7.- Celos Y Un Nuevo Romance
Ginny se despertó bastante aturdida a la mañana siguiente. Había pensado toda la noche en que le diría a Harry durante la cena y a que acuerdo llegarían. En algunos momentos se imaginaba que todo iba bien y que salía del restaurante como la novia oficial de Harry Potter... pero otras veces pensaba que el beso había sido sólo un error y que iban a quedar simplemente como amigos.
Luego de dar muchas vueltas a la cama decidió levantarse. Hermione se encontraba en la cocina tarareando una canción, parecía bastante feliz.
-Ya te iba a ir a despertar. ¿Te gustan los panqueques verdad?
-Si, obvio ¿Porqué estás tan feliz?
- Porque amo a tu hermano y porque al fin todo va bien.
-Jajaja. Sí, ustedes dos se quieren mucho, pero ¿Qué hizo para ponerte así?
-Bueno... Demostró que me amaba eligiéndome a mí en vez de a Lavender. Nos encontramos con ella, mejor dicho ella nos encontró con nosotros.
-¿Cómo es eso?
- Ella pasó por al frente del edificio y nos vio en el auto de Ron.
-Pues hasta yo los vi así que no sé que tiene eso de raro.
-Lo raro es que ella se acercó, toda confianzuda, nos saludó y se puso a coquetear con Ron en mi cara.
-Como en los viejos tiempos.
- Ahora entiendo porque nunca me cayó bien. Pero Ron se quedó muy tranquilo, tan inocente que es, ni se dio cuenta que esa perra estaba toda babosa por él.
-¿Eso te hizo tan feliz¿Qué mi hermano es un idiota que no se da cuenta que su ex le coquetea¿De verdad?
-Es que no fue tanto así. Cuando Lavender se ponía cargosa, Ron la rechazaba de una manera muy poco inocente, pero que demostraba que no quería estar cerca de ella. Y después la echó. Le dijo que nos íbamos y nos fuimos, sin siquiera despedirnos de esa...
- Ay Hermione, igual ustedes son los malos. ¿Para qué la provocan¿Para qué se besan enfrente de ella? Bueno, está bien que se demuestren que se quieren y todo, pero ustedes dos se besan como si se les fuera la vida en ello, como si fuera la última vez que van a estar juntos.
-Si tampoco es para tanto, nos besamos como una pareja normal.
- Ay, Hermione por favor. Si parecía que se iban a bajar del auto para ir derechito a tu alcoba.
Al oír esto Hermione se dio vuelta e hizo como si no hubiera escuchado el comentario de su amiga. Ginny vio como Hermione se ponía roja y no pudo evitar abrir la boca, sorprendida.
-¿No me digas que tú y Ron... que ese era el plan?.- Al ver que no obtenía respuesta Ginny decidió ser más directa.- ¿Tú y ron ya han... mmm, bueno... intimado?
Ginny y Hermione enrojecieron. La primera porque nunca había hablado de un tema como ese con nadie y la segunda porque le daba vergüenza admitir la verdad.
Hermione conocía a su amiga y sabía que Ginny no iba desistir hasta que le respondiera su pregunta, así que decidió evitarse algunos minutos de ofuscamiento y responderle de una, sin anestesia.
-Sí.
Ginny abrió aún más la boca. A pesar de que Hermione y Ron habían estado juntos por dos años, a ella jamás se le hubiera pasado por la mente que ellos ya habían avanzado tanto en su relación. Es más, siempre había pensado que Hermione era de las que esperaban hasta el matrimonio.
-¿Cuándo?
-Ay Ginny.-Hermione no quería hablar del tema pero sabía que Ginny no le iba a perdonar tan fácilmente el haberle escondido ese detalle por los dos meses que llevaban viviendo juntas.- Fue hace como un año, una vez que nos quedamos solos en Grimmauld Place. No estaba en nuestros planes, pero pasó y desde entonces se ha repetido en algunas ocasiones.
- Wow. O sea que lo de ustedes va en serio.
Hermione le dirigió una mirada bastante significativa a Ginny y esta decidió cambiar de tema. Le contó a Hermione su encuentro con Harry en el supermercado y los planes que habían hecho para cenar. Hermione se alegró de que Ginny quisiera aclarar su situación y después de desayunar ambas salieron de compras para conseguir algo apropiado para la ocasión.
Ginny y Harry estaban sentados en un restaurante mágico llamado "Candell". El moreno la había recogido puntual y habían hecho el trayecto al callejón Diagon en el auto de Harry hablando cosas de trabajo. Una vez en el restaurante ordenaron y repentinamente se quedaron en silencio.
-Bueno... creo que deberíamos ir al grano ¿no?-Harry rompió el silencio algo nervioso.- Digo, si quieres hablar.
