Esperar por algo no era demasiado complicado para Nanoha. Consideraba que siempre había sido una mujer paciente, sin embargo, tal parecía que siempre que Fate estaba involucrada, afloraban partes de ella que no conocía. Puede que no lo quisiera admitir aún, pero puede que su rechazo a la transexualidad de Fate fuera justamente porque se trataba de Fate.

Por Fate había pasado un proceso complicado. Su falta de atracción por otras personas le llevó a creer que era asexual, y estaba bien con eso, hasta que el tiempo comenzó a pasar y se encontró observando a la Testarossa con más atención de la que se podría considerar normal, fue ahí donde decidió experimentar porque, si le gustaba Fate que es una chica, entonces era lesbiana, ¿no? Pero, ¿cómo saberlo si nunca salía con un chico? Esa fue la línea que le hizo experimentar con los chicos antes de decir un gran "Nope". Aunque por otro lado… nunca intentó salir con una chica que no era Fate, pero, comparando un poco, la idea de salir con una chica se le hacía más pasable que salir con un chico. El punto es que Nanoha pasó de creer que era hetero (porque arriba la imposición social) a asexual, para finalmente considerarse lesbiana para que de la nada Fate decidiera ser hombre y darle una bofetada en toda la cara con eso.

Suspiró, negando con la cabeza, para alejar ese pensamiento tan irritante. Esa reflexión rondaba su cabeza desde que Fate se sinceró con ella, y solo la ponía de mal humor; y ponerse de mal humor no es algo que pudiera permitirse ahora, mientras se acercaba lento a Hayate.

No es que Hayate haya dejado de ser su amiga realmente, a decir verdad, balanceaba bastante bien su amistad tanto con Nanoha como con Fate –aunque en un par de ocasiones dejó mostrar su preferencia a la rubia–, y desde que ésta faltó a clases, moría de ganas de preguntarle al mapache si tenía idea de la razón tras su ausencia. Fate prefería ir ardiendo en fiebre a tomar clases antes que perderse un día, y la señora Precia alentaba esa actitud, así que esto era, por demás, inusual. Se contuvo durante los primeros días, pero Fate ya iba para la semana ausente y en cierta manera le asustaba que Fate realmente se hubiera mudado sin decirle nada. Se tranquilizaba recordándose que Suzuka mencionó que ella estaba tomando notas para Fate y que Hayate le llevaba las tareas a casa todos los días.

Nanoha esperó a Fate el día siguiente a su buena acción con el paraguas, su intención era darle las gracias personalmente y quizá ver si podían encontrar una manera de volver a ser como antes; pero tocaron la campana y la Testarossa nunca se apareció por la puerta principal. Ese día, Hayate compartió con Nanoha, Arisa y Suzuka la jornada entera, y a la salida se dirigió a casa de Fate con los apuntes que Suzuka le otorgó, aceptando su oferta de acercarla junto a su chofer. El día que vino después, igualmente esperó por Fate, pero nuevamente se ausentó. Con un poco de duda, esperó igualmente durante el tercer día, con el mismo resultado. Ya para el cuarto día, se rindió y lo tomó como una señal del destino, pero hoy se era el quinto día de Fate estando ausente en el instituto y necesitaba una respuesta, pues ya iba una semana sin saber absolutamente nada de su persona; y por la manera en que Suzuka esquivó responderle antes, supo que solo Hayate le diría que pasaba con Fate.

Hayate la estaba probando, y por eso le miraba atentamente sin decir nada ni moverse en lo más mínimo.

—Tú sabes por qué Fate-chan ha estado faltando a clases—Dijo una vez se armó de valor. Hayate sonrió de manera socarrona.

Ugh, a veces la odiaba.

—Así es, yo sé porque Fate-kun ha estado faltando a clases.

Silencio.

— ¿Y bien?

— ¿Qué?

— ¿Por qué no ha venido a clases?

—Y quieres saber eso por qué…

—Me preocupo por ella.

—Él.

Nanoha rodó los ojos.

—Bien, me preocupo por él, soy su amiga.

—Oh, ¿en serio? —Cuestionó con sarcasmo—No te has comportado como su amiga durante el último trimestre.

—Fate-chan tampoco ha hecho un intento por arreglar las cosas.

—Eso es porque no lo he dejado. Créeme, Fate-kun se muere de ganar por volver a lo de antes.

Eso le hizo enojar, ¡¿quién se creía?!

Su coraje debió reflejarse en su rostro, porque Hayate alzó la mano, pidiendo la palabra antes de que comenzara a despotricar contra ella.

