Hikari y Rika bajaron las escaleras en dirección al comedor.
—Me preocupa Damar.— Admitió la castaña.
—A mi también.— Respondió la pelirroja y no solo lo decía porque ahora se había encerrado, si no por los extraños cambios de ánimos y su actitud en general, había regresado cambiada, en otro momento, tal vez, le hubiera encantado que su amiga fuera como ella aceptando las drogas y el alcohol, pero, ahora se preocupaba.
—¿Crees que Kouji puede saber algo?
—Bueno, ayer no sabía mucho.
—Si, pero, la vino a dejar al departamento, quizás, Damar le dijo algo en su borrachera.
—¿Tú crees?
—No perdemos nada con preguntar.— Respondió la castaña.
Ambas ingresaron al comedor y tomaron una bandeja con su cena.
—Mira, Takato está ahí.— Hikari le anunció señalando un asiento.
La pelirroja volteo en esa dirección y efectivamente ahí estaba el chico.
Se mordió el labio inferior, en verdad no sabía que pensar luego de lo que había ocurrido entre ambos, él se había ido sin más y eso la había dejado muy desconcertada, a la vez incómoda y triste pensando en qué quizás él no sentía lo mismo y ella había sido la idiota al confundir un simple cariño de amigos con algo más.
—Vamos donde él.
—No creo que sea buena idea.— Suspiró la pelirroja— Quizás, no quiera verme luego de lo que ocurrió.
Hikari hizo una mueca— Entiendo que te sientas extraña, pero, tal vez, haya sido algo de momento, no perdemos algo por acercarnos a él.— Dijo antes de jalar a su amiga del brazo para acercarse al castaño.
Mala idea.
Takato al percatarse de esto no pudo evitar sentirse nervioso e inquieto.
Tomó su bandeja y se levantó del lugar para alejarse, acto que no pasó desapercibido por ambas chicas, Rika bajó la mirada verdaderamente sintiendose mal e Hikari no pudo evitar sentirse totalmente desconcertada.
La pelirroja se hacia miles de preguntas ¿Por qué el castaño actuaba así? ¿por qué la estaba ignorando? ¿había hecho algo mal? ¿no sentía lo mismo que ella? Entre otras.
Suspiró.
Hikari se dio cuenta de como su amiga bajaba la mirada triste y no pudo evitar hacer una mueca.
Tomó su mano.
—¡Hey! ¿Estás bien?
La pelirroja se mordió el labio inferior y alzó la mirada— ¿E? S-si, estoy bien.— Respondió— Es solo que...—Suspiró— No sé que le ocurre a Takato.
Hikari hizo una mueca y observó el lugar, quizás, Takeru podría ayudarles, pero, no estaba.
Koichi observó a Takuya y Izumi, quienes no pudieron evitar sentirse incómodos por la presencia del Kimura, los había encontrado besándose de una forma no muy inocente. La rubia y el moreno intercambiaron miradas antes de levantarse del sofá.
—¿E? Ko-kochi ¿qué haces aquí?— Preguntó el castaño nervioso mientras su novia arreglaba su falda.
—Vivo aquí Takuya.— Respondió el Kimura sin dejar de observar al dúo.
El moreno y la rubia nuevamente intercambiaron miradas nerviosos ante la acusadora mirada del oji-azul.
—¿Por qué se estaban besando?— Preguntó Koichi.
—¿E? Pues...—Intentó responder Takuya, pero, le fue imposible, Koichi no tenía idea de lo que había ocurrido y que los encontrara así era incómodo.
—P-porque, estamos juntos.— Respondió finalmente la rubia.
¿Juntos?
Pensó Koichi alarmado.
—P-pero, tú hace poco estabas con Kouji y...—Paró en seco al decir aquello.
¡Un minuto!
Si, Kouji y Zoe habían dejado de ser novios hace poco, pero, de un momento a otro habían terminado, ahora la rubia estaba con el moreno y Takuya con Kouji apenas se hablaban ¿podría ser que esa fuera la razón de su discusión?
—¿Es por esto que ustedes tienen que Kouji y tú, Takuya, están peleados?— Se dirigió hacia el moreno.
Takuya se mordió el labio inferior ante esto, finalmente, no estaba en lo incorrecto, todos sus problemas habían comenzado a raíz de esto que había ocurrido entre Zoe y él, bueno, también estaba el hecho de que Kouji había besado a Damar, pero, el inicio de todo había sido la infidelidad de la rubia y él.
—En parte...—Suspiró— Si.
Ya no podía mentirle con respecto a aquello, Kouji y Zoe ya habían terminado, y él había comenzado una relación con la rubia.
Koichi nuevamente pasó su mirada por ambos totalmente sorprendido.
¿Cómo era posible que esa fuera la razón? ¿Cómo rayos no se había dado cuenta? ¿Cómo habían sido capaz?
—¿Cómo pudiste hacerlo Takuya?— Preguntó Koichi— Pensé que Kouji era tu mejor amigo.
El moreno simplemente de mantuvo en silencio.
—Y tú, Zoe, eras su novia hace dos años...— El Kimura se dirigió hacia la rubia— ¿Cómo pudiste hacerlo? Yo pensé que lo querías.
La rubia simplemente se mordió el labio inferior ante las palabras del Kimura. Ella si había querido al Minamoto, pero, más allá de agradarle nunca se había enamorado de verdad de él.
—Se suponen que hay códigos Takuya.— Koichi le habló al moreno.
—Lo sé.— Respondió el castaño— Pero, no pudimos evitarlo.
—Pues, debieron hacerlo, Kouji los estimaba a los dos.
—Lo sabemos.
—¿Entonces? ¿Por qué prefirieron engañarlo?
Takuya y Zoe intercambiaron miradas y suspiraron.
—Koichi, no fue algo planeado, simplemente se dio, cedimos a lo que sentimos, no pudimos controlarlo y sabemos que debíamos hacerlo, pero, nosotros nos queremos.— Habló la rubia— Y tanto Kouji como tú saben que yo siempre he querido a Takuya.
—Si, pero, Kouji estuvó ahí para ti cuando él se fue.
—Lo sé.— Habló Zoe.
—Y estuvo para ti, Takuya, cuando ella te falló.— Le habló al moreno.
Takuya hizo una mueca ante esto.
—¿Saben qué? Ya no vale la pena que les hable de esto.— Musitó Koichi— Ya lo engañaron, ya cometieron este error.
—Por favor, no te enojes con nosotros Koichi.— La rubia le habló.
—No puedo, ustedes traicionaron a Kouji, mi hermano, quién siempre ha sido fiel a sus amigos.— Habló el Kimura— No puedo hacer como si nada cuando ustedes lo quisieron dejar como idiota.
La rubia se mordió el labio inferior, entendía la reacción del Kimura, pero, cuestionaba cuando decía que Kouji era fiel, ya que, no pudo evitar recordar que el Minamoto no era tan fiel como Koichi decía, el menor de los gemelos había hecho algo directamente contra él y no lo sabía.
Mientras tanto Takuya no se podía sentir más mal de lo que ya se sentía.
Takeru bajó las escaleras en dirección al comedor, venía bastante despeinado y a la vez somnoliento, se había dormido una siesta y por poco se había perdido la hora de la cena.
—¡Hey! Takeru.— Una voz femenina llamó la atencin al llegar al final de las escaleras y al voltear se encontró con cierta chica rubia de nacionalidad francesa— Hola.
¡Oh no!
—¿E? Hola Catherine.— La saludó.
—Que bueno que te encuentro, te estaba buscando.— Habló la rubia.
—¿Me estabas buscando?— Preguntó el oji-azul y la chica asintió— ¿Por qué?
—Porque, quería invitarte a caminar.
—¿Caminar?
—Si.— Respondió la rubia— Está muy aburrida la noche, y pues, quería respirar un poco de aire fresco ¿vienes?
Takeru hizo una mueca, no quería ir, tenía hambre y frío, necesitaba su taza de té caliente y aunque así no fuera, salir con Catherine no era la mejor opción—Gracias, pero, no quiero ir.
—¿Por qué no?— Preguntó la rubia.
—Es que, quiero cenar.
—Pero, eso lo puedes hacer después.
—Si, pero, no quiero salir, tengo frío.—
— ¿Tienes frío? ¿o es por qué tienes miedo de que tu novia se enoje?
—No, Catherine, no es eso.
—Pues, lo dudo, ella siempre te ha querido controlar.
—Ella no me quiere controlar.— Respondió el chico. Catherine sabía exactamente que Hikari se molestaría al verlo con ella, no le agradaba y le producía inseguridad, cosa que él como novio no quería provocar, además, ahora no quería salir.
—Bueno, entonces, si ella no te controla ¿por qué no aceptas mi invitación?
—Por lo que ya te dije, tengo frío y además, muero de hambre.— Y no era mentira, sus tripas resonaban en su estomago de una forma terrible.
—Antes éramos tan amigos ¿por qué ahora no lo somos?
—Si somos amigos Catherine.— Respondió el rubio— Que no acepte una invitación tuya no quiere decir que no lo seamos.
