Mimi acarició el cabello de la niña que tenía en brazos. Estaba feliz y eso era evidente la gran sonrisa que tenía en su rostro lo decía.

—Estás tan grande.— Musitó la castaña con lágrimas en los ojos— Y tan linda.

Natsumi simplemente sonrió.

—Cada día más parecida a su madre ¿no?— La voz de Alice se hizo presente en el lugar y Mimi alzó la mirada encontrándose con la pelirroja.

La castaña sonrió— Alice.

—Gusto en verlas hermanas Tachikawa.— Habló la pelirroja y luego alzó su mirada hacia la adolescente de diecisiete años quién venía caminando hacia ellas.

Damar sonrió— Gracias por atender a mi llamado, Alice.— Comentó— De seguro estabas ocupada.

—Para nada.— Respondió la pelirroja— Natsumi y yo teníamos ganas de salir a conocer ¿cierto cariño?

—Shi.— Respondió la pequeña rubia.

La castaña menor bajó su mirada en dirección a la pequeña rubia— Hello Natsumi.

La niña alzó la mirada— Hello tía...—Intentó recordar su nombre.

—Damar.— Alice ayudó a la pequeña.

—Damar.— Sonrió la pequeña rubia.

Mimi tomó a la niña en brazos y observó a la pelirroja— ¿Cómo ha estado mi pequeña? ¿se ha portado bien? ¿se ha enfermado?

—Ha estado excelente.— Respondió la pelirroja— Aunque, el otro día tuvo un pequeño resfrio, pero, fue súper corto y con respecto a su caracter, se podría decir que más o menos.

—¿Más o menos?— Preguntó Mimi sorprendida.

—¿Me creerías si te dijera que? No llevamos más de dos días en hotel y se ha escapado tres veces de la habitación.— Comentó Alice.

—¿Enserio?— Preguntó la madre biológica de la niña.

La pelirroja asintió— Si.— Respondió— Al parecer no le gusta estar encerrada, el día que llegamos se salió y me preocupó bastante, no la encontraba por ningún lado, casi me dio un infartor al ver que no estaba, pero, luego la chica de la recepción me llamó y me dijo que un chico la había encontrado en el vestíbulo. Las otras veces se ha escapado, pero, al menos no ha bajado la escalera.

Mimi observó a la niña— Natsumi no deberías escaparte de tu mamá.

La rubia se cruzó de brazos— Pero, ese lugar es malo, no gusta.

—¿En que hotel se están quedando?— Damar le preguntó a la pelirroja.

—En el Conrad Tokyo.— Respondió la pelirroja.

—¿Enserio?— Preguntó Damar e intercambió miradas con su hermana, ese era el hotel de la familia de Sora.

—Si.— Respondió la pelirroja— ¿Algún problema?

—Ninguno.— Contestó Mimi— Es sólo que el día Sábado estuvimos ahí pro una fiesta.

—¿Enserio?— Cuestionó Alice— ¿Ustedes estuvieron en esa fiesta que hubo en el jardín?

Las hermanas asintieron.

—¡Vaya! No lo sabía, al momento que lo hubiera sabido les hubiera dicho quee estaba ahí.— Comentó la pelirroja.

—Bueno, no importa, lo importante es que ahora estoy con mi pequeña.— Respondió la mayor de las Tachikawa para luego abrazar a la pequeña que tenía en brazos.

No importaba cuanto tiempo había transcurrido para llegar a ese momento, lo importante era que estaba junto a su pequeña hija en estos momentos, algo que verdaderamente añoraba desde que había vuelto a Japón.


Rumiko se mordió el labio inferior molesta, primero había tenido ese problema con Rika y ahora con estas dos chcias, sin duda, este no era su día.

Izumi y Nene simplemente intercambiaron miradas de odio entre ellas.

—Esto verdaderamente es el colmo.— Rumiko le habló a las dos chicas frente a ella— Sobretodo con usted señorita Amano, no lleva ni una semana aquí y ya está involucrada en una pelea. Y usted, señorita Ishida, siempre ha sido una chica respetable y decente ¿cómo agarrarse a los golpes cómo si fuera un hombre?

—Directora, en mi defensa, ella comenzó la pelea.— Declaró Nene.

—Mentirosa.— Respondió Izumi— Directora, ella empezó molestando.

Rumiko rodó los ojos ante esto— No me importa quién haya empezado.— Declaró— Lo que me preocupa es que no hayan tenido pudor de comenzar una pelea a golpes e insultos, cuando se supone que son señoritas decentes.

Izumi rodó los ojos y Nene rió para su interior ¿señoritas decentes? si ¿cómo no?

—¿Me pueden decir cual la razón de su discusión?— Preguntó Rumiko.

La castaña hizo una mueca— Yo le diré.— Contestó— Esta chica, me quitó a mi novio.

—¡Mentira!— Gritó la rubia— Yo no te he quitado ningún novio, tu eres la que está obsesionada con su ex novio y que no lo deja en paz.

—Es mi ex novio porque tú te metiste en nuestra relación.— Habló la chica de ojso morados.

—Así que ¿es un por un chico la razón de su pelea?— Preguntó Rumiko y suspiró, esto le traía recuerdos, muy malos recuerdos ¿por qué siempre las peleas entre las mujeres era por esto?

—Si.— Respondió Nene— Pero, porque, ella es una zorra y...

—Señorita Amano, por favor, controle su lenguaje.— Habló Rumiko— No sé que enseñanza traiga de donde viene, pero, ese vocabulario no es aceptable en este lugar.— Luego volteo hacia la rubia— Y usted señorita Ishida sabe que en este lugar está prohibida la violencia.

Zoe se mordió el labio inferior.

—Señoritas, como dije anteriormente, no me importa quién comenzó, lo importante es que se pelearon de una forma violenta y como directora estoy obligada a darles una sentencia que cumplir por este show que dieron.— Habló la mujer— Por ende, ambas tendrán prohibida la salida el día Miércoles por la tarde esta semana.

—¿Qué?— Preguntaron ambas sorprendida.

—Esperen, aún no término.— Siguió hablando la Nonaka— Además, tendrán que lavar los días la loza y tendrán que ordenar el comedor luego de cada comida, juntas.

—¿Juntas?— Preguntaron de nuevo a coro.

—No, por favor, no.— Habló la castaña.

—Si quiere le lavo los baños, pero, no quiero tener que estar junto a ella.— Rogó Zoe.

—Lo siento, pero, la única forma de que se comporten es que convivan juntas.— Respondió la Nonaka— Y no quie objeción, porque, si siguen reclamando recibirán más sentencia con más castigos.


Kouji caminó en dirección al Internado, tenía libre, así que, iría a tocar un poco a su departamento. Iba tranquilo, como siempre, sólo, porque, ni sus amigos, ni su hermano estaban. Todo iba bien, pero, derepente una chica apareció frente a sus ojos y chocó contra él.

