Capítulo 4.
Mientras tanto, Paola y Ken comían sin decirse gran cosa. A Shinobara le molestaba sobremanera que el arquero la mirara con tanta petulancia sin decir nada.
-Tu amiguita tiene bastante pegue.- comentó Ken, de repente, como si nada.
-¿Y?.- Paola le lanzó una mirada de odio.
-Nada más decía. No me sorprende, con lo linda que es...
-¿Y por qué no vas y la invitas a salir si tanto te gusta?
-Uy, no se ponga celosa, doctora...
-¡Deje de decir pendejadas!
-¡Uy, qué boquita tiene, doctora!.- Ken soltó una risotada.
„Maldita Lily, ésta me la pagas", pensó Paola, al tiempo que miraba a Lily seguir platicando con Misaki mientras que Genzo los miraba con el entrecejo fruncido. „Y quisiera saber por qué ése pone cara de estreñido", pensó Paola, refiriéndose a Genzo.
-Y pues bien.- seguía diciendo Misaki.- Cuéntame qué ha sido de tu vida en todos estos años que no me viste.
-Lo de siempre. Seguí mi sueño, estudié medicina, caí en Japón por casualidad y aquí estoy.- masculló Lily.
-Muy escueta su explicación, doctora.- comentó Genzo.- Me hubiera gustado escuchar algo más.
-Eh... Es que no hay mucho que decir, en realidad... .- Lily se sorprendió.
Genzo y Lily intercambiaron una mirada bastante profunda, cosa que hizo que ambos se sorprendieran y desviaran la vista, avergonzados. Misaki lo notó y sonrió por lo bajo.
-Del Valle, si en este momento no terminas tu desayuno y vienes conmigo la pagarás caro.- gritó Paola, en ese instante.
-Ya, no te sulfures.- contestó Lily, levantándose de su asiento.- Para geniecito que te cargas... Un placer, Tarito. Con permiso, joven Wakabayashi.
-Hasta luego, doctora.- respondió Genzo, mirando a Paola de reojo.
-Nos vemos, Li-chan. Hasta pronto, doctora Shinobara.- dijo Taro.
-Adiós, palomitas.- comentó Jito.
-Doctora Del Valle, al rato iré a que me ponga un yeso en la mano.- comentó Ken, cuando Lily y Paola pasaron por su lado.
-¿Qué cosa? ¿Para qué?.- Lily se sorprendió.
-Para darle gusto.- Ken sonrió satisfecho.- O para estar cerca de usted. Escoja el pretexto que más le guste.
Lily miró al arquero karateca con verdadero odio.
-¿Por qué se comporta usted así?.- inquirió la muchacha.
-¿Así cómo?
-De esa manera tan altanera.- replicó Lily.- Actúa como si fuera el último refresco frío del desierto y mire que no lo es. Todo lo contrario, es arrogante y muy altanero. Sinceramente, no sé cómo es que sus compañeros lo aguantan.
Hasta la propia Paola soltó la carcajada. Ken sonrió, satisfecho.
-Por esa manera de hablar, tal parece ser que le gusto.- comentó Ken.- Me doy por bien servido...
-Si serás idiota.- masculló Genzo.
-Ya, deja de ponerte celoso porque las doctoras me prestan tanta atención.- continuó Ken.
-El hecho de que las dos te hayan puesto en tu lugar no significa que te pongan más atención que los demás.- intervino Taro, molesto.
Todos se sorprendieron, ya que Misaki es un muchacho más bien tranquilo.
-Vámonos, Lily.- Paola jaló a su compañera del brazo.
-Eh... Sí... .- Lily miró a Taro antes de irse. Le sorprendió que él la hubiese defendido de esa manera.
Y Taro le correspondió con una profunda mirada, la cual Genzo captó de inmediato.
-Se nota que te gusta esa chica.- murmuró Genzo, como quien no quiere la cosa.
-La quiero mucho, nada más.- contestó Taro, enigmáticamente.- Es muy importante para mí.
