~Días atrás~

~P.O.V de Damar~

Observé la ¿cabaña? ¿o mansión? no sé exactamente como decirle debido a su tamaño, bueno, evidentemente era una cabaña a las orillas de un lago, pero, era gigante, tenía cinco habitaciones apróximadamente con un gran balcón en la parte baja donde se veían algunos asientos. En interior la sala principal tenía una gran chimenea, tres sofás de terciopelo azul, una alfombra blanca, una mesa en centro de vidrio, las paredes eran cafés oscuras y habían unas escaleras grandes, además, de un pasillo que llevaba a dos habitaciones.

—Así que ¿está es la cabaña de los Minamoto?— Pregunté sorprendida, había escuchado que tenían propiedades grandes al igual que su casa, en otros lugares de Japón y fuera del país, pero, nunca las había conocido, ya que, si algo caracterizaba a esta familia es el hecho de ser privados en sus cosas, era muy extraño que alguna junta social se hiciera en una de las propiedades casas, cabañasm entre otras cosas, generalmente las celebraciones que hacen los Minamoto son en el gigantesco edificio de la empresa que ellos tienen, de vez en cuando recuerdo que Kouji y Koichi organizaron algún cumpleaños en casa de su padre, pero, no habrán sido más de dos veces y las comidas que algunas vez compartimos fueron en restaurantes, debo destacar que esto último fue hace muchos años antes de que nos fueramos a Estados Unidos, ya que, nuestros padres son amigos y socios.

Kouji me mira— ¿Por qué hablas como si te impresionara?— Preguntó— Tu padre tiene una cabaña igual de grande y tus abuelos también.

Bueno, eso era verdad, mi padre tenía una cabaña igual de grande aquí, en Nueva York y mis abuelos en Hawai tienen una similar, pero, eso no quita que este lugar me impresione— ¿Cómo no me va a impresionar si todos hablan de sus propiedades, pero, pocos la conocen en persona?

—Buen punto.— Respondió.

Suspiré.

Todavía no sé como acepté en venir.

¡Corrección!

En realidad si sé, venir hasta aquí era la única forma de librarse de la clínica.

—Apuesto a que trajiste mil veces a Zoe aquí.— No pude evitar comentar.

Si, sonó a celos y sé que Kouji está pensando en eso, porque, su sonrisa burlona lo dice, pero, no puedo evitar preguntarme aquello.

—¿Estás celosa?

Rodé los ojos— No.— Respondí.

Kouji simplemente negó con la cabeza divertido.

Suspiré.

Sin duda, no fue buena idea venir para acá, debí haberme tirado desde el último piso de la clínca.

—Eres la primera chica que traigo aquí.— Declaró el Minamoto.

¿Qué?

Levanté la mirada sorprendida.

—Claro, la única chica que no es de mi familia, porque, anteriormente había venido Rika, quién considero como mi prima.— Respondió Kouji.

Alcé una ceja, dudo que yo sea la única chica que ha traido hasta aquí.

—No me mientas ¿si?— Me crucé de brazos— Apuesto a que más de una vez te escapaste con una de esas fans locas que gustan de ti.

Kouji negó— ¿Tú crees que yo traería a una de esas chicas hasta aquí?

Buen punto, él no lo haría, eso lo harían los demás miembros de banda.

Suspiré.

—Aún así, no creo que sea la única.

Kouji rodó los ojos— ¿Tanto te cuesta simplemente aceptarlo?— Preguntó.

La verdad es que si.

Respiré profundo.

—Lo siento ¿si?

En vez de agradecerle le estaba recriminando por algo tan mínino, sin duda soy de lo peor.

~Fin P.O.V de Damar~

Kouji revisó su móvil que desde la clínica había permanecido en silencio, lo alzó.

—¿Ocho llamadas perdidas de Takuya?— Preguntó el oji-azul.

—¿De Takuya?— Cuestionó Damar sorprendida.

El Minamoto asintió— ¿Tú tienes?

La castaña llevó su mano hacia su chaqueta y prendió su móvil, cuando esto estuvo hecho se percató de que también tenía llamadas pérdidas pero no solo de Takuya.

—Hikari, Takuya, incluso Takeru me llamó.— Habló Damar y fue en ese momento en el que recordó que la castaña junto a su novia habían acordado en ir a verla.

—Deben estar preocupados por ti.— Comentó Kouji.

La castaña asintió— Como siempre dando más y más problemas.— Suspiró, en verdad se sentía mal.

—¿Qué tal si llamas a tu hermano?

—No estoy segura.

—Él quiere saber que estás bien.— Comentó el Minamoto.

—Lo sé y me gustaría llamarlo, pero estoy segura que me va a regañar por desaparecer, conociendome le voy a responder y terminaremos discutiendo, otra vez, algo que no quiero hacer.— Habló Damar.

Eso era un buen punto.

Kouji hizo una mueca, entendía esa situación, porque conocía a Takuya— Bueno, entonces lo llamaré yo entonces.— Dijo esto para luego marcar su número— Merece saber que estás bien ¿no crees?

Si, en eso tenía razón.

Damar asintió.

Kouji presiono el contacto y esperó de unos tonos el moreno respondió.

Hola.

—¿Por qué me llamas?— Preguntó Kouji directamente, ya sabía la respuesta, pero igual debía preguntar.

Kouji.— Takuya habló— Damar no está, me dijeron que le dieron el alta, pero no está en la clínica y tampoco ha regresado al internado.

—No te preocupes.— Respondió el Minamoto.

¿Cómo quieres que me preocupe?— Cuestionó el moreno evidentemente alterado— La dejé contigo y desapareció sin más ¿sabes donde está?

—Si.— Respondió Kouji.

¿Enserio?— Cuestionó el moreno— ¿Dónde?

Damar juntó sus manos— Por favor, no le digas donde estoy.— Le susurró.

Kouji asintió—No te puedo decir donde está, solo te diré que está bien y te reitero que no te preocupes.

¿Cómo quieres que no me preocupe si ella hasta hace unos días no estaba bien y ahora no está en donde debería estar?— Preguntó Takuya— Necesito verla, estoy preocupado, ni siquiera sé como está. Al menos necesito una explicación de...

Ella está bien.— El Minamoto lo interrumpió— Y si te digo que no debes preocuparte es porque en verdad debes hacerlo.— Suspiró— Tu hermana simplemente necesitaba un cambio de aire y yo la estaba ayudando, luego podrás hablar con ella, ahora preocupate por Mimi.

Pero, Kouji ¿por qué necesitaba un cambio de aire?

—Esta un poco estresada.— Respondió el menor de los gemelos— Y no necesita que las estreses más ¿si? Luego podrás hablar con ella.

¿Luego?— Preguntó Takuya casi en un grito desesperado— ¡Necesito ahora!

Kouji rodó los ojos, ya estaba sonando a melodrama del moreno lo mejor sería cortarlo—Adiós.

¿Cómo que adiós?— Cuestionó el moreno— No me cortes la llama...

Damar observó al Minamoto un tanto indecisa al no saber si reír o no por esto último— Creo que enserio quedó enfadado.

El Minamoto asintió— Bueno, al menos ya sabe que estás bien, es lo importa.

—Gracias.— Fue lo único que pudo decir.

—Ven, vamos arriba, te llevaré a tu habitación.

Damar asintió.

Sin decir más ambos subieron las escaleras para llegar a unas puertas Kouji abrió la primera— Ven, quedate aquí.

La castaña observó a su al rededor, esa habitación era gigante tenía una cama de dos plazas, un pequeño sofá, un armario contra la pared gigantesco y una gran ventana— Wow, esta habitación está genial.

—Esta habitación es la que utiliza Rika cuando viene para acá.— Comentó Kouji.

—¿Enserio?— Preguntó Damar.

El Minamoto asintió, a pesar de ser solo su "sobrina" su padre, Kousei siempre le había brindado algunas cosas como estas a Rika, porque su hijo -él- se lo podía, ya que cuando se presentaba la ocasión de salir o algo así, siempre la invitaba, era su prima y aunque no siempre lo admitiese en voz alta, la pareciaba demasiado.

La castaña observó el lugar, era hermosa y grande esa habitación, sería agradable estar ahí.

—¿Y la tuya?

—Es esa de allá.— Kouji señaló el pasillo y Damar al voltear se percato que la habitación estaba a una distancia razonable— Si necesitas algo no dudes en pedirmelo.

—Gracias.— Damar se mordió el labio inferior y observó el lugar.

—Te dejaré para que te acomodes.

