En estos minutos Yamato, Taichi, Kouji y Takuya se encontraban en el primer piso de la cabaña, casi listos para irse a la fiesta.
Y repito la palabra casi, ya que, Taichi estaba haciendo esto difícil.
—¡Ya! Taichi.— Kouji le arrebató la cerveza que tenía Taichi en la mano— Has tomado mucho.
Taichi hizo una mueca—Pasame mi cerveza, Minamoto.
—No.— Respondió el nombrado.
Taichi suspiró y llevó su mano hacia su bolsillo y sacó su cajetilla con cigarros y un encender.
Kouji rápidamente se los arrebató— Fumar tampoco.— En realidad al Minamoto no le agradaba meterse en la vida de los demás, pero, el Yagami ya se estaba pasando, dos cigarros más y ya terminaba la caja que había comprado en la mañana antes de salir.
—¿Por qué?—Preguntó Taichi.
—Porque, has estado todo el día así, mira como estás, pareces todo menos persona.— Respondió Takuya.
—Son aguafiestas.— Habló Taichi aburrido.
—No lo somos.— Respondió Kouji— Simplemente queremos que te comportes y aunque sea llegues sobrio y no ebrio a la fiesta.
—¿Ya se van a la fiesta?— Una voz se escuchó desde las escaleras.
—Nosotras también vamos a la fiesta.— La voz de Izumi se escuchó en el lugar.
Y los chicos voltearon en dirección a las escaleras en donde venían...
Yamato intentó desviar la mirada, pero, fue casi imposible, ese vestido rojo se veía bastante bien, ajustado en el busto, ajustado en las cinturas, ajustados en las caderas y más encima ese encaje había que se viera muy seductora. Suspiró, no quería admitirlo, pero, tenía muchas ganas de arrancarle el vestido a Mimi.
Takuya tampoco podía desviar su mirada de Izumi, estaba bellísima, este vestido largo sin espalda hacia que se viera hermosa, ese escote dejaba ver sus atributos y esa pierna descubierta hacia que se viera muy seductora.
Y Taichi simplemente no podía dejar de mirar a Sora, estaba guapisíma con ese vestido azul descubierto bajo el pecho, ajustado y con un hermoso escote.
Kouji simplemente ignoró básicamente las miradas que le daban sus amigos a las chicas, ya que, se encaminó a la cocina a votar la cajetilla de cigarros que tenía y la cerveza de Taichi.
—¿Y vamos a la fiesta?—Mimi le preguntó a los chicos, pero, no recibió respuesta, ya que, los chicos estaban demasiado babosos e hipnotizados en las chicas que ni palabra podrían articular.
Taichi verdaderamente tenía el corazón en la mano, Sora estaba bellísima.
¡Pero!
Ya no era su chica.
Takuya observó de pies a cabeza a la rubia, verdaderamente estaba hermosa, y no podía evitar mirarla, aunque, no debería ya que ella era la novia de su amigo ¿no?
Se mordió el labio inferior e intentó desviar su mirada hacia su hermana, provocando que de estar embobado y perdido, aterrizara firmemente en tierra y se sintiera verdaderamente molesto e incómodo al verla así vestida.
Takuya se cruzó de brazos— ¿Adonde crees que vas vestida así, Mimi?
La castaña hizo una mueca— ¿Acaso no me escuchaste?— Preguntó— Dije que a la fiesta.
—¿Con esa ropa?— Preguntó molesto y se acercó a ella— ¡Ni en broma!
Mimi alzó una ceja— ¿Por qué?
—Porque, estás muy...—Takuya buscó la palabra adecuado— Desabrigada.— Por no decir descubierta.
—¿Desabrigada?— Preguntó— Pero, si hace calor.
—Aquí adentro, pero, afuera no.— Respondió el moreno—Hermana creo que deberías utilizar una chaqueta o algo así.— Takuya le habló a Mimi— Cubrirte bien los brazos y las piernas, o mejor...—La observó de pies a cabeza— Todo el cuerpo.
