Capítulo 21.
Mientras tanto, Rika buscaba en su cuarto algún cambio de ropa adecuado. Estaba de lo más nerviosa, pues ya había decidido que esa noche interceptaría a Taro en el comedor y le confesaría sus sentimientos...
-Anda, hasta que por fin te decidiste.- comentó Youko.
-Lily me dijo hace rato que ella y Taro arreglaron sus problemas y han decidido ser amigos.- respondió Rika, probándose miles de conjuntos frente al espejo.- Lo que significa que tengo el camino libre... No puedo dejar escapar esta oportunidad...
-¿Entonces es en serio?.- Youko no se la creía.- ¿De verdad vas a decirle a Taro que te gusta?
-No sé de dónde rayos saqué el valor.- musitó Rika, ofuscada.- Pero mejor ni lo pienso dos veces o terminaré arrepintiéndome...
-No te lo dejaré.- dijo Youko, decidida.- Antes que eso, te encierro con Misaki aquí mismo y ya veremos que pasa.
-Para que después me corran por meterme con un jugador.- rió Rika.
-Si a tu prima no la han corrido, después de ese reportaje escandaloso, no te correrán a ti.- replicó Youko.
-Buen punto...
Rika al fin estuvo lista, aunque no estaba conforme del todo y no dejaba de hacerle miles de preguntas a Youko.
-¿Me veo bien?.- preguntaba una y otra vez.
-Te vez muy guapa.- dijo Youko.- Además, Taro sería un idiota si no le gustaras ni un poquito...
Pues bien, después de un rato y tres litros de nervios, Rika se fue al comedor a esperar a Taro. Todos los demás jugadores pasaban y le hacían propuestas a Rika, incluso muchos como Ishizaki, Morisaki o incluso el propio Kazuki la invitaron a cenar con ellos pero Rika los rechazó a todos. Ya ella comenzaba a pensar que Taro no aparecería cuando el muchacho apareció caminando lentamente, con la mirada un tanto perdida en el vacío, aunque pareció volver en sí cuando vio a Rika que lo miraba sonriente.
-Hola, Ri-chan.- solo Taro se atrevía a llamarle así a la muchacha, y ella solo a él le permitía llamarle así. Cualquier otro que se atreviera a llamarla con ese mote le habría ido muy mal.
-Hola, Taro.- sonrió ella.- Te estaba esperando.
-¿Y eso?.- él se sorprendió.- ¿Me porté mal?
-Quizás.- respondió Rika, con una risilla nerviosa.- Y tendré que regañarte.
-Jajaja, ¿ni siquiera me permitirás una última cena?
-No.
-Bueno, al fin que no tengo hambre... Ya de verdad, ¿me vas a castigar?
-Solo el entrenador te puede castigar.- rió Rika.- Yo solamente quiero hablar contigo...
-¿Sobre qué?
-Sobre algo muy personal.- Rika sintió que se puso colorada.
-Ya veo. ¿Te sientes mal?
-No realmente.- Rika tragó saliva.
En ese momento llegaron Genzo y Lily al comedor. No venían tomados de la mano, pero charlaban alegremente y era evidente lo que sentían el uno por la otra.
-Alucínate.- reía Lily.- Nunca me he puesto nerviosa en tu presencia...
-¿Qué no? Si hasta te sudaban las manos cuando me explorabas.- reía Genzo.- Lo noté en muchas ocasiones...
-¡Hola, Rey!.- saludó Lily a su prima.- ¡Hola, Tarito!
-Hola, Li-chan.- sonrió Taro.- Wakabayashi.
-Hola, Lily-chan.- Rika se deprimió un poco.- Hola, Gen-san...
-Rika, Misaki.- saludó Genzo, mirándolos con picardía.- ¿Tienen una cita?
-No.- Rika se puso colorada a más no poder.- Solo estábamos...
-Sí, ya sé.- se burló Genzo.- Solo estaban platicando. Ese cuento ya me lo sé.
Lily le dio un codazo disimulado a Genzo y después le hizo un guiño a su prima.
-Vamos a cenar.- dijo Lily.- Supongo que los veremos después.
-Hasta pronto.- sonrió Genzo, abriendo la puerta del comedor y deteniéndola para que Lily pasara.
