Él podría ser considerado un idiota, pero a veces la gente subestimaba su inteligencia. Supuso que alguien debe estar al tanto de su vida para que haya intentado algo como la suplantación de identidad, aunque si hubiera sido él, lo hubiera hecho en algo más interesante que en una carta de mierda.

A medio día le vinieron a dejar la carta que solía recibir cada cierto tiempo, era un sobre diferente a todas las otras ocasiones y el nombre "Baji Keisuke" estaba escrito en el reverso como si él hiciera eso cada vez que le escribe, además, la letra era mucho más decente.

Rió con sarcasmo ante el inútil intento de hacerse pasar por Baji, quien haya tenido que haber recurrido a una opción tan de mierda para contactarlo, aunque para eso no tenía que hacer tal estupidez. Por el esfuerzo, la tomó para abrirla y leer qué mierda quería este imbécil.

"Querido Hanemiya Kazutora, mi nombre es Hanma Shuji y te escribo en nombre de Valhalla…"

Las primeras palabras escritas ya eran un completo enigma y aunque le pareció una tontería en un comienzo, cuando miró de reojo unas líneas más abajo, la simple mención de Mikey había llamado toda su atención.

—¿Qué es esta mierda?

[...]

Es…incómodo. Es lo que pasaba por la mente de Baji y Aru mientras estaban sentados en una de las mesas de la biblioteca, uno frente a otro con toda la extensión de la madera separándolos. Ambos habían acordado encontrarse en la biblioteca después que las clases terminaran, esto solamente hasta que fuera el examen que Baji tenía que dar.

Honestamente, Aru en un inicio no quería aceptar ayudarlo, claro que había accedido por el trato de que le enseñaran a pelear, pero durante la noche había pensado en la posición que debe estar Baji para que haya recurrido a pedirle a ella que le enseñara; desconocía sus motivos, pero ella por tener una mejor calificación hubiera hecho lo necesario.

—Bien eh…—estaba muy tensa y se notaba en el titubeo de sus palabras—, ¿Qué te complica exactamente?

—No lo sé—dijo sin interés, concentrado en mover un lápiz entre sus dedos—, ¿Todo?

—Baji, se serio por favor—dijo algo molesta, lista para abandonarlo a su suerte.

Pero aunque él lo haya dicho en broma, era una realidad. No recuerda qué fue lo último que aprendió, si bien Chifuyu le había enseñado algunas cosas, solo había retenido la información hasta un día después de hacer el examen.

—No es broma…—susurró algo avergonzado evitando mirarla a la cara y empezando a dibujar un garabato en el cuaderno que tenía sobre la mesa.

—Bueno, entonces iré por algunos libros que tal vez puedan servir.

Baji vio a Aru dejar la mesa para desaparecer entre los estantes que estaban detrás de ellos. Él realmente estaba interesado en estudiar para mejorar sus calificaciones, pero el proceso de "aprender" era realmente agotador y quería acabar con ello lo más rápido que pudiera para ir a su casa a descansar.

Nunca creyó que estaría un viernes, después de clases, en una biblioteca porque cuando solía estudiar con Chifuyu él respetaba los fines de semana y eso incluía el viernes, pero había aceptado los términos de Aru de adecuarse al horario que ella dijera.

Colocó sus dos brazos sobre la mesa de forma cruzada para después dejar caer su cabeza en el hueco que se había formado entre sus extremidades, evitando en el proceso de quedarse dormido. Anoche le había costado quedarse dormido, casualmente el insomnio le dio la inspiración para terminar de escribir la carta a Kazutora la cual no fue muy producida, pero le exige que por favor ya saliera.

Como si eso pudiera hacer algo.

—¿Te sientes mal?—preguntó Aru preocupada cuando llegó a la mesa.

—No, sol…¡¿Que mierda?!

Todas las miradas se centraron en ellos ante los gritos de Baji, quien recibió una advertencia por parte de una de las asistentes de la biblioteca que justo pasaba a su lado. Hotaru tuvo que sostener con algo de fuerza los libros que sostenía en sus brazos para que no se cayeran y provocaran un ruido peor que los gritos del chico.

—¿Qué te pasa?—preguntó ella al dejar los cinco libros gigantes que había traído.

—Pues…eso—señaló los objetos sobre la mesa, lo que le sorprendían por las miles de páginas que tenía cada uno.—¿Es necesario todo eso?

—¿Ah? Pensé que estos te podrían ayudar con algunas cosas.

Aru se sentó en su lugar mientras tomaba uno de los libros de portada azul para revisarlo rápidamente. Baji miraba los nombres de cada libro sin entender nada, bien, recordaba haber escuchado algo sobre funciones cuadráticas o ecuaciones cuadráticas, pero no recuerda haber escuchado algo sobre cálculo diferencial.

—Ese no es para ti—aclaró Aru quitando el libro de la vista del pelinegro antes que cayera en pánico.—Bien, podríamos comenzar con raíces…

Solo se necesitaron un par de nombres para que Baji estuviera dispuesto a tirar la toalla, no había visto ningún número todavía y ya creía estar perdido, literalmente dejó caer su cabeza sobre el cuaderno mientras escuchaba a la chica reírse.

