Capítulo 2.
Al día siguiente, después de una guardia moderadamente tranquila, Lily regresó a su habitación y se percató que Paola ya no estaba. Se dio una ducha y después, mientras se arreglaba, de pronto le vino a la mente Genzo (pobre mente, jaja XD). Nunca se había imaginado, ni siquiera en sus mejores sueños, que llegaría a conocerlo personalmente, y menos de la forma en como había pasado. Cuando terminó salió de la habitación, aun meditabunda, y se dirigió al comedor del hospital, donde Paola ya se encontraba, hojeando un periódico pasado (en un hospital los internos jamás nos enteramos de las noticias frescas UU).
-Buen día, ¿ya te sientes mejor? –le preguntó Lily, poniendo su bandeja sobre la mesa
-Humm, sí gracias –respondió Paola, sin quitar la vista del periódico
-¿Ayer te puso de mal humor la actitud del arrogante ése que no quiso hacerle caso a Nandito?
-¿Cuál arrogante? –preguntó Paola veloz, mirándola fijamente
-Ése, al que atendimos, el de la muñeca lastimada pues...
-Ah, ése –dijo su amiga, suspirando relajada y continuando con su lectura- No, nada que ver
-¿Sabías que eran jugadores de la selección? –preguntó Lily emocionada
-Nop
-Son grandes jugadores –siguió Lily sin percatarse, o sin querer percatarse de la poca predisposición de Paola para continuar el tema- ¿Sabías que los de la selección llegaron para entrenar?
-Nop
-Pues se preparan para el sub-23 ¡y están aquí! ¿Sabías que son la considerada mejor selección japonesa de todos los tiempos?
-Nop
-Su capitán es Ozora Tsubasa, jugó en Brasil y ahora está en el Barcelona de España, pero qué tonta, tú ya debes saberlo
-Nop
-Casi me caigo cuando los vi entrar ayer, a los que vinieron pues, ¿sabías que ambos son los porteros de la selección?
-Nop
-Del que se lastimó no recuerdo el nombre, pero del otro...ahhhh, del otro claro que sí ¿sabes cómo se llama?
-Nop
-Genzo Wakabayashi –pronunció Lily lentamente, como queriendo vocalizar cada letra que por su boca salía
-¡Lily, podrías dejar de hablar de fútbol por un instante! –exclamó Paola molesta, asustando a todos, y más a su sorprendida amiga- ¡Sabes que de eso no sé nada y la verdad no quiero saber!
-Pe...pero...
-¡Touya me dijo que ése deporte es para salvajes, y que con más razón los que lo practican deben de serlo!
-Pe...pero yo...
-¡No quiero escuchar más sobre esos dos, y menos sobre ése tal Wakabayashi! ¿oíste?
-Pero Paola, mi intención no era molestarte
Paola respiraba entrecortadamente, mirando a Lily enojada. De pronto, al escuchar a su amiga, su expresión fue suavizándose. Miró a todos lados y descubrió que eran el centro de atención. Avergonzada dejó el periódico y se puso de pie.
-Lo siento amiga, no quería gritarte –se disculpó la japonesa, bueno, medio japonesa- Te veo después
Lily aun miraba sorprendida a Paola. La siguió con la mirada mientras se marchaba y sintió culpa por algo que quizá no tenía nada que ver con ella (pues claro que no tenía! Paola se pasó ).
Toda la mañana Lily trató de encontrar a su amiga, pero aparentemente ella estaba muy ocupada en sus cosas, porque no la vio. Incluso Fernando preguntó por Paola, ya que aun sin mencionar el incidente con el tensiómetro XD, supuso que estaba cansada y quería saber cómo había amanecido. Finalmente, durante el almuerzo, Lily encontró a su amiga, sentada en una mesa del comedor, con la bandeja de comida sin tocar delante de ella.
-¿Puedo sentarme, señorita Shinobara? –preguntó Lily con una tímida sonrisa
-Je, siéntese, miss Del Valle –contestó su amiga, correspondiendo a la sonrisa- Eh Lily, lo siento mucho, no quise gritarte, pasé una mala noche y...
-Ya sé, es el efecto post-turno, a cualquiera le pasa –respondió su amiga comprensivamente, agregándole un poco de sal a su sopa- Yo lamento haberte hastiado con el tema fútbol, pero sabes que no puedo evitarlo, ¡me encanta!