Eso era un buen punto.
La rubia suspiró, evidentemente el menor de los Ishida tenía una mano negra que lo manipulaba detrás (Hikari) no era algo nuevo, siempre había sido así, cosa que le molestaba y que algún día cambiaría. Dirigió su mirada hacia el rubio— Está bien, pero, ojalá a la otra aceptes mi invitación.
—Lo intentare.— Respondió el rubio.
Catherine hizo una mueca y se acercó al chico— Nos vemos después.— Besó su mejilla.
Takeru hizo una mueca ante esto y suspiró, no le gustaba ser mala onda, pero, debía mantener distancia, ya se había equivocado una vez queriendo divertirse con el juego de los celos, cosa que no había salido bien al darle tantos privilegios a la rubia.
Suspiró.
—Adiós Catherine.— Dijo antes de alejarse.
La rubia simplemente sonrió al ver como el chico se alejaba ignorando completamente la marca que le había dejado en la mejilla.
Sora observó el lugar, Mimi se había quedado en el departamento, no sabía donde estaba Zoe, así que, estaba sola, buscó con su mirada a su novio y no lo encontró, pero, en una mesa pudo divisar a su mejor amigo, Yamato, no lo dudó y se acercó a él.
En menos de diez segundos estaba frente al rubio.
—Hola Yamato.— Lo saludó.
—Hola Sora.— Respondió el chico.
—Disculpa que te moleste, pero, ¿has visto a Taichi?
—No.— Respondió el Ishida.
—¿No?— Preguntó la pelirroja.
—No, la verdad es que no lo vemos hace rato, no estaba en el departamento.— Contestó nuevamente Yamato— Yo pensé que estaba contigo.
Sora alzó una ceja sorprendida, Taichi no estaba con ella y tampoco con Yamato, observó el lugar, pero, Hikari estaba ahí. Hizo una mueca, tal vez, estaba con Takuya.
—Oye ¿y Mimi?— Yamato no pudo evitar preguntar, su novia siempre estaba con sus amigas y no se perdía las comidas, ya que, la castaña amaba comer, pero, ahora no estaba.
—Se quedó en el departamento.— Respondió la pelirroja— No se sentía muy bien.
El rubio alzó una ceja—¿No se sentía bien?— Preguntó sorprendido— ¿Qué le ocurrió?
—Le dolía la cabeza y se sentía un poco mareada.— Contestó la oji-ambar— Pero, no es algo grave, simplemente necesita descansar.
—¿Se quedó durmiendo?
—Iba a intentar, pero, antes de que yo bajara no había logrado conciliar el sueño.— Respondió la pelirroja.
—Iré a verla, entonces.— Yamato anunció antes de ponerse de pie.
—Sería bueno que fueras.— Habló Sora— A mi amiga le haría bien verte.
Yamato sonrió.
Hikari volteo hacia su amiga y tomó su mano en señal de apoyo, era evidente que no estaba bien, en su rostro se veía la confusión, la decepción y la tristeza, no era para menos, era la primera vez que sentía algo así por alguien y había decidido ir de frente, como sus amigas se lo habían aconsejado, cosa que no había estado mal, pero, el castaño en vez de corresponderle o darle una mínima explicación la había dejado sin una explicación, se había ido sin más y más encima la ignoraba, ahora le había quedado más que claro.
—¿Será que hice algo mal?— Preguntó la pelirroja.
—No.— Respondió la castaña— Claro que no.
—Entonces ¿por qué Takato actua así?— Cuestionó la Nonaka.
—Por lo que ya te dije, él es un chico tímido, quizás, simplemente no sabe como reaccionar.— Contestó la Yagami— Dale tiempo, entiendo que te sientas así, pero, debes estar tranquila.
Estar tranquila.
Rika repitió esto en su mente y suspiró, no quería ser impaciente, pero, le costaba, era primera vez que pasaba por esto y era extraño.
—¿Sabes? En verdad me cuesta creer que me está ocurriendo esto a mi.— Suspiró la pelirroja.
Hikari sonrió— Pues, es algo normal amiga y es bueno que lo sientas.
—Al menos ahora sé que tengo corazón.— Musitó la Nonaka.
La castaña rió levemente, Rika podía ser una chica muy fría a veces, pero, de vez en cuando le salían frases cómicas y divertidas.
—¡Rayos! No le digas a nadie que dije eso.— Habló la pelirroja— Mucho menos a Takeru, no quiero que se burle de mi.
—No te preocupes.— Respondió la castaña— Y hablando de Takeru...—Observó el lugar— ¿Dónde está?
Y prácticamente fue como si lo hubieran invocado, ya que, el rubio novio de Hikari apareció en la entrada del lugar, cosa que hizo sonreír a la Yagami, como siempre, le daba alegría verlo.
¡Pero!
Todo cambió cuando el chico se acercó a ellas.
—Hikari...—Rika llamó a su amiga— ¿Eso que tiene Takeru en la mejilla es...?
La castaña frunció el ceño— Si, si es.— Respondió observando molesta como en la mejilla de su novio estaban las marcas de labial rosa con la evidente forma de un beso.
—Hola chi...— El chico quiso saludarlas.
—¿De donde rayos vienes Takeru?— Preguntó Hikari.
—¡Hey! ¿Qué onda la mala on...
—¡Respondeme!— Exigió la castaña.
—¿E?— Takeru pasó una mirada por Rika sin entender— Vengo de mi departamento.
—¿Y estabas con una chica?— Preguntó Hikari.
—¿A qué se debe tu pregunta?— Cuestionó el rubio.
—A la marca de labial que tienes en tu rostro.— Respondió la castaña alzando levemente la voz, llamando la atención de los que estaban alrededor, levantandose de su asiento y señalando su rostro.
—¿Marcas de labial?— Preguntó el rubio sorprendido llevando una mano a su mejilla y luego observó su dedo, efectivamente tenía labial.
¡Rayos!
Sacó de su chaqueta su móvil y lo observó reflejandose en la pantalla.
¡Oh no!
Ahora se le vendría la grande.
—¿Estabas con Catherine? ¿no?
—¿E? S-si.— Rápidamente limpió su mejilla con su chaqueta— Pero, Hikari esto no es lo que parece.
—¿A no?— La castaña se cruzó de brazos molesta, ignorando completamente que las personas alrededor los observaban.
—Yo te lo puedo explicar.— Respondió el rubio— De verdad.
—Espero que sea una explicación coherente.— Contestó la Yagami molesta.
—La es yo...
Rika observó a su alrededor— ¿E? Chicos.—Se levantó de su lugar llamando la atención de sus amigos— Creo que lo mejor sería que hablen afuera. Aquí hay muchas personas entrometidas.
Takeru e Hikari observaron el lugar, muchos los estaban observando, no era para menos, la castaña había alzado la voz ante la molestia.
—¿Hablemos afuera?— Preguntó el rubio.
Hikari lanzó un suspiró y asintió antes de ambos dirigirse a la salida.
Rika tomó asiento y respiró profundo, sabía que el regreso de Catherine traería problemas, a ella siempre le había caido mal su amiga y sabía que Takeru era su punto débil.
—Espero que tengas una buena explicación para esto.— Habló Hikari observando de brazos cruzados a su novio.
—La tengo.— Respondió el rubio— Yo venía bajando las escaleras cuando ella apareció y me invitó a dar una vuelta...
—¿Y fuiste con ella?
—No, claro que no.— Contestó Takeru— Me negué a ir.
—Pero, permitiste que te agarrara a besos.
—No, Hikari.— Respondió el rubio— Ella simplemente se despidió, y pues, tú sabes como es, siempre se despide con un beso en la mejilla, me besó sin más.
—¿Y por qué no te alejaste?— Cuestionó la castaña.
—Porque, no me dio tiempo de reaccionar, además, solo era un beso para despedirse, no sabía que su labial iba a quedar marcado en mi mejilla. Y pues, si me hubiera dado cuentta antes lo hubiera impedido.
Hikari simplemente se quedó cruzada de brazos aún molesta analizando la historia de los hechos.
—Por favor, Hika, no te molestes conmigo.— Rogó el rubio— Ella se acercó a mi, no al revés.
—Pero, debiste haberlo impedido.
—Ella sabe como fastidiarme y es lo que está haciendo.— Habló Hikari— Se acerca a ti solo para fastidiarme y lo logra cada vez más, ahora estás con esa marca en el rostro ¿después que viene? ¿un mordisco en el cuello? ¿un beso en los labios?
—¡Hey! No, eso no pasará.
—Pues, nadie me lo puede asegurar, no lleva más de tres días aquí y mira todo lo que ha hecho.— Habló la castaña— Has dejado que se acerqué a ti.
Takeru hizo una mueca, era evidente que su novia estaría enfadada, pero, era difícil alejarse de esa chica, cuando ella era la que se acercaba a él sin previo aviso.
—Tú misma lo dijiste, ella se acerca a mi.— Habló el rubio— Pero, no yo a ella.
—Pues, sigo insistiendo en que deberías impedirlo.
