Advertencia: Shonen ai, yaoi, lemon (próximamente), blah, blah, blah... están advertidos, luego no digan que no les avisé.
Disclaimer: Todas sabemos que Saint Seiya no me pertenece, ok, brincos diera ¬¬, por que sólo yo sé lo que haría con los personajes n/n.
Parings: MiloxCamus.
Wild Kiss
By: Konoto-chan
Chapter III: Blood-bound partner...
--Agáchate.-dijo Milo.
--Eh?.-preguntó el ojiazul, confuso.
--Quiere que te agaches.-le indicó.
El francés obedeció poniéndose de rodillas frente al animal, el cual miró fijamente los ojos azules del chico, para seguidamente cerrar sus ojos ámbares y restregar su rostro contra la mejilla del ojiazul cariñosamente.
--Me gusta...-dijo el lobo suavemente.
Camus cerró sus ojos, y Milo sólo sonrió ante la escena. Pero el momento Kodak de vió saboteado por el reclamo de los estómagos tanto del joven de ojos turquesas como del animal.
--No hay mucho aquí... anda, coman.-dijo el francés sentándose a la mesa, observando a los dos comer.
--Hasta ahora... la cocina está tan llena de basura, que creo que las ratas viven felices ahí... y el refrigerador no tiene mucha comida... Cómo demonios han sobrevivido estos dos todo éste tiempo?.-se preguntó a sí mismo, sorprendido.-Además, su cuarto esta realmente sucio... la basura está apilada donde sea... las cuatro esquinas está cubiertas de polvo... se han atascado de tantas cosas que es difícil buscar algo cuando lo necesitas... Quizá ellos sólo limpian la parte central... esos dos no tienen ninguna capacidad para hacer labores domésticos...-pensó
--Delicioso.-habló el joven al terminar de comer.
--Ya me he decidido...-habló el ojiazul llamando la atención del otro.-Mientras me quede aquí, déjame hacer los quehaceres de la casa, como tu problema con la comida, por ejemplo, déjame tratar de manejarlo.-habló el francés.- Así que con esto, no te deberé nada...-terminó.
--Con tu estatus humano podrías lograr hacer los quehaceres.-habló el animal.
--Cállate, Wanko!.-le cortó el ojiazul mirándolo fríamente.
--Wa... WANKO!.-exclamó el lobo.
--Si te escucho otra vez puedes agarrar el estropajo y la escoba con esas garras.-dijo tajantemente.
--Esta bien, hazlo.-aceptó Milo.
--Milo-sama!.-se quejó el animal.
Y desde ése momento, Camus comenzó a quedarse a vivir en la casa de Milo, (Konoto-chan: Wanko es un nombre común para llamar a los perros en Japón, aquí, Camus lo usa para insultarlo n.nU).
--Heee... así que, ahora estas viviendo con Yoshida-kun?.-preguntó Aioria.
--Bueno... P-por un tiempo.-contestó el ojiazul, nerviosamente.
--Así que, estas viviendo en el 'Nidito de amor', verdad?.-preguntó el ojiverde sonriendo alegremente caminando junto a Camus por el parque.
--De qué diablos estas hablando?.-preguntó irritado el peliazul.
--Cam, por favor, ten cuidado.-dijo el castaño mirándolo seriamente.
--Porqué?.-preguntó confuso el francés.
--Yoshida-kun tiene muchas admiradoras.-Indicó.-Hay muchas chicas en la escuela que tienen una mala opinión de ti.-especificó.-Si ellas se enteran de que estás viviendo con Yoshida-kun, las cosas se pondrán feas.-opinó Aioria.
--Lo sé, lo sé...-dijo suspirando.
--Imaginó que ser popular no es tan divertido... además él es un vampiro.-pensó el francés.
--Ah!... lo encontré, lo encontré.-dijo Aioria llamando la atención del ojiazul.
--Así que sigues aquí?.-habló el francés agachándose.
--Mew.-un pequeño minino salió de entre los arbustos, era de un bonito color blanco con algunas manchas grises y unos lindos ojitos verdes, el animalito se acercó lentamente, maullando, el ojiazul se incorporó, mientras el minino de restregaba contra sus tobillos afectuosamente, ronroneando, sacó un poco de comida de su mochila, y poniéndose en cuclillas de nuevo.
