ladrón que hizo esto.

Las tres víctimas comenzaron a gritar a los detectives para que los dejaran ir, Claro dos de ellos querían irse de ese lugar porque le habían robado y mandaron a alguien al hospital.

Por otra parte, Linka estaba pensando en todo lo que había descubierto. «Hay algo raro en todo esto. Pero hay algo no llego a entender. Por ahora, cualquiera de los tres pudo haberlo hecho.»

Mientras que los sospechosos se quejaban a la policía para irse. Claro, dos de ellos no querían estar allí. Pero uno de ellos sonrió. «Lo he logrado. He podido robar esa joyería. A pesar del inconveniente de quedarme dentro de esa tienda. Pude lograr lo imposible, engañar a la policía. Claro, pudieron saber que fuimos dos ladrones por alguna razón. Pero eso no importa. A pesar de estar en esa situación imposible de escapar. Si todo sigue así, podré escapar sin ningún problema. No sospechan nada de mí. Todo ha salido a la perfección. Pude cometer el crimen perfecto»


Después de calmar a las tres personas, les dejaron ir a almorzar a uno de los restaurantes cercanos. Pero como sus pertenencias habían sido robados, los detectives le dijeron que le pagarían los almuerzos. Por supuesto, con un policía cercano para que los vigilara. Le dijeron que era para protección, pero en verdad era para asegurar que no hicieran algo sospechoso. La policía buscaba a otros testigos u otra evidencia en la escena del crimen, uno que hubiera estado fuera de la tienda y que haya visto algo. Pero Linka tenía otros planes, unos planes que involucraban con los sospechosos.

Era el turno de Linka de hacer su investigación.

Linka fue al primer restaurante de comida rápida de pollo frito, llamado El pollo Sunny Surfy, donde su logo era el de un pollo musculoso con traje de baño, bronceado y con una tabla de surf en la playa. Allí estaba el primer sospechoso, Tomás Doyle. Él estaba comiendo un taco de pollo y bebiendo de una lata de gaseosa con una pajilla de plástico.

—Hola. — dijo Linka.

El sospechoso se sorprendió giró todo su cuerpo y vio a Linka—Ah, eres la niña que estaba en el interrogatorio.

—Sí. Quería hacerte una pregunta que me quedó la duda en el interrogatorio.

—¿Así? ¿Qué cosa?

Linka estaba nerviosa por la pregunta que le iba a hacer—¿Qué anillo planeabas comprar a tu novia?

—¿Uh? — ya que no entendía que tenía que ver eso con todo lo que pasó en el interrogatorio.

—Siempre he querido ver una joya de matrimonio.

—Jajaja— se rio el hombre, quizás era algo de las niñas de querer ver cosas de bodas. — Me encantaría mostrártelo, pero me robaron mi teléfono.

—Te pasó el mío— dijo Linka mostrando su teléfono.

—Gracias— dijo el señor Doyle, tomó el teléfono, lo levantó hasta tenerlo frente de su cara, comenzó a buscar el anillo en la página web de la joyería y lo encontró. Era un anillo con cuatro decoraciones alrededor de la gema, por lo que parecía una flor. Linka observó la joya y de verdad era caro.

—¡Vaya! — dijo impresionada Linka por el valor de la joya. El señor Doyle debía ser millonario— Hola, señor Doyle— dijo ella desabrochándose un botón de su blusa para ser más seductora, lo cual sería útil si hubiera desabrochado el botón superior, en vez del medio mostrando su ombligo. Quizás los gases anestésicos aún tenían efecto en ella.

El sospechoso ignoró lo que dijo Linka y siguió hablando sobre su novia— Lo había planeado todo para pedirle matrimonio. Incluso ya les pregunté a sus padres y ya respondieron que sí. Inclusos sus hermanos estuvieron de acuerdo.

—Educado, con dinero y agradas a los hermanos. Al fin un tipo de hombre que a una chica le gustaría embarcar.


Linka después fue al segundo restaurante por decisión propia y no porque el dueño del restaurante la expulsará por molestar a los clientes. El segundo restaurante era El Cangrejo Espacial, donde su mascota era un cangrejo que usaba un traje espacial. Que era un restaurante que servía sushi, donde se veía que su mascota cortaba el sushi con sus tenazas de cangrejo. Por lo que la señorita estaba comiendo allí con palillos con su mano derecha.

—Hola— dijo Linka a la señorita LeBlanc.

—Hola, niñita.

—¿Te puedo hacer unas preguntas?

—Sí claro.

Disculpa— dijo uno de los trabajadores del restaurante— ¿Planeas comprar aquí? — le preguntó a Linka.

