Capítulo 11.
Por su parte, Paola volvía lentamente hacia el campamento, pensando en cada palabra que Ken le había dicho. Ya estaba entrando al hall principal cuando una voz la hizo sobresaltar.
-¿Se puede saber de dónde vienes?
-¡Oh, genial! –exclamó Paola burlona- Mi guardaespaldas personal
-Te pregunté de dónde vienes –repitió Genzo molesto
-Y yo te respondo QUÉ TE IMPORTA –vocalizó Paola, acercándose desafiante a él- Mejor vé a ver dónde se metió Lily, que por lo pronto es lo que te interesa, ¿no?
-¿A qué te refieres? –preguntó Genzo incómodo
-A que si pensabas convertirte de sapo a príncipe, veo que la cosa no te funcionó –ironizó la prima del portero japonés- ¿Por qué no intentas besando a Lily otra vez?
-No sé de qué hablas –contestó su primo, avergonzado
-Psss, hazte el loco –dijo Paola- Pero bien que sabes a qué me refiero
-Buenas –saludó Ken, entrando, con las manos en los bolsillos
-¿De dónde vienes Wakashimazu? –indagó Genzo curioso, viendo a su prima y a su compañero alternativamente- Tú y Paola llegaron casi pisándose los talones
-¿Estás tratando de decirme algo? –preguntó Ken burlón- No te preocupes, estuve solo y regresé solo
Y sin decir más el karate keeper se fue, no sin antes dedicarle a Paola una mirada de "¿ves a lo que me refiero?". Como Genzo no quería que Paola acabe "en la habitación equivocada", se fue con ella hasta la puerta de su dormitorio.
-Si querías ver a Lily en paños menores no tenías que ponerme de excusa –se burló Paola
-Muy graciosita –contestó Genzo enojado y relativamente sonrojado, lo que provocó más la burla de su prima- Lily anda ocupada en el comedor con Jun, así que no te preocupes
-¿Ah sí? ¿Y cómo sabes tú eso? No me digas que la andas espiando...
-Mira Paola, deja tus ideas tontas, ¿estamos? –amenazó Genzo acercándose a su prima
-Estamos, ¡y no me llames tonta! –contestó Paola molesta, colocándose a centímetros del rostro del SGGK (ja, qué apodo tonto ¬¬)
-Je, hola –saludó tímidamente Lily, sorprendida de ver a los dos Wakabayashi, sobre todo "al" Wakabayashi XD
-Lily... –musitó Genzo asombrado
-Ah, hola Lily –saludó Paola, sonriendo maliciosamente- Aquí mi primo me vino acompañando, porque dice que quiere saber de qué color son tus chones :D
-¡Paola! –la regañó Genzo apenado, mientras Lily se ponía como tomate
-¡Qué! –contestó Paola sonriendo- ¿Acaso no querías entrar a verla en paños menores? Acuérdate lo que me dijiste "como Jun ya tuvo el gusto, ahora me toca a mi", jaja
-¡Paola! –la regañaron simultáneamente sus acompañantes
-Eres una niñita inmadura –siguió riñéndola Genzo
-Bah, si verde no estoy –aclaró Paola aburrida- Lo de mis ojos es otra cosa, se llama "genética"
-Eh, buenas noches –se despidió Lily, entrando rápidamente a su habitación
-¿Ves lo que hiciste? –regañó Paola a su primo- La espantaste, como espantas a todas las mujeres
-Será mejor que controles tu lengua –le advirtió Genzo- Y será mejor que te alejes de Wakashimazu, no te conviene
-Déjame a mi decidir lo que me conviene, y sobre mi lengua –siguió Paola, sacándole la lengua- Ahí te la dedico...
Y así, dándole un portazo en plena cara, Paola entró en su habitación, donde una avergonzada y enojada Lily se puso a darle de almohadazos por ponerla en evidencia de esa manera con el portero japonés.
