Capítulo 18.
Mientras tanto, Karl llegaba a la cita acordada con Ken. El portero no tenía muy buena cara, parecía que en cualquier momento estallaría (o mínimo vomitaría. Se debió haber visto en un espejo).
-¿De qué me quieres hablar?.- preguntó Karl, aunque bien que lo sabía.
-De Paola.- respondió Ken.- ¿Qué traes con ella?
-¿Cómo que qué traigo con ella?.- exclamó Karl.- Me gusta. La quiero. Es mi novia. ¿Con eso tienes?
-No.- negó Ken.- Quiero saber por qué motivo en algún momento ella te odió tanto.
-Cometí errores en nuestra relación.- admitió Karl.- Me enfoqué más en el fútbol que en ella... Y la dejé escapar. Y lo peor del caso, terminé por hacerle más daño del que deseaba...
-Si serás.- gruñó Ken.- Tenías planeado entonces lastimar a Paola...
-No digas idioteces.- gruñó Karl.- Eso no fue así. ¿Tú crees que yo habría querido que Paola sufriera por mí?
-¿Y entonces por qué no la trataste como debías?
-Ya te lo dije: fui un idiota. Pero estoy dispuesto a corregir mis errores.
Ken y Karl se miraron amenazadoramente por algunos momentos.
-Ella te odiaba mucho.- comentó Ken, después de un rato.- Tanto, que sé que usó nuestro convenio para darte a entender que ya te había olvidado...
-¿Ese estúpido convenio en donde tú y ella fingían ser novios?.- Karl rió con sorna.- Tú eres realmente patético.
-Reconozco que al principio lo hice solo por fastidiar a Wakabayashi.- admitió Ken.- Pero después, fui conociendo a Paola y...
-¿No me digas que te enamoraste de ella?.- Karl rió aun más fuerte.- De verdad, eres patético y me das lástima... Paola nunca se fijará en alguien como tú.
Ken no lo pudo evitar. Estrelló su puño en la cara del alemán. Éste cayó al suelo, aunque inmediatamente se levantó para regresar el golpe. Pronto, ambos hombres se enfrascaron en una aguerrida pelea... Sorimachi y Paola iban pasando casualmente por ahí en ese momento (sí, como no). Kazuki inmediatamente se lanzó a detener a ambos muchachos.
-¡Ya basta!.- gritó Sorimachi.- ¡Es suficiente!
-Sepárense ustedes dos.- ordenó Paola.- No me hagan ponerles un enema de chile piquín.
Kazuki consiguó detener a Ken. En ese momento, apareció Hyuga, quien detuvo a Karl. Éste y el portero se miraban con verdadero odio.
-Eres un idiota.- farfulló Ken.- Me las pagarás.
-¡Ja! No me digas.- se burló Karl.
El alemán sangraba profusamente de la nariz. Paola se acercó a ayudarlo.
-Deja que te revise.- pidió ella.
-¿A mí no me va a revisar, doctora Shinobara?.- inquirió Ken, enojado.
-No.- Paola lo miró fríamente.- Usted no se ve tan golpeado. Además, ya en la mañana le puse un tapón nasal, ya no necesita otro.
Ken caló a Paola con la mirada. Ésta ni se inmutó.
-Vamos al consultorio, Karl.- dijo Paola.- Te curaré.
Hyuga soltó a Karl. Éste miró con odio a Ken pero ya no se le dejó ir. Paola lo tomó del brazo y ambos marcharon rumbo a los consultorios, seguidos por la mirada de tristeza de Ken...
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Cuando Lily llegó a su cuarto esa noche, estaba de lo más feliz. La vida no podía ser más perfecta: el Internado estaba por acabar y ahora era la novia oficial de Genzo Wakabayashi. Se dejó caer en la cama, suspirando. La chica parecía estar en un sueño... De pronto, tocaron a la puerta. Lily fue a abrir y se topó con su prima.
-Hola.- saludó ella.- Vine a visitarte.
-Adelante.- sonrió Lily.- Bienvenida.
-Iré al grano.- dijo Rika, cuando se sentó en la cama.- En la tarde te vi besándote con Genzo Wakabayashi.
-¿Qué cosa?.- Lily casi se va de espaldas.- ¿A... a mí?
-Pues si no eras tú, era alguien que se te parecía mucho.- replicó Rika.- ¿Qué onda? ¿No que lo odiabas?