—No gracias, no soy fanática de la cocina francesa.

—Pero el sushi no es…

—Disculpa. — dijo Linka a la sospechosa— ¿Me puedes mostrar el reloj que quería reparar y el teléfono que le robaron?

—No tengo problema con mostrar el reloj, pero no puedo mostrar mi teléfono.

—No quiero que me lo muestres físicamente. Quiero que busques en mi teléfono el reloj que iba a comprar y el teléfono que usted tenía. — dijo Linka. Ella quería repetir el experimento para ver que ocurría si buscaba el producto por internet.

—Sí, claro. No hay problema. —La señorita Leblanc buscó y encontró las cosas, sin ningún problema.—Aquí está, no es el mismo color, pero sí el mismo modelo.

—Ya veo — Vio Linka que la señorita Leblanc encontró fácilmente los dos objetos sin ningún problema alguno.

—Sabes niñita. Me recuerdas a mi hermana.

—¿Por qué? ¿Acaso me copia la ropa? Porque sí es así, necesito que me des su dirección para darle una paliza.

—No, me recuerdas a ella ya que busca las cosas al fondo. Ya que me pediste buscar el modelo de mi teléfono. Ella siempre suele verificar las cosas

—¿Se lleva bien con su hermana?

—Así es. Fue ella la que me compró el teléfono.

—¿Le compró un teléfono de mil dólares?

—Así es. Y se compró uno para ella misma.

—Pero no se confundirán por tener el mismo teléfono.

—No, ella siempre usa una funda de color naranja, mientras que yo uso una de color azul.

—Ya veo. — dijo.

Apareció el que atendía en la tienda a Linka para preguntarle si iba a comer en el restaurante—Hola, ¿puedo tomar su orden?

—Si, quiero el menú de para niños. Ya sabes, lo que traen sushi, una gaseosa y un juguete. Pero en vez de una gaseosa, quiero un juguete y en vez de sushi quiero un juguete, así que dame tres juguetes.

—Niñita, no tenemos de esos.

—¿No tienen sushi? Bueno, solo deme una gaseosa con juguete, y cambia la gaseosa por un juguete y me retiro.


Después de ser expulsada del segundo restaurante por pedir juguetes, Linka fue al tercer y último restaurante. El último restaurante fue el dragón de la pizza, era un restaurante cuya mascota era un dragón de color negro estaba lanzando fuego al horno de pizza. Ahí estaba el señor Oliver comiendo una pizza.

—Hola, señor Oliver. — dijo Linka al sospechoso, Oliver Chistie, trató de ver quien lo vio y se puso sus lentes para observar.

—Lo siento, no te reconocí. No puedo ver bien sin mis lentes.

—¿No puedes ver los colores? O sea que ve todo en blanco y negro. O sea que nunca ha vista la noche negra y la luna blanca por sus colores.

—Eso es daltonismo. Tengo miopía.

—¿O sea que le duele los músculos?

—Eso es miodinia

—¿Usted odia a las mujeres?

—¡Eso es misoginia!

—¿Usted es un payaso francés que no habla y hace que hay paredes?

—¡ESO ES UN MIMO! Miopía es cuando no puedo ver las cosas de lejos.

—¡Ohh! Ya veo. ¿Y se quita los lentes para comer?

—Bueno… sí, no me gusta comer con los lentes puestos.

De repente aparece el mesero, entregando la pizza al señor Christie— Aquí está su orden.

—Vaya— se sorprendió de la orden, Linka— Una pizza de pepperoni, chorizos y con jamón. Una increíble pizza que tiene los ingredientes de tres animales diferentes.

—Pero si todos esos ingredientes son del cerdo y…

—De todas formas, tengo una pregunta que hacerle. — dijo Linka interrumpiendo al señor Oliver— Me puede mostrar la cadena que quería comprar— dijo Linka mostrando su teléfono. El sujeto toma el teléfono y trata de usarlo, pero tiene dificultades en hacerlo.

—¿Como funciona esta cosa? Lo siento, pero no sé hacer que esta cosa funcione. Soy un analfabeto digital.

—¿Usted se puede morir por una reacción alérgica?

—Eso es anafilaxia.

—¿Usted odia la sociedad?

—Eso es un anarquista.

—¿No le gusta los placeres sensuales?

—¡Eso es anafrodita!

Algunos del personal estuvieron viendo a los dos clientes, y les sorprendió una cosa de ellos—Debo admitir que es impresionante que ese sujeto sepa tantas palabras.

—Debo admitir que eso es sexy. — respondió una camarera.

