Kouji y Yamato arrojaron a Taichi sobre el sofá, luego de que Sora lo encontrara ellos habían acudido en su ayuda, Taichi estaba tan borracho que apenas podía caminar, así que, habían tenido que traerlo entre los dos y ahora se encontraban en la cabaña.
—¡Auch!—Se quejó Taichi— Brutos.
Kouji y Yamato intercambiaron miradas molestos.
—Bruto eres tú, idiota.— Kouji le habló al Yagami.
—¿Cómo se te ocurre desaparecer así?— Preguntó Yamato molesto— Estábamos preocupados por ti.
—¿Preocupados?— Preguntó Taichi—Si solo salí a caminar.
—Borracho.— Habló Kouji— Saliste borracho y siempre que estás borracho haces cosas idiotas.
—Parecías un vagabundo en el suelo.—Esta vez Yamato tomó la plabra.
—Desde que Sora me dejó soy un vagabundo del amor.— Habló Taichi.
Kouji rodó los ojos.
—Estás exagerando.— Habló Yamato.
—Claro que no.— Respondió Taichi.
—Estás actuando como un verdadero idiota.— Habló Kouji.
—Bueno, quizás, soy idiota.— Taichi suspiró— Un idiota por ahber perdido a Sora, por haber sido tan tonto, por no haber sabido cuidar nuestra relación. ...Ahora no solo perdí a mi hermana, si no que al amor de mi vida.
—Si, pero, su relación ya pasó, ya fue, Taichi, no puedes seguir así, llevas todo un mes tomando, llorando.— Habló Yamato— Y eso no está bien.
—Pero, no puedo hacer otra cosa.— Habló Taichi—Mi vida ya no tiene sentido, sin Sora.
—Claro que tiene sentido.— Habló Kouji— No puedes echarte a morir por una chica.
Taichi rodó los ojos— Para ti es fácil decirlo ¿no?— Preguntó— Nunca has sufrido por una chica, siempre has tenido todo fácil con ellas, incluso con tu novia, nunca has sufrido por ella o por otra chica, no sabes que es perder a la chica que quieres, así que, nunca me vas a entender.
Kouji apretó su puño molesto ante lo que había dicho el castaño, verdaderamente le había molestado lo que había dicho, él no sabía todo de su vida, él no tenía ni la más mínima idea de lo que él había vivido— Tú no sabes todo de mi vida, Yagami.— Rodó los ojos molesto.
—¿Qué?— Preguntó el Yagami— ¿Acaso me vas a decir ahora que tu si has sufrido por una?
—No te responderé eso, idiota.— Habló Kouji—Pero, lo único que te diré es que no puedes permitir que esta situación acondicione tu vida.— Le habló Kouji— Mírate das pena.
Taichi hizo una mueca ante esto.
—No porque la chica que quieres no está contigo vas a terminar haciendo locuras, todos sabemos que te sientes triste, pero, por favor, mantente cuerdo y reacciona de una buena vez.— Habló el Minamoto molesto.
—Kouji tiene razón.— Habló Yamato— No puedes dejar que esta situación te destruya, si tanto quieres a Sora, entonces, deja de llorar por ella y has algo para recuperarla.
—Lo haría, pero, ella me dejó claro que no volvería conmigo.
—Mientras no cambiaras tu actitud.— Habló el rubio Ishida— Y pues, quizás, ahora no estabas celando a tu hermana, pero, estás actuando igual de idiota que cuando le hacias esos escandalos a Takeru e Hikari.
—¡Ay! Lo sé, lo sé.— Respondió Taichi y llevó una mano a su cabeza— Pero ¿saben? ya me estoy aburriendo hablar de este tema, necesito una cerveza.
Yamato y Kouji intercambiaron miradas, hablar con Taichi borracho era peor que hablar con una pared.
—Olvídalo, ahora lo que tu necesitas es dormir.—Yamato le habló a Taichi.
Taichi hizo una mueca— Primero quiero una cerveza.
—Idiota, apenas te puedes levantar y quieres otra cerveza.— Habló Kouji molesto.
Taichi suspiró, sus amigos evidentemente no le darían la cerveza y tristemente estaba muy mareado como para ir a buscar una por sí solo, apenas se podía levantar. Suspiró, lo mejor sería dormir. Sin decir más, se acomodó en el sofá.
—¡Hey! ¿Qué haces?— Yamato le preguntó.