Así fue como el Minamoto salió del lugar y la castaña depositó su bolso sobre la cama, respiró profundo, en verdad estaba agotada, el viaje había sido bastante largo.

Buscó en su chaqueta su móvil y lo revisó tenía llamadas perdidas. Hizo una mueca, era obvio que estarían preocupada por ella, pero la verdad de las cosas es que no quería hablar con nadie por el momento. Así fue como prácticamente pasó de todas las llamadas y mensajes, y suspiró, en verdad se sentía agotada, mal, triste, por todo, por su hermana, por la situación de su sobrina y sobretodo por la situación que estaba viviendo al no poder hablar de lo que se había enterado de Rumiko y su madre.

Pasó su mano por la pantalla de su móvil y abrió la galería.

No quería ser masoquista, pero era inevitable no ver ese video.

Rumiko y su madre jalaban de sus cabellos, peleaban, no se escuchaba lo que decían, pero, evidentemente estaban gritando. En un minuto dado, la madre de Rika lanzó a Satoe fuertemente contra la pared y su madre cayó al suelo, la cortina de la sala cayó sobre la chimenea y el cadaver de Satoe se comenzó a incendiar.

Una lágrima apareció en sus ojos seguida de una segunda, una tercera, una cuarta y muchas otras más, literal su rostro se empapó en lágrimas.

—¡Hey! ¿Qué te sucede?— La voz de Kouji la sacó de sus pensamientos.

—¿E?— Balbuceo Damar— Na-nada.— Respondió intentando rápidamente secar sus lágrimas, enserio detestaba sentirse débil, muchos más llorar, pero era imposible, era como si todo hubiese desembocado ahora, cuando su madre había muerto Keisuke no la había dejado llorar tranquila, literalmente la había obligado a tragarse toda la pena y angustia, tuvo que seguir hacia adelante cuando apenas era una niña sola, en un internado que ya conocía, pero que de un momento a otro se volvió una pesadilla al recordar que al salir no tendría a la persona más importante de su vida.

El Minamoto se acercó y observó el móvil.

Aquel video.

¡Rayos!

—¿Estás viendo ese video?

Damar asintió— S-si.

Kouji suspiró.

¿Cómo rayos podía decirle que no lo hiciera sin ser brusco?

—Damar, no creo que sea buena idea que lo veas.— Musitó— No te hará bien.

—¿e? S-si, lo sé, es solo que lo vi nuevamente y pues, no sé fue de manera inconsciente, no es que haya querido.— Dijo esto antes de dejar su móvil en su mesa de noche— ¡Hey! ¿Qué era lo que me querías preguntar?

Y fue en ese minuto que lo recordó.

—Te venía a preguntar si tienes hambre. Podemos pedir algo para cenar o preparamos algo, aunque ya te digo que sigo siendo pésimo para la cocina.

La castaña hizo una mueca, ella más que nadie sabía la mala suerte del oji-azul en la cocina.

—No gracias, no tengo hambre.— Respondió antes de abrir su bolso y comenzar a buscar algo.

—¿Segura?

Damar asintió— Segura.— Contestó— Aunque no estaría mal que me dijeras donde está la cocina, quiero tomar agua.

—A pues, queda al lado izquierdo de la escalera.

¡Bingo!

Pensó al encontrar lo que buscaba y sacó de su bolso una caja con paracetamol.

—¡Hey! ¿Qué haces?— Preguntó el Minamoto al darse cuenta de esto.

—Voy a tomar una pastilla.— Respondió la castaña— Me duele un poco la cabeza.

—¿Pastilla?— Cuestionó Kouji—Damar, no debes...

—¡Hey! No te preocupes, no es sedantes, ni ansiolíticos, solo es paracetamol.— Contestó Damar.

—Olvída que tomarás eso, ya escuchaste a Thomas, no puedes tomar ningún medicamento.— Habló el Minamoto.

—Pero, Kouji, me duele la cabeza.— Respondió la castaña.

—Se te pasará solo el dolor.— Contestó el oji-azul y se acercó a la chica para quitarle la caja con paracetamol.

—Lo dudo, hace años no estoy tanto tiempo sin consumir sustancias ¿acaso no has visto mi pulso?— Alzó su mano.

—Vas a tener que aprender a abstenerte.— Respondió el Minamoto.

Damar se mordió el labio inferior y suspiró— Enserio vas a matarme, entiendo que me alejes del alcohol y de las drogas, pero no de los medicamentos simples como este.

—Bueno, si queremos vencer su adicción debemos empezar de raíz.

Damar suspiró, en verdad necesitaba ese medicamento, su cabeza iba a explotar y su cuerpo temblaba al estar tanto tiempo sin sustancias. Sin embargo no quería insistir, después de todo, el Minamoto lo estaba haciendo por su bien y estaba siguiendo las indicaciones de Thomas, que eran muy ciertas.

Después de todo, su adicción había comenzado así, por pequeñas dosis de paracetamol, seguida de ansiolíticos y finalmente desembocada en miles de gramos de éxtasis.

Sin embargo, no sabía si sería tan fácil.


Damar observó el techo sin saber que hacer, apenas podía dormir, por más que intentaba cerrar sus ojos no lograba conciliar el sueño.

Suspiró.

No le gustaba sufrir de insomnio, pero no le sorprendía que estuviese así, finalmente, lo que más había hecho en la clínica fue dormir y quizás su cuerpo lo sentía agotado por el viaje hasta ahí, sin embargo, luego de haber estado un par de horas ahí ahora se sentía más liviana.

Se levantó de la cama y acomodó sus pantunflas en sus pies para luego salir de la habitación, caminó en dirección hacia las escaleras, pero algo llamó su atención. La habitación de Kouji estaba abierta y él no estaba dentro.

Alzó una ceja sorprendida.

¿Donde estaría?

Volteo hacia la escalera y se dispuso a bajar.

Cuando llegó al primer piso algo llamó su atención o mejor dicho alguien.

Kouji se encontraba frente al gran ventanal que brindaba la vista hacia la laguna.

—¿Kouji?— Lo llamó.

El chico volteo hacia ella—¿Qué haces aquí?

—No puedo dormir.— Respondió Damar.

—¿No estabas cansada?

—Lo estaba, pero el dolor de cabeza y las ganas de consumir sustancias me vence, no pude cerrar ojo.— Musitó la castaña— Por más que lo intenté no logré conciliar el sueño.

—Ya me lo imaginaba.— Respondió Kouji, conocía muy bien ese tipo de adicciones y la castaña llevaba bastante tiempo sin ellas, era comprensible, sin embargo él se encargaría de que esto continuara siendo así, tanto así que había sacado el botiquín de emergencia y había tirado a la basura todas las pastillas y medicamentos.

—¿Y tú?— Preguntó la castaña— ¿Tampoco puedes dormir?

Kouji simplemente suspiró— No.— Contestó— La verdad es que no tengo sueño, ni estoy cansado.

Damar dirigió su mirada hacia el ventanal frente a ellos, la vista era hermosa, se podía ver todo el cielo estrellado de aquella noche y la media Luna que se reflejaba en el lago— Es linda la vista.— No pudo evitar comentar.

—¿Te gusta?

—Si.— La castaña asintió— Es mejor que la de clínica al menos.

—¿Al menos?

—Bueno, mejor que muchas otras.— Corrigió la castaña.

Sin duda era hermoso ese lugar, la vista era admirable.

Damar tomó junto a Kouji y ambos observaron el ventanal.

—¿Mañana irás a clases?— Preguntó la castaña.

—No.— Respondió el Minamoto—Mañana es festivo, así que no tenemos clases.

—Ups, se me había olvidado ese detalle.— Musitó la castaña—Que mala suerte para ti tener que desperdiciar ese día conmigo, así como también lo ha sido tu fin de semana.

—¿Por qué dices eso?

—Porque es verdad.

—Para mi no es un problema estar contigo, ya te lo he dicho.

—Si, me lo has dicho, pero dime ¿no preferirías hacer cosas mejores que estar al pendiente mío? Algo así como salir a otro lado que no sea el internado o descansar.

—Bueno venir a este lugar son como vacaciones ¿sabes?— Comentó el Minamoto— Hace tiempo no venía.

Damar volteo hacia él y lo observó atentamente, la luz de la Luna se reflejaba en sus ojos azules provocando que brillaran, era increíble. Se mordió el labio inferior, siempre había amado la mirada azulada de Kouji, desde que eran pequeños. Y curiosamente le gustaba mucho más que la de Koichi.

¿Más que la de su gemelo?