—¿Cómo?— Preguntó el rubio— Si anda todo el día tras de mi, yo hago lo posible por ignorarla, pero, ella se acerca sin más.
Hikari se mordió el labio inferior, tristemente eso era verdad, aunque, él se alejara, ella se acercaba, lo que hacia más molesta esta situación, porque, la rubia sabía que así la fastidiaba más.
—Por favor, cariño, no te enfades ¿si?— Takeru se acercó a la castaña.
—Me es imposible.— Habló la Yagami molesta— Esa chica logra molestarme y sabe cual es mi punto débil.
—Lo sé, pero, no deberías molestarte, yo te quiero a ti.— La tomó de la cintura y besó sus mejilla— Solo a ti, no a ella.
—¿Estás seguro de eso?— Preguntó la castaña.
Takeru alzó una ceja— ¿A qué se debe esa pregunta?
—Pues...—Hikari bajó la cabeza— Tú sabes a que se debe.— Suspiró— Ella ha dado más por ti que yo, estuvo ahí cuando lo necesito, yo en cambio dejé que te acusaran y...
—¿De nuevo con eso?— El rubio interrumpió a la chica— Eso es pasado, fue algo corto y sin importancia, ya pasó.
—Puede que haya pasado, pero, nunca me perdonaré que yo haya permitido que te culparan cuando no...
—¡Hey! No lo digas.— Takeru la tomó de las mejillas— Lo que paso ya paso, por favor, no te mortifiques más.
—A la persona que uno quiere protege y eso es lo que no hice.
El rubio hizo una mueca— No pudiste hacerlo en ese tiempo, pero, ahora fuiste capaz de enfrentarte con Taichi por estar conmigo, lo otro ya no importa, por favor, olvida aquello, ignora lo que ocurre con Catherine...
—Si algún día te perdiera yo no sabría que hacer.— Habló Hikari.
—Pues, nunca me perderás, Kari.— El rubio besó su mejilla.
—¿Cómo puedes estar tan seguro?— Preguntó la castaña.
—Porque, te amo.— Respondió el rubio— Y luego de todo lo que ha ocurrido no pensaría en dejarte, no lo he hecho hasta ahora y no lo haré a futuro, porque, eres la chica que siempre he querido y que siempre voy a querer.
Hikari observó atentamente al chico, la sinceridad de su mirada era increíble, demostraba estar diciendo la verdad, ya que, a través de sus ojos se veía que sus sentimientos eran reales. Pero, era difícil. Catherine lograba que su autoestima y seguridad fueran menos de cero.
Mimi giró por décima sobre su cama, no se sentía bien y no lo decía solo, porque, tenía mareos, dolor de cabeza y su corazón latía a mil, si no que, se sentía encerrada, ahogada, quería salir gritando, llorar, se sentía en un agujero y no podía salir. Toda la situación con Natsumi la estaba alterando.
¡Lógico!
Era una chica de apenas dieciocho años con una hija que había tenido ¡a los quince años! Prácticamente, una niña. Claro, sabía que la acción que hizo para quedar embarazada no era algo de niños, pero, se sentía indefensa ante el mundo. Y esto no era solo por ser adolescentes, ni los adultos podían decir que existía un momento exacto para tener hijos, ya que, fuera en el momento que llegaran eran una responsabilidad. Y al igual que ella existían miles de madres solteras que tenían miedo de la reacción del padre su hijo o hija.
Suspiró.
Observó el techo.
Estaba sudando.
Hizo una mueca.
No le gustaba sudar.
Se incorporó sobre su cama y volteo hacia su mesa de noche. Extendió su mano hacia el cajón que tenía, lo abrió, sacó una carpeta y la abrió.
Se mordió el labio inferior observando las imagenes de...
Sus ecografías.
Sonrió de lado un tanto nostálgica, de las pocas cosas que había logrado rescatar de su embarazo eran aquellas seis imagenes de sus primeras dos ecógrafías, las que había tenido antes de que su padre supiera todo.
Suspiró.
¡Toc, toc!
La puerta principal del departamento sonó.
¡Rayos!
Pensó.
Estaba sola en el departamento, así que, debía abrir.
De seguro a una de sus amigas se le habían olvidado las llaves.
Cerró la carpeta y la depositó sobre su mesa noche. Se levantó de su cama y sintió como todo le daba vueltas, cerró los ojos para recomponerse un poco. Respiró profundo y cuando se sintió más tranquila abrió sus ojos, salió de su habitación, caminó hacia la puerta principal, tomó la manilla y la abrió.
—Mimi.
La castaña observó sorprendida a su novio— Yamato.— No esperaba verlo ahí, aunque, era de esperarse no se habían visto en todo el día.
—Hola princesa.
Mimi intentó sonreír de lado, pero, por su mente no pudo evitar pasar la conversación que había tenido con Takuya.
~Recuerdo~
—Dime ¿qué te ocurre?— Nuevamente habló la oji-miel.
Takuya suspiró— Pues...—Habló— Es que , he estado todo el día pensando en tu situación, buscando una solución y la única que encontré no te va a agradar.
La chica observó a su hermano— ¿Qué solución?
—Mimi...—Suspiró, sabía que lo diría a continuación no sería fácil, pero, debía, luego de analizar la situación y ver todas las opciones, siempre llegaba a la misma conclusión— Lo mejor es que le digas la verdad a Yamato.
La castaña observó a su hermano sorprendida— ¿Qué?— Preguntó— ¿Quieres que le diga la verdad?
—No es que quiera, pero, creo que es lo que debes hacer.— Respondió Takuya— Antes de tomar cualquier decisión con Natsumi y su custodia, ya que, Yamato podría ayudarte con ella.
—P-pero...—Mimi habló nerviosa— ¿Qué ocurre si le digo la verdad y no lo toma a bien? ¿Qué ocurre si se enfada? ¿Qué ocurre si le da la espalda a nuestra hija?
—Bueno, estaría en todo su derecho para enojarse, porque, a nadie le gusta que lo engañen.— Contestó el moreno— Sin embargo, antes que todo, él es el padre de Natsumi, ella es sangre de su sangre y no creo que la rechaza, finalmente, es su descendencia. Y pues, tú me has dicho miles de veces que Yamato es un buen chico, que tiene un buen corazón y en honor a eso yo creo que tu deberías confiar en que él no será un idiota en darle la espalda a su hija.
Mimi se mantuvo en silencio unos segundos analizando las palabras de su hermano, en cierta forma tenía razón, ella había conocido el lado bueno de Yamato y debía de confiar en eso, pero, eso no quitaba que le asustara que reaccionara mal. Suspiró, de cualquier forma debía encontrar una solución a su problema y para luchar por Natsumi, antes que todo debía ser sincera. Cosa que le daba en verdad miedo, porque, no quería perder a Yamato.
~Fin del recuerdo~
La castaña suspiró y alzó su mirada al chico.
—¿Q-qué haces aquí?— Preguntó la castaña nerviosa— ¿No deberías estar cenando?
—Ya cené.— Respondió el rubio— Te vine a ver, no te vi en todo el día y me preocupé.
Mimi hizo una mueca, no se había sentido bien en todo el día y con toda la situación que estaba procesando en la cabeza no se había atrevido a verlo.
—Ven entra.— Habló la castaña.
El rubio ingresó al departamento, Mimi cerró la puerta y Yamato tomó asiento en uno de los sofás.
—Sora me dijo que no te sentías bien.— Yamato le comentó a la pelirroja.
—¿E? Pues si, no me encuentro del todo bien.—Respondió la castaña— Estoy un poco mareada y con dolor de cabeza, pero, no es muy grave.
—Te impidió bajar a cenar.— Comentó el rubio— Significa que es gravísimo.
—¡Hey! ¿Me estás diciendo que soy glotona?— Preguntó Mimi divertida.
—No.— Respondió el Ishida— Simplemente que te conozco, y pues, bueno el desayuno, almuerzo y cena son tus rituales favoritos ¿no?
—Me conoces bien.— Si algo destacaba a la Tachikawa era respetar sus horarios de comida, comer era sagrado para ella— Pero, no te alertes, no fue tan grave.
—¿Segura?
—Si.— Contestó la castaña— Creo que es algo post-boracchera, ayer tomé un poco más de la cuenta.
—¿Un poco?— Preguntó el rubio— Desde el escenario vi que tomabas y tomabas vasos de alcohol, cuando te fui a buscar yo esperaba erte totalmente borracha o durmiendo, pero, te encontré bastante bien acompañada de esa niña.
¡Rayos!
Mimi tragó saliva nerviosa— Natsumi.
—Si, Natsumi.— Respondió el rubio.
Mimi bajó la mirada intentando ocultar su nerviosismo— Agradable la niña ¿no?
—Si.— Comentó el Ishida.
—Te hizo cantar.
—No es primera vez.
Mimi alzó una ceja sorprendida— ¿A no?
Yamato negó con la cabeza— El otro día que la encontré me pidió que le cantara algo.
—¿A si?
El Ishida asintió.
—¿Y qué le cantaste?— Preguntó Mimi.