—Me acomodó para dormir.— Dijo Taichi mientras se tapaba con su propia chaqueta.
—Tienes la habitación para dormir.— Habló Yamato.
—Estoy muy mareado para subir las escaleras.— Contestó Taichi mientras cerraba los ojos, la verdad es que estaba tan agotado y mareado que podría hasta dormir en el suelo.
Yamato rodó los ojos— Bueno, nos ahorras un problema.— Si era sincero ya no tenía más ganas de tener que lidiar con el borracho de Taichi, ya había sido mucho traerlo desde ese lugar en donde Sora lo había encontrado hasta la cabaña.
Ninguno de los tres chicos en ese lugar no lo sabía, pero, Taichi le estaba haciendo un gran favor a cierta chica que escuchaba la conversación desde la cocina.
Mientras tanto en la cocina.
—Taichi me odia.— Sora llevó sus manos hacia su rostro mientras lágrimas caían por su mejillas.
—No, Sora, Taichi no te odia, simplemente está enojado, despechado y resentido por su ruptura.— Mimi le entregó un vaso con agua— Por eso dijo todo lo que dijo.
—Nunca me había hablado con tanto odio.— Habló Sora— ¿Viste sus ojos? Me veía con desprecio, con rechazo.— Le dió un sorbo al agua— No soportaba su mirada, ese no era el chico del cual me enamore.
—Claro que no es, porque, estaba borracho, el alcohol lo cegó.—Respondió Mimi— Pero, no significa que sienta todo eso por ti.
Sora suspiró— Me encantaría que fuera así. Pero, creo que quizás es lo que me merezco al meterme en una pelea de hermanos.
—Te metiste porque la situación lo ameritaba.— Respondió la castaña— Por favor, amiga, deja de torturarte ¿si? Si alguien está haciendo las cosas mal ese es Taichi, él es quién está haciendo las cosas.
Sora suspiró y le dio un sorbo al vaso con agua.
Mimi acarició su brazo— Deja de torturarte y lo mejor será que descanses.
Sora asintió y le dio un último sorbo a su vaso con agua antes de que ambas se dirigieran a la salida de la cocina y dirigirse a la escalera para subir.
Mientras tanto en el bar.
Takuya acarició el cuerpo desnudo de la rubia chica que tenía en sus brazos, acarició su cintura, su brazo y su mejilla derecha. Sus labios se posaron en su mejilla.
—Eres hermosa.
Izumi sonrió— Gracias.— Respondió antes de besar sus labios.
La boca de Takuya se abrió al sentir los labios de la rubia sobre los suyos y sus lenguas comenzaron a bailar.
Se separaron unos centímetros mientras se miraban a los ojos.
—Esta es la mejor noche de mi vida.— Habló la rubia.
—La mía también.— Respondió Takuya.
¡Bip, bip!
El móvil de la rubia sonó.
Takuya alzó la mirada e hizo una mueca— Tercera vez que suena.
Izumi asintió y se levantó del sofá cubriendose con la camisa de Takuya— Debe ser Mimi, o quizás, uno de mis hermanos al no ver que estoy en la cabaña.
El moreno recogió sus boxer y pantalones del suelo para acomodarlos en su lugar. Mientras tanto la rubia se acomodó la camsa de Takuya sobre su cuerpo, abrochó los botones y se levantó, caminó en dirección hacia su bolso y sacó su móvil.
—Tenía razón.— Respondió Izumi— Es Mimi.
—¿Y que dice mi hermanita?— Preguntó el castaño.
—Me pregunta adonde estamos, me dice que todos llegaron a la casa y que...—Hizo una mueca y se detuvo.
—¿Y qué?— Preguntó Takuya.
Izumi suspiró— Y que Kouji preguntó por mi.
Takuya hizo una mueca, la chica guardó su móvil en su bolso para luego acercarse al sofá nuevamente. Takuya se recostó sobre el sofá e Izumi se recostó en su pecho, Takuya pasó sus manos por cintura— Izumi, esto, no estuvo bien del todo.
—Lo sé.— Contestó la rubia— Pero, estuvo increíble.— Alzó su mirada.
—Y no digo lo contrario.— Dijo Takuya y bajó la mirada hacia ella mezclando sus respiraciones— Fue la mejor noche de mi vida, pero, también debemos pensar en que tú estás de novia ¿no? Con mi mejor amigo.