-Está bien, aclarémoslo todo. ¿Qué significó ese beso para ti?-Harry no esperaba que Ginny fuera tan directa y se quedó pasmado en su asiento hasta que esta volvió a hablar.- Solucionémoslo de una Harry, al grano, simplemente responde.
El moreno se quedó cayado por unos instantes, pero no porque no supiera que responder sino porque estaba buscando las palabras adecuadas para expresar sus sentimientos.
-Significó mucho, significó que yo me diera cuenta de lo que realmente sentía por ti.
-Y ¿Qué sientes?- Ginny trató de hacer la pregunta con naturalidad pero estaba demasiado ansiosa por oír la respuesta.
-Yo... -Harry dudó si confesar sus sentimientos. Miró a Ginny directo a los ojos y se dio cuenta de que ya no podían jugar a este juego, que se estaban haciendo daño. Había que decirlo todo, de una como había dicho la pelirroja.- Todavía te amo.
Hermione se había quedado en el departamento estudiando. Era mucho lo que tenía que aprender y poco tiempo para hacerlo. La escuela de medimagia era mucho más ardua que Hogwarts y aunque detestara admitirlo, su relación con Ron era un estorbo, le quitaban horas valiosas pero valía la pena. Lo amaba y mucho.
De repente sonó el timbre. Hermione se levantó para abrir. Era Alex Sallarie, un compañero de la escuela de medimagia con el que iba a estudiar. Alex era alto y guapo, moreno y de tez blanquecina, llevaba una sonrisa rompecorazones algo burlona que era muy difícil sacar de su rostro, característica por la cual a Hermione le parecía simpático.
Alex entró sonriendo, llevaba en sus brazos una bolsa con un signo chino que parecía ser comida.
-Hola. Traje algo de comida china. Te agradezco mucho por ayudarme a estudiar, tú sabes que si bajo el promedio me quitan la beca y ahí muero.
-Lo sé. No te preocupes. Pasa, deja la comida en la cocina y empecemos de una vez que no sé como nos vamos a meter tanta cosa en la cabeza.
-Jajaja relájate mujer, ya verás lo fácil que será, a ti todo te entra y se queda grabado. Empecemos.
Estudiaron cerca de dos horas. Iban a ser las diez y media cuando decidieron tomarse un descanso para comer la comida china. Alex era un buen estudiante, no había que explicarle las cosas dos veces pero siempre olvidaba algún detalle importante, por el otro lado a Hermione le bastaba echar una mirada para saber de qué trataba la materia pero le pasaba que, como muy pocas veces en su vida, se le confundían algunos nombres.
Alex era bastante relajado, se tomaba todo en serio pero nunca se agravaba por nada. Era bromista cuando tenía que serlo, hablaba en los momentos propicios y sabía perfectamente como animar a alguien.
Luego de conversar y reír un buen rato siguieron estudiando y así los tomó por sorpresa la media noche. Cuando se dieron cuenta eran las dos de la mañana.
-Será mejor que me vaya.
-Ok. ¿Quieres que llame a un taxi?
-No, gracias, no tengo dinero muggle. Me voy caminando.
-¿Cómo se te ocurre? Yo te presto.- Hermione comenzó a buscar algo de dinero pero se encontró con la sorpresa de que no le quedaba ni un penique en la casa.- Increíble, no tengo nada.
-No te preocupes, me sé cuidar solo. Adiós.
-No. No puedo dejar que te vayas a pie. Vives al otro lado de la ciudad.- Hermione estaba desesperada buscando una solución al problema. El cajero automático más cercano estaba a tres cuadras pasando por un parque bastante oscuro.-¿Porqué no te quedas a dormir aquí? El sillón es bastante cómodo.
Alex se negó pero Hermione insistió por lo cual el chico terminó cediendo. La castaña le preparó una cama en el sofá, le dio una vieja playera de Ron para que durmiera mejor y se fue a acostar. En ningún momento se le pasó por la cabeza a Hermione lo problemática que iba a resultar su idea.
Ginny estaba perpleja. No sabía que decir. Había imaginado a Harry diciendo algo así en sueños pero nunca creyó que esa ilusión se haría realidad. Seguramente había escuchado mal, Harry no le había confesado que aún la amaba, él no sentía nada por ella, él la había abandonado hace dos años... pero la había abandonado para que no le sucediera nada, no porque no la amara sino porque la amaba demasiada como para exponerla a Voldemort.
Ginny se debatía internamente. No sabía que decir, estaba muda, todo sucedía demasiado rápido. Antes de que pudiera aclarar sus pensamientos Harry volvió a hablar.