—¿Por qué?— Preguntó la chica.
—Porque, hace mucho y pues, no quiero que te enfermes.— Y sin decir más, Takuya se sacó su chaqueta para posarla sobre los hombros de su hermana.
Mimi suspiró ¿Por qué su hermano tenia que ser tan celoso?
—¡ay! Takuya, no seas aguafiesta.— Habló Izumi.
—Si se pone una chaqueta o algo así cubriría su hermoso vestido.— Habló Sora.
—Y no sería muy agradable.— Respondió Izumi— Ya que no podría este vestido que se le ve excelente.— Volteo en dirección a Yamato— ¿O no hermano?
Yamato se ruborizó levemente por la pregunta— ¿E? Pues...—Balbuceo—Si, se ve bien.— Contestó nervioso intentando desviar su mirada, pero, era casi imposible, ese vestido rojo se le veía excelente a Mimi, resaltaba todas sus curvas y al ser corto dejaba ver sus lindas piernas. Yamato se mordió el labio inferior tan solo le faltaban los cuernos y podría ser una diabla seductora.
—Además ¿por qué debería obedecerte en eso de cambiarte ropa?—Preguntó la rubia— Mimi ya es grande, puede vestirse como ella quiera.
Takuya se cruzó de brazos, no quería que su hermana saliera así.
—Vamos hermano, solo es un vestido.—Mimi le acarició la mejilla— No te enojes¿si?
Takuya suspiró, ya que, aunque no lo admitiera en voz alta la rubia había tocado un buen punto su hermana ya era grande ella podía tomar sus propias decisiones. Pero, eso no significaba que le agradara.
Mientras tanto en el Internado.
Koichi verdaderamente no sabía que decir o hacer ante lo que estaba presenciando, esto era...¡terrible!
Hizo una mueca mientras masticaba el cupcake— Juri...— Llamó a la castaña.
—¿Si?— Preguntó la castaña.
—Todo está bien, la textura, la crema, la decoración.— Habló Koichi— ¡Pero!...
—¿Pero?— Preguntó Juri interesada.
—¡Está terrible!— Miyako se adelantó a responder.
Juri hizo una mueca ante esto.
—Esto está peor que los cupcakes de la otra vez.— Habló Miyako.
—Parece que confundiste el extracto de vainilla con vinagre.— Respondió Koichi.
—Ou, pero ¿si dijiste que el vinagre era ese liquido oscuro que estaba en la puert del refrigador?— Preguntó la castaña.
Koichi hizo una mueca— Creo que no me escuchaste bien.— Habló— Me refería al líquido que estaba en la puerta del mueble al lado del refrigerador.
Juri hizo una mueca ante esto, ya que, al parece no lo había escuchado bien. Bueno, luego de todo lo que había escuchado estaba tan perdida que no había escuchado bien las intrucciones de Koichi.
Pero, es que, no podía evitarlo, nunca pensó que llegar a ese lugar sería sinónimo de saber cosas como esas. Ahora tenía sentido porque Ryo a pesar de hacer tantas cosas malas no era expulsado de ese lugar y la verdad es que en verdad le molestaba saber que una madre ¡Una madre le mintiera a su propia hija! Porque, esas habían sido las palabras del oji-azul.
¿Cómo era posible que la señora Rumiko quisiera que los demás fueran correctos cuando ella no lo era?
Mientras tanto en la playa.
—Mi hermano y sus amigos ya se fueron.— Informó Takeru mientras observaba la ventana— Ya podemos irnos.
Hikari y Rika asintieron.
—¿Por qué esperamos a que ellos se fueran para ir?— Preguntó Takato sin entender.
E Hikari hizo una mueca, ya que, el castaño no era consciente de los sucesos que habían ocurrido entre Taichi, Takeru y ella, porque, era nuevo y ella no quería difamar a su hermano.
—Es que...—Dijo Hikari pensativa.
—Ahí está la chica que me desagrada.—Respondió Rika, básicamente con una verdad.
—¿La hermana de Takeru?
Rika asintió.