Yamato hizo una mueca, decir que cantó "Pinpón es un muñeco" era muy vergonzoso— Fue una canción simple.
—¿Simple?— Cuestionó la chica— Supongo que no le cantaste una de esas canciones subidas de tono que escribe Ryo para ustedes.
—Claro que no.— Contestó el rubio— ¿Cómo crees que voy a cantar eso?
—Entonces ¿qué fue?
Yamato se mordió el labio inferior— Prometeme que no te vas a reír.
Mimi alzó una ceja sorprendida.
—Me hizo cantar pinpon es un muñeco.— Respondió el rubio.
—¿Qué?— Preguntó Mimi riendo levemente— ¿En verdad?
—Si.— Admitió el rubio avergonzado y la castaña lanzó una carcajada— ¡Hey! No te rías.
—Lo siento.— Habló la Tachikawa entre carcajadas— Pero, me es imposible, no pensé que algún día cantarías como eso. Ni siquiera pensé en que conocías esa canción.
—Bueno, alguien tenía que hacer dormir a Takeru cuando era pequeño.— Comentó Yamato.
—¿Y le cantabas eso?
Yamato asintió— El condenado no se quedaba dormido si no le cantaba alguna canción de cuna entre ellas esa canción.
Mimi no pudo evitar sonreír nostálgica, Natsumi tenía esa misma manía.
Suspiró y observó a su novio.
Takuya le había dicho que debía decirle la verdad, pero, en verdad no sabía que hacer o decir, tan sólo pensar en que podía perderlo o rechazar a su hija la hacia sentir terrible y...
¡Oh no!
Nuevamente sintió como todo le daba vueltas, su corazón se comenzó a acelerar. Rápidamente llevó una mano a su frente y cerró los ojos.
—¡Hey! Mimi.— Yamato la llamó y se acercó a ella— Estás pálida.
La castaña hizo una mueca y abrió los ojos— No me siento bien.
Yamato hizo una mueca— No viene en un buen momento.
—¿e? N-no, amor, no es eso.— Habló la castaña— Es sólo que de un momento a otro todo me da vueltas.
—Lo mejor será que descanses.— Habló el rubio antes tomarla en sus brazos y caminó con ella hacia su habitación para depositarla sobre su cama, la cubrió con una de sus sábanas y se sentó junto a ella.
—Esto me pasa por abusar del alcohol.— Comentó la castaña.
El rubio acarició su cabello— Tranquila, mañana amanecerás mejor.
Eso esperaba.
Mimi suspiró.
—Quedate a dormir conmigo ¿si?
—Me encantaría.— Respondió el Ishida— Pero, si hacen una inspección sorpresa podemos tener problemas.
Mimi hizo una mueca, su novio tenía razón— Bueno, entonces, cantame una canción para que duerma.— Habló— Así como lo hacíamos antes.
—Otra más con el vicio del canto antes de dormir.— El rubio rodó los ojos divertido.
—Por favor, hazlo por mi.— Dijo la chica rosando sus labios con los del rubio.
Yamato sonrió y besó a la chica, acto que fue correspondido.
Kouji le dió un sorbo a su taza con té, estaba cenando solo, ni sus amigos, ni su hermano estaban con él, bueno, tampoco estaba con ánimos de hablar con alguien, el ensayo con la banda lo había dejado un tanto agotado y el día en general había sido cansador.
—Kouji.— Una voz llamó su atención y al voltear se encontró con la pelirroja Nonaka.
—Rika.
—Hola.— Lo saludó.
—Hola.
—¿Podemos hablar?— La pelirroja le preguntó al oji-azul.
—Claro.— Respondió el Minamoto.
La Nonaka tomó asiento junto a él.
—¿De qué quieres hablar?— Preguntó el chico intrigado.
—De Damar.— Respondió la pelirroja.
Kouji alzó una ceja sorprendido.
—¿Lograste hablar con ella ayer?
—No.— Respondió el Minamoto.
—¿No te dijo algo importante?
—No, estaba tan tomada y drogada que apenas podía ponerse en pie, la traje a su habitación y la dejé dormir, eso sí le voté los polvos que le había comprado al imbecil de Ryouma y que tenía en su collar ¿por qué la pregunta?
—Porque, Hikari y yo estamos preocupadas por ella. Damar no se encuentra bien.— Habló la Nonaka— Anduvo todo el día bien, pero, de un momento a otro llegó mal, y ya que, ayer había estado contigo pensé en que tal vez sabías algo.
—Pues no lo sé, pero ¿dónde está ahora, Damar?— Preguntó el chico.
—Ha estado toda la tarde en su habitación.— Respondió Rika— Fue a clases, sin embargo, desde que regresó no ha salido, le hemos hablado y no responde.
Kouji llevó una mano a su mentón— Quizás, haya tenido un problema con Takuya o Mimi.
—Algo así pensé.— Habló Rika— Pero, descarté esa posibilidad, Damar le hubiera contado, no nos estaría ignorando ni a Hikari, ni a mi.
Kouji hizo una mueca, esto sonaba grave, además, se le sumaba el hecho de que ayer estaba tomando como loca y había cosumido drogas, aunque, no era nuevo, finalmente, desde que había regresado había demostrado que eso era común en ella.
Suspiró.
Nunca se hubiera imaginado que aquella chica terminaría actuando como Rika.
—¿Desde cuando ha actuado así?— Preguntó Kouji.
—Pues, ha estado extraña luego de esa noche que fue adonde ti.— Contestó la pelirroja— Algo ocurrió esa noche que la ha hecho actuar extraño ¿no viste algo? ¿recuerdas que haya hecho algo?
—Bueno, esa noche...—Se detuvo un minuto y observó a la pelirroja, iba a ser extraño hablar de eso con ella, porque, aunque, no fueran primos, él siempre la había visto como su hermana menor, no se sentiría cómodo hablando de eso con ella— Nos dimos uno que otro beso, hablamos de lo que ocurrió con Takuya cuando nos encontró besandonos, de ti y ya está, pero, no discutimos o algo así.
Okey, eso la dejaba donde mismo, entonces ¿qué rayos le ocurría? Quizás, efectivamente tenía un problema con su hermano.
Suspiró.
No quería hablar con Takuya, pero, quizás debía considerar la idea.
Mientras tanto en el departamento de Takeru y Takato.
El castaño daba vueltas y vueltas por el departamento.
~P.O.V de Takato~
Verdaderamente no sé que pensar, por un lado me gustaría creer que todo es una broma, que nada de lo que me dijeron es cierto, sin embargo, el otro lado me dice que debo aceptarlo de una buena vez y así dejaré de estar tan confundidos con lo que siento.
¿Qué siento?
Pues, muchas cosas, decepción, tristeza, enojo y muchas cosas negativas a causa de lo que me dijeron mis padres, y luego de la declaración de Rika, simplemente estoy confundido.
Rika Nonaka.
Suspiré.
El nombre de esa pelirroja es el que resuena en mi mente desde hace bastante tiempo, Rika me gusta bastante, desde me llamó la atención su forma de ser, era muy diferente a otras chicas que he conocido, también me atrajo su físico, porque, es hermosa de una forma natural, pero, nunca pensé que llegaría a sentir algo como lo que ahora siento, yo me acerqué a ella con la finalidad de ser su amigo, para apoyarla, y finalmente me terminé enamorando de ella, no era algo que esperaba, tampoco fue algo que planee, fue algo que se dió si más y yo me sentía en las nubes, sobretodo luego de aquel beso que nos dimos.
Pero, bajé del cielo a la tierra luego de lo que me dijeron ayer mis padres.
Nunca pensé que todo podría cambiar de un momento para otro.
¿Cómo podía ser que detrás de Rika, de Takeru, Hikari y muchos más hubiera un pasado tan turbio? Que involucraba a...
Mi tía.
Suspiré.
En verdad eso me dejó mal, yo a mi tía la adoraba y cuando murió mis padres no me dieron mucha información, apenas tenía catorce años, según ellos era muy pequeño para saber todo lo que ocurría, y porque, ahora es importante que lo sepa me lo dijeron, aunque, si hubiera sido por ellos nunca me hubieran dicho (ya que, para ellos siempre seré un niño) pero, si soy sincero, me hubiera gustado no saber esto.
Nuevamente suspiré.
Quizás, debería obedecer a mis padres e irme de aquí, finalmente, en este lugar solo hay engaños. Y para variar, no todo aquí era lo que parecía, este lugar estaba financiado monetariamente por algo ilegal.
Nuevamente suspiré.
¿Cómo me siento?
Me siento engañado, estafado y a la vez enfadado, todo lo que creí de este lugar o lo que vi es un farsa, tanto lo físico, como las personas, por tener dinero le arruinaron la vida a una inocente, y para variar, ese dinero era sucio, no limpio.
Dirigí mi mirada hacia mi móvil y observé la pantalla, tenía veinte llamadas perdidas de mi madre, diez de mi padre y quince mensajes de texto.
