De antemano, pido disculpas porque no sé escribir peleas jeje Igual, espero que les guste y gracias por el apoyo💕
Xiado
El ambiente se sentía cálido a pesar de que el sol ya se había ocultado dejando de a poco que los colores naranjas desaparecieran del cielo. Hotaru caminaba a paso lento a comparación de Yura, quien parecía dar saltitos para avanzar por la avenida; la chica de cabellos cereza parecía estar muy feliz de como salió todo bien en su primera reunión oficial como club y Aru, por su parte, no esperó terminar socializando con el chico rubio.
Le dio cierta tranquilidad saber que Chifuyu parece que no la reconoció y tampoco estaba muy interesado en saber quién era, además, fue Yura quien habló sobre su vida en su lugar, así que fuera del ámbito escolar, el chico no sabía nada más de ella, por lo que se sentía más tranquila al respecto; pero eso no evitaría que intente ser más cuidadosa con su aspecto cuando tenga que asistir a una reunión con la ToMan.
Mierda, la reunión de hoy…
—Sabes, mamá dijo que el caso del hombre que golpeaste fue cerrado—mencionó Yura mientras se adapta al paso lento de la castaña—, estuvieron entrevistando a cada persona que viviera cerca, pidieron las grabaciones de la cámara de seguridad del trabajo de mamá y su trabajo se llevó una multa porque la cámara estaba rota desde hace cinco meses. Además, los vecinos no vieron nada tampoco, así que solamente determinaron que el hombre se metió con un asaltante por andar borracho.
—Me salvé de una—suspiró Aru cansada, sintiéndose un poco mareada y enredándose con sus pasos apoyándose un momento en Yura quien alcanzó a tomarla—. Honestamente, ya se me había olvidado ese tema, hay cosas peores rondando mi cabeza.
—¿Te encuentras bien? Te ves un poco pálida…
—Bueno, independiente de lo que pasó el sábado, hoy mi mamá andaba un poco extraña, dijo que había subido de peso y por eso no me dio mucho para comer.
—Debes estar bromeando—dijo Yura un poco molesta.— ¿Qué comiste?
—En la mañana un trozo de tortilla de huevo y para el almuerzo una ensalada de fruta—dijo entre risas nerviosas—, ¡Pero estoy bien!
—¡Hotaru!
—¡Lo sé! —Gritó frustrada—, sé que no es un almuerzo, pero...no puedo hacer nada al respecto.
Yura miró con preocupación a su amiga, quien para evitar seguir hablando del tema, continuó caminando intentando disimular como se tambaleaba por la constante molestia de la fatiga. Podría invitarla a comer, pero ya iba una hora tarde a su horario de llegada, no podría meterla en más problemas.
—Oye, no me habías dicho que hoy tienes una reunión de la ToMan, ¿vas a ir?—preguntó cuándo llegó a su lado, intentando que su atención se concentrara en otra cosa mientras iban en el último tramo de camino.
—No lo sé, como miembro honorario no puedo asistir pero Mikey me invitó de todos modos, aunque con mi mamá en casa no puedo escaparme tan fácilmente.
Yura de vez en cuando podía ser un poco egoísta, pero prefería que las cosas fueran así antes de que su amiga saliera lastimada. Quedó muy angustiada cuando el sábado ella le contó cómo había actuado cuando el grupo de hombres se presentó en el Templo Musashi, aunque claro, Aru lo contaba muy emocionada porque no podía creer que fue capaz de hacer algo por el estilo.
Odiaba la idea de que Aru fuera parte de la ToMan, pero nunca se lo diría directamente.
Llegada a la esquina, ambas tuvieron que separarse para que fueran en dirección a sus hogares. Aru caminaba con dificultad, ni siquiera estaba consciente de dónde estaba, por eso no se dio cuenta cuando estuvo a las afueras de su casa, pero intentó ingresar lo más rápido para consumir lo primero que viera. Su madre ha sido una persona cruel para sus castigos, pero jamás le había prohibido la comida.
La idea de que ella tenía que saber algo sobre su "unión" a la ToMan se le cruzó por la mente, porque no tenía otra explicaciónpara que decidiera hacer algo tan despiadado.