-¡¡Te pasaste! Cómo pudiste
-Ok, ok, reconozco mis culpas –dijo Paola, protegiéndose con un mullido almohadón de los golpes que le propinaba su amiga- Pero no lo pude evitar
-No fue justo –concluyó Lily entristecida, sentándose en su cama
-Lo siento, pero Genzo me saca de mis casillas –admitió Paola- Pero bueno, dejemos eso a un lado, ¿quieres que te cuente algo que Ken me propuso?
-¡Qué te propuso ése indecente! –exclamó Lily molesta, imaginando lo peor
-Relajadita my friend, relajadita –le pidió su amiga ofendida- No es lo que tu cochambrosa mente piensa
-¿Entonces?
-Primero: ya sabe que Genzo es mi primo –contó Paola desanimada
-¡Qué! –gritó Lily estupefacta
-Ahá, la misma reacción tuve yo –comentó Paola- Y ahora dice que como ambos lo detestamos sería buena idea aliarnos para fastidiarlo más
-No entiendo...
-Quiere que finja que soy su novia para tener a Genzo de una
-Es absurdo, tú no detestas a Genzo ¿verdad? Es tu primo –aclaró Lily inocente
-Eres bruta o te haces –contestó su amiga- ¿No te diste cuenta que Genzo y yo no podemos vernos ni en foto?
-No exageres ¡y no me llames bruta!
-Es que lo pareces, juntarte mucho con mi primo tiene sus consecuencias...
-Ay, mejor sigue con lo que estabas contándome
-Bueno, y eso, me propuso eso ¿puedes creerlo?
-Obviamente tú no aceptaste
-No...por ahora
-Cómo que por ahora –se alarmó Lily- ¡No puedes aceptar algo así!
-¿Y por qué no? Sería muy divertido –dijo Paola sonriendo con malicia
-Paola, no puedes fingir ser la novia de nadie –le advirtió la mexicana- No juegues con fuego, te puedes quemar
-Lily, ¡vive la vida loca! Vé por la vida besando Genzos si quieres, y a mi déjame hacer las bromas que quiera
-Paola...
-Cálmate, ya le dije que no
-Espero que así te mantengas, porque como te conozco sé que cambias de parecer como cambia de fases la luna
-Ah, ah, esta vez no
-Eso espero –concluyó Lily, bostezando- Mejor vayamos a dormir que mañana tenemos mucho trabajo
-Bueno, hasta mañana –se despidió Paola, echándose boca arriba sobre su cama, sin siquiera ponerse el pijama
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Al día siguiente, como era sábado (no me culpes si no me acuerdo el orden de los días y me da flojera revisarlo todo para saberlo ;P), tendrían que trabajar desde la mañana con los de la selección. Lily estaba con el doctor Nakata viendo el entrenamiento de los muchachos, mientras Paola se quedó en la enfermería a terminar unos cuantos reportes que le faltaban, para variar uno de ellos era el de Ken. Los visitantes de Kojiro también estaban observando el entrenamiento, uno de ellos con una tremenda jaqueca, por lo que se excusó con su amigo y se fue en busca de un analgésico. Al fin dio con la enfermería y entró, encontrando sólo a una muchacha, que estaba parada frente a uno de los estantes, dándole la espalda ordenando unas hojas.
-Eh...buenos días –saludó el joven, mirándola con curiosidad- ¿Podría darme un analgésico por favor?
-Claro, claro, sáquelo del estante de allá –señaló con una mano, ya que tenía varias hojas en sus brazos a punto de caer
-¿Quiere que la ayude? –preguntó el muchacho, sacando la tableta
-No gracias, yo me arreglo sola –respondió Paola aun sin voltear, pero las hojas se le cayeron y tuvo que agacharse a recogerlas- Si quiere agua tómela de la jarra sobre la mesa
El joven así lo hizo, tomó la tableta, agradeció sin dejar de tratar de mirarle el rostro y se dispuso a salir, cuando de pronto escuchó un "¡Ausscheidung!" que lo hizo detenerse sorprendido. Iba a entrar nuevamente, pero su amigo lo encontró y se lo llevó con él. Cuando hubo terminado Paola se fue a reunir con Lily, que veía el entrenamiento muy divertida.
