6.-Aclarando Sentimientos

Hermione estaba con la boca abierta, totalmente sorprendida. Acababa de escuchar algo que no creía que iba a escuchar nunca. Ginny le acababa de contar todo lo que había pasado con Harry la noche anterior. Hermione no se lo podía creer.

-Hermione, cierra la boca y dame un consejo ¿Qué hago?- Ginny sonaba desesperada, había pasado la noche en vela pensando en lo sucedido con Harry.

-Bueno, primero lo primero ¿Te gusta?

Ginny la miró dudosa, la verdad es que por eso mismo necesitaba un consejo, después de negarlo por cuatro años había una prueba de que todavía sentía algo por Harry. Levantó la mirada y se encontró con los ojos de Hermione que la miraban expectantes. No había razón para mentirle a su amiga.

-Sí, todavía me gusta.

Hermione soltó un pequeño chillido de emoción. Por fin Ginny admitía sus sentimientos, todo saldría perfecto. Ahora sólo había que juntarlos y dejar que la naturaleza siguiera su curso.

-Bueno, si el te correspondió el beso es por que tu también le gustas. Así que no veo razón por lo cual no decírselo.

-Eh... Déjame ver. Tal vez porque si Harry realmente sintiera algo por mi no estaríamos en esta situación. Después de cuatro años no creo que él siga sintiendo algo por mí.

-Ginny, Harry no ha dejado de pensar en ti ni de quererte en todos estos años. Yo lo sé, es así. No dudes, si quieres que algo suceda tienes que hacerlo pasar.

Ginny se quedó pensando en lo que Hermione le había dicho toda la mañana. Ahora que había sincerado sus sentimientos lo que decía su amiga tenía bastante lógica, pero era demasiado cobarde como para ir donde Harry a decirle todo lo que sentía.

Hermione pasó el resto de la mañana estudiando, la medimagía era complicado pero, tal vez por eso, le gustaba mucho. Cerca del mediodía sonó el teléfono. Era Ron que la invitaba a almorzar, Hermione iba a aceptar pero al mirar a su alrededor vio a Ginny que estaba bastante pensativa, le preguntó a Ron si la podía invitar ya que a Ginny le haría bien distraerse. Ron no puso problemas pero Hermione no contaba con que a él también se le ocurriría invitar a alguien: a Harry.

Cuando se encontraron en la cafetería que estaba a dos cuadras del apartamento de las chicas, Ginny sintió que el mundo se le venía encima. Ella y Harry se miraron pero apartaron sus ojos enseguida, parecían bastante incómodos pero sólo Hermione lo notó, seguramente Ron no sabía lo que había pasado la noche anterior. Ellos trataron de actuar lo más normal posible pero no lo consiguieron, agradecieron bastante que Hermione acaparara la conversación hablando de los problemas obvios que tenía el ministerio. Todos participaron de la charla y poco a poco la situación fue haciéndose menos incomoda, hasta se animaron a debatirse las ideas entre ellos.

Luego de comer volvieron al apartamento de las chicas para seguir charlando. Aparentemente despotricar en contra del ministerio le gustaba a todos, según Harry había demasiadas fallas que se arreglarían explorando nuevas áreas pero para eso habría que trabajar en conjunto con mucha gente de distintos sectores del ministerio y nadie estaba dispuesto a ellos. Hermione estaba indignada por la falta de apoyo que había hacia el hospital y Ginny pensaba que creando un buen proyecto podrían solucionarse las fallas mencionadas por Harry. Ron se mantenía al margen de la discusión y de vez en cuando comentaba algo.

Harry y Ron se fueron bastante tarde. Apenas se cerró la puerta del apartamento Hermione se volvió hacia Ginny y le preguntó si se había decidido a hacer algo.

-Sí, decidir como le digo a Harry todo lo que siento.-Luego de decir esto, Ginny se fue a su habitación dejando a Hermione perpleja, ese había sido un día lleno de sorpresas para ella.


Durante el transcurso de la semana Ginny no dejó de pensar en como decirle a Harry lo que sentía. Debió quedarse trabajando hasta tarde muchas noches ya que al estar tan desconcentrada tenía que rehacer todos los informes. Se moría de ganas de hablar con Hermione pero esta también llegaba tarde todas las noches, aunque no por trabajo sino porque salía con Ron.

El viernes por la noche Ginny llegó temprano al apartamento pero como Hermione aún no llegaba y no había nada en la televisión decidió ir a hacer las compras. Ella siempre iba a un supermercado que quedaba a diez cuadras del departamento, quedaba lejos pero era el único lugar donde vendían sus cereales favoritos.

Ginny camino hasta el supermercado, era un lugar pequeño en el que las cosas estaban bastante amontonadas, no era un lugar ordenado pero siempre había una cantidad respetable de gente adentro.

Ginny cogió un carrito y comenzó a poner cosas en él. Estaban en el pasillo de los cereales buscando su distraídamente su favorito cuando chocó de espaldas con alguien. Se volvió inmediatamente a pedir disculpas y se encontró con el moreno que había ocupado su cabeza toda la semana.

-Gin, hola.

-Harry... ¿Cómo estás?

Ambos parecían bastante nerviosos, no se miraban a los ojos y les temblaban las manos. Ginny se dio cuenta de lo ridícula que era la situación y decidió seguir el consejo de Hermione: tomar la iniciativa.

- Quería llamarte.- Fue lo primero que salió de la boca de Ginny.- Ya sabes, para aclarar nuestra situación.

-¿Sí? Yo también quería hablar contigo. Bueno...

-¿Qué te parece si cenamos mañana? Digo, sé que es pronto pero, bueno, da lo mismo, la cosa es que necesitamos hablar. Pon el lugar y la hora.

-Bueno, la cena me parece una buena idea. Te paso a recoger mañana a las ocho. ¿Te parece?

-Si, nos vemos mañana entonces. Adiós.

-Adiós.

Ginny cogió su cereal y se marchó hacia la caja sin mirar atrás. Estaba contentísima, por fin aclararían esa incómoda situación en la que estaban metidos. Terminó de pagar, tomó las bolsas y salió del supermercado.

Las cosas estaban tomando rumbo, ella y Harry hablarían y ella le diría todo, se desahogaría con él y terminarían juntos como siempre deberían haberlo estado. Iba pensando en estas cosas cuando una voz surgió en su cabeza:

-¿Y sí no¿ Y si todo se iba a las pailas porque Harry no quería estar con ella?

-No, no, no.- respondió otra voz en su cabeza.- cálmate y deja que las cosas pasen.

Ginny decidió seguir este último consejo. Iba tan concentrada en sus pensamientos que casi la atropellan al cruzar la calle. Llegó al edificio y vio en la entrada el auto de su hermano, Ginny estaba de buen humor por lo que decidió ir a saludar e invitarlos a tomar algo pero cuando se acercó vio que su hermano y su amiga estaban bastante ocupados besándose de una manera que a Ginny le pareció asquerosamente desesperada. Ginny sólo sonrío y subió al apartamento, después de todo quien era ella para juzgarlos, ellos se amaban y había que dejarlos tranquilos.

-¿Quién sabe?.- pensó.- A lo mejor yo sea la próxima en besuquearse así.

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Disculpen la demora pero empezó el colegio y no encontraba no tiempo ni inspiración. Igual este capitulo no esta muy bueno pero les prometo que el próximo será mejor.

Roci