Izumi se mordió el labio inferior, sabía que eso y no podía evitar sentirse culpable, Kouji había sido un buen consuelo en esos tres años que había estado separada de Takuya, pero, ya no podía hacer nada ¿no?
—Luego tendremos tiempo para hablar con él.— Habló la rubia— ¿Podríamos disfrutar del momento?
Takuya hizo una mueca, bueno, ya no podían hacer nada, ya se habían dejado llevar, aunque, sabía que no estaba bien, ese era un momento que había añorado por mucho tiempo tener con la rubia, debía disfrutarlo.
—Tienes razón.— Respondió el moreno y sin decir más posó sus labios sobre los de la rubia.
Mimi observó a Sora quién yacía tranquilamente durmiendo en la cama, suspiró, verdaderamente le daba mucha lastima la situación que estaba viviendo.
Pero, tristemente no podía hacer algo más que apoyar a Sora para solucionarlo, Taichi era el que estaba cometiendo los errores.
Suspiró.
Observó su móvil.
Izumi aún no contestaba sus mensajes, se mordió el labio inferior, de seguro se estaba divirtiendo, luego le contaría si había logrado hacer algo con su hermano o estaba ahogando sus penas con alcohol en aquel bar.
Dejó su móvil sobre la cama.
Nuevamente suspiró.
Esa noche no había salido como había querido, pensaba que se divertiría, pero, habían terminado buscando a un borracho Taichi.
Mimi avanzó hacia su espejo y se observó, se había vestido de una forma tan sexy para Yamato, pero, no había ocurrido algo entre ellos en esas noche. Ahora ambos estaban en habitaciones separadas y...
¡Un minuto!
Taichi había dicho que dormiría en el sofá, porque, estaba muy mareado como para subir las escaleras, entonces, Yamato estaría solo.
Mimi sonrió, estaba aburrida, quería diversión. Abrió su maleta y sacó una falda negra y una camisa blanca. Sonrió y la observó detenidamente, esa era una camisa que Yamato le había regalado hace tres años atrás, en uno de sus encuentros en la habitación del rubio, el chico le había dado una camisa para que no le diese frío al momento de irse a su departamento ¿Si la veía se acordaría?
Cerró la maleta e ingresó al baño, se sacó el vestido rojo quedando solo en ropa interior, se colocó la falda y luego acomodó la camisa sobre su cuerpo, le quedaba un tanto grande, pero, se le veía bien. Aunque...
Sonrió, ya sabía como haría caer a Yamato.
Kouji le dio un sorbo al café que tenía en sus manos, debía dormir, pero, la verdad es que toda esa situación con Taichi lo había estresado bastante, quería dormir y no podía, entonces, había decidido tomar un café bien cargado, simplemente porque no quería beber alcohol.
La verdad es que a diferencia de sus amigos no era un adicto al alcohol, quizás, cuando habían comenzado a experimentar en ese mundo de las fiestas con alcohol, cigarros, relaciones, entre otras cosas, simplemente por curiosidad y por querer rebelarse contra el sistema había disfrutado de esas cosas, pero, luego se había dado cuenta que verdaderamente había sido un idiota al comenzar a vivir esa vida, había pérdido mucho, por placeres como el alcohol y el cigarro se había convertido en un chico de mal actuar que nunca, nunca, nunca podría estar con una chica tan correcta como...la hermana de su mejor amigo.
Suspiró y le dió un sorbo al café.
Recordar aquello simplemente le mortificaba la vida, ya que, una de las razones por las cuales le había dejado el camino libre a Koichi era esa, mientras Koichi era un chico bueno, sincero, transparente, mientras que él era un chico sin tener un rumbo claro en la vida.
Damar era una chica inocente, buena, recta. No merecía a un chico como él.
Aunque, bueno, había sido imposible alejarse.
Suspiró.
De un momento a otro la puerta de la cocina sonó y al voltear pudo ver que Hikari y Takeru ingresaban al lugar.
—¿No ves? Te dije que la puerta de la cocina estaba abierta.— Takeru intentó hablar lo más normal posible, como siempre lo hacia con su típico tono de voz divertido, pero, verdaderamente se sentía extraño, aquella situación lo había dejado verdaderamente mal, emocionalmente, ya que...¡No había sido lo suficientemente hombre para hacerle el amor a Hikari!
Hikari intento sonreír, pero, era casi imposible, le dolía mucho la frente por el golpe, y pues, estaba un tanto incómoda por la situación que habían vivido ambos hace unos minutos.
