-Al llegar a la iglesia nos detuvimos frente a ella. Las camionetas se detuvieron detrás de la nuestra y Zero abrió la puerta de su lado. Kuro y yo nos miramos unos segundos antes de disponernos a bajar.
-Lo siguiente paso en solo unos segundos que me causo cierta gracia. Por distraerme con la mirada de Kuro mi cabeza golpeo con la espalda de Zero, ocasionando que el perdiera el equilibrio y estuviera a punto de caer, pero conociéndolo obviamente no se iba a quedar de brazos cruzados aunque haya sido un accidente. El me agarro de la camisa y yo también perdí el equilibrio y agite las manos buscando algo a lo que agarrarme.
-Kuro, que también estaba saliendo, sabiendo lo que yo iba a hacer intento agarrarse del respaldo del asiento de forma desesperada, rápidamente lo agarre del cuello de la camisa para evitar mi caída pensando que él ya se había aferrado a algo para sostener el peso de nosotros dos, pero fue inútil. Kuro no se había sujetado a nada y los tres caímos uno sobre otro. Con Zero hasta abajo, yo en medio y Kuro encima de mí. Los tres forcejeábamos por quitarnos de encima del otro ya que estábamos "atorados en el cuerpo del de abajo".
-Zero: ¡Quítate, molestia! ¡No eres ligera como una pluma! ¿¡Sabes!?
-Amu: ¡Primero dile a Kuro que se quite de encima y por cierto tu codo en mi costilla, eso tampoco es cómodo!
-Kuro: ¡Sería más fácil si alguien se quitara de encima de mi brazo! ¡Zero, idiota, me estas destrozando el brazo! ¡Tú tampoco eres tan ligerito!
-Zero: ¿¡Cómo quieres que lo sea con ustedes dos encima mío!?
-Los tres seguimos forcejeando mientras que Megumi y Natsuno, quienes vestían completamente de negro para la ceremonia, trataban de acercarse para separarnos sin que les diéramos una patada de tanto forcejeo. Los otros cazadores ya habían bajado de la camioneta, y presenciaban nuestra pelea.
-La mujer de cabello negro de ojos grises nos miraba incrédula, el hombre de cabello canoso y frente arrugada (que ya no estaba tan arrugada) nos miraba riéndose disimuladamente, la chica tenía en brazos un conejo rosa de peluche y lo abrazaba recargando su mentón en la cabeza del oso mirándonos atentamente. Por último el chico nos miraba con su semblante serio a excepción de sus labios los cuales estaban torcidos en una mueca de asco.
-Momentos después un silbido se escuchó en el aire y algo se enrosco en mi tobillo, era frio, duro y pesado. Al instante sentí como esa cosa me jalaba y todos salimos de encima del otro golpeándonos contra el suelo con fuerza, en especial yo. Mire mi tobillo y lo que se encontraba enroscado retrocedió de golpe con un chasquido.
-La cosa fría y dura resulto ser un látigo de metal, el cual estaba enroscándose por la mano y después por el brazo del chico rubio, el cual había borrado toda seriedad de su rostro y ahora nos miraba con recelo. El látigo parecía tener mente propia al moverse de esa manera, igual que una serpiente. Al haberse enroscado por completo en el brazo del rubio comenzó a hundirse en la piel de este hasta desaparecer y posteriormente convertirse en un tatuaje de un dragón.
-Horas antes no me percate del tatuaje, a pesar de que una musculosa azul oscuro con las palabras "Fuck you" en el centro con rojo, lo dejaba descubierto. Unos jeans y botas negras con cordones sin atar metidos dentro de las botas terminaban de conformar su vestimenta. El chico rubio era algo fornido, la blancura de su piel remarcaba sus venas, debajo de sus ojos negros se encontraban unas marcas oscuras, dando a entender que no dormía bien.