—No te rías—se quejó él—, seguramente tú entiendas esto pero yo soy un cabeza hueca.

Aunque en otros momentos Aru le ha dicho a Baji que es un idiota, no lo decía con la intención de resaltar su falta de inteligencia, porque en ese caso ella también tendría que llamarse de esa forma; no le gustaba escuchar a otras personas tratarse de aquella manera.

—Oye, no creo que seas un cabeza hueca—habló entre risas inofensivas—, solo confía en mí, intentaré lo mejor para que aprendas.

¿Confiar en ella? Baji no sabía si ella lo decía en una forma sarcástica para burlarse por la vez que le dijo que no confiaba en ella, pero al ver la sonrisa que tenía en el rostro no podía asegurar que estaba siendo más sincera que otras veces.

—¿Quién eres? No te reconozco.

[...]

El ruido de las motocicletas se escuchaba por toda la calle mientras se reunían de a poco en el estacionamiento del Templo Musashi. Las conversaciones y risas entre los miembros se escuchaban muy fuerte que causaba un ambiente diferente a lo que habitualmente se puede encontrar en la ToMan.

Era una reunión pre-enfrentamiento porque hace mucho tiempo que no tenían un encuentro con otra pandilla. Mañana será el día donde tomarán venganza contra aquel grupo irrelevante que había intentado apropiarse del Templo cuando ellos ni siquiera estaban presentes, en conclusión, eran cobardes que realmente temían a un combate directo con la ToMan.

Baji había llegado hace pocos minutos, llamando la atención solamente por el ruido que provocaba su motocicleta, causando que todos se voltearan a verlo con confusión luego de la última vez que estuvo presente en una de las reuniones. La primera división se encontraba dividida por las opiniones diferentes que tenían sobre su capitán, a pesar de no podían reclamar ni decir nada porque seguían siendo miembros del pequeño grupo que él mandaba.

Chifuyu había llegado unos segundos después, estacionándose a un lado de su compañero mientras observaba también como algunos hablaban a lo bajo sobre su capitán, acercándose a él después de bajarse de su vehículo mientras este seguía sentado en su propia moto observando su celular.

—Aún están nerviosos por lo que sucedió el otro día—mencionó a lo bajo el rubio mientras arreglaba su uniforme—, deberías aclarar que te has disculpado.

—No le debo demostrar nada a nadie—respondió Baji mientras guardaba su móvil para empezar a ordenar su cabello en una moña—, cometí un error y lo acepté, además…

No pudo terminar de decir lo que quería porque el ruido de la babu de Mikey se había hecho presente junto a la imponente compañía de Draken y Mitsuya. Baji hizo una mueca de sonrisa burlona por inercia, como si se estuviera mofándose de la situación en la cual se encuentra.

—Parece que seré castigado de todos modos—dijo casi en un susurro mientras se bajaba de su moto y caminaba hasta donde sus amigos se habían estacionado.

Mikey lo miró sin ninguna expresión descifrable, mientras que Mitsuya lo miraba con su característica expresión cansada y Draken ni siquiera lo observó, simplemente se retiró para ordenar al resto para comenzar la pequeña reunión.

—Pensé que no vendrías—dijo Mikey como si estuviera burlándose de él.

—Chifuyu me dijo que se van a enfrentar a esa mierda de pandilla y. como yo estuve ese día, creo que debía estar presente para pelear contra ellos.

—Tiene razón—habló a su favor Mitsuya—, al final, solamente iremos contra ellos porque estamos aburridos y hace tiempo que no tenemos un encuentro.

—¿Al menos saben qué lugar tomaron para ir contra ellos?

El pequeño grupo de capitanes se encontraban alejados del resto de las ordenadas filas de cada división mientras compartían la poca información que tenían de aquella irrelevante pandilla a la cual tenían pensado enfrentar. Los tres estaban tan concentrados en lo suyo que la conversación fue solamente detenida cuando Draken se acercó a ellos señalando a la entrada donde la mayoría estaba viendo.

—¿Aru?

—Hasta que llegó…—Baji habló casi para sí mismo mientras se reía de la chica que caminaba tímidamente entre las filas.

Chifuyu, quien había estado parado frente a la fila de la primera división se acercó a la chica que parecía estar aturdida por la atención que las personas le ponían en cada paso que ella daba. Se suponía que como miembro honoraria no debería estar presente, pero dado los hechos de la última reunión en la cual estuvo presente y se formó el escándalo con el capitán de la primera división, la mayoría estaban esperando qué es lo que iba a suceder con ella de ahora en adelante.

—¿Qué haces aquí?—preguntó Chifuyu cuando llegó a su lado, teniendo un tono más emocionado que de cuestionar su presencia—, pensé que no ibas a querer volver después de eso.

—Nunca dije eso—respondió un poco avergonzada debajo de la mascarilla la cual aún usaba a pesar de que el resto ya reconocía su rostro.

