"Tensión"
Decir que buscarían un lugar es mucho más fácil. Encontrarlo y tratar de ubicarlo en todo el caos, mientras evitan a los monstruos, no es una tarea sencilla.
Después de una gran búsqueda y de evadir a varias criaturas finalmente lograron llegar a su tan esperado destino.
La voz en su cabeza le decía que en ese sitio están todas sus respuestas.
Su mano reposo unos segundos en la manija, nuevamente estaba dudando, ¿y si las respuestas no eran lo que esperaba? ¿Y si todo ese viaje fue en vano? ¿Reborn lo reconocería? ¿Y si lo intenta atacar por considerarlo un peligro? ¿Y si pierde el control y su otro 'yo' lo intenta atacar? Reborn sin duda se defendería… Pero, ¿Qué pasara cuando recupere el control? ¿Reborn confiara en él? ¿Qué se supone que haga si no lo hace? ¿Y si…?
Su tren de pensamiento freno al sentir unas pequeñas palmadas sobre su hombro, era el idiota fanático de béisbol. Justo cuando estaba a punto de hablar se sorprendió por la mirada determinada de su compañero.
Takeshi le dio una pequeña sonrisa y murmuro: —. Sea cual sea la respuesta, no es momento de arrepentirse. ¿Verdad? —Finalizo mientras jalaba la puerta.
Aun no comprende porque es capaz de leerlo cuando nadie más en su vida lo había hecho. Ni siquiera la persona que más aprecia lo consiguió.
Una cálida luz rojiza los recibió, fue algo molesto al principio, de poco en poco se estaba acostumbrando y logrando visualizar varias sombras que aparentemente los estaban observando.
De inmediato empujo a su compañero, una pequeña bala termino rozando su brazo, no le importo. No era tan malo como esperaba. Miro un momento a su amigo, tenía una expresión rara, era una mezcla de incredibilidad y asombro.
Volvió su vista al frente, rápidamente inclino su cabeza atrás, apenas esquivando un puño. Agacho un poco su vista, una persona estaba frente a él. De inmediato estiro su pierna y trato de golpear al contrario y obtener algo de distancia, esto provoco que cayera, pero alcanzo a sujetarse con su mano. Pero fallo, la otra persona dio un pequeño salto y aunque no era como lo planeaba al final si obtuvo la distancia que esperaba.
Metió su mano a su bolsillo, saco una pequeña navaja.
La silueta de la otra persona se burló. Como si eso fuese un juego de niños. Y con una voz algo profunda comento: —. Si planeas asesinarme con una navaja no lo conseguirás. Por el simple hecho de que no tienes la postura adecuada y estas dudando… —Finalizo con un tono alegre. Puede que en ese momento no logre verlo bien, pero puede jurar que esa persona tiene una sonrisa orgullosa y de seguro lo está viendo con desprecio.
Frunció el ceño, sentía como sus hombros se tensaban ante la idea de eliminar a otro humano, si bien ha dudado muchas veces al asesinar a personas, no lo hará en ese momento. Agradece internamente hacer caso a sus instintos, pues de no ser el caso lo más seguro es que su amigo, Hayato, hubiera muerto por el impacto de la bala en el mejor de los casos. Miro un momento a su compañero, parece que no tiene la menor idea de lo que está sucediendo.
Sonrió un poco, tratando de convencer al contrario de que todo estaba perfectamente bien—. ¿Estas bien, Hayato…?—Se atrevió a preguntar y fijo su vista nuevamente en la silueta del contrario.
El nombrado gruño, no se suponía que un idiota lo salvaría. Aun así, no se dejaría guiar por su orgullo en ese momento —. Podía esquivar eso, no necesitaba tu ayuda… Gracias, Takeshi… —Murmuro de mala gana y se colocó de pie nuevamente. Analizando todo a su alrededor. A lo lejos habían cuatro personas, dos de ellas protegiendo a las otras dos, y por lo que puede averiguar por sus posiciones, una de ellas es un niño y otra esta inconsciente.
Takeshi sonrío un poco, sin duda debe de estar avergonzado para no llamarlo "Idiota del béisbol" o "Fanático del béisbol".
