Black dragon.

By Tenshi Lain

Notas en amarillo:

Esta historia es un crossover de los mangas Yu-gi-oh! y Yellow (peligro) que pertenecen respectivamente a Kazuki Takashi y Makoto Tateno.

Contendrá Shonen Ai, palabrotas y algo de violencia (pero tampoco nada del otro jueves)

La historia se desarrollará en el mundo del manga Yellow, pero si no lo conoces no pasa nada; de todas formas esta historia iría ubicada a la mitad del tomo 2, cuando todavía no se revela nada importante de la trama.

También habrán personajes de mi propia invención (para variar XD)

Cap. 4

Taki estaba limpiando su revolver mientras Gô, sentado ante el ordenador, vigilaba los movimientos de Joey. El puntito rojo parpadeaba por el mapa callejero de la ciudad.

- Creo que vamos a tener visita - dijo el moreno al ver el rumbo que tomaba el chico.

- Perfecto - murmuró Taki martilleando la pistola cuando acabó de montarla -. Ya sabes lo que nos dijo el jefe.

- Lo sé...

Media hora después, Joey estaba plantado ante la puerta del apartamento de los ladrones llamando al timbre. Tras unos instantes la puerta se abrió y apareció Gô con una cara tan larga, que Joey se sintió tentado de darse media vuelta y marcharse. No le gustaba la cara que le ponía.

- Hombre, eres tú - saludó Gô de pronto sonriendo de forma brillante (una expresión totalmente opuesta a la que tenía cuando había abierto) -. Me vienes que ni pintado.

Y sin más ceremonia cogió a Joey del brazo y lo arrastró dentro del apartamento.

- Yo... yo solo venía a devolver la ropa - explicó Joey aun desconcertado con la actitud del moreno.

- Ah, no te preocupes por eso, pero ahora necesito tu ayuda.

Llegaron hasta la cocina y a Joey le vino un rico aroma a estofado. Al mirar se dio cuenta de que Taki estaba de pie ante los fogones vigilando lo que estaba cocinando.

- Hola Joey ¿Cómo estas hoy? - saludó cortésmente Taki.

- Mejor, gracias. Solo venía a traerte la ropa...

- Gracias por molestarte en traerla - dijo estirando la mano para coger la bolsa de ropa -. La tuya está en el cuartito de plancha...

- Escucha Taki... - intervino Gô, pero lo cortaron rápidamente.

- Por última vez: NO pienso ponerle ternera - le contestó cortante.

- ¡Pero donde se ha visto un estofado sin carne! - reclamó el moreno. Era como si acabaran de decirle que el mar sabía a limón.

- Este es un plato típico de Okinawa - dijo tercamente el castaño, dejando bien claro que no iba a ceder -. No lleva carne y punto.

- Pero ayer ya comí pescado, hoy toca carne - insistió Gô como un niño al que no le dejan bajar a jugar a la calle -. Dile algo Joey.

El rubio parpadeó, lo había pillado por sorpresa. Lo cierto es que le parecía algo surrealista verlos allí peleando por lo que iban a comer.

- Bueno yo... - empezó no muy seguro de que decir.

- Él no cuenta. No ha probado mi estofado - replicó Taki molesto - y tú tampoco. Así que no aceptaré queja alguna hasta que los dos lo hayáis probado.

- ¿Eh? - atinó a decir Joey confundido.

- En vez de estar aquí molestando id a poner la mesa - ordenó Taki echándolos de la cocina - y no quiero veros por aquí dentro - y cerró de un portazo.

- Agh... al final pescado - masculló Gô con una mano en la nuca -. Bueno ya has oído Joey, a poner la mesa.

- Pero... ¿de verdad me quedo a comer? - preguntó el rubio aun algo aturdido.

- Claro que sí - contestó Gô una vez en el comedor - ya lo has oído, no cocinará carne hasta que los dos le critiquemos el estofado.

- No quiero molestar...

- Bah, no eres molestia. Además - dijo en tono confidencial - Taki es el mejor cocinero que he visto en mi vida.

- ¿Entonces por qué le criticas los platos? - preguntó Joey sin entender.

- Porque está guapísimo cuando se enfada - sonrió con picardía.

Joey parpadeó un par de veces y después sonrió mientras negaba con la cabeza. Enfadar a la persona que te gusta para que te haga caso... No era una mala táctica. Él la había usado por años, pero no siempre obtenías buenos resultados.

La comida transcurrió con la habitual tranquilidad de aquella casa. A regañadientes, Gô aceptó que el estofado estaba bueno, puesto que Joey se había puesto del lado de Taki tras la primera cucharada. Aunque no olvidó decir que estaría mejor con algo de ternera.

Tampoco faltaron los típicos comentarios con doble sentido que el moreno le dedicaba a su compañero de piso, haciendo que Joey se atragantara un par de veces.