-¿?: No debegían estag pegdiendo el tiempo, mocosos, no estamos aquí para jugag-Nos recrimino con amargura en su voz y con los brazos cruzados. Un musculo en su mejilla se movió con brusquedad y miro al hombre de la frente arrugada y cabello canoso (que en este momento tenía su rostro completamente relajado) algo exasperado- ¿En gealidad tenemos que unig a estos mocosos? – Su voz era tranquila aunque parecía que perdería en cualquier momento el poco autocontrol que le quedaba
-Cada vez que pronunciaba la R la pronunciaba como G, intente no reír porque reconocí el asentó, era francés, y son cazadores, Megumi y Natsuno llamaron a los mejores, por lo tanto es más que obvio: Son la familia de cazadores Argent. Sabía que debía tenerles respeto, por más detestables que sean
-El hombre suspiro y vio a la mujer pidiendo ayuda, el hombre vestía un pantalón negro y un saco gris abotonado con el cuello de la camisa asomándose por la parte de arriba y unos zapatos negros de punta. En su mano portaba un anillo con la letra A en grande y un dragón alrededor de ella
-¿?: Debogah….-le suplico el hombre
-La mujer de cabello negro y ojos grises respiro hondo y se giró hacia el chico rubio con recelo
-Deborah: ¡Daniel Argent, ten más gespeto!-Le regaño la mujer al rubio-¡Ellos ahoga son pagte de la familia Kigyuu!
-Esta llevaba puesto un vestido blanco ceñido al cuerpo, con un collar de perlas que tenía un zafiro en el centro de este y calzaba unos zapatos de tacón rojos.
-A pesar de la edad que tenían el hombre y la mujer se veían más jóvenes con esas ropas.
-Daniel: Tsk, ya entendí abuela-Frunció el ceño y chisto. La chica rubia que probablemente era su hermana, se acercó a él y le acaricio el cabello tratando de tranquilizarlo.
-La chica tenía un vestido suelto corto, de color rosa pálido, una diadema negra con bordado blanco en el cabello y unos zapatos rosas con flores azules en las puntas de estos.
-Amu: *Su vestimenta es algo…tierna*
-El chico suavizo su rostro y quito la mano de la chica con gentileza. La chica sonrió y entrelazo su mano con la de él.
-Kuro y Zero, quienes habían estado callados en el suelo al igual que yo se dispusieron a levantarse. Kuro me tendió su mano para ayudarme a levantarme del frio suelo. Pude apreciar que su rostro demostraba una expresión sobria, mientras que la de Zero era seria.
-Megumi y Natsuno se acercaron a Deborah y al hombre de cabello canoso, los cuatro se vieron entre si y se alejaron unos 10 metros de nosotros para poder hablar en privado.
-Kuro y yo al ser demonios podríamos escuchar cada palabra sin ningún esfuerzo. Zero sabía que nosotros escucharíamos cada palabra y enarco las cejas con curiosidad. El camino hacia los rubios para hablar con ellos y sorprendentemente los tres se llevan muy bien.
-Deborah: Pegdonen a Daniel, él no está de acuerdo con hacer esto y no decirle al consejo-Miro a Natsuno son cierta retraimiento-Incluso Aagón y Ángela intentagon convenceglo pero aun así se niega a aceptaglo
-Aarón: Después de todo solo escuchaba a sus padges. Ángela aun siendo su hegmana…-Hablo el hombre de cabello canoso, al parecer él era Aarón y creo que Ángela es la chica rubia que esta con Daniel
-Megumi: Lo entendemos pero todos nosotros sabemos que el consejo se negaría rotundamente y peor aún, descubrirían que ella es la persona que tanto han estado bu…
-Un sonido de interferencia comenzó a perforarme los tímpanos para momentos después escuchar la voz de Kuso
-Kuso: ¿Estos Tres Sangres no te han enseñado que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas? Tu todavía no debes enterarte quien eres realmente, te lo dije, solo cuando llegue el momento te permitiré saberlo.
-Chiste por lo bajo sintiendo un dolor punzante en la cabeza, mientras que Kuro me miraba con preocupación; el cómo mi arma podía sentir una mínima parte de lo que yo sentía.