Rika suspiró.
-¿Te afecta verlos juntos?.- preguntó ella.- Dime la verdad.
-Ya no.- contestó Taro, con sinceridad.- He de confesar que en un inicio sí me sentía mal, pero eso era porque pensaba que yo estaba enamorado de Lily... Ahora, que sé que eso no es cierto, ya no me deprime verlos juntos. Es más, hasta me da gusto. Lily se merece ser feliz y sé que Genzo lo hará muy bien.
-Ya veo.- Rika sonrió, aliviada.- ¿Podemos hablar entonces?
-Claro. Vamos a la cancha.- sugirió Taro.
Rika y Taro se dirigieron hacia el sitio convenido. En el camino, ambos conversaron sobre los entrenamientos y las esperanzas que tenía cada uno acerca del mundial y otras cosas impersonales. Rika estaba de lo más nerviosa, no sabía si al final tendría el valor de confesarle a Taro lo que sentía.
-¿Y bien?.- preguntó Taro, cuando ambos llegaron a la cancha iluminada por las luces de halógeno.- ¿De qué me quería hablar?
-Pues, verás... Es que tengo algo importante qué confesarte... .- Rika estaba tan nerviosa que apenas podía hablar.
-Dime. Soy todo oídos...
-Pues es que yo... Yo... .- Rika no sabía cómo decirlo.- Es que yo... Bueno, la verdad es que casi desde que te conocí tengo este sentimiento... Me agrada tanto tu forma de ser, tu manera de pensar, tu sonrisa dulce, tu carácter alegre, tu optimismo...
-¿Ah?.- Taro se esperaba todo, menos eso.
-Y pues te fui conociendo y me fui dando cuenta de que lo siento por ti es algo que va más allá que un simple sentimiento de amigos... .- Rika continuaba hablando, sin hacer pausas para tomar aire, temiendo perder el valor si se detenía.
-¿Qué me tratas de decir?.- Taro se puso muy serio.
-Que me gustas.- dijo ella, al fin, respirando profundo.- Sé que quizás te sorprenda... Y no es para menos, pero en verdad... Te quiero, Taro...
Él no supo que contestar. Le había sorprendido mucho la declaración de Rika, a quien le tenía muchísimo aprecio...
-Me dejas sin palabras.- dijo Taro, al fin.- No me esperaba eso...
-Quizás fue muy pronto para decírtelo.- Rika se entristeció un poco.- Con lo de Lily tan cerca...
-No es por eso.- negó Taro.- Ya te dije que ya no siento nada por ella que no sea una buena amistad. Es solo que nunca creí que me vieras de esa forma...
-Desde hace mucho que me gustas, Taro... Pero nunca me atreví a confesártelo... .- musitó ella.
-Eres una muchacha increíble, Ri-san.- dijo Taro, sonriendo.- Y me gustas, es la verdad. Me gusta tu manera de ser y tu ternura...
-No soy tierna.- rió Rika.- No seas mentiroso.
-Para mí sí lo eres.- contradijo Taro.- Además, me la paso muy bien cuando estoy contigo... Mira, no quiero establecer nada ahora, ni comprometerme, pero sí me gustaría salir contigo, conocernos a otro nivel...
-¿Te refieres a tener alguna cita?.- preguntó ella.
-Algo así.- sonrió Taro.- Podríamos ir al cine, salir a tomar un café, ir al teatro... Molestar a Sanae con Tsubasa...
-Eso será de lo más divertido.- rió Rika.- Me dio gusto haber charlado contigo... Y confesarte lo que siento...
-Y a mí me gustó que me lo confesaras.- dijo él.
Ambos jóvenes se quedaron charlando hasta muy entrada la noche...
Mientras tanto, Paola, quien había ido al comedor en compañía de Kazuki, regresaba a su dormitorio. Durante la cena, Ken no se apareció, Paola no supo si fue por temor a que Lily lo abofeteara de nuevo o por temor a que Genzo se hubiese enterado. Paola pensó que Lily le contaría todo a Genzo, pero para sorpresa de la germano-japonesa, Lily juró no decirle nada a Genzo.