— ¿Recuerdas cuando te dije que me gustaban las mujeres? —Nanoha asintió sin entender a donde quería llegar—Lloré, y me disculpé por ser gay, ¿recuerdas lo que me dijiste? —No le dejó responder—Me dijiste que yo no debía disculparme por mis preferencias y que no me tratarías diferente, por lo tanto, Fate-kun no debe disculparse por cómo se identifica y no deberías tratarlo de la manera en que lo haces, como si fuera la peste.

—Yo no… ¡No es igual!

— ¿Por qué no? ¿Por qué a mí no me gusta Fate-kun?

—Imagina que un día conoces a la chica de tus sueños y de un día para otro te dice que quiere ser hombre.

—Me lo imagino perfectamente, sigo sin ver el problema.

— ¿Me vas a decir que cuando su cuerpo empiece a cambiar la vas a seguir queriendo igual? ¿Te va a seguir atrayendo de la misma manera?

—Nanoha, el cuerpo eventualmente pierde su belleza, envejecen o se lastiman; yo no me enamoraré de un cuerpo, me enamoraré de una persona y Fate sigue siendo la misma persona que conocimos, solo que más confidente sobre quién es y lo que quiere para su vida. Madura un poco.

Apretó los dientes y respiró profundo, obligándose a contar del uno al diez para no perder la compostura.

—Solo quiero saber si está bien, ¿puedes contestarme eso al menos para que pueda estar tranquila? Podremos tener nuestras diferencias pero Fate—Tras ver la atenta mirada de Hayate decidió no usar ningún tipo de honorífico—sigue siendo importante para mí y al igual que eh… Fate, yo también quiero volver a tener lo que teníamos antes.

Hayate no dijo nada, continuó mirándola. Nanoha se sintió desanimada, creyendo que eso no era suficiente para Hayate, así que sacó el paraguas de su bolso y se lo extendió, Hayate le vio sin mucha sorpresa.

—Fate lo dejó para mí el lunes, quería entregárselo personalmente y hacerle saber que solo ocupo tiempo para asimilar todo esto; pero supongo que al final tendrás que devolvérselo tú.

Ahora fue Hayate quien suspiró.

—Fate-kun estuvo en un accidente de tránsito, lo atropellaron a una cuadra de su casa.

— ¡¿QUÉ?!


SIGO SIENDO LA MISMA PERSONA

CAPÍTULO 3


Estar confinado en casa es de lo más aburrido del mundo, especialmente si no tienes tu autonomía al cien por ciento. Cambió la posición en la que se encontraba en el sofá, arrepintiéndose casi al instante y volviendo a ponerse boca arriba, y continuó viendo el televisor indiferentemente. Fate no era del tipo de personas que veía televisión regularmente (exceptuando quizá cuando había un buen anime en transmisión), pero su madre le regañó ya por estar todo el día leyendo en el celular. No entendía como la televisión era mejor, pero ya qué. Tampoco es que tuviera permitido dormirse porque "los sofás no son para dormir", estaba seguro de que de no estar herido, Precia lo hubiera pateado por arruinar su hermoso sofá, porque la mujer tiene bastante claras sus prioridades.

Igual no es que faltara mucho para que Hayate viniera con los apuntes del día, afortunadamente, la temporada de exámenes acababa de terminar, así que las clases no eran tan cargadas y por ende, no debía dedicarle mucho de su día; cosa que era tanto buena como mala, porque no tenía nada por hacer. Solo esperaba que no tardara mucho, moría de hambre y su madre, esperaba por su amiga para darles de comer tanto a él como a Chrono... o bueno, a Fate más que nada, Chrono desde que ingresó a la universidad parecía un fantasma y sobrevivía a base de Nissin.

Ah~ No estaría en ese estado si la gente no fuera tan imbécil y Fate no tuviera tanta mala suerte.

Ir por leche nunca fue tan peligroso.

Precia quería cenar uno de sus nutritivos cereales, pero no había leche, y como Chrono estaba muerto en su habitación, Fate fue el escogido para ir por tan preciado artículo. Ni siquiera alcanzó a llegar al convini cuando un conductor imprudente, no solo traía sus luces apagadas, sino que también quiso usar la maldita acera peatonal para retornar, le golpeó, porque vaya que da paja rodear la calle. De pura suerte, lo hizo enfrente de una gasolinera, así que los encargados reaccionaron rápido y llamaron a una ambulancia; o eso le dijeron. Fate no fue muy consciente de lo que pasó, todo fue bastante rápido y perdió la consciencia luego de estamparse con un árbol.