—¡Hey! Discul...—Observó a la chica y se sorprendió al ver a su pelirroja prima quién tenía lágrimas en los ojos.

Alzó una ceja.

Que Rika llorara no era común.

—Disculpa...—Se lamentó la Nonaka con la voz quebradiza.

—Rika ¿qué te ocurrió?— Preguntó Kouji preocupado al ver a su prima con lágrimas en los ojos, ella nunca lloraba, siempre intentaba verse fuerte ante los demás, ruda, fría. El hecho de que estuviera llorando era preocupante— ¿Por qué lloras?

—¿E? Y-yo...—Balbuceo la chica e intentó irse— N-no importa.

Kouji la agarró del brazo— Claro que importa.— Respondió— ¿Qué ocurrió contigo?

La pelirroja observó al Minamoto y verdaderamente sintió como todo dentro de ella se derrumbaba al darse cuenta que todo lo que había vivido en su vida era una mentira y no sólo por el hecho de enterarse que su padre era un hombre horrible, si no que, le dolía mucho saber que en realidad Kouji no era su primo, ella siempre lo había considerado parte de su familia, incluso más que a su propia madre. Pero, finalmente no era así.

Suspiró.

Fuera cómo fuera.

Él siempre había estado ahí.

Y ahora lo que más necesitaba era un abrazo suyo.

Así que, sin decir más lo abrazo (cómo hace años no lo hacia)

—Kouji...—Lloró sobre su pecho.

El Minamoto alzó una ceja sorprendido por esto— ¿Qué ocurre Rika?

—Sólo abrazame...—Respondió la pelirroja— Abrazame muy fuerte.

Kouji simplemente no supo que responder, que su prima le pidiera un abrazo era sorpresivo, pero, se veía triste, así que, sin decir más, la abrazó, cómo hace años no lo hacia.


—¡Mami! No me gusta esta cosa.— Reclamó Natsumi mientras se quitaba una de las cintas de su cabello.

Alice rodó los ojos— Pero, si se te ven súper bonitas.

La pequeña se cruzó de brazos— ¡No me gustan!— Regañó y sin decir más, se quitó la otra cinta del cabello.

—Eso me trae recuerdos.— Comentó Mimi y volteo hacia su hermana. Por un momento había recordado cuando Damar era pequeña y reclamaba por la ropa que le colocaba su madre, para variar, Satoe Tachikawa tenía la manía de vestirlas iguales, y las llenaba de cintas, adornos de cabello, entre otras cosas que la menor odiaba y que siempre terminaba destruyendo por andar detrás de Takuya jugando fútbol o cosas así, todo lo contrario a ella.

La menor de las Tachikawa rió— Bueno, es mi sobrina ¿no?

Mimi rió ante esto.

Alice retiró la cintas del cabello de la rubia y las guardó en su cartera— Bueno, chicas ¿quieren un helado?

—Si, estaría bueno.— Respondieron las castañas antes de comenzar a caminar en dirección a un carro de helado.

—Y dinos...—Habló Mimi— ¿Qué piensas de la ciudad?

—Es un lugar muy bonito.— Comentó Alice— No recordaba mucho de este lugar, como sabes, mi familia y yo nos fuimos hace años de aquí.

—¡Wow! Mami mira, una mariposa.— La niña gritó señalando una mariposa rosa que volaba ser— Es bonito.

Alice sonrió ante esto— Si, mi amor.

Las cuatro llegaron al carro de helado.

—Buenas tardes señoritas.— Saludó un hombre.

—Buenas tardes.— Respondieron.

—¿Nos puede dar cuatro helados, por favor?— Preguntó la pelirroja.

—Si.— Contestó el hombre— ¿Qué sabor?

—El mío de vainilla.— Respondió Alice y luego observó a las Tachikawa— ¿Y ustedes?

—El mío de vainilla también.— Contestó Damar.

—El mío de fresa.— Habló Mimi y luego volteo hacia la pequeña rubia— ¿Y cuál quieres tú, Nat?

—Ese rico del otro día.— Respondió la rubia.

—¿El del otro día?— Preguntó la madre biológica de la niña sorprendida.

—Uno que probó hace unos días y que ama.— Habló Alice.

—¿Cuál?— Preguntó Mimi.

—Helado de mango en escabeche.

—¿Helado de mango en escabeche?— Preguntó Mimi sorprendida.

Alice asintió— Últimamente ha estado obsesionada con ese helado, desde que lo compro me rechaza los demás helados, antes amaba el de chocolate y ahora lo rechaza, también intento darle de vainilla, frutilla, menta, entre otros y también los rechaza.

Damar rodó los ojos— Sin duda, tiene gustos raros del idiota de Takeru.

Mimi carcajeo levemente, algo debía tener de sus tíos paternos ¿no? Al menos de uno de ellos, ya que, evidentemente no era como Izumi, a excepción del cabello rubio, Natsumi tenía el mal humor de Yamato y su rebeldía, cosas que Damar también tenía impregnadas en su escencia, además, le gustaba correr de un lugar a otro.

—Tiene suerte su niña, justo me llegó un encargo con ese sabor.— Comentó el heladero y comenzó a armar los helados.

Mimi observó atentamente a la rubia y llevó una mano a su mentón, sin poder evitar preguntarse ¿qué otras características habrá sacado de sus tíos, tías, de Yamato y ella? Por el momento, no veía ninguna de ella. Sólo veía a una versión femenina de su rubio padre.


—Todo una mentira, una maldita mentira.— Habló Rika.

Kouji acarició su cabello aún sin poder creer lo que le había contado la pelirroja.

—Soy hija de un acto desagradable y repugdiante.— Lloró la Nonaka—Yo no debí haber nacido, yo no debería existir.

—¡Hey! No digas eso.— Le reclamó el oji-azul.

—¿Por qué? Si es la verdad.— Rika suspiró— Soy hija de un acto terrible, ahora tiene sentido porque mi madre nunca me dio cariño o amor, porque, me dejó sola. Porque, el hombre que me engendró hizo algo terrible para que yo existiera.

—Puede que el acto que haya hecho él fuera repudiable, pero, eso no significa que no debes existir.— Habló el Minamoto tomandola de las mejillas— Los hijos no son culpables de lo actos de los padres y tú no tienes que sufrir por algo que hizo él ¿me escuchaste? ¡Él!— Recalcó esto último— Él, no tú.

Rika se mordió el labio inferior, quizás, Kouji tuviera razón, pero, no quitaba que todo fuera doloroso— ¿Sabes? Lo peor de todo, es que, no somos familia, ni tú, ni Koichi son mis primos, yo no soy su prima, no soy parte de su familia ¡todo fue una mentira!

Kouji se mordió el labio inferior ante esto, verdaderamente era complicado asimilar esa información, demasiado difícil, habían crecido toda su vida creyendo que eran parientes, no directos, pero, que compartían cierto parentesco, y que esto no fuera así era muy enrevesado.

