11ª. Una nueva técnica.
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La ascensión a la montaña fue relativamente fácil para los dos chicos, aunque tardaron horas en llegar a la cumbre. Estaban suficientemente entrenados para no tener problemas en escalar esa montaña.
Al llegar a la cumbre se dejaron caer al suelo, y rieron.
-Tardaran horas en subir- Ranma cansado del esfuerzo se acostó sobre el terreno- cuando lleguen a la cumbre estarán muy, muy cansados.
-Creo que Nabiki y esa periodista necia, necesitarán ropa nueva- dijo Akane riendo- con esos trajes no van poder escalar bien, se le romperá la ropa, llegarán casi desnudas.
-A ellos tampoco le quedará mucho de esos trajes tan caro. El energúmeno del presentador estrella llegará con las manos en mal estado
Los dos se rieron. Akane miró la llanura y su vista se dirigió a un punto.
-Si al menos fuesen inteligentes hubieran sabido que había un camino mejor para subir- de nuevo rieron.
-Un camino por donde podían haber subido en coche.
Las risas se oyeron en la llanura a la que habían subido, había un terreno llano, con césped, y despejado de árboles a los que dañar. A bastante metros si había un pequeño bosque, donde los chicos podrían recoger fruta y leña, ese bosque estaba lo suficientemente lejos para no dañarlo durante su entrenamiento.
-¿Tienes las cosas preparadas?- preguntó ella.
-Desde antes de ir al torneo- contestó él.
Los dos fueron a una cueva, allí Ranma escondió hacía meses dos mochilas con ropa, tiendas de campaña y comida en lata. En esa sitio había también un lago donde coger agua y bañarse.
-Yo voy primera en ir al lago a bañarme- dijo ella, y lo advirtió- no vayas a mirarme.
-No tengo intención de mirarte- contestó el joven- debo montan el campamento y preparar algo para comer.
La chica se alejó con el material para ducharse.
-No se ha dado cuenta que lo retaba a venir a verme- sonrió- es una lástima que no tenga, que no tengamos el valor de ducharnos juntos. Podía ser un avance en nuestra relación.
Mientras el chico preparaba el campamento.
-Soy idiota, lo que me ha dicho era un reto para bañarme con ella. Me hubiera gustado bañarme con ella. Pero me hubiera transformado en chica- eso era lo que más lo fastidiaba- si no fuéramos tan tímidos, si no tuviéramos tanto orgullo. Nuestra relación podía avanzar. ¡Quiero que avance!, ¡Necesito tenerla entre mis brazos!. No lo aguanto más, necesito dejar de ser un cobarde y decirle lo que siento.
Al cabo de un rato, llegó Akane bañada. Él la miró y se sonrojó, la encontraba hermosa siempre, pero cuando se duchaba era cuando más bella la veía.
-¡Pervertido!- le dijo ella riendo, confundiendo por poco lo que pensaba Ranma.
- No estaba pensando mal, sólo que…- debía decirlo, no podía detener ese pensamiento más- es que cuando- Ranma bajo la cabeza con timidez y habló de forma entrecortada y con vergüenza- cuando te bañas… después de bañarte te veo muy guapa.
Ella se quedó congelada y miró al chico
-Gracias, eres muy amable por tu parte decirme esto- y entonces ella equivocó sus palabras- aunque sea mentira.
El chico la miró furioso.
-No entiende nada. ¡ Yo intento ser sincero contigo y tú te ríes de mí!, ¡no crees en mi!.- ella lo miró, ese chico la dejaba confundía.
De repente ella al darse cuenta de su fallo, se dio cuenta que había cometido un terrible fallo y empezó a llorar por haber sido ella esa vez la que cometió un desliz al hablar más de lo necesario.
-Perdóname, yo no te entendí, creía que te burlabas de mí como siempre haces. No te entiendo no sé cuando hablas en serio y cuando te ríes de mí.
Ranma miró a la chica, la había vuelto hacer llorar, se sintió un desgraciado, ¿ Cómo podía hacerle daño tantas veces a su amiga? Vio como ella lloraba con amargura, esas lágrimas no eran falsas como las de las otras tres que lo perseguían. Llevo un dedo a una de las lágrimas de la chica y la cogió, lo miró y se lo llevó a los labios.
-Están saladas y amargas, como tú tristeza. Tus lágrimas no deben empañar nunca tus ojos por que no me dejan verlos, no vuelvas ocultarme tus lindos ojos con tus lágrimas. – El chico estaba asombrado y aterrado, no sabía de donde le salía esa palabras, tal vez aguantar dos años lo que sentía por la chica le dio valor para dar ese paso.
