Atención: Todo es de Square-Enix.

Notas de autor: Para JCAF: Despedirse de algo siempre es doloroso, y sobre todo si ha ocupado 7 años de tu vida. No podré olvidarte, porque no quiero, pero necesitaré perderte para valorarte. Y no olvides que te querré siempre aunque nos separemos.

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Gracias por leer.

Resumen: Meses después de aquel horrible accidente en el que Zell pierde su identidad, el joven recupera la memoria en una visita a Esthar. Sin embargo, cuando es atendido por los médicos, sólo deja verse por su madre y por Squall.

BAJO LOS OJOS DE UN NIÑO

FanFikerFanFinal

Capítulo 12: Una despedida necesaria.

Irvine descansaba en uno de los altos miradores de Esthar, sentado en un banco, contemplando el cautivador paraje azulado que se mezclaba con el azul del cielo. Su cabeza daba vueltas en torno a la conversación mantenida con Squall hace unas horas. Zell no quería verlo. Había recordado todo lo que le quedaba por recordar, así como el accidente que lo puso en tan mal lugar, y los posteriores acontecimientos. Squall explicó que Zell había estado muy a gusto en compañía de Irvine, pero que se avergonzaba de cosas que –no había dado mayor detalle- no debería haber dicho ni hecho. Irvine sabía a qué asuntos se refería Zell. Cuando el joven le confesó su amor, Irvine supo que sería pasajero; Zell simplemente tenía la actitud de un niño pequeño; no era él mismo; era consciente de ello.

Aunque Squall no le explicó con detalles, sabía que la razón vergonzosa de Zell por no ver a Irvine eran aquellos besos y declaraciones de amor que realizó. Squall no sabía nada, pero seguramente lo imaginaba; él era observador, y había visto la actitud de Zell hacia Irvine durante estos ocho meses; la misma que tuvo Rinoa hacia él cuando comenzó la Guerra de las Brujas, y que acabó en amor.

Irvine entendía, por eso cuando Squall se lo dijo, asintió. Prometió que no iría a verlo, aceptando así la voluntad de Zell. Pero ahora, ¿por qué se sentía tan triste? ¿Por qué notaba como si la persona más importante de su vida se hubiera marchado? Él no había tenido contacto apenas con el Dincht de antes, ni lo tendría con el de ahora; pero entre medias, había existido un chico inocente y sincero, que había sabido ver sus virtudes, sin importarle sus defectos. Con el cual podía tumbarse en la hierba sin temor a pelearse; el que le hizo sentirse valioso para alguien por primera vez —porque Zell dependía sólo de él, y algunas mujeres ni siquiera necesitaban a un hombre, salvo para las relaciones íntimas—, con quien rió sin prejuicios. Y era ése Zell el que Irvine quería hacer volver, a sabiendas de que, a su pesar, era quimérico.

El nudo formado en su garganta sería imposible de destruir sin derramar lágrimas.

—Es el Zell que todos quieren. Ha regresado —anunció, a la hermosa Esthar.

"Pero no es el Zell que yo quiero. Soy egoísta, pero es así. Mi Zell se marchó cuando vinimos a esta ciudad, cuando visitamos aquella zona, cuando se desmayó ante mis ojos. Le he ayudado, y sé que nunca voy a corresponder a sus sentimientos, pero me gustaría estar a su lado"

—Aunque me llame chulo, o aunque me tache de infiel.

Zell es el de antes, prueba de ello habían sido las preguntas a las que había sido sometido por su médico. "Da a Irvine las gracias, pero dile que olvide todo lo que pasó cuando estuve con él", fue su voluntad, y Squall se lo trasladó a Irvine. Lo cual quería decir que el rubio no volvería a recordar sus paseos con el cowboy; ni sus conversaciones; Zell había matado al chico inocente que había despertado en su interior: quien lo había peinado con tanto sentimiento; sí, ahora también se avergonzaría de eso…

Irvine se cubrió la cara con las manos. ¿Qué ocurriría ahora? Cuando todos volvieran al Jardín. ¿Lo evitaría? ¿Pediría un traslado? ¿Apartaría la cara cada vez que sus ojos se cruzasen? Debería estar acostumbrado, era lo que las chicas de Galbadia hacían cuando compartían la cama; evitar su mirada, a sabiendas de que fue sólo por una vez, por compartir un placer que jamás se repetiría, porque el joven elegiría otra presa, o tal vez ella lo escogería a él; pero no habría rencores.

—¿Y por qué no es lo mismo? —se lamentó el atractivo ligón, podría considerar a Zell otra de sus muchas conquistas, más fácil, incluso, porque habían compartido la cama pero no los placeres sexuales.