Suspiró.

Fuera como fuera, Rika era parte de su familia, no podía serlo geneticamente, pero, él la consideraba así.

—Rika, puede que no seamos parientes, pero, siempre me tendrás para ti.— Le declaró de la forma más sincera posible, porque, así sería, Rika era parte de su familia, no importaba que no compartieran sangre o algo así, ella siempre había sido parte de su vida, siempre se habían apoyado, las cosas no cambiarían por esta verdad, claro que no.

—Sólo te he dado problemas Kouji.— Se lamentó la pelirroja— Muchos miserables problemas con drogadicción, con mis ganas de salir a fiestas, con mi mal caracter.

Si, eso era verdad, pero, si era sincero, amaba estar al pendiente de ella, por mucho tiempo se había sentido sólo por el divorcio de sus padres, por alejarse de su hermano cuando eran pequeños, pero, conocer a Rika le había abierto la mente para dejar de ser egocentrico y ver por sí mismo, al ver que ella era como un reflejo de él, al ver que vivían situaciones similares se había comenzado a preocupar por ella y la verdad, es que, amaba tener esa sensación de que con sus actos podía proteger a alguien.

—No importan los malditos problemas, Rika, tú eres parte de mi familia y siempre será así.— Respondió el Minamoto.

Rika sonrió conmovida ante esto. Sin duda, lo único bueno que había salido de esta mentira era haber podido conocer a los gemelos, sobre todo a Kouji. Quizás, ese chico era bastante frío con los demás y orgulloso, pero, con ella siempre se había comportado bien, ambos eran tan iguales y producto de esto este chico había logrado domar a esta fiera.

—Te quiero...—Dijo la chica antes de abrazar al oji-azul.

Kouji sonrió ante esto y le correspondió el abrazo hace bastante tiempo la pelirroja no le decía aquello y para variar él tampoco, se podría decir que hace años, ya que, ninguno acostumbraba a demostrar mucho sus sentimientos, pero, que no se lo dijesen no significaba que no fuera así— Yo también te quiero a ti.


—Quiedo cantar.— Habló la niña.

Mimi y Damar intercambiaron miradas sorprendidas ante esto.

—Últimamente ha cantado mucho una canción de una serie.— Comentó Alice.

—¿Si?— Preguntó Mimi— ¿Cuál?

Alice sacó su móvil y buscó la canción entre sus archivos, cuando la encontró la presionó y comenzó a sonar.

La pequeña sonrió y sin dudarlo, comenzó a cantar con la canción.

Ahora sabes que
Yo no entiendo lo que pasa
Sin embargo sé
Nunca hay tiempo para nada

Mimi sonrió, sin duda, era hija de Yamato y ella.

Pienso que no me doy cuenta
Y le doy mil y una vueltas
Mis dudas me cansaron

Ya no esperaré

Mimi se dispuso a cantar.

Y vuelvo a despertar en mi mundo
Siendo lo que soy
Y no voy a parar ni un segundo
Mi destino es hoy
Y vuelvo a despertar en mi mundo
Siendo lo que soy
Y no voy a parar ni un segundo
Mi destino es hoy

Nada puede pasar
Voy a soltar todo lo que siento, todo, todo
Nada puede pasar, voy a soltar
Todo lo que tengo
Nada me detendrá.

—Tía Damar, canta.— Animó la pequeña rubia.

La nombrada alzó una ceja sorprendida de su petición, pero, lógicamente no le respondería que no.

Era su única sobrina después de todo.

Ahora ya lo sé
lo que siento va cambiando
Y si hay miedo que
abro puertas, voy girando.

Pienso que no me doy cuenta
Y le doy mil y una vueltas
Ya mis dudas me cansaron
Ya no esperaré

Y vuelvo a despertar en mi mundo
Siendo lo que soy
Y no voy a parar ni un segundo
Mi destino es hoy
Y vuelvo a despertar en mi mundo
Siendo lo que soy
Y no voy a parar ni un segundo
Mi destino es hoy

Nada puede pasar
Voy a soltar todo lo que siento todo, todo
Nada puede pasar, voy a soltar
Todo lo que tengo
nada me detendrá.

Mimi no podía estar más feliz y emocionada, su pequeña había heredado aquel talento de Yamato, su padre, que también ella tenía, estaba feliz. Ojalá algún día pudieran conocerse de seguro se llevarían bien.

Aunque...

Yamato no quería hijos a esa edad.


—No puedo creer que Izumi y Nene se hayan puesto a pelear a los golpes.— Comentó Yamato— Mi hermana siempre ha sido tranquila, no le gusta la violencia.

—Verdaderamente Izumi y esa chica deben estar ciegas.— Comentó Taichi.

—¿Por qué?— Preguntó Takuya.

—¿Qué no es obvio?— Cuestionó el Yagami— Se están peleando por ti, lógicamente estan ciegas.

Yamato rodó los ojos ante el comentario de su amigo.

—No seas ofensivo Yagami.— Regañó el moreno— Esto es serio.

Takuya suspiró— Nene verdaderamente le gusta fastidiar.— Se lamentó.

—Todo por ti, Takuya.— Respondió Taichi— Verdaderamente debe estar demente como para seguir insistiendo en tener algo contigo cuando le has dicho que no.

El hermano de Mimi suspiró, ya no sabía como deshacerse de esa chica, quién evidentemente no entendía ninguna razón.

—Lo único que espero es que no llamen a nuestros padres.— Comentó Yamato, el último tiempo su madre e Izumi no venían teniendo buena relación, al contrario, para lo único que llamaba Natsuko era para demostrar su descontento con su hija.

—Y ojalá expulsen a Nene.


—¿Nene se vino a vivir al Internado en donde ustedes están?— Preguntó Alice sorprendida.

Damar asintió— Malditamente si.

Alice hizo una mueca— ¿Y las amenazó con contar la verdad para que Takuya regrese con ella?

—Si.— Respondió Mimi.

La pelirroja suspiró— Esto es culpa mía.— Se lamentó— Debí haber sido más cuidadose con mis cosas, debí suponer que Nene haría lo que siempre hace, hacerme la vida imposible.

—No te culpes.— Habló Mimi— Tu has hecho todo bien, Nene es la que simplemente no tiene límites y hacernos la vida miserable.

—¿Y cómo la detuvieron?— Preguntó la pelirroja.

—Acudí a un secreto que Yuu una vez dijo borracho.— Respondió Damar— Pero, conociendo como es, de seguro no se quedará con los brazos cruzados.

—¿Qué secreto?— Preguntó Alice.

—No vale la pena hablar de eso.— Contestó la menor— Ni siquiera vale la pena hablar de esa tipa.

—Deben tener cuidado.— Advirtió Alice— Nene es muy impulsiva y loca, generalmente hace las cosas sin pensar, un paso en falso y podría provocarles muchos problemas.