Al entrar se tiró a una de las sillas de la mesa del comedor mientras tomaba una de las manzanas que estaban en la frutera que su mamá dejaba para decorar, podría sobrevivir con eso mientras tanto, al menos hasta que ella entrara en razón de que este castigo era una tortura; a su simple mención, Hotaru se dio cuenta que el lugar estaba más en silencio que de costumbre, su madre fuera de su turno solía estar haciendo cosas en el hogar, como limpieza profunda o ese tipo de cosas, pero ahora…
—Llegaste—habló sorpresivamente su padrastro al bajar rápidamente del segundo piso mientras se arreglaba la camisa—, llamaron a tu madre del trabajo, la necesitaban urgentemente en el hospital, así que es probable que llegue mañana y yo llegaré tarde porque tengo clases. ¿Estarás bien sola?
Estaba mil veces mejor sola. Hotaru asintió ante su pregunta mientras le daba una mordida a la fruta, siguiendo los pasos del hombre que tomaba sus cosas para irse. Agradece que su padrastro hiciera clases vespertinas en la universidad, porque sin su presencia se sentía más tranquila.
El hombre se despidió rápidamente de ella, dejando la casa en completo silencio. Aru dejó caer su cabeza sobre la mesa una vez terminada la fruta, tenía que darse ánimos para subir hasta su habitación para seguir estudiando, ¿realmente podrá hacerlo con estas energías? La manzana le quitó la fatiga, pero no le dio las energías suficientes para siquiera levantarse de la silla.
¿Por qué no aprendió a cocinar cuando pudo? Bueno, tampoco tenía las fuerzas para levantarse a cocinar, así que hubiera sido igual de inútil.
Sintió su celular vibrar en el bolsillo de su chaleco, sacándolo con desgano y abriéndolo para revisarlo, Mikey le había enviado otro mensaje: "No se te olvide que estas invitada a la reunión :)".
Se quedó unos momentos mirando el mensaje, es cierto que no tenía planeado asistir, tampoco debería…pero por otro lado, no tenía muchas ganas de estudiar, su madre y su padrastro no estaban y de camino podría comprarle unos taiyakis a Mikey y quedarse uno para ella, no era algo que le gustara, pero lo disfrutará con tal de tener algo más que una manzana en el estómago.
Además, tenía que averiguar algo. Esta libertad le estaba gustando…
[...]
Parecía ser una costumbre suya esconderse en uno de los pilares de la entrada para evitar ser vista por las personas de la ToMan. Al parecer había llegado relativamente temprano, o sea, había un par de pequeños grupos de personas en las filas correspondientes a cada división y no se quería acercar a ninguna porque se sentía algo fuera de lugar.
Mikey, Draken y el chico de cabellos lilas que había sido tan amable de limpiar su sudadera, se encontraban en los escalones hablando muy amenamente, por lo que sería muy descortés de su parte acercarse, además, estaba avergonzada. No tenía mucho dinero guardado y terminó comprando dos taiyaki los cuales comió en el momento porque su hambre ganó la batalla.
Y eso que no era algo que le gustara, después se lo recompensará a Mikey.
Pensó tal vez en ser algo sociable y acercarse al grupo de chicas que estaban en la fila de la segunda división, se veían agradables y tal vez se sentiría más segura con ellas que con el resto de chicos.
Si era honesta, quería intentar parecer más agradable para que dejaran de desconfiar de ella, no pedía ser parte de la ToMan oficialmente, solo quería que no la juzgaran tanto; bueno, tal vez no lo estaba haciendo del todo bien al esconderse de los demás y utilizar accesorios que cubrieran su identidad, aun usaba una mascarilla negra y un extraño delineado para sus ojos, pero su creatividad se desató antes de venir al templo, porque se hizo unas extensiones rosas con una peluca de cotillón que tenía en uno de sus cajones para decorar su dos moños en alto.
Además, aun usaba ropas negras para imitar el uniforme de la ToMan, por lo que no estaba haciendo nada diferente para ganarse la confianza del resto, puede que lo mejor que puede hacer ahora era esperar en la entrada hasta que se iniciara la reunión.
—Pero si es la miembro homogaria—esa voz podía reconocerla en cualquier lugar, ya se estaba acostumbrando a ese tono burlón. Baji se paró a su lado con su típica pose de brazos cruzados que suele colocar cada vez que está cerca—, se supone que no deberías estar acá.