- Déjalo ya ¿quieres? - le replicó Taki mientras le daba palmaditas en la espalda al rubio para que pasara el bocado.

- Vale, vale... - cedió Gô regresando a lo suyo.

- No le hagas caso, siempre es así - dijo Taki con pesar.

- Ya... - murmuró de forma ahogada mientras bebía agua - Por cierto, hay una cosa que me gustaría preguntaros.

- Dispara pues.

- ¿Sabéis si en la cafetería de abajo necesitan personal para las mañanas?

- ¿El Roots? - preguntó Gô, Joey asintió con la cabeza - No, no lo creo, ya tiene a dos camareros.

- Entiendo... - el rubio parecía desanimado.

- ¿No te van bien las cosas en el horno de pan? - preguntó el moreno. Sabía de sobra que tenía tres empleos en total, pero como solo les había hablado del horno no podía comentar otra cosa.

- No, no es eso... pero necesito un empleo para las mañanas - y se apresuró a añadir -. Un sobre sueldo, ya sabéis que la vida en Tokyo está muy cara.

- Bueno... si oímos de algo te lo diremos. Aunque hay algo que te quiero preguntar yo - dijo Taki, Joey asintió con la cabeza -. Aquellos tipos del callejón ¿por qué te llamaron Dragón Negro?

Joey pareció meditar una respuesta que no lo comprometiera demasiado. Ninguno de los otros dos le metió prisa, debían averiguar cuanto pudieran del chico, eso les había dicho el jefe tras hablar con el cliente.

- Es solo un mote - dijo finalmente sin darle mucha importancia -, una tontería...

- ¿Tiene que ver con tu tatuaje? - inquirió Gô. Joey se llevó una mano al hombro en un acto reflejo.

- En parte... - miró el reloj y se puso en pie - Tengo que irme ya, he quedado. Muchísimas gracias por la comida. Estaba deliciosa.

- De nada Joey. Sabes que eres bien venido, cuando quieras ven.

- Gracias otra vez. Buenas tardes.

Joey se fue escaleras abajo, aunque antes de llegar a la calle, se encontró con un joven de cabellos claros que se lo quedó mirando con el ceño fruncido hasta que salió.

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Taki abrió la puerta, pensando que tal vez Joey se había dejado algo.

- ¡HOLA CHICOS! - fue el entusiasta saludo que recibió y que por poco no lo dejó sordo.

- Kanji, NO grites - le dijo apretando los dientes.

- Ah, lo siento, es que no puedo evitarlo - dijo riendo bobamente - ¡Hola Gô!

Taki puso los ojos en blanco, era increíble que un chico de su edad tuviera semejante vozarrón.

- Hola ¿qué tal tu madre? - preguntó Gô preocupado. Kanji sonrió tristemente mientas se encogía de hombros.

- Como siempre... aun no me perdona lo que pasó en el bar. Me ha dicho que no vuelva a visitarla... - Taki le dio un par de palmaditas en la espalda.

- Tranquilo, ya recapacitará - aseguró Gô.

- Eso espero. Por cierto ¿el chico que me he cruzado en las escaleras es algún coleguita tuyo?

- En realidad es un trabajo - aclaró el moreno.

- ¿Por qué lo preguntas?

- Es que se me hace conocido, pero no recuerdo de que - dijo cruzándose de brazos con los ojos cerrados, como tratando de recordar.

- Trabaja en el Dream Stars por las tardes, tal vez sea de eso...

- No, hace mucho que no voy por allí. Desde que empecé con los trucos de magia en vez de... - de pronto abrió los ojos como platos (los chicos casi hubieran jurado haber visto aparecer una bombilla sobres su cabeza) - ¡Ya lo tengo! Dejadme el ordenador un segundo.

Kanji ya se había sentado ante este antes de que le hubieran dado permiso y había empezado a navegar por Internet.

- ¿Nos vas a explicar que se te ha ocurrido o nos piensas dejar ignorantes? - preguntó Gô mirando por encima de su hombro la pantalla del ordenador.

- Veréis, hace años se puso muy de moda un juego de cartas llamado 'Duelo de Monstruos', dos personas se enfrentaban con cartas de monstruos, hechizos y trampas. Se hacían torneos y competiciones por todos lados.

- Si, recuerdo haberlo visto anunciado por la tele - comentó Taki.

- ¿Tú jugabas a eso? - preguntó Gô viendo como pinchaba un par de enlaces.

- Estaba muy de moda en mi colegio, pero lo dejé cuando empecé a interesarme más activamente por la magia.

Gô pensó que hubiera hecho mejor quedándose con las cartas...

- ¿Y eso que tiene que ver con nuestro chico?

- Hace tres años, el dueño de 'Ilusiones Industriales' montó un torneo, solo podían ir los duelistas que habían sido invitados por este.