-Babea y babea –comentó burlona- La babosa babea y babea, jaja
-Paola, deja de reírte de mi –le pidió Lily, impaciente
-No, si no me río, admiro tus dotes de grifo en mal estado, jaja
-¿Ya terminaste tus papeleos? –comentó la mexicana, ignorando la burlas de su amiga
-Sí, no sabes lo que me tardé en el archivo de Wakashimazu
-Por qué, ¿no te animabas a guardarlo o querías seguir besándolo? –se burló Lily
-Ja, como si fuera yo a la que le andan dando besitos...
-Señoritas –intervino el doctor Nakata- Espero que hayan concluido con sus quehaceres respecto a la revisión de los muchachos
-Sí señor –contestaron ambas diplomáticamente
-Me alegro mucho, creo entonces que desde ahora el trabajo será más relajado –terminó de decir el galeno, marchándose luego a conversar con Munemasa
Ambas se quedaron viendo lo que restaba del entrenamiento, en silencio, hasta que Paola comenzó a murmurar una canción.
-Jaja, ¿qué estás cantando? –preguntó Lily divertida
-¿Yo? Nada, hoy en la mañana desperté escuchando uno de tus CD's en español, el que por cierto aprendí de a poco por causa tuya –aclaró Paola- Y se me quedó...
-A ver, repítelo –le pidió Lily, quien creyó que había escuchado mal la letra
-No se puede vivir, con tanto hombre bueno -cantó Paola, mirando a los muchachos, fingiendo cara de lujuria
-Jajaja, la canción no va así Paola –la corrigió Lily, recordando la canción de Shakira, "No"
-¿Y qué? Yo la cambié y así me gusta más
El entrenamiento terminó, y al notar que Ken se acercaba, Lily decidió irse con Taro (ay, qué abnegada).
-¿Lo pensaste, Shinobara? –preguntó el muchacho
-No tengo nada que pensar –contestó Paola tajante, poniéndose a caminar
-Oh, vamos, no perderías nada
-Mira Wakashimazu, ya déjame en paz –pidió Paola exasperada, tratando de evadirlo, chocando en el intento con alguien
-Lo siento –se disculparon
-Yo... –trató de decir Paola, pero las palabras se ahogaron en su garganta al ver a quién tenía en frente, persona que no estaba menos sorprendida al reconocerla
-Paola –murmuró él boquiabierto
-Schneider –alcanzó a decir Paola en un hilo de voz
-¿Paola? –trató de llamar su atención Ken, extrañado
-¿Qué haces aquí? –preguntó la muchacha
-Vine de vacaciones –contestó Karl aun sorprendido- ¿Y tú?
-Yo...eso no te importa –contestó agresiva, intentando irse
-Ich war zu Ihnen merkwürdig… (te extrañé)
-Yo no –respondió ella, dolida, deteniéndose- Ich vergaß zu Inen (te olvidé)
-¿Sie vergaßen zu mir? (¿me olvidaste?)
-Sí –confirmó la Wakabayashi- Por cierto, no los presenté: Ken, te presento a Karl Heinz Schneider, un viejo amigo
-Ah, sí, ya lo conocía –contestó Ken de mala gana
-Karl, él es Ken Wakashimazu
-Ya lo conozco –contestó el alemán con fastidio
-Y es mi novio –agregó Paola, tomando inesperadamente la mano de Ken- ¿Nos vamos?
-Claro –contestó Ken, confundido
Y ambos se fueron, seguidos por la mirada del Kaiser. Lily a la distancia había visto el último hecho y no creía lo que veía: a su amiga tomada de la mano con Ken Wakashimazu. Claro que aunque no fueron tan evidentes hubo un segundo que los vio, y que sentía que la sangre le hervía en las venas, porque ya le había advertido a su prima que no aceptaría una relación así.
