Capítulo 3.
La reunión terminó y el doctor Nakata con sus nuevas futuras colegas se quedaron conversando con el entrenador Gamo. Paola y Lily sentían un par de miradas sobre ellas, pero prefirieron ignorarlas. Hasta que un muchacho se acercó y habló por detrás de ellas, sin importarle la pequeña reunión entre médicos y entrenador.
-Sabía que terminarías tu carrera y que llegarías más lejos que cualquiera de nosotros
Las chicas de quedaron de piedra ¿a quién diablos hablaba?
-Finge no recordarme, que hasta me lo puedo creer, pero no quieras que yo te olvide...mi luna hermosa
-Lu...¿luna? –balbuceó Paola, volteando con los ojos como platos- No...no puede ser
-Claro que puede ser, te dije que mejoraría y que un día llegaría a ser jugador de la selección –el muchacho le sonrió con ternura
-¡Kazuki! –gritó Paola emocionada, abrazando al muchacho- ¡Qué alegría encontrarte otra vez!
-Vaya... –murmuró Lily sorprendida- No sabía que Paola tenía amigos futbolistas
-Sorimachi –dijo Gamo algo molesto por la interrupción- ¿Nos permites un momento?
-Claro que...
-¡Claro que sí! –continuó Paola por su amigo- Yo también les permito toooooodo lo que quieran, así que...ahí se ven
Sin más ni más Paola se tomó del brazo de Kazuki y se fue con él, dejando a todos con un palmo de narices.
-Te pasas... –pensó Lily divertida viendo marcharse a su amiga
Cuando la pequeña reunión concluyó Lily salió en busca de Paola, pero obviamente no tenía ni idea de dónde podía estar.
-Agradece que hoy no tenemos turno, pedazo de irresponsable –decía Lily para sí, refunfuñando- Que si no...
-¿Te perdiste o buscas a alguien? –le preguntó alguien, acercándose a ella
-Eh... –Lily volteó y se topó con el rostro siempre serio de Genzo, bajó la mirada algo perturbada- Es sólo que busco a mi amiga
-Ah, la vi en el comedor con Sorimachi
-Bueno, gracias por el dato –respondió Lily, tratando de escabullirse
-Te reconocí, eres la doctora del otro día, ¿no? –comentó Genzo, evitando así la huida de Lily
-Je, eh...sí, soy yo, también los reconocí –admitió la joven- Pero bueno, quién no los reconoce
-Ah, eso –murmuró Genzo algo entristecido- Quisiera que por un momento la gente dejara de voltear en la calle al verme, llega a ser fastidioso, créeme
-Oh, yo lo lamento... –se disculpó Lily, ya que ella había hecho precisamente eso
-No te disculpes, que creo que hoy hice lo mismo contigo –aceptó el muchacho- No dejaba de verte con curiosidad cuando te vi entrar
-¿En serio? –preguntó Lily interesada- Digo...vaya
-Oye, Wakabayashi –lo llamó Ken- Los muchachos están organizando una bienvenida a las "doctoras" en el cuarto de juegos y sólo faltas tú y bueno, ellas
-La otra doctora está con Sorimachi en el comedor –aclaró Wakabayashi
-Voy a buscarla –se ofreció el otro portero, dejando a Lily y Genzo nuevamente
-¿Bienvenida? –se sorprendió Lily- De veras gracias, pero Paola y yo debemos ambientarnos, y el doctor Nakata nos espera
-No creo que al doctor Nakata le moleste, mas bien creo que él también participará ¿vamos? –le ofreció Genzo, con una media sonrisa que cautivó a la joven
-Bueno –respondió la muchacha sin resistirse
Mientras, en el comedor, Paola charlaba con Kazuki.
-... y cuando te fuiste tratamos de sobrellevar la vida así, sin ti... –dramatizó Kazuki- ¿Qué tal tú?