—Parece que se llevan bien. —Era la voz de la persona que lo ataco. Por algún motivo se le hacía extrañamente familiar a Hayato—. Que buenos amigos…
El que tenía la navaja se encogió de hombros, restándole importancia a lo que comento, sin embargo, se dio el lujo de sonreír aún más, parece que alguien también fue capaz de notar que son amigos—. Supongo, hemos estado juntos desde que comenzó todo esto…
Ninguno de los dos hacia un movimiento. Takeshi sabía perfectamente que el contrario tenía un arma, pero no la ha usado. No tiene sentido, por un momento pensó que tal vez sería porque no quería que se acabaran las balas, lo descarto inmediatamente, aquella bala se sintió extraña: cálida, no fría como todas las demás.
—Genial por ustedes, pero me temo que su viaje llego hasta aquí. —Todos los presentes quedaron absortos al ver como desapareció en un segundo para que al siguiente apareciera detrás del delgado y alto adolescente—. Adiós…
Hayato por un momento pensó en intervenir, pero no lo hizo, la voz prácticamente le grito que no lo hiciera, pues alguien más se encargaría del asunto.
Escucho el pequeño seguro ser quitado. Ah, era su fin, no debió de dudar. Escucho pequeñas pisadas corriendo a su dirección. De alguna manera le era familiar aquella silueta.
—¡Detente Reborn, lo conozco! —Grito alterado el castaño mientras corría a la puerta. Sintió la fría mirada del nombrado, le ordenaba que retrocediera, pero no lo planeaba hacerlo. Después de todo Takeshi solo se defendió porque Reborn lo ataco primero.
Por otro lado Hayato estaba impactado por aquel nombre, sin duda es el hombre que ha estado buscando desde que todo inicio.
Reborn rodo los ojos, volvió a guardar su pistola y a paso lento, pero firme se alejó de aquel par. Tsuna se paralizo al notar como Reborn le hacía caso por primera vez sin la necesidad de que comenzaran a discutir. Observo detenidamente como Reborn se acercó a él, sujeto sus muñecas y lo llevo a rastrando de regreso al pequeño grupo que tenía miradas asustadizas.
Antes de siquiera llegar a su destino, una voz lo detuvo, una que no pensó que volvería a escuchar.
—Reborn, me alegro mucho que se encuentre bien y en perfectas condiciones en esta situación caótica. —Era Hayato, al sentir la impasible mirada del hombre que respeta con todo su ser. De inmediato hizo una reverencia.
El de ojos ónix soltó a su pequeño objetivo, dicho objetivo instintivamente se comenzó a acariciar su muñeca, ah, debió de haberlo esperado, hizo bastante cosas hoy para molestar a su querido guardián. Por un momento vio a la entrada, Takeshi ya estaba cerrando la puerta y sin ninguna preocupación más se comenzó acercar en donde estaban. Un pequeño estremecimiento lo recorrió, hace mucho tiempo que no se encontraba con alguno de sus compañeros de la escuela. Sacudió un poco su cabeza, no hay forma de que él lo reconozca pues en ningún momento cruzaron palabras o algo por el estilo.
Ninguno decía nada, el mayor los analizo un minuto. Hayato sin pensar mucho alzo su cabeza. Los ojos ónix se sorprendieron un minuto al observar como solo un ojo verde era visible mientras que el contrario estaba protegido por unas vendas. Borro cualquier rastro de emoción que de seguro expreso y negó con la cabeza—. Tsuna. —Nombro al menor, este lo miro unos segundos, podía sentir que todas las miradas estaban en el—. Quédate con tu hermano y con Enma, no me sigas. —Ordeno con rudeza, sabía que si no actuaba así el castaño de seguro lo seguiría. Tsuna asintió antes de seguir su camino aún seguía masajeándose su muñeca. Una pequeña punzada de dolor atravesó el pecho de Reborn que casi en seguida la ignoro—. Vamos, Gokudera.
El nombrado asintió y comenzó a seguir al mayor. Ah, finalmente conseguiría las respuestas que estuvo buscando desde que todo inicio.
Takeshi dudo un momento si era buena idea seguirlos, al final no lo hizo y siguió al pequeño castaño. Finalmente se había acostumbrado a esa luz.
