La chica de voz angelical y el perdón de dos hermanos
-El pudo habérmelo ducho, me pudo haber dicho porque razón me salvo en realidad.
-Amu: ¿Entonces…la razón por la que está conmigo…es para protegerme?-La mire impaciente-¿¡Porque no me lo dijo cuándo nos conocimos!?-Ella me miro aun con seriedad y suspiro
-Kuso: Ni siquiera él lo sabía… y yo tampoco. Cuando lo conociste pude notar una fuerza demoniaca, era muy débil pero ahí estaba, algunos animales llegan a tener una leve fuerza demoniaca dentro suyo por accidente cuando nacen, yo pensé que esa era la razón, ahora lo entiendo-Ella miro a otro lado con desprecio-Él fue el más débil de su camada
-Sentí una punzada en el corazón, el más débil, y aun así pudo sobrevivir en este mundo, se hizo un superviviente.
-Amu: ¿Por qué él está en la tierra? ¿No se supone que a esa edad los demonios deben estar en el infierno?-Pregunte en voz baja, pero hablando lo bastante fuerte como para que Kuso me escuchase
-Kuso: A los demonios…-Sacudió la cabeza y se corrigió-…a los protectores se les examina su nivel de poder demoniaco cuando nacen, dejan que crezcan un poco para volver a examinarlos, después comparan los niveles y…destierran al más débil al mundo de los humanos para que muera o quede consumido por el egoísmo que le ofrecen los humanos.
-Al decir todo eso la mirada de Kuso era fría y sombría. De un golpe recordé lo que le dije hace unos minutos a Kuro, tal vez horas: ¡Eres un gato estúpido y egoísta al igual que los humanos! . Me sentí culpable en ese momento, el había estado solo desde siempre al igual que yo y le dije que era igual de egoísta que los humanos.
-Kuso: Los Kiryuu al verlo en tus recuerdos supieron al instante que era un protector, el más débil de la camada, el desterrado. Todos los protectores están destinados a proteger a una sola persona, incluso desde antes de nacer, Kuro fue el más débil de la camada, tu eras una hibrida, estaban destinados a estar juntos desde el principio. Si no fuera por los Kiryuu él no hubiera sabido lo que era ni que le había ocurrido antes de llegar al mundo de los humanos. Siempre que los Kiryuu lo interrumpían cuando trataba de decirte algo, era para protegerte a ti y a él. El en realidad quería contarte tu historia, la historia del día en que todo comenzó, tu nacimiento, tus padres, todo, excepto que fue expulsado, era lo único que él no quería contarte. Ciertas personas le contaron de tu pasado.
-Amu: El sabia mi historia ¿entonces porque no quería contarme la de él?
-Kuso: Eso… es algo que ni siquiera yo puedo decirte.
-Amu: ¿Yo podría preguntarle lo que en verdad paso el día de mi nacimiento y me lo dirá?-Pregunte esperanzada y Kuso me miro entrecerrando los ojos
-Kuso: Aun no estás lista para saber la verdad, aun debes esperar. Si te contaran todo de golpe tu vida sería más retorcida de lo que es ahora. Por esa misma razón solo te muestro fragmentos con algunas cosas distorsionadas por mí, por esa razón Zero te cuenta esas "historias", él también sabe una parte de tu pasado, a él se le fue contado también. Y respecto a eso… es hora de un pequeño fragmento, no es un recuerdo tuyo exactamente, era de una persona cercana, tiene que ver con tus recuerdos, no te enseñare quien es, pero por el momento su voz te calmara.
-Todo el lugar comenzó a brillar, cegándome. Cerré los ojos y los abrí al ver como el reflejo de la luz desaparecía de mis parpados.
