Capítulo 12.
Paola estaba en el cuarto, tumbada sobre su cama.
-Te acepto la invitación de ponernos pedas.- le dijo Lily, sorprendiéndola.- Pero que sea mañana por la noche.
-¿Segura?.- preguntó Paola.
-Claro. Al cien por ciento.- Lily se acostó sobre su cama también.- ¿Sabes? Por primera vez estoy de acuerdo contigo: tu primo es un idiota.
-¡Vaya!.- Paola se levantó de su cama de un brinco.- ¡No puede ser! Lily, ¿en serio eres tú? ¿No tendrás fiebre? A ver, ¿quién eres y en dónde dejaste a Lily?
-Deja de ser tan mensa.- bufó Lily.- Lo dije porque acabo de hablar con él y me parece que se toma libertades que no le corresponden...
-¿Por qué lo dices?
-Por nada importante.- Lily suspiró.
-¿Le dijiste que Ken y yo somos novios?
-O sea, ¿qué crees que nada más tengo eso en la cabeza o qué?.- gruñó Lily.- Claro que no le dije, pero luego lo haré. Y créeme que me dará mucho gusto. Por cierto, cambiando el tema, hoy conocí en el entrenamiento a dos extranjeros muy guapos. Uno de ellos se llama Stefan Levin y es sueco, y el otro dijo llamarse Karl Heinz Schneider y es alemán.
-¿Qué cosa?.- Paola volvió a dar un brinco.
-Sí. Creo que andan de visita o algo así.- Lily se encogió de hombros.- Por cierto que me llevé muy bien con uno de ellos, me la pasé platicando casi todo el entrenamiento...
-¿Con cuál de los dos hablaste?.- exigió saber Paola.- ¿Con Schneider?
-No, con Levin.- respondió Lily.- ¿Por qué? ¿Eso importa?
-Ya no.- replicó Paola, tumbándose nuevamente en la cama.
Lily ya no dijo nada. Recordó que esa noche se vería con Levin en el comedor. Le daría mucho gusto el cenar con él ante la mirada de Genzo...
-Démonos prisa para cenar, que esta noche tengo turno.- dijo Paola, bufando.
-Yo también tengo turno, ¿lo olvidas?.- protestó Lily.- Además, tú nada más piensas en comer…
PAUSA: Oye, Tsuki, ya se me olvidó si Paola y Lily estaban en el mismo equipo de guardia P.
-¡Eso no es cierto!
-¿Qué no? En la tarde te urgía que fuésemos al comedor y ahorita estás igual…
-¡Porque tenemos turno al rato, babosa!
-Babosa tu cola… .- dijo Lily.
-¡Lily!
-… ción… .- completó Del Valle.
-Chistosa…
Paola le puso un brazo en el hombro a su amiga y se dirigió con ella al comedor. Ahí se encontraban los mismos de toda la vida (jaja, ¿se han fijado que Paola y Lily se la han pasado la mitad del fic en el comedor?). Allí, Lily inmediatamente se fugó con Levin, quien ya la estaba esperando. Paola se la rayó en el primer instante, pero después sonrió levemente.
-Esta mujercita ya se está volviendo más abusada.- dijo, para sí.- Al principio era un ratoncillo tímido y ahora se va detrás del primer chico guapo que ve…
-Maldita costumbre que tiene.- gruñó Genzo, detrás de Paola.
-¿Quién? ¿Tú, de espiar a las personas?.- replicó Paola, enojada y algo asustada.
-No. Tu amiguita por irse con todos los hombres del campamento.- gruñó Genzo.
-¡Ja! A ti lo que te cala es que no se vaya detrás de ti.- se burló Paola, con una carcajada.
-Eso no es cierto.- Genzo se puso algo rojo, cosa que hizo reír aun más a Paola.
-¿Qué no? Si hasta te va a salir humito de las orejas del coraje… .- Paola no podía dejar de reírse, más porque Genzo no les quitaba los ojos de encima a Lily y a Levin.
-Cállate.- gruñó Genzo.
-Por cierto.. ¿Has visto a Ken?.- preguntó Paola, provocativamente.
-¿A quién?.- Genzo se distrajo y miró a su prima.
-A Ken. Wakashimazu. Tu compañero de equipo y rival…
-Ah. ¿Desde cuando lo llamas por su nombre de pila?.- exigió saber Genzo.
-Desde ayer, creo.- respondió Paola.
-¿Y eso a qué se debe?
