Hola! Bueno, quiero explicar una cosa... os estoy poniendo a Ginny bastante pasotilla con respecto a su aspecto, pero en realidad no esque no se preocupe, sino que procura ser natural, mientras que Pansy esta mas preocupada por la imagen que da y no por como se siente ella cómoda. Entonces, aunque yo haya puesto a Ginny como la que le gusta a todos los tíos y demás, es porque es verdad, porque es natural, que eso es lo que se supone que buscan los tíos y no Pansy que les gusta porque es guapa y demás, pero muy artificial :P Otra cosita... hmm los estudiantes de 5º, 6º y 7º, NO USAN UNIFORME. Bueno, sé que en realidad si, pero yo he puesto que nooo :P jajaja y como es mi ficcc pos...:P Bueno, espero que os guste este cap. No es tan largo como el otro pero vamos, es de estos de relleno jeje, no se que pasara en el proximo... bueno una cosa queria decir, que contesto a los reviews que me dejan firmados, pero los que no no... esque sino es ujn lio :S ok? asi que si no os contesto aqui sorry. Si teneis cuenta, intentad dejarmelos firmados y ala:D os contesto! bueno, otra cosa, se que no es andó, sino anduvo, pero me resulta mas facil andó asi que lo pongo, eah, ya no mas aclaraciones:D besosss

3.- Medias tardes

Cuando Pansy llegó a el cuadro de la señora Gorda, se quedó un poco pensativa. Tenía miedo a entrar, no sabía como se sentiría rodeada de gente tan cariñosa, tan agradable y comprensivos. Ella estaba acostumbrada a estar sola, a no ser que estuviera con sus dos perritas falderas, y cuando lo estaba, las ignoraba por completo, y mucho menos era cariñosa. Con la única persona que se permitía un poco de cariño solía ser con Draco, pero aun así, todo era muy frío, sin sentimientos, casi por obligación o incluso por la necesidad de sentir que alguien seguía ahí.

Respiró hondo y se colocó un mechón pelirrojo tras la oreja.

"Prulambu" murmuró y vio como el cuadro de la señora gorda se echaba hacia atrás, dejando un hueco donde pasar.

En el interior de la sala común muchas caras se giraron para mirarle, pero solo una persona se acercó a ella.

El moreno la abrazó y Pansy no supo como actuar, quedándose rígida como si no tuviera vida.

Harry se echó hacia atrás y la miró frunciendo el ceño.

"Tía, estas mas dura que una p... ehh... quería decir, que una piedra" dijo Harry, tragándose sus palabras iniciales, mientras se sonrojaba un poco.

Pansy trató de esbozar una sonrisa que se vio un poco falsa y acto seguido miró hacia abajo.

"Lo siento" añadió.

Harry sonrió y le cogió la mano.

"No pasa nada. ¿Qué pasó al final con aquella víbora?" Dijo mientras le miraba con esa mirada verde que la desnudaba con solo mirarla.

"Nos castigaron"

"Bah, no te preocupes. Seguro que empezó a provocarte ella. Tú eres un cielo" dijo con la sonrisa mas dulce que Pansy había visto en su vida, pero aun así seguía sintiendo ese odio profundo, sin explicación alguna por aquel chico, que lo único que hacía era defenderse cuando lo provocaban.

Pansy intentó sonreír de alguna manera que pareciera normal o que resultara dulce, pero no le fue posible.

"Lo siento, Po... quiero decir, Harry. Estoy muy cansada, voy a irme a mi cuarto" dijo mientras le tocaba levemente el brazo y buscaba las escaleras para el cuarto de las chicas. En unos cuantos segundos las encontró y comenzó a subir hasta que encontró el sexto piso.

Cuando entró se llevo una desilusión, una habitación redonda, cinco camas, cada una con un baúl a los pies y dos cuartos de baño.

Nada comparado a lo suyo.