Ella se limpió los ojos y sonrió.
-Te haré caso, pero eres extraño, eso de gustarte cuando acabó de ducharme, pareces un pervertido- lo dijo riendo.
A él le asaltó de nuevo la timidez.
-Me… voy…. A duchar- y le advirtió- tu no vayas a espiarme como lo hago.
Ranma se fue a duchar. Akane estuvo un rato leyendo el libro de técnicas de Ranma, donde explicaba la técnica que estaban desarrollando los dos, cuando de repente cerró el libro, miró hacía por donde se fue el chico, y la tentación pudo más que su raciocinio y fue por ese camino. Quería ver como se duchaba Ranma, sabia que hacía mal, pero no podía controlar ya ese deseo, es más si él la descubría…
Dio dos o tres pasos y pensó.
-¿ En qué estoy pensando?, No soy Shampoo o Kodachi. No soy una pervertida… o no lo seré. Sé que lo he visto desnudo… y él a mí. Pero no debo déjame tentar por mis deseos. Debo ser fuerte, o me pareceré a Happosai.
Y la joven volvió a vigilar que no se quemarse la cena. No supo que Ranma, mientras ella se bañaba pensó lo, intentó ir, pero lo contuvo un pensamiento parecido al de ella.
Al volver el chico la miró.
-¿No habrás ido a espiarme?- preguntó él, con una sonrisa pícara.
Ella se sonrojó.
-¿Cómo quieres que hagas eso? ¡No soy como Happosay o una de tu otras prometidas!.
El chico sonrió.
-Seguro que lo has pensado, pero te lo has pensado mejor y no te has atrevido- ella se sonrojó y bajó la cabeza- ¡Si!, ¡Lo has pensado!
Ella se vio pillada, su propio rostro la delató.
-¡Vale lo pensé!, ¡Pero pensé mejor y no fui!- miró al chico y lo acuso-¡Tú también lo pensantes!.
Como ella se sintió cogido.
-¡Si yo también lo pensé!... pero no quise que me descubrieran y salir volando!
Los dos se miraron con furia.
-¡Pervertida!- dijo el chico.
-¡Pervertido!- dijo la chica a la vez.
Se miraron con furia y empezaron a andar en círculo, dispuestos a luchar.
Akane se lanzó sobre Akane y le atacó con una patada, el joven la esquivó y le lanzó un puñetazo que la chica esquivó. Los dos se miraron a los ojos intentando prevenir el ataque del otro. Se lanzaron uno sobre el otro y entrelazaron sus manos ejerciendo fuerza una contra el otro, para vencer a su rival. Ninguno quería ceder, los dos querían vencer y derrotar al otro, actuaban más por orgullo que por enfado.
De repente los dos sonrieron, se lo estaban pasando bien y esa pelea pasó a volver un entrenamiento divertido, y se pasaron parte de ese día entrenando.
Esa noche los dos cenaban, que se quemó un poco al estar los dos distraídos con el entrenamiento. De la pelea habían pasado a entrenarse y de allí a cenar como si nada hubiese pasado.
-Como se ven las estrellas desde aquí- dijo las estrellas, que brillantes se ven.
-Si, desde el bosque se ven muy bien. Cuando entrenaba con mi padre me gustaba perderme, alejarme de mi padre y ver las estrellas, y poder conseguir la tranquilidad que no conseguía cuando estaba con ese viejo.
Ella sabía que a él no le gustaba hablar del tiempo que pasó con su padre, y por eso cambió de tema.
-¿Crees que tardarán mucho en subir eso?- preguntó la joven, esperaba que tardase mucho en llegar, quería estar a solas con Ranma, aunque eso no lo confesaría nunca, pero ese nunca era relativo, tan relativo que no podía durar mucho.
-Llegarán a eso de las ocho de la mañana, tenemos tiempo para descansar un rato.
-¿Más? Llevamos unas horas de tranquilidad.
-Pues a partir de mañana se acabó la tranquilidad.
Los dos chicos se miraron, debían disfrutar de esos momentos de tranquilidad.
-¿Vamos a dormir?- dijo él.
Ella lo miró con timidez.
-¿Podías dormir en mi tienda?- supo que el chico iba a malinterpretar sus palabras- cada uno en su saco de dormir. Desde que volvimos del torneo no he podido dormir bien.
Ranma la vio sonrojada, como estaba él.
-Bueno… si… de acuerdo. Yo tampoco he dormido bien.