—¡Hey! Takeru, Hikari.— Kouji los llamó.
Ambos voltearon en dirección al Minamoto.
—Hola cuñado.—Takeru saludó al oji-azul.
—Hola Kouji.— Saludó Hikari.
—Hola.— Respondió Kouji— ¿Rika no viene con ustedes?— Preguntó un tanto sorprendido de no ver a su prima.
—No.— Contestó el rubio— Pero, Takato me acabó de enviar un mensaje y me dijo que venían en camino hasta acá.
¿Rika estaba con Takato?
Kouji alzó una ceja, últimamente su prima estaba mucho tiempo con ese chico nuevo, eso era un tanto...extraño.
No le desagradaba la idea, pero, no podía evitar sentirse un tanto confundido, Rika siempre había una chica super ruda y fría, tenía sus propias amistades con Takeru e Hikari quienes eran todo lo contrario a ella, porque, se conocían hace más de diez años, era una amistad que habían construido día a día, hora a hora, minuto a minuto.
Pero, ese chico no llevaba más de un mes en ese lugar y ¿había logrado hacer lo que algunos en años habían hecho?
Bueno, por lo menos el chico se veía decente.
—¿E Izumi?— No pudo evitar reguntar por su novia, Mimi había dicho que la rubia estaba con su hermano.
—¿Por qué me preguntas por ella?— Preguntó Takeru desconcertado.
—Porque, Mimi me dijo que estaba contigo.— Respondió el Minamoto.
Takeru alzó una ceja— ¡Que raro!—Exclamó desconcertado—Mi hermana no está conmigo, yo he estado toda la noche con Hikari y pues, ni idea de donde está mi hermana.
Kouji hizo una mueca ante esto, ya que, no pudo evitar sentirse desconcertado por la declaración de Takeru. Mimi había dicho que Izumi estaba con su hermano, y pues, no estaba.
Yamato ingresó a su habitación, con el torso desnudo y unos pantalones grises, luego de todo lo que había ocurrido con Taichi necesitaba descansar, así que, se había puesto su pijama y estaba listo para dormir.
Suspiró y apagó la luz para luego caminar hacia su cama.
Yamato se recostó en ella y observó el techo, toda esta situación con Taichi había sido estresante, pero, no lo culpaba. La ruptura de una relación tan importante era dolorosa.
Suspiró y cerró los ojos con intención de comenzar a dormir.
Pero, de un momento a otro la puerta sonó y al lugar entró alguien.
Yamato abrió los ojos y la luz se prendió.
Alzó la mirada y pudo darse cuenta que a su habitación había entrado la castaña Tachikawa.
—¿Mimi?
—Hola Yamato.— Saludó la castaña.
—¿Qué haces aquí?— Preguntó Yamato sorprendido.
—Vine a verte.— Respondió Mimi sonriendo como una niña inocente.
Yamato se mordió el labio inferior— ¿A verme?
Mimi asintió.
—No creo que sea buena idea.— Habló Yamato.
—Pero, Yamato, nos quedamos a medias en la fiesta.— Reprochó la castaña como una niña pequeña.
—¿E? Pues...—Balbuceo el chico.
—¿No quieres divertirte?
Yamato observó atentamente a la chica, eso sonaba a un respuesta un tanto atrevida.
—Esta noche será muy divertida para ambos.— Dijo la chica llevando sus manos hacia el cierre de su falda.
Y Yamato simplemente abrió la boca sorprendido al ver como la falde la chica caía y quedaba simplemente en camisa y en una delgada ropa interior de encaje color rosa. Mimi sonrió ante la expresión del chico, lo había dejado sin habla, no dudó más, caminó hacia la cama de Yamato y se sentó sobre él.
—Y dime ¿Quieres diversión...—Preguntó— Amigo?
Hikari y Takeru salieron de la cocina y la chica paró en seco al ver a su hermano sobre el sofá.
—¿Taichi?— Preguntó sorprendida.
Takeru alzó una ceja— ¿Qué hace aquí?
Hikari se acercó sigilosamente al sofá, pero, no alcanzó a dar más de cuatro pasos cuando sintió un terrible olor a alcohol que la molestó y casi le dio nauseas— ¡Oh! Parece que alguien se murió aquí.
Takeru asintió— De seguro está borracho y por eso no le dieron las energías para subir las escaleras o Yamato no quiso que bañara las habitaciones con ese olor.