Si, sonaba extraño, pero eso era lo que más los diferenciaba a esos dos, o al menos para ella, porque cuando había conocido a Kouji sus ojos había sido lo primero que examinó en él y esa mirada del Minamoto había quedado grabada en su memoria, luego con Koichi había sido algo similar y curiosamente uno tenía los ojos más profundos que el otro.

—¿Y por qué no?— Preguntó la chica— Este lugar es hermoso y lujoso, tiene un lago, está aislado, muy solitario, tranquilo y tu amas todas esas características ¿no?

—Si.— Respondió Kouji— Pero desde que entramos a clases no se me había presentado la oportunidad de venir.— Volteo hacia ella— Hasta ahora.

¿Eso era algo bueno? ¿o algo malo?

Considerando que ese lugar era increíble podría tomarse como algo bueno, sin embargo, que fuese por su situación era algo malo.

Bueno, fuera como fuera, ella debía estar feliz y agradecida por aquel gesto.

—Kouji, yo...—Damar se detuvo antes de hablar, bajó la mirada y suspiró— En verdad agradezco esto que estás haciendo por mi, en general todo lo que has hecho hasta este momento, en todos los sentidos, yo simplemente he sido un dolor de cabeza para todos con mi adicción y mi comportamiento, pero tú te has mantenido conmigo a pesar de todo.

—No tienes que agradecerme.— Respondió el Minamoto, en verdad le gustaba pasar tiempo con ella, aunque eso implicara dolores de cabeza para él, sonaba extraño, si. Pero con ella todo era...

diferente

Siempre lo había sido.

—Si debo.— Respondió la castaña— En estos días simplemente he fastidiado a todos a mi alrededor, a aquellas personas que me quieren y se preocupan por mi, algo que no debí hacer porque finalmente nadie...—Se detuvo al recordar lo que diría a continuación. Suspiró— Nadie es culpable de lo que ocurrió.

Kouji hizo una mueca ante esto, ya que no era necesario que la chica le diera muchas explicaciones de aquella situación, finalmente ya le había dicho todo en la clínica— En eso tienes razón, nadie tiene la culpa.— Respondió— Pero tu comportamiento es algo lógico ¿no crees? Cualquiera hubiera reaccionado así al saber aquella verdad.

Damar tragó saliva ante esto y simplemente mantuvo silencio, bajó la mirada, no le gustaba recordar ese detalle, pero era imposible olvidar aquello— Lo más lógico hubiera sido no actuar tan precipitadamente como lo hice.

—Puede ser.— Musitó el chico— Pero fue a raíz de que lo hayas ocultado.

La castaña asintió.

—Aunque aún no entiendo como rayos te has guardado esto todo este tiempo.— Habló el Minamoto— Entiendo que con Takuya las cosas no estuvieran bien, pero no debiste quedarta callada con algo como esto.

—Lo sé.— Damar suspiró, finalmente por guardar muchos las cosas había colapsado, cosa que no estaba bien— Pero fue imposible, simplemente no supe que hacer o que decir, se estaban juntando muchas cosas en la vida de mis hermanos y la mía que no me dejaron decir la verdad.

Kouji observó atentamente la chica.

—Y creo que todavía no sé como lograré decirles luego de todo lo que ha ocurrido, ni siquiera sé como afrentar esta situación.— Nuevamente habló Damar—Saber que mi madre murió por culpa de...—Suspiró— Rumiko no es algo que me guste saber, al contrario, si pudiera eliminaría ese recuerdo de mi mente.

—No es para menos.— Comentó el Minamoto, finalmente algunas veces ignorar algunas situaciones era lo mejor para poder vivir mejor.

—Se suponía que era la mejor amiga de mi madre, pero que resultó ser amante de su esposo...—Suspiró— Mi padre.

Kouji se mordió el labio inferior ante esto y simplemente guardó silencio, la chica evidentemente estaba sufriendo su rostro lo decía y no era para menos, saber que tu madre fue asesinada por alguien tan cercana a ella y que además fue engañada no debía ser algo agradable.

—Y también resulta que mi padre no la amaba como él decía.— Habló la castaña— Según él, mi madre era la mujer perfecta para él, la única que había querido en verdad y que no lastimaría. Pero todo terminó siendo una farsa.— Unas lágrimas silenciosas cayeron por sus mejillas— Él nunca la quiso, pero luego de su muerte se llenó la boca diciendo que su mundo se había destruido por su ausencia.— Llevó sus manos hacia su rostro— Y peor, saber que el idiota de Ryo saca provecho de esta situación no mejora la situación.

Kouji apretó el puño ante esto al escuchar esto.

Enserio era molestoso y fastidiante saber que Ryo seguía haciendo de las suyas sin importarle los demás, arruinando sus vidas de manera directa o indirecta.

Por cada día que pasaba, Ryo se volvía más despreciable y él ya no estaba dispuesto a seguir soportandolo.

Volvió su atención a la castaña quién limpiaba sus ojos con la mangas de su chaqueta.

El Minamoto suspiró, por un momento la imagen de Damar de nueve años llorando al haber perdido a su madre apareció frente a sus ojos, cosa que no le gustaba en lo más mínimo, ya que aún recordaba la impotencia que había sentido al no poder hacer algo para que se sintiese mejor.

Suspiró.

Tristemente ahora estaba casi en la misma posición, sin embargo, no estaba dispuesto a simplemente verla de esa forma, quería estar con ella, apoyarla y darle más de lo que antes no le había dado.

Se acercó a ella y acarició su mejilla secando sus lágrimas.

—Tranquila.— Habló el chico— Pronto encontraremos una solución a todo este problema.

—¿Y si no la encontramos?

Era una posibilidad, ya que la situación era compleja, pero no podía ser tan pesimista ante esa situación. Él no era de esas personas que acostumbraba a decir "Todo estará bien" porque siempre esa afirmación le pareció dudosa, sin embargo, Damar debía estar bien a futuro, no preocuparse por algo del pasado, podía sufrir, sin duda, pero no quería que por eso cayera.

—La vamos a encontrar.

—Lo veo imposible.

—Bueno, aunque así fuera, tú debes estar bien.— Habló el chico— Y por eso estamos aquí.

"Estar bien"

Eso era algo difícil, sin duda, porque por más que intentaba ser fuerte y no derrumbarse ante aquella situación era difícil.

—No quiero llorar más.—Habló Damar en un susurro— Pero es imposible.

Kouji acarició su rostro y secó nuevamente sus lágrimas, para luego acercarse a ella y abrazarla.

Si, abrazarla.

Él no era de dar abrazos, pero extrañamente Rika y Damar lograban sacarle ese lado, que ni él conocía.


Kouji se removió levemente entre sueños al sentir algunos rayos de luz.

Abrió los ojos.

Observó a su al rededor, ya era de día y el Sol brillaba directamente contra la venta iluminando todo el lugar, reflejandose en el agua del lago.

Bajó su mirada hacia donde estabn y su mirada se clavó en la chica que yacía durmiendo junto a él y recordó la conversación de anoche, ni cuenta se había dado cuando ambos habían cedido al sueño. Kouji obersó atentamente a la castaña, se veía tranquila de esa forma, bastante pacífica, sin preocupaciones o tristezas como había estado el día anterior. Le agradaba verla así.

Observó a su al rededor, no sabía que era hora era, pero por la forma en que brillaba el Sol probablemente era casi medio día.

Volvió su mirada hacia la chica y se dispuso a levantarse sin hacer ruido, de una manera cautelosa para no despertar a la castaña, sin embargo, no habrán pasado más de cinco segundos cuando la Tachikawa se removió entre sueños.

¡Oh no!

Pensó.

No quería molestarla.

Observó atentamente a la chica esperando que se mantuviera durmiendo, mas los ojos de la castaña se abrieron y la luz del Sol se reflejo en su ambar mirada.

—¿Kouji?— La chica frotó sus ojos.

—Hola.— Saludó el Minamoto.

—Hola.— Respondió la castaña y luego de unos segundos se silencio se incorporó sobre el sofá—¿Qué ocurrió? ¿Nos quedamos dormidos?

El chico asintió.

—No me di cuenta cuando ocurrió.

—Yo tampoco.—Respondió el Minamoto, solo recordaba haber acariciado su cabello mientras ella permanecía acostada en su regazo y en un minuto perdió la consciencia, lo único que sabía era que había dormido bien, para estar simplemente en un sofá, ya que no había despertado a media noche y nada lo había incomodado.

Damar pasó una mano por sus pestañas y parpadeo un par de veces, luego ordenó su cabello que estaba suelto.