-Es mi secreto… Mejor dicho, nuestro secreto.- habló enigmáticamente Paola.
-¿Tuyo y de Wakashimazu?.- quiso saber Genzo.
-Sí. En fin. ¿Sabes en dónde está o no?
-Se quedó practicando tiempo extra en el gimnasio.- contestó Genzo, volviendo a fijar su atención en Lily y Levin, no sin antes lanzarle a Paola una mirada de desacuerdo.- Al igual que Sorimachi, Matsuyama y Misaki.
-¿Significa que tendré que comer sola?.- se quejó Paola.
-Significa que tendrás que comer conmigo.- bufó Genzo.- Menos mal que Misaki no está o no le gustaría ver a Lily con Levin…
-Ya deja eso. Al que le molesta verlos juntos es a ti.- refunfuñó Paola, por tener que comer con su primo.- Es más, ¿por qué tengo que comer contigo, si te detesto?
-Porque somos familia.- replicó Genzo, callando las protestas de Paola.
-Bu.- bufó ella.
Para Lily fue algo de lo más divertido ver a Paola y a Genzo cenando juntos. La chica Wakabayashi tenía un gesto de fuchi permanente, mientras que Genzo se notaba bastante enojado…
-¿Qué te divierte tanto?.- le preguntó Levin a Lily, cuando notó que por cuarta vez miraba hacia donde estaban Paola y Genzo y soltaba una risilla.
-Ver a esos dos comiendo juntos.- Lily señaló a Paola y a Genzo.- Es que son primos pero no se aguantan…
-Ahhh... ¿No es ella la amiga de Schneider?.- inquirió Levin.
-¿Quién? ¿Paola?
-Pues no sé como se llama… Solo sé que hace rato Schneider y yo nos la encontramos con el otro portero del equipo japonés, dándose un beso, y eso puso fúrico a Schneider.- aclaró Levin.
-¿QUÉ COSA?.- Lily casi se atraganta con el té que estaba tomando.
-Sí. Creo que ella mencionó que ese portero era su novio… .- continuó Levin.- Lo que no entiendo es por qué Schneider se molestó tanto con eso…
Lily caviló por unos instantes. "Mendiga Paola. Otra vez me ocultó información". Aunque, bueno, lo que le acababa de decir Levin explicaría la loca idea de Paola de ponerse peda… Al poco rato, Lily se levantó de su asiento.
-¿Te vas tan pronto?.- preguntó Levin.
-Sí. Es que tengo turno en el hospital y antes le prometí a mi prima que iría a verla.- explicó Lily.
-Ya veo. Quizás te vea mañana entonces… .- sugirió Levin.
-Claro.- Lily sonrió.
-O quizás prefieras que te acompañe hoy al hospital… .- Levin sonrió levemente.
En ese momento, Genzo se levantó para dejar la bandeja de Paola y la de él, pasando muy cerca de en donde estaban Lily y Levin. Ella notó que Genzo los miraba de reojo.
-Claro, Levin.- dijo Lily, en voz lo suficientemente alta como para que Genzo la escuchara.- Puedes llevarme al hospital hoy por la noche.
-De acuerdo.- sonrió Levin.
Genzo miró a Levin con odio y a Lily le dirigió una mirada de desacuerdo. Ella volvió a sonreír con triunfo. Paola estaba tan enojada por haber tenido que cenar con Genzo que ni cuenta se dio, o se hubiera vuelto a reír a carcajadas. Genzo salió refunfuñando del comedor, haciendo que Lily soltara una risilla de gusto.
-Me paso de desgraciada.- murmuró, en español.
-¿Perdón?.- inquirió Levin.
-Nada.- respondió Lily.- ¿Te veo entonces a la entrada del campamento en digamos, una hora?
-De acuerdo.- aceptó Levin.
Lily se marchó, no sin antes decirle a Paola que iría a visitar a Rika. Lily se dirigió hacia el sitio en donde Rika le dijo que estaba la habitación que ella compartía con Youko Katagiri. Una vez allí, tocó a la puerta y una chica de cabello corto y ojos color miel la dejó pasar. Lily recordó haberla visto unas cuantas veces en el campamento, y supuso que se trataba de Youko. Rika apareció después e hizo las correspondientes presentaciones. Pronto, las tres chicas comenzaron a charlar de varias cosas, entre ellas, de hombres. Durante algún momento, Youko hizo algún comentario comprometedor sobre Rika y con respecto a Taro, algo así como de que Rika tenía la costumbre de fijarse en hombres como él, cosa que Lily notó.