-Ahora estaba en una habitación de aspecto victoriano. Me encontraba recargada en la cabecera de metal en una cama con cobijas de seda color verde oscuro, la cabecera era color dorado, se expandía de las dos esquinas de la cama hasta comenzar a girar y expandirse a todos lados, terminando cada punta en un espiral. En cada una de las esquinas había un soporte de metal de unos 2 metros, las cuales sostenían lo que parecía una cortina por encima de la cama. A mi lado había una lámpara de noche de color amarillo sobre un escritorio de nogal. En una esquina se encontraban dos sillas y una mesita, las patas de la mesa y las sillas estaban levemente onduladas. Frente a la cama a unos metros había un par de ventanas juntas en forma de puerta, que conducían a un balcón rodeado de flores, con ventanales a los lados.
-La puerta se abrió de repente y vi a una chica de unos 12 años máximo, con un vestido victoriano al igual que la habitación, de color rosa, cargando una bandeja con dos tazas blancas y una tetera humeante con la clave de sol rodeada de espirales en el centro de cada una. El rostro de la chica era borrosa al igual que su cabello, estaba demasiado distorsionada como para que pudiera identificar quien era.
-¿?: Al parecer ya despertaste, mama, traje un poco de té-Su voz era melodiosa y angelical, a duras penas vi que sonrió abiertamente
-¿?: In…-La voz sonó distorsionada al pronunciar lo que supongo seria el nombre de la chica-…eres muy gentil y atenta-Me sorprendí un poco al ver a mi lado a una mujer de unos 27 o 28 años, con un vestido rojo con bordes negros. Tampoco podía ver su rostro-In…-Su voz de nuevo se escuchó distorsionada-… ¿podrías cantarme?, me gusta mucho esa canción, tu voz hace perfecta esa canción-La mujer sonrió
-In…: ¡Si, mama!-Exclamo emocionada la chica y deposito la bandeja en el escritorio, para después agarrar una silla de la esquina para después ponerla frente a su madre, la cual se encontraba sentada en la cama. La chica respiro profundamente para comenzar a cantar.
En mi interior… tu sinfonía empieza a resonar…
Las lágrimas… lo único que hacen es caer…
Entiéndelo
-Su voz era hermosa, podía llegar a los tonos bajos y altos sin problema, su voz es tan…hipnótica.
Tus ojos fueron dados para observar a otros…
Tu voz te fue dada para guiar a los demás…
Tus manos fueron dadas para abrazar a quienes más te importan…
-Por alguna razón me sentía tranquila, al escuchar su voz sentí una sensación cálida en mi pecho, esa sensación solo la podía sentirla con Kuro y con Zero, su voz era tan angelical. Si esto es parte de mis recuerdos, quiero recuperarlos lo antes posible para saber quiénes son estas personas, en especial la chica.
Todos los seres del planeta…
Si son capaces de escuchar mi canción
La verdad está dentro de ustedes, sigan a su corazón
Incluso solo cuando vez soledad
Recuerda que te seguiré hasta el final…
Ve y recuérdalo…
Ah…
-Al final de la canción, un pensamiento cruzo mi mente: aun había humanos bondadosos. Si mi familia fue así, si los Kiryuu son así, tal vez en realidad no todos los humanos son malos, no todos los humanos son egoístas, Kuro no es egoísta.
-¿?: Tu voz es asombrosa, In…-El nombre volvió a distorsionarse y mire anhelante a la chica, necesito saber su nombre, solo quiero eso.
-Kuso: Solo por esta vez te dejare escuchar su nombre, es lo único que puedo darte por el momento-Resonó en la habitación
-¿?: Ino…, serás una gran cantante-La mujer sonrió. Solo pude escuchar una parte de su nombre, el resto se escuchó distorsionado, solo un poco más-La mejor cantante, Inor… K…, esperare con ansias ese momento-Un poco más, solo un poco más.
-Inor…: Mama, a ti te encanta decir mi nombre, ¿qué significa en realidad mi nombre?-La chica miro tranquilamente a la mujer
-¿?: Tu nombre significa oración
-Inor…: ¿Oración? ¿Porque me pusiste ese nombre?
