Storm Warning

Disclaimer: Los personajes son de S. Meyer y la historia le pertenece a Curlywurl95. Yo solo traduzco.

Disclaimer: The characters are S. Meyer's and the story belongs to Curlywurl95. I'm just translating.


Capítulo 4: Paseo en bici

Cuando llego a la escuela la mañana siguiente la primera campana ha sonado y no hay señal de Bella. Jasper está esperándome en los casilleros así que nos dirigimos juntos a química y puedo ver las preguntas nadando en sus ojos. Afortunadamente, consigue contenerse hasta que nos sentamos en nuestros asientos de laboratorio.

—Así que, ¿qué pasó anoche? —pregunta, antes de que yo siquiera tenga la oportunidad de sacar mis libros. Él no necesita explicarse, sé exactamente a qué se refiere.

—Nada pasó. Trabajamos en nuestro proyecto de biología y me hizo de comer —respondo con un encogimiento de hombros.

—¿Te hizo de comer? —chilla, inmediatamente bajando el volumen de su voz cuando unas cuantas cabezas se voltean a ver su explosión de emoción.

—Sí, me hizo pasta y fue… lindo —digo, incapaz de esconder la sonrisa que amenaza con cruzar por mi rostro.

Soy una jodida niña.

—¿Y dijo algo acerca de que le gustas? —pregunta rápidamente.

—No realmente.

—¿No realmente? ¿Qué fue lo que dijo? —cuestiona y no puedo evitarlo, pero me río de lo jodidamente emocionado que luce justo ahora.

—No sé —respondo, sintiéndome un poco incómodo—. Ella me llamó «lindo como el infierno» —le digo, sintiendo el calor subir por mi cuello ante el recuerdo.

Jasper no dice nada, pero cuando miro su cara, su boca está abierta.

—¿Ella te llamó lindo como el infierno? ¿Exactamente con esas palabras? — sisea. Asiento con la cabeza y soy plenamente consciente de que me parezco al gato que se comió el canario—. ¡Joder hombre, le gustas totalmente! —dice, afortunadamente bajando la voz para que no nos escuchen.

—Tal vez —digo rápidamente encogiendo los hombros.

—Tal vez— me imita, rodando los ojos—. Así que, ¿la invitarás a salir?

¿Invitarla a salir?

—Oh, er… no sé. —contesto. Honestamente, en realidad no he considerado en invitarla a salir. Digo, no me mal entiendan, he pensado en estar con ella un millón de veces. La mayoría de mis noches están llenas con pensamientos y ensoñaciones y… otro tipo de sueños… de ella y míos, pero ¿invitarla a salir en la vida real? No he pensado en ello.

¿Qué tal si se ríe en mi cara?

¿Qué tal si sólo está siendo amable conmigo?

¿Qué si ella le dice esa clase de cosas a todo el mundo?

Digo, ella realmente no ha dicho las palabras «me gustas, Edward». Tal vez sólo piensa que soy lindo en una forma tonta, ¿o de manera amigable?

Por el rabillo de mi ojo, veo a Jasper abriendo su boca para hablar de nuevo, pero afortunadamente soy salvado de cualquier pregunta furtiva por el señor García comenzando la lección. Por el resto de la clase, mi mente está distraída con pensamientos de Bella, y para el tiempo en que la campana suena anunciando el almuerzo, estoy agradecido de salir de aquí.

Jasper y yo recogemos nuestras cosas antes de iniciar nuestro camino a la cafetería. Cuando entramos al lugar, mis ojos inmediatamente buscan el cabello café y los ojos de gacela. En pocos segundos mis ojos la encuentran; Bella está sentada con los demás en una mesa del rincón. Está frente a mí y habla animadamente con mi hermana.

Como si sintiera que la estoy mirando, sus ojos se cruzan con los míos antes de que una sonrisa se dibuje en su rostro y me salude con la mano. Sonrío y le devuelvo el saludo, sintiendo que mi estómago da un vuelco entre el cielo y el infierno. Tomo rápidamente algo de comida y una botella de agua antes de dirigirme a la mesa para reunirme con los demás.

—Hola —Bella dice cuando llego a la mesa y tomo la silla al lado de ella.

—Hola —contesto, dándole una sonrisa.

—¿Cómo estuvo tu mañana?

—Bien, ¿y la tuya? —tomo una pequeña mordida de mi pizza y trato de no acapararla demasiado.

—Bueno, casi mato a Mike Newton con una pelota de voleibol, pero aparte de eso...—se ríe, dándome un encogimiento de hombros.

—¿En serio? —pregunto riendo con sorpresa.

—En serio —ella responde con un movimiento de cabeza—. Ha sido casi impresionante, incluso si lo digo yo.

—¡Honestamente, Edward, deberías haberlo visto! —Alice se pone a gritar—. ¡Fue una auténtica bofetada en la cara! Tendrías que haber oído el ruido —dice con una sonora carcajada. No puedo evitar reírme con ella ante la imagen.

—¡No sabía que estaba tan cerca de mí!— argumenta Bella—. De todos modos, si se hace una cicatriz se verá más robusto y tendrá una gran historia que contar —comenta, dándome un guiño. La acción hace que mi ingle se hinche.

¡Ahora no!

—Entonces, ¿todavía quieres ir a andar en bici este fin de semana? —me pregunta mientras bebe su zumo.

¡Aún quiere que salgamos!

¡Siiiií!

No te alegres.