-¿Se puede saber qué bicho te picó? –le preguntó Ken, cuando estuvieron a una distancia prudencial
-¿No fuiste tú el de la idea de fingir? –le recordó Paola soltando su mano
-Sí, pero eso fue repentino –admitió el muchacho- ¿Por qué lo aceptaste justo en frente del Kaiser, cuando segundos antes me dijiste rotundamente que no?
-Así soy yo –respondió Paola tranquilamente- Ahora que si no quieres seguir con la treta...
-No, espera, al menos así aceptaste
-Menos mal dejaste de insistir con eso
-Paola... –la llamó Karl, que no se había creído el cuento de su noviazgo y había ido tras ellos, encontrándose ya a unos metros de distancia
En cuanto lo vio Paola puso los ojos como platos, miró a uno y otro lado sin saber qué hacer, y sólo atinó a abrazar a Ken y, tomándolo por imprevisto, besarlo en la boca. Al principio para él fue algo confuso, pero poco a poco, de ser inicialmente tosco y fingido, el beso pasó a verse de lo más natural y sincero; dejando a Karl como si le hubieran echado un balde de agua fría.
-Karl, dónde escapas –se burló su amigo acercándose- Es hora de irnos, Kojiro nos consiguió una entrevista con Takagiri para poder agradecerle la cortesía
-Ya voy...
-Vaya –se sorprendió Levin- No sabía que los japoneses gozaban con la ventaja de poder ver a sus novias en el campo de entrenamiento
-¡Ella no es su novia! –aclaró Karl molesto- Ya vámonos
-¿Dije algo malo? –preguntó Levin ofendido
-Nada, ya olvídalo
Los europeos se fueron, dejando a la "feliz" y recién conformada pareja "disfrutando" de su teatrito. De pronto Paola abrió los ojos y se separó de Ken.
-¿Ya se fue? –preguntó mirando a todos lados
-Quién –dijo Ken fastidiado
-Cómo que quién, pues Karl
-Qué tanto te importa ése alemán
-¿Perdón? –se sorprendió Paola- ¿Me estás reclamando? Recuerda que la ideíta de fingir fue tuya
-No sé qué te traes con el Kaiser, pero no me prestaré a tu juego
-Oh, claro que lo harás –aclaró la joven- Porque yo acepté entrar en el tuyo
-¿Y por eso fue el beso?
-Eh...ah... –dudó Paola avergonzada, cayendo recién en cuenta por lo que acababa de hacer- Fue una prueba de lo que estás dispuesto a hacer
-Mira Wakabayashi, será mejor que juegues limpio
-Lo haré si nos conviene a ambos –contestó Paola- Ahora me voy que tengo que ir al hospital
Y casi escapando Paola se fue a paso rápido de allí, seguida por la mirada extrañada de Ken. Buscó a Lily y la encontró charlando amenamente con Taro, y sin darle tiempo a despedirse, la jaló de un brazo y se la llevó. Lily protestó y se fue arrastrada por ella, hasta su habitación.
-¿Y ahora a ti qué bicho te picó? –se quejó la mexicana
-Acabo de aceptar –contó Paola de mala gana
-¿Aceptar qué?
-Ser novia de Wakashimazu...
Si Paola esperaba un grito de horror, el grito no vino, porque su amiga quedó en conmoción tal que se quedó paralizada, con la boca abierta.
-¿No piensas decir nada? –preguntó Paola curiosa, y Lily sólo atinó a girar los ojos hacia ella- ¡Habla ya!
-¡¡ESTÁS LOCA O QUÉ! –dijo al fin Lily- Si alguien se entera estás fuera del campamento ¿no lo entiendes?
-Pero no todos tienen que enterarse –dijo Paola tranquilamente- El detalle es que sólo Genzo se entere
-Otra vez con eso
-Ahá, y tú, mi amiga, se lo contarás...