Takeru observó atentamente a sus hermanos y a sus amigos, pero, no podía evitar observar la espalda desnuda de Izumi, suspiró, estaba muy descubierta y eso no le gustaba. No es que fuera celoso, no le gustaba ser ni celoso, ni posesivo, ni machista. Pero, tampoco podía evitar notar que su hermana se había vestido de una forma muy expuesta.
Aunque, bueno, sabía la razón por la cual se vestía de esa forma...Takuya.
Suspiró y volteo en dirección a sus amigos.
Hablando de vestidos.
—Hikari, no se si te lo había dicho, pero, estás hermosa.— Le habló Takeru a la castaña.
Hikari se ruborizó levemente y sonrió— Gracias.
Takato volteo hacia Rika y la observó—Tu igual, Rika, te ves bien.
Rika simplemente sonrió de lado, ya que, era gracioso que lo dijera por ella, cuando estaba utilizando unos shorts de jeans viejos, una remera olgada blanca y una chaqueta negra. Aunque, debía reconocer que Hikari se veía divina con ese vestido rosa.
Sin decir más, los cuatro se dirigieron a la escalera y bajaron en dirección al primer piso, pero, apenas hicieron esto sintieron un fuerte olor a cigarro, alcohol y a pesar de que las ventanas estaba abierta había cierta cantidad de humo.
—¡Oh!— El chico llevo una mano a su nariz.
Hikari y Takato imitaron la acción del rubio, mientras Rika ni se inmutaba.
—Alguien se estaba muriendo aquí ¿o qué?— Preguntó Takato asqueado por el olor a cerveza.
Cuando habían llegado no había ese olor, pero, Takeru no pudo evitar hacer una mueca al recordar que mientras todo se arreglaban había visto entrar a Taichi con varias cervezas en su brazo y fumando, tenía un aspecto terrible.
—Es que, a mi hermano y a sus amigos les gusta tomar un poco.— Respondió el rubio.
—¿Un poco?— Preguntó Takato.
—Un poco mucho.— Respondió esta vez Hikari mientras se dirigía al armario de los utiles de aseo de donde sacó un desodorante ambiental y comenzó lanzar el líquido hacia el aire.
Los chicos y las chicas llegaron a la fiesta, en el camino Taichi se había intentando acercar a Sora, pero, esta simplemente se había alejado al sentir su fuerte olor a alcohol y el olor a cigarro, ya que, era notable que Taichi había tomado mucho y eso no significaba algo bueno.
Siempre que Taichi estaba tomado se podría decir que se vuelve una persona...difícil.
Mientras tanto Izumi había tomado la mano de su novio para caminar, pero, de vez en cuando no podía evitar mirar a Takuya, quién simplemente se centraba en ir junto a su hermana y seguía insistiendo con el tema de la chaqueta, aunque, Mimi no dejaba de responder que no y de vez en cuando intercambiaba ciertas miradas con Yamato.
Al llegar al lugar la fiesta ya había comenzado, Yamato y Kouji divisaron entre la multitud a los otros integrantes de la banda, las tres chicas se dirigieron a la piesta de baile, mientras Takuya y Taichi fueron a buscar algo a la barra para tomar.
—Este lugar es increíble.— Habló Mimi observando el lugar.
Izumi asintió— Si.
Sora simplemente ignoró la conversación de sus amigas mientras observaba a Taichi quién se encontraba tomando una copa con vino.
Suspiró.
—¡Hey! Sora.— Mimi la llamó.
La pelirroja volteo.
—No sigas mirando a Taichi, esta noche es para divertirnos ¿o no?— Habló Izumi.
—Lo sé, pero, no puedo evitarlo.— Respondió la Takenouchi— Miren como está, parece un vagabundo.
Mimi hizo una mueca— Lo sé, pero, tu misma dijiste que no querías regresar con él ¿o no?
Sora asintió— Si.— Respondió y suspiró— O bueno, hasta que me demuestre que cambió.
—¡Vaya! Yamao, tu "amiga" está ¡Wow!— Ryouma le habló a Yamato.