No me sorprendía, ambos debían estar preocupados por mi luego de lo que ocurrió, literalmente me dejaron sin palabras luego de toda la información que me dieron.
Este lugar pronto se caerá a pedazos y yo simplemente no sé que hacer.
~Fin del P.O.V de Takato~
¡Toc, toc!
La puerta del departamento de Juri sonó y la castaña se dirigió a abrir. Grande fue su sorpresa al encontrarse con el oji-azul que la había besado hace unos días.
—¿Koichi?
—Hola Juri.— La saludó el chico—¿Tienes un momento?
—¿Un momento para qué?
—Para hablar.
La castaña observó atentamente al Kimura, no tenía buen rostro.
—¿Estás bien?
Koichi negó con la cabeza.
—Ven, entra.— Señaló su departamento.
Koichi asintió e ingresó en él, Juri cerró la puerta y el chico tomó asiento en uno de los sofás.
—Disculpa que te moleste.— Se lamentó Koichi— Pero, no sabía con quién más hablar.
Juri sonrió de lado— No te preocupes, somos amigos, estamos para apoyarnos.
El Kimura tuvo intención de regalarle una sonrisa, pero, no pudo, se encontraba muy atribulado, ni siquiera una sonrisa fingida le salía.
—¿Qué te ocurrió?— La castaña le preguntó al oji-azul.
Koichi suspiró, hablar de esa situación era difícil, nunca se hubiera esperado un engaño de su mejor amigo a su hermano, pero, necesitaba desahogarse y aquella chica le inspiraba confianza.
—Ya sé, porque, mi hermano y Takuya están peleados.
—¿A si?— Preguntó la castaña sorprendida.
—Por Zoe.— Respondió Koichi— Los encontré juntos, y pues, no me demoré en sacar mis propias conclusiones, de un momento a otro mi hermano y su novia terminaron, al principio me pareció extraño, pero, luego de ver esto me quedó claro, ellos lo engañaban y Takuya me lo confirmó.
—¿Cómo fui tan idiota y no me di cuenta antes?— Preguntó el Kimura.
—No te mortiques.— Juri tomó su hombro— No tenías forma de saberlo.
Koichi suspiró— Si la tenía, Kouji debió haberme dicho, yo pensé que confiabamos el uno en el otro.
—Tal vez, no quiso decirte, porque, no quiso involucrarte en un problema que era de ellos, quizás, no quería que eso afectara tu relación de amistad con él, finalmente, el engañado fue él.— Habó Juri.
—Aunque, haya sido un engaño hacia él es como si fuera un engaño hacia.— Suspiró Koichi— Somos hermanos, gemelos y Takuya es amigo de los dos ¿no?
Juri hizo una mueca, entendía ese punto de vista del Kimura, pero, no lo compartía del todo.
—Kouji no se merecía algo como esto.— Musitó Koichi— Él siempre ha sido un chico trasparente y que va a frente, quizás, con un caracter terrible, pero, siempre le ha sido leal a todos.
La castaña acarició su cabello.
—Y yo pensaba que mi amigo también lo era.— Musitó el Kimura— Nunca pensé que Takuya haría algo así, nosotros los considerabamos nuestro mejor amigo, y esto no es algo que un verdadero amigo haría. Me siento decepcionado, quisiquiera no creerlo, pero, los vi. Si me lo hubiera dicho no lo creería, pero, los vi y me lo confirmaron, cosa que me hace todo más difícil. Todos sabían que Takuya era nuestro brother del alma.
—Entiendo que te sientas así.— Habló Juri— Cuando Miyako los encontró besandose y me dijo, en verdad no lo podía creer, porque, ella me había comentado que ustedes eran muy buenos amigos y saber que Takuya le ponía los cuernos a Kouji con su novia fue algo que en verdad la sorprendió.
—¡Un minuto!— Koichi la interrumpió al escuchar lo que decía analizando cada palabra— ¿Ustedes sabían de esto?
—¿E?— Balbuceo la Katou— ¿Q-qué?
—Tu dijiste recién que lo Miyako los vio besándose y que te había dicho.— Respondió el Kimura.
Juri se mordió el labio inferior.
¡Rayos!
Había hablado de más.
—Dime, Juri ¿ustedes lo sabían?
La castaña observó nerviosa a su amigo sin saber que responder, pero, finalmente, se resignó, debía contarle la verdad.
—S-si.— Bajó la mirada— Lo sabíamos.— Suspiró.
—¿Hace cuanto?
—Hace bastante.— Respondió la castaña— Desde varios días antes de que Kouji y Zoe terminaran.
—¿Y por qué no me dijeron?— Preguntó el Kimura— Se supone que somos amigos.
Juri hizo una mueca—Si...—Tragó saliva— Lo somos.
—Entonces ¿por qué no me lo dijeron?
—Tuvimos la intención.
—¿Pero?
—No pudimos.
—¿Por qué?
Juri suspiró— Porque, Zoe se enteró y no nos dejó decirte.— Respondió.
—¿Qué?— Preguntó el Kimura— ¿Zoe no las dejó decirme?
Juri asintió— Si.— Respondió— Nos dijo que era un tema de ellos y nosotras no debíamos entrometernos.
Koichi hizo una mueca ante esto, era lógico que la rubia quisiese encubrir su engaño, pero, nada justificaba que sus amigas no le hubieran dicho.
—Pues debieron haberme dicho.— Habló el Kimura— Antes que todo se supone que somos amigos ¿no?
—S-si, pero, no podíamos entrometernos en un tema que no era de nosotras.
—Puede que no haya sido un tema directamente relacionada con ustedes, pero, cuando todo vieron como yo estos días la estaba pasando mal por la discusión entre Takuya y Kouji.— Habló Koichi molesto— Debieron al menos darme una pista de lo que ocurría para no quedar como idiota hoy.
Juri bajó la mirada triste— L-lo siento yo...
—Nada de "lo siento" ya me di cuenta que ya no puedo confiar en nadie de este lugar.— Musitó el Kimura desilucionado antes de alejarse.
—Koichi no te vayas.— Habló la castaña, pero, el Kimura simplemente la ignoró, estaba muy desilucionado y enojado, Juri sabía que él la estaba pasando mal ¿por qué no le había dicho la verdad? Se suponía que él era su amigo, Zoe apenas hablaba con ella ¿por qué le había hecho caso? Aunque sea, debió haberle dicho cuando Kouji y la rubia habían terminado, pero, no lo hizo. Decidió callar.
Yamato observó como Mimi dormía plácidamente y sonrió, se veía bellísima, parecía su ángel. Besó su mejilla en señal de despedida, ya era tarde y debía irse a su departamento, no quería irse, moría de ganas de dormir junto a su novia esa noche. Pero, no podía, ya que, si había una inspección sorpresa y lo encontraban ahí tendría serios problemas.
El chico se movió levemente para levantarse de la cama, pero, en un movimiento su brazo derecho paso a votar una carpeta que estaba en la mesa de noche de la chica provocando que cayeran papeles al suelo.
Yamato hizo una mueca, rápidamente agarró la carpeta y los papeles que yacían el suelo y se dispuso a acomodarlos, todo iba normal, hasta que algo llamó su atención.
En aquellos papeles habían imagenes, pero, no cualquier tipo de imagen si no que eran...
¿Ecografías?
Yamato observó atentamente las imagenes.
Eran ecografias, las reconocía, pero, no sabía de quién rayos eran esas imágenes, no había nombre, solo una fecha y unas cosas que no entendía.
Las observó atentamente.
¿Por qué rayos Mimi tenía esas imágenes?
Volteo hacia ella, estaba plácidamente durmiendo.
Tuvo intención de despertarla, pero, se detuvo al recordar que antes de dormir no se encontraba muy bien de salud.
Se mordió el labio inferior y observó las imágenes.
¿Por qué su novia tenía aquello?
¿Podría ser que estuviera embarazada?
No, imposible, las fechas eran de hace bastante tiempo.
Se levantó de donde estaba, dobló los papeles en donde estaban esas ecografías y las guardó en su bolsillo, necesitaba analizarlas mejor. Sin decir más, salió de la habitación de su novia y luego del departamento.
Kouji ingresó a su departamento, cerró la puerta tras él y tomó asiento en uno de los sofás.
Suspiró.
Se sentía preocupado por Damar, no estaba tomando un buen camino y evidentemente no estaba bien por lo que le había dicho Rika.
Cerró los ojos.
En verdad le preocupaba aquella chica, mucho más allá de estar interesado en ella, se conocian de toda la vida y no soportaba la idea de verla mal.
Quizás, debía ir a hablar con ella...
Pero
No quería ser fastidioso con la castaña.
La puerta del departamento se abrió llamando su atención y al abrir sus ojos se encontró con su hermano gemelo.
—Kouji.
—Hola Koichi.— Lo saludó, pero, no pudo evitar notar que no tenía buen rostro, al contrario, no llevaba la misma sonrisa de siempre— ¿Donde esta...
—¡Ya me enteré de todo!— El Kimura declaró sin más.
El Minamoto alzó una ceja— ¿De todo?— Cuestionó.