—Claro, ¿ya le preguntaste a los demás? —contesto, tratando de lucir relajado.

—Todavía no —dice con una sonrisa antes de voltearse a los otros—. Oigan, chicos, ¿qué piensan de ir a andar en bici este fin de semana? —les pregunta. Hay un tiempo de silencio antes de que Alice hable.

—Claro, ¿qué tal el sábado?

—Yo puedo —responde Rose. Emmett y Jasper asienten.

—Podríamos ir a los acantilados —mi hermana sugiere—. ¿Ya has estado ahí, Bella?

Bella niega con la cabeza.

—Es bonito, podríamos tener un picnic —Rose agrega.

—Maravilloso —Bella ríe y el sonido hace que mi estómago se revuelva.

—¿Tienes bici, Bella? —Jasper le pregunta.

Oh, mierda.

—No, pero la compartiré con Edward. —le dice. Tan pronto como las palabras salen de su boca, los ojos de él se encuentran con los míos y puedo ver el asombro plasmado en su cara.

Olvidé contarle esa pequeña parte de la información.

Jasper asiente antes de que todos regresen a sus propias conversaciones; Rose y Alice discuten qué comida llevarán al picnic y Jasper me pone ojos de «hablaremos de esto más tarde». Bella se inclina más cerca de mí y mi mente se pone completamente en blanco.

—¿Todavía estás de acuerdo con compartir la bici conmigo? —murmura. Su aliento me pega en la mejilla y todo el pelo que hay en mi nuca se eriza—. No quería asumir…—añade, dejándose llevar un poco.

—Sí, totalmente. —le susurro de regreso. Ella me sonríe antes de alejarse y tomar otro bocado de su comida. Muerdo el interior de mi mejilla para detener una sonrisa de estúpido antes de que mis ojos brillen y se encuentren con los emocionados de Jasper. Un momento después, mi celular vibra.

A ella jodidamente le gustas – J.

*~SW~*

Cuando finalmente llega la mañana del sábado me levanto bien temprano. Alice y yo acordamos encontrarnos a las diez en la puerta de la casa de Bella, ya que ella es la única que no tiene bicicleta. Una vez levantado, me dirijo al baño para ocuparme de mis asuntos antes de meterme en la ducha. Me tomo mi tiempo, tratando de desperdiciar algo de la madrugada lavándome el pelo y el cuerpo antes de salir y secarme con la toalla.

El tiempo se ha vuelto frío en los últimos días, pero el sol sigue brillando en el exterior. Rebusco en mi vestidor y encuentro unos vaqueros y una camiseta de cuadros antes de intentar domar mi cabello rebelde. Cuando acabo, bajo a la cocina y cojo un bol de cereales de la encimera.

—Buenos días, cariño —mi mamá me saluda cuando me ve.

—Buenos días —contesto al mismo tiempo en que Alice entra a la habitación, vestida con jeans y un suéter.

—¿Estás emocionado por ir a andar en bici hoy, Teddy? —me pregunta, sentándose al lado mío.

—Sí, supongo —contesto, tratando de no sonar demasiado entusiasmado.

—Creo que es buena idea —mamá dice mientras pone unas últimas cosas en el cesto de comida para nosotros—. Es bueno para ustedes que tomen un poco de aire fresco.

—Sí, será genial, fue una buena idea la de Bella —Alice sonríe y sus ojos se encuentran con los míos—. ¿Estás listo? —me pregunta, afortunadamente sin decir nada más enfrente de nuestra mamá.

—Sí —contesto, saltando de mi asiento y tomando la canasta de picnic de la encimera.

—¡Diviértanse! —mi mamá grita detrás de nosotros.

Alice y yo caminos afuera y la ayudo a acomodar la canasta en la parte trasera de su bici antes de que nos dirijamos a casa de Bella.

—Así que compartirán la bici, ¿eh? —dice, moviendo sus cejas hacia mí mientras pedaleamos calle abajo.

—Sí, bueno, ella dijo que no tenía bici así que… —me encojo de hombros. Es una mentira descarada y lo sé.

—Aww, eres muy tierno, Teddy —Alice se ríe, haciéndome rodar los ojos. Por suerte ella no trae el tema de Bella de nuevo a colación en el pequeño rato que nos toma llegar a su casa y no pasa mucho tiempo hasta que nos detenemos fuera.

—Ve por Bella y yo iré por Rose —me dice antes de pedalear calle abajo, dejándome solo afuera de la casa de Bella. Tomo una profunda respiración, dándome cuenta de que no hay ningún carro de policía en la entrada, antes de antes de pasar la pierna por encima del asiento y apoyar la bicicleta en el árbol de la acera. Me acerco rápidamente a la puerta principal y llamo antes de que pueda arrepentirme. Espero unos instantes antes de que la puerta se abra y aparezca Bella. Lleva unos vaqueros y un jersey azul con cuello de pico. Siento que mis ojos descienden hacia su pecho antes de obligarlos a permanecer firmemente en su rostro.

¡No seas tan descarado al verla en sus narices!

—Hey —dice con una sonrisa cuando me ve.

—Hey —respondo, mi voz sale en un gran suspiro.

No mires abajo. No mires abajo.

—¿Estás listo para andar en bici, Cullen? —bromea, saliendo al porche delantero y cerrando la puerta detrás de ella.

—Tanto como puedo estarlo —respondo, siguiéndola por los escalones del porche. Miro hacia abajo a su trasero, incapaz de evitar tener una mirada rápida antes de pasar por mi bicicleta.