-Lo hago, más que nada, porque ya sufriste mucho con eso.- explicó Lily.- Te irá peor si Genzo le arma un tango a Ken en público… Y conociendo a Genzo, ten por seguro que lo hará…
Paola agradeció que Ken no hubiese estado presente en la cena. No quería verlo. A la salida del comedor, Kazuki se ofreció a acompañarla pero Paola se negó. Quería estar sola… Sin embargo, en el camino al dormitorio se topó con Schneider.
-Hola, mi luna preciosa.- dijo él.- ¿Por qué tan decaída?
-Alucinaciones tuyas.- mintió Paola, fingiendo una sonrisa.- No estoy decaída…
-Claro. ¿A dónde vas?
-A mi dormitorio.
-¿Necesitas que te haga compañía?.- Karl sonrió pícaramente.- La doctora Lily parece estar de lo más ocupada con Wakabayashi…
-Ándale tú.- replicó Paola.- Que luego si me regañan será por tu culpa…
-Naa…
-Vamos pues.- suspiró Paola.- De todas maneras tengo que hablar contigo…
-¿Sobre qué?
-Te lo diré cuando lleguemos…
Paola no sabía cómo decírselo a Schneider. Ella en algún momento estuvo muy enamorada de él, pero el tiempo no pasaba en vano y ahora ella ya no sentía lo mismo… Además, aunque Paola se negara a reconocerlo, había alguien más que ya estaba ocupando su atormentado corazón… Karl se presentía sobre lo que quería hablar Paola. Lo sabía por su mirada. Además, el alemán ya se sospechaba que en el corazón de la chica ya había sido desterrado…
-Pasa.- invitó Paola, cuando llegaron a la habitación.- Perdona que esté algo desordenado, el tiradero lo hizo Lily.
(Créanme, eso es muy cierto ¬¬).
-No te preocupes.- dijo Karl.- Bien, ¿de qué querías hablarme?
Paola suspiró. No sería fácil… Sobre todo porque quizás ella tendría que reconocer ante Karl lo que no quería reconocerse ni así misma…
-Bueno, Karl.- comenzó Paola.- Es solo que quería decirte que… Que creo que lo mejor… Será que terminemos…
-Me lo suponía.- bufó Schneider.- ¿Pero por qué quieres cortar conmigo?
-Karl, te tengo mucho aprecio y tú sabes que te amé muchísimo.- susurró Paola.- Pero han pasado muchas cosas desde que anduvimos…
-Nunca me vas a perdonar lo de Katrina, ¿verdad?
-No es eso…
-Sí, eso es.
-Bueno, eso influyó un poco.- reconoció Paola.- Pero eso solo fue algo mínimo… Tú sabes cómo me hiciste enojar con eso…
-Lo sé.- suspiró Karl.- Y de verdad, me arrepiento…
-Pero lo de Katrina no fue lo único que me impulsa a tomar esta decisión. Eso solo fue el comienzo… Karl, perdóname, pero he descubierto que no puedo seguir siendo tu novia porque ya no puedo fingir que te amo como antes…
-Me lo sospechaba.- bufó Karl.- ¿Hay alguien más, verdad?
Paola no respondió, pero ni falta que hacía…
-¿Quién es?.- preguntó Karl.
Paola nuevamente se quedó callada, pero tampoco hacía falta que ella lo dijera. Schneider lo sabía…
-No puedo creer que ese idiota haya conseguido conquistarte.- musitó Karl.- Pero la culpa fue mía… Te descuidé, te dejé ir… Y te dejé en manos de un desgraciado que se aprovechó de ti…
-Tú tampoco eres un pan de Dios.- refunfuñó Paola.
-Lo sé, pero mínimo no te rompí el corazón como lo hizo él…
-¿Quién te dice que él me ha roto el corazón?.- Paola se levantó, muy enojada.- Estás loco.