Volviendo a donde estaba Linka— A lo que me refiero con ser analfabeto digital es que no sé utilizar tantas cosas tecnológicas. Normalmente, mi hijo se encarga de esas cosas por mí. — El señor Oliver mira su reloj de bolsillo. Lo que le da la oportunidad de Linka de ver de cerca esa cosa.

—Me sorprende mucho usted. Tiene mucha ropa de moda, pero veo que usa un reloj de bolsillo ¿por qué?

—Es algo como una reliquia familiar— dijo el señor Oliver— No me gusta salir sin tenerlo cerca de mí.

—¿Puedo verlo de cerca? — preguntó Linka.

—Supongo. — el sujeto se lo acercó a Linka, pero no la dejo que lo tocara. Linka lo miró de cerca ya que antes le llamaba la atención de algo no tenía sentido con el reloj, pero quizás al tenerlo cerca podría descubrir algo más de ese reloj.

Apareció un mesero— ¿Que le puedo servir, señorita?

Linka se distrajo de sus pensamientos, y comenzó a pensar lo que ella quería comer en ese momento— Quiero una hamburguesa de queso con extra-pepinillo, unos aros de cebolla, macarrones con queso, una orden de papa fritas y una gaseosa fría de limón.

—Señorita esto es una pizzería chino. — aclaró el mesero ya que no podía cumplir esa orden.

—Entiendo— respondió Linka, por lo que tuvo que cambiar de respuesta. Así que nuevamente aclaró su garganta y dijo su orden— Wo xiang yao yige you ewai yan cai de zhishi hambao yixie yangcong quan ma ka ling he nailao yi fen zha shu tiao yiji yuge leng ningmeng gishui.

El mesero simplemente se golpeó la cabeza.


Después que la expulsaran del tercer restaurante por alguna razón que ella no entendía, se sentó en una fuente que había en el centro comercial para entender quién había sido entre esos tres. Pero después de unos minutos de meditación y haciendo caras tontas en la fuente de agua, simplemente sonrió por el gran avance que tuvo con el caso y que eran graciosas las caras que aparecían en la fuente.

Linka pensó en todas las cosas que había descubierto en la escena del crimen, en los testimonios de las víctimas y las cosas que escuchó Linka. Ella, simplemente sonrió «Ya está listo. Ya tengo la evidencia para atrapar al culpable. He atrapado al culpable. Lo he conseguido.»


Por otra parte, el criminal estaba esperando a que los policías dijeran que se podían ir ya que no podían aportar más con la escena del crimen. Pero ellos se resistían en dejarlos ir. Estaba preocupado de que la policía hubiera descubierto algo que sobre que era su culpa.

El criminal simplemente siguió esperando ya que era lo único que podía hacer. De repente, apareció un policía uniformado que le habló a un detective auxiliar en el caso que estaba cerca de los tres sospechosos —¿Dónde está el detective Dreblin?

—Está por ahí, pero está ocupado. ¿Qué ocurre? — Preguntó tal detective.

—Es que descubrimos algo importante— Por lo que el policía le explicó lo que había encontrado. Y el criminal oyó todo lo que dijeron.

El criminal escuchó toda la conversación entre los dos policías, y simplemente sonrió «Ya está listo. Lo he conseguido. Está casi listo, solo falta una cosa y conseguiré salir de este lugar.»


Linka se dirigió a donde estaba el detective Deblin. Parecía que estaba caminando tranquila. Pero para Linka, se imaginaba otra cosa. Es posible que sea la imaginación activa de Linka, la enorme cantidad de gases en su sistema, o simplemente así es como funciona su cerebro o una combinación de todas esas razones. Linka imaginó lo siguiente:

Linka se imaginó como una especie de caballero de la edad media. Usaba una armadura de color blanco como el de su cabello y estaba listo para enfrentarse al más grande criminal de todos, al caballero negro, en un duelo final dentro de unas cavernas donde se ocultaba tal criminal.

Estaban los dos listos para combatir en el interior de ese lugar. Linka tenía una espada de madera y el caballero tenía una espada de metal. Parecía que el caballero negro tenía de todo para ganar. Pero lo importante es que Linka sabía cómo usar su espada. Como en las deducciones, solo se necesita saber cómo utilizar las evidencias, y no importa qué tan pequeña sea, e puede descubrir grandes verdades. Y tenía todo para eliminar a ese rufián. Y de simple manera, Linka fue capaz de hacer que el caballeo negro soltara su espada, y así estar lista para darle el golpe de gracia. Con su enemigo acabado, solo le quedaba revelar quién era la persona detrás de la máscara que estaba aterrorizando al mundo.