Yamato frunció el ceño al escuchar aquel comentario.
—Que suertudo eres de estar en la misma cabaña con ella.— Comentó Kiriha— Si fuera tú no me imagino que haría o desharía con ella.
—Callense idiotas.— Yamato les exigió totalmente enfadado— Si no quieren que les de un puñetazo en la cara, entonces, callense.
—¡Hey! Tranquilo.— Le habló Ryouma— Solamente eran comentarios.
—No era para que te enojaras.— Respondió esta vez Kiriha.
Yamato suspiró, verdaderamente era molestoso que hicieran esos comentarios.
—Mejor callense idiotas y vamos a los camerinos a buscar los instrumentos.— Habló Kouji.
Mientras tanto en el Internado.
Rumiko Nonaka ingresó a su habitación y recostó su espalda contra la puerta.
Suspiró.
Este día había sido muy agotador para ella, por culpa de ese chico, Ryo Akiyama.
En el internado habían muchas personas en contra de que este chico continuara en aquel lugar, ya que, solo ha traído problemas, al ser un traficante clandestino de drogas, un mujeriego, un idiota, un irresponsable.
A pesar de toda presión por parte de los ejecutivos administrativos de aquel lugar sabía que no podía expulsar al Akiyama ¿por qué? Porque, Ryo conocía muchos secretos de ella ¿Cómo? Bueno, pues, porque, su madre sabía mucho de ella, la madre del Akiyama antes era su amiga, eran muy unidas.
Pero, por culpa de un chico se habían comenzado a odiar a muerte y pues, ya no eran amigas y ella sacaba mucho provecho de esos secretos que sabía.
Entre ellos toda esta educación y privilegios del Internado para su hijo.
Suspiró y caminó en dirección a una mesa que tenía en su habitación con una botella de vidrio, la abrió y sirvió vino sobre una copa que tenía al lado, le echó unos hielos y luego les dió un sorbo.
Sonrió y cerró los ojos, necesitaba un poco de alcohol para relajar los nervios.
Le dio un segundo sorbo, un tercero y luego se sentó sobre un sofá pequeño junto a su cama.
Nuevamente suspiró, necesitaba olvidar todo lo que le había dicho Ryo, pero, era imposible.
"¿Acaso no le da orgullo haber entrado a la alta sociedad por todo el dinero que recibió de eso?"
"—Trabajando de teibolera.— Rió Ryo— Así se gana dinero facil ¿no?"
Suspiró.
Ese tema no era algo que comúnmente hablara.
Pero, eso no era lo único que le molestaba, que Ryo supiera que había tenido algo con el padre los Ishida, que desde hace mucho tiempo venía teniendo algo con Kousei y más encima que también había tenido algo con Keisuke Tachikawa.
Nuevamente suspiró.
Bueno, debía de alguna forma alegrarse, porque, al menos no sabía ese otro pequeño detalle de su vida.
¿Cual?
Pues, que ella era...una asesina.
Se mordió el labio inferior.
No le gustaba recordar aquello, claro que no, pero, había matado por amor, porque quería que cierto hombre estuviera con ella y pues, finalmente no había funcionado.
Keisuke Tachikawa finalmente se había ido a recorrer el mundo y había conocido a otra señora de su "clase social"
Suspiró.
Menos mal había tenido a Kousei, quizás, él no sabía lo que había hecho, pero, todo el dinero que él le entregaba le había ayudado a encubrir su crimen y hacer que pareciera un "accidente" la muerte de Satoe Tachikawa.
Hizo una mueca.
No se sentía orgullosa de eso, claro que no, pero, ya no podía remediar ese asunto.
Le dió otro sorbo a su vino y cerró los ojos.
Pero, no duró esto mucho, ya que, su móvil sonó.
¡Bip, bip!
Abrió los ojos y sacó su móvil.
Hablando del rey de Roma.
Hizo una mueca.
¿Por qué Keisuke la estaría llamando?
Presionó su móvil para contestar y lo llevó a su oido.