—Alice ha ido a buscar a Rose —le explico, señalando calle abajo. Solo puedo distinguir a Alice saludándonos con una rubia alta a su lado. Ella hace un gesto para que nos acerquemos.

—¿Vamos en bici hasta allí? —Bella pregunta. Asiento.

—Um... ¿cómo quieres hacer esto? —le pregunto, señalando la bicicleta, repentinamente inseguro de mí mismo ahora que estamos aquí. Ella se ríe de mí.

—Tú sube y yo me siento detrás de ti —sugiere. Asiento antes de pasar la pierna por encima de la bicicleta y sentarme en la parte delantera del asiento. Siento a Bella montarse a horcajadas sobre la bicicleta detrás de mí antes de presionar su cuerpo contra mi espalda y sentarse en el respaldo del asiento.

Santa mierda. ¡Está sobre mí!

—¿Estás bien? —me pregunta en voz baja.

Totalmente jodidamente bien.

—Sí —respondo, mi voz más profunda que antes y toda la sangre en mi cuerpo drenando hacia mi ingle. Me aclaro la garganta un poco, tratando de forzar los pensamientos lujuriosos fuera de mi cerebro y alejar mi erección.

—¿Puedo envolver mis brazos alrededor de ti? ¿Para no caerme? —pregunta su boca justo al lado de mi oído.

Por favor, hazlo.

—Sí —respondo de nuevo, sonando como un maldito loro, pero incapaz de pensar con claridad en este momento. Siento sus brazos serpenteando alrededor de mi cintura antes de levantar las piernas del suelo.

—¡Vamos! —se ríe una vez que está acomodada.

Oh, Dios. Ella será mi muerte.

Comienzo a pedalear por la calle, obligando a mi mente a concentrarse en mover los pies. En cuestión de minutos, estamos frente a Alice y Rose, quienes me están sonriendo.

Mierda.

—¿Están listos para irse? Emmett y Jasper nos encontrarán afuera de sus casas —dice Rose.

—Claro —por suerte Bella responde por ambos porque mi lengua actualmente no puede hacer nada más que colgar de mi boca como el neandertal que soy. Esperamos mientras Rose y Alice se suben a sus bicicletas y luego todos nos vamos, tomando unas pocas calles hacia las casas de Jasper y Emmett. Cuando llegamos, veo al dúo apoyado contra el frente de la casa de Jasper, con las bicicletas en mano.

—¡Hey, chicos! —Bella los llama desde detrás de mí—. ¿Están listos?

—¡Hey! — Emmett responde gritando antes de acercarse sigilosamente a Rose y guiñarle un ojo. Ella rueda los ojos.

Los ojos de Jasper encuentran los míos antes de que me dé una sonrisa astuta y pedalee detrás de mi hermana. Todos nos dirigimos hacia la ruta del acantilado, andando en bicicleta durante unos diez minutos antes de que el camino cambie de asfalto a piedra irregular. Las bicicletas rebotan en nuestro viaje hacia arriba y puedo escuchar a los demás riéndose delante de nosotros. Una piedra particularmente grande hace que mi bici se tambalee un poco más que antes.

—¡Ah! —Bella chilla, apretando sus brazos alrededor de mi cintura y apretando mi camisa. Gruño levemente ante la sensación.

Es tan cálida y suave. Puedo sentirla presionada contra mi espalda.

Lo que daría por tenerla presionada contra mi frente.

¡Abajo, chico!

—Lo siento —le digo en voz baja, volteando mi cabeza para hablarle y sin darme cuenta acerco mi cara increíblemente a la de ella.

—Está bien —se ríe, descansando su barbilla en mi hombro para que pueda ver a dónde vamos. Siento mi cuerpo vibrar por el contacto y todo el vello de mi nuca se eriza al sentir su aliento en mi piel.

Lo que daría por...

—¿Cuánto falta? —Bella pregunta, sacándome de mis pensamientos.

—Alrededor de diez minutos. ¿Por qué? ¿Estás cansada de tanto andar en bici? —me burlo de ella.

—¡Oye, se necesita mucho esfuerzo para aguantar aquí! —responde, apretando mi cintura con más fuerza y, a su vez, haciendo que todo mi cuerpo burbujee con electricidad.

—Oh, sí, lo olvidé. Pobre de ti, tener que abrazarme durante veinte minutos. Qué dificultad —respondo secamente, haciéndola reír. El sonido me hace sonreír.

—Yo no lo diría de esa manera —responde en voz baja, para que solo yo la escuche, y casi se me vuelve a tambalear la bicicleta.

¿Quiere decir que le gusta estar abrazada a mí?

Eso espero.

Me obligo a dejar de pensar en eso y sigo pedaleando por la ruta hasta que, finalmente, llegamos a la cima. Nos detenemos y pongo los pies en el suelo para mantener la bicicleta estable. Me doy cuenta de que Bella no quita los brazos de mi alrededor, manteniéndose pegada a mi espalda y no puedo evitar sonreír un poco.

—Wow —dice—, es realmente hermoso aquí arriba.

—Sí, lo es —respondo antes de girarme para mirarla por encima del hombro. Sus ojos se encuentran con los míos y de repente me doy cuenta de lo cerca que están nuestros rostros. Sus ojos bajan a mi boca y siento que los míos hacen lo mismo antes de que Emmett me saque de mis pensamientos.