-A ver.- dijo Lily.- ¿Qué significó eso?
-Nada.- contestó Rika, coloradísima, al tiempo que le daba un empujón a Youko, por habladora.
-O sea, ¿te gusta Taro?.- inquirió Lily, a quemarropa.
-No quise decir eso… .- protestó Rika, más colorada aún.
-No, tú no quisiste decir eso, pero Youko sí.- señaló Lily.
Rika no dijo nada más, y Lily no pudo sacarle otra cosa ni a ella ni a Youko, aunque ni falta le hacía. Al poco rato, Lily se despidió para irse a preparar para su guardia. Paola ya no estaba, quizás se había marchado temprano o tal vez estaba con Ken… Como sea, Lily se reunió con Levin y éste la llevó al hospital en el lujoso coche deportivo que había rentado. Taro los miró marcharse, de lejos, y suspiró. Tal parecía ser que Lily en verdad ya no lo veía a éste como algo más que un buen amigo… Ya en el hospital, Lily y Levin se despidieron de beso en la mejilla. Después, Lily buscó a Paola por todas partes pero no la localizó. La encontró después, en el cuarto de médicos, platicando con Nanito.
-Qué bueno que ya llegaste, Lily.- sonrió Nanito.- Ya podemos empezar la visita.
-Perdón por la tardanza.- se disculpó la chica.- Se me hizo un poco tarde…
Paola soltó una risilla de burla, Lily la ignoró. Nanito y sus dos pasantes comenzaron a realizar la visita. Había una señora hospitalizada por una fractura de húmero (del brazo pues). Nanito comenzó la explicación y empezó por preguntarle a Paola.
-A ver, doctora Shinobara.- dijo.- Dígame por favor en dónde se encuentra la lesión de la señora Naoko.
-Tiene una fractura de fémur.- respondió Paola, más nerviosa que un pavo en el día de Navidad.- Se le puso un vendaje de Jones para disminuir el edema y…
Lily soltó una carcajada, sin poder contenerse. Paola, de los nervios, había dicho una barbaridad.
-¿Fractura de fémur?.- inquirió Nanito, sorprendido.
-Sí.- repitió Paola, sin darse cuenta de su error.
-¿De fémur? ¿Qué no el fémur está en el muslo o ya me lo cambiaron al brazo?.- insistió Nanito.
-¡Ahhh, síiii! Perdón, perdón, quise decir que tiene una fractura de húmero y… .- Paola se puso coloradísima a más no poder.
Lily no podía dejar de reírse, cosa que era muy poco profesional delante de la paciente, por lo que se alejó en busca de un poco de agua. Las lágrimas corrían por su mejillas mientras tomaba un poco de agua del garrafón. Lily vio salir del cuarto de médicos al cirujano del turno vespertino, el Dr. Martínez. Dicho doctor siempre había sido el amor platónico de Lily. Ella se sorprendió de que él aun estuviera en el hospital, ya que su turno había concluido un par de horas antes.
-¡Doctor Martínez!.- exclamó Lily.- ¿Qué hace usted aquí?
-Hola. Vine a despedirme de todos, Lily.- sonrió el doctor.
-¿Por qué?.- Lily se sorprendió.
-Porque me regreso a México.- respondió el doctor.- Por fin aceptaron mi cambio.
El doctor Martínez era un cirujano mexicano que había ido a Japón a hacer una subespecialidad. Se quedó tanto tiempo trabajando ahí que le dieron un buen puesto de trabajo, pero el doctor se había cansado de estar tan lejos del terruño que decidió meter su cambio a México. Lily sabía todo esto, pero había pasado tanto tiempo desde que se había solicitado el cambio que ya se le había olvidado…
-¿Cuándo se marcha, doctor?.- inquirió Lily, con voz trémula.
-En dos días sale mi vuelo.- respondió el doctor.
-¿Tan pronto?.- Lily casi llora de la tristeza.- ¡Por qué no nos dijo antes!
-Porque apenas supe de mi cambio ayer.- respondió el doctor.- Bueno, pues de una vez me despido, Lily. Que te vaya muy bien.
El doctor Martínez extendió su mano para estrechar la de Lily, pero ella se le colgó del cuello, llorando a mares.
-¡Doctor Martínez!.- Lily sollozó.- ¡Lo voy a extrañar muchísimo!
El doctor se sorprendió, pero abrazó a la llorosa chica, quien lloraba desconsoladamente como si la hubiesen reprobado de la carrera. Paola y Nanito vieron tal escena y se sorprendieron mucho.