-Sacudí mi cabeza intentando ignorar el dolor y regrese mi atención a la conversación.
-Aarón: No tenemos opción ella es…-La interferencia volvió a hacerse presente nuevamente-de nuestga quegida…-El sonido de interferencia se escuchó de nuevo-pog lo tanto debemos pgotegerla.
-Natsuno: Aunque…-El sonido de interferencia me impidió escuchar de nuevo-haya roto las reglas, se lo prometimos, así que básicamente nosotros también hemos roto las reglas.
-Deborah: Entonces estamos todos de acuegdo en algo. Pgotegerlos a ambos del consejo, a ella y a su pgo…-El sonido de interferencia se escuchó más fuerte ocasionando que me doliera con intensidad la cabeza-al mismo tiempo que los ocultamos del consejo.
-Comenzó a dolerme la cabeza a horrores, forzándome a cerrar los ojos sin darme tiempo de reflexionar sobre lo que acababa de oír. Sentí las manos de Kuro abriendo mi boca en contra de mi voluntad metiendo las pastillas de sangre dentro de ella, obligándome a tragarlas.
-Kuro: ¿¡Qué demonios te he dicho sobre las pastillas!?-Me reprendió y yo lo mire asqueada por el sabor de las pastillas
-Amu: Saben demasiado asqueroso…
-Kuro: ¡Esa no es excusa! ¡La última vez que no tomaste tus pastillas cuando las necesitabas te desmayaste en medio del entrenamiento!
-Chiste ya que eso era cierto. Cada semana mi cuerpo se debilitaba lentamente a menos que tome una pastilla de sangre. El día que me correspondía no la tomé por simple capricho, eso ocasionó que me desmayara al primer golpe de parte de un tronco que silbaba por el aire hacia mí. Algunas veces mi cuerpo iniciaba a debilitarse antes de que se cumpliera la semana. Hoy era uno de esos días.
-Observé que Megumi venia hacia nosotros junto a Natsuno, mientras que los Argent iban con los chicos rubios. Natsuno se acercó a mí y se arrodillo frente a mí, tomándome de los hombros con gentileza, mientras que Megumi se alejaba unos metros con Kuro a su lado.
-Natsuno: Pronto tendrás tu propia arma para ser cazadora, ¿estas nerviosa?-Me miraba con una sonrisa alentadora.
-Amu: Solo un poco, pienso que dolerá como la última vez y…-Trague con pesadez recordando el día en que me volví parte de los cazadores y el dolor que tuve que aguantar durante varias horas al igual que Kuro. Natsuno suspiro y me miro a los ojos.
-Natsuno: Dudo que vaya a dolerles, después de todo ustedes ya son reconocidos como dos más de nuestra familia. Aun así tengo que preguntarte algo-Su expresión se volvió inquisitiva-¿Estas segura que quieres seguir con esto? Después de esto no habrá vuelta atrás.
-La pregunta me tomo por sorpresa. Me encontraba totalmente segura sobre todo esto, aun sin saber de qué hablaba Kuso o de lo que ellos hablaban hace unos minutos, sé que debo seguir con esto, para conocer más sobre Inori, más sobre el pasado de los Kiryuu y más sobre mi propio pasado.
-Yo asentí frenéticamente y Natsuno sonrió nervioso mientras se levantaba para después ir con los Argent.
-Fije mi vista en Kuro y vi que Megumi estaba arrodillada frente a él de igual forma que Natsuno conmigo, acariciando su cabeza con delicadeza. Él estaba serio mirando fijamente el suelo y Megumi le dijo algo que no pude escuchar debido al dolor de cabeza (estos dolores de cabeza aturden mis sentidos durante una media hora más o menos). Kuro asintió brevemente e intuyendo que lo estaba mirando posó su vista sobre mí. Pude percibir determinación y firmeza en su mirar antes de que el apartara su vista de mí y fuera con Zero y los hermanos Argent.