- ¿A que te refieres con "duelistas"? - inquirió Taki acercándose una silla para ver de cerca la página que empezaba a mostrarse.

- Así es como se hacen llamar los que practican este juego - explicó Kanji -, igual que los que leen mangas se hacen llamar Otakus o los que ven Stargate se llaman Gaters...

- Ya... ¿este es el torneo que nos decías? - preguntó Gô viendo las grandes letras que acababan de aparecer en la web con toda la parafernalia posible.

- El mismo... - canturreó con una gran sonrisa.

Fue al link que rezaba 'Ganadores' y lo pinchó. En pocos segundos aparecieron una serie de fotos con los nombres de los finalistas y su posición.

- Vaya, el ganador fue un niño bastante raro - comentó Gô con el ceño fruncido mirando el psicodélico peinado del tal Yugi Moto.

- Aunque la semifinalista, Valentaine, no estaba nada mal - dejó escapar Taki observando las curvas de la rubia. Gô le dio un gruñido de desaprobación.

Apareció la foto de otro sujeto que se veía a la legua que era un macarra de poca monta que no tenía donde caerse muerto. Y finalmente la que los dejó con los ojos abiertos como platos: cabello dorado algo desgarbado, ojos canela, sonrisa radiante... un solo nombre que lo decía todo.

- Joey Wheeler - leyó Kanji -, quedó segundo tras la descalificación de Kit por hacer trampas y estuvo a punto de vencer a Moto; que por cierto eran muy amigos, se dice que iban a la misma clase en un instituto de Dominó City.

- Pero eso está en la otra punta de Japón - opinó Taki desconcertado - ¿Qué demonios hace en Tokyo?

- Ni idea - dijo Kanji tecleando -, después de ese torneo participó en otros locales quedando casi siempre en buenas posiciones. Se rumoreaba que solo competía por dinero, pero no creo que solo fuera por eso...

- ¿Ya entonces tenía problemas de solvencia? - preguntó Gô arqueando una ceja - ¿en qué gastará todo el dinero?

- Se dice que el dinero que ganó en el 'Reino de los Duelistas', el torneo de Ilusiones Industriales - intervino Kanji mientras el ordenador cargaba otra página -, lo gastó para que su hermana pudiera ser operada, aunque no sé de que...

- Una acción muy noble - aseguró Taki leyendo con curiosidad el título de la siguiente web -. 'Ciudad batalla' ¿eso también fue un torneo?

- ¡Fue la cumbre de los torneos! - afirmó Kanji con los ojos brillantes de emoción - El Duelo de Monstruos puede jugarse sobre un tapete como cualquier otro juego de cartas. Pero también en virtualizadores. Es algo impresionante de ver. Los primeros eran tan grandes como una pista de hockey, tenían dos paneles de control en los que se ponían los jugadores y al introducir las cartas aparecían reproducciones holográficas de las cartas.

- Sí, algo de eso me suena... - dijo Gô rascándose la cabeza - salió por la tele hace poco. Pero no eran grandes campos de juego, si no unas cosas parecidas a reproductores de CD.

- Ese es el último modelo realizado por Kaiba Corp. Los primeros prototipos de campos de duelo portátiles, se hicieron por la época en que terminó 'el Reino de los Duelistas', meses después, en 'Ciudad batalla' se hizo la presentación oficial. Todos los participantes tenían uno, de esa forma se podía tener un duelo en cualquier parte.

- Todo eso está muy bien ¿pero que tiene que ver con el rubio? - dijo Taki ya cansado de la historia del Duelo de Monstruos.

- Ah, si... lo siento. Es que cuando me entusiasmo... La última vez que se vio a Joey Wheeler en un torneo fue en este: 'Ciudad batalla' - en el ordenador salió una serie de fotos con aquellos que habían llegado a las semifinales. Algunos tenían unas pintas más que raras: desde el mocoso de cabellos herizados de antes hasta un grandullón con media cara tatuada, otro con cara de psicópata, la rubia despampanante, etc... -. Después de eso desapareció del mapa literalmente. Incluso se puso un anuncio en los periódicos pidiendo pistas sobre su paradero.

- Si lo que quería era huir y esconderse, Tokyo es el mejor sitio para hacerlo - murmuró Taki.

- Oye, espera - saltó Gô señalando la pantalla - ¿Qué es eso?

- Ah, pues verás... - pinchó la ventana para que se abriera - Una de las características de 'Ciudad batalla', era que el perdedor del duelo tenía que entregar su carta más valiosa al ganador. Esta era la carta de mayor valor de Wheeler.

En pantalla apareció una de las cartas del juego, en ella se veía representado un fiero dragón negro de llameantes ojos escarlata.

- Si hace tres años era una carta rara, ahora es de coleccionista - finalizó Kanji asintiendo con la cabeza.