—¡Joder! ¡Me muero de hambre! —se queja. Bella se ríe un poco por el ruido y aparta los ojos de los míos.

—¿Quieren almorzar?

—Sí —responde Bella, quitando los brazos de mi cintura y bajándose de la bicicleta, dándome una sonrisa. Una vez que está fuera del camino, me bajo y la sigo hacia los demás, sentándome en la manta que Alice ha tendido.

—Wow, Allie, ¿quiénes van a venir? —Rose bromea al ver la extensión de comida que tenemos ante nosotros. Hay sándwiches, pays, papas fritas, salsas, frutas, palitos de verduras y una selección de dulces.

—Bueno, me gusta darle opciones a la gente, Rose —responde Alice, sacándole la lengua.

—Me encanta —dice Jasper, dándole a Alice una sonrisa. Ella le devuelve la sonrisa y no puedo evitar poner los ojos en blanco. Escucho a Bella reírse y la miro para encontrarla observándome.

—¿Qué? —le pregunto en voz baja, mis ojos recorriendo su rostro.

Es tan bonita.

—Oh, nada... Sr. Protector —susurra, mirándome por debajo de sus pestañas. Me río de ella, observándola mientras le da un mordisco a uno de los sándwiches. Arrastro mis ojos lejos, no queriendo que me atrapen mirándola fijamente, y tomo un sándwich para mí.

—Entonces, ahora que estamos aquí arriba, ¿qué quieren hacer? —Rose pregunta después de unos minutos.

—A mí no me importa —Alice contesta.

—Podríamos rodar cuesta abajo —Bella dice con una sonrisa.

—¿Rodar colina abajo? —Jasper cuestiona, luciendo completamente confundido. Bella nos mira a todos.

—¿Me están diciendo en serio que ustedes nunca rodaron por una colina? —pregunta, su rostro sorprendido. Todos sacudimos la cabeza.

—Oh, Dios mío. Está bien, levántense —dice, levantándose de la manta de picnic y sacudiendo las migas de sus jeans. Nos miramos el uno al otro antes de ponernos de pie y dirigirnos hacia la pendiente cubierta de hierba a nuestro lado.

—Bien, así que se tienen que acostar boca arriba —explica, acostándose en el suelo. Sus ojos se encuentran con los míos y se ríe. No puedo evitar reírme de lo ridícula que se ve—. Entonces deben poner sus brazos sobre su cabeza. —Bella levanta los brazos por encima de la cabeza y en el proceso revela una pequeña franja de piel blanca cremosa.

Mmh.

¡Concéntrate!

—Y luego... ruedan —dice antes de darse la vuelta y proceder a rodar cuesta abajo, riendo y chillando en el camino. Cuando finalmente llega al fondo, se sienta y se ríe a carcajadas antes de ponerse de pie y trotar cuesta arriba hacia nosotros.

—¡Inténtenlo! —grita cuando nos alcanza.

Donde fueres, haz lo que vieres.

Todos nos miramos antes de acostarnos en el suelo y hacer lo mismo. Mientras ruedo cuesta abajo, escucho a los demás riendo o chillando en el camino hacia abajo y tengo que admitir que es divertido. Me hace sentir como un niño otra vez y no en el mal sentido.

—¡Ves! Es divertido, ¿verdad? —Bella me dice, su voz sin aliento cuando nos sentamos en el fondo.

—Sí, algo así —estoy de acuerdo.

—¡¿Saben qué sería aún mejor?! —Alice de repente grita—: ¡Si corremos!

Oigo chillar a Emmett y gemir a Rose.

—¿Todo tiene que ser una competencia? —pregunta.

—Sí —respondemos todos al unísono antes de reírnos.

—Vamos, Allie, ¿una carrera? —Bella dice antes de levantarse del suelo y correr cuesta arriba, siguiendo a mi hermana.

—¡En sus marcas, listos, fuera! —Alice grita antes de que ella y Bella rueden cuesta abajo, riendo a carcajadas y chillando todo el camino. Bella gana en velocidad, pero Alice rueda más mientras Bella rueda hacia mí, deteniendo su camino.

—¡Ugh! ¡Lo siento! —Bella se ríe mientras se deja caer sobre su espalda, su cabello revuelto y sus ojos brillantes mirándome. Me río de ella, mis propios ojos saltando entre su mirada. Oigo vagamente a los demás levantarse y tomar turnos para rodar colina abajo, pero parece que no puedo apartar los ojos de los de ella.

—¡Edward! —Alice me grita, haciéndome saltar—. Vamos a hacer equipos, ¿vienes?

—¡De acuerdo! —le respondo sin mirarla en absoluto. Bella me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa antes de ponerme de pie y seguirla colina arriba—. ¿Qué tenemos que hacer?

—Oh, bueno, Rose y yo acabamos de pensar en eso —dice Alice—. Se tienen que acostar cara a cara y tienen que tomarse de las manos y rodar juntos. Jasper y yo iremos juntos, Emmett y Rose, y luego tú y Bella —sus ojos brillan en los míos.

¡Tengo que sostener las manos de Bella!

¡Te amo, hermana!

Asiento levemente, sin confiar en mi boca en este momento, pero veo un brillo en los ojos de Allie antes de que se dé la vuelta. Observo cómo Emmett y Rose yacen en el suelo, se estiran y se toman de las manos antes de rodar colina abajo. El peso corporal de Emmett los hace rodar increíblemente rápido y por un momento, no estoy seguro de que vayan a detenerse en absoluto. Cuando finalmente se detienen, escucho a Emmett reírse a carcajadas e incluso parece que Rose se divirtió.