Hikari hizo una mueca—Mi hermano.— No le gustaba verlo así, parecía un vagabundo, tenía la ropa desordenada, el cabello también y hasta podría decir que tenía arena en el cabello y en el rostro. Suspiró, tenía ganas de preguntarle "por qué tenía ese asecto" "por qué estaba pasado a alcohol" pero, luego recordó que la razón principal por la cual estuvieran separados era que, él no aceptaba la relación de Takeru y ella, si los veía podría quedar la grande. Mejor era no molestarlo— Lo mejor será no molestarlo.—Volteo en dirección hacia las escaleras y sin decir más, caminó hacia ellas, pero, cuando subió el primer escalón, la mano de Takeru tomó su muñena.
—¿E? Hikari.— El rubio llamó a la castaña.
—¿Si?— Preguntó la chica.
—Sobre lo de antes yo quería decirte que...
Hikari hizo una mueca, no quería hablar de eso, había sido muy incómoda la situación— Takeru, no es necesario que hablemos de eso.— Suspiró— Entiendo que no hayas estado preparado.
—¿E? N-no es que no haya estado preparado es solo que...
—Tranquilo, tranquilo.— Hikari posó sus manos sobre su boca— Enserio, entiendo que no hayas querido hacerlo, la que se apresuró fui yo y no te voy a reprochar o culpar por lo que ocurrió.— Depositó un rápido beso en sus labios— Buenas noches, cariño.
Takeru sonrió de lado casi de una manera forzada e incómoda— Buenas noches.
Y sin decir más, la chica comenzó a subir las escaleras.
Takeru simplemente suspiró al ver como la chica se alejaba, verdaderamente se sentía un idiota, un poco hombre ¿Cómo no había sido capaz de dar el paso?
Suspiró.
Se sentía pésimo.
Necesitaba un consejo.
Mimi estaba decidida se la juraría por Yamato costase lo que costase.
Mimi pasó sus dedos por la camisa y desabrochó los primeros dos botones dejando ver su escote.
Yamato observó atentamente a la chica, esa pequeña ropa interior resaltaba sus caderas y sus muslos, se le veía perfecta.
Mimi tomó sus manos y las posó sobre sus caderas.
Yamato se mordió el labio inferior— Mimi...—Sus dedos recorrieron la pequeña pieza interior de encaje, recorrió unos de sus muslos y luego sus manos subieron por la camisa recorrieron su cintura, su abdomen y en cierto momento llegando hasta sus pechos, pero, no pudo evitar exitarse al sentir que no llegaba sujetador, sintió sus pezones, su forma era perfecta los acaricio sobre la camisa mientras Mimi sonreía, extrañaba tanto sus caricias.
—Mimi esto no está bien.— Habló Yamato con las respiración agitada sintiendo la presión entremedio de sus piernas.
—¿Por qué no?— Preguntó la chica acercandose a su oído respiración agitadamente.
—Porque somos amigos.— Respondió el rubio.
—¿Y los amigos no pueden divertirse?— Preguntó la castaña inocentemente.
¿Divertirse?
Bueno, para él, Mimi no era una simple diversión, pero...
¿A quién engañaba?
Deseaba a esa chica.
Mimi besó sus labios de una forma muy pasional, lenta y seductoramente mientras sus manos aún permanecían en sus pechos. Yamato cerró lo ojos y no dudó en corresponder a su beso, que de a poco se fue haciendo mas intenso.
La presión entre las piernas de Yamato comenzaba a crecer.
Sobre la camisa de la castaña sentía sus pechos, sin dudarlo, los presionó los pechos de la chica con toda sus fuerzas, esto se repitió y Mimi separó sus labios de los de Yamato y se acercó a su oído para gemir muy sensualmente— Ah.— Nuevamente Yamato apretó sus pechos— Ah.— Acarició sus pezones sobre la camisa.
Yamato alzó la mirada y su boca se rosó con el mentón de la chica.
Sus dedos acariciaron sus pezones, se sentían tan bien, tan duros, tan perfectos.
Quería tocarlos de verdad, sin esa tela.
Sus manos bajaron hasta los muslos de la chica y sus manos pasaron por debajo de la camisa para tocar la piel de su abdomen, luego sus manos subieron recorriendo su desnuda cintura hasta llegar hasta sus calidos pezones los cuales acaricio sus pezones con suavidad al principio hasta que un momento dado sus manos ansiosas comenzaron a apretar nuevamente los pechos de la chica quién comenzó gemir nuevamente mientras se boca rosaba el rostro del chico hasta llegar a su cuello.