—Es miembro honoraria, imbécil—corrigió primero antes de imitar su posición para hacer frente— y estoy aquí porque Mikey me invitó para hablar con Pah-chin.
—Interesante, ¿Puedo saber de qué vas a hablar con él? ¿Vienes a renunciar? ¿El enfrentamiento del sábado te dio miedo?
—Mira idiota, quiero que él me enseñe a pelear para poder darte un golpe por cada vez que me has molestado y créeme, no son pocas.
El chico de pelo negro tomado en una perfecta moña solo pudo reírse para burlarse de Aru, quien por debajo de la tela negra que cubría parte de su rostro apretaba sus labios al mismo tiempo que apretaba sus manos dispuesta a comenzar una pelea, pero sabía que podía perder fácilmente.
Baji se había fijado en la tensión que empezaba a tener la chica, le causó aún más gracia porque la castaña era unos quince centímetros más pequeña que él y se veía como un cachorro intentando buscar pelea con un perro mayor.
Había algo de ella que le molestaba mucho.
—¿Por qué no me golpeas ahora? Estoy dispuesto a aceptar una pelea contigo.
Aru se sintió obviamente intimidada, claro que quería pelear contra él, pero no estaba lista ni tenía los ánimos de hacerlo, además que muchos miembros que pasaban a su lado por la entrada centraron su atención en ellos dos y eso la cohibía.
—¿Qué sucede? ¿Ya me tienes miedo?—el chico continuaba burlándose mientras se posiciona listo para iniciar una pelea...— Vamos, ¿al menos sabes dar un buen golpe?
Aru miró de reojo a su alrededor, su maldito cuerpo reaccionó sudando nuevamente al ver cómo muchos miembros de la ToMan se habían acercado emocionados de ver una pelea. Por un momento, ella pensó que se libraría de esto cuando los comandantes también se unieron a las personas que apoyaban al encuentro, pero solo se quedaron en una orilla sin decir nada.
Estaba jodida.
—No debes ser tan débil si Mikey te quiere en la ToMan, ¿haces algo bien al menos? Seguro no sabes ni siquiera dar un golpe.
—Yo…—se estaba enojando, el tipo sabe atacar muy bien a su orgullo—, tengo fuerza de piernas, así que no me tientes a darte una patada.
—Bien—dijo un poco más convencido—, podemos pelear entonces.
Aru no alcanzó a decir nada al respecto porque Baji, aprovechando su posición de poder, intentó darle un golpe directo a lo que ella actuó dando un paso hacia atrás chocando contra el tronco de un árbol. Hasta ese momento no se había dado cuenta que se había sentido tan intimidada por el pelinegro que dio pasos pequeños intentando escapar de este encuentro.
Cuando intentó esquivar el golpe, este dio directo en su brazo derecho y, hasta ese instante, Aru empezó a ser más consciente de lo que estaba sucediendo: Baji no estaba siendo molesto porque si, él realmente la odiaba.
Se sintió un poco estúpida al ponerse sensible por algo como eso, porque de verdad pensaba que la aversión que tenía ante su unión era mitad verdad mitad para incomodarla, pero verlo con una expresión de odio y en su claro intento de golpearla, entendió que él estaba siendo muy serio con ella.
Un porcentaje de los miembros de la Tokyo Manji que observaban el espectáculo reclamaban para que el pelinegro se detuviera, pero la otra parte alentaban al chico para que continuara con esta batalla desigual y Aru estaba siendo muy sensible a todo lo que pasaba.
No podía ganar y saldría muy lastimada si esto seguía.
Baji tomó como ventaja las dudas de la castaña, intentando golpearla nuevamente mientras esta se veía distraída, a lo que el instinto de ella le hizo tomarlo desde el brazo con ambas manos en un intento de detenerlo, aunque con dificultad logró que el golpe se desviara hacia la corteza del árbol a su lado, mientras observaba con miedo al chico.
—Por favor…—habló con la voz atorada en la garganta por el miedo y unas inexplicables ganas de llorar—, para.
—Sí que eres débil.
El pelinegro hizo caso omiso a lo dicho, más bien, estaba tan cegado por sus propios pensamientos y la rabia ajena a la chica que ni siquiera le importaba si lo que estaba haciendo era justo o no, golpear algo en ese momento era su forma de liberarse.