Aru evitaba ignorar los comentarios del resto mientras se acercaba al grupo donde estaban los del alto mando quienes le observaban muy curiosos por su presencia. La chica había vuelto a hacer su acto de presencia frente a todos con su mascarilla negra cubriendo su rostro, con el improvisado maquillaje en su ojos, con sus dos coletas y con solamente la parte inferior del buzo negro, porque había dejado la sudadera negra en su casa y había asistido con una playera de una tonalidad café claro de mangas cortas que dejaba a la vista un par de cicatrices en su brazo derecho.

Por obvias razones no se notaba, pero estaba sonriendo tranquila por debajo de la mascarilla. En un inicio no estaba muy convencida de asistir, principalmente porque era tan obediente como para entender su posición como miembro honorario, pero también tenía un acuerdo con Baji.

—Que sorpresa, ¿Qué haces aquí?—preguntó Mitsuya pasmado por la presencia de la chica castaña con extensiones que se había parado frente a ellos—, pensé que después de lo que hizo Baji no ibas a querer volver a vernos.

—Bueno…

—Yo la invité—dijo el pelinegro lo más fuerte que pudo, porque no solamente quería que escuchara los otros capitanes, también quería que el resto de presentes estuvieran al tanto—, cometí un error y le pedí perdón, además, le voy a enseñar a pelear para que mañana también golpee a los imbéciles que nos atacaron ese día.

Parecía casi irreal lo que estaba sucediendo, no había pasado ni una semana y Baji ya había aceptado el error que cometió, además que Aru no parecía estar incómoda y eso sorprendió a Chifuyu quien sentía que se había perdido parte de la historia.

—¿Cómo fue que sucedió todo esto?—preguntó el vice capitán de la primera división demasiado sorprendido, aunque no era el único que quería escuchar que había sucedido entre los dos miembros.

[...]

El reloj marcaba las 6 de la tarde para cuando Baji se encontraba realizando el tercer ejercicio que Aru le había dejado. A la chica le tomó casi toda una hora explicarle uno de los temas que iban a trabajar, pero no porque a Baji le costara entender, era porque el chico se distraía cada 2 minutos. No creía que el chico fuera un idiota, la verdad es que comprendía las cosas más rápido de lo que tenía pensado, solo que su concentración era corta.

—Oye…—y nuevamente dejó el lápiz a un lado mientras se apoyaba en su mano para dirigir su atención a la chica quien estaba leyendo el libro que no era para él—-, hoy deberías ir a la reunión de la ToMan.

—No lo digas tan alto—respondió la chica algo desesperada, revisando su alrededor para ver si alguien alcanzaba a escucharlo.

—¿Tienes miedo de que alguien sepa que formas parte de una pandilla?—Casualmente, Baji cumplió el pedido de ella y habló casi en un susurro mientras se inclinaba un poco sobre la mesa, como si estuvieran contando un secreto.

—Es más complicado que eso,—pero Aru no entró en detalles, simplemente dejó su libro sobre la mesa y se colocó en una posición parecida al del pelinegro con moña— ¿Por qué se reunirán?

—Porque mañana irán a pelear contra esa pandilla que nos atacó en el Templo Musashi y como también estuviste ahí, deberías ir para cobrar venganza.

Aru recordó a quienes se referían, pero no estaba realmente entusiasmada por la idea de tener que enfrentarse a ellos porque, aunque en esa ocasión fue algo impulsiva al actuar de aquella manera, no podía asegurar que correría con la misma suerte y saldría ilesa, en más, agradece que hasta en cierta medida Baji no la haya golpeado tan fuerte como para dejar algún moretón visible en su cuerpo.

Estaba tentando a su suerte al seguir con esto de formar parte de una pandilla, porque en su mente era como un jueguito de niños, pero era mucho más serio de lo que se podía pensar.

—No creo que sea bueno que vaya—también había recordado que su madre aún estaba en casa y escapar se le estaba complicando—, sería más un estorbo que ayuda.

—Oye, te dije que te enseñaré a pelear, así que si faltas a tu primera clase vas a estar perdida después, BakAru.

Hotaru solo pudo reírse del apodo de mierda que había recibido, otro más para la lista. Volvió a tomar su libro mientras pensaba en la posibilidad de asistir, mañana tenía su primera clase de introducción al cálculo que su madre había insistido tanto en que tomara, se supone que había escogido otras cinco clases adicionales pero en realidad mintió sobre haberlas tomado porque ya estaba agotada mentalmente.

Solo tal vez…debería dejar la clase de cálculo e ir con los de la ToMan. En este punto de la vida estaba tan agotada que le gustaría hacer cosas diferentes. Si su padre estuviera vivo, nunca le hubiera exigido como lo hizo su madre.

—Tú deberías volver a hacer los ejercicios o también te vas a perder—dijo entre risas—, BajIdiota.

—¿BajIdiota? ¿Qué es eso? ¿Es un insulto?

—Es un lindo apodo, si resuelves bien el ejercicio, te lo explicaré.