-Creo que a Lily le gustaba el doctor.- comentó Nanito.
-Ni cuenta me había dado.- bufó Paola.
Durante el resto de su guardia Lily se encontraba melancólica, sumida en sus pensamientos, mientras Paola la veía con cierta pena.
-Quién te dice y luego regresa –comentó Paola de repente, mientras estaban sentadas en enfermería
-¿Quién?
-Cómo que quién, el doctor Martínez
-¿El doctor Martínez? ¡ah, sí! –exclamó Lily, reaccionando
-¿Estabas pensando en él, o no? –preguntó Paola curiosa
-Humm, sí y no
-Esto de fijarse en médicos es horrible –admitió la Wakabayashi resignada
-Ja, pero a mi no me registraba, en cambio a ti... –sugirió Lily divertida
-¿De qué estás hablando Willis? –inquirió Paola entrecerrando los ojos
-Que...el otro día me llamó Nanito y cuando te mencioné se puso tan nerviosito que la verdad...
-La verdad qué
-Se me hace que lo traes por la calle de la amargura
-O sea...¡¡o sea, ¿no! De qué diablos hablas –exclamó Paola molesta y nerviosa
-A Nanito no le eres indiferente... –concluyó Lily sonriendo triunfal
-Deja de decir tanta babosada
-Hola muchachas –saludó sonriendo el residente, provocando que Paola ahogue un grito- ¿Te asusté?
-Je, no, es que...no es nada –se excusó la germano-japonesa, desviando la mirada apenada
-¿Algo pendiente, jefe? –preguntó Lily, evitando la risa
-Les iba a proponer cenar unas hamburguesas, como el servicio está tranquilo...
-Aquí en la esquina de la calle principal hay un lugar donde venden unas super hamburguesas –comentó Lily sonriendo con malicia- Sin embargo no tiene mandaderos, sería bueno que dos de nosotros vayan a comprar las hamburguesas...
-Pues... –iba a decir el residente
-Yo puedo quedarme, al fin que tengo que controlar a un par de pacientes míos –sugirió la mexicana fingiendo inocencia mientras Paola la miraba con cara de "te mato luego"- Así que si pueden ir ustedes dos...
-Yo... –comenzó a decir Paola para oponerse
-Me parece bien –concluyó Nanito, dejando a la germano-japonesa boquiabierta, esperando que la trague la tierra
-Vayan, vayan –los animó Lily, sacándolos de enfermería y susurrándole a su amiga- Suerte...
-Ésta me las pagas –murmuró su amiga avergonzada, marchándose con el médico residente
-Debería graduarme de celestina –pensó Lily divertida
Mientras se dirigían al mentado lugar, Paola y Fernando se mantenían en un incómodo silencio.
-Yo... –dijeron ambos al unísono, sonriendo luego
-Tú primero –le pidió el médico
-Aunque no lo crea, extraño Cirugía –comentó Paola
-Y deberías, la verdad no sé cómo puede no gustarte –contestó Nandito sonriendo
-Je, bueno...y lamento lo del fémur –dijo la muchacha apenada
-¿Cuál fémur?
-La equivocación del brazo, ¿recuerda? ¿en la visita?
-Jajaja, ¡ah eso! No importa, hasta al mejor cazador se le va la liebre
-Usted es muy bueno conmigo –confesó Paola tímidamente- Bueno, en realidad con todos los practicantes
-Un día, no muy lejano créeme, yo estuve en su lugar y sé lo que es ser un interno
-Gracias de veras, doc
-No tienes nada que agradecerme, yo soy el agradecido por contar con ustedes, Lily y tú se convirtieron en mis amigas
-Claro, amigas –repitió Paola, algo triste
Entraron en el local y mientras esperaban su orden notaron que todos miraban atentos el noticiero deportivo. Emocionada, la gente seguía atenta los informes sobre las prácticas de la selección de fútbol.
-Otra vez ellos –comentó Fernando de mala gana
-¿Tanto le desagradan? –preguntó Paola curiosa
-Eh...no sé, creo que son los primeros que lograron sacarme de mis casillas
-¿Por?
-No lo sé ni yo mismo, pero no me simpatizan, al menos ésos dos –reconoció el residente, haciendo una indicación con la cabeza hacia la televisión donde aparecían en ese momento Ken y Genzo enfocados por la cámara mientras hablaban con Mikami
-Jajaja, no le simpatizan porque fueron ellos los que vinieron el otro día a Urgencias
-Y porque se aparecen en el hospital cuando nadie los llama –murmuró Fernando enojado
-¿Perdón?