-¡Qué! Ah no, no Paola, a mi déjame fuera de tus líos familiares –pidió Lily exasperada- Además no estoy de acuerdo que le hagas eso a tu primo
-¿Y a ti qué te importa las rabietas que haga el sonso de Genzo? Es divertido...
-Genzo no es sonso –aclaró Lily indignada- Y por otra parte, ya te lo advertí, no juegues con fuego
-Ja, no te preocupes –respondió Paola con cierta tristeza- Ya aprendí sobre el tema "amor"
-¿Por qué el tonito? –preguntó Lily curiosa- ¿Hay algo que debería saber?
-No, no te preocupes –contestó su amiga- Y por cierto, ¡hoy te invito a ponernos hasta las chanclas!
-¿Perdón?
-¡Hoy tenemos que salir a divertirnos después de una semana pesada! –exclamó Paola, exagerando
-Psss, ¿y desde cuándo? –dijo Lily asombrada- Si a ti no te gustan esas cosas, además no tomas...
-Pero algún día tengo que aprender ¿no?
-Paola, ¿te pasa algo? Noto tu alegría desmedida y fingida, ¿qué te pasa?
-Mira Lily –comenzó Paola, abrazando a su amiga por un hombro- Cuando dejas el pasado atrás y un día te lo vuelves a topar y no puedes evitarlo, hay que tratar de olvidar por un rato que nuevamente está allí
-¿Qué? No te entendí nada, ¿a qué te refieres?
-A nada, no te preocupes –le pidió Paola sonriendo- Ahora vamos a comer que tengo mucha hambre
Lily pensó que a Paola le hacía falta una lobectomía (o sea, una resección de una parte del cerebro), pero se encogió de hombros. Ya estaba acostumbrada a que su amigocha se comportara de esa manera. En el comedor, como siempre, se encontraba media selección japonesa, los que importan para esta historia son Genzo, Taro, Jun, Hikaru y Kazuki, entre otros. Paola inmediatamente se fue con Kazuki, para variar, para ponerse a chismorrear con él como toda la vida. La malvada lo había hecho a propósito para dejar a Lily con el predicamento de sentarse sola fingiendo ignorar a Genzo o atreverse a acercarse a uno de los demás. Sobra decir que Taro acudió al rescate de la pobre chica, quien miraba su bandeja de comida como si quisiera ahogarse en el plato de la sopa.
-Mendiga Paola, ésta me las paga.- gruñó Lily, cuando Taro le quitó la bandeja de las manos y la invitó a sentarse con Genzo, Jun y Hikaru.
-¿Por qué refunfuñas?.- inquirió Taro, al tiempo que hacía espacio para que Lily se sentara entre ella y Jun. Genzo quedaba justo en frente.
Lily miró fugazmente a Genzo, quien la miraba con disimulo. Ella se puso rojísima y creyó ver que él esbozaba una sonrisa malévola. Lily se indignó y se sentó en el sitio que Taro había reservado.
-¿Te pasa algo, Lily-chan?.- inquirió Jun, con ternura.- Estás algo colorada...
-¿Algo colorada? Si la gorra de Genzo se ve blanca a un lado de ella.- Taro soltó una risilla.
-Es que hace calor.- Lily le dio un pisotón fuerte a Taro.
-¡Ouch!.- se quejó Taro.
-No te pases de infeliz.- murmuró Lily, en español, un idioma que, afortunadamente, solo Lily y Misaki entendían.
-¿Por qué?.- preguntó Taro, sorprendido, en el mismo idioma.
-Siempre me ha fastidiado que la gente hable en un idioma que no entiendo.- interrumpió Genzo, de lo más antipático.
-¿Sí? Y a mí siempre me ha fastidiado que los hombres vayan por ahí besando gente, sintiéndose los casanovas.- Lily le lanzó a Genzo una de sus típicas miradas fulminantes.