—Si, de todo.— Contestó Koichi—Ya sé porque Takuya y tú se pelearon.
¡Rayos!
El Minamoto se mordió el labio inferior ¿su hermano se había enterado que había besado a su ex novia?
—¿C-cómo lo supiste?— Cuestionó el Minamoto.
—Por Takuya, él me dijo todo...
¡Ay no!
—Yo te lo puedo explicar.— Kouji se levantó del sofá un tanto alarmado.
—No es necesario.
—Si, si lo es.— Respondió el Minamoto alarmado— Yo quise decirtelo, pero, no quise hacerlo, porque, no quería que reaccionaras mal.
—¿Cómo no querías que reaccionara mal?— Cuestionó el Kimura cruzandose de brazos— Lógicamente iba a reaccionar mal luego de saberlo.
¡Oh no!
—Nunca me lo hubiera esperado.— Musitó Koichi.
Kouji se mordió el labio inferior.
—Antes de todo debiste haberme dicho, pensé que teníamos confianza para contarnos las cosas.
—S-si.— Respondió el Minamoto— Pero, yo no quise decirte, porque no quería tener problemas contigo Koichi.
—¿Problemas conmigo?— Cuestionó el Kimura sorprendido— ¿Por qué tendrías problemas conmigo luego de lo que me enteré?
—Porque, bueno, no estuvo bien lo que hice y...
—Tú no.— Koichi lo interrumpió— Los que estuvieron mal fueron Takuya y Zoe.
—¿Takuya y Zoe?— Cuestionó Kouji sorprendido.
—Si.— Respondió el mayor— Te engañaron y por eso tú no solo perdiste a tu amigo, si no que, a tu novia.
Kouji se quedó en silencio ante esto ¿Koichi se refería solo al engaño? ¿No a sus besos con Damar?
—Nunca me lo hubiera esperado de Takuya, pero, ya que lo encontré con Zoe y ya que me lo confirmó no puedo estar más decepcionado.— Respondió Koichi— Porque, para variar, muchos en este Internado lo supieron y no me dijeron.
Kouji observó a su hermano todavía sin saber que decir— Takuya ¿sólo te dijo lo del engaño?
—Si.— Respondió el Kimura.
—¿Nada más?
—¿Por qué la pregunta?— Cuestionó Koichi— ¿Hay más?
—¿E?— Despejó la garganta— No, claro que no.— Respondió antes de voltear al sofá y sentarse.
Koichi se acercó al sofá de enfrente y también tomó asiento— Me gustaría pensar que es una broma de mal gusto esta situación.— Suspiró— Takuya formaba parte de nuestra familia, era nuestro mejor amigo, nuestro hermano de la vida.
Kouji se mordió el labio inferior, no le gustaba hablar de ese tema, se había sentido engañado, pero, a la vez sentía que...
Se lo merecía.
No podía regañar contra el moreno, ni contra la rubia, aunque, les había pedido sinceridad para que no cometieran el mismo error que él.
—Si, pues...—Suspiró— Son cosas que pasan.
—Pero, que no están bien.
—Lo sé.— Kouji suspiró.
—Ahora entiendo, porque, Takuya y tú estaba actuando tan extraño y porque su actitud, luego de eso supongo que no quieres verle la cara, ni a él, ni a ella.— Comentó el Kimura.
Kouji simplemente suspiró, sabía que eso un momento, todo pasaría el algún momento, pero, efectivamente, por el momento no quería verlos, aunque, sabía que cada vez más su enojo disminuía.
—Lamento mucho lo que ocurrió, yo sé que tu querías a Zoe y estimabas bastante a Takuya, tu mejor amigo.
—Si, yo igual lamento todo lo que ocurrió.— Habló el Minamoto, pero, la verdad es que no sentía esas palabras como propias, quizás, le hubiera dolido más si en verdad hubiera estado enamorado de Zoe, o tal vez, si no sintiera que se merecía esto, él había engañado a su hermano con su novia, cuando ambos habían terminado siguió involucrandose con ella y de paso había roto la otra regla de oro al involucrarse con la hermana de Takuya.
Suspiró.
Menos mal Koichi no se había enterado lo del beso, porque, la verdad era que no tenía ni siquiera una idea mínima de como podría reaccionar su hermano al saber aquello, lo de Damar era pasado, pero, no sabía que tan pasado ¿podría su hermano aceptar que él la quería de verdad?
El rubio observó atentamente las imágenes que tenía en las manos, no había podido dormir pensadndo en ellas y la verdad era que no encontraba alguna explicación lógica.
¿Por qué su novia tenía esas ecografías?
La puerta de la habitación de Taichi sonó y el Yagami apareció en la sala principal, tenía un aspecto terrible, el cabello desordenado, ojeras.
—Buenos días.— Musitó el castaño sin interés.
—Ojalá fueran buenos.— Respondió Yamato.
Taichi alzó una ceja sorprendido, al parecer no era el único de mal humor en ese día— ¿Por qué no lo son?
—Porque, no dormí en toda la noche.— Respondió Yamato.
—¿Por qué?— Preguntó Taichi— ¿Mal de amores?
Yamato simplemente rodó los ojos— No es por eso.— Y dirigió su mirada hacia la mesa de centro, acto que no pasó desapercibido por el castaño quién dirigió su mirada hacia la mesa de centro.
—¿Qué tienes ahí?— Taichi lo observó—¿Ecografías?
Yamato hizo una mueca.
—¿Por qué tienes eso?— Cuestionó el castaño— No me digas que estás pensando cambiarte de carrera y ser doctor.
—No es eso.— Respondió el Yagami.
—Entonces ¿por qué tienes eso?— Preguntó Taichi— No me digas que novia está embarazada. En realidad lo dijo más en broma que enserio, Mimi ya había quedado embarazada no era posible que estuviera de nuevo ¿no?
Yamato alzó una ceja— No, no claro que no.
—Entonces ¿de quienes son esas ecografías?
—No sé.
—¿Cómo que no sabes?
—Pues, no sé de quienes son.
Taichi alzó una ceja— Entonces ¿por qué las tienes?
—Porque, las encontré en la habitación de Mimi.
—¿Qué?— Preguntó el Yagami sorprendido— ¿En la habitación d-de tu noo-novia?
Yamato asintió— Si.— Respondió.
¡Rayos!
Pensó el castaño y observó las imágenes debía admitir que se sentía impresionado, pero, no le resultaba extraño.
Él sabía la verdad.
—¿Y-y no le preguntaste de que eran?
—No pude.— Contestó el rubio— Mimi estaba durmiendo y no se sentía bien, preferí no molestar.
—Pero, preferiste quedarte con las dudas.
Yamato suspiró— No sé que pensar.
—¿No creerás que puede estar embarazada?
—¿E? N-no.— Respondió el rubio— Pero, mira, tiene las fechas de hace tres años atrás.
Taichi lo observó y efectivamente tenía las fechas de hace tres años.
—Si fueran de Mimi significaría que estuvo embarazada, pero ese fue el tiempo en el cual fuimos novios.— Comentó el rubio.
Taichi simplemente se mordió el labio totalmente nervioso, no debía dar un paso en falso, no podía decir alguna palabra que delatara la verdad que él conocía.
—¿No estarás pensando e-en q-que estuvo embarazada?
—Pues...—Yamato suspiró— No lo sé.— Desordenó su cabello— Ella se fue durante bastante tiempo, estas ecografías son justo de los meses previos a su ida y justo en ese tiempo ambos tuvimos relaciones, y pues, yo no sé si ella se cuidaba, yo en ese tiempo más de una vez se me olvido.
Taichi hizo una mueca y sintió como sus manos comenzaban a sudar— Tal vez esas ecografías son de otra persona.
—Si, pero, si lo fueran ¿por qué ella las tendría?— Cuestionó el rubio.
—Tal vez, sean de una amiga o para alguna clase.
—¿De diseño?— Cuestionó el oji-azul— Lo dudo.
—Bu-bueno, para safar de dudas deberías preguntarle.— No se le ocurrió otra cosa más que decir.
Yamato se mordió el labio inferior— Si, creo que será lo mejor.— Tenía curiosidad de saber ¿podría ser que en algún momento su novia estuvo embarazada? No, claro que no, ella se lo hubiera dicho ¿no?
Mimi abrió los ojos totalmente desorientada, Yamato había logrado que durmiera, pero, había tenido muchas pesadillas, estaba sudando.
Suspiró.
Otra vez soñaba con Yamato rechazandolas a Natsumi y a ella.
Lo peor del mundo.
Se incorporó en su cama, pero, al instante llevo una mano a su cabeza, sentía que en cualquier minuto iba a estallar.
Nuevamente suspiró.
¿Qué hora era?
Abrió sus ojos y volteo hacia su mesa de noche, pero, en vez de ver la hora algo llamó su atención.
¡Su carpeta estaba abierta sin las ecografías de Natsumi!
¡Oh no!
Pensó y rápidamente la tomó en sus manos.
¿Donde rayos estaban las ecografías?
Abrió el cajón de su mesa de noche y lo revolvió, pero, no estaban las ecografías.