-Por favor, Paola.- replicó Schneider.- Yo lo sé y tú lo sabes…
-Ya no tengo nada más que decirte.- dijo Paola, terminantemente.- Ahora, si no te molesta, me gustaría estar sola…
-Como quieras.- suspiró Karl.- Solo quiero decirte que no me daré por vencido…
Paola ya no respondió. Karl salió de la habitación, no sin antes dirigirle a Paola una última mirada de tristeza…
Mientras tanto, Paola se asomó a la ventana de la habitación, la ventana a la cual casi nunca se asomaba… Y se arrepintió de haberlo hecho. En esos momentos justamente estaba Ken, dando vueltas de aquí para allá como león enjaulado. Paola no lo quería ni ver, pero por algún motivo no podía dejar de verlo… Él la vio también y le dirigió una mirada de tristeza. Paola se la sostuvo, pero no le regaló ni una sonrisa de piedad… Después, Ken desvió la mirada y se marchó, con la cabeza baja. Paola suspiró.
-A como dé lugar.- se dijo a sí misma.- Pero me he de olvidar de ti…
Por su parte, Lily había ido a pasear con Genzo por la ciudad, aunque dicho paseo fue lamentablemente arruinado por la bola de paparazzi que, desde las fotografías tomadas y ya referidas, estaban más al tanto de lo que hacían los de la selección japonesa. Así que después de un corto recorrido se vieron obligados a retornar al campamento.
-Oh...no quiero irme a dormir así nada más –comentó Lily haciendo un puchero, mientras ella y Genzo caminaban hacia su habitación
-¿Ah no? Y qué se te vino a la mente –indagó Genzo pícaramente, viéndola de reojo
-¿Eh? –murmuró la chica confundida, de pronto se puso roja como tomate- ¡No es lo que estás pensando! Yo decía que no quería irme a dormir así nada más...con un paseo tan corto, malditos fotógrafos, arruinaron nuestra salida...
-Ah, sí... –lamentó su reciente novio suspirando- Pero eso se puede arreglar
-Mira Genzo, si piensas que tú y yo... –advirtió Lily sonrojada, siendo interrumpida por un súbito beso que la dejó sin habla (obvio, ni modo que hable mientras lo besa ¬¬)
Felizmente para ambos nadie se encontraba cerca de allí para ser testigo de aquella gran demostración de afecto que se fue poniendo cada vez más y más intensa, hasta el momento en que de abrazar a Lily por la cintura, una de las manos de Genzo se fue más arriba y la otra más abajo XD, sorprendiendo a la mexicana, que no pudo mantener más la situación y se separó de él.
-Eh...yo... –trató de decir Lily con la respiración entrecortada
-¿Pasa algo? –le preguntó su novio extrañado
-No, nada, es que me di cuenta que ya es bastante tarde –fingió la muchacha reanudando la caminata
-¿Me estás evitando, Lily? –preguntó Genzo divertido
-¡Claro que no! No seas tonto –respondió Lily con una media sonrisa (es como decirle al burro que no sea orejón XD)
Sin decir más, la mexicana se adelantó hacia su habitación.
-Bueno, supongo que ésta es una despedida –dijo al fin Genzo mirando a su novia con cariño
-Pueeeeeesss, sí, hasta mañana –se despidió ella, dándole un rápido beso y entrando a su dormitorio
-¿Volviste? ¿tan pronto? –preguntó Paola somnolienta, en medio de la oscuridad del lugar
-Bah, nos arruinaron el paseo –bufó Lily, sentándose sobre su cama y prendiendo la lámpara de su mesa de noche
-¿Quiénes? ¿las escasas dos neuronas de mi primo? –se burló la Wakabayashi
-¡Paola!
-Qué, era sólo un comentario...
-Al menos veo que estás de mejor ánimo
-¿Alguna vez lo tuve decaído? –preguntó Paola irónica
-¡No, claro que no! –contestó su amiga en el mismo tono
-Qué crees –dijo la germano japonesa, cambiando de tema
-¿Al fin decidiste aceptar que quieres mucho a Genzo? –dijo Lily burlona, mientras se ponía el pijama
-Ja, eso ni en un millón de años. Ya en serio...
-Qué pasó
-Terminé con Karl... –contó Paola pensativa
-¿Y cuándo empezaron?
-¡No te burles! Yo te abro mi corazón y tú te burlas –dramatizó la Wakabayashi
-En serio, tú negabas haber iniciado una relación con él, ¿no?