-Ah, es que... .- Lily se puso nerviosa.- Bueno es que él... Es que nosotros... Es que verás...
-No me digas.- Rika sonrió.- ¿Al fin reconociste que te gusta y él reconoció sentir lo mismo?
-¡Sí!.- Lily gritó de la felicidad.- ¿No te parece increíble?
-¿Cuándo fue eso?
-Apenas ayer. Él me reclamó alguna idiotez que hice que involucraba a Taro, algo así como que lo besé estando ebria y después dije el nombre de Tarito en vez de decir el de él y pues me lo reclamó y yo me quedé pensando en lo que dijo y llegué a la conclusión de que no sé por qué rayos habré dicho el nombre de Taro, pero en realidad lo quiero a él.- Lily habló sin tomarse una pausa para agarrar aire.
-¡Qué barbaridad!.- exclamó Rika.- ¿Y tú que le dijiste?
-Le grité que estaba enamorada de él.- Lily se puso colorada.- Y después él me besó. ¡Fue increíble!
-¿Y te pidió que fueras su novia?.- inquirió Rika.
-Claro que sí.- sonrió Lily, feliz.- ¿Lo puedes creer?
-Entonces ya no estás interesada en Taro... .- murmuró Rika.
-Solo me interesa como amigo.- contestó Lily.
-Ya veo... ¿Y ya se lo dijiste?
-Aun no. No va a ser nada fácil, ¿sabes?
-Como que él aun siente algo por ti... .- Rika agachó la cabeza.
-¿Qué dices?.- Lily se sorprendió.- Eso no es cierto. Genzo dice lo mismo pero no es verdad.
-Es cierto que aun te quiere.- afirmó Rika.- ¡Se pone tan celoso cuando tú hablas con Genzo!
Lily notó el tono de dolor que había en la voz de su prima. Y se sorprendió.
-¿Qué te pasa?.- inquirió Lily, con suavidad.- ¿Estás bien?
-No, no lo estoy.- negó Rika.- Ya no voy a poder seguir soportando esto... Lily, tengo que confesarte algo...
-¿Qué cosa?
-Estoy enamorada de Taro.- dijo Rika, al fin.
Lily se sintió muy sorprendida y sacada de onda. No se esperaba eso... Sin embargo, le alegró comprobar que la información no le afectaba en lo más mínimo.
-¿De verdad?.- Lily esbozó una sonrisilla.
-Sí.- admitió Rika.- No se lo había querido decir a nadie... Mucho menos a ti... Pensé que te molestarías...
-Creo que harían una linda pareja.- admitió Lily, sonriente.- Me da gusto.
-¿Qué cosa? ¿No estás enojada?
-Para nada.- Lily negó.- Todo lo contrario. Tarito merece estar con alguien como tú.
Rika sonrió, aliviada. Su prima no había tomado la reacción que ella esperaba. Las dos chicas se quedaron charlando hasta tarde y solo se detuvieron cuando Genzo llegó por Lily para secuestrarla un rato. Rika se sentía feliz. Su prima estaba enamorada de otro y no le importó que ella estuviera enamorada de Taro... Por supuesto, a Lily se le olvidó que esa noche hablaría con Misaki. éste se quedó esperándola largo rato en el comedor, aunque ella nunca apareció. Probaría en el entrenamiento del día siguiente. Ahí, sin dudarlo, Lily tendría que escucharlo. Taro no fue el único que se quedó esperando a la mexicana, ya que Paola también quería hablar con ella... Aunque Paola se había puesto del lado de Karl, ella se sintió un poco mal por Ken, sobre todo cuando el tapón nasal que ella le había aplicado por la mañana se empapó de sangre.
-Deberías ir a que te revisen.- le comentó Sawada.
-No tiene caso.- negó Ken.- La doctora Shinobara no me querrá atender y me parece que la doctora Del Valle renunciaría antes que atenderme...
-Y que lo digas...
-Bonitas asistentes tenemos, si no pueden ayudarnos cuando las necesitamos.- gruñó Kojiro.
-Para tú información.- le dijo Paola, enojada.- No somos "asistentes", sino Médicos Internos de Pregrado. Y además, si a tu compañero tanto le urge ser atendido, pues en primera debería aguantarse las ganas de pelear y en segunda ir con la enfermera.