-El fútbol o los que vinieron ayer –bromeó Paola, ruborizando a su amiga
-Paola...eran pacientes
-Bah, "eran pacientes" –la remedó Paola- Sí claro, como si eso evitara "los antojos"
-Jajaja, qué vulgar eres a veces
-Ah, no, vulgar nunca –se defendió Paola sonriente, fingiendo indignación- Algo sincera quizá, pero vulgar nunca, los Shinobara nunca seremos vulgares
-Jajaja, entonces quizá no seas una Shinobara en realidad –se burló Lily, sin notar que de pronto a Paola se le borró la sonrisa del rostro
-Eh...¿cómo te fue hoy?
-Bien, bien ¿y a ti? –preguntó Lily, tomando un sorbo de su sopa de vegetales (fuchi!)
-Más o menos –dramatizó Paola- Estuve tan ocupada que no vi a Nanito
-¿Sabes que me estuvo preguntando por ti?
-¿Ah sí? –fingió la Shinobara, como si mucho no le interesara el tema- ¿Y qué quería saber?
-Si habías dormido bien –respondió Lily, evitando reír- Como casi le sacas un brazo a un paciente...
-¡¡Te contó lo del tensiómetro! –se alarmó Paola avergonzada
-No, él no, fue muy caballero y ni mencionó el "detallito" –aclaró Lily divertida- Fue Midori la que me lo contó
-Menos mal...
-Del Valle, Shinobara –las llamó el jefe de residentes acercándose, mientras Paola lo miraba con cara de fuchi, disimuladamente claro XD (ja, como hago yo)- El Doctor Mizutani quiere hablar con ustedes
-Gracias doctor, iremos después de comer –respondió Lily educadamente, mientras su amiga fingía que los fideos de su plato tenían una forma espectacular- Ja, te pasas – murmuró luego que el doctor se fue
-Él se pasa, no sabes cómo lo detesto...
-Será mejor que no te hagas mala sangre con él, recuerda que es el mero mero de los residentes
-¿Y qué con eso? Con el poder que tiene Touya, yo puedo hundirlo cuando quiera
-¿Poder? ¿No que tu primo tenía una pequeña empresa con la que apenas sacaban para tu carrera y su diario vivir? –preguntó Lily extrañada
-Ah...pues sí, sí, así es –aclaró Paola algo nerviosa- Pero ya sabes, tiene sus influencias, pequeñas, pero las tiene
-Ay Paola...
Después de almorzar se fueron a la oficina del jefe de Servicio de Medicina Interna (cabe recalcar que estaban rotando Cirugía, y uno de esos rotes es Traumatología, eso para los que no lo sepan). Tocaron la puerta y entraron. El mencionado médico estaba sentado en un mullido sillón, hablando por teléfono, y con un ademán de la mano les pidió que se sentaran. Así lo hicieron y algo nerviosas esperaron a que concluyera la charla del galeno. Una vez que terminó les sonrió amablemente.
-Qué gusto verlas de nuevo, no crean que me olvidé de su paso por el servicio cuando eran estudiantes –les dijo sin más preámbulos- Las hice llamar porque tengo una oferta interesante que hacerles
-Mientras no sea indecorosa... –bromeó Paola, recibiendo un codazo de reprimenda por parte de Lily
-Je, tú siempre tan graciosa, Shinobara –respondió el médico sonriendo- Sé que en 3 días ustedes dejarán Cirugía y pasarán por Medicina Interna, así que como recibí una buena solicitud de un médico deportivo, no pude evitar pensar en ustedes dos
-Por qué, tenemos cara de pelota o qué –se burló Paola sonriendo
-¡Paola! –la regañó Lily, avergonzada, entre dientes
-Jajaja, claro que no doctora, claro que no –aclaró el doctor- Recordé que les gustaba mucho el deporte, y que su especialidad la iban a hacer en Medicina del Deporte
-Así es –respondió rápidamente Lily muy emocionada, mientras su amiga la veía de reojo con algo de fastidio, pero quedándose callada para no aguarle el momento
-Así que a la oferta que me hizo el doctor Nakata, me permití inscribirlas antes de consultarles nada
-No entiendo, la verdad –admitió Paola confundida
-Él es un médico deportivo, y me dijo que por las tardes ustedes pueden hacer sus prácticas de Medicina Interna con él, claro que también tendrán la ventaja de practicar otras especialidades
-Sobre todo Traumatología –ironizó Paola, siendo esta vez ignorada por Lily que oía detenidamente cada palabra que el médico le decía
-Claro que cumplirán sus guardias con normalidad aquí en el servicio –siguió explicando el hombre- Y por las mañanas deberán pasar aquí las visitas médicas, ¿qué me dicen?