--Come.-le dijo dejando la comida donde pudiera verla, el minino comenzó a comer, y le acarició suavemente detrás de las orejitas puntiagudas.
--Camus...-llamó una voz, asustando al minino, el cual se fue.
--Oh, Yoshida, eres tu.-dijo mirándolo.
--Lo siento, lo asuste.-se disculpó el joven.
-No, esta bien.-dijo restándole importancia y poniéndose de pie.
--Ese gato... es tuyo?.-preguntó Milo.
--No, creo que vive por aquí, pero a veces lo alimento. Por eso viene aquí todo el tiempo.-dijo el francés.-Bueno, vayamos a casa, no puedo dejar a Binkichi hambriento.-dijo haciendo sonreír al mayor, (Konoto-chan: Pinkichi, es otro nombre común en Japón para llamar a los perros, Camus lo modificó a 'Binkichi', que viene de Binsento, que es la forma de pronunciar Vincent en japonés... es otro insulto n.nU).
--Ayudaré también.-dijo el otro.
o...o
--Quieres que te ayude?.-preguntó Milo, al ver al animal llevando algunos platos.
-Eshá ien, hilo-hama.-dijo el lobo, (Konoto-chan: él dijo: 'Está bien, Milo-sama'. Es que tenía la boca ocupada n.nU).
--Ey, Wanko!.-habló el ojiazul asomándose por la puerta de la cocina.
--N-nani!.-exclamó el lobo soltando los platos que tenía en la boca, los cuales cayeron al piso, y por consecuencia se rompieron.
--Perro tonto.-dijo el peliazul suspirado y recogiendo los pedazos de loza.
-- ¬¬.-el animal sólo le dirigió una mirada de reproche en sus ojos ambarinos, la cual fue correspondida por otra mucho mas gélida de parte del francés.
o...o
--Es extraño... ese gato siempre viene aquí.-se dijo a sí mismo el ojiazul, mirando a su alrededor, sin encontrarlo aún.
--Estas buscando a ese gato?.-preguntó una chica de cortos cabellos castaños acercándose al francés.-Escuché unos maullidos en el apartamento del segundo piso. Me preguntaba si era tu gato?.-dijo la chica sonriendo extrañamente.
--De verdad?.-cuestionó el otro, incrédulo.-El segundo piso... eso no puede ser... Allí fue donde se originó el incendio.-se cuestionó el ojiazul.-Gracias.-le dijo a la chica, dirigiéndose a su antigua casa, la sonrisa de la chica se agrandó mas.
--Te acompaño.-dijo la castaña caminando junto a él.
Llegaron prontamente al apartamento, Camus abrió la puerta con lentitud, encontrándose con un panorama que ya había visto con anterioridad y que no era de su total agrado, escuchó unos quedos maullidos que venían de la cocina, se encaminó a la fuente del sonido, descubriendo que provenían de una pequeña caja, se apresuró a abrirla.
--Quién te hizo esto?.-cuestionó sacando al pequeño minino que maullaba lastimeramente, mirando al francés con sus grandes ojos verdes, tallando su carita con la mejilla del ojiazul, ronroneando.
Tomó al animalito entre sus brazos, poniéndose de pie, se encaminó de regreso a la entrada, pero sólo escuchó como la puerta se cerraba con fuerza, y era asegurada.
--Esta cerrada!.-dijo el ojiazul con sorpresa, giró la perilla varias veces consecutivas, tratando de abrir la puerta, pero todos sus intentos fueron en vano, la puerta no cedió.
--Será maravilloso si te quedas ahí para siempre!.-dijo la chica con voz burlona desde el otro lado de la puerta, y el sonido de pasos le indicaron que se alejaba.
--Maldición!.-pronunció exasperado, empujando la puerta fuertemente con su hombro, pero no logró nada, la puerta no se abrió ni un poquito.
Estaba a punto de empujarla de nuevo cuando un crujido llamó su atención; se volvió, fijando su vista en la fuente de aquel crujido. El techo. Una de las vigas de madera se vino abajo e iva a caer sobre él, cerró los ojos esperando el golpe, pero nunca llegó, abrió sus orbes azules lentamente.