Negó con la cabeza y miró los cabeceros de cada cama hasta que se encontró con el nombre de Ginevra Weasley. Andó hacia ella y sin mas preámbulos, se tiró bocabajo en la cama, dispuesta a olvidarse de todo por un par de horas.


Ginny vio como su "chico" se alejaba de ella y se volvía a sentar en el sillón de piel negro, cogiendo el libro que había estado leyendo anteriormente y siguió leyendo.

La pelirroja resopló y se dio la vuelta, buscando a Marilyn y a Evie. Las encontró detrás suya, ambas serias y sin ninguna emoción expresada en la cara.

"Chicas, acompañadme a mi cuarto, que quiero descansar" dijo, y las chicas inmediatamente asintieron y comenzaron a andar. Ginny las seguía un paso por detrás de ellas y entraron por una puerta a un pasillo en el que había muchísimas puertas.

Después de mucho andar, y casi al final del pasillo, llegaron a una puerta en la que había una pequeña plaquita de metal en la que estaba grabado en nombre de P. Parkinson y 7º Slytherin.

Ginny les dio las gracias fríamente y entró en el cuarto, cerrando la puerta detrás de ellas.

Se quedó quieta, viendo todo lo que le rodeaba. Una cama inmensa con sabanas de seda negra y una colcha de color verde, y con muchos cojines y almohadas, estaba situada en la pared de enfrente en el medio. A los dos lados, dos mesitas de noche de madera oscura, de la misma madera que la cama y después un gran espejo de cuerpo entero al lado de la mesita de noche izquierda.

En la pared a su izquierda había un gran armario que Ginny no quiso mirar lo que había dentro.

En la pared de la izquierda, una puerta dirigía al cuarto de baño, todo de azulejos blancos, con un gran baño y una ducha aparte, el lavabo con un gran espejo y el váter. Y en la pared derecha de la habitación, un tocador.

Ginny respiró hondo y se quitó los zapatos que llevaba, que por suerte, hoy no eran de tacón y corrió hacia la cama tirandose como una niña pequeña.

En menos de diez minutos, Ginny había conseguido dormirse profundamente, sin darse cuenta de que un rubio la miraba desde la puerta en silencio.


Cuando Pansy se despertó, casi era la hora de la cena y el estomago le rugía de hambre.

Se dirigió al baño común y casi grita al mirarse en el espejo.

Quizás para Ginny esa era una imagen habitual, y no hacía nada para remediarlo, pero Pansy no podía soportar salir así, aun sabiendo que no estaba en su cuerpo.

El pelo pelirrojo estaba todo hecho una maraña y algunos mechones estaban tiesos hacia arriba y muy erizado. Conclusión: parecía que la habían peinado con el peine para quitar pelusas.

Comenzó a tocárselo con las manos, pero era imposible, no era capaz, seguía quedando peor y peor cada vez que se lo tocaba.

Encontró una cajita encima del lavabo y comenzó a buscar si había ahí alguna gomilla para recogerse el pelo, cosa que nunca haría pero era un caso de extrema urgencia. Tenía hambre, su pelo era una mierda y no hablemos de cómo iba vestida.

Suspiró de alivio cuando encontró un coletero y se puso una cola como buenamente pudo, intentando sujetar con horquillas aquellos puñeteros mechones que parecían tener vida propia.

Acto seguido pasó a mirar su impresionante mala cara. Estaba pálida, tenía los labios cortados y ojeras.

Resopló dándose un par de cachetadas para conseguir un poco de color en las mejillas y busco algún cacao de las amigas de Ginny. Encontró uno, y se lo puso, dándose cuenta de que era de un color rojo muy fuerte, y lo único que había conseguido era empeorar la cara de muerta que tenía, aunque en realidad ahora parecía que le había chupado la sangre a alguien.