Mimi suspiró, lo que menos quería era tener problemas, ya muchos tenía por su propia cuenta.

No quería tener más.


—¿Te agarraste a los golpes con la nueva solamente por un chico?— Takeru le preguntó sorprendido a su hermana.

Izumi hizo una mueca— Lo dices como si nunca hubieras peleado con Daisuke por Hikari.— Comentó.

—Buen punto.— Musitó el menor.

—Sea como sea no estuvo bien Izumi.— Habló Yamato.

—¿Y me vas a decir tú que no está bien agarrarse a los golpes cuando le has dado puñetazos a Taichi y Ryo?— Preguntó la oji-verde.

Yamato rodó los ojos— Si, lo he hecho, pero, al menos he sido deisimulado.— Contestó— No me he peleado con ellos en un lugar donde la directora, el subdirector u otro me pueda encontrar. Piensa ¿qué hubiera ocurrido si Rumiko se le hubiera ocurrido la idea de llamar a nuestros padres?

Izumi hizo una mueca ante esto, últimamente no estaba teninendo muy buena relación con su madre, no es que alguna vez la haya tenido, pero, el último tiempo la llamaba sólo para regañarla, tanto así que, cuando la había llamado el día de la fiesta no se había dado el trabajo de contestarle.

—Bueno, pero, no lo hizo.— Respondió la chica mientras intentaba arreglar su desordenado cabello.

Yamato suspiró— Zoe entiendo que te moleste Nene, pero ¿no podrías simplemente ignorarla?

—Lo intento, pero, ella dice cosas que me hacen hervir la sangre, me insulta y finalmente logra sacarme de quicio.— Contestó la oji-verde— Esa chica esta obsesionada conmigo.

El rubio mayor suspiró, sabía que esto era verdad, Takuya ya lo había dicho antes, Nene vivía molestando, porque, estaba obsesionada con la idea de volver con el hermano de Mimi, pero, aún así, su hermana debía intentar evitarla.

—Zoe, entiendo la situación, pero, has todo tu esfuerzo por ignorarla.— Habló el Ishida mayor.

—O también podrías, ahora que vas a pasar tiempo con ella, intentar ser su amiga.— Comentó Takeru.

—¿Intentar ser su amiga?— Preguntó la chica— ¿Estás loco? Yo nunca seré amiga de esa tipa.

Yamato suspiró, verdaderamente no sabía como llevar esta situación.

¿Por qué las mujeres eran tan difícil?

—Bueno, sea como sea intenta evitar los problemas con esa chica.— Respondió Yamato.

Todo se resumía en esto, sencillamente en eso, no más problemas.


—¿Así que, tendrás que pasar tiempo con Izumi durante tu castigo?— Ryo le preguntó a Nene.

—Tristemente si.— Contestó la castaña verdaderamente molesta.

—Debiste haber sido más estrategica, Nene.— Comentó Ryo— No debiste haberte ido a los golpes con ella, si no que, debiste haber buscado una mejor forma de enfrentarte a ella.

Nene suspiró— ¿Sabes? Yo tenía una muy buena estrategia para recuperar a Takuya cuando llegué, pero, tristemente no funcionó.

—¿Qué estrategia?— Preguntó el Akiyama.

—Ya no importa.— Se lamentó la Amano mientras intentaba ordenar su cabello con sus manos— Toda esa estrategia se derrumbo por la culpa de Damar.

—¿De Damar?— Cuestionó Ryo sorprendido— ¿Qué tiene que ver ella en esta historia?

Nene hizo una mueca de molestia— Es que, mi plan para recuperar a Takuya consistía en revelar un secreto que sé de Mimi, como Takuya ama a su hermana supuse que preferiría mil veces estar conmigo y guardar ese secreto antes de que yo lo dijera, porque, puede arruinar su imagen, pero, Damar impidió que pudiera ejecutar mi plan, ya que, sabe algo mío que amenazó con revelarlo.

Ryo llevó una mano a su mentón— Interesante.— Contestó— ¿Puedo saber que secreto es el que involucra a Mimi?

—Lo siento, pero, todavía no eres de mi suma confianza.— Respondió Nene— Recién te conozco, no confió dle todo en ti.

Ryo hizo una mueca— Pero, si soy de fiar.

—Eso no es lo que me dijo Yuu.

El Akiyama rodó los ojos— No le hagas caso a tu hermanito.

—Lo siento, pero, aún así, te conozco hace poco. Además, si te lo digo y tú lo dices, yo saldré perdiendo en esto, porque, los Tachikawa sabrán que yo fui la que te lo dijo.

—Nene, tú si puedes confiar en mi.— Insistió Ryo— Si quieres hasta puedo darte una muestra de esto.

—¿A si?

—Hay algo que aquí muchos saben, pero, que todos han escondido bajo llaves.— Habló el Akiyama— Un secreto que podría arruinar la imagen de varios en este lugar. Y que podrías usar en tu beneficio...

Nene alzó una ceja sorprendida.


Takuya observó a todos lados, llevaba un buen rato buscando a sus dos hermanas, pero, no las encontraba, desde la mañana andaban desaparecidas y eso le preocupaba. Para variar, las había ido a buscar a sus respectivos departamentos y no estaban.

Bajó las escaleras y caminó en dirección a la salida del Internado.


Takeru y Yamato intercambiaron miradas.

—Izumi verdaderamente debe estar enamorada como para ponerse a discutir.

Yamato suspiró— Lo único que espero es que no se vuelva a repetir.

—Oye ¿cómo van con la canción?— Takeru le preguntó a su hermano mayor.

—Vamos bien, aún faltan algunas cosas.— Respondió Yamato y observó su reloj de pulsera— Justo ahora tengo ensayo y...

—Hola chicos.— Hikari apareció frente a ellos.

El nombrado volteo hacia ella— Hikari.

—Disculpen por interrumpir.— Se disculpó la castaña— Pero, Takeru ¿acaso olvidaste que hoy tenemos nuestra charla?

—¿Nuestra charla?— Cuestionó el menor— ¿De qué?

Hikari rodó los ojos— ¿Enserio lo olvidaste?— Preguntó molesta antes de cruzarse brazos.

—¿Qué cosa olvidé?— Preguntó Takeru sin entender.

Hikari llevó una mano a su frente totalmente decepcionada ¿cómo era posible que ese chico se olvidara de aquello tan importante que tenían que hacer? ¡Se lo había repetido más de diez veces!

—¿E? Chicos...—Una cuarta voz se hizo presente en el lugar y los tres al voltear se encontraron con Takuya.

—Hola Takuya.— Saludó Takeru.

—Disculpen la molestia, pero ¿han visto a mis hermanas?— Preguntó el moreno— No las he visto en todo el día y las estoy buscando, sin embargo, no las he encontrado.

Takeru llevó una mano a su mentón— Ahora que lo dices yo tampoco las he visto en todo el día.