Ninguno de los dos confesaría que se echaron de menos, que no podían dormir porque notaban a faltar a el otro. Y esa noche los dos chicos durmieron en la misma tienda.
Al amanecer, los dos despertaron a la vez, de alguna forma habían sacado una de sus manos de sus sacos de dormir y durmieron cogidos de la mano. No dijeron nada, miraron sus manos cogidas y se sonrieron.
Se levantaron, se vistieron, fueron al lago a lavarse la cara y regresaron al campamento e hicieron el desayuno. cuando estaban acabando de desayunar, llegaron a la cima los primeros de sus perseguidores, esos periodistas y Nabiki. Se habían pasado casi un día lo que ellos hicieron en pocas horas. Esa colla de locos llegaban con las ropas rotas, sucios, las manos destrozadas y despeinados. Los ojos desorbitados, y apestaban a sudor y otras cosas más asquerosas.
Ese grupo al llegar a la cumbre cayeron al suelo cansados y se quedaron dormidos.
Ranma y Akane los miraron y empezaron a reír, pensaron en despertarlos en cinco minutos.
Cinco minutos después los durmientes fueron despertados por un ruidos enorme. Con los ojos medios abiertos miraron hacía donde venía ese ruido, para descubrir a los dos prometidos enfrascados en una terrible pelea.
-¿Por qué se pelean?- preguntó Ryoko- hace poco estaban desayunando.
Nabiki los miró, ni Ranma ni Akane estaban enfadados, estaban serios, pero no furiosos, les notó una ligera sonrisa y descubrió los que les pasaba.
-¡Están entrenando!, ¡ Pero jamás les he visto entrenar de esa manera!.
Efectivamente ese combate era un entrenamiento. Nabiki ahora sabía porque su hermana y el prometido de esta habían ganado el torneo, pero estaba casi segura que no habían sacado todo su potencial para ganarlo.
Los periodistas veían ese entrenamiento y no comprendían nada. Para ellos Ranma y Akane eran unos mediocres, y ese entrenamiento era pésimo. Esa gente, de la televisión, que no tenía ni los más mínimos conocimientos en lucha se atrevía a juzgar y darse de entendidos. Si esos periodistas hubiesen ido a la fórmula uno, habían hablado como entendidos sin saber diferenciar el volante de un coche de una tortilla. Lo suyo eran los programas de corazón y en ellos destrozar la vida a gente, y ahora se habían propuesto destrozar a Ranma y Akane.
-Grabad esa pelea- ordenó el jefe de ese grupo.
-No sé cómo, en la subida se nos han estropeado las cámaras y aunque funcionase se mueven muy rápido es imposible grabar nada.
-¡Panda de inútiles!- gritó Reiko- estamos perdiendo un material valiosísimo. Podíamos hacer pasar este entrenamiento por una lucha real. Nos inventamos una excusa y destruirnos esta pareja.
Los dos jóvenes oyeron esta conversación, y Akane sonrió.
-¡Prepárate Ranma!, ¡Utilizaré contigo mi nuevo y secreto ataque!- y la chica alzó su puño y golpeó el suelo. Una grieta se abrió en dirección a Ranma, pero este la esquivó y sonrió. Los intrigante del equipo de televisión y Nabiki no pudieron esquivar esa grieta, ir al llegar a ellos, se abrió un agujero en el suelo y esa gente cayó en él. No fue un agujero profundo, pero lo bastante para provocar en esa gente pequeñas heridas y destrozar un poco más sus vestimentas.
-Es un ataque muy malo, eficaz, pero no vale conmigo.
-¡Eso está por ver!- Akane se preparó para hacer de nuevo ese ataque, pero Ranma también.
-Los dos sabemos hacer ese ataque. Aunque no sabemos que ocurrirá con un choque de tu ataque contra el mío.
Mientras el grupo de periodistas había salido del agujero y se dirigieron a una nueva ubicación.
-¡Los habéis hecho expresamente!- dijo esa periodista mal encarada.
- Estáis en nuestra zona de entrenamiento, debería alejarse un poco- sugirió Akane- si siguen cerca pueden resultar heridos.
- En nuestro contrato, el que hicimos con tu hermana…- el periodista jefe estaba furioso por ese ataque, nadie osaba tocarle, denunciaba a quien lo hiciera. - que no nos podéis atacar.
- No ha sido un ataque contra ustedes. Ese ataque era en contra mí- Ranma ni siquiera miró a esa gente. - lo he esquivado y ustedes estaban en medio, están cerca muy cerca. Nosotros dos necesitamos mucho sitio para entrenarnos por eso hemos venido aquí.