—¿Qué hora es?

—No lo sé.— Respondió el Minamoto y observó su reloj de pulsera—Son las ocho.

—¡Vaya! Es bastante temprano.— Musitó la castaña amarrando su cabello en una coleta alta.

Kouji observó atentamente a la chica, era increíble ver como la luz del sol se reflejaba en sus ojos, no eran claros, ni de un color en particular, pero se veían increíbles.

—¿Quieres desayunar?

Damar asintió y sin decir más ambos se dirigieron hacia la cocina.

—¿Qué quieres para desayunar?

—Algo no muy sofisticado.—Comentó Damar— Mira que a mi se me quema hasta el agua.

—Ya somos dos.—Si había algo en lo que en realidad no tenía talento eso era en la cocina, a diferencia de Koichi, él enserio cocinaba mal.

—¿Te parece avena con yogurt?

—No me gusta la avena.

—Verdad, se me había olvidado que tanto Rika como tú no comen avena porque son alergicos.

Kouji asintió.

—¿No te parece curioso?

—¿Qué cosa?— Preguntó el Minamoto.

—Que ustedes siempre creyesen que esa alergía era algo genético.

—Hay muchas cosas que siempre pensé que eran genéticas con Rika, pero ahora creo que simplemente son mera coincidencia.— Respondió Kouji— Tristemente.

Eso era un buen punto, finalmente habían cosas similares entre ambos, como el caracter, que no se podía heredar genética o por el ADN, pero ambos eran similares, demasiado. Pero era demasiado curioso el hecho de que tuvieran la misma alergia con Kouji o la misma marca de nacimiento con Koichi en su brazo.

—Ya que mencionamos a Rika, dime ¿qué crees que hará su madre cuando vea que no estás?

—Probablemente le preguntará a mis hermanos.— Respondió Damar— Y a mis amigas, pero llamaré a Mimi para hablarle de esta situación y me cubra al menos por hoy.— Suspiró— Ya veré como me zafo de Rumiko después.

—Yo sé como ayudarte con eso.

—¿Enserio?

Kouji asintió.

—¿Cómo?

—¿Confías en mi?

Damar alzó una ceja— ¿Qué?

—Respondeme ¿confías en mi?

—Claro que sí.

—Bueno entonces cuando lo tenga listo te diré.— La verdad de las cosas era que no tenía nada en mente, así que necesitaba tiempo para pensar.

—Está bien.— Musitó la castaña pasando una mano por sus ojos, el día anterior no había retirado su maquillaje.

¡Rayos!

—Permiso, iré a lavar mi rostro.— Comentó antes de salir de la cocina, pero luego recordó algo.

Debía llamar a Hikari.

No quería que Rika se enterase de donde estaba y la única forma de impedirlo era llamando a la Yagami.

Rápidamente sacó su móvil.

Lo mejor sería llamarla, fue así como marcó su número y luego de unos tonos la castaña respondió.

¿Hola?— Habló Hikari—Damar.

—Hola Hikari.— La voz de su amiga se escuchó al otro lado.

Me alegra escucharte.— Comentó la Yagami— Te estuve llamando varias veces.

—Si, me di cuenta, disculpa por no contestar.— Respondió Damar.

No te preocupes lo importante es que ahora me llamas de regreso.— Contestó Hikari— ¿Qué ocurrió contigo? Ayer Takeru y yo fuimos a ver como estabas, así como te lo había dicho el día anterior, porque queríamos verte.

—Si lo sé, lamento mucho no haber estado ustedes fueron, pero se me presentó un inconveniente y tuve que irme.— Respondió Damar.

¿Dónde estás?— Preguntó Hikari preocupada— Ayer nadie sabía donde te encontrabas, Takuya estaba preocupado, nosotros también.

—Disculpenme Hikari, no quería darle más preocupaciones.— Respondió Damar—Pero tuve que irme de la clínica y no pudo regresar al internado por Rumiko.

¿Por Rumiko?

—Si.— Respondió Damar.

¿Por qué?— Preguntó Hikari.

Damar guardó silencio unos minutos y luego suspiró, el día anterior no había querido llamar a nadie, porque sabía que le iban a preguntar la razón de su escapada cosa que no quería hacer, sin embargo, ahora había llamado a su amiga y entendía que ella quería saber lo que ocurría, y pues, debía hacerlo. Lo bueno era que Hikari era una chica de fiar, sabía guardar secretos y confiaba en ella, sus años de amistad respaldaban su confianza en ella.

—Hika, te voy a confiar algo, pero tú no se los digas ni a mi hermano, ni a Mimi y mucho menos a Rika.— Habló Damar.

La Yagami alzó una ceja— ¿Por qué?—Preguntó sorprendida— ¿Qué ocurrió?

—Rumiko me quería enviar a una clínica psiquiatrica.

¿Qué?— La castaña no pudo evitar alzar la voz sorprendida ante esto— ¿Una clínica psiquiatrica?

—Si, a una clínica psiquiatrica.

Pero, tú no estás loca.— Comentó Hikari— ¿O si?

—¿Cómo crees? Claro que no.— Respondió Damar— Rumiko simplemente quiere fastidiarme luego de lo que ocurrió el otro día, pero Kouji me ayudó a librarme de ese castigo.

¿Kouji?— Preguntó la Yagami— ¿Estás con él?

—Si.— Contestó la chica del otro lado— Estoy con Kouji.

¿En donde?— Cuestionó Hikari.

—En otro momento te contaré.— Habló Damar— Por el momento te llamo para decirte que estoy bien, vi tus llamadas y la verdad es que no quería preocuparte más, no me pasó algo grave, dentro de lo que puede decir salud, sin embargo, no estoy de condiciones para regresar por el momento.

Entiendo.— Respondió la Yagami, en su lugar probablemente hubiera hecho lo mismo— ¿Necesitas algo? Ropa, dinero o algo así.

—No, no te preocupes, tengo todo.— Contestó Damar— Al menos tengo ropa para dos días.

Si necesitas algo no dudes en pedirmelo.

—Gracias Hikari.— Respondió la hermana de Mimi— Disculpame, pero te tomaré la palabra en este mismo instante.

¿A si?

—Necesito que Rika no se entere de esto.

¿Qué?— Preguntó Hikari sorprendida de aquella declaración, se suponía que la Nonaka era su mejor amiga ¿no? Era extraño que no quisiera decirle que estaba fuera y más encima con Kouji, finalmente Rika era fan número uno de esa pareja— ¿No quieres que lo sepa?

—Por el momento no.— Respondió Damar— Sé que es mi amiga, pero no quiero agobiarla con este problema que tengo con su madre.

Eso era un buen punto, Rika no tenía buena relación su madre, si se enteraba de aquello había una gran posibilidad de que discutieran.

Está bien.— Respondió Hikari— Yo me encargaré de que no lo sepa.

—Gracias, amiga.

No hay de que.— Contestó la Yagami— Lo importante es que ahora tú estés bien ¿si? Ojalá te recuperes del todo y estés bien.

—No estoy segura de que lo pueda hacer, pero lo intentaré.— Habló Damar.

Bueno sea como sea no dudes en llamarme si necesitas a alguien.

—Lo haré Hika.— Declaró la Tachikawa del otro lado.


Luego de aquel desayuno tan...¿Simple? ¿Sencillo? y sorprendentemente bueno, si, sorprendentemente ¿por qué? Porque si algo los caracterizaba a ambos era no saber cocinar (Recapitulando) Luego de aquel desayuno la mañana fue bastante tranquila, cada quién se duchó y se arregló en su respectiva habitación sin mucha interacción hasta que más o menos a las dos de la tarde que fue el momento en almorzar lo cual fue toda una travesía, habían pedido delivery, pero había sido todo un caos para Kouji esperar a que la castaña por fin se decidiera por uno, luego de eso ambos se quedaron en la sala principal y literalmente, cada quién se lanzó sobre un sofá para observar su móvil.

—Me pregunto quién tendrá más llamadas de Takuya.— Comentó el Minamoto.

Y Damar volteo hacia él y sonrió, mostró su pantalla— Lo mío son veinte llamadas junto a treinta mensajes.— Musitó. Gracias al cielo en ese lugar no tenían buena señal y habían llamadas que ni siquiera alcanzaban a entrar, pero llegaban mensajes en el buzón.

Kouji sonrió de lado— Bueno, pues, los tuyos son más llamadas y mensajes debido a la preocupación.— Musitó— Mientras que los míos son cuarenta mensajes de amenaza.

Damar rió— ¿Amenaza?