-Uhm... .- Genzo no entendía el por qué le afectaba esa información.
Mientras tanto, una enfurruñada Paola caminaba apretando fuertemente el brazo de una cada vez más adolorida Lily.
-Ya suéltame, que me lastimas.- gimió Lily.
-Te lo mereces, por dejarme sola después de que me rogaste para que yo no te dejara.- replicó Paola, muy enojada.- Por tu culpa tuve que soportar a Ken Wakashimazu.
-Uy, pobrecita, sí que te compadezco.- gruñó Lily.- Perdóname, eso sí que fue una tortura.
-¿Por qué lo dices?.- Paola se sorprendió.
-Porque se nota que el tipo es de lo más desagradable.- Lily hizo un mohín de disgusto.
Sin saber por qué, a Paola le molestó el comentario pero no dijo nada más.
Al comienzo del entrenamiento, Lily se topó con una pequeña sorpresa... Las bebidas rehidratantes para los jugadores aun no terminaban de enfriarse, pero tanto Lily como Paola ya se morían de sed debido a que hacía un calor insoportable. Tamotsu, uno de los asistentes del entrenador, se ofreció a traerles bebidas frías de la máquina de refrescos del comedor.
-¿Qué refresco les traigo, doctora Shinobara?.- preguntó Tamotsu, al ver que Lily se había ocupado momentáneamente revisando una pequeña lesión que se había hecho Ishizaki.
-Cualquiera, mientras sea de dieta.- respondió Paola, encogiéndose de hombros.
-A la doctora Del Valle no le vayas a traer refresco de dieta.- negó una chica pelirroja de cabello corto y peinado a la moda, con ojos claros color miel, a quien por cierto Paola nunca había visto por ahí.
-¡Ah!.- exclamó Tamotsu.- ¿Seguro?
-Sí.- asintió la pelirroja.- Yo sé lo que te digo.
Cuando Tamotsu volvió con las bebidas, le entregó a Lily un refresco de cola, normal, y a Paola le dio uno de dieta.
-Iba a traerle un refresco de dieta, pero la señorita Ozawa me dijo que mejor le trajera uno normal.- explicó Tamotsu.
-Yo le dije que te trajera uno de dieta.- replicó Paola, con tonito de: „ a mí no me vayas a reclamar nada".
-Gracias, así está bien.- sonrió Lily.- No me gusta el refresco de dieta.
-¡Ah!.- Paola se sorprendió.- Ésa no me la sabía...
-Pero la señorita Ozawa sí lo sabía.- dijo Tamotsu.- Qué raro que ella se haya sabido sus gustos...
-¿Cómo no voy a saber lo que le gusta a mi querida primita?.- habló en esos instantes la pelirroja.
-¡Rika!.- gritó Lily, muy feliz, al ver a la chica.- ¡Cuánto de no verte!
-Me sorprendió ver que andabas por aquí.- la pelirroja abrazó a Lily con mucho cariño.- Estaba esperando a ver cuándo te dabas cuenta de mi presencia, pero ya veo que de plano paso desapercibida...
-Es que en serio, no te había visto.- contestó Lily, muy feliz.- ¿Qué andas haciendo por estos rumbos?
-Soy la primera asistente del entrenador.- respondió la chica, feliz.- Y veo que tú estás haciendo tu pasantía en Medicina Deportiva...
-Sí.
-¡Qué pequeño es el mundo!
-Disculpen.- interrumpió Paola, algo molesta.- ¿Alguien me puede decir por qué es que ustedes hablan como si se conocieran de toda la vida?
-Es porque nos conocemos de toda la vida.- Lily sonrió, a manera de disculpa.- Paola, ella es Rika Ozawa, mi prima hermana. Rika, ella es Paola Shinobara, mi amiga y compañera de trabajo.
-Mucho gusto.- sonrió Rika.- Es un placer, doctora Shinobara.
-El gusto es mío.- respondió Paola.- No me habías dicho que tenías una prima japonesa, Lily... Y es más... ¿Cómo es que tu prima hermana es japonesa si tú eres mexicana?