-No te he podido sacar de mi cabeza.-Una vez que ya había comenzado, resultaba fácil continuar, sacarse todo eso que le oprimía el pecho.- Desde que me di cuenta que te amaba, cuando estábamos en sexto, tu imagen ronda mi mente. Y para qué decir que no has dejado a mi corazón tranquilo, te amo y no tengo ni la menor idea de porqué no te lo había dicho antes. Te amo y quiero estar contigo.
-Harry...
- El beso no fue un error, no fue una tontería, no fue algo que simplemente sucedió. Significó algo. Yo te amo. Y ¿Tú me amas?
Ginny estaba confundida, escuchaba a Harry decirle todo lo que había querido escuchar por mucho tiempo. No sabía que hacer. Harry estaba frente a ella mirándola expectante. Tenía que hacer algo. Y lo hizo, hizo lo primero que se le vino a la mente. Se levantó, rodeó la mesa, se paró frente a Harry y lo besó. Lo besó como nunca lo había besado, con todos sus sentimientos a flor de piel, transmitiéndole todo lo que sentía, esperando darle así la respuesta a su pregunta.
Se separaron lentamente y Ginny sonrió. Todos en el restaurante los miraban y en cuanto los tórtolos se dieron cuenta ambos se sonrojaron, Ginny volvió a su asiento.
-Supongo que eso responde tu pregunta.- sonrió Ginny.
Harry le sonrió devuelta. En ese instante llegó el mozo con la cena. Comieron lentamente, tomándose de la mano y mirándose directo a los ojos. Al salir del restaurante eran novios oficialmente y ambos irradiaban felicidad.
Como cualquier pareja recién formada no querían separarse así que fueron a dar la vuelta al parque y una vez allí a Ginny se le ocurrió la idea de ir al cine. Harry aceptó. Ginny siempre era espontánea y bastante astuta. Yendo al cine ganaría un par de horas al lado de su amado y una explicación coherente para Hermione de porqué llegó tan tarde.
Vieron una comedia y como había poca gente en el cine pudieron comentarla en voz alta y besarse sin preocupación alguna. Ginny llegó al apartamento cerca de las dos y media de la mañana. No prendió las luces pues sabía que caminando recto llegaría a su pieza, por lo cual no supo que Alex había dormido en el sofá hasta la mañana siguiente cuando Ron la despertara de sus sueños a gritos.
Alex estaba durmiendo plácidamente cuando el timbre lo despertó. Le tomó unos cuantos segundos recordar que estaba en el apartamento de Hermione. Sonó nuevamente el timbre y Alex se paró a abrir. Vestía simplemente unos bóxer y la playera que le prestó Hermione así que probablemente se imaginarán la expresión de Ron cuando un perfecto extraño le abrió la puerta del departamento de su novia y de su hermana.
Ron lo miró de arriba a abajo con una cara que expresaba su confusión. No alcanzó a procesar toda la información cuando vio salir a Hermione (que sólo vestía un camisón de dormir) de su habitación preguntando¿Quién era, Alex?
La expresión en la cara de Ron cambió súbitamente a una de rabia absoluta. Sin pensarlo dos veces se abalanzó sobre Alex gritando desaforadamente que como se atrevía, que quien se creía que era y una tanda de improperios bastante amplia, mientras comenzaba a golpearlo.
-Ron!- Hermione se acercó corriendo intentando separarlos pues Alex peleaba de vuelta.
En ese momento Ginny salió de su habitación bastante enojada porque los gritos la habían despertado, pero apenas vio la escena que tenía adelante se espabiló el sueño y tomó su varita.
-Petrificus Totalus!
Ron y Alex quedaron inmovilizados. Hermione se acercó a Ron y antes de que este reaccionara esta lo abofeteó.
-Eres un imbecil ¿Sabías? Alex lo siento tanto.- dijo acercándose a su amigo y deshechizándolo.- Lo siento pero será mejor que te vayas.
-Lo entiendo.- Alex cogió sus cosas y se vistió rápidamente.- Adiós. Nos vemos mañana, supongo.- Y salió del apartamento sin agregar nada.
Hermione procedió a desencantar a Ron y le pidió a Ginny que los dejara solos. Una vez que Ginny se fue, la castaña volvió a cachetear al pelirrojo.
-Bien merecido que lo tienes. ¿Cómo se te ocurre¿Quién crees que soy¿Acaso no me conoces¿De verdad crees que yo te haría algo así?- Hermione sonaba firme aunque tenía los ojos llorosos.
-¿Quién era ese tipo¿Qué hacía aquí?
-Ese es Alex Sallarie, un compañero de la escuela de medimagia. ¿Que qué hacía aquí? Vino a estudiar conmigo, se le hizo tarde y no tenía como devolverse a su casa. ¿Contento? Eres un estúpido.