—¡Nuestro turno! —Alice le dice a Jasper. Los observo mientras ambos se acuestan y se dan la mano, incapaz de evitar mi propia sonrisa cuando mis ojos se encuentran con los de Jasper. Él me mira con ojos divertidos antes de que despeguen, rodando colina abajo, Jasper riendo y Alice chillando hasta que alcanzan a Rose y Emmett en el fondo.

—¿Estás listo para rodar, compañero? —Bella me pregunta, sus ojos se encuentran con los míos un momento después.

—Por supuesto que sí —respondo, sintiendo que mi ritmo cardíaco aumenta ante la perspectiva de tocarla. Ambos nos tumbamos en el suelo, cabeza con cabeza. Bella extiende sus brazos y yo hago lo mismo, tomando sus manos entre las mías. Tan pronto como mi piel toca la suya, siento una corriente eléctrica.

—¿Lista?

—Sí. A las tres: uno, dos, tres, ¡adelante!

Ambos rodamos por el borde de la pendiente. Bella chilla y se ríe mientras volamos cuesta abajo y no puedo evitar que mi propia risa se una a la de ella. A medida que ganamos impulso, siento que me sujeta las manos con más fuerza y yo las aprieto en respuesta. Eventualmente, nos detenemos al pie de la pendiente, golpeando a los demás.

—¡Oh, Dios mío! ¡Eso es tan divertido!

A regañadientes suelto las manos de Bella y me siento, riendo sin aliento cuando me doy cuenta de la apariencia desaliñada de Bella.

—¡Vamos otra vez! —Rose dice, inesperadamente arrastrando a Emmett a sus pies y de vuelta a la colina. Alice y Jasper los siguen, dejándonos a Bella ya mí solos para recuperar el aliento.

—¿Te estás divirtiendo? —me pregunta de repente.

—Sí, lo estoy. ¿Y tú?

Me sonríe.

—También yo.

Seguimos turnándonos para rodar cuesta abajo antes de que Rose diga que se siente enferma por los giros y regresamos a la manta de picnic olvidada. Todos nos dejamos caer sin aliento, todavía riéndonos y burlándonos unos de otros y volviendo a comer la comida que nos queda. Nos quedamos así durante mucho tiempo, solo hablando y riendo hasta que el sol finalmente comienza a hundirse en el horizonte y el aire se vuelve frío.

—Supongo que deberíamos irnos a casa —dice finalmente Rose, mirando la hora en su teléfono. Todos estamos de acuerdo antes de levantarnos de la manta y empacar lo que queda de la comida. Vuelvo a atar la canasta a la bicicleta de Allie antes de levantar mi propia bicicleta del suelo. Balanceo mi pierna sobre el sillín antes de hacerme hacia adelante para dejar a Bella en la parte de atrás. Ella me sonríe antes de deslizarse detrás de mí y envolver sus brazos alrededor de mi cintura.

—¿Lista? —le pregunto, mirando por encima de mi hombro.

—Como nunca —contesta con una sonrisa. Se la devuelvo antes de empujar y andar en bicicleta detrás de los demás y bajar la colina. Volvemos dando tumbos y tambaleándonos por el camino de tierra de la colina antes de llegar al final y andar en bicicleta hacia las casas de Jasper y Emmett.

—Entonces, ¿nos vemos el lunes? —Emmett dice cuando nos detenemos. Todos asentimos antes de despedirnos y verlos entrar, Emmett le guiña un ojo a Rose al pasar y Jasper le da una última mirada a Alice. Eso nos deja a Rose, Alice, Bella y a mí.

Nos dirigimos de nuevo en bici hacia la calle de Rose y Bella; el aire frío del otoño comienza a filtrarse a través de mi camisa. Hace casi frío, pero el calor del cuerpo de Bella detrás de mí lo mantiene a raya. En unos momentos, llegamos a la casa de Rose y nos despedimos antes de ir en bicicleta a la casa de Bella al final de la calle. Ahora que estamos aquí, estoy un poco triste porque nuestro tiempo se acabó.

—Aquí estamos —digo mientras nos detenemos frente a su casa. No hay ningún coche en la entrada y la casa está completamente a oscuras.

—¿Tu papá todavía está en el trabajo? —mi hermana pregunta, deteniéndose a nuestro lado.

—Sí, no volverá hasta tarde esta noche —responde, comenzando a soltar su agarre de mi cintura.

—¿Por qué no vienes con nosotros entonces? —Alice ofrece. Acerco mi cara a la de ella, dándole la mirada de «¿de qué estás hablando?».

—¿Ir con ustedes? —pregunta, sonando tan confundida como yo me siento.

—Sí, ¿por qué no vienes a cenar con nosotros y luego podemos traerte a casa más tarde? No tiene sentido que te quedes solo toda la noche, ¿verdad, Teddy?

Una parte de mí podría besar a Allie por sugerir que pasemos más tiempo con Bella y la otra quiere gritarle porque también está sugiriendo que pasemos tiempo con ella frente a nuestros padres. La última parte es muy consciente del hecho de que ella acaba de llamarme Teddy. Sin embargo, todo esto se vuelve borroso cuando me doy cuenta de que Bella todavía está agarrada a mi cintura, sus manos juguetean con un hilo suelto de mi camisa.

¡Concéntrate!