-La mujer se levantó de la cama y se puso a la altura de la chica
-¿?: Porque toda mi vida estuve orando para que algo cambiara mi vida, y ese cambio fuiste tú-La mujer abrazo a la chica-Mi pequeña y preciosa Inori
-Amu: Inori-Murmure por lo bajo y por alguna razón sonreí al pronunciarlo
-Kuso: Es suficiente, Amu, debes despertar-La ráfaga de viento comenzó a empujarme pero por un momento pude ver Inori dirigirme una sonrisa
-Inori: Amu…
-Abrí los ojos sorprendida y la ráfaga me empujo con más fuerza, yo como pude me quede en ese lugar. Esta vez mantuve los ojos abiertos en todo momento. Todo había desaparecido mientras la ráfaga de empujaba, solo estaba Inori cubierta por completo por una capa negra con capucha, la capucha le cubría parte del rostro, pero se lograba ver una sonrisa. Ella desapareció y yo cerré los ojos, al abrirlos de nuevo Megumi me miraba atónita y con los ojos muy abiertos desde las puerta del armario. Yo solo la observe en silencio durante unos cuantos minutos al igual que ella a mí. Hasta que ella rompió el silencio.
-Megumi: Tu… pronunciaste el nombre de Inori-Se hincó y me miro suplicante-¿Acaso sabes algo de ella?-Ella siguió mirándome de esa manera, no pude evitar hablar.
-Amu: Kuso…me mostro los recuerdos de alguien más, y la vi.
-Megumi me agarro de los hombros
-Megumi: ¿La viste? ¿En serio la viste?-Sus ojos estaban impregnados en desesperación
-Amu: Bueno, no en realidad, Kuso no me dejo ver su cara, pero aun así era solo un recuerdo, parecía tener unos 12, en realidad no lo sé, solo vi que estaba con una mujer.-Recordé la manera en que cantaba- *Tiene una voz hermosa y armoniosa*-Pensé
-Megumi: Si, la tenía-Sonrió con melancolía. Pensé en voz alta al parecer. Alto. ¿La tenia?
-Amu: ¿Por qué dices que la tenía? ¿Acaso ella esta…?
-Aun sin contestarme Megumi se irguió y me ofreció una mano, yo la tome y nos dirigimos a la puerta, no sin antes cerrar las puertas del armario, salimos de la habitación y subimos las escaleras del sótano, cerramos la otra puerta y seguimos subiendo escaleras hasta que nos detuvimos a unos escalones, cerca del primer piso. Ella se sentó en un escalón y dio unas palmadas al lado suyo, indicando que me sentara. Ella miraba la puerta que dirigía a las escaleras que dirigen al sótano.
-Megumi: Inori era mi sobrina, ella desapareció en un accidente, una explosión en específico, solo encontraron el cuerpo de mi hermana. Todos la tomaron por muerta, incluso yo llegue a pensarlo, semanas después de que ella desapareciera todavía no encontraban su cadáver y ahí me di cuenta que ella no estaba muerta. Simplemente decidió esconderse hasta el momento indicado. Lo sé, quiero creer que es así-Me miro con tristeza-Te la mostraría si tuviera una foto de ella, pero todo fue quemado.-Yo la mire incrédula
-Amu: ¿Por qué razón quemarían todo lo que fue de ella? Eran sus co…-La mirada de Megumi se ensombreció y me interrumpió de golpe
-Megumi: Ella fue tomada por una traidora
-Amu: ¿Ella era una traidora?-Entonces la canción de hace unos minutos… ¿fue mentira?
-Megumi: Mi hermana, la madre de Inori, rompió la regla más importante para nosotros los cazadores de demonios, eso se considera traición, por lo tanto al ser su hija también a ella se le consideró una traidora. No le dije a nadie porque sabía que la buscarían. Aun así quemaron todas las cosas de mi hermana, al igual que las de Inori, bueno, casi todas.-Metió su mano debajo de la camisa y saco una cadena de oro con un medallón plateado, se lo paso por encima de la cabeza y me lo puso en la mano-Ábrelo-Me indicó.
-Yo lo vi detenidamente y en medio del medallón habían raíces talladas que recorrían todo el medallón hasta el borde de este, donde había una flor, tome la flor y el empuje hacia la izquierda haciendo que el medallón se abriera.