-Pues, la verdad no sé –respondió Paola, y se iba a dirigir a Lily, pero ella miraba absorta al jefe de Medicina Interna- Ésta ya entró en trance... ¡Lily, reacciona!
-Cla...claro que sí –balbuceó Lily incrédula- ¡Claro que aceptamos!
-Cómo que "aceptamos" –murmuró Paola indignada
-Muchas gracias doctor, muchas gracias –siguió Lily, ignorando a su estupefacta amiga, y estrechando con gratitud la mano del galeno- No lo defraudaremos, verá que nos irá muy bien, nos esforzaremos y no dejaremos de cumplir con nuestra labor aquí en el hospital, gracias de verdad...
-Pues, no es nada
-Vaya, y a mi que me coma el Bobby –refunfuñó Paola
-¿Usted no está de acuerdo doctora Shinobara? –preguntó el médico, que seguía siendo zarandeado por la inmensa gratitud de Lily, que no soltaba su mano XD
-No es eso, pero al menos pregúntenmelo, ¿no?
-¿Verdad que sí irás, Paola? –preguntó Lily entre dientes, mirándola con ojos de fuego XD
-Psss, con ese tipo de pedidos, cualquiera –respondió Paola algo asustada
-Bueno, entonces espero que les vaya muy bien y que disfruten de su estancia allí
-Gracias señor –dijeron ambas al unísono antes de salir
Cuando salieron le contaron a todos sus amigos lo ocurrido, quienes las felicitaron y les desearon éxito. Cuando Fernando se enteró no pudo evitar alegrarse.
-Qué orgullo, mis dos pequeñas colegas siendo auspiciadas por el Jefe de Medicina Interna
-No somos pequeñas –refunfuñó Paola
-Lo extrañaremos mucho cuando nos vayamos doctor –se lamentó Lily, recordando que sólo estarían con él 3 días más
-Sí, eso es verdad –admitió Paola suspirando
-Vamos, no lo lamenten, saben que igual nos podremos ver en el hospital, bueno, si es que tenemos la suerte y el tiempo...
-Rogaremos porque así sea –se le escapó a Paola, que instantáneamente se puso roja
-Bueno, pues, mejor ya vámonos ¿no? –trató de salvarla Lily, jalándola del brazo- Hay muchas cosas que hacer
-Hasta luego doctor –se despidió Paola sonriendo con cariño
-Que les vaya bien muchachas –contestó él devolviendo la sonrisa
-Cierra la boca o se te entra una mosca –murmuró Lily burlona cuando se alejaron un poco
-Ja, chistosa
El último día que estarían en Cirugía también tenían guardia. Habían quedado con Fernando de celebrar la despedida con una cena, que constaba en pizza con refresco (ah...mis lindos turnos de Ginecología UU). Urgencias estaba relativamente tranquilo, cuando una simpática muchacha delgada, morena, de cabello castaño, se acercó al mesón de enfermería.
-Disculpe –dijo la joven a Paola, que era la veintiúnica allí, en ese instante- ¿Me podría indicar donde encontrar al doctor Murillo?
Paola levantó rápidamente la vista hacia la muchacha y por unos instantes no supo qué decir, la miraba con la boca abierta, ciertamente desilusionada, pensando "claro, tenía que tener novia".
-Eh...este...sí, salió hace un momento, si quiere esperarlo...
-Sí, gracias –respondió la joven sonriente, saliendo nuevamente
Paola sentía que su corazón se hacía mil pedazos y sintió una gran desilusión. Estaba pensativa mirando el cuaderno de registro cuando una voz la hizo reaccionar.
-¿Cómo va todo Paola?
La muchacha elevó apresuradamente la mirada y vio delante de ella, sonriendo, a Fernando.
-Eh...todo bien aquí doctor –respondió ella, evitando su mirada- Por cierto, lo estaban buscando...