-No, nada, nada, no me hagas caso –pidió avergonzado, recibiendo su orden y dirigiéndose a la puerta
-Por cierto –comentó Paola misteriosa a un muchacho que estaba sentado cerca de ella y que miraba atento las noticias- Una fuente confiable me contó que el tal Wakabayashi es "rarito", mucho cuidado si lo van a ver...
Y salió, sonriendo divertida, dejando al joven en shock OO Le dio alcance a Fernando, que parecía caminar apresuradamente a propósito y se dirigieron nuevamente a su servicio, donde Lily se encontraba hablando por teléfono con Rika.
-Vaya, volvieron rápido –comentó Lily, colgando- Creí que se darían su tiempo...
-Je, graciosita –murmuró Paola entre dientes, dándole un pisotón
-¡Ouch!
Se sentaron a comer, mientras conversaban de todo un poco.
-¿Y de verdad no cambiará de opinión respecto a los futbolistas japoneses? –preguntó Lily, poniéndole a sus papitas fritas una buena cantidad de ketchup
-Nop –contestó el residente, tomando un sorbo de refresco- Me caen mal y creo que es innato
-¿Y eso fue desde siempre?
-Hummm, no tanto, pero como que últimamente he reafirmado mis creencias –bromeó el muchacho
-¿Lo dice por el idiota de Wakashimazu? –preguntó Lily, viendo de reojo a Paola, que se atoró sonoramente con su refresco, necesitando unos golpecitos en la espalda por parte de Fernando- No se amargue, siempre es así
-Así cómo –reclamó Paola molesta, recuperándose
-Así de engreído e insoportable –respondió su amiga divertida
-Uy, pero no conoce a Genzo Wakabayashi –siguió Paola, sonriendo maliciosamente- Ese pobre niño rico es todo un patán, por ahí dicen que es medio "pluma, pluma, gay...", jajaja
-¡No es cierto! –exclamó Lily enojada
-Eh...¿tan bien los conocen como para afirmar algo así? –preguntó Fernando extrañado
-Lo evitamos, pero es inevitable –dijo Paola sonriendo
-Sin embargo debe de ser así –confirmó el muchacho seriamente- No por nada las buscaron el otro día aquí en el hospital
-¿NOS buscaron? –preguntó Lily- LA buscaron, que es diferente
-Vino a preguntar por mi estado de ánimo –se defendió Paola apenada
-¿Y por qué se cree con ése derecho? –preguntó Fernando frunciendo el ceño
-¿Cuál derecho? –preguntó la Wakabayashi- Simplemente fue una cortesía
-¿Y entonces por qué no preguntó por Lily?
-Porque en ese momento Lily no estaba decaída como yo
-Eh, oigan... –murmuró Lily sorprendida, viéndolos alternativamente como partido de ping pong
-Ni siquiera la saludó, que yo recuerde –continuó el muchacho
-¿Y qué? Eso es porque Lily y él no se llevan bien
-Entonces eso confirma que vino sólo a preguntar por ti
-Sí, porque...somos amigos
-Lo sabía, los conocen tan bien que se hicieron sus amigas, ¿no te das cuenta que el tipo ése no es más que un triste modelo televisivo?
-¡Ken no es así!
-¿Ken?
-¡¡Oigan! –explotó Lily al sentirse ignorada- Por si se olvidaron, yo también estoy aquí, gracias...
-Será mejor que vaya a dar una ronda por el servicio –dijo Fernando seriamente- Nos vemos luego "doctoras"
-Psss –bufó Lily- Qué se me hace que se enojó en serio
-No le veo la razón –dijo Paola de mal humor, cruzándose de brazos
-Jaja, ¿acaso no te diste cuenta? ¡Parecía celoso de ti!
-No digas babosadas Lily –le pidió su amiga, encestando su vaso de refresco en el basurero- Soy una idiota
-Idiota sí, pero por fijarte en el "lavacoches" y dejar a un lado a Nanito
-¡Al menos Wakashimazu sí se percató que existo! –exclamó la Wakabashi, saliendo molesta
-Vaya –dijo Lily suspirando- La cosa aquí no está más fácil que para mi
Durante el resto de la guardia Paola evitó al residente, mientras Lily se sentía como una mediadora. A la mañana siguiente, sin siquiera despedirse, ambas se fueron del hospital directo a dormirse en el campamento de la selección, que por esos días se había convertido en su segundo hogar.
