"La unión"
Sin decir algo más, ambos salieron de la oficina, no había ordenes nuevas o algo por el estilo para el hibrido. Lo único que le restaba a este era esperar la decisión de la persona que admira y respeta.
Llegaron hasta donde estaban el resto de personas.
Extrañamente todos guardaban silencio.
Reborn frunció un poco el ceño, algo había pasado en su ausencia. Observo un momento al objetivo, otra vez se encontraba perdido en sus pensamientos o tal vez en sus pensamientos. El castaño tenía una pequeña manta sobre su pecho y no solo eso, parece que está cubriendo a su hermanito.
Por el momento no molestaría más al menor, dio media vuelta, regresaría a su posición original. A un lado de la entrada.
—Reborn… —Tsunayoshi se atrevió a llamar su atención, de algún modo su tono era más apagado y vacío de lo usual, quizás no sea él. Trato de enterrar ese pensamiento. Eso era imposible, jamás vio al castaño sangrar de la nariz.
—¿Qué quieres? —No se molestó en girar, su pregunta fue más ruda de lo que esperaba.
El castaño no dijo nada, solo permaneció en silencio. Negó levemente con la cabeza, esa acción no pasó desapercibida.
—Quédate… —Una súplica de total inseguridad—. Por favor…
Reborn frunció el ceño, esa no era buena señal.
Todos callaron, sin saber que decir o que hacer.
El crujido de una puerta ser abierta provoco que tanto el asesino como los recién llegados figaran su vista a una puerta que pasaron desapercibida todo el tiempo.
—La puerta de almacén… —Murmuro Enma, si, la había revisado con anterioridad cuando llegaron, pero no encontró nada… A menos que la criatura se metiera por los ductos…
Tsuna abrazo aún más a su hermano, temiendo que la criatura que esté a punto de salir no sea un "gran" problema para ellos.
No, tiene que ser valiente…
Sus piernas temblaron un poco al colocarse de pie y aunque parecía que se derrumbaría en cualquier momento siguió caminando hasta llegar a donde se encuentra su nuevo amigo—. Enma. —Lo llamo lo suficientemente alto para que solo él lo escuchara ycon mucho cuidado le entrego a su hermano, Enma le regalo una mirada de confusión.
Ni siquiera alcanzo a cuestionar aquella, en tan solo un segundo el de cabello castaño le regalo una falsa mueca de felicidad y desapareció de un abrir y cerrar de ojos.
Fue muy confuso.
—¿Tsuna…? —Se atrevió a nombra a su nuevo mejor amigo mientras observaba a todos lados en busca de su paradero.
Al escuchar el nombre de la persona que se supone que tiene que proteger de inmediato giro. No quedaba ni un rastro de él. La situación se le está saliendo de las manos y no le gusta.
Frunció el ceño, tiene que encontrar al castaño de una vez o todo lo que ha hecho… Negó raptadamente. Tiene que dejar de ser pesimista.
Miro nuevamente al pelirrojo tratando de encontrar alguna pista de lo que le sucedió a Tsunayoshi. No tuvo que buscar lejos, una pequeña mancha se encontraba a tan solo un par de metros de Enma.
¿Por qué el monstruo se llevó al menor? ¿Cuál era la probabilidad de que eso sucediera? ¿Tsuna sabía que eso pasaría y por eso le entrego su hermano a Enma? ¿Por eso le suplico que se quedara?
Ah… Si tan solo ella le hubiera advertido que todo eso sucedería no se encontraría sufriendo.
Enma dudo un momento en dejar al menor junto a Adelheid. Lo que menos deseaba era que este despertara y corriera el riesgo de meterse en una batalla. Sin duda lo podía proteger, pero…
El sonido de varios vidrios siendo esparcidos y un sutil movimiento proveniente de uno de los estantes de libros ocasiono que todos apuntaran sus armas a esa dirección.
Solo sus respiraciones se escuchaban. No tenían la menor idea de la criatura o ser que se asomaría. Takeshi se colocó frente a Enma y extendió su cuchillo. Hayato… Solo se limitó a observar.
El de ojos ónix de poco en poco comenzó a apretar el gatillo, preparándose para eliminar de una vez por todas al monstruo y…
Y entonces la figura emergió de las sombras…
Era…
El castaño que había desaparecido de un segundo a otro, su expresión era de horror y no solo porque una bala le termino rozando su rostro, parece que vio algo que lo altero demasiado. Al notar que todos estaban a punto de abrir la boca rápidamente se llevó su dedo a su boca, indicándoles que deben de guardar silencio a toda costa.
Sin embargo, parece que no todos lo entendieron.
—¿Y por qué debería de obedecerte? —Cuestiono con ironía uno de los recién llegados, el de pelo plateado.
Tsunayoshi de inmediato corrió a su dirección, tirándolo en el proceso.
Todos quedaron absortos cuando un largo brazo se estiro a su ubicación, como si hubiese tratado de sostener a la persona que hablo, pero al no encontrar a nadie… Desapareció en la oscuridad por la cual salió el castaño.
Por un momento Yamamoto se sorprendió como alguien tan frágil logro derribar a una persona que probablemente le duplica el peso y fuerza.
Al saber a lo que se estaba enfrentando, Reborn giro levemente a donde se encontraba el castaño que apenas se estaba poniendo de pie. El menor al sentir una mirada sobre él, giro, El de ojos ónix asintió y Tsuna imito el gesto, era una señal, solo ellos conocían el significado detrás de eso.
Reborn miro su arma y le coloco un silenciador. No deseaba que más monstruos llegaran o le dolería aún más la cabeza y su cuerpo. Poco después se apartó del grupo y se adentró a donde el brazo desapareció,
Ninguno se atrevió a seguirlo.
Todos, menos por el castaño que se encontraba caminando al mostrador por algún extraño motivo, contuvieron la respiración al ver que el mayor no regresaba. Takeshi dio un par de pasos, pero no fue necesario, Reborn apareció mientras murmuraba algo que ninguno de los presentes logro descifrar. Suspiraron de alivio al ver que se encontraba bien.
Ahora de alguna extraña manera todo tenía sentido. Eran un equipo raro. Un cebo y un cazador.
Su paso firme ocasiono que el castaño se tensara un poco, aun así continuo caminando hasta el grupo, sus manos sostenían fuertemente un par de vasos
—Tsunayoshi. —El nombrado asintió mientras dejaba escapar un pequeño suspiro de resignación, ah, su castigo todavía no se ha discutido.
Reborn no le dio otra mirada, solo camino de vuelta a la entrada y se quedó ahí, en silencio.
Su relación era muy rara. Todos los presentes compartieron ese pensamiento
—Tomen. —Les extendió a sus nuevos conocidos los vasos. Rompiendo el silencio que se había formado.
Yamamoto lo sostuvo con gusto y le agradeció levemente mientras regresaba a tomar asiento en su antiguo lugar. Hayato solo lo sostuvo y le dio una mirada de agradecimiento, no quiere admitir que está agradecido.
—Oh, felicidades, Tsuna, parece que le agradas a Hayato. —Comento alegre el antiguo jugador de béisbol.
El nombrado sonrió levemente en lo que volvía a sostener a su hermanito.
Ah, se siente raro y no solo por aquel "cumplido", más bien, por culpa de "el"…