-Ah sí, gracias –contestó él sonriendo, cosa que puso peor a Paola- Era mi hermana... (no se burlen, esto es historia de la vida real, me pasó a mi UU)
-Su...su...¿su hermana? –preguntó Paola sorprendida, viendo entre las sombras un rayito de esperanza (bueno, en realidad era la luz de una lámpara de un cubículo cercano que tenía mal el tornillo de sujeción y se había torcido dándole a Paola en la cara con la luz XD)
Durante el resto de la noche Paola estaba exageradamente sonriente, cosa que extrañó mucho a Lily, que incluso se asustó creyendo que había sufrido un calambre en la cara XD. A eso de las 2 de la mañana ya no tenían pacientes, así que se reunieron en la salita contigua a Enfermería y se pusieron a cenar.
-Bueno, pues deseo de todo corazón que les vaya muy bien y que disfruten su estancia en Medicina Deportiva –les dijo Fernando, levantando su vaso de refresco para brindar- Espero que la hayan pasado bien y hayan aprovechado este rote que pasaron conmigo
-Y sí, claro que Paola quería aprovechar...lo a usted –se burló Lily por lo bajo, consiguiendo un pisotón de su sonrojada amiga
-Gracias de veras doc –contestó Paola sonriendo- Usted fue nuestro jefe y nuestro amigo, siempre vamos a recordarlo, gracias por todo
-La apoyo totalmente –la secundó Lily- Nos defendió, nos enseñó, nos ayudó, mil gracias por ser tan bueno con nosotras
-Que el destino les sonría y consigan alcanzar sus sueños –les deseó el médico residente- ¡Salud!
-Igualmente doctor –respondieron las muchachas al unísono- ¡Salud! (y la verdad el brindis suena ilógico, o sea, oír decir a médicos "salud", jaja)
-Y que no dejemos de verlo –añadió Paola, provocando que Lily se atragante
-Espero que así sea –contestó él sonriendo
Al día siguiente por la mañana, después de dar el examen de fin de rote de rigor, ambas se dirigieron al piso de Medicina Interna a presentarse con sus nuevos doctores. Allí las recibió el jefe de Servicio, quien después de explicarles todo el "modus operandi" del Servicio, las mandó a trabajar (abusivo, jaja). Ansiosas esperaron que la mañana culmine, al menos Lily que no se cambiaba por nadie, digamos que la alegría de Paola era menos evidente, o...no era. Lily le habló toda la mañana, mientras realizaban su trabajo, de todos los deportes que podían ver.
-¿Y te imaginas si son basquetbolistas? –decía Lily emocionada- Tendremos que aplicar la Traumatología y tendremos que saber cómo tratar lesiones, sobre todo de hombro
-Ajá –respondía Paola de cuando en cuando, como autómata
-¿Y si son voleibolistas? Tendremos que cuidar mucho sus tobillos y rodillas...
-Ajá...
-Y si son beisbolistas tendremos...
-Tendremos que hacer nuestra labor –la interrumpió Paola cansada- Ya párale a tu cotorreo, aunque nos toquen ajedrecistas, haremos lo nuestro y ya
-¿Ajedrecistas? Bromeas ¿no?; eso no tiene chiste
-Pero el ajedrez es un deporte –aclaró Paola- Y si no lo crees, quéjate con el que así lo estableció
Lily la miró malhumorada, y luego prosiguió con su trabajo en silencio.
-¡Mira lo que me hiciste poner en mi nota de evolución diaria! –refunfuñó Paola, arrancando de una vez la hoja que tenía en su máquina de escribir- ¡"Paciente diagnosticada de basquetbolistas, en su voleibolista día de internación"!
-Ja, por ser una amargueta
-Babosa –murmuró Paola, arrojando el papel arrugado al cubo de la basura
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Ya por la tarde, se dirigieron al centro deportivo que les habían indicado. Lily se veía muy nerviosa y emocionada, Paola simplemente agradecía el hecho de ya no estar encerrada en el hospital (ja, igual que yo). El portero del lugar les indicó dónde podían encontrar al doctor Nakata. Fueron al lugar mencionado, tocaron la puerta y él mismo les abrió. Después de las presentaciones pertinentes se ofreció a mostrarles el lugar. Cuando salían del edificio principal hacia los campos de entrenamiento, vieron atravesar por la reja del lugar, un bus lleno de gente. Ambas no le prestaron atención y siguieron su camino detrás del doctor Nakata, que ni cuenta se había dado del motorizado. Cuando el médico les explicaba acerca de la ubicación de varios lugares que ellas debían de saber, el bus pasó cerca de ellos. En su interior uno de los ocupantes reconoció gratamente a las muchachas.