Momentáneamente se sintió una fuerte descarga de energía en la mirada que sostuvieron Lily y Genzo, tan fuerte que Jun, Hikaru y Taro casi se levantan de la mesa.
-¿Qué tal salieron los reportes médicos, doctora Lily?.- preguntó Jun, queriendo poner algo de orden.
-Todos salieron muy bien, por supuesto.- sonrió ella, cortando la energía abruptamente.- Aunque unos mejor que otros...
-¿Ah, sí? ¿Quién salió mejor?.- preguntó Taro, poniendo su carita de niño bueno.
-¡Juas! Esperas que diga que tú fuiste uno de ellos, ¿no?.- bufó Lily, enseñándole la lengua a Taro.- Pues te vas a quedar con las ganas...
-¡Malvada! No te apiadas de mis sentimientos.- Taro fingió sentirse triste.
-Jajaja, solo dice la verdad.- rió Hikaru.
-La verdad es que Misugi fue uno de los que más me sorprendió.- se sinceró Lily.- Está en perfectas condiciones de salud, ni pareciera que lo operaron del corazón hace apenas unos cuantos años...
-¿De verdad me viste tan bien?.- se sorprendió Jun.- Me da gusto.
-Sí.- Lily se puso rojísima, ya que interpretó el comentario de Jun en el otro sentido XD.
-¡Oye! ¡Si vas a coquetearle a Lily-chan hazlo cuando yo no esté presente!.- se quejó Taro.- ¡No me rompan el corazón!
-Uhm... .- gruñó Genzo, cada vez más enojado.
-Bueno, ¿pues a ti que te pasa?.- preguntó Hikaru, a quemarropa.- Pareces un toro, bufando y dando golpes contra el piso.
-Con permiso.- Genzo se levantó de la mesa, sin mirar a nadie.- Los veré en el entrenamiento.
-¿Y a éste que le pasa?.- Hikaru no entendía nada.
-Quizás esté enojado con su prima.- replicó Lily, mirando fugazmente a Paola.
-¿Cuál prima?.- inquirieron Jun y Hikaru al mismo tiempo.
-Una loca que anda por ahí causando caos.- suspiró Lily.- Y a la que por cierto, le gustan los lavacoches XD.
-¿Los lavacoches?.- esta vez ni Taro entendió.
-Yo me entiendo.- sonrió Lily.
Lily comió más a gusto, una vez que Genzo se hubo marchado. No le gustaba el tener que fingir que nada había pasado entre ellos. Taro siguió bromeando e intentando que Lily lo apapachara, cosa que ella hubiera hecho más seguido si no hubiera sido porque Jun estaba a un lado suyo... Hikaru volteaba de vez en cuando hacia en donde estaba Paola; en una ocasión, la mirada de Hikaru coincidió con la de Shinobara, lo que hizo que ésta se atragantara con la sopa. Lily no pudo evitarlo y se soltó a reír a carcajadas.
-¿De qué te ríes?.- quiso saber Taro.
-De nada.- respondió Lily.- Gracias por permitirme acompañarlos, debo retirarme.
-¿Irás a alguna parte en particular?.- quiso saber Taro.- Para ir contigo.
-No, solo iré por ahí.- Lily se encogió de hombros.
-Quizás ella no tenga nada que hacer, pero tú sí.- replicó Jun, ácidamente.- Tenemos entrenamiento extra...
-Lo había olvidado.- suspiró Taro.- Bueno, ni modo...
-No te quejes, que ahí estará Ozawa.- sonrió Hikaru, divertido.
-¿Y eso qué?.- Taro se puso algo rojo.
-¡Ah! ¿No me digas que te gusta mi prima?.- Lily fingió enojarse.- ¡Me voy a poner celosa!
-¡Eso no es verdad! ¡Lily, tú sabes que eres la única!.- gritó Taro, en una exclamación teatral.