—Er… sí —contesto elocuente. Me doy cuenta de que Alice me rueda los ojos.

Lo sé, hermana, lo sé.

—No sé, Allie, tus papás no me están esperando y…—Bella comienza a decir.

—A papá y mamá no les importará, ¿verdad, Edward? Ellos se la pasan diciendo que te quieren conocer, de todos modos —Alice le contesta, aparentemente teniendo una respuesta para todo. Yo asiento, tratando de no lucir demasiado entusiasta.

—¿Segura?

—Por supuesto.

Por favor di que sí.

—Bueno, está bien.

Alice aplaude con júbilo y yo casi hago lo mismo, pero logro contener mi emoción. Bella vuelve a apretar sus brazos a mi alrededor y siento que apoya su barbilla en mi hombro una vez más. Mi corazón late el doble de veces antes de que nos dirijamos hacia nuestra casa, llegando afuera en cuestión de minutos. Cuando llegamos al frente, todos nos bajamos de nuestras bicicletas, dejándolas apoyadas contra el costado de la casa. Mi cuerpo se siente frío sin el de Bella presionado contra él ahora. Alice sube los escalones del porche, dejándonos a Bella ya mí siguiéndola.

—¿Edward? —Bella de repente dice en voz baja, deteniéndose justo antes de los escalones de la entrada.

—¿Sí? —respondo, volviéndome hacia ella.

—¿No te importa que me quede con ustedes? —pregunta, luciendo un poco insegura.

¿Habla en serio? La arrojaría sobre mi hombro y la mantendría como rehén si no fuera ilegal... y totalmente espeluznante.

—No, quiero que lo hagas —trago saliva ante la omisión.

Por un momento, Bella no reacciona y se siente como si el tiempo se ralentizara, pero luego una sonrisa aparece en su rostro y es como si cada farola brillara un poco más. Ella pasa junto a mí, dirigiéndose hacia la casa. Su brazo roza el mío mientras lo hace y siento que todo el vello de mi cuerpo se eriza.

Oh, Dios. No hay forma de que sobreviva a la cena.

Entramos y Bella se detiene en el pasillo antes de seguirme a la cocina. Alice ya está allí con mamá, apoyada contra el mostrador y luciendo demasiado complacida consigo misma.

—Hola, cariño —dice mamá cuando me ve antes de que sus ojos pasen hacia Bella a mi lado.

—Hola mamá. Mira, ella es Bella.

—Hola, cariño, es un placer conocerte. Hemos oído mucho sobre ti —dice mamá, sonriéndole cálidamente.

—Es un placer conocerla también, señora Cullen.

—Oh, por favor, llámame Esme. ¿Alice dijo que te ibas a quedar a cenar?

—Solo si eso está bien —responde, viéndose un poco insegura de nuevo.

—Por supuesto, cuantos más, mejor. ¿Comes pollo?

—Sí, me encanta —dice Bella con una sonrisa.

—Bien, pensé que todos tendrían hambre después de su paseo en bicicleta —todos asentimos de acuerdo—. ¿Qué tal si tú y Edward ponen la mesa y yo termino aquí? —le dice a Alice.

—Está bien, mamá —contesta y nos dirigimos hacia el comedor.

—¿Necesitas decirle a tu papá dónde estás? —le pregunto a Bella en voz baja mientras caminamos por el pasillo.

—Le mandaré un mensaje. No siempre contesta su teléfono cuando está en la estación —me dice. Asiento en respuesta.

En el comedor, Alice y yo hacemos un trabajo rápido poniendo la mesa antes de que mi mamá reaparezca con un pollo asado y mi papá a su lado.

—Carlisle, esta es Bella —mamá la presenta mientras coloca el plato en el centro de la mesa.

—Bella, es un placer conocerte —dice papá, estrechando la mano de Bella y dándole una cálida sonrisa.

—El placer es mío; gracias por dejar que me quede —responde Bella, con las mejillas sonrojadas. No puedo evitar sonreír un poco ante su leve incomodidad, recordando cómo me sentí cuando conocí a su padre hace unas noches. Ahora entiendo totalmente por qué pensó que era lindo. Salgo de mis cavilaciones cuando veo a mi papá mirándome con un ligero brillo en sus ojos. Dejo caer mi sonrisa inmediatamente.

¡Oh, Dios mío! ¡Él lo sabe!

—Siéntense todos —dice mamá, colocando los platos sobre la mesa con el pollo—. Coman mientras está caliente.

Todos nos sentamos, papá tomando la cabecera de la mesa, Alice deslizándose en el asiento al lado de mamá, dejándonos a Bella ya mí juntos. Me arriesgo a mirar a Bella y atrapo su atención. Ella me da una pequeña sonrisa que le devuelvo.

Actúa normal. Actúa normal.

—Así que, Bella, Alice dijo que vivías en California antes de mudarte aquí —mamá dice, pasándole a todos su plato.

—Sí, mi papá y yo vivimos en San Diego por un par de años y en Arizona antes de eso —Bella le contesta, sonriendo agradecida cuando le pasan su plato.

—San Diego es grandioso. Estuvimos ahí hace un par de años, ¿recuerdas, Carlisle?

Papá asiente.

—Sí, es genial —Bella le contesta—. Pero creo que prefiero aquí.

Le echo una mirada, con una papa a medio camino hacia mi boca, y veo sus ojos chocar con los míos momentáneamente.

—Oh, ¿sí? ¿por qué?