-Mi madre es mexicana.- aclaró Rika.
-Y es la hermana de mi madre.- completó Lily.
-Ya veo... .- Paola al fin sonrió.- Qué pequeño es el mundo...
„Así que no soy la única que encuentra parientes por aquí..." pensó Paola, algo enfurruñada.
En el entrenamiento, Lily y Paola se la pasaron con el doctor Nakata tratando de sacar los miles de datos que requerrían para tener el estado físico de los jugadores. El doctor les repartió a las dos chicas los expedientes de los jugadores por igual. Paola hizo un gesto, difícil de definir, al ver que le había tocado el expediente de Genzo Wakabayashi.
-Te lo cambio.- susurró Lily, al darse cuenta.
-Tómalo.- Paola se lo dio sin protestar.
-Gracias. A cambio, te doy éste.- Lily entregó el expediente y se marchó rápidamente sin darle oportunidad a Paola de decir algo.
Cuando Shinobara se dio cuenta de a quién pertenecía el expediente, se la rayó mentalmente a su amiga. „Ken Wakashimazu", rezaba la carpeta.
-Ésta me la pagas, como tantas que me debes.- gruñó Paola.
Al final del entrenamiento, las chicas se acercaron a los muchachos para entrevistarlos y saber sus datos médicos. Paola inició, por supuesto, con su querido Kazuki. Los dos se pusieron a charlar y a reír tan alegremente que corrieron el riesgo de que una enfurruñada Lily fuera a jalarles las orejas, ya que a ella no le gustaba que en las horas de trabajo Paola jugara y bromeara tanto, aunque la chica no lo hacía tan a menudo.
-Ya no pongas esa cara, Li-chan.- habló Taro, suavemente.- Me vas a poner celoso.
-Lo dices como si a mí me gustara Sorimachi.- gruñó Lily.- Cosa que no es cierta. Es guapo, eso que ni qué, pero no es de mi tipo.
-¿Ah, sí? ¿Y se puede saber cuáles son los de tu tipo?.- Misaki sonrió.
-Si bien que sabes... .- Lily se puso colorada.
-Naaa, yo sé que no soy de tu tipo.- Taro rió.- No sé por qué aceptaste andar conmigo.
-Porque en verdad me gustabas, quizás precisamente porque no eres de mi tipo.- Lily también se rió.
-Ahhh, menos mal que lo reconoces...
-¿Qué cosa, que no eres de mi tipo o que me gustabas?
Taro y Lily rieron alegremente. Genzo los miraba con disimulo.
-¿Y bien? ¿No me vas a preguntar sobre mis antecedentes médicos?.- inquirió Taro.
-Me los sé de sobra.- sonrió Lily.- Recuerda que conozco todo sobre ti. O bueno, casi todo... Al menos hasta antes de que te fueras a Francia...
-Y nunca me vas a perdonar eso, ¿verdad?.- el rostro de Taro se esombreció repentinamente.
-Lo que quizás siempre te reclame es el hecho de que no fuiste sincero desde el inicio.- Lily se entristeció.- Si me hubieras dicho desde un principio que no pensabas quedarte en México por un largo periodo...
-Nunca habrías sido mi novia.- la interrumpió Taro.- Si hubieras sabido la verdad... ¿De todas maneras habrías andado conmigo?
-No.- reconoció Lily.- Ya sabes lo que pienso sobre los amores de lejos.
-Por eso no te dije que me marcharía a Francia.- dijo Taro, triunfal.- Preferí tenerte por un breve tiempo a no tenerte...
-Cursi que eres.- Lily sacó la lengua, para evitar que Taro se diera cuenta de que el comentario la puso colorada.
Genzo seguía mirando a la pareja, muy insistentemente. Ken se dio cuenta de eso.
-¿Están diciendo algo que te interese?.- preguntó Ken, con sorna.
-¿Te importa?.- gruñó Genzo, molesto.
-No me digas que esa chica te gusta...
-Piensa lo que quieras.- Genzo se marchó, ignorando a Ken.