—Yo si, vi a Damar, pero, fue hace varias horas.— Respondió Hikari.

—¿Y a Mimi?— Preguntó Takuya.

—Tampoco la he visto.— Contestó la castaña.

—¿Tú la has visto Yamato?— El moreno le preguntó al mayor de los Ishida.

—Mimi dijo que tenía reunión del comité.

—¿Reunión del comité?— Preguntó Hikari sorprendida— ¡Qué extraño! Hoy no tenemos reunión del comité, hoy no tenemos reunión.

El Ishida mayor alzó una ceja— ¿No?— Cuestionó el rubio— Ella me dijo que verían el tema de la fiesta.

—De seguro escuchaste mal.— Respondió Hikari— Se supone que mañana tenemos reunión y comenzaremos a organizar la fiesta, pero, hoy no, porque, varios integrantes del comité asistirían ¡A la charla en la cual deberíamos estar Takeru y yo en estos momentos!— Dicho lo último fulminó al rubio con la mirada.

Takeru se mordió el labio inferior y llevó una mano a su nuca al darse cuenta que había sido un idiota al olvidarse de aquello cuando su amada se lo había repetido más de 10 veces para que no se le olvidara.

Yamato frunció el ceño.

¿Mimi le había mentido?

No, no era posible.

¿O si?

Takuya se mordió el labio inferior. Si Mimi le había mentido a Yamato, Damar no aparecía y ella tampoco solo podía haber una explicación.

Algo se traían entre manos.

¡Y lo habían excluido!


—No quiero irme.— Declaró Mimi mientras apretaba a Natsumi en sus brazos.

—Me estás apretando.— Regañó la pequeña.

Alice y Damar intercambiaron miradas ante esto, entendían que la oji-miel no quisiera separarse de la niña, finalmente era su hija.

¡Pero!

Ya era tarde y las dos hermanas debían irse ¿por qué? Porque, el idiota de Takuya las había y llamado reclamandoles que fuera lo que fuera que estuvieran haciendo aparecieran.

—Mimi, te entiendo, pero, ya debemos irnos.— Habló Damar, la verdad es que ella tampoco se quería ir, se estaba divirtiendo con su sobrina y le gustaba estar fuera del Internado, pero, ya era hora, además, el cielo se había puesto gris, eso significaba que comenzaría a llover y ninguna había llevado alguna chaqueta o algo así.

La chica de ojos miel suspiró y observó a la pequeña, acarició su mejilla, no quería alejarse de ella, no quería tener que estar sin escuchar su voz. Pero, tristemente debían irse, además, si no aparecian su ausencia comenzaría a ser más notoria y les traería problemas.

—El Miércoles tenemos la tarde libre.— Habló Mimi— ¿Podemos juntarnos aquí?

—Claro.— Respondió Alice— Ese día estaremos aquí.


(P.O.V de Kouji)

En estos minutos me encontraba en el departamento de mi pri...de Rika, ella estaba muy afectada con la verdad de su padre, sus ojos tenían lágrimas, algo muy extraño al hablar de ella, porque, no acostumbra a llorar, siempre intenta hacerse la fuerte ante los demás. Yo simplemente acariciaba su cabello.

Suspiré.

Sinceramente no sé que pensar o que decir con respecto a esta situación, ambos nos criamos creyendo que eramos parientes y saber que no lo somos es difícil, pero, no más enrevesado que saber la verdad. Sea como sea Rika siempre será alguien importante para mi, la sangre es simplemente un agregado, un detalle mínimo, porque, puede que no tengamos la misma sangre, pero, ella es mi amiga, nos conocemos de toda la vida y nos hemos apoyado en los momentos difíciles.

Lo complejo de esta situación es el saber que toda su vida estuvo engañada y que su padre en realidad es un ser despreciable.

Hice una mueca.

Ella siempre había sufrido por él, siempre quiso saber más de él, no tenerlo presente había influenciado en muchos aspectos de su vida, pero, porque creía que estaba muerto y que había tenido una relación normal con su mamá. En cambio, ahora se habí enterado que en realidad era un hombre por quién no valía la pena sufrir y evidentemente eso la estaba afectando.

¡Bip, bip!

Mi móvil sonó y lo alcé levemente para ver.

Era un mensaje de Yamato.

¿Kouji donde estás?

Me mordí el labio inferior, se me había olvidado que tenía ensayo con la banda.

—¿Quién es?— Preguntó Rika.

—Es Yamato.— Respondí.

—Supongo que te está preguntando si irás al ensayo de la banda.— Comentó la Nonaka.

Asentí— Si, pero, le diré que no puedo ir.

—Kouji, si quieres ir sólo ve.

—Claro que no quiero, tú no te encuentras bien.

—No es necesario que detengas tu vida por mi.— Habló Rika.

Hice una mueca, ella era mucho más importante que el ensayo de una banda.

—Rika, tenemos todos los días ensayo, un día que falte no hará la diferencia.— Contesté.

(Fin P.O.V de Kouji)

(P.O.V de Rika)

Verdaderamente me siento un estorbo, una idiota, alguien que no debió existir, necesito hacer algo para aliviar este dolor y ya no es drogarme.

Ya no.

Esas sustancias son momentaneas, yo necesito algo permanente y firme, no quiero sufrir más, no quiero vivir más, lo mejor que puedo hacer es morir.

—Kouji, yo insisto, ve.— Hablé decidida— Además, ahora quiero estar sola y meditar con mi soledad toda esta situación.

Mi pri...mi amigo me observó un tanto pensativo, sé que él está desconfiando, pero, lo conozco y sé que finalmente terminará sediendo, ya que, generalmente a él le gusta respetar el espacio de los demás (cuando sabe que no harán locuras, lógico)

—Supongo que quieres un minuto para pensar y no para consumir tus sustancias.— Comentó.

—No, lo prometo, no consumiré sustancias.— Respondí— Sólo necesito pensar.

Kouji se mordió el labio inferior y me observó por unos segundos, sé que está preocupado, pero, de verdad necesito estar sola.

—Por favor.

Me observó por unos segundos en silencio y finalemente suspiró.

—Está bien.— Contestó— Pero, apenas termine el ensayo vendré para acá, no te ahce bien estar sola en esta situación.

Asentí.

El besó mi frente y no pude evitar sonreír de lado ante esto, Kouji no es mucho de dar cariño, pero, estos gestos siempre los ha tenido conmigo desde que nos conocemos.

Observé como él se retiraba y luego de que desapareció suspiré.

—Lo siento.— Susurré.

(Fin P.O.V de Rika)


Takato recorrió el lugar con su mirada, hoy tenían una charla interesante, habían asistido varias personas, entre ellas Hikari y Takeru, quiénes habían llegado bastante tarde. Se suponía que Rika también vendría, pero, no la había visto en todo el día y estaba bastante preocupado.

Se levantó de su asiento y caminó en dirección hacia sus amigos.