—Para que no toque a su inocente y pequeña hermana más de la cuenta.— Contestó el Minamoto.

La castaña no pudo evitar reír ante esto, era gracioso, pero sabía que Takuya aún la miraba como una niña, porque no sabía ciertos detalles de su vida privada, y aunque así fuera, sus celos eran mucho mayores.

—No le voy a responder.— Comentó Kouji— Inclusive voy a apagar mi móvil.— La batería estaba súper baja y no había traido cargador, cosa que no le podía pedir a la castaña, ya que él tenía un Iphone y ella tenía un Samsumg, no tenían la misma entrada.

—Tampoco yo.

Kouji observó a la castaña— Deberías hacerlo, él está preocupado y es tu hermano.

—Lo sé, lo sé, pero tú sabes como él, terminaremos discutiendo yo no quiero eso.— Respondió la castaña— Lo que más odio es pelear con él.

—Entiendo, pero deberías considerarlo.— Musitó el oji-azul, aunque, bueno si lo pensaba él también estaba haciendo algo mal. Tristemente estaba ignorando a Koichi, pero esto se debía a otra causa, ya que el Kimura lo estaba buscando con el fin de aclarar esa conversación del otro día y no sabía si estaba listo para eso.

Damar suspiró, no quería discutir con Takuya, pero tenía mucha curiosidad por saber como estaba su hermana— ¿Sabes? Muero por saber como está Mimi.— Musitó y se incorporó sobre el sofá— La voy a llamar.

—¿Le dirás todo?

—Pues...—Se mordió el labio inferior— No, no todo, pero si le diré que tuve que irme por una razón justificable y que esté alerta por si Rumiko le pregunta.

—Bueno, en ese caso, te recomiendo llamar desde arriba, aquí abajo no hay muy buena señal.— Comentó el Minamoto.

—Pero aquí llegan algunas líneas.

—Si, pero son muy endebles, no te servira.

Damar asintió— Está bien.—Respondió antes de levantarse, caminar en dirección a las escaleras y subir.

Fue así como al llegar arriba, buscó el número de su hermana y la llamó.


Kouji hizo una mueca al percatarse que efectivamente no había ningún cargador de móvil que le fucionara en aquel gran mueble de la sala principal. Suspiró, no sabía como rayos iba a estar sin él. Bueno, tampoco era como si dependiera mucho de él, después de todo no era muy fanático de las redes sociales o esas cosas, pero considerando que estaban lejos debía estar conectado con el mundo exterior ¿no?

Fue así como se dispuso a subir al segundo piso.

Por cierto, ya habían pasado varios minutos desde que la chica había subido, era bastante tarde.

Al llegar arriba observó a su al rededor y se encontró a la chica frente a una gran ventana observando atentamente su móvil mientras lágrimas caían por su rostro.

No dudó en acercarse a ella y al divisar la pantalla no pudo evitar preguntar—¿Por qué sigues viendo ese video?

Damar ante esto volteo hacia él sorprendida e hizo una mueca— Kouji.— Pronunció su nombre— ¿E? Y-yo, lo siento, pero me es imposible no verlo.— Respondió.

—Si lo sigues viendo seguirás mal.— Habló Kouji seriamente.

Damar suspiró— Lo sé.— Bajó la mirada— Sin embargo aunque intento y reintento no logro hacerlo.

Era como si una corriente magnetica la atrayera a ver ese video.

O quizás una obsesión.

Kouji suspiró, no iba a negar que comprendía la situación, porque después de todo, la asesinada en ese video era su madre. Sin embargo, por más que fuese importante a ella no le hacia ben seguir viendolo, al contrario, habían venido hasta ese lugar para hacerla sentir mejor y ese video arruinaba todo.

Kouji le arrebató el movil.

—¡Hey! ¿Qué haces?

—Te quito tu móvil.— Respondió el Minamoto— Dijiste que te es imposible dejar de ver este video ¿no? Bueno, entonces para que no se te haga difícil te dejaré sin móvil unos días.

—¿Estás loco?— Preguntó Damar— ¿Cómo quieres que viva sin mi móvil? ¿Quieres que muera?

—No seas exagerada.— Comentó Kouji— No creo que mueras por estar sin él, al contrario, creo que te hará bien, así te desconectas de todo.

—No es justo.

—Vinimos aquí que estuvieras bien ¿no?

—Si, pero ver mi movil no me hará mal.

—El móvil no, pero lo que ves con él si.

—¡Ay, vamos!— Damar rodó los ojos— Eso si exagerar.— Alzó su mano en dirección al móvil para agarrarlo, pero Kouji alzó más su brazo evitando que lo agarrase— Por favor, pasamelo.

—No.

La castaña intentó nuevamente agarrar su móvil y se tuvo que levantarse en puntillas porque tristemente era unos cuantos centímetros más baja que él.

—Dame mi móvil.

—No.

—Si.

—No.

Damar suspiró— ¿Qué tengo que hacer para convencerte?

—Nada, no te lo daré.— Respondió el Minamoto.

—Si.

—No.

La castaña rodó los ojos y se alzó más en puntillas para agarrarlo— Por favor.

—No.

Damar se acercó más al oji-azul y se estiró más intentando alcanzar el móvil, pero fue imposible. Kouji era más gran que ella.

Fue en ese momento en el cual el Minamoto se dio cuenta de lo cerca que estaban los labios de la chica de los suyos, su respiración estaba sobre su rostro y su aroma a fresa comenzaba a hipnotizarlo.

Se mordió el labio inferior, no quería colocarse nervioso, pero era imposible. La cercanía con aquella chica siempre era algo peligroso para él.

—Por favor, devuelvemelo.— Habló nuevamente Damar— No tengo nada más que hacer aquí.

—Claro que tienes.— Respondió el Minamoto— Hay muchas cosas que hacer en este lugar.

—¿Cómo cual?


Damar observó atentamente el lago y literalmente quedó sorprendida ante el pequeño muelle que había en él con motos de agua, botes con remos para dos personas, un velero, unas bicicletas de agua de dos personas.

—Retiro lo dicho.— Comentó la castaña— Tienes razón hay muchas cosas.

Kouji asintió, algo bueno de ese lugar eran todas esas adquisiciones que tenía su padre, tampoco es como si él fuera fanático de esas actividades, pero en verano eran mejor que estar todo el día sin hacer nada.

—Utilizamos el velero o kayak.

—Prefiero el velero.— Respondió Damar—Quizás no haya mucho viento, pero nunca aprendí a utilizar los remos.

—¿Enserio?— Preguntó Kouji sorprendido— ¿Tú? ¿La chica que ama los deportes? ¿Nunca aprendió?

—Nunca me gustó admitir esa derrota, pero es la verdad.— Respondió la castaña— Así como nunca aprendí las normas básicas de ese deporte aburrido que tu prácticabas.

—Bueno más que un deporte es una disciplina y no es aburrido.— Habló Kouji mientras subía al velero.

—Para ti.— Contestó Damar— Porque para mi si lo es.

—Porque eres muy inquieta y para practicarlo necesitas tener dominio propio.— El Minamoto le extendió la mano para ayudarla a subir.

—Algo que no tengo.— Damar tomó su mano y subió al velero.

—No dije eso.

—Pero lo piensas.— Habló la castaña— Y no te culpo, tan solo mírame, soy un desastre, apenas llevo aquí dos semanas y ya te he causado problemas, imagínate cuando lleve dos meses, vas a estar muerto por mi culpa.

Kouji alzó una ceja ante esto un tanto indeciso sin saber si reír o no ante aquello, Damar alguna veces podía decir cosas que le causaban gracia, pero sabía que las decía muy enserio.

—No creo que muera por tu culpa.

—Pues yo creo que si.— Contestó la castaña— Solo causo problemas.

—¿Otra vez con lo mismo?— Kouji rodó los ojos.

—Es la verdad.— Respondió Damar— Y deberías admitirlo, solo doy problemas.

Kouji suspiró— No, pero aunque así lo fuera ya estoy acostumbrado a estar involucrado en problemas por culpa de tu hermano.

—Buen punto.— Damar no pudo evitar recordar algo— ¿Recuerdas cuando éramos pequeños y Takuya rompió una ventana de la primaria y terminaste involucrado en eso?

—Ni me lo recuerdes.— Habló el Minamoto— Las consecuencias no fueron muy agradables.

—Para nada.— Rió la castaña— Sin duda Takuya y yo sabemos como fastidiar.

—Si, pero a la vez no.— Contestó el oji-azul— Al menos tú eres agradable.