Se levantó de su cama y sintió levemente un mareo.
¡Rayos!
Llevó una mano a su cabeza y respiró profundo intentando recomponerse.
Cuando estuvo bien, se arrodilló en el piso y reviso bajo su cama, pero, no estaban.
Se levantó y luego se acercó al mueble donde guardaba su ropa, abrio el primer cajón, nuevamente revolvió las cosas de un lado para otro mientras revisaba sus cosas, pero, no encontró la fotos.
¡Rayos!
—¿Koichi lo supo todo y no reaccionó bien?— Sora repitió estas palabras sorprendida.
Izumi suspiró— Si.— Llevó las manos a su rostro— No reaccionó bien, al contrario, reaccionó terrible, él no sabía lo que había ocurrido, ni Takuya, ni Kouji se lo habían dicho.
—Pero ¿por qué?
—Porque, ninguno quería involucrar a Koichi en un problema de ellos.— Respondió Izumi— Sin embargo fue lo peor, me siento terrible, nunca lo había visto tan enojado y decepcionado.
—No es para menos, Takuya era su amigo y a ti te tenía mucho cariño, siempre te trató muy bien como su cuñada.
—Lo sé y por eso me siento tan mal.— Respondió Zoe— Lo vi en sus ojos estaba super decepcionado y...— La chica no pudo terminar de hablar, ya que, un fuerte sonido de la habitación de Mimi llamó su atención.
Ambas amigas voltearon sorprendidas y el ruido volvió a repetirse.
—¿Qué le ocurrirá a Mimi?— Zoe le preguntó a Sora.
—No sé.— Respondió la pelirroja y observó su rleoj de pulsera— Pero, ya es tarde, debemos irnos a desayunar.
—Tienes razón.
Y sin decir más, las dos chicas se levantaron del sofá y se acercaron a la puerta.
¡Toc, toc!
—Mimi.— Sora la llamó.
—¿Estás bien?— Preguntó la rubia.
—No, no estoy bien.— Respondió Mimi del otro lado y en menos de unos segundos se abrió la puerta.
Ambas amigas observaron a la castaña sorprendidas y luego observaron su habitación que estaba echa un caos?
—¿Qué ocurrió en tu habitación?— Cuestionó Izumi.
—¿Pasó un torbellino?— Preguntó Sora.
Mimi negó— No, no es eso.— Respondió— Es que, se me perdió algo.
—¿Qué cosa?— Preguntó la rubia.
La castaña alzó su carpeta vacía— Aquí yo tenía unas imagenes importantes, pero, ahora no las encuentro ¿las han visto?
—¿Imagenes?— Cuestionó Sora.
—Si.
—Considerando que nunca antes había visto esa carpeta, no sabría decirte si vi o no esas imagenes.— Respondió la rubia—¿De qué eran esas imágenes?
—Pues, eran unas ecografías.— Mimi respondió casi sin pensar.
—¿Ecografías?— Cuestionó la oji-verde— ¿De qué?
Y fue ahí cuando Mimi cayó en la cuenta de qué...
¡Rayos!
Su amiga no sabía sobre su embarazo.
—Pues...— Balbuceo— Unas ecografías de...— Buscó una excusa y observó levemente a Sora, no se le ocurría alguna idea.
—La nueva novia de mi hermano.— Sora improvisó rápidamente una excusa— Alice.
—Si.— Respondió Mimi— De Alice.
Zoe alzó una ceja— ¿Y por qué tú tienes una ecografía de ella?
—Po-porque...—Balbuceo Mimi— Soy madrina de su hija, Natsumi.
—¿Su hija?
—Si, su hija.— Respondió esta vez Sora— Creo que ya te habíamos comentado que ella tuvo una hija hace un tiempo.
—Si, algo me habían comentado.— Musitó la rubia— Pero, no me habías dicho que eras su madrina.
—¿E? Pues, se me había olvidado.— Contestó Mimi— Soy su madrina y por eso tengo esas ecografías, son un recuerdo que Alice me dio cuando la acompañé a una ecografía y por eso las tengo.
—Comprendo.— Comentó la rubia y luego observó la habitación de su amiga— Debe ser muy importante como para que hayas hecho todo este lío en tu habitación.
Pues si, lo era. Era uno de los pocos recuerdos que tenía de su embarazo y no quería perderlas.
Hikari y Rika observaron atentamente la habitación de su amiga, sin saber que hacer o decir.
—¿Qué vamos a hacer?— Preguntó la castaña preocupada.
La pelirroja se mordió el labio inferior y no dijo palabra, tenían que pensar muy bien en lo que iban a hacer, no querían molestar a su amiga, pero, en verdad estaban preocupadas por su actuar. Ni siquiera sabían si estaba despierta, dormida o muerta. No respondía y tampoco la habían escuchado en toda la noche salir de su habitación.
—Creo que lo mejor será mejor que la despertemos.— Contestó la pelirroja.
—¿Y si se enoja?— Cuestionó Hikari.
—Bueno, deberá entender que nos preocupamos por ella.— Respondió Rika.
—Buen punto.— Musitó la Yagami.
Rika observó a su alrededor— Ahora el tema es saber como abriremos.
—¡Yo sé!— Hikari exclamó antes de llevar una mano a su cabello y sacar una pinza.
—Oye, eso solo funciona en las películas.
—Ni creas.— Respondió la Yagami, Mimi le había enseñado hace unas semanas a utilizarlas las pinzas como llaves cuando Sora no quería salir de su habitación debido a la depresión que tuvo con Taichi.
Sin decir más, ingresó las pinzas en la cerradura y luego de unos minutos.
—¡Listo!— Exclamó al abrir la puerta.
Rika abrió los ojos sorprendida.
—Así que, solo funcionaba en las películas ¿e?— Musitó la castaña.
—Me reservaré comentarios.— La pelirroja intentó no darle tanta importancia, pero, Hikari sabía que la había dejado verdaderamente sin palabras.
Rika se acercó y abrió completamente la puerta para ingresar en la habitación, pero, apenas divisó todo el lugar algo llamó su atención.
—No está.— Declaró.
Hikari se acercó a la pelirroja y observó la habitación, efectivamente no estaba, pero, algo llamó su atención.
—Mira.— La castaña se acercó al mueble de la habitación de la chica y tomó un frasco que estaba abierto, pero, tenía polvo alrededor.
Rika se acercó y tocó el polvo.
—¿Eso qué es?—Preguntó Hikari.
—Éxtasis.— Respondió Rika— Lo noto por la grosura.— Suspiró— Ahora tiene sentido, porque, andaba tan feliz, solo una sustancia de este tipo le hubiera subido el ánimo para lo mal que andaba ayer.
Hikari hizo una mueca— No es bueno que consuma estas sustancias.
—Lo sé.— Contestó la pelirroja antes de cerrar el frasco, no quería tentarse a también consumir esa cosa, tan solo el aroma había provocado que su cuerpo le reclamara absoverla.
—¿Dónde estará ahora?— Preguntó la castaña.
—No lo sé.— Respondió la pelirroja— Pero, andar drogada por ahí en este lugar no es bueno, si mi madre la encuentra de esa forma podría tener problemas.— Tomó su móvil, buscó su número en sus contactos y la llamó.
1...2...3...4...5...
Tonos y
Su llamada será transferida a un buzón de mensajes.
—¡Rayos! Damar.— Exclamó Rika mientras volvía a marcar su número.
Takato abrió sus ojos y observó atentamente el techo.
Había tenido una noche terrible, apenas había logrado conciliar el sueño, estaba sudando, le dolía la cabeza y a pesar de que no se estaba viendo en un espejo sabía que debía tener unas grandes ojeras.
Suspiró.
Su noche había pésima ¡pero! lo había ayudado a pensar en algo.
Tomó su móvil y lo observó.
Sus padres querían que él escapara y los entendía, sin embargo, no podía hacerlo, se había involucrado mucho en aquel lugar, había conocido a personas que no podía dejar atrás, mucho menos luego de saber esta verdad.
Nuevamente suspiró.
Buscó entre sus contactos el número de su madre, sabía que no le iba a gustar lo que le iba a decir, pero era su decisión.
Rika e Hikari bajaron las escaleras.
—¿Donde estará Damar?— Preguntó la Yagami.
—Ni idea.— Respondió la pelirroja— Pero, no tengo un buen presentimiento.
Hikari hizo una mueca y bajó la mirada, generalmente cuando Rika decía no tener un buen presentimiento ocurría algo malo después, Takeru le decía que era su instinto de bruja y por eso presentía las cosas malas, cosa que lógicamente no creía, pero, que le inquietaba.
Y hablando del rey de Roma.
Takeru estaba al final de las escaleras.
—Buenos días chicas.— Las saludó.
—Buenos días, Takeru.— Musitaron ambas a coro.
—¿Cómo amanecieron?— Preguntó el rubio.
—Bien hasta...— Pero, Rika no pudo seguir hablando, ya que, un hombre rubio que tapaba su mirada con unas gafas apareció frente a sus ojos.