—Porque es… como si perdiera a mi hermano —sonrió Irvine, sintiendo sus ojos escocer—. No puede compararse, fue mi mejor amigo… por un tiempo.

Desanimado, se levantó. El color de la ciudad contrastaba con la oscuridad de sus sentimientos, y quiso morir. Le pesaba el cuerpo, y el aire no parecía suficiente para sus pulmones. Despacio, se dirigió hacia la nueva zona, para recordar, para enfrentar sus demonios, para digerirlo todo… más rápidamente, sin tener que pensar a cada minuto, a cada segundo, del valioso amigo que había perdido. Era peor ahora que cuando escuchó la noticia en el hospital.

"Zell ya no recuerda quién es o lo que hizo en el pasado"

Squall, con su rostro abatido, era el único que había entendido.

"Si quieres podemos volver al Jardín", dijo, al ver la cara larga de Irvine, y sus ojos enrojecidos. "Puedo asignarte un grupo de trabajo; hay varios SeeDs que quieren usar escopetas. Al menos estarás entretenido mientras les enseñas cómo disparar. Ya sé que no es una misión tan emocionante como la última, pero podrás distraerte. No quiero que tu perfecto disparo se desentrene". Y él, como buen SeeD, aceptó. Squall era un buen amigo; ¿quién se atrevía a dudar de sus emociones? Las tenía, por supuesto, pero no las demostraba para no preocupar a nadie.

Los estharianos pasaban junto a Irvine con sus estrafalarias ropas. Irvine recordó el día que Zell se las puso, y no pudo evitar sonreír.

—¿Se peinará otra vez con la cresta? —le dijo al viento, que calló.

Irvine echó un vistazo a la zona. Aquel área llena de bancos y de fuentes azules, con su crepitar de gotas de agua, llevando paz al alma.

Irvine intentó tragar, pero le era imposible. Nada había sino angustia en su cuerpo. El joven se echó la mano a la garganta, tratando de seguir respirando, y sus dedos tocaron algo metálico y frío. Paró de repente. Sus ojos se nublaron. Despacio, sus manos recorrieron el camino que esa cadena rodeaba su cuello, para desabrocharlo. Lo sostuvo en el aire, deteniendo el vaivén de la gravedad, quedando así las letras frente a él para torturar su alma.

"Zell&Irvine para siempre"

El joven veía las letras cada vez más borrosas, como si fuesen a desaparecer en cualquier momento. Oh, sí, el símbolo de amistad que Zell le había regalado.

—Quizá se arrepienta también de esto —dijo en voz alta, como sabiendo la respuesta.

¿Qué había sido Zell en su vida? Realmente había supuesto un refrescante descanso, y una necesidad de reconocido apoyo. Temporal, que hubo llegado a su fin, a pesar de todo lo compartido. Irvine cruzó los pocos pasos que le separaban de una de las fuentes azules para llegar hasta ella y empaparse de sus gotas transparentes. Al fin, su garganta se alivió cuando notó caer lágrimas de consuelo. ¿Era eso tener el corazón roto? ¿Una mezcla entre tristeza, alivio, y necesidad? ¿Y qué había que hacer cuando un sueño se rompía? Evidentemente, sacar algo positivo para no hundirse para siempre.

El joven sostuvo la cadena de plata en lo alto y fue soltándola poco a poco… poco a poco… hasta que sus dedos la dejaron caer. Fue el objeto que más despacio vio caer en su vida, aunque su mente se llenaba de imágenes nostálgicas a la velocidad de la luz de su breve reposo conociendo a Zell Dincht, su amigo, su protector, su inocente amante.

La placa se alojó en lo más profundo de la fuente, y ahora sus letras desaparecían con el efecto de las ondas. Irvine la contempló con vehemencia, para nada preocupado de retirar las lágrimas de su bello rostro antes de anunciar lo que sería su extracto positivo de aquella experiencia.

—El placer fue mío, Zell Dincht.

FIN

FFFF

2005-2006

AGRADECIMIENTOS: A tod ls que habéis estado ahí, leyendo, gracias por animarme durante la historia. Ha sido un poco triste el final, pero me apetecía hacer algo así. Espero no haber decepcionado. Un poco sí. Vaaaaaaaaaale.

Es probable que me tome un tiempo de reflexión debido a una delicada etapa que estoy pasando. Digamos que mi inspiración se ha visto duramente mermada, aunque no es extraño. Sin embargo, soy constante, y no me gusta dejar las cosas inacabadas. Muchs sabéis que tengo otra historia de Final Fantasy en marcha, espero poder concluirla para deleite vuestro. En cuanto esté en condiciones de escribir –espero que sea pronto-, quiero dedicarle el mayor tiempo posible, por mí y por vosotros. Abrazos a tods.