Damar sonrió de lado— ¡Wow! Kouji Minamoto ¿dandole un cumplido a alguien? Eso no sucede todos los días.

El chico rodó los ojos— Muy graciosa.— Ironizó.

Ambos rieron y Kouji pasó su mano por el lago para lanzar un poco de agua al rostro de la chica.

—¡Hey!— Damar reclamó levemente entre risas e hizo lo mismo para lanzar agua hacia el Minamoto— No le tires agua a mi cabello, mira que bastante me demoro en alisarlo.

El oji-azul negó con la cabeza, en verdad nunca entendería a las mujeres, siempre tenían criticas con respecto a su aspecto físico, Takuya siempre lo decía, en verdad eran de otro mundo, algunas se teñian el cabello, las que lo tenían con ondas lo alisaban y viceversa, otras maquillaban su rostro, quedando literalmente todo lo contrario a como eran naturalmente, cosa que en general no colocaba mucho atención, sin embargo, en este caso era diferente, porque siempre le había gustado ver el rostro de la chica de manera natural con su cabello de vucles, ya que le recordaba cuando la había conocido.

—No entiendo porque ustedes, las mujeres, pierden tanto tiempo en arreglarse.

—Porque nos gusta vernos bien.

—Pero ¿es necesario que tengan que arreglarse tanto?

—Claro, solo así chicas como yo, llaman la atención de chicos como tú.

—Bueno si nos basamos en eso no creo que sea necesario, tú de cualquier forma te ves bien.— Musitó el Minamoto.

—¡Wow! Segundo cumplido que me das Kouji.— Comentó Damar— Enserio me asustas ¿estás seguro que amaneciste bien?

El Minamoto rodó los ojos— Mejor dejemos de hablar y colocate el chaleco salvavidas, no quiero que te ahogues si caes al agua.

La castaña observó atentamente un chaleco salvavida y alzó una ceja— ¿Sabes? No estaría malo que me ahogara, morir siempre es opción en esta vida.

Kouji volteo hacia ella— Supongo que es broma lo que me dices.

—No, es la verdad, morir siempre es opción.— Comentó Damar.

—No creo que lo sea.— Musitó el Minamoto y en un movimiento el velero comenzó a alejarse de la orilla.

—¿Sabes? Lo he pensado muchas veces desde que mi madre mu...—Se detuvo ante esto y bajó la mirada, ante hacia esos comentarios sin pensar, pero luego de saber eso ya no era lo mismo. Movió levemente su cabeza intentando alejar esos pensamientos de su mente— Olvídalo.

Kouji hizo una mueca al notar el cambio de aura en la chica, ya que había pasado de sonreír a estar triste.

Damar tomó un chaleco y se propuso a acomodarlo, pero cuando intentó cerrar uno de los broches se enredó en la cadena dorada unida a un medallón que colgaba en su cuello, el cual debido a un movimiento de la castaña, el medallón al piso y se abrió.

—¡Rayos!— Musitó la castaña.

Kouji recogió el medallón del suelo, pero al hacer esto se percató de la imagen en su centro. Hizo una mueca, era una imagen de Satoe Tachikawa con sus hijos. Se mordió el labio inferior al recordar que Damar lo conservaba desde la muerte de su madre— Veo que...—Habló— Todavía lo conservas.— Se lo extendió.

—Es lo único que me queda de mi mamá.— Damar recibió el medallón y no pudo evitar centrar su mirada en la imagen, se mordió el labio inferior. Pocas veces se detenía a ver aquella fotografía de su medallón, a pesar de que siempre lo llevaba, ya que si lo hacia terminaba cayendo en la melancolía y...

¡Rayos!

Pensó la castaña al sentir un nudo en su garganta y al percatarse que unas lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos, acto que Kouji no tardó en notar.


Kouji observó atentamente a la chica, no quería presionarla, ni nada al respecto, pero habían pasado de estar super bien y tranquilos a un ambiente triste y tenso durante su pequeño viaje en velero. Literalmente, la castaña se había encerrado en su mundo, guardando silencio y derramando unas lágrimas de vez en cuando.

El Minamoto no había querido ser imprudente y había respetado su silencio, no le había hecho preguntas, le había hablado lo justo y necesario, en pocas palabras había intentado no forzar las cosas, ni molesta a la chica.

Sin embargo, bastantes horas habían pasado y la verdad es que no le gustaba verla de esa forma, tan atrapada en su mundo, así como había estado en el internado.

Se suponía que él la había traido hasta aquí para ser una ayuda y pues, viendola de esa forma no sentía que en verdad la estuviese ayudando.

Suspiró.

No quería ser imprudente, pero no quería seguir así.

Volvió su mirada hacia y se acercó.

—Damar.— La llamó.

La castaña alzó su mirada— ¿Si?

Kouji se mordió el labio inferior y guardó unos segundos de silencio intentando pensar en las palabras más prudentes— Disculpa que te moleste, pero no crea que sea bueno que te encierres en tu mundo y en tu dolor.

Damar hizo una mueca ante esto y suspiró, sabía que el Minamoto debía estar aburrido de esa situación y no lo culpaba, él estaba intentando hacer todo para que se sintiera bien y ella simplemente se dejaba llevar por el dolor— Lo siento Kouji, sé que para ti tampoco debe ser agradable que me comporte así, finalmente tú quieres que esté bien, sin embargo...— Habló la castaña e intentó secar sus lágrimas— No puedo sentirme sola, no puedo evitar cerrarme en mis cosas, ni siquiera puedo evitar llorar de impotencia por todo lo que sé.

—Lo sé.— Respondió el Minamoto y se acercó a ella— Pero lamento decirte que llorando no solucionarás las cosas, ni gritando, ni haciendo escándalos, mucho menos autoagrediendote.—Con esto se refería a consumir drogas, alcohol, al no dormir, estresarse, entre otras cosas.

Si, eso era lo más triste y era lo que más odiaba. Saber que aun gritara, llorara o incluso se hiciese daño ya nada tenía solución. Su madre ya estaba muerta a causa de Rumiko y nadie cambiaría eso.

Bajó la mirada y suspiró.

Kouji se mordió el labio inferior y se dio cuenta de lo impertinente que había sido. Suspiró, en verdad envidiaba no ser como Koichi en ese sentido, siempre era frío e insensible— Damar, lo siento, no quise hacerte sentir peor.— Se disculpó y se acercó a ella, tomó su rostro por el mentón para secar sus lágrimas.

—Kouji no te disculpes.— Musitó Damar— Puede ser que con esta verdad me sienta igual o peor en su funeral, pero tienes razón, nada cambiará lo que pasó, esta verdad siempre se hará presente en mi vida, debo acostumbrarme a vivir con esto y a no...—Se detuvo antes de decir lo último— Autoagredirme más.

Kouji acarició el rostro de la chica luego de secar sus últimas lágrimas.

Damar en un acto casi insconsciente, posó sus manos en el pecho del chico, escondió su rostro en su cuello y Kouji la abrazó por la cintura. No quería admitirlo en voz alta, pero siempre le habían gustado por los abrazos del Minamoto, ya que sentía que era algo especial, le recordaba a ese tiempo cuando eran niños, cuando los acercamientos entre ellos eran de una forma inocente y simple, no de una forma tan abrupta o desesperada como lo era cuando estaban juntos en plan de "actos prematrimoniales", no es que no le gustara estar así, pero, de vez en cuando extrañaba estar de esta forma. A Kouji nunca le gustaron los abrazos, por alguna razón siempre fue esquivo en ese sentido, pero con ella siempre fue diferente, en realidad, en muchos aspectos era diferente solo con ella a como lo era con otras chicas (siempre creyó que se debía a que era la hermana menor de su mejor amigo, pensaba que me veía como eso o tal vez como una prima, al estar todo el tiempo con Rika) Y recordaba que cuando eran pequeños, se abrazaban bastante, eso cambio cuando comenzaron a crecer, porque, decidio darle su espacio, aún así, de vez en cuando (incluso cuando estaba con Koichi) Kouji le brindaba esos afectos o acariciaba su cabello, cosas tan básicas y simples que la castaña siempre había amado de él, porque, la hacia sentir bien y especial.

—Damar.— Kouji la llamó.

—¿Si?

—Entiendo que ahora reacciones así por lo que supiste de tu madre.— Hizo una pausa— Pero...

—¿Pero?

—¿Qué ocurrió contigo en todos estos años?— Preguntó Kouji mientras acariciaba su cabello.