—Hikari, por favor, perdoname.— El rubio le rogó a su castaña novia quién se encontraba junto a él.

La Yagami se cruzó de brazos y rodó los ojos— No, te repetí mil veces de que era importante venir a esta charla y lo olvidaste ¡Lo olvidaste!

El rubio hizo una mueca— Y lo lamento mucho.

—Takeru, Hikari.— El castaño llamó a sus amigos quienes voltearon hacia él.

—Takato.— El oji-azul nombró su nombre.

—Hola.— Saludó el Matsuki— ¿Han visto a Rika?

Hikari alzó una ceja sorprendida, ahora que lo decía, hace bastante no veían a su amiga, desde la mañana apróximadamente.

—No, no la he visto en todo el día.— Respondió Takeru.

—¿Y tú, Hikari?— Preguntó Takato.

—La vi esta mañana.— Respondió la castaña— Antes de ir a hablar con su madre, pero, desde entonces no la he visto.

El Matsuki hizo una mueca ante esto.

Rika había ido a hablar con su madre y luego había desaparecido.

Eso no le daba buena espina.

Lo mejor sería ir a ver si no estaba en aquel lugar donde solía drogarse con esos chicos luego de clases.


—¿Golpeaste a Nene?— Sora le preguntó a la rubia.

—Ella me golpeo a mi antes.— Respondió Zoe.

—Bueno, sea como sea, tu igual la golpeaste.— Comentó la pelirroja.

—Si, tienes razón, pero, con justa razón, me comenzó a insultar.

—No digo que no lo mereciera, pero, ahora tendrás que estar con esa idiota varios minutos y para variar no vas a poder salir el Miércoles, justo el día en que planeabamos ir a ver nuestros disfraces para la fiesta.— Respondió la Takenouchi.

La rubia suspiró— Lo sé.— Se lamentó— Y lo siento, pero, no me arrepiento de haberle golpeado, verdaderamente me sca de quicio.

—¿Qué te dijo esta vez?

—Muchas cosas, entre ellas me sacó a relucir mi gran error de hace años al haberme acostado con Ryo.— Respondió la rubia.

—¿Qué?— Preguntó la Takenouchi sorprendida— ¿Cómo lo supo?

—No me dijo como, pero, de seguro se lo dijo el idiota de Ryo.— Izumi apretó el puño— Ese chico lo único que quiere es molestarme luego de lo que ocurrió hace tres años atrás.

—No me sorprende.— Comentó Sora— Ryo siempre ha sido super rencoroso, todavía tiene su orgullo herido luego de que prácticamente jugaste con él.

La rubia hizo una mueca— Jugar con él.—Repitió— ¿Sabes? Suena tan feo, sé que Ryo se lo merece, pero, me hubiera encantado nunca haber estado con él, porque, desde entonces no me deja ser feliz en paz y por lo que ocurrió Takuya y yo nos separamos.— Suspiró.

—Fue un arror, sin duda.— Habló la pelirroja— Pero, ya te arrepentiste y pediste disculpas ¿no?

—Si, pero, tristemente ese chico no para de fastidiar.— Respondió la rubia— Nunca podré olvidar mi error mientras ese chico siga molestando.


Mimi y su hermana caminaron en silencio en dirección al Internado.

Damar volteo y la observó, no tenía buen rostro, evidentemente la separación le había dolido, siempre era así.

—¿Crees que?—Mimi habló casi sin pensar.

La menor alzó una ceja— ¿Creo qué?

Mimi se mordió el labio inferior y suspiró— ¿Que algún día podré ser feliz con Yamato y Natsumi juntos?

Damar hizo una mueca, habían muchas respuestas a esa pregunta, pero, no sabía exactamente que decir— Me gustaría decir que si, pero...—Suspiró— No estoy segura de cómo lo vaya a tomar Yamato.

—Tengo muchas ganas de decirle la verdad, pero, luego de lo que dijo el otro día no estoy segura.

Damar se mordió el labio inferior, sabía que el consejo más apropiado era decir la verdad, pero, para ella era difícil, no quería exigirle y tampoco era quién para hablar de sinceridad, considerando que hace tres años atrás había besado al hermano de su novio más de una vez y para variar, aunque sabía que Koichi estaba sufriendo por la separación, fue corriendo hacia los brazos de Kouji y nunca le había dicho al Kimura.

Suspiró.

¿Por qué sus vidas debían ser tan complicadas?

—Mimi, no sé que vaya a ocurrir cuando le digas a Yamato, si es que algún día se lo dices.— Habló la menor— Pero, sea lo que sea que ocurra, por favor, intenta luchar por Natsumi, ya mucho tiempo has sufrido por estar lejos de ella, y pues, entiendo que quieras a tu novio, pero, ella es más importante ¿no?

Mimi suspiró, su hermana tenía mucha razón, Natsumi era lo más importante y debía luchar por ella, cosa que hasta la fecha no había hecho del todo, había aceptado separarse de ella por protegerla y ocultarla de su padre, ahora estaba lejos de ella por volver al Internado y recuperar a Yamato, pero, no había luchado por estar juntas y eso era algo que debía comenzar a hacer.


Hikari, Takeru y Takato caminaron en dirección al departamento de Hikari, no habían encontrado a la pelirroja en ningún lado, así que, habían decidido en ir a buscarla a su departamento.

—¿Qué habrá ocurrido con Rika?— No pudo evitar preguntar el castaño.

—De seguro simplemente quiso correrse de clases.— Comentó el rubio, no era novedad que la pelirroja no le gustara asistir a clases.

Hikari hizo una mueca, por alguna razón no tenía un buen presentimiento.

Al llegar a la puerta ingresó la llave y giró la manilla, abrió la puerta.

Los tres ingresaron.

—Rika...—Takeru la llamó, pero, no tuvo respuesta.

Takato se acercó a su habitación que estaba con la puerta abierta— No está aqui.

Hikari recorrió el lugar con la mirada y no pudo evitar notar que habia una nota encima de la mesa de centro. La tomó entre sus manos.

De seguro cuando estén leyendo esto yo no estaré en este mundo, probablemente ya esté muerta, luego de haberme lanzado a casi mil metros de altura desde la azotea al vació, y quizás, muchos no estén lamentando esta decisión que he decidido tomar, pero, estoy segura que tú (Damar o Hikari) si la está lamentando. Luego de saber la verdad sobre mi padre lo único que quiero hacer es dejar este mundo, yo no debí nacer, no debí existir, simplemente he sido un estorbo para las personas que me importan y sobre todo en la vida de mi madre, al ser hija de un abuso que ese hombre cometió contra ella. Ya no quiero existir, no quiero vivir, sólo morir y espero que acepten mi decisión.

Muchas gracias por todo y diganle a Kouji y Koichi agradezco que me hayan aceptado en su familia, a pesar de no ser pariente suyo.