-Mira, son las del otro día –indicó al compañero que estaba junto a él, que reaccionó y por lo poco que pudo ver ya que el bus seguía su marcha, logró distinguir a Lily
-Es cierto... –murmuró sorprendido
-¡Ah vaya! –comentó el galeno, cuando retornaban al edificio principal- Veo que los muchachos ya llegaron
-¿Cuáles muchachos? –preguntó Paola sorprendida
-Los muchachos a los cuales ustedes tendrán que ayudarme a atender en horario de la tarde –aclaró el doctor Nakata sonriente
-¿Y qué practican? –preguntó Lily interesada
-¿Acaso no lo saben? Son futbolistas, pero no comunes y corrientes, son los jugadores de la selección japonesa...
-¡¡¿¿Qué! –exclamaron ambas a la vez
-No puede ser... –murmuró Lily estupefacta
-Ah no, yo me voy –dijo Paola decidida a marcharse
-No pueden renunciar ahora, recuerden que hicieron prácticamente un contrato –les recordó el doctor
-Pero... –trató de explicarse Paola indignada
-Yo también admito que esperaba un par de Internos varones, pero vinieron ustedes, y por mi no hay problema, aunque no sé por los muchachos...y por ustedes, claro
-Mire doctor... –trató de quejarse Paola, poniéndose en actitud de discusión, levantando un brazo y el dedo índice
-Estamos de acuerdo –alcanzó a decir Lily absorta en el bus que tenía delante, ya vacío por cierto- No tenemos problema en que todos sean varones, después de todo seremos médicos ¿no? Y un médico atiende a todos por igual
-Me alegra, en verdad no podía esperar menos de unas muchachas recomendadas por el doctor Mizutani, entonces, dejen sus cosas en su habitación y las espero en media hora para las presentaciones respectivas
El doctor Nakata se fue, dejando a Paola en la misma actitud.
-¡Te pasaste! –exclamó molesta cuando el médico se fue- ¡Cómo se te ocurre meternos en semejante situación! ¡todos son hombres, puede pasarnos cualquier cosa!
-Oh, vamos –la despreocupó Lily, dirigiéndose a la habitación destinada- Ni que fueran violadores, además el doctor Nakata siempre estará con nosotros
-El que te hayan gustado ése par de bichos que vimos el otro día, no es razón para que yo también tenga que venir a una de tus "Lily-aventuras"
-Tus "Paola-aventuras" son peores, y lo sabes –se defendió Lily- Además yo no sabía a quiénes íbamos a atender...
-Te advierto, óyeme bien, te advierto que me quedo sólo porque eres mi amiga y quiero apoyarte en tu sueño de ser Médico Deportivo –aclaró Paola sin más remedio luego de unos segundos de estar pensativa- Pero en cuanto uno de esos degenerados quiera propasarse con alguna ¡nos largamos! ¿oíste?
-Por eso te quiero tanto, amigocha –dijo Lily con ternura, pellizcando a su amiga una de sus mejillas
-No hagas eso –le dijo Paola, inflando el cachete y quitando su mano- Te lo advierto...
-Adviérteme todo lo que quieras –contestó Lily sonriendo complacida- Pero sé que al final a ti también te gustará estar aquí
-Sí claro, pagaría por ver eso ...
Entraron a su habitación, que contaba con dos camas, una mesa de luz, un escritorio con su computadora, baño (obviamente), clóset y una gran ventana que daba hacia las canchas de fútbol.
-No está mal para quedarnos sólo por el día –opinó Lily entusiasmada, dejando su mochila sobre una de las camas- ¿Qué piensas?
-A mi me da igual –comentó Paola de malas pulgas- Sólo espero que estos dos meses acaben pronto y regresemos al hospital
-Te escucho y no lo creo –dijo Lily sorprendida, sentándose sobre la cama- A ti que odias estar encerrada en el hospital...