-Ya sabes, entre mis líos familiares, amorosos y de trabajo, apenas salí adelante –contestó Paola cansada
-¿En qué terminaste con Karl? –se burló su amigo
-En nada, el idiotita se quedó con su rusa estúpida, y yo...recogiendo los pedazos de corazón que me quedaron –dijo Paola con un dejo de tristeza
-¿Y tu familia?
-Touya y yo hemos salido adelante, ya sabes, solos como siempre
-Y...¿los demás?
-Los demás se han olvidado de nosotros, y la verdad que así es mejor, yo también olvidé que existen
-Te olvidaste también de nosotros...
-No, claro que no, pero créeme que me faltó tiempo para poder comunicarme con ustedes –se excusó su amiga- Además, tú fuiste el desgraciadito que me dejó colgada en la facultad de Medicina
-Eso sí que no, recuerda que te dije que elegiría entre la Medicina y el fútbol, y pues... elegí
-Vaya carrera que elegiste –ironizó Paola- La de futbolista, con lo prometedora que es: una lesión y chao carrera, ¡ja!
-Sí que eres cruel –comentó Kazuki, entrecerrando los ojos
-Perdonen la interrupción –dijo Ken entreabriendo la puerta, con un tonito un tanto altanero ;)- Los estamos esperando en el salón de juegos
-Gracias Ken, ya vamos –respondió Kazuki
Wakashimazu los miró enarcando una ceja y luego se marchó sin decir más.
-¿Notaste el tonito del muchachito ése? –preguntó Paola irritada OO
-¿De Ken? Él es así –admitió su amigo, encogiéndose de hombros- ¡Pero claro! Con tu ida no te enteraste: él salió del Toho con nosotros
-¡¿Que qué! Ése, ¿ése engreído?
-Ajá, él, Kojiro y Takeshi, ya los conocerás
-Si son como el que acaba de salir, no gracias...
Se dirigieron al salón de juegos y coincidentemente llegaron junto con Genzo y Lily. Paola y el portero japonés nuevamente se miraron fijamente y después desviaron la mirada perturbados. Obviamente sus acompañantes lo notaron, pero prefirieron callar.
-¿Entramos? –les propuso Kazuki sonriendo
Entraron y vieron que todos, incluidos entrenador, directivos y médico, se encontraban allí entablando amenas conversaciones. Cuando las notaron les invitaron unos refrescos y a compartir un rato con todos. Obviamente Jito y Sano fueron los primeros en la fila para charlar con ellas. Lily, educadamente, fingía interés en las superficiales conversaciones que ellos querían entablar, mientras que Paola de una vez se desembarazó de ellos y se fue a charlar con Kazuki.
-Qué gusto volverla a ver, doctora –comentó Ken, acercándose a Lily, una vez que ella les pidiera a los del Hirado que fueran por unas bebidas para deshacerse aunque sea un rato de ellos- Fue una sorpresa el saber que justamente ustedes serían las nuevas practicantes
-¿Justamente nosotras? –dijo Lily extrañada, había algo en él que le caía antipático
-Ya sabe, como que el destino las pone en nuestro camino
-Yo no creo en el destino –dijo Lily tajante, acomodándose el largo cabello castaño- Creo que cada quien escribe su propia historia
-Pues qué raro, yo ni hubiera imaginado poner en mi historia a ninguna de las dos...
-Me parece un comentario fuera de lugar –añadió un apuesto muchacho que Lily reconoció como Jun Misugi OO- Por mi parte no estoy de acuerdo con la doctora, pero me parece una interesante teoría
-Qué lindo es –pensó Lily casi babeando XD
-Es un gusto tenerlas con nosotros –dijo Jun sonriendo, provocando que la joven casi se derrita
-Je, gracias
-Oye Lily –la llamó Paola, ignorando a todos los presentes- ¿Como a qué hora nos vamos? Tengo que ir a estudiar
-Bien hecho doctora –se burló Ken- Causó una buena impresión con ese comentario
-¿Y qué me puede importar lo que crean ustedes de mi? –contestó Paola mordazmente- Además, ¿quién te crees como para hablarme así?