- Aquí es una buena zona de entrenamiento, no hay nadie, ni árboles, ni animales a los que podamos dañar. Podemos luchar sin contenernos.
-Debemos entrenarnos para nuestro próximo torneo.
- ¡Que perderéis! - dijo Reiko- ¡antes de eso ya nos habremos encargado de destruiros!
-No sé si lo sabes!, pero está amenazando a unos menores-dijo Akane.
-No hay pruebas, no tenéis pruebas - dijo el locutor- os podemos hacer lo que queramos y nunca tendréis pruebas.
-Lo mismo pasa con vosotros, si os pasa algo en esta montaña mientras entrenamos, es culpa vuestra por subir por la montaña, en lugar del subir por el camino normal- y señaló el camino. - cualquiera herida que tengáis o os hagamos, diremos que se han producidos al subir la montaña.
Los periodistas y Nabiki se sintieron engañados, esos jóvenes no les habían dicho nada sobre ese camino.
Iban a protestar, pero los jóvenes habían acabado de acumular poder en sus puños y golpearon el suelo cada uno creó su propia grieta que se dirigió al otro chico. Las dos grietas chocaron y se juntaron como una cambiando de dirección, y se volvió a dirigir a los periodistas, que por segunda vez no pudieron escapar, pero esta vez el agujero fue mayor, y las heridas en esos petulantes fueron un pocos mayores, pero nada graves.
Nabiki al salir del agujero miró a los dos chicos, tuvo el presentimiento que los dos habían controlado el golpe, que si lo hubiesen hecho con toda su fuerza ahora ellos no estarían tan sanos. También pensó que habían dirigido ese ataque en contra de ellos. Esos dos jóvenes los atacaron expresamente.
Reiko pensaba lo mismo, pero no pudo protestar. Vio como esos dos chicos se dirigió el uno hacía el otro y se paraban a pocos metros, se miraban.
-Ahora, que ha acabado el precalentamiento, queda intentar hacer nuestro nuevo ataque. Debemos lograrlo hoy, no podemos faltar más a la escuela- dijo Akane.
-Lo lograremos-contestó Ranma- si no hubiera sido por las continuas apariciones de esos, durante nuestro último entrenamiento, ya tendríamos ese ataque controlado.
Akane lo miró y sonrió-
- ¡Empecemos ya que debemos controlar ese ataque pronto!
- ¡Si! - gritó Ranma.
- ¿Un ataque nuevo? - pensó Nabiki- ¡Si tuviera mi cámara ahora podía grabar ese ataque y vender la imágenes- la chica se lamentó había perdido su cámara mientras subía a la montaña, se le cayó del bolsillo!.
Los dos prometidos se pusieron uno al lado del otro, y empezaron a mover los brazos haciendo los mismos movimientos a la vez, delante de cada uno de ellos se creó una bola de energía que soltaba chispas.
Todos sintieron los efectos de esas bola eléctricas, los pelos del cuerpo se le erizaron, esas bolas producían electricidad estática. La cámara estropeada se calentó, y el técnico que la llevaba tuvo que soltarla, ese aparato ardió.
-¡Mantén la carga!- dijo Ranma- ¡queda poco!.
-¡Es difícil!- gritó Akane- ¡me empiezan a doler las articulaciones!.
- A mi también. Queda poco, unos pocos segundos.
Pasaron unos diez segundos, y …
-¡Ahora!- gritaron los dos y las dos bolas eléctricas salieron disparadas para adelantes, pero al cabo de unos metros se diluyeron.
-Hemos vuelto a fracasar nos falta algo- dijo Akane.
-No lo sé. Lo hacemos bien pero falla algo.-El chico la miró y se encogió de hombros -no sé lo que nos falta.
En ese momento por el camino del monte llegó una camioneta de la cadena de televisión de esos pedantes.
-¡Más idiotas que se han unido a la fiesta!- Ranma vio como más técnicos y presentadores bajaban de esa camioneta.
Segundos después llegó una segunda camioneta y de ella bajaron los seis rivales que acosaban a la pareja.
-No son solos los idiotas de ese canal, ¡vienen nuestros seis rivales particulares! - Akane esta ya harta de tanto acoso, desde la boda fallida, esos seis eran un fastidio constante.
Ranma la miró, y ella al él. La joven supo que su prometido estaba tan harto de esos seis como ella, incluso más.
- ¿Cómo has podido estar un día sólo con Akane? - dijo Ryoga rabioso- No te lo perdonaré, si le ha pasado algo a Akane te mataré.