-Dentro había una foto de ambas en blanco y negro, la mujer estaba sentada en la misma silla en la que Inori se sentó, con el mismo vestido con el que la había visto, su rostro era de aspecto delicado, sus ojos angulosos mostraban bondad, su cabello ondulado cayendo en cascada sobre sus hombros. A su lado se encontraba Inori de pie, estaba segura por su estatura y su mismo vestido, aunque su rostro estuviera rayado se podía admirar su cabello lacio, unos mechones de ambos lados de la parte de enfrente eran más cortos que los demás, ambos caían sobre sus hombros, con pequeños moños en la punta de ambos.
-Amu: Su rostro…
-Megumi: Fui yo la que lo hizo-Lo mire interrogante-En algún tiempo yo le tenía un odio perpetuo, y borre su rostro de la foto por odio. El medallón era de mi hermana, lo único que pude salvar de ella, también recupere algo que le pertenecía a Inori, pero eso es otra cosa.-Ella evitaba mirarme mientras decía todo eso. Yo le tendí el medallón y ella lo rechazo con su mano-Quédatelo, quiero que tú lo tengas
-Me hizo una seña que dio a entender que me lo pusiera, lo hice y lo mire unos segundos.
-Ella se puso de pie y yo hice lo mismo. Nos dirigimos a mi habitación en silencio. Al llegar abrí la puerta y vi a Kuro sentado sobre mi cama mirando el suelo con la mirada perdida. Kuro olfateo levemente y levanto de un golpe la cabeza con los ojos abiertos como platos. Yo lo mire a los ojos y vi dolor en ellos, recordé lo que me dijo Kuso y de nuevo sentí una punzada en el pecho A los protectores se les examina su nivel de poder demoniaco cuando nacen, dejan que crezcan un poco para volver a examinarlos, después comparan los niveles y…destierran al más débil al mundo de los humanos para que muera o quede consumido por el egoísmo que le ofrecen los humanos. . Es mi culpa que este así.
-Megumi: Los dejare solos, ambos necesitan hablar
-Megumi cerró la puerta tras de sí y yo me acerque lentamente a la cama, Kuro mantuvo sus ojos en mi todo el tiempo hasta que me senté a su lado, el desvió la mirada al instante. Mire su mano la cual se aferraba a las cobijas con fuerza, acerque lentamente la mía y la puse sobre la de él. Kuro se sobresaltó levemente, ignore eso y me acerque más a él, abrazándolo por el cuello, él se quedó quieto por unos instantes hasta que puso su mano sobre mi brazo y recargo su cabeza en la mía.
(…)
-Zero y yo llevábamos un rato dándonos codazos en las costillas, aprovechando que estábamos sentados uno al lado de otro, Kuro nos miraba con expresión divertida, Megumi se reía levemente mientras nos veía por el retrovisor del auto, Natsuno conducía con una sonrisa apenas visible, una que otra vez lo sorprendía viéndonos con disimulo por el retrovisor.
-Ayer Kuro y yo dormimos juntos ayer en la noche, él me había perdonado al igual que yo a él. Ahora mismo nos dirigíamos a la iglesia en donde me convirtieron en cazadora y a Kuro en humano. La ceremonia se llevaba a cabo hoy, por fin sabré en que arma se convertirá Kuro. Sonreí ante ese pensamiento.
-Una camioneta negra nos seguía. Antes de subir a la camioneta alcance a ver a una mujer de unos 40 años, de cabello negro, con las puntas quebradas, ojos grises que acompañaban una expresión seria. Un hombre de 60 años, de cabello canoso con la frente arrugada y los labios fruncidos. Un chico de 16 años, de cabello rubio peinado hacia atrás, de ojos negros y expresión aburrida. Una chica de unos 14 años, de cabello rubio y ojos negros al igual que el chico, debían ser hermanos, la expresión de ella era tímida. Todos habían subido a la camioneta con desgano.
-Probablemente, esta ceremonia hará que todo a mí alrededor cambie por completo… y estoy preparada para eso