-Ja, ¿hablarle así? Hablarle cómo
-Así... como si fueras el último mango del frutero –ironizó la muchacha, mientras Lily sonreía para sí, porque bien sabía que a su amiga, en su tiempo de silencio, se le debió ocurrir alguna comparación más grosera y se contuvo para no decirla XD
-¿Me dijo mango? Vamos doctora, no debe coquetear tan de frente...
-No creo que ella esté coqueteando contigo –se entrometió Genzo seriamente, mirando a Ken con cara de pocos amigos
-Otro... –murmuró Paola- Bueno Lily, vienes o no...
-Yo... –dudó su amiga, mirando de reojo a Jun y pensando „yo no me quiero ir"
-Bah, yo me voy, el doctor Nakata me dijo que en media hora nos vemos en la cancha
Paola se dirigió a la salida, seguida por la mirada sorprendida de todos, y la mirada divertida de Kazuki que pensaba que su amiga no había cambiado nada desde que se habían dejado de ver hacia años. Enojada, por la insolencia de Ken, Paola salía cuando la puerta se abrió y dio de pleno en su cara (jaja, como de película cómica), la pobre quedó bizca un rato, se tambaleó y cayó.
-Oh, lo siento, no te vi –se disculpó un muchacho, arrodillándose para asistirla
Los que lo notaron se acercaron preocupados, mientras Lily, que había visto todo, no sabía si echarse al suelo a reír o correr en ayuda de su amiga . Al final hizo lo segundo XD.
-¿Estás bien? –preguntó el agresor XD
-¿Eh? ¿qué? ¿quién soy? ¿dónde estoy? XD –balbuceó Paola desorientada, con la marca de la puerta en la frente XD
-Paola, ¿estás bien amiga? –dijo Lily, arrodillándose a su lado, mientras todos las rodeaban murmurando divertidos unos, preocupados otros
-¿Lily? –reaccionó Paola un poco- Pero, ¡quién mier.. me dio semejante golpe!
-Je, fui yo –sonrió un muchacho apenado junto a ella, dejándola estupefacta
-No seas grosera –la regañó su amiga- No estás sola
-¿Está bien, doctora Shinobara? –le preguntó el doctor Nakata acercándose
-Sí, no se preocupe, sólo sufrí una pequeña conmoción –respondió la joven
-Y que digan que tienes cabeza dura, jajaja –se burló Kazuki
-¡Kazuki! –lo regañó Hikaru, quien había sido el agresor- No es gracioso, pude haberla lastimado en serio
-No, si no creas que esto fue chiste –se defendió Paola, permitiendo que el defensor japonés la ayude
-Será mejor llevarte a la enfermería –propuso Lily, llevándose a su amiga y saliendo
Una vez allí, mientras la atendía, Lily no pudo más y se destornilló de la risa.
-Jajaja, ¡hubieras visto la cara que pusiste, jajaja, parecías Scooby Doo, jajaja
-Ja, ja, babosa, si vieras que sí me dolió –se indignó Paola
La puerta se abrió y tras de ella apareció el doctor Nakata. Se puso a curar a Paola que tenía una gran marca vertical de unos 5 cm de ancho en la frente XD. Lily salió y descubrió que Kazuki, Ken, Genzo, Hikaru y...Jun ;) estaban afuera.
-Eh...¿ella está bien? –preguntó Genzo tratando de fingir indiferencia, lo que llamó la curiosidad de Lily
-Sí, el doctor Nakata la está viendo
-Qué se me hace que la que va a necesitar un yeso en serio, es ella –ironizó Ken
-¿A qué te refieres si se puede saber? –preguntó Lily irritada
-Mira mi mano, ¿ves algo en ella? ¡Pues no! No tengo ningún yeso –se burló el portero japonés
-Que te metas cosas para que no te duela, no es asunto que nos competa –respondió Lily sarcástica, provocando que el resto tenga que aguantar la risa
El doctor Nakata salió y mandó a los muchachos al entrenamiento, mientras dejaba a Lily con Paola. Después de un rato de reposo la segunda convenció a su amiga de ir a ver el entrenamiento y allí se dirigieron. Cuando llegaron a la cancha notaron que los muchachos practicaban tiros a la portería, defendida alternativamente por Genzo y Ken. Se sentaron sobre un banco y desde allí se pusieron a observar.