-Sí, como no.- Lily le mostró al lengua, al tiempo que se marchaba del comedor.
Lily recordó de pronto que su prima, Rika Ozawa, también trabajaba en el campamento, como asistente del entrenador. Lily había estado tan ocupada que no había tenido tiempo para ir a visitarla, y muy seguramente a Rika le había pasado lo mismo. A diferencia de los primos Wakabayashi, Lily y Rika se llevaban muy bien, solo que muy pocas veces tenían tiempo para verse.
"Quizás deba ir a verla, ahora que tengo tiempo", pensó Lily. "Me pregunto si también tendrá una habitación especial para ella... Caramba, llevamos aquí quién sabe cuanto tiempo y ni siquiera de eso estoy enterada... ".
Lily comenzó a caminar hacia el área de entrenamiento. Quizás ahí se encontraría a Rika. Justamente llegó al campo cuando el entrenamiento comenzaba. Lily divisó a Rika, quien se encontraba algo ocupada con unas anotaciones, por lo que decidió no molestarla. Aprovechó para sentarse en las gradas y observar el entrenamiento. Sentados a pocos lugares de ella se encontraban un alemán y un sueco, quienes no dejaban de mirarla de reojo, sobre todo el sueco, quien encontraba a la chica particularmente atractiva. Lily se dio cuenta y también observó a los jóvenes de reojo. Lily los reconoció como los jóvenes que ella y Jun se habían encontrado la noche anterior.
-Disculpe, señorita.- habló el joven sueco.- ¿Me podría dar la hora?
-¿Ya se te descompuso el reloj o qué, Levin?.- preguntó el alemán, divertido.
-Cállate, Schneider.- gruñó Levin.
-Son las tres y media.- Lily trataba de no reírse, ya que había escuchado los comentarios.
-Muchas gracias. Disculpe el atrevimiento pero... ¿Es usted reportera, asistente técnico o fan?.- quiso saber el sueco.
-Ninguna de las tres.- sonrió Lily.- Soy médico pasante.
-¡Vaya! ¿Es usted doctora?.- se sorprendió el sueco.- No sabía que hubiese doctoras tan lindas...
Lily se ruborizó levemente. El sueco era realmente atractivo...
-Gracias.- dijo ella, avergonzada.- ¿Se puede saber quiénes son ustedes?
-Yo soy Stefan Levin.- se presentó el sueco.- Y éste baboso es Karl Heinz Scheider.
-Yo puedo presentarme solo.- bufó Karl.- Muchas gracias.
-Mucho gusto. Soy Lily Del Valle.- sonrió la mexicana.
-El gusto es todo mío... .- Levin se levantó de su asiento y fue a sentarse junto a Lily.- Y dígame, doctora, ¿qué hace una joven tan linda en un campamento de hombres?
Schneider bufó. Nunca había visto a Levin comportarse así con una chica... Era una muy mala señal... Desde el campo de entrenamiento, Genzo les lanzaba miradas fúricas a los jóvenes. Taro lo notó pero no dijo nada, se limitaba a sonreírse por lo bajo. Lily y Levin charlaban animadamente de mil y una cosas, nada de las cuales se relacionaba con el sóccer. Casi al final del entrenamiento, Schneider dijo que quería marcharse. Levin se resignó a irse con él, no sin antes prometerle a Lily que se verían a la hora de la cena. Lily aprovechó entonces para bajar a saludar a su prima, quien ya se encontraba más desocupada. Se pusieron a platicar lo que quedaba del entrenamiento sobre los hombres y sobre la fortuna que era el trabajar en un sitio en donde había tanto hombre bueno, como decía Paola.
-Bueno, debo poner en orden mis anotaciones.- dijo Rika, cuando el entrenamiento concluyó.- Pero quizás podamos vernos en la cena...
-¿Cenas? ¿En serio?.- se burló Lily.- ¡Pero si nunca te he visto en el comedor, a ninguna hora!