Damar se mordió el labio inferior, ya que sabía exactamente a lo que se refería con esa pregunta. Su actitud desde el día en que había regresado era muy diferente a lo que había sido en el pasado y evidentemente el chico quería saber la razón.

Suspiró.

¿Qué ocurrió contigo?

Esa pregunta resonó en su mente.

No quería responder esa pregunta.

Se alejó de él, amaba estar así, pero, no quería sentirse indefensa y tampoco quería terminar diciendole todo a Kouji, necesitaba pensar muchas cosas.

—Eso tiene una explicación larga, pero...— Se levantó del sofá— Todavía no es tiempo para hablar de eso.

Kouji se mordió el labio inferior al darse cuenta que había sido un error preguntar por aquello, todavía no era tiempo, no quería presionarla, pero quería saber ¿qué rayos había ocurrido con ella?


La noche transcurrió de manera pacífica y normal, cada quién en su habitación, literalmente sin mucho contacto físico o de palabras, Kouji no quería incomodar a la chica y ella tampoco quería molestarlo a él, sin embargo, Damar no podía evitar sentirse fatal ante aquella situación, el chico estaba haciendo todo lo posible porque ella estuviese bien y ella simplemente lo arruinaba.

Quizás, ya era hora de comenzarse a animar, aunque fuera un poco.

La mañana siguiente llegó con todo su esplendor, Kouji al despertar se duchó y vistió de una forma simple con una chaqueta, una remera y unos jeans, estando listo bajó al primer piso y cuando estuvo ahí observó a su alrededor, el Sol entraba por la ventana e iluminaba toda la sala.

No pudo evitar bostezar debido a la flojera que sentía, había dormido bastante, por esto mismo su cuerpo estaba sumamente relajado.

—¡Hey! Te levantaste.— Una voz femenina llamó su atención y al voltear se encontró con la castaña hermana de Takuya, quién vestía una chaqueta delgada color gris, blusa de tirantes blanca y un short negro, además su cabello estaba peinada en una coleta baja, curiosamente las ondas de su cabello estaban de manera natural— Buenos días.

—Buenos días.— Respondió el Minamoto— Te levantaste temprano.

La castaña asintió— Si, no pude dormir mucho la verdad.— Musitó— Pero apreveché de hacer el desayuno.

—¿Preparaste el desayuno?— Preguntó el Minamoto.

—Si.—Respondió Damar— No te ilusiones solo hice café y recalenté lo de ayer, ya sabes, no soy buena en la cocina.

—Debí imaginarlo.— Comentó el oji-azul.

La castaña depositó los tazones en la mesa de la cocina, sacó del microondas la comida que había recalentado y también la depositó ahí.

Ambos tomaron asiento y no demoraron en comenzar a desayunar.

—¿No irás a clases?

Kouji negó— No.

—¿No?— Preguntó la castaña— ¿Por qué?

—No tengo ganas.

—Pero, es la Universidad ¿la asistencia no es más importante que la preparatoria?

—Lo es.— Respondió el Minamoto.

—¿Entonces? ¿Por qué faltarás?— Preguntó Damar— No me digas que es porque quieres estar conmigo, porque si es así enserio me sentiré culpable, después de todo es algo importante ¿no?

Kouji suspiró— Lo sería si...—Guardó silencio antes de completar la frase, ya que de manera casi inconsciente lo había dicho.

—¿Lo sería si?— Damar preguntó intrigada.

El Minamoto suspiró— Si me interesara.— Respondió sin muchas vueltas, después de todo para nadie era un secreto que estaba estudiando por obligación y no por gusto.

Damar hizo una mueca, el Minamoto desde que eran pequeños tenía un sueño para cuando saliera de la preparatoria ¿y ese cual era? recorrer el mundo.

—Dejame adivinar.— Musitó— Tu padre no te dejó recorrer el mundo y te obligó a estudiar algo que tenga que ver con finanzas para administrar su empresa ¿no?

—¿Es tan predecible?

—Bastante.— Comentó Damar— Es básicamente lo mismo que hizo mi padre con Takuya.— Musitó— Rika me comentó que estás estudiando Ingeniería Comercial.

Kouji asintió— Si, eso estoy estudiando.— Lamentablemente.

—Te envidio.— Musitó la castaña sin rodeos antes de darle un sorbo a su café— Ojalá mi padre me dejara estudiar esa carrera.

Kouji hizo una mueca, todos conocían la fama de Keisuke Tachikawa como un hombre machista, partidario de que las mujeres debían estudiar algo simple que les permitiera estar en casa cuidando niños o simplemente organizando obras sociales para quedar bien ante la sociedad, básicamente más por apariencias que por solidaridad.

—Créeme, no te gustaría, es súper aburrido.— Contestó el Minamoto.

—Pues para mi no suena tan aburrido.— Comentó Damar.

—No todos tenemos tu habilidad en las matemáticas.— Comentó Kouji—Habemos algunos que enserio damos pena.

Si algo admiraba de esa chica era la inteligencia que tenía para las matemáticas, todo lo contrario a él que en realidad odiaba los números.

—Bueno, pero aunque no te gusten no es solo eso ¿no? También debes aprender leyes y algunos artículos, a ti te gusta leer ¿no?

—Si, pero no cosas que tienen que ver con economía.— Musitó el Minamoto.

—A ti siempre te gustó la psicología ¿no?

Kouji asintió— Pero olvida que mi padre me dejaría estudiar esa carrera.

—Si, en eso estamos claros.— Musitó la castaña.

—Bueno, ya que estamos hablando de lo a mi me gustaría estudiar versus lo que estoy estudiando, dime ¿qué planeas hacer ahora que saldrás de la preparatoria?— Preguntó el Minamoto.

—Pues, está más que claro que me encantaría estudiar la carrera que estás estudiando o algo similar para estar en la gerencia general de la empresa de mi padre.

—¿Sabes? No sé que le ves de interesante, desde que somos niños te ha llamado la atención, pero no sé que tendría de interesante ese puesto.

—Todo es interesante.— Respondió la castaña— Estar en un puesto alto, dando ordenes, analizando nuevos proyectos y viendo las ganancias de dinero es algo que me gusta.

—Dar ordenes, tener poder, ser respestada.— Musitó el Minamoto— Eso suena a ambición.— Comentó— Eres ambiciosa Tachikawa.

Damar sonrió de lado— Quizás.

Kouji suspiró— ¿Sabes? La ambición no es siempre buena.— Comentó— Pero a ti se te da.

—¿Tú crees?

El Minamoto asintió— Si no fuera por ella creo que no serías tú.— Desde que eran pequeños la chica se había caracterizado por ser ambiciosa, en el buen sentido y por eso alcanzaba buenas notas, buen rendimiento en los deportes que prácticaba (handbol y tennis), así como en otras cosas— Y dime ¿como planeas estudiar? Porque está más que claro que tu padre no lo aceptara.

—No lo sé.— Respondió la castaña— Ya veré la forma.— Contestó— Sólo sé que no dejaré que él me estorbe, después de todo es mi vida, yo puedo ver que hago con ella ¿no?

Kouji sonrió de lado, siempre le había gustado esa forma de ser aquella chica, era valiente y decidida que era (Se parecía un poco a Takuya en ese sentido) pero era más admirable, parecía no tener miedo, eso era algo bueno.

—¿Sabes? En verdad admiro que te atrevas, pero de verdad, no te recomiendo estudiar esto, es muy aburrido.— Comentó intentando hacer que cambiase de opinión.

—Podrías decirte lo mismo a ti ¿e? Prefieres estar escuchando los problemas de los otros y aconsejando.— Comentó— Pero en gusto no hay nada escrito ¿no?

—Tienes razón.— Respondió el Minamoto.

Damar le dio un sorbo a su café—¿Sabes? Igual es curioso que prefieras psicología.— Limpio su boca con su servilleta— ¿No eras tú el chico que odiaba relacionarse con los demás?

—Si lo era.— Respondió el Minamoto.

—¿Y qué pasó?

—Bueno pues con los años ese chico que odiaba relacionarse con los demás cambió.— Contestó Kouji— Gracias a su amigo idiota, a su hermano, su prima y sobretodo gracias a...— Se detuvo.

—¿Gracias a?

Kouji sonrió, era increíble que no lo decifrara, ella había sido la chica que más había rompido su barrera y sus armaduras contra las personas, de una forma simple con esa sonrisa brillante y dulce mirada que cada día provocaba que quisieras abrirse más solo para saber más de ella.

Suspiró.

—Es increíble que no lo decifres.