Aru se sintió perdida, los gritos del resto la desconcertaron y por eso casi no evitó otro golpe por parte de Baji que la tomó por sorpresa porque atacó con su otro brazo, cosa que ella reaccionó de la misma forma que el golpe anterior pero con menos fuerza. Ya estaba agotada.
—Vamos Aru, ¿Realmente serás leal a la ToMan?
Baji seguía haciendo preguntas mientras lanzaba golpes consecutivos que agotaban a Aru, cuales no logró defenderse de algunos recibiéndolos en sus brazos. Tal vez mañana tendría moretones en esas zonas.
—¿Por qué no me respondes?
—No tengo por qué responderte.
Draken estuvo a punto de acercarse para detener lo que estaba sucediendo, pero fue detenido por Mikey quien estaba muy serio observando como Baji se desquitaba con la chica. A ese punto, las personas ya no gritaban de emoción, estaban muy en silencio observando hasta con miedo el enfado del capitán de la primera división.
—Debes detenerlo—insistió Draken.
—Dales un minuto más.
Baji parecía enojarse cada vez más al no recibir una respuesta de Aru, pero ella no podía pensar en una respuesta clara mientras intentaba defenderse. El pelinegro estaba demasiado molesto, no podía pensar con claridad porque tenía tanta rabia acumulada que no podía detenerse, puede que en algún momento su lado racional haya sentido lástima por ella, pero simplemente no pudo detenerse.
Aru jadeo cansada, realmente había dejado de respirar por cada ataque que recibió y la mascarilla no le permitía respirar. Era casi imposible que ella llorara por algo que no fuera dicho por su madre, pero ahora estaba tan abrumada e intimidada por alguien ajeno que no sabía en qué momento iba a explotar en llanto.
¿Qué es lo que estaba haciendo mal? ¿Por qué ese chico la odiaba tanto?
Aru dejó caer sus brazos, bajando su guardia un momento, además que rápidamente acomodó la mascarilla que se había resbalado por su nariz mientras miraba a los comandantes en un intento de pedirles ayuda. Ni siquiera se había dado cuenta de lo silencioso que estaba el templo en ese momento, lo que en principio fueron gritos de apoyo a la pelea, ahora era silencio de preocupación.
Pero Baji no estaba siendo consciente de eso, porque sin siquiera pensarlo, distrajo a Aru golpeando su brazo izquierdo, mientras llevaba su otra mano hacia el rostro de la chica dispuesto a sacarle la tela del rostro.
Estaba tan obsesionado con eso, que era lo que quería quitar de su vista.
Lo odiaba...
—Déjame ver que tanto escondes.
Aru se asustó por ambos ataques, llevando su atención a defenderse del golpe y paralizándose cuando sintió su mano cerca de su rostro, dándose cuenta tarde que Baji le había sacado su mascarilla.
—Tu...
—¡Aaah!
Aru gritó asustada antes de rápidamente cubrir su rostro con sus manos, pero al mismo tiempo respondiendo ante la cercanía del pelinegro lanzando una patada hacia al frente golpeando casualmente el estómago de Baji con tanta fuerza que lo hizo retroceder mientras se agachaba sosteniendo la zona lastimada, sin esperar que la chica le diera el golpe final a su rostro con la rodilla.
—¡Baji san!
Chifuyu, quien recién llegaba, vio a su capitán caer de rodillas al suelo mientras se agarraba la zona afectada. Mikey, se aguantó las ganas de reírse de la escena que acaba de ver, pero mantuvo su seriedad como comandante porque Draken lo amenazó con una mirada.
—L-Lo lamento—dijo Aru mientras miraba a su alrededor con dificultad, porque ya se había puesto a llorar.
Y después de intercambiar miradas con Baji, se retiró del lugar corriendo.
—Baji san, ¿te encuentras bien?—preguntó Chifuyu cuando se puso a la altura del pelinegro quien parecía estar más recuperado.
—S-Sí que tiene fuerza de piernas.
Draken anunció a todos los presentes que se pusieran en su posición correspondiente a su división para comenzar la reunión, intentando que ignoraran lo que había sucedido hace menos de un minuto. Miró de reojo que Mikey estaba muy tranquilo y tenía una sonrisa en su rostro, lo que le hizo cuestionar por qué quería tanto a la chica en la pandilla.