La Yagami abrió la boca totalmente sorprendida y aterrorizada.

—Hikari ¿por qué tienes esa cara de espanto?— Preguntó Takato al ver el rostro de la chica.

La castaña verdaderamente sintió que no podía hablar, sentía un nudo en su gargante y un dolor terrible de estómago.

—Hikari ¿qué ocurre?— Preguntó Takeru preocupado.

—Ri-rika...— Habló con mucha dificultad la castaña.

—¿Rika qué?— Preguntó Takato.

El corazón de Hikari comenzó a latir con mucha fuerza ante el miedo— S-se va a...—Tragó saliva— Matar.

—¿Qué?— Preguntaron ambos chicos a la vez.

Hikari extendió la carta— A-aquí lo dice...

Takato tomó la carta y la leyó, Takeru se acercó para leerla también.

El castaño apretó el puño ante esto, esto no podía estar ocurriendo ¿o si?

—¡No!— Exclamó el chico castaño antes de salir corriendo del departamento en dirección a las escaleras en dirección a la azotea.

Hikari y Takeru intercambiaron miradas y sin decir más, corrieron tras él.


La pelirroja observó atentamente el borde del edificio, llevaba unos cuantos minutos observando aquel lugar, meditando en todo lo que había vivido, en todas cosas buenas y malas que habían ocurriendo, en todo lo que había hecho sufrir a muchas personas por sus malas decisiones, entre ellas a sus amigos, a los chicos que consideraba sus primos y...

A esa pobre cocinera.

Suspiró.

No sólo la habían metido en la carcel por su culpa, si no que a causa de aquella, eso mujer había muerto. Y para variar, Damar siempre tuvo la sospecha de que esa mujer había sido asesinada y no se había suicidado como todos creían, y si era sincera, ella también creía en esa posibilidad, conociendo a los padres de familias adineradas, en especial a los Ishida, Tachikawa y Minamoto, era muy probable que hayan hecho aquello.

Nuevamente suspiró.

Fuera como fuera, ella debía pagar sus culpas ¿no? Esta seria la mejor forma, no merecía vivir, no merecía existir, acabar con su vida seria la solución a todo, ni las drogas eran tan fuerte como hacerla olvidar todo, así que, acabando con su vida acabaría con sus problemas.

Tomó aire de una forma bastante profunda.

Le daba miedo tirarse, sin duda, pero, era lo que debía hacer, no quería existir más.

Solo bastaba con perder el equilibrio, inclinarse unos centímetros y la caída haría el resto.

Cerró los ojos y extendió levemente sus brazos para dejarse caer en...

Tres.

Dos.

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Uno.

—Rika ¡no lo hagas!— Un grito llamó su atención provocando que abriera los ojos y volteara encontrandose frente a sus ojos con cierto chico castaño.

—Takato ¿qué haces aquí?— Preguntó la pelirroja y al segundo de preguntar esto Hikari con su novio aparecieron detrás— ¿Qué hacen todos acá?

—La pregunta es otra.— Respondió el rubio— ¿Qué locura vas a cometer Rika?

La pelirroja hizo una mueca— Ese es tema mío.

—Puede que lo sea, es tu vida, pero, por favor, no lo hagas.— Rogó la castaña— No hagas semejante locura de acabar con tu vida, por favor, amiga no quiero perderte.

La Nonaka bajó la mirada— Hikari, disculpame, pero, no puedo más.— Sus ojos se comenzaron a aguar— Yo no debería existir, yo soy un error, mi vida no sólo ha sido una mentira si no que a sido la consecuencia de un acto tan repugnante que hizo un hombre.

—¿Qué quieres decir con eso?— Preguntó el rubio.

Rika apretó su puño y la lágrimas no demoraron en caer por su rostro— ¡Soy hija un miserable que abuso a mi madre!— Declaró sin más.

—¿Qué?— Preguntaron Takeru e Hikari sorprendidos.

—Lo que escucharon, soy fruto de un acto miserable.— Respondió la pelirroja— Esa es la maldita veerdad de mi padre.

El rubio y la castaña intercambiaron miradas sorprendidos ante esta declaración, ahora muchas cosas tenían sentido en la vida de la chica, pero, sinceramente no lo veían venir.

—¿Y por eso piensas en acabar con tu vida?— Preguntó el Matsuki.

Rika cerró los ojos— Claro.— Respondió— Soy un maldito error que no debió existir, no debo existir y por eso quiero morir.— Su mirada volvió al borde del edificio.

—Rika, no te lances, por favor.— Rogó Hikari— Sé que esto es difícil, pero, tú no mereces pagar por un error que cometió ese hombre contra tu madre.

—Claro que sí.— Respondió la pelirroja— No sólo he sido un estorbo para mi madre, si no que he sido una persona tan mala como él al darle tantos problemas a ella y a ustedes. Soy igual de repugnante que ese hombre y no merezco seguir aquí.

—No eres mala persona, Rika, simplemente no has tomado las mejores decisiones, pero, eso no significa que sea tan repugnante como ese hombre, por favor, no cometas esta locura.— Takeru le habló a la pelirroja.

—Tú no eres culpable de lo que hizo ese hombre.— El castaño le habló a la pelirroja— Tú no mereces pagar por él.

—Claro que merezco, sólo soy una carga, he arruinado mi vida y he arruinado la de los demáss con mis estúpidos problemas al ser tan idiota.— Siempre había sufrido por la ausencia de su padre, un hombre que ahora sabía que era horrible, por la lejanía de su madre, ahora entendía porque ella actuaba así, porque, ella era fruto de algo terrible que le hicieron, y luego de la muerte de su abuela había tomado muy malas decisiones que no sólo habían arruinado su vida propia apoyando a Ryo en todas sus locuras al momento que trataban de sus sustancias y con ello había arruinado la vida de los demás, un ejemplo claro era Henry, quién había terminado muriendo por algo que ella había apoyado. Además, con su estúpida adicción había hecho sufrir a personas que la querían, sus amigos y había preocupado bastante a Kouji, quién no merecía andar siempre al pendiente de ella— Soy tan mala como mi padre o peor.

—¡No digas eso!— Le exigió Matsuki— Rika, tú has cometido errores, pero, eso no significa que seas como él.

—Si lo soy.— Respondió la pelirroja— Soy un ser igual de repugnante que él.