-¡Siete! –exclamó Paola, luego que Kisugi pateó
-¿Eh?
-¡Siete punto cinco! –volvió a decir cuando pateó Soda
-¿Qué haces? ¿le das puntaje a los tiros?
-¡Órale, a ti te doy un ocho! –siguió Paola, cuando fue el turno de Mamoru- ¿Qué? Claro que no, los estoy calificando a ellos, según lo buenos que están
-Jajaja, te pasas
-Vamos, es divertido, te toca
Era el turno de Ryo, ambas se miraron y se pusieron a reír.
-Ya, no seas cruel –dijo Lily- Yo le doy...un cuatro
-Ja, a mi me sale debiendo ¡te la cobro luego!
-A ver –analizó Lily cuando vio acercarse a Jun- Yo le doy un diez
-¿Un diez? Vaya, para ése marcador debe de gustarte bastante –se burló su amiga- Yo le doy un nueve punto 2
-¿Y a ése? –dijo Lily, señalando a Hikaru- Yo le doy un... ocho punto siete
-¡Te doy un doce y la llave de mi departamento! –exclamó Paola emocionada
-Paola –la regañó Lily apenada- Nos pueden oír
-Bah, no creo, estamos a buena distancia de ellos
Alternando, dejaron a Genzo y Ken patear, después de Yuzo y Jito.
-Al grandote le doy un 2 por pura bondad –comentó Paola divertida
-Yo le doy un 2 también –acotó Lily, aun incrédula del juego que estaban haciendo ambas
-A ése le doy un 4, para que no digan que soy mala
-Yo le doy un 5 punto 5
Era el turno de Ken.
-Ja, ahora él me sale debiendo a mi –dijo Lily con sorna
-Para qué, el engreiducho tiene lo suyo –admitió Paola suspirando como si la hubieran derrotado- Le doy un 10
-Cómprate un buen par de lentes –se burló su amiga, para luego mirar a Genzo tirar- A él le doy...un diez también
-Bah, con que no le dé una pedrada debería agradecerme –dijo Paola, algo agresiva
-¿Perdón? Por qué el comentario, o qué me perdí
-Nada –contestó su amiga tajante
-¿Qué te hizo? Si hasta se preocupó por ti –dijo Lily, guiñándole un ojo- Parece que le gustas
-¡¡Qué! No hables idioteces –se enojó Paola, poniéndose de pie- Y ya vámonos que me aburrí
Lily la miró irse con cara de interrogante : „¡¿Y yo qué dije?". Se levantó para ir detrás de su amiga, extrañada por su comportamiento, pero se distrajo con la presencia de Genzo, quien casualmente dirigió la mirada hacia ella, sonriéndole. Lily se puso tan nerviosa que no se fijo por dónde iba y se fue de bruces contra alguien que se había dirigido hacia ella en esos instantes, haciendo un gran escándalo en el proceso.
-¿Qué pasó?.- preguntó Ishizaki, quien era el que estaba más cerca.
-¿Están bien?.- Genzo se acercó a los jóvenes caídos y se detuvo a contemplar la escena.
-Uh, perdón... .- musitó Lily, muy avergonzada.
-No te preocupes, Lily-chan.- comentó el joven en ese momento.- Me da tanto gusto el volver a verte que no me importa que me hayas tirado al suelo.
-¿Taro?.- Lily al fin se fijó en quién había sido el muchacho que había caído abajo de ella.- ¿Eres tú?