De repente, Paola recordó que había una enfermera de base en el plantel, solo que ella siempre estaba ayudándole al doctor Nakata y por eso ni Lily ni Paola la tomaban mucho en cuenta.
-Vamos con la enfermera.- pidió Ken, para evitar que Hyuga le respondiera a Paola.
-Como gustes.- respondió Hyuga, entre dientes.
Karl se acercó y miró a Ken con desdén.
-¿Te está molestando?.- le preguntó a Paola.
-Por supuesto que no.- la chica le lanzó una mirada de desprecio al portero.- Es alguien sin importancia.
Paola y Karl se dieron la vuelta y se marcharon, dejando grabadas esas palabras con hierro ardiente en el corazón de Ken. Paola y Karl salieron del comedor cuando se toparon con Levin. Éste los miró con cierta sorpresa.
-¿No han visto de casualidad a la doctora Del Valle?.- preguntó.- ¿A Lily?
-Ya sé que la doctora Del Valle se llama Lily.- replicó Paola, sarcástica.- Y no creo que la veamos muy seguido por aquí...
-¿Por qué no?
-Porque anda muy acaramelada con su nuevo galán...
-¿Su nuevo galán?.- inquirieron Karl y Stefan, muy sorprendidos.
-Sí. Genzo, el estúpido de mi primo. ¿Quién más?.- Paola elevó sus ojos al cielo.
-¿Wakabayashi es pareja de la doctora Del Valle?.- inquirió Karl, sin podérsela creer.- ¿Y mi hermana?
-Pues la mandó a volar, qué más.- suspiró Paola.- Lástima, me cae bien Marie pero no me gustaría que tu hermana se echara a perder... Mejor le dejamos mi primito a Lily. Ella es la única que lo quiere, así de baboso y defectuoso como está, y será la única que lo podrá aguantar...
-No sabía que la doctora Lily ya tuviese novio.- Levin se veía algo desilusionado.- ¿Desde cuándo es eso?
-Creo que desde ayer en la noche.- Paola se quedó pensativa un segundo.- ¿No lo sabían? ¡Ups!
En ese momento salieron Ken y Hyuga del comedor, acompañados por Sawada. Paola prefirió voltear la cara, para no tener que ver al portero. Más noche, cuando ya Lily había regresado y tanto ella como Paola estaban acostadas en sus camas, Paola le contó a su compañera todo lo acontecido ese día. Lily casi brinca hasta el techo cuando Paola le contó que Karl y Ken se habían agarrado a golpes.
-¡No! ¿En serio?.- gritó ella.- ¡Júralo! ¡No te la creo!
-Contrólate.- dijo Paola.- Claro que es cierto.
-¿Y qué? ¿Karl le dio una buena paliza al lavacoches?
-En realidad, Ken tenía más ventaja,.- Paola hizo un mohín.- Recuerda que sabe karate...
-Naaa. Karatecas mis chones.- bufó Lily.- Si hasta Aoi le puede ganar a ese baboso...
Paola lanzó un suspiro, cosa que sorprendió a Lily ya que rara vez escuchaba a su amiga suspirar.
-¿Sigues triste?.- preguntó Lily, con suavidad.
-Te confieso que me sentí un poco mal hoy por Ken.- declaró Paola, cabizbaja.
-La verdad, no creo que ese tipejo valga la pena.- replicó Lily, enojada.- NO vale nada, mucho menos tu compasión.
Paola no dijo nada. Simplemente dejó que el silencio contestara por ella.
A la mañana siguiente, Lily y Paola se levantaron muy temprano para ir al comedor. Como era de esperarse, Genzo ya estaba esperando a Lily y Paola se fue con Sorimachi. En esa ocasión, Kazuki llevaba el periódico de ese día.
-¿Desde cuando lees el periódico?.- se burló Paola.
-De vez en cuando me gusta enterarme de lo que pasa fuera de esto.- gruñó Kazuki.
-Préstame algo para entretenerme, que si no me voy a vomitar.- Paola miraba a Genzo y a Lily coquetear descaradamente.
-¿Por qué?
-No preguntes.
Kazuki le pasó la sección de Espectáculos, lo que hizo que Paola soltara un bufido.
-¿Qué crees que soy incapaz de leer otra cosa o qué?.- gruñó ella.
-Estoy leyendo la sección de deportes.- dijo Kazuki, sin inmutarse.- Lee ésa primero y después te paso la otra.