Ken miró a su eterno rival irse y sonrió con cierta malicia.
Después de un buen rato de chismorrear y cotorrear, Lily terminó con la historia médica de Taro, sin darse cuenta de que ella se había comportado exactamente igual que Paola. Después, Lily iba a buscar a Jun Misugi para entrevistarlo también cuando Genzo se cruzó en su camino.
-Shinobara me dijo, de una manera muy poco amable, que es usted quien tiene mi expediente clínico.- le dijo a la joven mexicana.
-Ahhh... Sí... .- Lily se puso muy roja.- Este... ¿Tiene tiempo ahora?
-Por supuesto. Todo el que desee.- Genzo sonrió levemente.
Lily comenzó a entrevistar a Genzo, procurando dominar sus nervios. No sabía por qué el japonés la ponía tan nerviosa... Bueno, si bien que sabía... Genzo Wakabayashi siempre había sido el amor platónico y el ídolo japonés de Lily y era de lo más normal que ella se pusiera nerviosa delante de su presencia. Sin embargo, la chica no se dio cuenta de que Genzo la miraba con más interés de lo acostumbrado... Bueno, en realidad Lily no sabía que a Genzo rara vez le interesaba una chica y por lo tanto no notó el cambio en su forma de ser.
-Me está dando sed. ¿No le apetece tomar algo frío?.- invitó Genzo, al cabo de un largo rato.
-Eh... No gracias.- Lily se negó.
-Vamos. Yo invito.- Genzo sonrió con esa media sonrisa que tanto le fascinaba a Lily y que no podían hacer que ella siguiera negándosele.
-De acuerdo...
Lily y Genzo se dirigieron al comedor del campamento, en donde se encontraron a Paola y a Kazuki charlando. Genzo les lanzó una mirada un tanto extraña, al tiempo que Lily enarcaba una ceja.
-Esa Paola... .- murmuró Lily.- Me pregunto cuándo dejará de andar con ese Sorimachi...
-Conociéndola, nunca.- respondió Genzo, haciendo que Lily se sorprendiera.
-Habla como si la conociera.- Lily miró al joven japonés acusadoramente.
-No... Pero desde que llegaron aquí, así es como se ha comportado.- Genzo trató rápidamente de corregir el error.
-Ah... .- por supuesto, Lily no le creyó pero no dijo nada más.
Al poco rato, llegaron Hyuga, Takeshi y Wakashimazu y se sentaron cerca de Paola y Kazuki. Muy pronto, fue evidente que Shinobara encajó a la perfección con los ex-Toho. Ken miraba de vez en cuando a Lily y a Genzo con malicia.
-¿Qué tanto te llama la atención, Wakashimazu?.- preguntó Hyuga, en voz baja.
-Esa chica, Lily Del Valle.- respondió Ken.- Me parece que le atrae a Wakabayashi.
-¿Y eso qué tiene?
-Que me da una pequeña idea de cómo fastidiarlo... .- murmuró Ken.
Cuando Lily y Genzo decidieron marcharse, éste último miró a Paola, pero ella ni se inmutó. Ken, sin embargo, se levantó y se interpuso en el camino de los jóvenes.
-Doctora Del Valle, quisiera invitarla a salir un día de éstos.- dijo Ken, como si nada.
-¿Qué cosa?.- Lily se sorprendió.
Genzo enarcó las cejas de manera alarmante y Paola se atragantó con el refresco que estaba tomando, mientras que Hyuga, Takeshi y Sorimachi miraban a Ken como si éste se hubiese vuelto loco.
-Sí. ¿No le gusta el cine? Podríamos ir a ver una película.- insistió Ken.
-Gracias, quizás en otra ocasión.- Lily miró al portero karateca con desdén y siguió su camino.
Genzo no lo pudo evitar y soltó una carcajada burlona. Paola los miró a él y a Lily con odio. Los otros tres no dijeron nada, pero Ken ni se inmutó.
-No me daré por vencido, doctora.- dijo.