— Ah...—Fue su dulce voz que se escuchó— Ah.— Otro más— Ah.
Yamato no pudo evitarlo, sus manos estaban locas, sus hormonas revueltas por los gemidos de la chica, se sentó en la cama haciendo que las piernas de la chica rodearan su cintura, Mimi se abrazó a su cuello y mientras que las manos de Yamato bajaron hasta los gluteos perfectos de la chica acariciandolos y de vez en cuando tocando la pequeña pieza de encaje.
Era pefecta esa chica, le encantaba.
Fue Mimi quién llevó sus manos a la camisa y desabrochó un tercer botón dejando a la vista la mitad de sus pechos. Yamato los observó, eran perfectos.
¡Pero!
En esos momentos el quería probar otra cosa.
Acarició las caderas de la chica, sus gluteos y en un momento dado sus dedos se enredaron con la pieza de encaje y Mimi lo observó divertido antes de acercarse a su oído y susurrarle— Has lo que quieras conmigo.
Yamato respiró profundo y verdaderamente se sintió con plena plenitud de hacer lo que quisiera con esa chica, sin dudarlo, giró sobre ella dejandola debajo de él. Esa chica quería diversión y la tendría— Diviertete princesa.— Sus dedos comenzaron a jugar con sus muslos, con sus piernas, acariciando muy sigilosamente su piel, hasta que en un momento dado sus dedos tocaron aquel lugar sagrado de la castaña sobre la pieza de encaje.
Mimi se mordió el labio inferior ante esto.
Yamato simplemente sonrió y comenzó a masajear aquel lugar de la castaña provocando que esta gimiera al sentir aquellas caricias, gemidos que cada vez se fueron haciendo más intensos,Yamato sin duda sabía como hacerla sentir bien.
El rubio comenzó a besar sus rodillas, subió a sus muslos, besó en contorno de sus gluteos y en un momento dado llegó hasta aquel lugar sagrado de la Tachikawa. Mimi apretó las sabanas al sentir el aliento del chico en aquel lugar y literalmente las arañó cuando sintió que Yamato pasaba su lengua y luego depositaba un beso ahí.
—Yama-Yamato...
—¿Qué?— El rubio alzó la alzó su mirada— ¿No te estás divirtiendo?
Mimi suspiró, le estaba encantando ese momento, debía admitirlo, ningún chico podría en toda la vida hacerla sentir de esa forma.
Yamato sonrió de lado— ¿Quieres jugar al juego de la liga?— Preguntó el rubio.
—¿Juego de la liga?— Preguntó la castaña sorprendida y apenas los ojos del rubio se clavaron en los de ellas, la castaña sonrió— ¿Por qué no?
Yamato besó sus labios con dulzura y sus manos bajaron en dirección a aquella ropa de encaje y luego jaló levemente de ella y la intimidad de la castaña quedó a su vista, y como si de la liga de la novia se tratase, usó sus dientes para bajar esa ropa de encaje los piernas de la castaña.
Mimi no pudo evitar sonrojarse ante esto.
Las manos de Yamato se posaron sobre sus caderas y depositó un beso en el vientre de la castaña, seguido de otro para luego comenzar a bajar hasta aquel lugar sagrado de la chica. Sus dedos comenzaron acariciar aquel lugar provocando que la chica gimiera, los intrujo levemente tocando el interior del aquel lugar sagrado—Ah.— Gimió la castaña y Yamato nuevamente introdujo sus dedos—Ah.— Otro gemido.
Yamato sonrió y apartó sus dedos acercandose sus labios a aquel lugar y sin dudarlo pasó la punta de su lengua por ese lugar, acto que se repitio y finalmente, se pasó a ser mayor cuando estiró su lengua para introducirse en aquel lugar— Ah.— Fue el gemido de la chica al sentir como la lengua del chico entraba en ese lugar— Ah.—Otro gemido más. Yamato simplemente disfrutaba de aquel lugar, cuando lengua llegó a lo más profundo que pudo con sus labios besó aquel lugar estampando su rostro contra aquel lugar provocando que los gemidos que la chica fueran mayores. Se sentía tan bien, ese lugar introdujo nuevamente su lengua.