-Como sea, el caso es que terminamos
-Y supongo que no quiero preguntar el porqué –comentó la mexicana, recostándose
-¿Según tú por qué? –preguntó Paola picada por la curiosidad
-Por un problemita de aproximadamente 1,85 metros, a quien "cariñosamente" le digo "el lavacoches", ¿o no?
-Si te refieres a Wakashimazu, estás muy errada –negó Paola diplomáticamente
-¡No! ¿De veras crees que me refería a él? –dijo Lily sarcástica- No sé qué andas haciendo pero cada día estás más inteligentonta...
-¡Lily! No me ofendas
-La verdad duele, pero alguien tiene que decírtela
-¡Bueno ya! Mejor cuéntame cómo te fue con Genzo...
-¿Y para qué? ¿para que encuentres algo con qué burlarte de nosotros? –preguntó Lily escéptica
-¿Qué hoy en día no se puede tratar de entablar una charla amistosa con una compañera de dormitorio?
-¡Vaya! Así que soy sólo tu "compañera de dormitorio" –se indignó la mexicana
-No me reclames o mejor, no me cambies de tema
-Eh...pues, nos fue bien –dijo Lily rápidamente, apagando la luz
-Si no fuera porque estamos a oscuras diría que te pusiste roja rojita, ¿qué pasó? –inquirió Paola curiosa
-Promete que no vas a burlarte
-Naa, cuéntalo ya
-Es que...estábamos de lo más acaramelados y...
-¡Suficiente información para mi! Buenas noches –cortó Paola dando media vuelta y cubriendo su cara con la almohada- No quiero vomitar tan noche
-¡Ja, pues te arruinas, tú quisiste saber y sabrás –amenazó Lily con malicia, levantándose y quitándole la almohada a su amiga
-¡No! –dramatizó Paola tratando de taparse los oídos
-Estábamos de lo mejor, besándonos cada vez más intensamente –contó la mexicana agarrando las manos de su amiga
-¡Suéltame! ¡piedad!
-Y de pronto...la cosa se puso candente –continuó Lily misteriosa
-No me digas –se burló Paola deteniendo sus intentos por quedar sorda- Experimentaste a Genzo "manos rápidas" Wakabayashi
-¿Qué? –preguntó su amiga sonrojada
-Cuando era niño era tremendo pervertido –agregó la Wakabayashi poniendo cara de estar recordando un evento pasado divertido- Si te contara las confesiones de las niñas del Shutetsu...
-Algo me dice que no debo creerte...
-¡Pues no me creas! Pero ya sé a dónde va el punto
-Cuál punto
-Escucha y te explico –dijo Paola haciéndose la interesante, quitándose a su amiga de encima- Si la cosa se puso como me dijiste, y de pronto escucho yo a mi amiga Lily prácticamente cerrándole la puerta de la habitación en las narizotas al susobicho..., será porque mi amiga se le escapó, ya que tiene vergüenza que ocurra algo inevitable entre dos calenturientos
-No te entiendo
-Te lo pongo así, si las cosas se ponían más calientes podía pasar algo peor ¿o no?
-Eh...no sé...
-¡Ahá! Esa es una afirmación oculta, pero escucha mi consejo, ¡no lo hagas!
-Sé que no estaría bien –admitió Lily apenada
-¡Nada bien! Te recuerdo que Genzo es futbolista...
-¿Y qué con eso?
-¿Quieres que un momento tan especial para ti sea "a las patadas", jajaja
-¡Paola, no te lo estás tomando en serio! –la regañó Lily ofendida
-Río para no vomitar...
-Cuando estés en la situación que yo estuve hoy... –advirtió Lily, retornando a su cama
-¡Ya creyeras! Lo estuve, pero salí bien librada, ¡ja! –contó Paola orgullosa
-¿Y cuándo si se puede saber?
-Hace mucho
-¿Con quién?
-Se dice el casi pecado, pero no el pecador –añadió Paola enigmática
-Haber supuesto que era Karl –murmuró Lily de mala gana, recostándose
-¡No dije que fuera él!
-Pero tampoco lo negaste así que...buenas noches
-No sé para qué pierdo tiempo hablando contigo –refunfuñó la germano–japonesa
-Es en retribución al tiempo que yo pierdo tratando de hacer lo mismo contigo –se defendió Lily
-Babosa...