Que sea por mí. Que sea por mí. Que sea por mí.

—Me gusta vivir en un pequeño pueblo donde todos se conocen; ya he conocido bastante gente genial aquí. No sé que habría hecho sin Alice y Edward —contesta, dándome otra mirada.

¡Es por mí!

—Tienes razón acerca de que todo el mundo se conoce — mamá se ríe antes de empezar a contarle a Alice uno que otro chisme de pueblo. Trato de escuchar, pero mi mente sigue dándole vueltas al hecho de que Bella acaba de decir que yo soy una de las razones por las que prefiere Forks a California.

—Entonces, Bella, ¿sabes a qué universidad quieres ir? —papá pregunta, sacándome de mis pensamientos.

—Oh, er… no estoy completamente segura, pero mi elección definitiva probablemente es Brown.

De ninguna jodida manera.

—Brown, ¿eh? —papá dice con una pequeña sonrisa.

—Sí, quiero decir, sé que probablemente esté fuera de mi alcance y que es enormemente competitivo, pero en un mundo perfecto sería eso —divaga en voz baja.

—Ahí es donde Edward quiere ir —Alice chirría, como siempre de ayudante.

—¿De verdad? —pregunta Bella, con la cara pegada a la mía. La miro fijamente por un momento antes de asentir en silencio, tratando de tragar las judías que tengo en la boca.

—¿Qué quieres estudiar?

—Me encantaría estudiar inglés. Sé que no es la más útil de las carreras, pero me encanta así que...—responde encogiéndose de hombros—. ¿Y tú Edward? —sus grandes ojos marrones se clavan en los míos.

—Medicina —le respondo, con una voz que suena grave incluso para mis oídos.

—Vaya, eso es realmente interesante —dice con una pequeña sonrisa y voz burlona. En cuanto las palabras salen de su boca, recuerdo que las dijo la primera noche que nos conocimos y no puedo evitar reírme.

—En una muy buena universidad —respondo, haciéndola reír. El sonido me hace reír de vuelta hasta que levanto la vista y veo al resto de mi familia mirándonos. Alice tiene una sonrisa satisfecha, mi mamá se ve un poco confundida y papá tiene una ceja en el aire con una mirada de complicidad.

Mierda. Él lo sabe totalmente.

Me aclaro la garganta un poco antes de concentrarme de nuevo en mis frijoles. Afortunadamente, me salvo de la incomodidad ya que Alice le pregunta a Bella si iría de compras el próximo fin de semana. El resto de la cena transcurre sin incidentes y finalmente logro escapar.

—Vamos, vamos a mi habitación —dice Alice cuando todos salimos del comedor, dejando a nuestros padres limpiando en la cocina. Bella asiente antes de seguir a Alice escaleras arriba. No estoy seguro de si esto es solo para chicas, pero decido seguirlas, pensando que puedo ir a mi habitación si no estoy incluido. Mientras Bella y Alice desaparecen juntas en su habitación riéndose, me dirijo por el pasillo antes de escuchar que me llaman por mi nombre.

—¡Teddy! ¡Trae tu trasero aquí! —Alice grita. Pongo los ojos en blanco antes de darme la vuelta y asomo la cabeza por la puerta.

—¿Qué? Pensé que era una cosa de chicas —respondo encogiéndome de hombros, gesticulando entre las dos y no queriendo parecer demasiado complacido de estar incluido.

—Lo es, así que siéntate, Edwina —señala la silla junto a su escritorio. Escucho a Bella reírse antes de que le dé la vuelta a Alice y tome asiento.

—Me gusta tu habitación, Allie —dice Bella, mirando alrededor del espacio. La habitación de Alice es un caleidoscopio de colores, telas, carteles, fotografías, CD, libros y ropa. Es caótico y abrumador pero acogedor y atractivo. Es muy ella.

—Gracias. Entonces, ¿qué vas a hacer mañana?

—No lo sé —Bella se encoge de hombros—. Probablemente sólo un poco de tarea.

Alice y yo asentimos.

—Sí, yo igual tengo un montón de tarea de matemáticas que hacer.

—En realidad, Edward, tenemos que ponernos de acuerdo sobre cuándo nos veremos para hacer nuestro proyecto de biología —me dice Bella.

—Oh er... bueno, yo puedo cuando sea —respondo elocuentemente.

Suave. Muy suave.

—¿Qué tal el martes por la noche? Papá estará en el trabajo y mamá y yo íbamos a ir al cine para una noche de chicas. Tendrán el lugar para ustedes solos —Alice sugiere y me da una sonrisa. La miro como si hubiera perdido la cabeza.

¡¿Qué está tratando de hacerme?!

—Sí puedo el martes —dice Bella, sacándome de mis pensamientos.

—Está bien —respondo, mi voz suena tensa en mis propios oídos. Bella me sonríe y no puedo evitar devolverle la sonrisa.

Oh, Dios mío. Voy a estar a solas con ella de nuevo. En mi habitación.

Bella y yo solos en mi habitación.

Mi mente se inunda de inmediato con imágenes inapropiadas y niego un poco con la cabeza, desesperada por no tener una erección frente a Bella y mi hermana de todas las personas. Afortunadamente, Alice comienza a hablar con Bella sobre algunas personas en la escuela y la conversación avanza bastante rápido.

—Creo que debería regresar a casa. Mi papá no tarda en llegar —Bella dice después de una hora. Alice y yo asentimos antes de levantarnos y bajar las escaleras con ella.