Mientras, en el mundo real, Linka fue directamente donde el detective Lestrade— Detective Lestrade.

—Dime niñita. ¿Recordaste algo importante sobre el sospechoso que escapó?

—No recordé nada de él. Pero sé algo más importante. — dijo Linka actuando como una niña tierna, hasta que cambió completamente su actitud— Sé quién de esos tres lo hizo.

—O sea, ¿qué es verdad que una de esas tres personas lo hizo?

—Así es. La persona que lo hizo fue…

—Novato. — gritó el detective Dreblin, el detective encargado del caso, interrumpiendo a Linka justo cuando iba a decir el nombre del culpable. —Ven aquí. Acabamos de recibir unas pistas nuevas.

—¿Pistas nuevas? — se preguntó Linka y el Detective Lestrade.

—Uno de los sospechosos recordó algo.

—¿Así? ¿Cuál?

—El señor Oliver Christie. Nos dijo que recordó algo cuando había despertado y nos dijo algo interesante. Nos dijo que el culpable usaba pantalones y zapatos oscuros.

—¿Está él seguro de eso?

—Eso es lo que nos dijo él. Dijo que no pudo ver bien, pero recuerda haber visto la silueta de una persona y que tenía esos colores consigo.

—Eso es interesante. Pero puede ser una mentira, no sabemos si él es el criminal.

—Eso mismo pensé. Hasta que recibimos esto. — dijo el detective sosteniendo una fotografía.

Linka y el detective miraron la foto. — Una cámara de seguridad de un almacén, pudo grabar al criminal que escapó del centro comercial. — Era un sujeto alto, como mencionaron los testigos, y era algo musculoso. Tenía ropa un chaleco de color negro. Tenía una gorra y unos lentes oscuros, por lo que hacía difícil reconocer quién era. Otro detalle era que usaba unos pantalones oscuros y unos zapatos de correr de color blanco.

—Vaya, con eso podremos tratar de localizarlo por si alguien lo ve.

—Sí, pero más importante aún. Con esa imagen podemos saber quién es el segundo criminal. Y resulta que el criminal sí resultó ser una de esas tres personas. Así que reúne a todos. Es hora de resolver el misterio.

—Vaya, niñita. Creo que tus servicios no serán necesarios.

—No puede ser. — Linka estaba pasmada, incluso parecía estar asustada— No puede ser. No tiene sentido. No es posible. No, no, no.

—¿Qué le sucede a la niñita? — preguntó el detective encargado del caso.

—No lo sé. — dijo el detective Lestrade— Hace unos momentos dijo que sabía quién era el criminal, pero ahora está actuando así.

Linka estaba confundida por la nueva evidencia—No, no, no. No puede ser esa persona. Es definitivamente esa persona. No tiene sentido.

—Seguramente es un ataque de pánico. No le prestes atención. Ahora reúna a todos dentro de la joyería.

—¡NOO! — gritó Linka que aún estaba sufriendo, lo que parecía, un ataque de pánico.

Ambos detectives estaban confundidos con lo que le pasaba a Linka. Al detective Dreblin no le dio mucha importancia, pero al detective Lestrade se preocupó por eso —No lo sé, quizás deberíamos esperar un poco más.

—Vamos, ¿no esperas que una niñita le haga su trabajo? Perdió la razón. — respondió el detective Lestrade.

—No creo que haya enloquecido o sufre una crisis nerviosa. Hay algo raro. La niña dominaba bien el asunto como cualquier detective. No creo que sea un ataque de pánico.

—Dijo que no le hacía sentido. Seguramente no pudo resolverlo.

—No, dijo que no tenía sentido. Quizás vio algo. Quizás hay algo que no notamos.

—Tenemos un sospechoso, y tenemos la prueba absoluta para detenerlo. No dejaré que una niña entrometida me haga perder el tiempo.

— ¡NO, no puede! — dijo Linka tratando de detener el detective, pero aún estaba sufriendo su crisis.

El detective no estaba de humor, en especial que tenía todo para resolver el caso—Novato, puede quedarse con la niña, si quiere. Pero yo iré a capturar a un ladrón.

—No tiene sentido. No lo tiene. — seguía repitiendo Linka.

—¿Qué no tiene sentido? — El detective, estaba preocupado por Linka. No sabía que podía hacer. Necesitaba un poco de ayuda, y quiso ver si podía hacer algo. Estuvo indeciso, pero había algo que podía hacer, normalmente no lo haría, ya que al detective principal no le gustaba hacer eso, pero sentía que no tenía otra opción — A ver si puede ayudar en algo. — El detective novato se decidió alejar para resolver el problema. Normalmente no lo haría, pero sintió que para esta situación podía hacer la excepción.