- ¿Desde cuándo te has vuelto una vulgar copia de Kuno? - dijo con ironía Ranma- si no teníamos suficiente con un idiota, ahora tenemos dos. ¡Dos idiotas por el precio de uno!, ¡Y regalamos un Mousse, aunque no sabemos si es para el pelo, o un postre!, que es tan corto que no ve la diferencia entre un mal shampo para el pelo y una espada corta de mala calidad.
De un golpe Ranma había insultado a cinco de esos chicos.
-Airen equivocarse- dijo la chica china- yo venir a por ti. Airen casarte conmigo.
- ¡Como te atreves a insultar al gran Kuno y compararme con ese pobre? Ryoga miró mal a ese ricachón-debéis estar agradecido a mí, hemos subido hasta aquí, yo he aquillado está furboneta.
- Kuno se dice furgoneta- dijo Akane- ¡dios!, ¡Pero qué mal hablas! - le discriminó la chica.- para ser tan rico eres un ignorante.
- ¿No es monovolumen?, Aunque aquí arriba tenemos tantos monos que podemos montar un circo. - Ranma los miró a todos, tanto a sus seis rivales como a los periodistas, como a Nabiki.
Todos allí se sintieron ofendidos, el chico no tuvo reparo en insultar a los allí reunidos.
-No permitiré que Ran-chan se quede con Akane. No sé la merece.
-Ukyo, Ranma es libre de elegir. No imponerle nada.
-Ranma deber venir conmigo a China y casarse con Shampoo.
-No Shampoo, ni iré contigo a China ni me casaré ni contigo, ni con ninguna de vosotras- aseveró Ranma- iré a la universidad con Akane, ella y yo así lo hemos decidido. Quien no este de acuerdo-Se encogió de brazos- peor para él o ella.
-Nosotros evitaremos-… empezó Ryoga.
-Nosotros evitaremos eso- se burlaron los dos prometidos, ante la sorpresa de todos.
- ¿Cómo sabemos eso? - dijo Ranma.
-Es lo que decís cada vez. -acabó Akane.
- ¡Akane! - le reclamó Ranma- ¿te acuerdas de que te pedí tener una cita?
-Si, fue durante el torneo- dijo la chica ilusionada.
-Pues va ser que no- el chico vio como su prometida se entristecida, y después se enfadaba, y sus rivales se alegraban- con una cita no hay bastante, quiero un universo de citas.
- ¡Si!, ¡Si quiero un universo de citas contigo! - contestó Akane con alegría. Y abrazó a su prometido y este le devolvió el abrazo.
Todos la miraron asombrados, Ranma siempre había sido incapaz de pedir una cita a su prometida, y ahora delante de ellos no sólo le pedía una a cita, si no un motón y ella lo había aceptado. Y encima se abrazaban, y se miraban.
-No permitir que…-Shampoo quería evitar esas citas. Pero notó que esos chicos la ignoraban- yo ganar a chica violenta, yo matar y…y los seis se prepararon para atacar a los dos.
Reiko volvía tener un micrófono.
- ¡Ahora eso seis derrotaran de forma definitiva a los dos chicos! - esa reportera no les perdonaba que no les hubiesen concedido una entrevista durante el torneo.
Ranma miró Akane.
- ¿Y si probásemos con esos seis nuestro ataque? Ellos nos podían ayudar a descubrir que nos falla.
-Por mi adelante.
Y se pusieron uno delante del otro, y en medio sus rivales que los miraban preparados para atracar, los dos prometidos empezaron a hacer los movimientos para crear las bolas eléctricas.
Delante de los dos chicos aparecieron esas bolas eléctricas. Todos notaron que por sus cuerpos eran recorridos por esa electricidad estática residual, todos los aparatos eléctricos que había allí estallaron. Incluso las cámaras y las camionetas.
- ¿De dónde sacar esa técnica Shampoo no conocer?
Si Shampoo no conocía esa técnica significaba que la habían desarrollado los dos prometidos, o habían encontrado un pergamino secreto.
De repente los dos chicos lanzaron esas bolas, que colisionaron donde estaban los seis locos, y estallaron, dejando a los seis rivales un poco tostados por fuera.
Ranma y Akane se juntaron y golpearon sus manos.
-Ha salido- dijo Ranma alegre- no salía por que…
- Necesitamos a alguien contra quien lanzar el ataque.- la chica estaba igual de contenta que él.
-Ya que ha salido, volvamos a casa y preparemos la cita.
Miraron a los periodistas y Nabiki, habían caído victimas colaterales del ataque. Estarían inconsciente unas horas, como sus rivales.