—Mamá, papá, Bella ya se va —Alice dice.

—Oh, está bien. ¿Cómo llegarás a casa, cariño? —mi mamá le pregunta.

—Yo la llevaré —las palabras salen de mi boca antes de darme cuenta de lo que estoy diciendo.

¿Lo haré?

—¿Estás seguro? —Bella me pregunta, con sus ojos conectando los míos.

—Sí, está oscuro y demasiado frío como para que camines. Yo te llevaré —le digo, dándole una pequeña sonrisa. Bella me regresa el gesto antes de decirle adiós a mis papás.

—¿Vendrás, Allie? —Bella pregunta cuando estamos en la puerta de entrada.

—Lo haría pero necesito lavar mi cabello después de que me revolqué en la colina todas esas veces —Alice le dice. Bella asiente, dándole un pequeño abrazo de despedida antes de que yo abra la puerta para ella. Sigo a Bella a través del pórtico delantero y veo que Alice me da una sonrisa conspirativa.

Joder.

—¿Estás seguro de que quieres llevarme, Edward? —Bella me pregunta cuando caminamos por la entrada.

—Sí, por supuesto — respondo, deslizándome en el asiento del conductor y encendiendo el motor. El coche ruge y salgo con cuidado del camino de entrada antes de arrastrarme lentamente por mi calle, girando a la izquierda hacia la casa de Bella. Ahora que estamos solos y en la oscuridad es como si la energía entre nosotros fuera palpable y no puedo evitar mirar a Bella periódicamente para ver si se siente tan nerviosa como yo.

¿Hace calor aquí?

En poco tiempo estamos frente a la casa de Bella. Las ventanas todavía están oscuras y no hay ningún coche de patrulla en el camino de entrada. Cuando apago el motor, el mundo por fuera parece tranquilo y silencioso, el único sonido es nuestra respiración en el espacio confinado. Miro a Bella y veo que sus ojos brillan en la oscuridad cuando me devuelve la mirada.

—Entonces…— susurra Bella, sus ojos moviéndose entre los míos.

—Entonces…—le susurro de vuelta. Nuestras voces suenan fuertes en el auto, por lo demás silencioso. Ella se ríe.

—Gracias por hoy, ya sabes, por compartir tu bici conmigo.

—Fue un placer —respondo con una risita—. Espero que no haya sido demasiado horrible para ti... todo ese pedaleo... ya sabes —digo encogiéndome de hombros.

¡¿De qué estoy hablando?!

—No, creo que sobreviví —bromea. Continuamos mirándonos por un momento antes de que sus ojos se desplacen hacia mi boca. Mi mirada hace lo mismo con ella.

Quiero besarla.

—Bueno... buenas noches —dice en voz baja antes de volverse para abrir la puerta del pasajero.

Mierda.

—Sí... buenas noches —respondo sin convicción. De repente, Bella se congela, su mano en la puerta y se da la vuelta para mirarme. Se inclina hacia mí rápidamente y por un segundo contengo la respiración, sin saber qué hacer. Luego, sus suaves labios se encuentran con mi mejilla.

Ella me besó.

En la mejilla.

Fue fugaz y apenas lo sentí, pero ella me besó.

Bella se aleja y me mira una vez más antes de darme una pequeña sonrisa y alejarse.

—Buenas noches, Edward —dice antes de salir del auto y caminar hacia el porche delantero. Sigo sentado allí, mirando el asiento del pasajero ahora vacío.

Creo que tengo la boca abierta.

Rápidamente giro mi cabeza para ver a Bella cuando llega a la puerta principal. Se vuelve una vez más y me saluda con la mano antes de desaparecer en el interior. Me siento allí por un momento, incapaz de calcular lo que acaba de suceder.

Ella me besó.

Eventualmente me doy cuenta de que estoy sentado fuera de su casa como un acosador y enciendo el motor, arrastrándome por la calle hasta llegar al cruce. Me detengo y pongo el freno.

Ella me besó.

Fue en la mejilla y muy breve pero ella me besó.

Miro a mi alrededor mientras me detengo en la señal de alto y me doy cuenta de que soy el único coche en la carretera. Entonces hago algo completamente fuera de lugar. Hago una señal de victoria con el puño.

¡Eh, eh, eh!

¡Ella me besó!

¡Puso sus labios en mi cara!

Veo movimiento por el rabillo del ojo y me doy cuenta de que la Sra. Tweedy, desde el otro lado de la calle, me está viendo sufrir un colapso mental desde la ventana de su sala de estar. Rápidamente pongo el auto en marcha y le doy un saludo incómodo mientras me alejo, completamente consciente de que me vio bailar en mi asiento solo, como un maldito idiota.

Santa mierda.

Bella me besó.

Y voy a estar a solas con ella de nuevo el martes.

Mientras estaciono en el camino de entrada no puedo borrar la sonrisa de mi rostro. Aunque es bastante tarde, saco el teléfono de mi bolsillo y rápidamente escribo un mensaje, sonriendo todo el tiempo. Es femenino y juvenil y completamente ridículo, pero no me importa.

Oye, Jasper, nunca adivinarás lo que acaba de pasar – E.


JAJAJA. Este final de capítulo me hizo reír mucho.

¿Ustedes que piensan? ¿Jasper tiene razón y a Bella le gusta Edward? ¿O creen que solo está exagerando?

¿Merece review?

¡Nos vemos el siguiente jueves!