Afortunadamente, porque no todo es malo, no fue tan grave, según el médico que le atendió, dentro de su mala suerte, "estaba de suerte" pues los golpes que se llevó no representaban peligro –pero si demandaban su respectivo tiempo de descanso para sanar– y lo más grave había sido una fractura en el peroné, estuvo de vuelta en su casa casi cuatro horas después de lo sucedido.

Tocaron a la puerta.

¡Aleluya!

— ¡Mamá llegó Hayate…! —Avisó, ya que no tenía permitido levantarse.

— ¡Enseguida bajo! —Respondió desde el segundo piso.

—Ya escuchaste mapache, te toca esperar—Escuchó su risa del otro lado de la puerta seguido de unos pasos. Tan solo un par de segundos después, la ventana a su lado fue abierta, con Hayate asomándose a través de ella, sonriéndole con travesura.

Oh no.

—Espero que no mucho, mira que suficiente tuvimos con tu autobús. Ya comprendimos por qué nunca te apura que salgamos tarde.

—Bueno, esta es una zona poco habitada, todavía no hay muchas unidades—Momento…— ¿tuvimos?

Parpadeó un par de veces, mirando a Hayate con curiosidad.

—La densidad es parte también de ti~

Fate solo le hizo mala cara, a Hayate no le importó y se rio.

—Vinieron a devolverte tu paraguas.

—Oh.

—Ven a saludar Nanoha, por lo regular la señora Precia se arregla de manera express y se tarda de a cinco a diez minutos.

Escuchó esa risa que tanto extrañó escuchar después de tanto tiempo.

—Típico de tu madre—Dijo Nanoha asomándose.

Diablos, sí que la extrañaba.

—No es que me moleste tu presencia ni nada por el estilo, ¿pero qué haces aquí? Creí que tenías turno hoy además de que, bueno… eh…

Nanoha le dirigió una sonrisa penosa, de las mismas que solía hacer cuando por alguna u otra situación terminaba metida en algún problema y ocupaba su ayuda para solucionarlo; aunque ahora más bien que estar cerca suyo era el problema.

Era bastante triste.

— Pedí permiso a mis padres para venir. Le pregunté a Hayate por qué habías estado faltando a clases, me contó lo que te pasó y aunque me aseguró que estabas bien, necesitaba comprobarlo.

Miró a Hayate quien asintió a las palabras de la Takamachi, alzándose de puntillas y rodeando sus hombros con su brazo.

—Nanoha no ha dejado de ser una preocupona como puedes ver—Se burló—No podía estar tranquila hasta ver que no estabas convaleciente en un hospital, entre la vida y la muerte.

Fate rio con ligereza después de tanto tiempo, al ver el rostro molesto de Nanoha, se extrañaba ver a Hayate molestando a otra gente que no fuera él.

—De verdad, quitando lo de mi pierna, todo bien, iría a la escuela si mi padre no lo hubiera prohibido—Explicó.

Nanoha iba a agregar algo más, pero en ese momento escuchar a la señora Precia bajando las escaleras, y por inercia, todos miraron en dirección a ellas. Solo se había cambiado de sus ropas de "flojera" a unas hogareñas en esta ocasión.

—Una disculpa por la demora, estaba hablando con mi esposo. —Saludó a las chicas a través de la ventana.

Patrañas.

—No se preocupe, señora—Alabadas sean las costumbres japonesas, amaba ver como su madre siempre se fruncía el ceño por dicho apelativo—No andamos con prisas, ya sabe.

Precia forzó su mejor sonrisa antes de abrir la puerta y recibir, hasta donde ella sabía, las mejores amigas de su hija; aunque su instinto de madre le decía otra cosa sobre cierta cobriza, pero ya qué…

Ambas chicas se reverenciaron antes de entrar a la casa, Precia les brindó la bienvenida y dejó que acomodaran sus cosas; al mismo tiempo, Fate se sentó en el sofá y les observó, preparándose para ponerse de pie, pero conociendo a su retoño como lo hacía, se adelantó a sus planes, poniendo una mano sobre su hombro, evitando que lo hiciera, girándose con Nanoha con una de sus falsas sonrisas de madre amorosa y paciente.

—Nanoha, querida, podrías pasarme las muletas a tu derecha para esta niña tan terca.