Y los dos prometidos aprovecharon que todos estaban en el suelo, recogieron sus cosas, las escondieron en la cueva secreta de Ranma, esos idiotas no la descubrirían ni por causalidad.
Se acercaron al barranco, Ranma cogió a Akane en brazos y saltó al abismo, fue bajando saltando de roca en roca, hasta llegar abajo y desde allí fueron al dojo, entraron a escondidas y salieron vestidos para salir a la prometida cita.
Llegaron a la heladería, estaban alegres, allí nadie los molestaría. Habían ido a un centro comercial, y la heladería tenía unas espectaculares ventanas de donde ver una buenas vistas, pero desde la calle no veían a los ocupantes de esa heladería.
Ranma iba como chico, y las mujeres lo miraban embobadas, aunque él las ignoraba, no quería enfadar a su acompañante. Akane atraía las miradas de los hombres, pero al igual que Ranma no hacía caso de esos pervertidos.
Después de esa visita, fueron a comprar ropa nueva, Ranma no le gustó tener que comprar ropa nueva, distinta a las camisas y pantalones chinos que siempre llevaba.
-Tienes que cambiar de vestimenta- le aconsejó Akane- no puedes ir siempre vestido de la misma forma.
-Pero a mi me gusta ir así.
-¡Ranma!- Akane se aguantó a duras penas la gana de chillarle- si siempre vas vestido de la misma forma acabarás pareciéndote a tu padre y al mío, siempre vestidos igual.
Eso fue un ataque a línea de flotación del chico, que compró varias camisas y pantalones más informales. ¡ Parecerse a su padre!, ¡Bah!, era lo que menos quería.
Akane río por lo bajo, había conseguido lo que quería desde hace tiempo, que su prometido fuese cambiando de vestimenta, y de toda forma se lo veía tan guapo con esa ropa nueva.
La siguiente en comprarse ropa nueva fue Akane, aunque no quería, Nabiki siempre le quitaba sus mejores traje.
-Pues pones les pones una llave al armario y listos- dijo Ranma.
-¿Te crees que no lo intentado?- dijo con designación la chica- ya lo he intentado y no ha servido de nada contra esa bruja que tengo por hermana.
-Pues hacemos lo mismo hoy al llegar a casa, entramos a su habitación y recuperas lo tuyo.
Akane al final se compró ropa nueva. Al salir de la tienda se dio cuenta de algo, Ranma le había hecho caer en una trampa similar a la que ella usó, sencillamente, los dos eran tontos.
Después de toda la tarde divirtiéndose fueron a cenar a un restaurante, los sabían que serían castigados sin cenar, y tomaron medidas contra eso.
Cuando volvieron al dojo efectivamente fueron castigados sin cenar. Los dos pusieron objeciones, si no lo hicieran sus padres hubieran sospechado algo, y aparentemente enfadados subieron obligados a sus habitaciones, pero antes de entrar en ellas, hicieron una visita a otro sitio.
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Los rivales, los periodistas y Nabiki les tocó bajar por el camino andando. Las camionetas habían quedado inutilizadas por el ataque de los dos prometidos, aunque más fácil que por el barranco, tardaron horas en bajar, cuando llegaron abajo era bien entrada la noche y no tenían fuerzas para ir por los dos prometidos, cada uno volvió a su casa.
Los periodistas habían perdido su oportunidad de grabar a los dos prometidos, Nabiki sólo los había alquilados por dos días de entrenamientos, y en esos dos días no consiguieron nada, pero al día siguiente, sí que lo harían.
Nabiki llegó a su casa cansada, había andado mucho, llegó sucia y con su ropa inservible. Estaban todos acostados, incluso los dos prometidos.
Nabiki subió a su habitación, creyó oír salir de la habitación de su hermana pequeña y la de Ranma unas risas, con el cansancio que llevaba encima no sabía si fue real o producto de su imaginación, entró en su habitación, y se dejó caer en la cama, treinta segundos después dormía como un tronco.
Cuando los ronquidos de la hermana mediana se oyeron en toda la casa. Las puertas de Ranma y Akane se abrieron y salieron sus ocupantes, se dirigieron a la puerta de la habitación de Nabiki y durante un rato trabajaron en ella intentando no hacer ruido.
Al día siguiente Nabiki se llevaría una sorpresa, los primeros pasos para deshacerse de ella como su representante habían empezado.
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Al día siguiente estaban desayunando, los dos prometidos estaban de mal humor, los padres sin darse cuenta del peligro de desafiar a esos chicos en ese estado seguían metiéndoles la bronca. Nodoka y Kasumi veían que eso iba a acabar muy mal para los jefes de la familia.