Pero Lily ni le hizo caso. Genzo salió tras ella.
Paola los miró irse, enfurruñada. Kazuki se dio cuenta de eso.
-¿Qué pasa, mi luna preciosa?.- le preguntó, en voz muy baja.
-Poca cosa... .- murmuró Paola.- Ese infeliz de Genzo...
-¡Ah! Tu querido pri...
-¡Shh!.- Paola le dió un puntapié a Kazuki por debajo de la mesa.- ¡No hables de eso enfrente de todos!
Paola miró a Hyuga, Takeshi y Ken muy preocupada, pero ninguno de los tres se había dado cuenta del suceso, porque tanto Hyuga como Takeshi le preguntaban a Ken el por qué había decidido invitar a salir a Del Valle.
-Ya se los dije.- contestaba Ken, en esos instantes.- Es mi manera de fastidiar... Además de que la chica no está nada mal, dicho sea de paso.
-¿Cuándo va a dejar de vernos como simples trofeos de colección?.- gritó Paola, enojadísima, al tiempo que se levantaba de la mesa.- ¡No somos pedazos de carne o animales de exhibición!
Paola salió enojadísima del comedor, dejando detrás de sí a unos muy sorprendidos ex-Toho.
-¿Y a ésta que le pasa?.- preguntó Hyuga, algo molesto por la reacción de Paola.
-Pareciera que se puso celosa... .- murmuró Takeshi.
-Era de esperarse.- comentó Ken, demasiado satisfecho de sí mismo ¬¬
-Ni siquiera conocen a Paola.- gruñó Kazuki.- Así que no hablen de lo que no saben.
Paola, mientras tanto, iba por todo el campamento echando pestes. No sabía qué era lo que le molestaba tanto, pero sabía que tarde o temprano tendría que hablar con Genzo Wakabayashi, lo quisiera o no.
Lily también iba muy enfurruñada, apretando los puños y murmurando en español, en voz baja. Genzo la seguía un tanto divertido, quizás debido al hecho de la manera tan fiera en como la mexicana le había respondido a Ken.
-Parece que ya tiene un admirador.- comentó Genzo, cuando al fin Lily dejó de refunfuñar.
-¿Cuál?.- Lily encaró a Genzo con una mirada tan fiera que él instintivamente levantó las manos en actitud de defensa.- ¿Ese tipo con facha de lavacoches? (Lily, me las vas a pagar... )
-Supongo que se refiere a Wakashimazu.- Genzo soltó la carcajada.- Pues sí, hablaba de él. Y por lo visto, no le agrada mucho, ¿eh?
-¡Por supuesto que no! ¿Cómo me va a agradar un tipo tan engreído e infeliz?.- Lily hacía grandes aspavientos.- ¡Es inaguantable! ¡Es odioso!
-Ya, entendí el mensaje.- Genzo sonrió.- Aunque mire que no lo culpo por querer intentar algo con usted...
-¿Qué cosa?.- Lily dejó de hacer escándalo y se ruborizó.
-Con una chica tan linda como tú pues... .- Genzo le lanzó una mirada un tanto cuanto sui generis, sin darse cuenta de que había tuteado a la joven.
-Ah...
Ambos se quedaron en silencio. Lily no atinaba a qué decir y Genzo prefirió no agregar nada más para evitar que ella se pusiera muy incómoda y saliera huyendo. En ese momento, Paola los alcanzó. Lily no levantó la mirada, pero Genzo y Paola se miraron fijamente. Ésta le hizo una señal casi imperceptible a Genzo, la cual él captó de inmediato.
-¿Me disculpa, doctora Del Valle?.- inquirió Genzo.- Tengo algunos asuntos pendientes...
-Por supuesto.- musitó Lily, aun avergonzada.- Después continuamos con lo del expediente clínico.
-Eso espero.- Genzo sonrió.- Hasta pronto, doctora Del Valle.
Lily decidió irse a entrevistar a Jun Misugi. Tenía muchos deseos de volver a platicar con él...