- ¿Y eso? - preguntó Taki sin comprender.

- Todos los años, 'Ilusiones Industriales', hace un recuento de las cartas que actualmente son aptas para juego. Originalmente se lanzaron 50 ejemplares del dragón negro de ojos rojos. En el recuento de este año se supo que solo quedan seis.

- Menudo descenso... ¿es normal que desaparezcan así?

- La verdad es que no, pero las cartas de monstruos son las más castigadas y tratándose de una edición limitada... El caso más extremo es el del dragón blanco de ojos azules. Solo fabricaron cuatro y a día de hoy solo sobreviven tres ¡Y los tres los tiene la misma persona! El mundo está muy mal repartido...

- ¿Puedes buscar una imagen de ese dragón blanco? - pidió Gô con inusitado interés.

- Claro - tras unos segundos apareció la susodicha carta. Gô observó a los dos dragones como confirmando algo.

- Estos son - dijo finalmente -, no hay duda.

- ¿Qué son? - preguntó Kanji perdido.

- El tatuaje que lleva Joey en la espalda - explicó con una sonrisa -. Son estos dos dragones.

- ¿Joey Wheeler lleva tatuado en su espalda al dragón blanco de ojos azules? - preguntó Kanji escéptico. Gô asintió dándole un trago a su cerveza - ¡Eso es imposible! - gritó de golpe haciendo que el moreno se atragantara.

- ¿Por qué? - preguntó Taki mientras su compañero intentaba recuperar la respiración.

- ¡O venga, el dragón blanco es la representación de su máximo rival, su opuesto, su antagonista¡SU NÉMESIS! Llevarlo tatuado es ilógico...

- Bueno, tal vez sea una representación un tanto rebuscada del Yin-Yang - opinó Taki, aunque ni a él mismo le convencía la respuesta - ¿Y quien es exactamente su 'némesis'? Eso suena un poco extremista...

- Si hubieras visto alguno de sus enfrentamientos no dirías eso - aseguró con vehemencia mientras buscaba en Internet -. Su némesis es el amo de los tres dragones blancos, el segundo mejor duelista del mundo, dueño absoluto de Kaiba Corp. e inventor de los holodiscos...

En la pantalla del ordenador apareció la fotografía de un chico de no más 20 años, cabellos castaños pulcramente peinados, rasgos finos y severos que acentuaban su imagen de témpano de hielo, pero sin duda lo que más intimidaba eran sus ojos, azules y profundos como el océano que parecían acuchillar el alma.

- Seto Kaiba - finalizó Kanji señalando la pantalla.

- Anda ya - espetó Gô - ¿cómo va a ser ese mocoso dueño de una compañía tan grande?

- Pues lo es - dijo Taki - lo vi hace tiempo en las noticias. Se hizo cargo de la empresa con apenas 15 años. Es un genio, un superdotado...

- ¿Superdotado en qué? - preguntó Gô con sonrisa maliciosa. Taki rodó los ojos con cansancio.

- No puedes pensar en otra cosa ¿verdad?

- Terminó la carrera de empresariales en seis meses y el master en tres - aclaró Kanji leyendo la información de la web, ignorando el doble sentido del comentario de Gô - se dice que de no haber sido por esa ley que no permite que se dé el Graduado Escolar hasta los dieciséis, hubiera terminado el instituto a los trece años.

- Un chico con prisas, eso nunca es bueno - opinó Gô encendiéndose un cigarro -. Y conocía a Joey de los torneos ¿cierto?

- Bueno, en realidad estaban en la misma escuela. Dicen que ahí empezó su rivalidad... pero no sé como.

- En fin, al menos ahora ya sabemos algo más de la historia del rubio bonito - terció Gô.

- Pero seguimos sin saber como terminó trabajando de mula para los yakuzas de Kato - recordó Taki.

- Tarde o temprano lo averiguaremos - dijo Gô apartando a Kanji y abriendo una nueva ventana en el ordenador. En ella aparecía un puntito parpadeante moviéndose por las calles de la ciudad -. De momento el jefe solo nos ha ordenado vigilarlo.

- Y eso haremos - terció Taki apoyándose en su hombro.

CONTINUARÁ...

Aquí Tenshi Lain emitiendo para la red ¿Qué tal va la peña?

Con este capítulo pasamos el meridiano del fic. Dos capítulos más y 'se fini'. La verdad es que este fic no es de los más inspirados que he hecho, pero me hacía ilusión subirlo.

¡Y ahora si puedo gritarlo a los cuatro vientos ¡POR FIN TENGO TODOS LOS NÚMERO DE ANGEL SANCTUARY¡KYAAAAAAAAAAAAAAH XD¡SOY FELIZ, FELIZ, FELIZ! ToT

Muchas gracias a todas/os los que me leen, dejen reviw o no.

Ja ne!