Fate le vio con molestia, claramente mordiéndose la lengua para no recriminarle por llamarle "niña" ya que todavía no le había comunicado sobre su sentir, y estando herido, dependiente de ella, no era la mejor idea. No es que Precia fuera una madre violenta ni mucho menos, pero con diecisiete años conviviendo con ella le hicieron a Fate aprender lo radical que podía ser, nunca olvidaría como Precia le prohibió por muchos años practicar deportes de contacto como el basquetbol o el fútbol por no ser algo propio de señoritas… alabados sean Clyde y Chrono.

Hayate le dirigió una mirada compasiva que le alivió un poco el alma, nunca se cansaría de decirlo, era muy afortunado de tener una amiga como ella.

—Podía tomarlas por mi cuenta—Dijo, todo orgulloso.

—Deja que te cuidemos un poco—Comentó su madre muy dulcemente a lo que no solo él se sintió incómodo.

Fate no dijo más y se puso de pie, recibiendo una para nada disimulada mirada de Nanoha hacia el área de su pecho, y si él se había percatado, estaba seria la situación. En cierta manera, estaba un tanto justificado, la última vez que se vieron sus pechos habían desaparecido "mágicamente" y ahora pues no; esto estaba ligado en parte a su corte de cabello. Fate tenía antes era poseedor de una muy larga melena rubia, que además, era bastante voluminosa, Fate había heredado más de su familia materna que paterna (cosa que agradecía) en genética, y hasta donde recordaba, nunca habían sido de preocuparse por tener poco pelo, así que al él recortarse, tuvo en sus manos, literalmente una mina de oro. Su cabello se vendió bien, a lo que destinó dicho dinero en adquirir dos binders largos y ropa interior masculina… la vergüenza que le hizo pasar Hayate no la olvidaría nunca en la vida.

Ahora querido lector, quizá te estés preguntando: ¿Qué es un binder?

Pues bueno, en términos generales, y simplificando mucho las cosas, un binder vendría siendo algo así como un sostén deportivo combinado con una faja. Los binders largos por lo general son llamados "camisetas compresoras" debido a su apariencia y su función, pues se ven como la típica camiseta sin mangas que te pondrías debajo de las playeras, pero que dependiendo de cómo esté diseñada, pueden ser elástico o con ganchillos, sin embargo, la función es la misma, amoldar y distribuir el pecho de tal manera que da la impresión de tener un abdomen liso, como el del hombre promedio, sin contar que era, además, mil veces más seguro que usar vendas o (y esta fue nueva para Fate) cintas deportivas.

Con su cuerpo lastimado y con Precia pendiente de su persona las 24/7, no es que Fate pudiera usarlo libremente, por lo que comprendía que para Nanoha verle así le causara confusión después de varios meses siendo visto sin nada.

—No esperaba tenerte por acá, Nanoha, querida. Últimamente habías estado ausente, pensé que ya no eras amiga suya o algo por él estilo.

Fate ignoró lo mejor posible el comentario de su madre y avanzó directo al comedor.

—Nada de eso…—Escuchó la voz de Nanoha—Yo solo… tenemos algunas cuantas diferencias, pero me sigo considerando su amiga.

Se giró a verla, Fate se veía temerosa, preguntándole si estaba en lo correcto, y él no pudo hacer otra cosa más que asentir.

—Déjame adivinar, también estás en contra de como Fate está arruinando su apariencia.

—Mamá…—Rezongó, en parte fastidiada de su sermón y en parte sin ganas de escuchar a Nanoha estar de acuerdo con su madre.

—Fate tiene toda la libertad de hacer lo quiera con su cuerpo y apariencia—Dijo Nanoha un poco dudosa, casi soltándolo con miedo—Nuestras diferencias vienen de otras cosas, de la escuela y últimamente por mi trabajo—Mintió.

Precia se vio decepcionada de que su mayor aliada le fallara en esta ocasión. Fate por otro lado estaba sorprendido, confundido y emocionado.

¿Qué significaba aquello para su amistad ya bastante frágil?

De verdad quisiera saberlo.


He vuelto, again (?) Soy el hombre eternamente ocupado, entre cuidar detalles y arreglar otras cosas no me había dado una vuelta por FFNet, les pido una disculpa. Trataré de traer corregido el siguiente capítulo para la siguiente semana si es que no me terminan de masacrar en la universidad ya que estoy en evaluaciones... otra vez ToT

Muchas gracias a todos ustedes por su apoyo en este disparate, nos leeremos pronto, espero, este capítulo, nuevamente es de ustedes nwn