Buscó papel higiénico y rápidamente lo encontró. Corto un trocito y se lo pasó por los labios intentando quitarse el brillo de labios aquel tan oscuro que se había puesto, pero cuando se miró el espejo, lo único que había conseguido era correrse el pintalabios y ahora un manchón rojo le rodeaba la boca.

"AHHHHHHHHH"gritó. Nunca le había pasado esto.

Empezó a lavarse la cara y aunque el pintalabios no se fue del todo, al menos no parecía que había sufrido una insolación en el media parte de la cara.

Volvió al cuarto, y abrió el baúl de Ginny.

No había nada que le entusiasmara verdaderamente, excepto unos vaqueros que encontró en el fondo.

Eran claritos, desgastados en los muslos y bajos de cadera, muy estrechos por la parte del muslo y no muy acampanados.

Suspiró. No tenía ganas de cambiarse, aun no estaba preparada para ver otro cuerpo como si fuera el de ella así que cerró el baúl y poniéndose los zapatos que se había quitado anteriormente, se dirigió hacia el Gran Comedor para cenar.


Ginny se despertó con la sensación de que alguien la miraba.

Y no estaba muy equivocada.

Desde la puerta, un rubio de ojos grises la miraba fijamente, y por su cara no corría ninguna emoción.

Ginny se incorporó inmediatamente.

Draco soltó una leve sonrisa que apenas pudo percibirse.

"Tranquila, no te voy a matar" dijo él, entrando y cerrando la puerta a su espalda.

Así que en Slytherin, chicos y chicas podían dormir juntos sin problema alguno.

"Ya-ya lo se" dijo Ginny, intentando no tartamudear por el susto.

El rubio andó elegantemente hacia ella y se sentó en la cama.

"Dame un beso" dijo él, de una manera que heló la sangre de Ginny.

Ginny se alejó un poco de el, de manera que no pareciese queriendo y le miró confundida.

"¿Qué?"

"Que me des un beso" dijo un poco mas fuerte.

"Ehh..." dijo Ginny intentando escaquearse.

"¿Qué te pasa hoy?"

"Nada"

"Estas rara"

"¿Por qué?" Cada vez le costaba menos contestar de vuelta.

"Normalmente estas todo el día encima mía"

Ginny miró hacia otro lado intentando pensar que excusa darle.

Suspiró y supo que debía hacer.

Se acercó a el y se quedó parada, con miedo a darle el beso.

Un beso a alguien que odiaba, por el que sentía un rencor profundo, que le había hecho llorar mil veces de rabia e impotencia. A alguien, que le odiaba a ella, que lo único que le decía al verla eran insultos, y que solo la había tocado para empujarla.

Entonces, Ginny cerró los ojos y no lo pensó más. Se echó hacia delante y dejó caer sus labios sobre los finos de el.

No pasó un segundo cuando se separó de el y miró hacia otro lado.

El ni siquiera se había movido, ni siquiera se había molestado en mantenerla ahí, y en todo el rato, no había dejado de mirarla, ni siquiera cuando le había besado había cerrado los ojos.

No querría a Pansy pues. (N.A.: digo que no la quiere, porque la ha besado con los ojos abiertos y dicen que cuando se hace eso no estas enamorado de la persona a la que besas :P) Draco se levantó de la cama y se dirigió a la puerta.

"No sé que coño te pasa, pero estas muy rara. Espero que se te pase pronto" dijo antes de salir.

Ginny resopló. Tendría que intentar no ser tan fría, bueno, mejor dicho, ser menos fría que él.

Se levantó de la cama, y se dirigió a aquel armario gigante. Lo abrió y casi se cae hacia atrás.

Pansy parecía tener toda la ropa de Hogsmeade metida allí. Estaba ordenador por prendas de ropa y en un lado había otro mueble con cajones.

Lo abrió. Ropa interior, y más ropa interior. Muy bonita, por cierto.

Cerró el armario y se puso los zapatos.

Abrió la puerta, y suspirando, salió.

Aun le faltaba mucho para acabar el día.