Atrapada en mi propio mundo
-Mi cuerpo se siente pesado, pero al mismo tiempo siento que estoy flotando. Abro los ojos y veo que me encuentro sumergida en agua, trato de nadar a la superficie pero nada funciona, estoy comenzando a quedarme sin aire. Sentí como unos brazos rodeaban mi cuello por detrás, vi sobre mi hombro y ahí estaba Kuso sonriéndome.
-Kuso: La sangre de ese chico sabe deliciosa, más que cualquier otra cosa que haya probado-Me susurro al oído y al instante el agua se tiñó de rojo-Tienes que conseguir más para mi…
-Con una mano me empujó hacia la superficie y al salir vi una luna brillante bañada en azul rojizo, es…
-Kuso: Tal y como la de ese día… el día en que "esa" persona destruyo tu hogar, el día…-Ahora estábamos frente a una casa destruida y Kuso detrás de mí, agarrándome de los hombros, aproximándose más a mi susurro en mi oído-…en que todo acabo para ti…
-Parpadee y ahora me encontraba parada en medio de las ruinas de aquella casa y podía ver a un hombre dándome la espalda a unos metros de mí.
-¿?: ¡Maldita mocosa…, no llegaras tan lejos!
-Comenzó a hablar en una lengua desconocida y me llego un olor amargo, arrugue la nariz enseguida lo olí. Parpadee de nuevo y ahora estaba parada frente al orfanato Sambara, retrocedí enseguida hasta que mi pie choco levemente contra lo que parecía sentirse como una canasta, di media vuelta y precisamente era una canasta con un bulto cubierto por una pequeña manta junto con un pequeño papel un poco arrugado sobre este. Me arrodille frente a la canasta, posicionando levemente mi mano sobre el bulto y este se movió haciendo que mi mano se detuviera, volví a acercarla y con cuidado destape el bulto. Retrocedí de golpe al ver su contenido ocasionando que mi espalda chocara contra la puerta del orfanato al hacerlo, ignore el leve dolor de la espalda aun observando perpleja al ver lo que contenía la canasta: Una bebe con orejas y ola de gato negras con los ojos cerrados. Esta abrió levemente sus ojos dirigiendo su mirada hacia mí, aquellos ojos que me veían confusos… eran ámbar…
-Kuso: De bebe eras tan adorable, claro que…este lugar lo arruino todo.
-Me sorprendí al escuchar su voz a mi lado y la mire alterada al darme cuenta de lo que estaba diciendo, hasta que vi la manera en que veía a la bebe: con ternura, tristeza y melancolía. Mi expresión cambio a una confusa.
-Se escuchó como detrás de nosotros los cerrojos de la puerta se comenzaban a abrir y me voltee de golpe esperando ver a la directora comenzando a gritar al ver a Kuso pero al abrirse la puerta la directora solo vio a la bebe y su expresión fue de asco. En ese mismo momento quise matarla y me avente sobre ella pero solo la atravesé provocando que me golpeara la frente con la puerta, Kuso se comenzó a reír al verme y negó con la cabeza.
-Kuso: Por más que quieras matarla no puedes, por lo menos no aquí, este lugar es solo un recuerdo, no puedes cambiar nada-La miré dudosa, pero si hace unos momentos yo misma había destapado a la bebe.
-Amu: Hace unos momentos yo…-Ella me interrumpió poniendo una mano frente mi cara mientras que la directora entraba agarrando con asco la canasta y cerraba la puerta.
-Kuso: Digamos que…no fuiste realmente tú, sino otra persona, esa fue una parte de tu memoria que tuve que borrar temporalmente-Abatida, me quede donde estaba.
-Amu: Entonces…entonces… ¿de verdad…alguien me abandono…en este lugar?
-Desde siempre me lo habían dicho, incluso yo estaba al tanto, pero ahora que sabía que en realidad paso…se siente como si te dieran un golpe en el corazón…
-Kuso me miro con tristeza y a la vez con dureza.