-Megumi se levantó del suelo y se mantuvo mirando el suelo unos instantes, tenía cierta culpa y remordimiento en sus ojos, aun así levanto la cabeza y miro a todos los presentes.
-Megumi: Es hora de dar comienzo a la ceremonia de unión, prepárense-Hablo con una voz firme y demandante.
-Todos se miraron entre si y asintieron. Comenzamos a entrar a la iglesia uno por uno lentamente. Megumi me indicó que subiera al triangulo de piedra y Natsuno le dijo lo mismo a Kuro.
-Kuro de un salto subió al triangulo y se quedó mirando a la nada mientras que Daniel, Ángela y Deborah se posicionaban en las puntas de su triangulo.
-Yo intentaba subirme al triangulo de piedra que me correspondía pero a pesar de que saltara no conseguía subir ni con el impulso de mis brazos. Los efectos secundarios del dolor de cabeza seguían haciendo efecto.
-Unas manos se posicionaron a ambos lados de mi cadera y me alzaron en el aire para después subirme en el triángulo. Gire mi cuerpo en el triángulo y vi a Zero queriendo aguantarse la risa.
-Zero: Pequeña molestia inútil, no puedes ni saltar para subirte ahí-Una sonrisa burlona se asomó por su boca y yo le saque la lengua-Infantil. En fin, posiciónate en el centro del triángulo y espera a que todos los demás estemos listos-Se dio la vuelva y se puso en una punta-Estoy ansioso de ver que arma tendrás, aunque…-Sonrió con arrogancia-dudo que Kuro sea mejor arma que Riki-Sonreí de igual manera retándolo con la mirada.
-Amu: ¿Cuánto apuestas a que Kuro será cien veces mejor que Riki?
-Zero: Tu ración semanal de chocolates-Al instante en que lo pronunció hice una mueca de horror y el rio levemente.
-Amu: ¡No, Zero, todo menos mis chocolates!-El sonrió con superioridad y cruzo los brazos sobre su pecho.
-Zero: Entonces eso quiere decir que no crees que Kuro será mejor arma que mi Riki.
-Amu: Claro que Kuro será mejor arma que Riki…pero mis chocolates son mucho…
-Zero: Tómalo o déjalo, enana.
-Si Kuro resultaba mejor arma que Riki yo me quedaba con mis chocolates, y si no resultaba serlo me quedaba sin chocolates, al final en ninguna de las dos salgo ganando algo.
-Amu: Bien, si gano me tendrás que contar otra historia-Achiqué los ojos y el entendió lo que quería decir.
-Zero: Trato hecho, ahora deja de molestar y ponte en el centro del círculo-Vio más allá de mí y su sonrisa desapareció y fijo sus ojos en el triángulo de Kuro.
-Hice lo que me dijo y me di cuenta de que Megumi y Natsuno estaban en las dos puntas restantes del triángulo y nos miraban a ambos con atención intentando descifrar de que estábamos hablando hasta que Aarón carraspeo llamando la atención de todos.
-Aarón: Bueno, siendo yo el mayog de todos los aquí pgesentes segé yo quien lleve a cabo la cegemonia-Nos miró a Kuro y a mi-Los que estén en cada punta del tgiángulo pondgán el campo de fuegza pog si hay…fallos –Ambos entendimos lo que quiso decir y asentimos-Bien…-Respiró hondo y continuo hablando-Estamos aquí geunidos para unig a un jinete y a su agma, al mismo tiempo que se le daga nombge a esta-Guardó silencio y miro a los Kiryuu y al resto de su familia-Levanten los campos de fuegza.
-Todos juntaron su dedo corazón con el dedo índice y la deslizaron en el aire en línea horizontal haciendo que el campo de fuerza, que ahora en vez de ser blanco era verde, se elevara hasta tocar el techo.
-Mi cuerpo se sentía pesado al igual que mis parpados. Kuro sin previo aviso cayó sobre la mesa de piedra segundos antes de que yo lo hiciera y comenzara a cerrar mis ojos.