Paola, refunfuñando, abrió el periódico al tiempo que tomaba un sorbo de leche (¿le gusta la leche a Paola?). Inmediatamente, ella expulsó todo lo que había bebido en la cara de Kazuki, que estaba sentado frente a ella.
-Ay, válgame... .- musitó, al leer la página.
-¿Qué pasa?.- Kazuki se limpiaba la cara con una servilleta y tenía una mirada de "hello con tu hello".
-Este... Nada... .- Paola miró a Lily y a Genzo.- Tengo que decirle algo a alguien...
Paola se levantó de su asiento, con toda la intención de hablar con su amiga, pero en ese entonces entraron Ishizaki y Urabe, haciendo un gran escándalo y agitando una hoja de periódico.
-¡Aquí están los amantes!.- gritó Urabe, son sorna.- ¡La parejita feliz!
-¡Qué bien escondidito se lo tenían, picarones!.- Ishizaki le guiñó un ojo a Lily y a Genzo.
Ambos jugadores rodearon a la pareja, quienes los miraban sin entender de qué hablaban. Detrás de Ryo y Urabe, entraron varios más de los jugadores, entre ellos Hiroshi y Sano.
-¡Nosotros nos dimos cuenta primero!.- gritó Jitto.- ¡Incluso los vimos besándose en el corredor!
-¡Tenemos la exclusiva!.- continuó Sano.- ¡Con detalle y todo de los puentes de baba!
-¿De qué rayos están hablando?.- inquirió Genzo, ofuscado al verse rodeado de todos su compañeros, quienes no dejaban de gritar y darle palmaditas en el hombro. Lily estaba azorada.
-Supongo que hablan de esto.- Paola le extendió a Genzo la hoja de periódico que ella traía en la mano. Genzo la abrió y Lily se acercó a él para leer mejor.
"¡NOTICIAS CANDENTES! EL AMOR SURGE EN EL CAMPAMENTO DE NUESTRA SELECCIÓN!", rezaba el título, debajo del cual había una foto a todo color del beso que se habían dado Lily y Genzo a la salida del restaurante. Era, evidentemente, el reportaje que habían hechos los dos paparazzi que los habían abordado ayer.
-¿Qué cosa?.- gritaron Lily y Genzo al unísono. Ambos se pusieron colorados a más no poder.
-¡Dejen que lo lea en voz alta, para que todos conozcamos la historia!.- gritó Ryo.- "Ayer, nuestras cámaras captaron al famoso y codiciado portero titular de la Selección Japonesa, Genzo Wakabayashi, en compañía de una bella chica extranjera, a la cual no nos quiso presentar. El mencionado jugador y la hermosa chica estaban enfrascados en un beso apasionado cuando nuestras cámaras los encontraron. Nos parece sorprendente que el joven portero tenga tiempo para el romance... ".
-No puede ser.- musitó Genzo.- ¡Esto es una infamia!
-Trágame tierra.- pidió Lily, escondiendo la cara entre las manos.
-¿Quién lo diría?.- gritó Urabe.- ¡Tú y la doctora Del Valle!
Paola sintió pena por su amiga y, cosa excepcionalmente rara en ella, también por su primo. Paola le dio un codazo a Ishizaki, obligándolo a callarse. Lily aprovechó la distracción para levantarse de la mesa y huir. Después de empujar a Urabe, Genzo hizo lo mismo, pero se detuvo al ver que Lily había cortado su huída de manera abrupta. Y de repente, todos se quedaron callados. Taro estaba parado a la entrada del comedor, mirándolos a todos con una expresión dolida...
-Taro.- musitó Lily.- Puedo explicártelo...
-Misaki.- musitó Genzo.
-No tienen que explicarme nada.- Taro levantó una mano y miró a ambos jóvenes con frialdad.- Ahora lo comprendo todo.
Misaki se dio la vuelta y salió del comedor. Lily y Genzo fueron tras él, aunque el chico era tan rápido que no pudieron localizarlo, mucho menos darle alcance. Lily y Genzo llegaron al campo de juego y se miraron desalentados.
-No quería que Taro se enterara de esta manera.- comentó Lily.
-Yo tampoco.- respondió Genzo.- Sé cuan importante es él para ti...