—¿Hola?— Preguntó.
—Hola Rumiko.— Saludó el hombre Tachikawa.
—¿Cómo estás?— Le preguntó.
—No te interesa.— Respondió el Tachikawa— No te llamó para charlar, sino, porque necesito un favor.
Rumiko hizo una mueca y suspiró— ¿Qué ocurrió?
—Tengo sed, quiero ir a tomar algo antes de subir al escenario.— Habló Ryouma.
—Yo también.— Habló Kiriha.
—Bueno, nada les impide a ir a tomar algo, todavía no es momento de tocar.— Habló Yamato.
—Tienes razón.— Habló Kiriha.
—Bueno, entonces, nosotros iremos a tomar algo.— Habló Ryouma— ¿Ustedes van?— Le preguntó a Kouji y Yamato.
—Si.— Contestó Kouji, ya que, tenía ganas de tomar un refresco, no sabía si con alcohol, pero, un refresco.
—Yo no.— Reespondió Yamato— Debo todavía afinar mi bajo.
—Está bien, entonces, nosotros vamos.— Habló Ryouma.
Yamato asintió y sin decir más, los tres chicos salieron del lugar dejando solo al rubio. Yamato movió levemente las clavijas mientras tocaba las cuerdas buscando el sonido adecuado. Estaba absolutamente concentrado en eso.
Hasta que la puerta del camerino sonó y al lugar entró una persona.
Yamato alzó la mirada y alzó una ceja sorprendido al ver a la Tachikawa en ese lugar— ¿Mimi?
La castaña sonrió— Hola Yamato.
El rubio dejó el bajo a un lado y se levantó del lugar en donde estaba sentado— ¿Qué haces aquí?
Mimi sonrió— Vi que los chicos salieron y pues, pensé en venir a verte.— Se acerco al rubio.
—¿A verme?
—Si.— Asintió la castaña— Quise venir a ver a mi cantante favorito.— Pasó las puntas de sus dedos por el brazo de Yamato— Y vine a darte la buena suerte.— Pasó su dedo indice por los labios de Yamato.
Yamato bajó la mirada hacia la chica y su vestimenta, su hermosa vestimenta, totalmente ajustada, con encaje, prácticamente vestida de una diabla, no pudo evitar fijar su mirada en las piernas de la chica, ese vestido era tan ajustado y corto que dejaba a la vista todos sus muslos.
Mimi sonrió y se acercó al rubio—Buena suerte.— Dijo a milimetros de sus labios.
La boca del rubio se abrió y su aliento se mezcló con el de la castaña quien acariciaba sus labios observandolos fijamente.
Suspiró.
Esos labios lo llamaban, lo llamaban a gritos y estaba tan cerca.
Yamato hizo una mueca.
No debía hacer lo que haría a continuación con su "amiga" pero, lo haría.
Y sin decir más, la agarró por la cintura y besó sus labios, pero, no suavemente como otras veces, sino que con desespero, pasión y mucho deseo.
Mimi no dudo en corresponder al beso con las mismas ganas tanto así que apenas tuvo portunidad su lengua se introdujo en la boca dle rubio.
El beso era intenso, muy intenso, literalmente se querían comer uno al otro, Mimi abrazó a Yamato por el cuello y Yamato la alzó por la cintura para acorralarla contra la pared, Mimi mordió labio inferior mientras las manos del rubio bajaban por la cintura de la chica, por sus caderas hasta llegar a sus sensuales piernas y borde del ajustado vestido. Comenzó a masajear las piernas de la castaña mientras esta succionaba su lengua.
Acarició sus piernas con sus manos, verdaderamente era adictiva su piel, sobre todo con ese ajustado vestido, pero, quería más, mucho más. Sus labios bajaron hacia el cuello de la chica y lo comenzó a besar, chupar y mordisquear provocando algunos jadeos en la castaña.
Mimi simplemente sonreía, eso era lo que quería, eso era lo que deseaba desde que había vuelto, había estado en abstinencia por tanto tiempo que ya se estaba aburriendo.