Pero Linka aún no entendía la situación. Todas las cosas del caso, las cosas que tenían sentido no tienen sentido. No podía sacar la respuesta a eso que no entendía, era imposible.


En la imaginación de Linka, donde se imaginaba ella como un caballero y al ladrón como un caballero negro. Ella había acorralado al caballero negro, peleó contra él y le ganó. Parecía que nada podía evitar que lo atraparan. Pero jamás se imaginó que esa persona tenía un arma secreta. Según Linka, esa persona hizo algo que incluso ella no entendía, o podía ser simplemente que ella se equivocó. Independiente de lo que sucedió, lo que Linka imaginó en su fantasía fue que el caballero negro tenía un dragón en su mazmorra.

El dragón comenzó a atacar a Linka. Ella logró esquivar, pero no pudo evitar que destruyera su espada de madera. Lo único que quedó de su espada fue el mango de su arma. Ahora, estaba contra un tenebroso dragón, sin armas y totalmente drogada. Lo drogada para ella no era nada malo, pero sí el no tener algún arma. Linka estaba acabada y no tenía forma de cómo vencer tal criatura. No podía hacer nada contra tal poder destructivo.

De repente, Linka sintió un olor, un olor delicioso que la hizo despertar de su imaginación medieval a la realidad en el centro comercial. Miró de dónde venía el olor y era de uno de los tres restaurantes que había, donde estaban los sospechosos. Era muy atractivo el olor, Linka quedó mirando mucho tiempo los tres restaurantes, como que no podía evitar mirarlo al restaurante que le llamó la atención con el olor de su comida.

Después de varios segundos, a Linka le cruzó un pensamiento por su mente, como si un relámpago golpeara su cabeza, y se sorprendió por lo que había descubierto. Comenzó a recordar cada cosa que había hecho las personas, cada cosa que hicieron todas las pistas que había recolectado. Y finalmente, añadió el olor que venía de unos de los tres restaurantes (el pollo frito, del sushi o de la pizzería chino), y se dio cuenta de algo bastante importante. «¡Eso es! Eso fue lo que pasó. No puedo creer que fue así como lo hizo Linka comenzó a sonreír por lo que estaba pasando. No puedo creer que así fue como sucedieron las cosas.»

Nuevamente en la imaginación de Linka, ella estaba acorralada y aparecieron tres caballeros. Lord Pollo Frito, el Caballero Cangrejo Sushi y Sir Dragón Pizza. Cada uno de ellos le ofreció una espada, una nueva arma para atacar. Linka tomó una de esas tres armas, y lo lanzó a ese dragón exterminándolo, dejando indefenso al caballero negro y listo para ser capturado.

Nuevamente en la realidad, Linka comenzó a sonreír por lo que estaba pasando. «No puedo creer que así fue como sucedieron las cosas. Ahora todo tiene sentido. Ya lo entiendo todo. Y lo mejor de todo es que tengo la prueba definitiva para demostrar que esa persona lo hizo.»


Notas del autor.

Eso fue el capítulo de hoy. Ahora a esperar otros meses por el siguiente... Ok, la verdad que no. La verdad es que el siguiente capítulo está casi listo (falta arreglar unos últimos detalles) y pensaba publicarlo para la primera semana de Mayo. Por lo que quiero hacer un mini juego con ustedes. Si alguien puede resolver el misterio. Publicaré el capítulo antes.

Así es. Si alguien resuelve el crimen lo publicaré después de unas 24 horas. Los pasos serán los siguientes:

1) De preferencia, me gustaría que me enviaran un mensaje privado (PM) para dar sus deducciones. Sé que enviaran algunos por los review, pero es para que otros no vean su deducciones.
2)

Dependiendo de la respuesta que den, les haré unas preguntas (imagínense que soy el abogado del sospechoso y lo defenderé para demostrar su inocencia) que será por medio de PM. Si alguno puede convencerme y hacer que admita la derrota. Publicaré el capítulo. Pero cuidado, lo defenderé usando cualquier método posible.

Normalmente les haría preguntas del capítulo, pero la única pregunta será. ¿Quién creen que es el culpable del crimen?

Bueno, eso ha sido todo por ahora.

Escriban sus reviews para comentar la historia.

Si tienen ideas para el capítulo o para uno futuro, no duden en escribirlo.

Eso sería todo por ahora. Espero que se cuiden. Nos vemos para la próxima.