—Yama-yamato.—Mimi alzó sus piernas— Yamato.— Gimió su nombre de una forma muy sensual, muy aguda y suspiró mientras la lengua de Yamato entró a más a fondo y con sus piernas abrazó el cuello de Yamato mientras sus uñas se clavaban en las sabanas—Ah, ah, ah.— Gimió, gimio como si nunca lo hubiera hecho.
Era perfecta, un momento perfecto, Yamato le estaba dando todo el placer y ella simplemente lo abrazaba por las piernas.
Yamato simplemente disfrutaba de la parte sagrada de la castaña y de sus piernas.
Mimi alzó su mirada al techo y dejó escapar toda su respiración mientras sus caderas se alzaban con la cabeza de Yamato entre sus piernas.
Todo iba excelente.
Pero, tristemente la felicidad no duró mucho, ya que, algo ocurrió.
¡Toc, toc!
La puerta sonó provocando que Yamato se alejara levemente de la castaña.
—Yamato ¿estás ahí?— La voz de Takeru se escuchó en el lugar.
—¿E?— Balbuceo el rubio— S-si.
—Necesito hablar contigo, es urgente.— Habló el rubio.
—¿Urgente?— Preguntó el mayor de los Ishida sorprendido mientras sus manos acariciaban las caderas de la castaña.
—Si.
Yamato alzó una ceja— ¿Qué sucedió?
—Algo terrible.— Habló Takeru— Necesito tu apoyo emocional, hermano, por favor, abre.
Mimi y Yamato intercambiaron miradas, parecía ser una situación grave.
—Al parecer tu hermano te necesita.— Le habló Mimi a Yamato.
El rubio suspiró, se estaba divirtiendo entre las piernas de la Tachikawa, pero, Takeru había llegado como un niño que interrumpe a sus padres en pleno acto por una pesadilla o algo así. Suspiró. Quería continuar con Mimi, pero, Takeru sonaba aproblemado y no podía darla la espalda, ya había ocurrido así en esa noche del 3 de Abril, cuando debió estar con Takeru, no estuvo y desde entonces se propuso estar en todo lo que se le presentara a su hermano.
—Tendremos que continuar en otro momento.— Yamato le habló a la castaña.
Mimi asintió.
Ambos se levantaron del lugar, Mimi tapó sus gluteos con una sabana, Yamato recorrigió la pequeña pieza de encaje rosa y se lo entregó a la chica, Mimi sin esperar más se la acomodó. Yamato recogió la falda y rápidamente se la entregó.
—¿Cómo salgo de aquí?— Preguntó la Tachikawa.
—Yo sé.— Señaló la ventana— Escapa por ahí, el balcón de esta habitación está unido al de la habitación siguiente.
Mimi tuvo intenciones de protestar, ya que, estaba muy desabrigada y afuera hacia frío.
¡Pero!
No le quedaba de otra.
Sin esperar más, se acercó a la ventana, la abrió y salió por ella, Yamato se acercó y la observó atentamente antes de que se fuera— Espero que te hayas divertido.
Mimi sonrió de lado— Idiota.— Y sin decir más, depositó un rápido beso en los labios del rubio antes de caminar por el balcón en dirección a la otra habitación, que estaba vacía.
Ojalá les estén gustando los capítulos.
Adrit126: Hola! Disculpame si te decepcione con lo de Takuya e Izumi lo siento de verdad, pero, es que, esa había sido como la idea principal de la historia, la había puesto en el prólogo inicial, pero, de a poco intentaré mejorarlo o arreglarlo. Taichi habla del error, pero, pronto despertara, sus amigos lo ayudaran a despertar jsjsjs Takato es un amor, sin duda, creo que fue lo más bonito de ese capítulo. Ojalá sigas leyendo, comentando y te mando un gran abrazo a la distancia.
mariacredenza02: Si que mala onda que Takato la haya visto así, lo bueno es que gracias a eso, Rika se pudo sincerar con él y ahora su relación tendrá mucha más razón de ser. Takato podría ser un hippie jsjsj Amor y Paz hermana jajajaj Taichi se mandó el manso show, ojalá sepa arreglar las cosas, eso es lo que debe hacer si o sí osino se quedará más solo de lo que está jsjsj De a poco doy más piezas para que se arme el puzzle jiji Que bueno que te gustara el Lemon Takumi, la verdad es que, me percaté de que fuera lindo y bueno. Tranqui, tranqui Yamato no se dará cuenta jsjsj Ojalá sigas leyendo, comentando y te mando un gran abrazo a la distancia.