—Señorita Nonaka.— La llamó.
Rika hizo una mueca al reconocer a Yamaki, la mano derecha de su madre en aquel lugar. Suspiró, siempre que él le dirigía la palabra era porque algo malo iba a ocurrir.
—Señor Yamaki.
—Su madre la necesitaba en su oficina.
¡Ay no!
¿En qué problema se había involucrado ahora?
—¿Por qué?— Cuestionó la pelirroja.
—No lo sé, solo me dijo que le dijera...— Pero, algo llamó su atención, la puerta rincipal se abrió.
Suspiró.
—Está bien.— Volteo hacia Takeru e Hikari— ¿Nos vemos después?
Ambos asintieron.
—Si, luego nos vemos.— Respondió la castaña.
Y sin decir más, la Nonaka se encaminó a la oficina de su mano, pero, no habrá alcanzado a avanzar unos cuantos metros cuando la puerta principal se abrió y ante sus ojos apareció su amiga, quién no pasó desapercibida para aquellas personas que estaban en aquel lugar.
—¿Damar?— Rika la llamó, pero, su amiga pareció no estar muy atenta, venía tambaleando.
Todas las miradas se posaron en la chica que había llegado, Damar no tenía buen aspecto, tenía unas ojeras terribles que ni su maquillaje lograba ocultar, venía con su chaqueta de cuero en el hombro y traía una botella con cerveza en la mano derecha.
—Señorita Tachikawa.— El sub-director observó a la chica y frunció el ceño— ¿Qué rayos hace entrando por ahí, en esa condición y a estas horas? ¿pasó la noche afuera?
Damar simplemente rodó los ojos, lo que le faltaba.
Yamaki se acercó— Huele a alcohol y viene con una botella de cerveza.
La castaña no respondió y simplemente bebió de la botella.
—¿Acaso no me va responder?— Cuestionó el sub-director—¿Qué hace llegando a estas horas señorita Tachikawa?— Preguntó Yamaki molesto— ¿Y en ese estado?
Damar hizo una mueca y lo observó molesta— Buenos días para usted también.
—Nada de buenos días.— Reclamó el hombre— ¿Cómo se le ocurre salir durante la noche y llegar de esta forma? Se supone que las salidas nocturnas están prohibidas cuando no es fin de semana.
¿A quién le importaba esa regla?
Rika observó a su alrededor, habían muchos mirando y parecía que a su amiga no le importaba.
—Y para variar, ayer no era día de salida, no tenía permiso para salir del recinto.
Damar simplemente sonrió.
—¿Es que acaso no le da vergüenza? Mire, se supone que usted es una señorita de élite y llega en ese estado.— Reclamó el hombre y para la sorpresa de todos los presentes el hombre se sacó las gafas que acostumbraba a llevar dejando ver su molesta y enfadada mirada que fulminaba a la chica.
Damar rodó los ojos y rió.
Señorita de élite.
¿De qué élite? ¿De mentirosos?
—¿Acaso no se va a dignar a contestarme?— Preguntó el sub-director.
—A usted no le debo dar ninguna explicación.
—Claro que tiene que responderme, yo soy uno de los encargados de este lugar.— Respondió el hombre— Usted está bajo nuestra custodia.
—Si, pero, eso no significa que deba darle explicaciones de lo que hago o deje de hacer.— Contestó la castaña molesta.
Takuya paró en seco al ver lo que ocurría con su hermana y literalmente estaba en shock, no podía creer lo que ocurría con ella.
—¿Qué le ocurre a esta chica?— Koichi le susurró a su gemelo.
Kouji hizo una mueca, Damar estaba totalmente ebria y posiblemente con sustancia en el cuerpo.
—Oh no, si antes las cosas con Takuya estaban mal ahora se pondrán peor.— Taichi le comentó a Sora.
La pelirroja simplemente asintió.
—No sea falta de respeto, señorita Tachikawa.— Exclamó el hombre.
Damar rodó los ojos— Entonces, no se meta en mis asuntos.
Yamaki apretó el puño a más no poder— Esta actitud suya no pasará desapercibido— Anunció—A la oficina de la directora.— Señaló la puerta de la oficina.
Damar rió, ni loca iría a la oficina de esa asesina. Dirigió su mirada hacia las escaleras y sin decir más, se encaminó para subir.
—Señorita Tachikawa ¿acaso no me escuchó?— Preguntó el sub-directora.
Damar simplemente ignoró al hombre y siguió subiendo, no tenía ganas de seguir recibiendo sus regaños, ni siquiera de verle la cara.
—Usted no me manda.— Gritó.
—Claro que sí.— Esta vez la voz de Rumiko irrumpió el lugar, quién por todo el ruido había decidido salir a ver lo que ocurría.
Damar rodó los ojos al ver a esa mujer.
—Mientras esté viviendo aquí nos obedecerá.
¡Toc, toc!
La puerta del departamento de Mimi sonó.
La Tachikawa terminó de acomodar su falda rosa y luego caminó en dirección a la puerta para abrir, al hacer esto se encontró con su rubio novio.
—Yamato.— Mencionó su nombre.
—Hola Mimi.— La saludó— ¿Cómo amaneciste?
—Bien, mejor que ayer.— Respondió, se sentía con un leve dolor de cabeza, pero, no como ayer.
—Me alegro.— Contestó el rubio.
—Me sorprende verte aquí, supuse que estarías desayunando.
—¿E? Si, debería estar ahí.— Respondió Yamato— Pero, necesito hablar contigo.
—¿Hablar conmigo?— Cuestionó la castaña— ¿De qué?
—De algo que encontré ayer en tu habitación.— Contestó Yamato.
—¿Qué encontraste ayer en mi habitación?— Preguntó la castaña.
—Esto.— Respondió el rubio y de su mochila saco unas imágenes que Mimi al verla literalmente sintió que el alma se le iba del cuerpo, su respiración al instante comenzó a agitarse, su corazón a acelerarse, sus manos comenzaron a sudar— ¿Qué hacias con estas ecografías en tu habitación?
¡oh no!
En Instagram lo dije y no sé si lo dije aquí, en esta historia no todo es lo que parece todo puede cambiar de un momento a otro.
Personajes que odian pueden terminar amando y personajes que aman pueden terminar odiando jsjsjsjsj
También debo mencionar que cambié mis planes en cierta forma, algo dije en Instagram y yo le respondí a una persona algo, cosa que ahora ya no es tan así, no daré muchos detalles, solo diré que, todo puede pasar.
Por cierto, subí un especial de Kouji y Damar, se llama Addicted to you, trata de lo que ocurrió hace tres años con ellos dos, ese especial lo dividí en 2 partes, está publicada la primera parte, pronto subiré la segunda parte y a continuación de eso subiré un especial de Takeru e Hikari que también estará dividido en dos partes.
Sorato-Michi-TakariForever: Jsjsjs que bueno te gustara jsjsjsj ojalá sigas leyendo.
milrose: jsjsjs cuando me hacen comentarios así me siento realizada como escritora al trasmitir las emociones y sentimientos que sentí yo al escribir jsjsjsj si, es lamentable toda la situación entre los hermanos Tachikawa, ya veremos que ocurrirá, solo diré que, Damar va a colapsar. Si, llegó el momento de alentarla a ir de frente, sin importar lo que puede venir jsjsjsj ya veremos a que se deben esos mareos jsjsjssj Si, pobre Rika, pero, en parte es entendible la actitud de Takato, se enteró de todo. Si, Taichi es idiota, pero, le pasa por creer en la gente, ya veremos que ocurre con él. Ya verán que haré con Nene y Catherine jsjsjsj Todos queremos que Hikari le pegue a Catherine, ojalá algún día lo haga jsjsj Si, Zoe le dio un gran consejo, pero, ya veremos si lo toma o no. Disculpa si me demoro en actualizar, pero, algunas veces me cuesta redactar mis ideas jsjsj aún así, mientras pueda actualizaré, ojalá sigas leyendo y comentanto. Te mando un gran abrazo a la distancia.
mariacredenza02: Si, Rika se sintió mal, pero, en parte en entible que Takato haya reaccionado así, ya veremos que hará a futuro nuestro castaño. Si, Taichi se fue al chancho (como diríamos en mi país) pero, fue una etapa de su vida en la cual estab pérdido y no quería aceptar que por sus actos, su hermana cayó en aquello, ya veremos que ocurre ahora con Hikari. Ya veremos que ocurrirá con Takuya, su reacción fue entendible, se paso, pero, estaba decepcionado, ojalá no caiga mal, ya verán que viene para él jsjsjsj las dos son iguales, Nene y Catherine, son súper malas y tóxicas ya veremos como manipularán a Taichi jsjsjsj con respecto a los mareos de Mimi, ya verán a que se debe, a muchos les sorprenderá jsjsjsj Ya era hora que Koichi supiera la verdad y lo supo de la peor forma, aunque, esto es sólo el inicio, porque, él debe saber más, mucho, pero, mucho más, ojalá sigas leyendo y comentando. Te mando un gran abrazo a la distancia.