-¡Ah! Es que yo como muy temprano y tú llegas muy tarde.- sonrió Rika.- ¿Entonces te veo más al rato?
-Uh, esta noche no podré.- Lily recordó la promesa que le hizo a Levin.- Ya quedé de cenar con alguien...
-¡No me digas!.- Rika soltó la carcajada.- ¿A poco petit Lily, la tímida con los hombres, tiene una cita?
-No es una cita.- Lily se puso coloradísima.- Además, ¿quién te dijo que es con un hombre?
-¡Ja! ¿Cómo no lo voy a pensar? ¿Te recuerdo en dónde estamos?.- Rika señaló con su mano el campo, plagado de hombres buenos y atractivos.
-Bueno, ya.- Lily estaba avergonzada.- ¿Te puedo ver en otro lugar?
-Quizás después de la cena, entonces.- aceptó Rika.- En el cuartito que comparto con Youko Katagiri.
-Ok. Allí estaré.
-A menos que te entretengas en tu cita...
-Cállate.
Lily se despidió de su prima y se marchó feliz. Sin embargo, poco antes de llegar al cuarto que compartía con la loca de Paola, se encontró a Genzo, quien la esperaba recargado contra un árbol. Lily quiso irse de largo e ignorarlo, pero él no se dejó.
-Otra vez ya andas de devorahombres.- comentó Genzo, cuando Lily pasó junto a él.
-¿Perdón?.- Lily se detuvo.
-Sí. Te vi platicando con Levin en el entrenamiento.- Genzo no se veía muy feliz.
-¿Me estaba espiando?.- Lily se indignó.
-No es espiar cuando andas de resbalosa enfrente de todo el mundo.- replicó Genzo, agriamente.
-Otra vez con lo mismo. ¿A usted qué le importa?.- replicó Lily, enojada.- Además, usted no es mejor si se la pasa besando a cuanta chica se le pone enfrente...
-No he besado a Paola.- replicó Genzo, con cinismo.
-Si será... .- Lily se aguantó el insulto.
-¿De todas maneras, qué pretendes?.- interrogó Genzo.- ¿Qué ganas con darles esperanza a tantos hombres? ¿Te gusta jugar con ellos o deseas mantener encendidas todas las velas que puedas?
-¿Y usted que pretende interrogándome sobre eso? No tiene ningún derecho.- Lily apretaba los puños, realmente comenzaba a enojarse.
-Yo pregunto lo que se me pegue la gana.- replicó Genzo, groseramente.
-¿Y qué derecho cree tener para hacer eso?
-El derecho que me doy cuando una chica me gusta.- respondió Genzo, muy serio.
Lily prefirió ignorar el comentario.
-Pues mucho gusto.- replicó.- Si eso le funciona con otras, no le funcionará conmigo. Le recuerdo que, aunque usted crea que yo soy una resbalosa, no tiene ningún derecho a besarme a la fuerza.
-Pues yo no vi que te desagradara en lo más mínimo.- Genzo sonrió por primera vez, con picardía.
-Cállese. Nadie le preguntó.- Lily volvió a ponerse colorada.
-Eso me hizo pensar que, aunque andes de coqueta con Misugi y Levin, creo que soy yo el que te gusta.- Genzo sonrió maliciosamente.
-¡Ja! ¿Eso cree? Pues está equivocado.- gruñó Lily, echando chispas por los ojos.- Déjeme recordarle que Misugi y Levin no son los únicos.
-¿Qué quieres decir con eso?
-También está Taro.- Lily sonrió con maldad.- Y con él no sería capaz de jugar.
Genzo se puso muy, muy serio. Sabía que Taro Misaki era su rival más fuerte...
-¿Quieres decir que aun sientes algo por él?.- preguntó, en voz baja.
-Interpreta mi silencio.- dijo Lily, mirándolo triunfal
Ella se dio la vuelta y se marchó, gozando de su victoria momentánea. Genzo ni tuvo ganas de seguirla.