--Milo!.-dijo apenas en un susurro, sorprendido.
o...o
--Milo-sama!.-exclamó preocupado el lobo plateado.-Qué le sucedió?.-preguntó mirando al ojiazul.
--No está bien... él me protegió y...-calló sin sabes que decir, pero un aura oscura comenzó a aparecer alrededor Milo, cubriéndolo lentamente, y su respiración se tornó pesada, casi jadeante, sus ojos turquesas se oscurecieron para tornarse rojos cual sangre.-Qué pasa?.-preguntó el ojiazul.
--Se está convirtiendo en un monstruo.-dijo mirando fijamente la figura de su amo con sus ojos ambarinos.
--Convirtiendo... en un monstruo...?.-
--El plazo de tiempo se ha cumplido... la transformación es inevitable...-dijo cerrando sus ojos con pesadez.-Sólo su compañero de sangre puede evitarlo.-
--Se convertirá en un monstruo sediento de sangre...-escuchó exclamar a su mente alarmada.-
--Milo... Milo!.-le llamó tomando su rostro entre sus manos, buscando la mirada del otro.-Usa mi sangre entonces...-habló desabrochando los primeros tres botones de la camisa que vestía, dejando a merced del otro su apetecible cuello.-No te conviertas en un monstruo.-susurró a su oído.
El otro sólo enfocó sus orbes, ahora de color rojo carmín, en los ojos zafiro del francés, para después pasarlos a su cuello; se acercó lentamente, para acto seguido clavar sus filosos colmillos en la tersa piel sin previo aviso. Un gemido de dolor escapó de los labios de Camus, al sentir los dientes del otro incrustarse en su cuello, cerró sus ojos fuertemente ante la púnzate y dolorosa sensación. El color rojo en los ojos de Milo fue desapareciendo lentamente, hasta recuperar su habitual color turquesa, lentamente retiró sus caninos de la blanca piel del menor; sorprendiéndose por la situación; las piernas del francés cedieron ante su peso, pero el vampiro lo sujetó de la cintura evitando que cayera, estaba débil por la gran pérdida de sangre. Con cuidado lo tomó entre sus brazos, cargándolo; lo llevó hasta su habitación, en donde lo recostó suavemente en la cama. Sonrió.
o...o
--Ugh!.-dijo quejándose ante la aguda punzada de dolor.-Nunca pensé que dolería así.-dijo el menor entrecerrando sus azules ojos.
--Lo siento... no tuve cuidado.-se disculpó Milo algo apenado, mirando la expresión de dolor en el rostro del francés.
--Y además están estas marcas.-y efectivamente, en su cuello había dos notables marcas, las mismas que habían dejado los colmillos del vampiro.
--Así que... haz decidido ser mi compañero de sangre?.-preguntó el joven de ojos turquesas.
--Sie... –dijo suspirando.
--Porqué?... yo pensé que no te agradaba la idea.-dijo el mayor.
--Y no me gusta.-secundó.-Pero no puedo dejar a un monstruo maniático suelto, verdad?.-dijo sonriendo sinceramente, como no lo había hecho hace mucho tiempo.
--Cuida tu lengua cuando hables de Milo-sama.-dijo el lobo mirándolo fijamente con sus ojos dorados.
--Cierra la boca Wanko!.-Lo calló el francés.
--A mi nadie me calla.-replicó el animal.
--Así...-dijo el otro dirigiéndole una mirada maliciosa.-No mas comida para ti en un mes.-acotó.
--Eh!... eso no es justo.-replicó.
--Claro que lo es!.-contradijo.
--Que no!.-
--Si lo es.-dijo con tranquilidad.
--No...-
--Si...-
--No y punto...-finalizó el lobo.
--Coma... y si lo es.-refutó el peliazul.
Milo sólo sonreía ante la escena.
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Bien, mis queridos lectores, hasta aquí ha llegado el final de ésta pequeña adaptación, y espero que haya sido de vuestro agradado.
Gracias por leer:
Elena
Kizuki
Lust-and-wrath
Nia-sama
Shadir
RoMiSh
Mis mas sinceros agradecimientos por dejar review y seguir leyendo…
Hasta pronto (prometo actualizar rápido o.o)