Los labios de Yamato nuevamente volvieron a los labios de la castaña y lo besó con cierta brusquedad, pero, pasión. Mimi simplemente comenzó a jugar con su cabello, mientras las manos del chico nuevamente bajaban por sus piernas y en un momento dado comenzaron a subir el vestido. Mimi respiró agitadamente al sentir las manos de Yamato se aventuraban más arriba de sus muslos, Yamato nuevamente subió el vestido y acarició más, Mimi besó su cuello y nuevamente subió más el vestido, pero, esta vez sus pasaron debajo del vestido llegando a cierta pieza de encaje color rosa muy pequeña por donde el rubio pasó sus manos y luego acarició sus gluteos. Mimi llevó su boca hacia el cuello del Ishida y abrió su boca para con sus dientes morder aquel lugar. Mientras Yamato acaricibia sus piernas y su cadera como si de eso dependiera su vida, mientras Mimi besaba su cuello.
Todo iba bien, todo iba excelente.
¡Pero!
—¡Se invita a los intengrantes de los Teenages Wolves subir al escenario!— Se escuchó por los parlantes.
Yamato y Mimi alzaron la mirada hacia el parlante y no pudieron evitar molestarse, sobre todo la castaña.
—Me tengo que ir.— Respondió Yamato con la respiración agitada.
Mimi asintió intentando controlar su respiración, Yamato solo sus piernas y la chica rápidamente bajó su vestido acomodandolo en su lugar.
Yamato por mientras limpió las marcas del labial de la chica que habían dejado marcas en su rostro y se subió el cuello de la chaqueta para cubrir aquellos mordiscos que había dejado la castaña.
Mimi pasó sus manos sobre su vestido y aclaró su garganta— Bueno, pues, suerte.
Yamato asintió— Gracias.— Pero, antes de que pudiera irse la chica lo agarró del brazo y se acercó a su oído.
—Esto aun no termina.— Mimi le susurró a su oido— Amigo.
—Creo que tengo que irme.— Avisó Kouji.
Izumi asintió— Ve, cariño, suerte.— Le habló.
Kouji asintió y depositó un corto y a la vez rápido beso sobre los labios de Izumi, en parte tomandola desprevenida.
Takuya simplemente volteo en dirección a la barra, Izumi observó como su novio se alejaba y luego imitó la acción de Takuya. Takuya observó atentamente la barra, había cerveza, vodka, vino, ron...¡Bingo! Pensó, eso tomaría. Y sin decir palabra, estiro su mano hacia un vaso con Ron, pero, apenas hizo esto la suave y delicada mano de Izumi se posó sobre su muñeca.
Takuya alzó la mirada y al hacer esto se encontró con el rostro de la chica muy cerca del suyo— ¿E? Izumi...
—¿Qué?
—¿No crees que estás muy cerca?— Le preguntó.
Izumi sonrió de lado—¿No te gusta que esté tan cerca de ti?—Preguntó.
Takuya se mordió el labio inferior y rápidamente sacó su mano y alejó su rostro— ¿E? N-no, no, claro que no.— Respondió desviando su mirada.
Izumi hizo una mueca ante esto y se cruzó de brazos ¿Por qué siempre se intentaba alejar?
Taichi tomó su cerveza número diez ya en esa noche, lógicamente sin contar las que se había tomado en la tarde. Suspiró y levantó su mirada donde Takeru e Hikari bailaban feliz de la vida como si nada más hubiera que ellos dos, luego volteo en dirección a Sora que estaba junto a Mimi y...No pudo evitar sentirse miserable.
De un momento a otro había alejado a las dos mujeres más importantes de su vida.
Ahora estaba más solo que Daisuke Motomiya (¡Y eso es mucho decir!)
—¡Hey! Taichi.— Takuya lo llamó.
Taichi volteo— ¿Si?
Takuya hizo una mueca— Deja eso.— Señaló la cerveza— Vas por la número veinte en este día y hueles terrible.