Más tarde, durante el entrenamiento, Misaki no apareció y nadie pudo dar señas de él. Rika, quien ya se había enterado del incidente del comedor, estuvo a punto de hacer enojar al entrenador al querer escaparse para ir a buscarlo.
-Déjalo.- ordenó Gamo.- Si no quiere venir, es cosa de él.
Lily volteó a ver a Paola, quien estaba extremadamente seria.
-¿No te piensas burlar?.- inquirió Lily.
-No.- negó Paola.- Esto es demasiado grave como para burlarme de ti.
-Velo desde este punto de vista.- comentó Lily, pesarosa.- Si te corren, no te irás sola.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Que yo me iré contigo.- suspiró Lily.- A ti te correrán por el lío con Hana. Y a mí, por andar con uno de los miembros de la selección...
-Vaya consuelo.- bufó Paola.
Ambas internas se miraron y suspiraron. ¿Qué pasaría con ellas a partir de ese momento?
-Sea lo que sea.- murmuró Paola.- Lo afrontaremos juntas.
-Como siempre lo hemos hecho.- asintió Lily.
El entrenador Gamo estaba extremadamente serio con ambas Internas. Ambas sentían que él ya sabía todo lo ocurrido con ellas y solo esperaban el momento en que él o el doctor Nakata las corriera del campamento. Sin embargo, y a pesar de todo, ni Gamo ni Tarso ni nadie más les dijo nada, ni a Paola ni a Lily. Al finalizar el entrenamiento, Taro se presentó, extremadamente serio y le ofreció una disculpa al entrenador.
-No me sentía bien.- explicó Taro a Gamo.- Discúlpeme usted. Preferí irme a descansar un rato.
-Entiendo.- asintió Gamo, muy extrañado por el comportamiento que Misaki había tenido los últimos días.- Aunque si te sentías mal, debiste haber acudido con alguna de las doctoras.
-Perdóneme.- replicó Taro.- Pero fue precisamente una de ellas la que me puso así…
Misaki miró de reojo a Lily, con mucha frialdad. Ella se sintió espantosamente mal. Taro nunca la había mirado antes con tanto odio.
-Y todavía me dices que no sigue enamorado de ti.- murmuró Rika a Lily, en voz baja.
Lily no respondió. El entrenador Gamo volteó a ver a Paola.
-¿Le dio usted alguna medicina que pudiera empeorar a Misaki, doctora Shinobara?.- preguntó.
-No, señor.- negó Paola.- El joven nunca ha ido a consulta conmigo.
-No se moleste con ellas, entrenador.- pidió Misaki.- En realidad, ninguna tiene la culpa… Soy yo el que estaba mal… Discúlpeme, ya me siento mejor. Me presentaré para los entrenamientos de la tarde.
-De acuerdo.- asintió Gamo.
Genzo había estado observando toda la escena con atención, al igual que Tsubasa. Y éste pareció comprender muchas cosas…
-No sé si alucino.- comentó Tsubasa.- Pero me parece que Misaki está molesto por tu relación con Lily…
-¿Qué comes, que adivinas?.- preguntó Genzo, sarcástico.
-Uhm... Ahora entiendo muchas cosas...
A pesar de que ya estaba por finalizar el entrenamiento, Taro entró al juego. En una jugada particularmente sencilla y aparentemente falta de peligro, Taro le dio una buena patada en las costillas a Genzo, a pesar de que estaban jugando en el mismo equipo.
-¡Falta!.- gritó Gamo.- ¿Estás bien, Wakabayashi?
Éste se retorcía del dolor y se había quedado sin aliento. Lily inmediatamente se lanzó al campo de juego, arrojando sus notas al suelo. El doctor Nakata salió tras ella. Paola prefirió dejar que Lily se hiciera cargo de su primo. Genzo jadeaba e intentó levantarse, pero Lily lo detuvo.
-No te muevas tan rápido.- le dijo.- Si tienes alguna fractura lo mejor será que permanezcas inmóvil.
-Perdona, Wakabayashi.- dijo Misaki, con una mueca.- No me fijé...
-¿Estás loco, acaso?.- gritó Lily, enojadísima, en español.- ¡Lo hiciste a propósito! ¡Si tienes algo que reclamar, dímelo a mí y no te desquites con él!
Taro se sorprendió mucho. Y se sintió más dolido que antes.
-Lo siento.- murmuró, en voz baja.- De verdad...