-Kuso: Si, lo hicieron-Sentí otro golpe en el corazón-Pero tenían un motivo, uno muy importante que constituía en mantenerte viva-Me miro directamente a los ojos y al momento de que parpadee ya estábamos en el mundo que se suponía que era mi interior, mire el cielo directamente sintiendo la corriente de viento en mi cara-Sé que tienes muchas dudas, que sientes que tu corazón está siendo golpeado-La mire de reojo-Recuerda que soy parte de ti, siento lo mismo que tu-Asentí y seguí mirando el cielo el cual seguía opaco, incluso que más que antes. La corriente de viento se convirtió en la ráfaga de antes, se hizo más fuerte mientras me comenzaba a empujar-Es hora de que despiertes, están muy preocupados allí afuera-La ráfaga se hizo más intensa y me cubrí el rostro con los brazos-Ah y por cierto…dile que su sangre no sabe tan mal como lo imaginaba-La ráfaga se hizo más fuerte haciendo que cerrara los ojos.
(…)
-Mis parpados se sentían muy pesados por más que los intentara abrir era imposible, la voz de Kuro se escuchaba lejana.
-Kuro: Por favor, tienes que despertar,…no puedes morir y simplemente dejarme así, te necesito.
-Lo intento Kuro, pero no puedo, por más que quiera abrir los ojos no lo logro, intente mover alguna de mis extremidades pero lo único que logre mover fue uno que otro dedo.
-Kuro: ¡Megumi! ¡Natsuno! ¡Vengan, se acaba de mover!-Pasos veloces se acercaban a la habitación, la puerta se abrió de golpe y un quejido agudo, de Megumi claramente, se oyó. Unos pasos apresurados se dirigieron hacia mí y sentí como tomaban mi mano derecha.
-Megumi: Amu, por favor, despierta, la herida ya sano,… solo tienes que despertar…
-Amu: *Yo…no puedo*
-Otros pasos se acercaron a mí y me agarro la mano con más brusquedad. Claramente era Zero, solo él es tan brusco.
-Zero: ¡Escúchame, pequeña molestia, si no despiertas tendrás la más grande paliza de tu vida! ¡Me importa un demonio que estés inconsciente!-Silencio invadió la habitación-Tsk, maldición…solo despierta.
-Se escucharon 4 suspiros en la habitación, al final la voz de Natsuno resonó en la habitación.
-Natsuno: ¿Estás seguro de que se movió, Kuro? Desde hace una semana que no muestra indicios de querer despertar, debió ser solo tu imaginación.
-Amu: *¿Una semana…?*
-Kuro: ¡Les digo que no es así! ¡Vi que movió los dedos! ¡Sin duda alguna lo hizo!-Grito Kuro desesperado y a la vez colérico. Poco después se escucharon pasos dirigirse a la salida y la puerta cerrarse con suavidad-¡Maldición!-Se escuchó como algo golpeaba contra la pared-Maldición…-Se escuchó un sollozo lastimero y me alarme, trate de abrir los ojos con mayor fuerza pero esta inútil, no lo lograba-Te lo ruego…Despierta...
(…)
-No sé cuánto tiempo ha pasado…pero todo este tiempo los sollozos de Kuro resonaron en la habitación. Quiero despertar, quiero abrazar a Kuro para que deje de llorar por mí. ¿Por qué estoy así en primer lugar?
-Amu: *Tal vez…Kuso pueda responder*-Me relaje hasta el punto de ya no escuchar los sollozos de Kuro y poder abrir mis ojos para ver ante mí a Kuso riendo a carcajeadas.
-Kuso: En serio…ni siquiera yo me di cuenta de cuánto tiempo estuvimos aquí dentro…una semana…-Ambas nos sentamos, una frente a la otra-Esta vez sí estoy sorprendida-Me miro aun riendo a carcajadas-Ni siquiera puedes despertar por ti misma, que patético-La fulmine con la mirada y ella miro al cielo haciéndose la inocente.
-Amu: ¿Por qué estoy así en primer lugar? ¿Por qué no puedo despertar? ¿Qué me paso exactamente?-Ladré.
-Kuso: Oye, oye, con calma…primero lo primero, ¿recuerdas lo que paso antes de que te desmayaras?