-Babosa tu cola
-Tarada...
-Tarada Marie...
-¡Oye! Eso fue ingenioso
-No me digas –murmuró la mexicana bostezando- Retrasada
-Retrasada Hana
-Espero que no sea por culpa del lavacoches XD
Como respuesta ante tal funesto comentario, Lily recibió tremendo almohadazo (viva el doble sentido! XD)
Durante el resto de ésa semana ambas internas habían estado ocupadas en diferentes labores impuestas por el doctor Nakata, quizá como castigo indirecto por lo hecho. Así que se sumergieron en libros para investigar algunos temas, y en preparar uno especialmente difícil que debían exponer ante el galeno, pero del cual salieron afortunadamente bien. Debido a que había empezado a llover y el frío iba en aumento, los entrenamientos sufrieron cambios de horario. Era sábado el día que todos creían iba a tener una mejora en el clima, pero no fue así, ya que aparentemente fue el más espantoso de todos, con una lluvia intensa y un frío horrible.
-¡Oye, Lily! –la llamó Paola- Tengo que pedirte un favor
-No, no seré tu madrina de matrimonio con Mamoru Izawa –respondió Lily seriamente, refugiándose mejor bajo su paraguas
-¡Oye! Aunque...no está nada mal –analizó Paola pícaramente- Ya en serio, tengo que ir al hospital a hablar con el doctor Mizutani, ¿puedes cubrirme durante el día?
-Qué, ¿vas a ir a leerle tu testamento? Cómo se te ocurre perderte todo el día
-Además tengo algunas otras cosillas que hacer -reconoció su amiga
-Si me las cuentas, acepto –la chantajeó Lily divertida
-Tengo que ir a verme con alguien –susurró Paola misteriosa
-¿Con Karl? Así que era cierto que se fue a alojar a un hotel para verse contigo más libremente
-¡Deja de sacar conclusiones tontas! No es con él con quien me veré
-¿'tons?
-Luego te cuento –añadió su amiga, viendo con fastidio a Genzo que se acercaba a ellas
-Si las miradas mataran... –comentó su primo con sorna
-Créeme que hace mucho Lily ya sería viuda –agregó Paola mordazmente, sacándole la lengua y marchándose
-Como si a mi me gustara hablar con ella...
-Bueno, ya dejen de pelear –le pidió Lily, cubriendo al muchacho con su sombrilla- ¿Y qué pasó? A qué hora van a empezar
-Yo creo que en unos diez minutos, y lo peor es que no deja de llover
-Ni creo que pare
-Por cierto, el doctor Nakata me pidió que una de ustedes vaya a la enfermería
-¡Rayos! ¿Justo ahora? –preguntó Lily apesadumbrada
-Mañana te repondré el tiempo perdido –la consoló Genzo sonriéndole
-Más te vale –advirtió la mexicana haciendo un puchero- Nos vemos luego
Lily se encaminó hacia la enfermería. Una vez allí descubrió que la enfermera preparaba un inyectable.
-¿Dónde está el doctor, Togi? –preguntó la muchacha, sacudiendo su paraguas
-En el consultorio –respondió ella, entrando delante de la joven
Una vez adentro, Lily iba a preguntarle al doctor para qué las necesitaba, pero la imagen que vio allí respondió por sí sola.
-Dígame doctor –preguntó, evitando dirigirle una mirada de desprecio a Ken, que estaba recostado en la camilla
-Necesito que busques el folio del joven Wakashimazu –pidió el médico- Quiero saber si es alérgico a algún antibiótico
-¿Y por qué no se lo pregunta? –"sugirió" Lily
-Tuve que ponerle un sedante –contestó el doctor Nakata
-Ah... –murmuró la joven picada por la curiosidad, pensando luego- "Todo lo que le pase se lo merece y todavía es poco"
La interna efectuó la solicitud y fue en busca de dicho archivo. Cuando lo encontró se tardó un rato más intencionalmente para no tener que ver por mucho tiempo al karate keeper.
-Aquí está doctor, ¿algo más en lo que pueda ayudar?
