Capitulo VII
Diego y Sam ya habían hecho un largo recorrido desde el lugar que estaba Sam habitando, pero se desviaron del camino para pasar a saludar a sus viejos amigos de cuando eran infantes. Se dirigieron a un bosque que no tenía un clima tan húmedo ni frío, el ambiente ahí era perfecto y el atardecer le daba un aspecto muy primaveral. Caminaron lentamente hacía un árbol en específico, al llegar ahí leyeron cuidadosamente los nombres que años atrás habían grabado.
Ramsés
Sofía
Emiliano
Eran los nombres de sus antiguos camaradas de la infancia, quienes dieron su vida para salvar las de Diego y Sam, ambos tigres sintieron una tristeza profunda y nostalgia al recordar aquellos bellos momentos que pasaron juntos, más allá del enfrentamiento con Pennywise habían tenido momentos de risas, muchas risas.
-Sam: El viejo club de los perdedores se volvió a reunir jajaja. –
-Diego: Aún que no estén presentes físicamente siempre estarán en nuestros corazones. –
-Sam: Los necesitamos otra vez chicos, por los viejos tiempos. –
Ver los nombres de sus amigos proyectaron a Diego y Sam de vuelta a su pasado.
Hace 12 años
En una pequeña cascada los 5 animales e están divirtiendo juntos, juegan como los cachorros que son, se pelean y muerden sin hacer daño, solamente están pasando un buen rato en el agua muy poco profunda.
-Diego: Chicos talvez esto suene un poco cursi, pero de verdad les quiero agradecer porque me siento muy feliz estando con ustedes, me han hecho sentir especial y no saben cuánto los adoro. - Dicho esto todos abrazan a Diego.
Mientras se disponen a volver a jugar el Ramsés, el zorro, empezó a ver su reflejo en el agua, de repente vio cómo su reflejo de el mismo sonrió cuando él estaba serio, esto lo asusto y cuando se dio cuenta ahí estaba, la hiena, solo se apartó y regresó con sus amigos.
-Ramsés: ¡Hey chicos! Esperen. –
Al terminar el día los animales regresaron a sus hogares, pero para Diego su cueva ya no era un hogar, solo estaba ahí porque no había donde más ir, a veces dormía afuera porque no podía resistir las malas vibras que ahí habitaban, se sentía sofocado, como si algo aplastara su pecho, pero ese día tuvo la valentía de entrar sin problemas.
-Diego: Raymond, madre, no saben cuánto los necesito…. - Diego cayó en un profundo sueño.
(El sueño de Diego)
Estaba Diego en una pequeña pradera cuando escucho gritos muy fuertes, eran sus fieles camaradas corriendo e un animal.
-Sam: ¡Eres tú el verdadero monstruo! – le dijo l joven Diego mientras se alejaba de aquella bestia.
Diego confundido avanzo un poco y en el suelo pudo ver el cadáver de su hermano menor y el de su madre. Diego estaba molesto creía que se trataba de aquella hiena con aspecto de payaso, pero para su sorpresa no era esta, quedo atónito cuando vio de quien corrían, era el mismo de grande, en sus ojos había pura maldad, no era amigable, era un depredador sediento de sangre, u hambre no podía ser saciada. El Diego oscuro corrió velozmente en dirección al joven Diego, saltó y quedo arriba de este, Diego asustado solo quedo ver como el mismo terminaba con su vida de una mordida fuerte al cuello, en ese momento Diego despierta, sentía como su corazón se salía de s pecho, le costaba respirar, o podía creer lo que había visto ¿habrá sido una pesadilla o una premonición? Se preguntaba.
-Diego: Solo fue una estúpida pesadilla. –
-Raymond: ¿De verdad lo crees? –
Diego aterrado volteó y vio a su hermano, pero este no era el putrefacto, si no tenía un aspecto más fantasmal, como si fuera un espectro.
-Diego: ¿E, er, eres de verdad mi he, her, hermano? – pregunto temeroso de aquel fantasma.
-Raymond: ¿No reconoces a tu hermano? Bueno siempre has sido un tonto jajajaja
-Diego: ¿Qué ha, ha, haces aquí? -
-Raymond: Hay hermano aquí vivo, siempre viviré contigo, aquí – dice señalando el corazón de Diego.
-Diego: ¿Sa, sa, sabes qué era mi pe, pe, pesadilla? –
-Raymond: Sí, es tu futuro, te volverás una bestia, te volverás un monstruo que no podrá encontrar la paz nunca y no podrá saciar nunca su sed de venganza. –
-Diego: ¿Cómo lo e, e, evito? –
-Raymond: No olvidando quien eres, no olvides que ere un protector, debes de encontrar tu propósito y así podrás liberarte y también liberarme. -
(De vuelta al presente)
-Diego: Raymond, sé que aún no eres libre, aún tengo algo por hacer, pero te prometo que pronto serás libre y te veré otra vez, tengo mucho que contarte, este mundo se ha vuelto loco, creo que yo estoy loco. – dice riéndose ligeramente.
-Diego: Te prometo que encontraré esa paz de a que me hablaste, no olvidaré que somos hermanos hasta el fin. –