-La mire comenzando a irritarme por supuesto que lo recuerdo, sentir como algo me atravesaba el estómago mientras que algo líquido y espeso se esparcía sobre este, un olor metálico, Kuro y Zero gritando con desesperación, yo cerrando los ojos y perdiendo la conciencia con un sabor extremadamente dulce en la boca. Asentí perdiendo lo paciencia.
-Kuso: Al parecer recuerdas lo que sentiste y viste, pero no lo que no viste. Estabas desorientada así que tus sentidos estaban atontados-Despego la mirada del cielo y me miro con seriedad-Esa escoria que se hace llamar demonio te atravesó el estómago, debido a que no te habías alimentado desde hace un año y en tu décimo cumpleaños comenzaste a tener la necesidad de alimentarte…-Miro el capullo con tristeza-Veras… esas pastillas calman tu hambre, están hechas para eso, pero no te fortalecen como la carne o la sangre, precisamente porque son pastillas. Desde que cumpliste 10 te has alimentado de ellas, solo unas semanas, con eso es suficiente. No tienes la fortaleza necesaria, tienes la resistencia de un humano, por eso te desmayaste.
-La mire atónita, la resistencia de un humano…tienes que estar bromeando ¿por eso no puedo despertar?
-Amu: Si es que tengo la resistencia de un humano… ¿Cómo es que aún estoy viva?-Ella sonrió orgullosa y me miro con arrogancia.
-Kuso: Estas viva porque tienes a un demonio increíble dentro de ti-Rodee los ojos y ella prosiguió-Y…porque…-Sonrió con simpleza-Tienes un muy buen amigo que te dio a beber su sangre-¿Qué…?-Ese sabor dulce que sentiste en el último momento de estar consiente era su sangre, al no haber tomado sangre desde hace un año tu cuerpo entro en shock.
-Abrí los ojos a más no poder, sin poder creerlo.
-Amu: Su sangre…yo la tome…por mí, el…lo hizo…-Agarre mi cabeza con brutalidad con ambas manos. Quería morirme en ese momento, bebí la sangre de mi mejor amigo, bebí la sangre de mi hermano, bebí la sangre de lo más preciado que tengo en este mundo. Mi cabeza daba vueltas y se sentía como si en cualquier momento fuera a explotar-Yo…yo…-Kuso me miraba con lastima. Mi cabeza comenzaba a doler, por impulso cerré los ojos y comencé a gritar para liberar el dolor como si no hubiera un mañana.
-La voz distorsionada de Kuro se escuchaba a la lejanía.
-Kuro: ¿¡Amu, que pasa!? ¡Resiste! ¡Espera!-Su voz dejo de escucharse de un momento a otro.
-Yo seguía gritando sin parar. Algo me agarro del brazo y me jalo hacia el envolviéndome en sus brazos, aquellos brazos eran cálidos. Abrí los ojos y ahí estaba Kuro, todavía abrazándome, escondiendo su cara en mi cuello, instantáneamente lo abrace. Este es mi interior, ¿Cómo puede estar aquí?
-La ráfaga de viento comenzó a empujarnos y un destello de luz nos cegó, momentos después abrí los ojos con lentitud y ahora estábamos en mi habitación, aun abrazados. El empezó a acariciarme el cabello y se aferró aún más a mí.
-Kuro: Por fin…por fin…despertaste…-Por cada pausa que hacia se escuchaba un sollozo, lo abrace con más fuerza, conteniendo las lágrimas-Maldita idiota…no…me causes…estos sustos-Cada sollozo me rompía el corazón, así que me intente separarme de el para mirarlo a la cara pero él me agarro con más fuerza, impidiéndolo-Quédate quieta…déjame estar así unos minutos más…-lo comprendo, no quería que lo viera llorar, siempre odió que lo viera llorar. Acercó su boca a mi oído y susurro con una voz quebrada pero a la vez alegre-Bienvenida a casa.
-Amu: *Casa…es cierto…estoy en casa*-Una que otra lagrima se escapó de mis ojos y repose mi cabeza sobre el pecho de Kuro-*Estoy en casa…*