-¿Y Nabiki?- preguntó Nodoka- hoy se ha debido dormir.
-Ayer llegó muy tarde, debe estar cansada.
Los dos prometidos se miraron.
-Ayer nos entrenamos en la montaña, ella nos siguió- dijo Ranma.
-No está preparada para esa clase de viaje- continuó Akane- mi hermana es muy cómoda. Si no hace algo de ejercicio acabará gorda, delante de una televisión comiendo galletas..
Todos asintieron, todos pensaban lo mismo, Nabiki se había hecho a la vida cómoda.
En eso apareció Nabiki, con un rasgado uniforme escolar, con los ojos desorbitados y miró enfadada a Ranma y Akane.
-¡De estás os acordáis!- dijo la hermana mediana furiosa.
Todos miraron a los dos prometidos que seguían comiendo con normalidad, pero seguían enfadados, y ahora sabían por qué.
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Minutos antes .
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El despertador sonó y Nabiki se levantó, estaba cansada, había dormido poco, necesitaba más horas de sueño, pero debía ir a la escuela, había pactado con la gente de televisión y había quedado con ellos en la escuela, allí pasaría lo pactado.
Se levantó y encendió la luz, estaba muy oscuro, fue a su armario, allí cogería su traje más nuevo, en realidad se lo robó a Akane, era un préstamo sin el consentimiento de Akane, un préstamo que no devolvería nunca, como la demás ropa cogida a su hermana.
Y al abrir el armario se asustó estaba prácticamente vacío, le faltaba… la ropa que cogió de Akane, lo averiguó enseguida, su hermana había recuperado su ropa ,¿ Cómo Akane tuvo la desfachatez de quitarle la ropa que ella le había robado?, eso Akane lo pagaría, y Ranma también, seguro que él le ayudó.
Nabiki se puso uno de sus trajes, ¡Con los que le gustaban los de Akane! Y ahora tenía que usar unos de sus trajes viejos. Se vistió, se dirigió a la puerta de su habitación la abrió y... vio que estaba tapiada, supo enseguida que Ranma y Akane le habían tapiado la puerta, ¡ Esos dos le habían levantado una pared en la salida.
Enfurecida fue para la ventana, saldría por la ventana, aunque eso era más propio de su hermana y del prometido de esta, y se la encontró también tapiada, ¡ Esos dos la habían emparedado, como se hacía en la antigüedad en Europa a los criminales.
Pero nada le impediría salir, esa pared que tapiaba la puerta era nueva, no debía estar seca de todo, si la movía la tiraría. Y lo intentó, hasta darse cuenta que esa pareja había usado cemento de secado ultrarapido, debía haber secado en pocos minutos.
Pero Nabiki no se rindió y logró tirar esa pared, tenía un fallo en su estructura y logró tirarla abajo, aunque le costó un par de uñas rotas.
Bajó al comedor y vio a la pareja que la encerró comiendo con tranquilidad, los dos más jóvenes la miraron y siguieron comiendo sin hacerle caso.
-¡De estás os acordáis!- dijo la hermana mediana furiosa.
Todos miraron a los dos prometidos que seguían comiendo con normalidad, pero seguían enfadados, y ahora sabían por qué.
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En el presente.
El enfado de Nabiki con su hermana y el prometido de esta era enorme, pero el enfado de los dos prometidos con Nabiki era mayor.
-Me habéis emparedado como una criminal- si Nabiki esperaba respuesta de los dos chicos lo tuvo mal, los dos seguían comiendo ignorándola- ¡Queréis hacerme caso!, ¡Soy vuestra representante!, ¡ Debéis hacerme caso!- los dos chicos levantaron sus miradas iracundas contra Nabiki.
-¡No te lo pedimos!- la furia de Akane era más que evidente.
- Falsificaste nuestra firma!- Ranma no estaba tampoco muy calmado.
-Vi vuestro potencial, y entre varios papeles que tuvisteis que firmar, os puse un documento que os ligaba a mi por pertutuidad.
-¡Rompe ese contrato!, ¡Dimite!- Ranma puso un tono sádico.
-¿Renunciar a una fuente de ingresos como vosotros?- Para Nabiki lo que le pedía Ranma era una herejía-¡Nunca!
- Tarde o temprano lo harás- contestó Akane- o te regalaremos el pijama de madera que te prometimos – Akane la miró- tienes una semana, Renuncias, o pijama de madera. De una forma u otra conseguiremos que nos dejes libres.
