Capitulo IX - Tierra de lobos
La noche se comenzaba a sentir, el aire frío el horizonte apagándose y una gran luna llena salía a tomar su trono en los cielos, siendo admirada y contemplada por todos los animales nocturnos. Un par de dientes de sable se reencontraban con pasión, siendo los testigos las estrellas de ese amor tan puro y dulce que destilaban de sus corazones.
-Shira: No sé qué decir, tenía tanto miedo de que no estuvieras bien, de que necesitaras mi ayuda y me sentí tan inútil porque no estabas.- Dice la platinada con la voz entre cortada y lágrimas en sus ojos. No de tristeza, sino de una felicidad y paz que su amor la hacía sentir.
-Diego: Te pido una disculpa, desde el fondo de mi corazón te digo que no sabía cómo debía de reaccionar, no sabía controlar lo que sentí en ese momento. Fue como una ola gigante aplastándome y un peso que me arrastraba hasta lo más profundo del mar, me ahogaba en pena y dolor. Así que decidí irme, no para que me vieras llorar, sino porque hay algo de mi pasado que debo contarte.- Dice de forma seria.
-Shira: ¿Es sobre tu familia?- Dice de forma cuidadosa.
-Diego: Así es, pero no Manny, Ellie y ellos, de mi familia con la que yo crecí.-
-Shira: Lo sé.- Dice de forma firme.
Diego se queda sorprendido a la respuesta de Shira, ya que él jamás le había contado a su manada respecto a su familia, sobre Raymond y su madre, jamás había nombrado aquella bestia llena de oscuridad con dientes enormes y ojos penetrantes que te arrebataban tu alegría y te dejaban un miedo.
-Shira: Después de que te marchaste, nos reunimos todos para platicar sobre qué estaba sucediendo ya que esto no era normal. Entonces un conejo extraño se apareció de repente, parecía normal hasta que comenzó a cambiar su voz, sus ojos, él fue quién nos dijo sobre tu familia.-
-Diego: ¡Mierda! Entonces ya está aquí ese maldito.- Dijo bastante furioso y preocupado.
-Shira: ¿Qué es aquel conejo? ¿Por qué tanta preocupación? – Dijo confundida.
-Sam: Porque él es la razón de que estemos aquí, es un depredador, un demonio. Su propia existencia representa la maldad de este mundo.-
Shira se sorprende al ver a la hembra, su figura era sumamente femenina, su postura dejaba ver que imponía respeto y su vez desbordaba sensualidad. La miro a los ojos fijamente, Shira no era la hembra que se achicaba ante alguien y menos de su especie.
-Shira: ¿Quién eres tú?- Dice con un tono de voz amenazante, su postura es de ataque, se eriza su pelaje siendo esta una señal de alerta.
-Sam: Soy una vieja amiga de Diego, calma no debes preocuparte vine ayudar. Se lo prometí hace 12 años aproximadamente.- Mientras ve a Diego.
-Diego: Ella está aquí porque ese monstruo sigue ahí suelto y si no lo detenemos ahora, será tarde.-
-Shira: Debes de comentarle a Manny y los demás sobre esto, ellos nos podrían ayudar.-
-Diego: No Shira, no quiero meterlos en esto.- Dice con un tono de voz serio.
-Sam: Es para mantenerlos seguros, no estarán a salvo aquí.-
Se escuchan aullidos bastante fuertes acompañados de gruñidos. Entre la oscuridad de los árboles se aprecian varios ojos brillantes, como pequeñas estrellas en el bosque. Amenazantes y mortales varios lobos comienzan a salir de su escondite, mostrando esos colmillos que tanto los caracterizan y un fuete mirado no deja de ver a los tigres como amenazas. Los 3 tigres se quedan atónitos con lo que están viendo. Desde el bosque sale el lobo más grande que jamás habían visto en sus vidas, su pelaje era completamente negro, a excepción de la barbilla que comenzaba a tener unas pequeñas canas, eran casi imperceptibles. Sus ojos dorados como el oro, una musculatura impresionante aún para un lobo era ridícula la cantidad de masa muscular, pero lo que más lo destacaba era su altura. Un poco más grande que el oso polar, patas alargadas y firmes que al pisar la nieve dejaba una huella increíblemente grande. El lobo sonrío dejando al descubierto sus colmillos tan grandes y filosos que hasta a un tigre dientes de sable le daría miedo enfrentarse ante esa mandíbula.
-Diego: Atrás de mí, yo arreglo esto.- Dijo a las dos hembras. - ¿Qué tal? no buscamos problemas, solo estamos de paso, ya nos íbamos.-
-South: Nosotros tampoco, pero aquí estamos. Cara a cara con el destino.- Dijo el gran lobo negro mientras los lobos restantes gruñían a sus espaldas.