—No.— Respondió Takato— Claro que no y aunque así fuera, Rika, todavía eres joven, apenas tienes diecisiete años, tienes toda una vida para demostrar que no eres repugante y mala como él, tienes toda la fuerza para salir adelante. Puede que la vida te de diez, veinte, mil o millones de golpes y caigas siempre, aún así, tu tienes la fuerza para salir adelante.— Suspiró— Sin duda, te duele lo que acabas de saber y lo entiendo, pero, eso no significa que tengas que acabar con tu vida. Tú dices que no mereces vivir por lo que ocurrió, porque, no es justo para tu madre que vea el error de eso que le sucedió, pero, Rika, suicidarte no será justo para ti, tan sólo piensa en eso, que te mates por un error de ese hombre no será justo para ti que eres inocente, porque, aunque no quieras verlo si eres inocente, ya que, los hijos no son culpables de los actos de sus padres ¿y sabes por qué? Porque, nosotros trazamos nuestro propio camino, nosotros escogemos quienes somos o como queremos ser, podemos equivocarnos, si, tu misma dijiste que cometiste errores, pero, aún puedes cambiar esto, puedes ser diferente, como dije antes, tienes toda una vida por delante y vigor para encomendar esos errores.— Se acercó a ella con un pequeño paso— Quieres tirarte, pero, créeme la muerte no es la mejor solución, sólo es una forma estúpida y cobarde, ya que, la gente cree que escapando soluciona todo, pero, eso es mentira, la única forma de resolverlos es dando la cara, no desperdiciando una vida que muchos valorarían tener. Rika, tan sólo piensa en el hecho de que tu puedes correr, caminar, saltar, hablar, muchas personas no pueden hacer aquello, porque, nacen con una falencia o muchas de ellas están luchando día a día con una enfermedad que terminal que amenaza con terminar su vida.— Juntó sus manos— Por favor, Rika, tan sólo piensa en eso, tú tienes miles de posibilidades, habilidades y virtudes para ser feliz en esta vida, no las desprecies, por favor, valora esta gran oportunidad que la vida te está dando de disfrutar de ella.

Rika se mordió el labio inferior mientras miles de lágrimas caían por su rostro, todas esas palabras del castaño eran conmovedoras, alentadoras y habían llegado a lo más profundo de su corazón, algo que nunca creyó posible. No sólo la estaba haciendo ver su situación, si no que, la estaba haciendo ver otras realidades que nunca había considerado.

—P-pero ¿cómo disfrutar de la vida s-si estoy sola?— Muchas personas tenían realidades difíciles, no lo iba a negar, pero, muchas de esas personas tenían compañía, una familia.

—No estás sola.— Esta vez habló a Takeru.

—Nos tienes a nosotros.— Esta vez Hikari tomó la palabra— Puede que no tengamos la misma sangre, pero, hemos vivido miles de cosas juntas, hemos pasado mucho tiempo juntas, para mi, tu eres parte de mi familia.

—Y para mi igual.— Habló el rubio.

—No necesito que tengan lastima de mi.

—Rika, lo que te estamos diciendo no es por pena.— Comentó Takeru— Es la verdad, créeme, yo te considero más parte de mi familia que a mis propios padres.

—Y yo siempre te lo he dicho, para mi eres más que una amiga, tú eres mi hermana del corazón, con los años te has vuelto eso, nos hemos apoyado mutuamente, hemos salido juntas adelante en muchas situaciones, por favor, piensa bien en esto.

Rika observó a sus amigos y las lágrimas no dejaban de brotar de sus ojos.

¿Por qué nunca se había conformado con sólo eso?

¿Por qué nunca había pensando en eso?

¿Por qué no confiar solo en eso?

¿En qué?

En sus amigos.

Su familia.

Quienes siempre habían estado ahí para ella, quienes siempre la habían apoyado y en estos minutos estaban rogandole por no cometer esta locura.


Mimi y Damar ingresaron al Internado, verdaderamente estaban agotadas.

—Pésima idea ir caminando.— Comentó Mimi.

—Lo sé, pero, si ibamos en el auto llamaríamos mucho la atención.— Respondió Damar.

La mayor suspiró y tomó asiento en uno de los sofás de la entrada.

—Lo bueno es que pude estar con Natsumi.

—Si.— Respondió Damar antes de sacar sus móvil.

Alzó una ceja sorprendida al ver que tenías más de diez mensajes de Hikari y cuatro de Takeru.

—¿E? Mimi, debo subir a mi departamento ¿nos vemos después?

La nombrada asintió— ¿Ocurre algo?

—Al parecer si, pero, no sé que ocurrió exactamente, Hikari y Takeru me han enviado mensajes y como había puesto en silencio mi móvil ni cuenta me había dado.— Respondió Damar— Iré a ver qué ocurre.

—Está bien, ve.— Respondió la mayor— Muchas gracias por acompañarme.

—No hay de qué...— Contestó Damar antes de dirigirse a las escaleras y comenzar a subir.

Mimi suspiró.

La puerta sonó y no pudo evitar alzar la mirada para ver quién venía entrando.

Era Yamato.

No pudo evitar sonreír al verle, era como ver a su pequeña Natsumi, pero, en una versión masculina y mayor.

—Mimi.— El rubio pronunció su nombre al ver a la castaña.

La Tachikawa sonrió y se levantó para correr a sus brazos para abrazarlo— Hola amor.— Dijo antes de besar rápidamente sus labios— ¿Cómo estuvo tu día?— Preguntó— ¿Me extrañaste?

—¿E?— Balbuceo Yamato—Si.— Respondió un tanto endeble, verdaderamente no sabía que pensar, Mimi le había mentido ¿cual era la razón? Él no sabía, pero, quería descubrirlo.

La castaña alzó una ceja sorprendida ante el balbuceo del rubio.

—¿Por qué dudaste antes de responder?— Cuestionó la castaña.

El rubio se mordió el labio inferior y la observó detenidamente, no sabía porque razón le habría mentido, pero, si había algo que detestaba eran las mentiras, así que, lo mejor sería preguntarle de una—¿Cómo te fue en tu reunión con el comite?

Y la situación cambio, ahora fue Mimi quién se colocó nerviosa— ¿E? Bien.

El rubio se mordió el labio inferior, ya que, sabía que en realidad su chica no había ido hasta ahí— ¿Estás segura?

—¿Por qué no lo estaría?— Cuestióno la castaña.

Yamato rodó los ojos, lo mejor sería ser directo— Porque, yo sé que hoý no hubo reunión del comité.— Respondió sin más.

La chica hizo una mueca— ¿Q-qué?


¡Chan, chan, chan!

Sigo con los capítulos cortos, ojalá les gusten.

Por cierto, subiré otro acertijo a Instagram donde podrán tener más pistas dle personaje que morirá.

mariacredenza02: jsjsj sin duda, son sus hermanas las que los encontraron jsjsj Mimi incitando a su hermana menor jsjsjsj bueno, creo que todos queremos que ellos dos se acerquen más jsjsj Es una mujer terrible Rumiko sin duda algún día lo perderá todo jsjsjsj me alegro que te gustara el encuentro, si tristemente le dice tía, no sabe que es su mamá, pero, algún momento cambiará jsjsj me dio risa eso de pelea de gatas jsjsj Ojalá sigas leyendo y comentando. Te mando un abrazo a la distancia.

Y le envió un saludo a todos los lectores de esta historia.

Ojalá comenten y sigan leyendo.

Los quiero a todos.