-Nada, gracias –contestó el galeno, leyendo el archivo- Bien, puedes retirarte
-Con su permiso
Pensativa e intrigada, Lily retornó al campo de entrenamiento, donde seguía lloviendo, así que decidió refugiarse bajo su paraguas. En eso vio aparecer a Hana y Marie, quienes pese al tiempo se quedaron a esperar para ver el entrenamiento.
-Hola Lily –saludó Hana rato después
-Ah, hola Hana
-Disculpa, pero ¿podrías decirme dónde está Ken?
-Cuál Ken –contestó Lily fingiendo demencia
-Wakashimazu
-¡Ah, no lo vi! –mintió la mexicana sin saber exactamente por qué
-Deberías preguntarle a tu hermano –sugirió Marie, de quien Lily recién notó su presencia
-No sé, como que lo he notado algo rehuyente a hablar sobre Ken
-¿Lo necesitas muy urgentemente? –inquirió Lily haciéndose la desentendida, ignorando las miradas de fuego de la alemana
-Bueno, sólo quería hablar con él
La lluvia comenzó a empeorar y el entrenamiento tuvo que suspenderse. Cuando Genzo se acercó y notó quiénes acompañaban a su novia, entendió (milagrosamente, digo yo XD) la mirada de complicidad de Lily, quien se retiró de allí. Ya en el comedor se reencontró con Genzo.
-¿Hablaste con Hana? –le preguntó Lily, sentándose junto a él
-¡No sé por qué esa estúpida fijación con Wakashimazu! –protestó el muchacho
-Aparentemente las Wakabayashi tienen algo mal en la región del cerebro que capta el buen gusto...
-Al menos a Hana puedo convencerla y sé que me hará caso, pero Paola...
-Paola te mandará al diablo antes que puedas decirle nada –analizó Lily divertida
-Si tan sólo me escuchara
-De escucharte, te escucha...lo malo es que no te hace caso
-Creo que no le hace caso a nadie, jamás lo hizo...
-Bueno, yo sí sé de alguien a quien le hace caso –comentó Lily, agregándole sal a su ensalada- Recuerdo que una vez tuvo un problema en el Hospital y recibió consejo de alguien...
-¿Quién "alguien"? –preguntó Genzo curioso
-Touya –contestó ella resueltamente
-Ah, ése –murmuró el muchacho de mala gana
-¿De verdad tampoco te llevas bien con él?
-No, y no es culpa mía, por cierto
-Supongo que no...
-¿Y dónde está Paola? No me digas que volvió a deprimirse y...
-Nada de eso, sólo tenía unos asuntos que resolver en el hospital
-¿Sabe lo de Ken? –preguntó intrigado
-No te entiendo
-Él está enfermo, por eso estaba en la enfermería, me sorprende que no lo sepas siendo la médico
-Pues evito todo tema referido a él –se defendió Lily con diplomacia
-No se lo vayas a decir –pidió Genzo
-Creo que él ya lo sabe
-¡No a él! A Paola, no le digas que está enfermo
-¡Claro que por supuesto que no! Ni tonta que fuera –se indignó Lily- Ése cretino se merece eso y más
-No debería decir esto porque es mi compañero de equipo, pero...tienes razón
-Siempre la tengo...
-Graciosa...
-¡Genzo! Tengo malas noticias para ti, y no es lo que piensas, no, la doctora Del Valle no se irá del campamento y tampoco se casará con Jun –hablaba Aoi sin detenerse- Aunque hacían una bonita pareja, pero no soy el más adecuado para opinar al respecto dado que nunca tuve novia, pero es mi humilde opinión; ambos me caen bien, digo, tú y él, por lo que me agrada que uno de ustedes haya resultado ser el elegido por la doctora, de todas maneras ella hizo la elección y te eligió a ti, lo que es bueno, dado que a Jun ya le conocemos una novia, y también hace una bonita pareja con ella...
-¡Aoi! Vé al punto –exigió Genzo impaciente
-Hoy no habrá entrenamiento –puntualizó el muchacho, viéndolo con carita de perrito asustado
-Je, gracias por el dato Aoi –dijo Lily con cariño, sonriéndole
-De nada doctora –respondió él complacido- Con su permiso
