Capitulo II
-Shira: Vamos Diego, despierta-
Diego un poco aturdido abre los ojos, se levanta, se estira y le contesta.
-Diego: Buenos días gatita-
-Shira: Buenos días dormilón- le dice coquetamente mientras se acerca a su hocico y le da un roce con su nariz suave.
-Shira: Ven blandito, está lloviendo un poco, me encanta la lluvia y quería que me acompañaras-
-Diego: Claro amor, pero ¿qué quieres hacer? –
-Shira: Tenía pensado ir y visitar a las chicas, ya sabes, recuerda que acordamos ir a visitarlas en pareja-
Diego un poco confundido intenta recordar ese acuerdo, pero nada le viene a la mente. Para no decepcionar a su amada responde.
-Diego: Sí, sí (con tono relajado)-
Dicho esto, ambos tigres salen pegados de su cueva, la cueva de estos no estaba lejos de la de su buen amigo Manny y de Sid. La cueva era espaciosa, no era tan oscura, siempre había luz dentro de esta, la cueva era genial para Diego y Shira y futuros cachorros. La pareja de sables se dirigía hacia una montaña no muy lejos, pero tenían que atravesar un bosque. El bosque tenia pinos altos y maleza muy húmeda por la lluvia. Han pasado años que Diego no piensa en su hermano ni en aquella criatura monstruosa, como si lo hubiera olvidado de la nada. Nunca le había contado de su vida pasada a nadie más que a sus amigos de la infancia de Diego que tampoco los recordaba ni sabía de ellos. Tardaron una hora, pero al final la pareja llego con las otras chicas puma, cada una de ellas había llevado a su pareja. Al llegar Shira saludo a sus amigas y solo alzo la pata para saludar a los machos, Diego por alguna razón se quedó en la entrada de la cueva de una amiga de Shira. Estaba en la entrada pensando en un olor que detecto en el camino, un olor de carne putrefacta, sabía que había olido ese aroma antes pero no recordaba de dónde. Al final no le dio importancia y entro a la cueva a saludar a sus amigos pumas y a las chicas.
-Jessica: Bueno ¿ya iniciamos con el juego? -
-Brenda: Me parece súper ¿qué dicen?, ¿Shira? –
-Shira: Claro, por mí no hay problema- voltea a ver a Diego y nota que esta algo distraído, se acerca a él y le pregunta.
-Shira: Amor, ¿estás bien? -
-Diego: Sí, no tengo nada gatita, ¿ya iniciemos la búsqueda no?
-Shira: De acuerdo amor, se nota que estas motivado- lo empuja suavemente con su cuerpo a lo que Diego le responde con una sonrisa.
-Ryan: Ya dejen de derrama miel- dice burlándose sin malas intenciones.
-Jessica: Ojalá así fueras conmigo-
-Brenda: Bueno ya saben las reglas, hay que encontrar una mora azul, en esta temporada casi no hay así que la pareja que encuentre más las traerá y veremos quién es el mejor cazando recuerden solo 1 hora y todos nos reunimos aquí de acuerdo-
A continuación, las 3 parejas salen en busca de moras azules. Diego no tarda en encontrar un arbusto lleno de moras azules, arranca todas y se las reparten entre él y Shira. Diego se regresa a la cueva y se queda sentado para cuidar las moras que encontró.
A lo lejos ve algo, cierra un poco los ojos para ver mejor, alcanza a ver una figura ovalada, algo como si estuviera flotando. En ese momento el corazón de Diego sintió como un fuerte apretón, quedo paralizado, pero tomo valor y fue corriendo donde estaba Shira. Al llegar con ella sintió un pequeño alivio al verla sana y salva. Se acercó rápidamente, estaba asustado, empezó a tartamudear y Shira se extrañó demasiado.
-Shira: ¿Diego qué te sucede? Parece que viste un fantasma-
-Diego: Ve, ve, ven con, conmigo ¡Por favor! -
-Shira: ¡Hey! ¿Qué tienes? -
Diego la ignoro y fue rápido donde vio el globo, al llegar ya no había nada, solo un aroma a carne podrida, una huella de perro tan grande como la de un mamut y en frente el cadáver de un cachorro de oso. Le faltaba la mitad de su cuerpo, Diego al ver esto quedó paralizado, un recuerdo tan oscuro e inmenso lo aturdió, como una gran ola de repente le cayera encima. Shira llegó unos minutos después.
-Shira: ¡Diego! ¿Qué tienes amor? -
Vio a Diego y luego giro su mirada al cuerpo destrozado de aquel cachorro, quedo confundida un poco aterrada.
-Shira: ¿Qué pasó? -
De repente llegan las 2 parejas de pumas.
-Jessica: ¿Qué pasa por qué se detienen? -
Mira el cadáver y le da un poco de asco.
-Jessica: ¿Ustedes lo hicieron?
Shira la volta a ver un poco asustada y le responde.
-Shira: ¡Claro que no! -
-Brenda: Huele a que paso esto hace unos días, huele ya mal-
-Ryan: Pero velo, parece reciente-
-James: Pareciera que otro oso lo hizo y mira esa huella es de perro-
-Shira: Sí uno gigante-
Ve a Diego y lo ve que no se mueve, de la nada Diego se va corriendo a su hogar, su corazón estaba lleno de miedo, no sabía qué hacer. Una vez en su morada se acostó y empezó a soltar lágrimas y solo le llego un recuerdo de su hermano. Al llegar Shira unos momentos después vio a su amado como nunca, lo toco y sintió como estaba temblando y no era por el frio era por algo más, pero ella sabía que Diego n le quería decir algo que él sabe.
-Shira: Diego ¿Qué pasa? Dime por favor quiero ayudarte-
-Diego: Es, es, espera deja, ja, ja me solo por favor-
Diego se fue al fondo de su cueva y se acostó, Shira no sabía qué hacer y se dirigió a la cueva de Manny y Ellie. Al llegar les contó lo que había pasado. Mientras con Diego estaba llorando y lleno de miedo estaba aterrado, solo dijo Raymond y recordó todo ese año lleno de sufrimiento, el golpe de aquel recuerdo fue tan duro que se quedó dormido.
-Manny: No puedo creer lo que me estás diciendo, deja a Diego un momento hasta que se calme y nos cuente-
-Shira: ¡Pero está sufriendo! –
-Ellie: Manny tiene razón Shira, déjalo un momento, y tranquilízate –
Shira se sentó y se trató de tranquilizarse, la pareja de mamuts la abrazó fuerte y le dieron cariño para calmarla.
Afuera de la cueva de la pareja se tigres se acercó un perezoso ingenuo.
-Sid: Diego Dieguito (dijo el perezoso cantando) -