Ya por la tarde ambas despertaron, y con pocas ganas de dejar su cálida cama, se pusieron a contemplar el techo.
-Le dije a Rika que nos acompañara hoy –contó Lily
-Bien, mientras más mejor –respondió Paola, que abrazaba su almohada
-¿No le dirás a "tu novio", no?
-No, porque esto es cosa nuestra
-Paola ¿puedo preguntarte algo? –se atrevió Lily, recordando la conversación del día anterior con Levin
-Pss, si puedes, lánzala...
-¿Conocías ya a Schneider?
-¡Qué, digo...¿qué? –dijo su amiga, recuperando la compostura
-No te hagas la sorda, bien que me escuchaste
-¿Schneider cuántos?
-Cómo que cuántos, el único Schneider que figura por aquí –aclaró Lily algo molesta por la actitud evasiva de su amiga- Lo conocías o no
-Eh...vagamente vienen a mi recuerdos referentes a él –contestó Paola diplomáticamente
-¿Y él tiene algo que ver con tu propuesta de ponernos hasta las chanclas y tu mención al "pasado que regresa"?
-¿Por qué lo quieres saber? -preguntó Paola con un dejo de tristeza, echándose de un costado
-Porque me preocupas, y porque se me hace que éste es otro capítulo oculto de "Las crónicas de Paola"
-¿El león, la bruja y el ropero? –bromeó Paola- En todo caso "el tigre japonés, la bruja Matsumoto y Genzo..." que está gordo como un ropero, jajaja
-Ja, ja
-Como dijo Taro, es mejor guardarse algunos secretos, que en mi caso, producen mucho dolor
-¿Te lastimó? –preguntó la mexicana interesada, incorporándose de su cama
-Te lo pongo así –concluyó Paola, mirando a su amiga con tristeza- Karl es un capítulo que borré y no pienso re-escribir
-Bueno, al menos algo me contaste...
Tocaron la puerta, ambas muchachas se miraron y dijeron al unísono "te toca abrir".
-Vamos Paola, la otra vez fui yo –se quejó Lily
-¿Cuál otra vez? –preguntó Paola indignada- ¡Ah! La vez que Genzo te vio en la cama con Jun... –añadió con sarcasmo, recibiendo un almohadazo- Jajaja, sólo por eso, voy...
La Wakabayashi se levantó y se fue a abrir la puerta, recibiendo cordialmente luego a Rika y Aoi.
-Lamento mi "añadidura" –se disculpó Rika- Pero insistió en acompañarme
-Bonito cuarto –comentó Aoi viendo atentamente todo a su alrededor
-Oye pequeño –preguntó Paola, agachándose a ver a Aoi que se había sentado en el piso- ¿Tú por qué viniste?
-Porque soy el enviado especial de Jito y Sano –respondió Aoi sonriente
-¿Enviado especial? –preguntó Lily
-Sí, dijeron que les informara todo acerca de ustedes, así que como vi entrar a la señorita Ozawa, me decidí a seguirla, estaba muy aburrido allí afuera...
-¿Y por qué tienes que hacer algo así? –preguntó Paola sentándose a su lado
-No lo sé, sólo cumplo ése pedido, porque después ellos me regalarán un helado
-¿A tu edad y te dejas convencer con helados? –se sorprendió Lily, conmovida por la ternura del muchacho
-Los helados no pasan de moda –respondió Aoi orgulloso
-Yo te regalo tres helados si me haces un favor a mi –propuso Paola sonriendo maliciosa
-¿A quién tengo que matar? –preguntó Aoi interesado
-A nadie, sólo tienes que "cambiar la verdad" acerca de lo que nos viste hacer
-No entiendo
-Escucha –le pidió Paola, acercándose y hablándole al oído, provocando que Aoi se sonroje- ¿Entiendes?
-¿Pero y si meto la pata y no recuerdo todo lo que me dijiste?
-Al menos sigue la idea principal –pidió la Wakabayashi
-Ok, trato hecho –contestó Aoi, levantándose y estrechando la mano de Paola- Las veo después
El delantero japonés salió, seguido por las miradas curiosas de Rika y Lily.
-¿Qué le dijiste? –preguntó la mexicana intrigada
-Ya se enterarán mañana...
-Y bueno, ¿no piensan arreglarse ya? –preguntó Rika- ¡Apúrense!