Paola esperaba a Genzo apoyada contra un árbol. Cuando él la alcanzó, ella le lanzó una mirada de enojo.
-Me preguntaba por cuánto tiempo más seguirías ignorándome.- comentó él irónico
-Mira que tú tampoco me has hecho mucho caso a mí... .- gruñó Paola.
-Bueno, no quisiera comportarme como un niño, pero fuiste tú quien empezó.
-Pues sí te comportas como un niño, pero qué se le hace...
-Como sea, creo que hay algo de lo que tenemos que hablar.- musitó Genzo.
-Uhm... .- bufó Paola.- ¿Tengo opción?
-No.- respondió Genzo.
-Pues ya qué. Pero no quiero que los demás nos vean charlando. Sobre todo, no quiero que Lily nos vea... .- Paola desvió la mirada y soltó una leve risilla.
-¿Por qué?.- Genzo se sorprendió por esto último.
-Porque ella no sabe la relación que hay entre tú y yo.- Paola se encogió de hombros.- ¿Suficiente motivo?
-Como quieras.- Genzo también se encogió de hombros.- Vamos a mi habitación.
-Si no fuera porque eres lo que eres de mí, te diría que no acepto tales propuestas indecorosas por parte de un hombre.- bromeó Paola, sacando la lengua.
-No cambias, Paolita.- Genzo elevó sus ojos al cielo.
Mucho rato después, Lily terminaba, para su desgracia, la historia clínica del expediente de Jun. Le había agradado mucho el platicar con él, más que nada porque como los dos eran médicos podían hablar el mismo idioma. Y se notaba que a Jun también le agradaba la compañía de Lily, ya que él encontraba a la mexicana muy inteligente y simpática. Sin embargo, alguien llegó a interrumpir tan amena plática, alguien a quien Lily nunca tomó en cuenta dado que no sabía de su existencia...
-¿Misugi-san?.- inquiró una chica pelirroja de cabello largo, muy linda, quien miró a Lily y a Jun con evidente preocupación.- ¿Estás ocupado?
-¡Yayoi!.- Jun miró a la chica, con sorpresa.- Creí que hoy no vendrías...
-Es que... Salí temprano de mis clases y pensé que quizás querrías salir a pasear un rato... .- murmuró la muchacha.
-¡Ah!.- sin saber por qué, Misugi se sintió algo incómodo con la presencia de las dos chicas.- Yayoi, te presento a la doctora Lily Del Valle, una de las nuevas pasantes. Doctora Lily, ella es Yayoi Aoba, una buena amiga de la infancia...
-Mucho gusto.- dijo Yayoi, haciendo una reverencia.
-El gusto es mío.- respondió Lily, sonriendo amablemente.
Cuando ambas chicas se miraron, se cruzó entre ellas una extraña corriente de rechazo. Los ojos negros de Lily parecían decir: „No me digas que eres su novia", mientras que los de Yayoi reclamaban: „¿Acaso estás interesada en él?".
-Bueno... Discúlpeme, doctora Del Valle, me tengo que retirar.- murmuró Jun, cabizbajo.
-No se preocupe, al fin que ya acabamos.- aceptó Lily, algo alicaída.
-Gracias... Nos veremos después... .- se despidió Jun.
-Hasta pronto, doctora, fue un placer conocerla.- Yayoi esbozó una leve sonrisa.
-Igualmente. Hasta pronto.- la sonrisa de despedida de Lily fue más una mueca que otra cosa.
„Bueno, era de esperarse", suspiró Lily, mientras veía a Jun y a Yayoi alejarse. „Un chico así no podía estar soltero y sin compromiso... ". En ese momento, Ken Wakashimazu se había cercado tan sutilmente a ella que Lily se asustó mucho cuando él le habló.
-Perdone que interrumpa sus pensamientos.- dijo Ken, en esos momentos.- Pero me preguntaba cuándo me va a interrogar a mí, doctora.
-¡Ah!.- Lily se sobresaltó.- ¡No me asuste de esa manera!