-¡Ya te lo he dicho! ¡Sois demasiado valioso para mi!- y recordó que su hermana le había robado los traje que ella le robó antes- quiero que me devuelvas los trajes que me quitaste.
Akane la miró y sonrió siniestra.
-Esos trajes eran míos, tú me lo quitaste a mí- y añadió con ironía- sólo he recuperado lo que es mío.
- Cuando recuperemos nuestra libertad, nos libraremos de ti. Vámonos Akane o llegaremos tarde, algo me dice que la bruja de tu hermana nos ha preparado un aquerare ahí fuera con ese canal de brujas y vampiros.
Akane asintió y salieron de casa en dirección a la escuela.
Nabiki los miró su traje, era viejo, y se le notaba usado. No le daba tiempo para subir a la habitación de su hermana y cogerle un uniforme nuevo, o tal vez si.
Subió a la habitación de Akane, entró, abrió el armario de su hermana y activó la trampa anti Nabikis que puso Akane en su armario. Supo al instante que iba a llegar muy tarde a la escuela.
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Los dos prometidos salieron del dojo y se encontraron a la pandilla de esos presentadores. Reiko los miró y sonrió.
-Hoy no escapareis- dijo esa mujer tan odiosa, se le notaba que no había dormido mucho, al igual que su jefe- he comprado a Nabiki vuestro día de hoy.
Los dos prometidos se miraron.
-Hoy llegaremos tarde- dijo Akane. Empezaba a ver la cara oculta de la fama, ¡la de la gente que se mete en la vida de los demás sólo por morbo!.
-No llegaremos tarde, somos especialistas en escaparnos de idiotas, si lo hacemos de esos seis de estos también.
-No lo creo- dijo Reiko- hoy hemos contado a dos luchadores que no os dejaran pasar y aparecieron dos hombres altos y musculosos. Que se rieron al ver a esos dos niños.
-Esa chica es preciosa, ella y yo podemos tener un momento divertido- y los dos hombres rieron.
Los dos prometidos se miraron, habían captado lo que se proponían hacer a Akane, y se lanzaron, sobre esos dos campeones de lucha, los dos chicos estaban furiosos . En pocos segundos Akane, puso a volar al matón que insinuó que él haría algo con de nombre incalificable. Bueno lo mandó a volar después de pegarle con el mazo más de cien golpes, y con una mesa abandonada también le dio, a parte de un par de puñetazos y una que otra coz.
Ranma abofeteó al otro, le hizo el truco de las castañas, el huracán del tigre y la explosión celestial del dragón. El chico enrabiado por lo que esos dos hombres dijeron sobre Akane, castigo a su contario con violencia, ese combate no duró ni un minuto, pero para la víctima de Ranma fueron siglos.
Habiendo acabado con los dos matones, miraron con cara siniestra a los presentadores y cámaras, andaron hacía ellos y… Ranma cogió a Akane entre sus brazos y saltó a los tejados.
-No escaparan- dijo el presentador jefe- estamos preparados para eso, hemos puesto varías unidades en el tejado.
En ese momento delante suyo cayó del cielo una de esas unidades, ese día en varios puntos de Nerima llovieron unidades de ese canal, técnicos, y sus cámaras de televisión. El contrato decía de que no podían tocar a los presentadores, pero en ningún sitio ponía que al personal técnico no se lo podría tocar, ni tampoco a los guardias que protegían a esos técnicos, ese día los dos prometidos en su viaje a la escuela los dos chicos se deshicieron de esa gente.
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Ranma y Akane llegaron a la escuela sin problemas, esos técnicos ni sus guardias suponían un peligro.
Los dos jóvenes se adentraron en la escuela creyéndose a salvo de esa gentuza, ignorando que ahora eran famosos y que serían perseguidos por todos.
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Continuará…
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Notas del autor:
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Un episodio más y mis planes de acabar la historia en uno o dos capítulos parece que no se cumplirán, en el próximo capítulo irá de como los recibirán en la escuela y más locuras del director.
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"Un Mousse, aunque no sabemos si es para el pelo, o un postre!, que es tan corto que no ve la diferencia entre un mal shampo para el pelo y una espada corta'"
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Con esta frase Ranma se burla de Mousse, de Shampoo, y de Kodachi.
Según Wikipedia una kodachi es un tipo de espada japonesa demasiado corta como para considerarla una espada larga y demasiado larga para considerarla una daga, de unos 60,6 centímetros.
Se piensa que acompañaba a otra espada del nombre tachi, que si no me falla la memoria es como llamaba el director Kuno a su hijo Taatewaki. La tachi es una espada curva más larga que una katana