-¿Qué querías que pensara? Vengo a ver a mi novia y me encuentro con un tipo medio desnudo paseándose por el apartamento.
-Ron, tú no pensaste. No había nada que pensar. Tú simplemente me buscabas y me preguntabas que onda con el tipo, se supone que confías en mi no. Parece que no. Ándate por favor.
-Pero...
-Ándate.- Gritó Hermione bastante enojada.
Ron siguió insistiendo pero cuando Hermione tomó la varita supo que lo mejor sería que se fuera. Se fue apesadumbrado, reconociendo internamente el error que había cometido y cuando cerró la puerta pudo escuchar como Hermione lanzaba algo al suelo y repetía nuevamente "imbecil".
Ese domingo Hermione no asistió al almuerzo familiar Weasley. Ginny trató de convencerla de que fuera y trató de animarla contándole todo lo ocurrido con Harry. Hermione se alegró por Ginny pero esta no logró hacerla cambiar de idea respecto a ir al almuerzo.
Una vez que Ginny se fue, Hermione comenzó a sollozar. Sollozaba de rabia y dolor. ¿Cómo podría llegar Ron a pensar algo tan estúpido acerca de ella¿Porqué ese pelirrojo que la volvía loca era tan tonto? Pasó toda la tarde lamentándose por lo ocurrido.
Durante la semana que siguió al incidente Hermione no habló con Ron. Este la buscaba pero no tenía éxito. Hermione trabajaba hasta tarde, luego se quedaba estudiando en el hospital y volvía al apartamento cerca de la medianoche. Regresaba tarde, pero no le importaba la hora a la que llegara si de todas maneras no podía conciliar el sueño.
Poco a poco, durante la semana, la rabia de Hermione se fue esfumando y convirtiéndose en tristeza, es por eso que trabaja más de lo normal y estudiaba todo lo que podía porque si estaba quieta todo volvía a su cabeza y se sentía mal, se sentía triste, traicionada, pero sobretodo herida.
Pasó la semana y volvió a llegar el domingo. A pesar de estar en pleno otoño brillaba el sol, pero a Hermione no le apetecía salir. A las cinco de la tarde la llamó el conserje diciendo que había llegado un paquete para ella y que debía bajar a firmar el recibo. Hermione bajó algo sorprendida pues no se imaginaba quien podría haber mandado algo.
Cuando llegó al vestíbulo vio que este estaba lleno de rosas rojas a medio abrir. Estaba tan confundida que se sobresaltó bastante cuando escuchó su voz a su lado.
-Tienes razón, soy un imbecil, un estúpido que no piensa y se deja llevar por impulsos. Soy todo lo que dijiste que era.
Hermione se dio vuelta para mirarlo a los ojos. Ron notó que la castaña había estado llorando y se sintió aún más culpable.
-Pero te amo, y el amor lo hace uno hacer locuras. En el fondo sabía que tu no harías algo así, que no me traicionarías pero la sola idea de perderte se me hizo insoportable y me descargué en tu compañero. Por favor perdóname. Te amo.
-Ron... Tú no sabes como duele. No sabes como es que la persona que uno amas te trate así. Yo no me merecía eso, no merecía que llegaras a pensar algo tan feo de mí.
-Lo sé, por eso me disculpo. De todo corazón. Hago lo que quieras.
-Prométeme que nunca más me vas a hacer una escena de celos.-Al ver que no obtenía respuesta de Ron, Hermione le levantó la cara y lo miró a los ojos.- Yo te amo y quiero perdonarte, pero debes prometerme, jurarme, que no vas a dejar que ni los celos ni los impulsos destruyan nuestra relación. Yo no puedo vivir en estas condiciones, no puede ser que cada vez que un tipo se me acerque te alteres.
-Está bien, lo juro. Te amo, perdóname.
Hermione se acercó y lo besó lentamente. Cuando se separaron le sonrió.
-Y le vas a pedir disculpas Alex. Que bochorno más grande, primera vez que va a mi apartamento y lo tratan a puñete limpio.
-Está bien. Ahora llevemos todas estas rosas al departamento que parece que aquí estorban.
Hermione volvió a sonreír. Así fue como terminó la primera de muchas peleas por celos y desconfianza. Peleas que marcarían profundamente aquella hermosa relación.
Sorry por haberme demorado tanto pero el colegio me tenía hasta el cuello. Espero que les guste. Me pareció que no en una relación no todo es rosa así que había que empezar a complicarla, pero esto no para aqui, entre Ron yHermion van a pasar muchas cosas antes que su relación se consolide, e incluso después seguirán teniendo dificultades.
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Roci