-El mismo que viste y calza.- contestó Taro Misaki, sonriente.- Cuánto tiempo sin verte...
-Uh... Nunca pensé que... .- Lily se puso coloradísima.- Recuerdo que te gustaba el fútbol pero no pensé que...
-¿Qué me encontrarías en la Selección Japonesa?.- terminó Misaki, feliz de la vida.- Pues yo tampoco pensé que te encontraría por aquí...
-Supongo que ustedes se conocen.- intervino Genzo, quien contemplaba a los jóvenes cuyos cuerpos formaban una „X" en el suelo.
-Claro que la conozco.- Taro se incorporó, haciendo que Lily quedara recargada contra él.- Cómo olvidarla, si fue mi novia hace mucho tiempo.
-¿Qué cosa?.- gritó Ishizaki, expresando el sentir del resto de los jóvenes que miraba la escena.- ¿Tu novia?
-Ex- novia.- corrigió Lily, quien no atinaba a levantarse o mínimo soltar a Misaki.
-Cierto. Había olvidado que Lily me botó porque yo me iba para Francia y ella es de las que piensan que amor de lejos „son felices los cuatro".- aclaró Misaki, sonriente.
Lily, con este comentario, al fin soltó a Misaki, lanzándole una mirada de odio.
-Vaya que tienes muy buen gusto, Misaki.- comentó Ken, con una sonrisita.- No eres nada tonto...
-Y que lo digas... .- coincidió Genzo.
A Lily le molestó la manera en como los dos porteros japoneses la miraron.
-Gracias, Misaki, por decirle a todos tus compañeros sobre nuestra vida personal.- gruñó Lily, molesta.- No sabes el gusto que me da el saber cómo eres realmente.
Y dicho esto, Lily se marchó con un revuelo de su largo cabello castaño. Todos los demás la miraron irse para después dirigirle la mirada a Misaki.
-Picarón.- dijo Ryo.- ¡Qué escondidito te lo tenías!
-Hace ya tanto tiempo de eso que casi lo había olvidado... .- Misaki sonrió.
-Casi es la palabra clave.- comentó Genzo.
-¿Y por qué la terminaste?.- quiso saber Matsuyama.
-Por lo que les dije: ella me terminó porque no quiso tener un novio a la distancia.- Misaki se encogió de hombros.- Menos mal que la vida nos vuelve a poner en el mismo camino...
-Ahh, no me digas que aun te gusta...
-Quizás... .- Taro sonrió para sí.
Lily iba como energúmeno buscando a Paola. Ya comenzaba a hartarse de estar en ese lugar. En realidad, lo que la perturbó fue encontrarse a Taro Misaki. Hacía muchos años, ella lo había conocido en un viaje que él hizo a México en compañía de su papá. Lily se enamoró de Taro y al parecer él también se había encariñado con ella. Se hicieron novios muy pronto y lo fueron durante todo el tiempo que Misaki estuvo en México, pero Lily no quiso continuar con el noviazgo una vez que él se fuera a Francia, por el temor de que él la cambiara por una francesita...
-Cochino lugar, ya quiero largarme.- gritó Lily, cuando llegó al cuarto que les habían asignado.
-Ja, ya estás en mi onda.- Paola estaba tumbada sobre la cama, arrojando al techo una pelota de tenis.
-¿De dónde sacaste eso?.- preguntó Lily, curiosa.- Esperaría que jugaras más bien con una pelota de fútbol.
-Es mi antiestrés.- respondió Paola, con un gruñido.- Hace tiempo me lo dio Nanito para sacar mi bilis...
-Jaja, me imagino por qué te lo dio... .- Lily soltó una carcajada, olvidando momentáneamente su mal humor.
-¿Qué quisiste decir?.- Paola le arrojó a Lily la pelota de tenis, la cual fue detenida hábilmente por la mexicana.
-Nada, nada.- la chica levantó las manos para tratar de calmar a su amiga.- Por cierto que se necesita algo más que eso para tomarme por sorpresa.- Lily le regresó la pelota a Paola, la cual la golpeó en la cabeza... Justamente donde Matsuyama le había dado el portazo antes...