-Prefiero encerrarme en un hospital lleno de gente, que en un lugar lleno de...pervertidos
-Jaja, vamos Paola, no exageres, ni siquiera los conoces
-¿Ah no? ¿Y crees que no noté cómo te miraban ésos dos el otro día? –recordó Paola rápidamente- Se les iban los ojos, te desnudaban con la mirada
-Mira, estás exagerando –respondió su amiga, algo sonrojada por semejante comentario- Anda, apúrate, que tenemos que ir a la sala de reuniones
-Bah...
Se cambiaron, con ropa blanca y guardapolvo para variar , y se encaminaron a la sala de reuniones. Ya estaban todos allí, seleccionados, cuerpo técnico y cuerpo médico. Al parecer estaban tratando un tema importante, porque todos atendían en silencio y concentrados. Es así que al notar ambiente tan serio, las muchachas quisieron entrar de puntillas, y lo habían conseguido porque nadie las notó llegar, hasta que Lily tropezó con una porción de alfombra replegada y se fue de rodillas contra el suelo con un tremendo ¡pum, que sobresaltó a todos llamando su atención. Lily, desde el suelo, sonreía abochornada, mientras Paola miraba hacia el techo impaciente.
-Vaya, veo que ya llegaron, doctoras –comentó el doctor Nakata sonriendo
-Je, sí, buenas tardes a todos –saludó Lily aun sonrojada, poniéndose de pie y limpiándose el pantalón
-Pasen por favor –les pidió el entrenador Gamo
Las muchachas asintieron y siguieron su camino hacia la mesa de enfrente, ignorando, o tratando de ignorar las miradas curiosas que las seguían. Llegaron por fin a la mesa donde dirigentes, entrenador y médico se encontraban. Las invitaron a sentarse. En eso Paola se topó con la mirada intrigada de Mikami, que no la dejaba de ver, hasta que la muchacha tuvo que hacerse la loca y mirar hacia la puerta.
-Bien, ya que las nuevas doctoras están aquí –indicó el señor Gamo- Le pediría al doctor Nakata que las presente
El médico se puso de pie y las muchachas siguieron su ejemplo.
-Bien, como ya les había comentado jóvenes –empezó Tarso- Dos jóvenes médicos harán sus prácticas aquí en el Centro de Entrenamiento, así que espero su colaboración
-Un momento doctor –lo interrumpió Ryo curioso- Usted habló de "médicos", no de enfermeras
-Cómo se atreve –refunfuñó Paola, apretando los puños
-Cálmate –le susurró Lily, aunque a ella el comentario también le había llegado al tuétano
-Así es Ishizaki –siguió el médico encargado- Dije jóvenes médicos, y ellas lo son, es así que tengo el gusto de presentarlas
-Por favor, preséntense ustedes –les pidió Mikami
-Buenas tardes a todos –saludó Lily con una reverencia- Mi nombre es Lily del Valle y será un honor compartir mi trabajo con ustedes
Paola se quedó de piedra, tratando de ignorar a todos.
-Tu turno... –le dijo Lily entre dientes, dándole un codazo
-Bueno... –murmuró Paola de mala gana- Soy la otra médico, no enfermera, practicante, mi nombre es Paola Shinobara
-Señoritas o mejor dicho –se corrigió Gamo- Doctoras del Valle y Shinobara, es un gusto tenerlas con nosotros
-Y que lo diga... –comentó Jito en voz alta, logrando miradas de reproche de parte de sus compañeros, pero un gesto de aprobación de Sano
La reunión siguió su curso, aunque no con toda la concentración que los directivos habrían querido, porque los muchachos, como era de suponer XD, se la pasaban distraídos mirando hacia un sector de la mesa en particular, donde dos avergonzadas "intentos de médico" (como le digo yo) querían que las tragara la tierra.
-Por qué no miran a otra parte, pervertidos –refunfuñaba Paola entre dientes, mientras Lily aguantaba la risa por los comentarios- Ni que estuviéramos desnudas, ja, ya quisieran que se les dé, ¡pero no! En cuanto pueda les tomo la temperatura rectal o les pongo sonda vesical de la más gruesa ¡y sin vaselina!...
Notas:
Igual no diremos quién escribió cada capítulo porque no lo escribimos por capítulo, sino de corrido y al final lo dividimos por capítulos