—Dejame Takuya.— Contestó el Yagami antes de voltear en dirección a la salida— Necesito llorar mis penas tranquilo.— Y sin decir más, comenzó a caminar en dirección a la puerta.
—¿Adonde vas?— Preguntó el moreno preocupado.
—A tomar aire, ya vuelvo.— Contestó Taichi.
Takuya hizo una mueca, por un momento tuvo la intención de acompañarlo, pero, luego descartó esa idea, porque, Taichi estaba triste y borracho, dos combinaciones terribles en él y pues, no quería terminar golpeandose con Taichi o algo así.
Takato observó la mesa y no pudo evitar hacer una mueca al darse que cuenta que había de todos los tipos de alcoholes: licores, cervezas, vino, etc.
¡Pero menos un jugo de naranja!
Suspiró.
Debería ir a pedir uno.
Hizo una mueca y sin decir más se dirigió a la barra y le habló al chico que estaba atendiendo— ¿E? Disculpa ¿podrías darme un jugo de naranja o durazno?
El chico alzó una ceja sorprendido y a la vez desconcertado— ¿Perdón? ¿Qué dijiste?
—Un jugo de naranja o durazno.— Respondió el castaño.
Y el chico no pudo evitar soltar una carcajada— ¿Seguro? ¿solo un jugo?
Takato asintió provocando que la risa del chico aumentara.
—¡Hey! Takato.— Una voz femenina lo llamó y al voltear se encontró con Rika que venía con un vaso en la mano, se acercó a la barra— No te preocupes, chico, yo me encargo de esto.— La pelirroja le habló al chico que estaba atendiendo al Matsuki.
El chico simplemente asintió y Rika observó al Matsuki.
—Enserio eres idiota.— Le habló la Nonaka— ¿Cómo pedir un jugo en una fiesta como esta?
Takato hizo una mueca— ¿Qué tiene de malo? Tengo sed y no me gusta nada de esas cosas que ustedes están tomando.
—Pero, si ya no eres un niño, eres lo bastante grandesito para tomar ¿no crees?— La pelirroja le extendió vaso— Vamos, prueba.
Takato hizo una mueca al sentir el terrible aroma a alcohol— Aleja eso de mi, por favor.— Dijo desviando su mirada.
Rika rodó los ojos y alejó el vaso de castaño— Verdaderamente eres inmaduro y aburrido.
—¡Hey!— Takato la llamó— Tomar o no tomar no me define como persona, madura o no madura, aburrida o divertida.
—Suenas a esos chicos del club de Yoga.— Comentó la pelirroja.
Takato rodó los ojos— Di lo que quieras, pero, sabes que tengo razón.
Hola a todos, aquí les dejó este capítulo, ojalá les guste a todos jiji
También quiero decir algo, yo dije anteriormente que la ex de Takuya volvería y por una encuesta que hice en Instagram decidí que cambiaría a ese personaje nuevo, Amy, y ahora la ex de Takuya será Nene Amano.
Corregí toda La noche del 3 de Abril y puse que la ex de Takuya es Nene Amano.
Vayan a ver los cambios si quieren.
mariacredenza02: Jsjsj que bueno que te haya gustado ese capítulo jsjsj Creo que los sorprendí con esas noticias de la madre de Rika, pero, es que necesitaba un buen chantaje para que Ryo a pesar de todos los errores que se ha mandado sigue ahí jsjsj ya veremos como será cuando eso explote jsjsj Juri y Miyako necesitarán un siquiatra si siguen traumandose jsjsj Ya veremos quién conquiste primero a su chico jsjsj Bueno, necesitaba que tuvieran esa conversación para que supieramos como no quedan embarazada jajaj ojalá Hikari tome nota jsjsj Si bueno todos sabemos que por un tiempo Mimi no sé cuido porque estaba con el premiado en el estómago jajaj si bueno ya veremos si deja de ser "virgen" jsjsj se vendrá bueno con todas nuestras chicas jiji Que bueno que te haya gustado el capítulo y pues, ojalá sigas leyendo, comentando y te mando un gran abrazo a la distancia.