-Diego: Queremos irnos en paz, ¿está bien?- Dijo aún más firme que antes y con un tono un poco más imponente.
-South: Han sido días bastante extraños, varios cachorros de diferentes especias han comenzado a desaparecer, mi manada ya perdió a 1 cachorro, no tenía más de 2 años. Y qué casualidad que nos encontramos a 3 tigres de noche, merodeando en tierra de lobos.- Dice amenazante mientras observa los 3 tigres fijamente a los ojos, primero a Diego, luego a Shira y por último a Sam.
Diego comienza a pensar, esa voz la había escuchado antes, le sonaba muy familiar, tanto que podría jurar que él alguna vez tuvo un encuentro con este lobo.
-Sam: Entendemos lo que pasa, pero deben de creernos cuando les digo que nosotros no fuimos, hay algo más, asecha a los cachorros y nosotros también lo buscamos para matarlo.-
-Diego: Acaso eres tu ¿South?-
-South: ¿Y quién diablos se supone que eres tú? – Dice mientras lo ve fijamente.
-Diego: Soy Diego.-
-South: No puedo creerlo, mira cuanto has crecido amigo, ¿cuándo fue la última vez que nos vimos?- Dice con un tono más relajado.
-Diego: Hace años amigo, casi 12.-
-South: Carajo como vuela el tiempo.-
-Diego: Así es amigo, y a ti se ve que te ha tratado bien la vida.-
-South: Pues no me quejo, la última vez que me viste era un cachorro solitario.-
-Diego: Jajaja y mírate, eres irreal.-
-South: Pues la vida me obligo a crecer tanto, ya sabes cómo es esto.-
-Diego: Podrías pedirle a tu manada que se calmen, nosotros no somos el enemigo, te lo aseguro.- Dice con un tono amable.
-South: Han pasado años y sabes que es bueno confiar, pero es mejor no confiar. Así que dime ¿qué hacen aquí?-
-Shira: Ya te lo dijeron, estamos de paso.-
-Sam: Si quieres te lo podemos explicar, aunque suene a mentira debes de tener la mente abierta.-
-Gaby: ¿Llevarlos con notros a nuestro hogar? ¡Ja! Los tigres sí que son estúpidos.
Gaby era la segunda al mando de la manada, su tamaño era un poco más grande del lobo promedio, casi tan grande como un tigre. Su pelaje era blanco como la nieve y sus ojos azules como el cielo de día, era muy bella.
-Diego: Comprendemos su desconfianza, por favor South, dame una oportunidad y te explicaré.-
-Gaby: ¿Quién te crees que eres?- Dice mientras le gruñe a Diego.
A esto Shira se pone enfrente de Diego y también comienza a gruñir, mostrando esos colmillos tan grandes que infunden miedo en varios de los lobos.
-South: Tranquila amor, yo le debo mi vida a Diego, por esta vez confiaré en ustedes los tigres. ¡Todos escuchen, estos tigres son mis invitados, aquel que quiera desafiarme que pase al frente!
Un silencio total se escuchaba, esto indicaba que los lobos habían aceptado escoltar a los 3 tigres a su guarida y hogares. Pasaron un par de horas y llegaron al sitio donde los lobos reinaban. Los 3 tigres entraron a la cueva del gran lobo alfa, esta era bastante espaciosa, Manny y su familia pudieran estar sin problemas dentro.
Unos pequeños cachorros se asomaron a ver quiénes habían llegado, estos eran los pequeños de South y Gaby, quienes eran cuidados por una loba alfa.
-South: Pónganse cómodos por favor.-
-Diego: Te lo agradezco de verdad, ¿son tuyos?- Señalando a los 3 cachorros curiosos.
-South: ¡Ja! Sí, son mis pequeños, vengan niños no les harán nada.-
Los 3 cachorros se acercaron temerosos de los tigres, ya que estos eran enemigos mortales de los lobos, pero al ser cachorros aún no lo entendían así que ver a unos animales diferentes les causaba gran intriga y curiosidad. Se acercaron con Shira ya que está era quien más les llamaba la atención. Shira al verlos les dio una sonrisa cálida y gentil. Gaby observaba todo desde atrás desconfiada de los tigres, pero al ver la reacción de Shira con sus pequeños bajo solo un poco la guardia.
-South: Ahora si explíquenme, ¿ustedes saben quién está atacando a los animales de estas tierras?-
-Sam: Sí.- Mientras voltea a ver a Diego.