-¡Óyeme tú!.- Paola se levantó y casi golpea a su amiga.- ¡Ten más cuidado!
-Fue un accidente.- Lily sacó la lengua.- Y te lo mereces por largarte así hace rato y dejarme sola...
-Tú tuviste la culpa por hacer ese comentario tan idiota.- gruñó Paola.- Por cierto, ahora que lo veo, hablas igualito a ese engreído de Wakabayashi.
-¿Qué traes con él?.- Lily encaró a Paola.- ¿Por qué tanta agresividad en su contra? A mí se me hace que te gusta y por eso estás tan...
-¡VUELVES A DECIR UNA ESTUPIDEZ COMO ESA Y TE COLGARÉ DEL PALO MÁS ALTO, ME ESCUCHASTE, LILY DEL VALLE?
-Uh, uh, uh... .- Lily miró a su amiga y compañera con mucha sorpresa.- ¡Tranquila! ¿Por qué te pones así cada vez que te hablo de Wakabayashi?
-Por nada que te importe.- Paola volvió a tumbarse sobre la cama.- Y por cierto, deja de poner esa cara de que traes un cólico cada vez que mencionas que me gusta ese tipo. Te aviso de una vez que el porterito ése no me interesa para nada, aunque veo que a ti sí.
-¿A mí gustarme Genzo?.- Lily se puso colorada.- Alucinas, es guapo, es cierto, y es mi ídolo japonés, es cierto, pero de ahí a que me guste...
-Y te trae loca, eso también es cierto.- gruñó Paola.- Para gustitos que tienes...
Lily, enojada y muy apenada, se acostó sobre su cama.
-No digas babosadas tú también.- musitó Lily.- No me vuelvo a meter jamás con un japonés... Menos si viven en Europa...
-¿Qué quieres decir con eso?.- a Paola le dio curiosidad el comentario.
-Nada, nada.- Lily cerró los ojos y apretó la almohada contra ellos.- Quisiera arrojarme por la ventana...
-Con todo gusto yo te aviento.- dijo Paola, sonriente.
-Gracias, qué amable.- murmuró Lily, con sarcasmo.
-Cuando quieras.
Ya era algo tarde. Lily y Paola decidieron que bien podían prescindir de la cena e irse a la cama de una vez para no tener que toparse nuevamente con los jugadores de la Selección.
Al día siguiente, Paola y Lily se pusieron sus nuevos uniformes, trajes deportivos blancos con el escudo de la selección.
-Preferiría estar usando uno de la Selección Mexicana pero en fin.- Lily se encogió de hombros.
-A mí me da igual.- murmuró Paola.
-Ja, no me sorprende... A tí te da igual todo...
-Uhm...
Y pues se les hizo tarde a ese par, entre quejas de Paola y risas de Lily, así que cuando bajaron al comedor, ya toda la Selección estaba ahí y obviamente todos los presentes clavaron sus miradas en ellas cuando entraron en el comedor.
-Adiós, palomitas. Aquí tienen a sus gavilanes.- murmuró Jito, entre dientes, al tiempo que Sano soltaba una risilla.
-Malditos desgraciados hijos de toditita su... .- Paola se le quiso dejar ir a Jito, pero Lily la detuvo.
-Ya, tranquila.- Lily apenas y podía contener la risa.- No te lo tomes tan apecho...
-¡No me digas que te gustó ese comentario tan idiota!
-No, fue algo vulgar pero estuvo muy gracioso.- reconoció Lily.- Ya, no te enojes, mejor vamos a comer.
-Mi luna preciosa, te guardé un lugar.- comentó Kazuki, feliz.
-Ni se te ocurra dejarme sola porque te juro que te hago un desplante tan grande que desearás nunca haber venido a este lugar.