-Aarón: Es hoga de que se detegmine si pueden seg jinete y agma. Solo les digé una cosa: no muegan-Dijo con voz seria
-Zero: Buena suerte-Susurró y fue lo último que escuche antes de hundirme en la oscuridad.
(…)
-Me levante con lentitud del cálido suelo mirando a mí alrededor sin recordar que estaba haciendo antes de llegar aquí y mi vista se detuvo en un punto fijo. A lo lejos Kuso estaba parada frente a una puerta blanca, con expresión seria. Camine hacia ella y al estar a su lado ella habló.
-Kuso: Crúzala…pero yo no te ayudare en ese lugar.
-Asentí sin comprender porque estaba aquí y a que se refería con eso. Pose mi mano sobre el pomo de la puerta y la gire.
-Cuando estaba abierta por completo unos brazos envolvieron mi cuerpo tan repentinamente que no pude evitar soltar un grito y me jalaron dentro de la puerta cerrando está detrás de mí. Los brazos me soltaron y sentí como caía en un hoyo sin fondo, no había nada a que agarrarse y por más que tratara de gritar el aire me lo impedía, me impedía respirar con normalidad, así que solo apreté la mandíbula al igual que los puños.
-Inmediatamente me detuve a unos centímetros del suelo y permanecí suspendida en el aire por unos segundos para después caer boca abajo. Inicié a toser y a tomar aire al mismo tiempo, hundiendo mis dedos en la tierra asegurándome de que realmente ya no estaba cayendo. Suspire una vez ya recuperada y me levanté sacudiéndome la tierra de la ropa.
-Frente a mi estaba la mansión de los Kiryuu. Las ventanas estaban rotas y la puerta abierta de par en par. Corrí desesperada hacia ella y entre. El lugar estaba hecho un desastre, las cosas estaban tiradas por todos lados, lo sillones estaban volcados en un rincón y en las paredes había marcas de zarpadas junto con sangre. Mis sentidos se pusieron alerta y corrí hacia la habitación de Kuro que estaba en el primer piso, al lado de la mía.
-La puerta tenía un hoyo en el que podía meter mi cabeza sin dificultad. Al entrar vi que las cortinas verdes estaban desgarradas y dejaban entrar algo de luz, su cama estaba rota por la mitad y las cobijas caídas a un lado de esta. Salí corriendo y fui a la habitación de Zero que estaba en el segundo piso.
-Miraba anonada las huellas de unas manos ensangrentadas que estaban en las escaleras y levemente toqué una.
-Estaba viendo a través de los ojos de alguien, esa persona se estaba aferrando con las uñas al suelo de madera, dejando rastros de sangre ya que sus manos estaba bañadas en ese líquido rojo.
-Deje de tocar la sangre y continué subiendo las escaleras sin mirar atrás y con las lágrimas escociéndome los ojos.
-Las huellas de sangre venían de la habitación de Zero y la puerta estaba intacta. Gire lentamente el pomo y al abrirse por completo todo se veía normal, a excepción de las huellas que continuaban su rastro hasta la cama, la cual estaba completamente tendida. El olor a sangre provenía de ahí y dudé por unos segundos antes de acercarme y quitar las cobijas volviendo a sentir que me costaba respirar en el momento que vi las sabanas. Poseía una enorme mancha roja en el centro de la cama que llegaba hasta la almohada. Una oleada de nauseas comenzó a invadir todo mi cuerpo haciendo que saliera corriendo de la habitación de Zero y cerrase de un portazo.
-Me estaba hiperventilando y me senté con la espalda apoyada en la pared, poniendo mi cabeza en medio de mis rodillas ayudándome a volver a respirar poco a poco con normalidad, tratando de evitar que el olor a sangre que venia del cuarto de Zero y del cuarto de Natsuno y Megumi (que no había, ni quería revisar) invadiera mis fosas nasales.