-¿A poco la asusté? No me diga que estoy tan feo... .- Ken sonrió de manera pícara.
-Pues, le diré... .- gruñó Lily.
-¡Oh, vamos! No sea tan esquiva conmigo, doctora, y dígame de una buena vez cuándo quiere que esté a su disposición para que me interrogue todo lo que quiera.- insistió Ken, de una manera muy coqueta.
-Nunca.- respondió Lily, haciendo una mueca.- Porque a mí no me toca su expediente clínico.
-¿Ah, no? ¿Entonces a quién?
-A Paola.- Lily sonrió, satisfecha.- Será ella quien tenga que lidiar con usted.
-No me diga... Tenía la esperanza de que usted fuera quien me tuviera que „explorar".- Ken soltó una risilla.
Lily lo miró con tanta furia que Ken dejó de sonreír.
-Ya le dije que eso a mí no me toca.- dijo Lily, enérgicamente.- La verdad es que al principio sí tenía yo su expediente pero le pedí a mi compañera que me lo cambiara para no tener que ver su carota. (a Lily... )
Lily se levantó y comenzó a caminar, dejando a Ken con la palabra en la boca. Pero éste no se dio por vencido y salió detrás de Del Valle.
-¿Por qué es así conmigo, doctora?.- insistía Ken, mientras Lily luchaba por perderlo de vista.
-Porque usted me cae verdaderamente muy mal.- respondió Lily, sin pasarle las verdades por agua.
-¿Y eso por qué?
-Porque usted se cree único e inmejorable. Tiene un grave problema de actitud.
-¿Eso piensa usted de mí?
-Sí.
-Pues yo creo que usted tiene un grave problema de percepción.- replicó Ken.- Yo no soy como usted dice que soy...
-¿Ah, no?
-No.
Lily había enfilado rumbo al pequeño cuarto que compartía con Paola, aunque sin querer tomó la otra ruta para llegar a él, la que pasaba por los cuartos de los jugadores. Y, al dar vuelta en uno de los pasillos, Ken y Lily se toparon con una escena que los dejó con la boca abierta... Genzo Wakabayashi salía en esos instantes de sus habitaciones... En compañía de Paola... Obviamente, ni Ken ni Lily tuvieron una buena impresión de esto.
-Aunque tú no lo creas, me alegra que hayamos hablado.- decía Genzo, en esos instantes.- Aunque no lo creas, te extrañé mucho.
-Cómo no.- gruñó Paola fastidiada.- Pero la verdad es que...
-Vaya, vaya, vaya.- los interrumpió Ken.- Miren quién se mueve rápido. Las doctoras apenas y acaban de llegar y tú ya te echaste al plato a una de ellas, Wakabayashi.
Genzo y Paola miraron sorprendidísimos a Lily y a Ken, a quienes obviamente no esperaban encontrarse por ahí.
-Wakashimazu.- murmuró Genzo.- Doctora Del Valle... No es lo que ustedes piensan...
-No tenemos por qué dar explicaciones de lo que hacemos.- replicó Paola.- No es nuestra culpa que sean tan malpensados.
-¡Ja! Ahora me van a decir que no hicieron nada.- se burló Ken.- ¿Desde cuando un hombre y una mujer se encierran solos en una habitación tan solo para platicar?
-Deja ya de decir idioteces, Wakashimazu.- gruñó Genzo, enojado.- No sabes de lo que hablas...
Lily se quedó en estado de shock, sin poder articular palabra. Les lanzó a Genzo y a Paola una mirada de dolor y tristeza y, sin previo aviso, se dio la vuelta y se marchó por donde había llegado.
-¡Doctora Del Valle!.- gritó Genzo. A Paola le sorprendieron tanto el dolor que vio en los ojos de Lily como el tono de preocupación que escuchó en la voz de Genzo.
-Bien hecho, doctora Shinobara.- seguía burlándose Ken.- Ya logró que su compañera pensara lo peor de usted.
-Cállese.- gruñó Paola, al tiempo que empujaba a Ken para ir tras de Lily.