-Demasiado tarde.- replicó Paola. Pero se quedó con Lily, rechazando la invitación de Kazuki.
Sin embargo, apenas e iban a sentarse cuando una voz llamó a Lily.
-Li-chan.- llamó Taro Misaki, desde el otro extremo de la mesa.- Te estoy esperando.
-Ah... .- Lily se puso coloradísima.
Junto a Misaki estaba sentado Genzo Wakabayashi, quien miraba fijamente a la mexicana con una extraña mezcla de esperanza y desconcierto en el rostro. Y enfrente de éste, se encontraba Jun Misugi... Fue demasiada tentación para Lily... Y se fue, dejando a su amiga comiendo sola y derramando bilis...
-¡Regresa para acá, desgraciada!.- musitó Paola, pero justo en ese momento Ken se sentó enfrente de ella.
-¿Le pasa algo, doctora Shinobara?.- preguntó el arquero, algo petulante.
-Nada que le importe.- y Paola se tuvo que conformar con quedarse callada.
Lily, por su parte, se sentó enfrente de Misaki, a un lado de Jun. Se sintió cohibida por estar rodeada de tanto hombre que la miraban como si fuera una especie de extraterrestre pero pronto se dominó. No debía de mostrarse tímida delante de Misaki.
-Buenos días, doctora Del Valle.- saludaron Jun y Genzo, muy corteses.
-Buenos días.- Lily no sabía a cual de los dos hacerle caso, la verdad es que cada uno estaba igual de bueno que el otro.
-Li-chan, parece que ya te olvidaste de mí.- se quejó Taro, sonriente.- Pero no me quejo.
-No te he olvidado, Taro.- musitó Lily, poniéndose muy roja nuevamente.- Pero las circunstancias... Bueno, tus compañeros me saludaron primero...
Jun y Genzo intercambiaron miradas entre sí. Genzo suspiró y después le echó un vistazo disimulado a Paola y a Ken y después sonrió por lo bajo.
-¿Cómo se ha sentido aquí, doctora?.- inquirió Jun, amablemente.- Espero que no la hayamos tratado tan mal...
-Pues... .- Lily miró a Taro de reojo.- Ni tanto...
-Me da gusto.- Jun sonrió.- He de decir que yo también soy médico...
-¿Ah, en serio?.- inmediatamente, Lily centró toda su atención en Jun, haciendo que Taro soltara una risilla y Genzo frunciera el entrecejo.
-Sí. Estudié medicina por... Bueno, motivos personales...
Jun y Lily se enfrascaron en una charla sobre medicina, mientras que Taro se terminaba su desayuno y Genzo les lanzaba miradas de enojo.
-A ver cuándo se dan cuenta de que estamos aquí.- murmuró Taro, lo suficientemente fuerte como para que lo escucharan los demás.
-No estamos pintados.- gruñó Genzo.
-¿Qué cosa?.- Lily volteó a verlo.- Perdón, es que casi nunca se encuentra una con... Lo siento.
Y se puso a comer con la vista fija en el plato.
-Mejor me retiro.- dijo Jun, al tiempo que se levantaba de su asiento.- Nomás provoco derrame de celos al por mayor... Fue un placer, doctora Del Valle.
-¿Qué tratas de decir con eso?.- preguntó Genzo, ceñudo.- Ni quién se ponga celoso, nomás es molesto que no nos tomen en cuenta...
-Es básicamente lo mismo.- sentenció Jun, al tiempo que se marchaba.
-No cambias nada, Lily.- Taro miró fijamente a la chica.- Te sigues entusiasmando con cualquiera que hable de medicina...
-Es a lo que me dedico.- Lily tragó un buen pedazo de pan para evitar tener que seguir hablando.
-Uhm... .- Genzo volvió a fruncir el entrecejo para después lanzarle otra mirada a Paola, quien justamente en ese momento también lo estaba mirando a él. Ambos jóvenes se retaron con la mirada por unos segundos y después volvieron a sus asuntos.- Este par de doctoras...