-Ya no quería ver nada más, solo quería encontrarlos y ayudarlos si es que…
-Me di un puñetazo por llegar a pensar eso y apoyé mi peso sobre la pared ayudándome con ella mientras me ponía de pie respirando hondo.
-Amu: "Ellos son cazadores, no morirán tan fácilmente y Kuro aun siendo quien es el es un demonio nivel 8"
-Aun respirando lentamente me mantuve quieta unos segundos.
-Mi respiración era lo único que rompía el silencio, bueno, solo por unos segundos. Un gemido apenas audible procedió del primer piso; tragué pesado y aferrándome con fuerza del barandal bajé las escaleras evitando pisar las manchas de sangre.
-Una vez terminé de bajar las escaleras mi habitación estaba frente a mí, con la puerta intacta.
-No entendía como es que antes cuando fui a la habitación de Kuro no me di cuenta del hedor a sangre que inundaba el aire, escapándose por debajo de la puerta.
-El gemido se oyó nuevamente, acompañado de un gruñido escalofriante. Un escalofrió me recorrió la columna vertebral y al mismo tiempo se me heló la sangre. Me acerque a la puerta tomando el pomo con brusquedad y abriéndola de golpe.
-Ojala no lo hubiera hecho.
-El cuerpo de Natsuno quedaba colgando del cristal roto de la ventana de cintura para arriba, dejando un charco de sangre en la ventana y en el piso. Un brazo con hilillos de sangre recorriéndolo se asomaba a un lado de la cama en el suelo, la base de la cama cubría el resto del cuerpo pero mirando con detenimiento los dedos de la mano pude ver el anillo de matrimonio de Megumi.
-Instintivamente avancé unos pasos y pateé algo que rodó unos centímetros delante de mi pie. Bajé la vista y me topé con los ojos lilas de Zero mirándome de par en par con la boca ligeramente abierta con sangre seca en la barbilla y en la mejilla, de reojo vi el cuello se Zero y reprimí las ganas de vomitar, solo quedaba su cabeza, no había rastro del resto del cuerpo, podía ver su hueso asomarse por lo que quedaba de musculo y la piel colgando, por la forma en que estaba parecía un trozo de tela colgante.
-Desvié la mirada de sus ojos y por fin vi el centro de la habitación. Las lágrimas se deslizaban por mis mejillas sin parar y deje de respirar inconscientemente sintiendo como algo obstruía mi garganta: Una chica de cabello negro y de la misma altura que nosotros dos, mordía una y otra vez el hombro de Kuro arrancando pedazos de carne y tragándoselos con rapidez, empapando la camisa de Kuro del lado derecho que era donde estaba mordiendo. Con una mano lo sostenía de la cadera, cargando el peso de Kuro ya que el ya no podía mantenerse en pie, y con la otra mantenía la cabeza de Kuro inclinada hacia la izquierda para así tener espacio de morder. Él tenía los ojos cerrados con fuerza y se mordía los labios, los cuales estaban ensangrentados de tanta fuerza que hacía.
-Yo temblaba sin poder controlar mi cuerpo, me hacía falta respirar pero no podía por más que intentara.
-Kuro abrió uno de sus ojos con dificultad y me vio, estiro su brazo en mi dirección, con desesperación en sus ojos, al igual…que decepción.
-Kuro: Amu…detente…duele…detente
-La chica lo agarro con más fuerza y el cerro los ojos lentamente.
-Me obligué a respirar a bocanadas, ya que el nudo en la garganta aun me impedía respirar y la chica dejó de morder a Kuro en un instante manteniendo su vista fija en su hombro.
-Yo seguía respirando a bocanadas y ella por fin me levantó su vista hacia mí, mirándome con unos ojos rojos como la sangre rasgados por el centro: Era yo transformada.
-Mi respiración se entrecorto por unos segundos y volví a respirar hondo para soltar un grito con todas mis fuerzas deshaciendo el nudo que tenía en la garganta.