Después de todo lo que habían pasado sus sentimientos estaban más que claro hacia ella. Sin embargo, él no sabía todavía que ocurría con los sentimientos de ella hacia él. Tal vez, la estadía aquí lo ayudara a descubrirlo, así como también se encargaría de buscar la respuesta a la pregunta que le había realizado ayer, ya que si era sincero necesitaba saber porque estaba tan cambiada.

Hubieron unos segundos de silencio hasta que nuevamente la chica habló.

—Kouji.— La chica llamó al Minamoto.

—¿Si?

—¿Cuando me regresarás mi móvil?

—No sé.— Respondió Kouji— Hoy no por lo menos.

—¿No?— Preguntó— ¿Por qué no?

—Porque te hará bien desconectarte del mundo aunque sea un momento, ya has tenido mucho estrés.

—¿Lo ves? Suenas como un psicologo.— Musitó Damar.

Kouji simplemente sonrió de lado.

—Por favor, devuelveme mi móvil.

—No, olvídalo.

—Me aburriré sin él.

—Ya te dije que hay muchas cosas que puedes hacer en este lugar.

Damar se mordió el labio inferior, el chico en verdad no tenía ganas de entregarle su móvil, suspiró—Bueno, ya que lo mencionas me muero de ganas por andar en velero nuevamente.

—¿A si?

Damar asintió— Pero me gustaría a mi conducirlo.


~Horas más tarde~


Kouji y Damar salieron del pequeño muelle mientras la feroz lluvia les daba una buena ducha, sus cuerpos estaban completamente empapados por las miles de gotas que caían del cielo.

—¡Wow! Esta lluvia está super fuerte.— Musitó Damar mientras caminaba.

—No pensé que llovería.

—Yo tampoco.

El cielo estaba tan claro y despejado cuando ambos habían desayunado, no tenía apariencia de llover. Sin embargo, mientras se encontraban en el velero el cielo de un momento a otro se había¿ oscurecido y había comenzado a llover.

—Ven, vamos a la cabaña.— Musitó antes de comenzar a caminar.

Ambos llegaron hasta el lugar y el Minamoto en vez de dirigirse a la puerta principal rodeo la cabaña.

—¿Donde vas?

—Al cuarto de lavandería.— Respondió el Minamoto— Será mejor que entremos por ahí para no empapar el suelo.

—Está bien.

Ambos rodearon la casa y así fue como llegaron a una pequeña puerta trasera, el Minamoto buscó en su chaqueta y agradeció al cielo porque no se le hayan caido al momento de caer en el Lago. Rápidamente buscó la llave y abrió la puerta dejando ver un cuarto de lavado bastante grande.

El Minamoto ingresó al lugar— Ven, entra.

La chica obedeció a su orden e ingresó.

Kouji cerró la puerta tras de él para luego retirar la chaqueta de sus hombros y a continuación su remera.

Damar se mordió el labio inferior al ver el torso del chico, estaba bien tonificado y las gotas de agua que caían provocaba que se viera mejor.

—¿E? ¿Q-qué estás haciendo?— Preguntó la castaña con un leve rubor en sus mejillas.

—Me quito la ropa mojada.— Respondió el Minamoto para luego depositar su chaqueta y remera en la lavadora— No quiero empapar el suelo en el camino de aquí a mi cuarto.— Dijo esto mientras retiraba sus zapatos para quedar solo en sus pantalones, así fue como se acercó a una de los muebles y abrió para sacar una toalla junto a una bata que se la extendió a la chica— Toma.

—¿Quieres que haga lo mismo?— Preguntó la castaña— ¿Aquí?

El Minamoto alzó una ceja sorprendido ante esto— ¿Algún problema?

—¿E? Pu-pues...— Y fue en ese minuto que cayó en la cuenta de que ambos se conocían mucho más de lo que otros pudieran esperarse— Olvidalo.

La castaña recibió la bata y luego se dispuso a hacer lo mismo que el Minamoto, finalmente el piso de ese lugar era bastante delicado como para estropearlo con agua. Así que rápidamente agarró su cabello en un tomate para evitar que su largo cabello le estorbace y luego procedió a quitar su chaqueta para dejar ver su blusa de tirantes.

Kouji se mordió el labio inferior al ver como la blusa de tirantes se ajustaba al cuerpo de la chica dejando ver sus curvas con mayor detención, remarcando su cintura en forma de reloj de arena y su bracier, la vista mejoró cuando la chica retiró su blusa de su cuerpo y pudo apreciar todo con mayor claridad, su piel, su cintura, su piercing. Rápidamente quitó su mirada de ella, no quería observar más, ya que en verdad no se sentía bien cuando su mirada exploraba mucho en ella, porque antes que todo la respetaba más que a cualquier otra chica, así como también la deseaba.

Ambos intentando desviar su mirada hacia el otro, cada quién se deshizo de toda su ropa hasta quedar él con sus boxer junto una toalla al rededor de su cintura y la castaña quedó en su ropa interior con la bata cubriendo todo su cuerpo, a excepción de sus piernas.

—Listo.— Musitó la castaña volteando hacia el Minamoto.

¡Rayos!

Pensó.

Damar se mordió el labio inferior y se prohibió así misma a bajar la mirada, no quería colocarse nerviosa, pero era imposible, su abdomen era algo que llamaba su atención.

Movió levemente la cabeza y observó su ropa— ¿Tienes secadora?

—Si, pero creo que lo mejor será que la centrifuguez primero.— Respondió el Minamoto antes de presionar unos botones en una lavadora.

—¿Centrigufar?— Preguntó Damar sorprendida.

Kouji alzó una ceja y volteo hacia ella— ¿No sabes que es eso?

—¿E? Pues...—Balbuceo la chica— No.

—¿Nunca has lavado ropa?

—No, en Estados Unidos estaba en casa de mi padre con la empleada.— Respondió la castaña— En cambio ¿tú si?

El Minamoto asintió— En el Internado.

—¿En el Internado?— Cuestionó la chica— ¿No le pagas a esa señora que se encarga de la lavandería para que lave tu ropa?

—Lo hago de vez en cuando, pero desde que Rumiko nos obliga a realizar labores domésticas tuvimos que aprender a utilizar la lavadora.— Respondió el Minamoto.

—Que mal.— Musitó Damar.

—En realidad no ha sido tanto.— Respondió Kouji— Desde que aprendimos a usar esta cosa no es necesario pagar dinero extra para lavar nuestra ropa.

Bueno, siempre había encontrado absurdo el hecho de que tuviesen que pagar dinero extra para que alguien les lavara la ropa, se suponía que por algo pagaban mensualidad, pero de ahí a tener que lavar ropa con sus propias manos era algo que simplemente...

No haría.

—¿Sabes? Prefiero pagarle a alguien.— Comentó la castaña antes de echar su ropa en la maquina— Porque para esta cosas nunca he sido buena.

—No es tan difícil.— Respondió el Minamoto— Y pues, deberías considerarlo, digo, así te ahorrarías de tener que robarle dinero a tu hermano.

—Ouch, eso fue ofensivo.— Bromeo la chica— Bueno, a ver, dime ¿qué se hace?— Dijo esto posicionandose frente a la maquina.

—Es demasiado simple.— Contestó Kouji y se posicionó tras la chica depositó su mano sobre la mano de ella.

Damar se mordió el labio inferior nerviosa ante la cercanía de ambos, no quería ponere más nerviosa de lo que estaba, pero ante aquella cercanía a torso desnudo y roce de piel provocaba que lo estuviera más.

—Tienes que apretar este botón, escoges el timepo.— Kouji postuvo la mano de la chica presionado los botones— Y

Pasó sus labios rosando su cuello provocando que la chica se estremeciera ante aquel cosquilleo.

—¡Hey! ¿Qué haces?— Preguntó la castaña.

—Nada.— Si ¿cómo no?— Simplemente fue roce ¿acaso te molesta?

—¿E?— Si, pero no lo admitiría— No, claro que no.— Respondió intentando sonar normal y luego volteo— ¿Por qué lo haría?

—No sé, quizás es porque te pongo nerviosa.— Contestó.

Damar rió y posó sus manos en su pecho para luego acercar su rostro al del chico— Eso lo hago yo contigo, no al revés.— La distancia fue mínima, sus respiraciones se entrelazaron y sus narices se rosaron.

Kouji observó los labios de la chica y tuvo intenciones de besarlos, pero considerando su pregunta—Pues no, no es al revés.— Respondió antes de alejarse.

¿Qué?

Damar volteo hacia el chico sin poder creer lo que había hecho el chico.

¿Acaso era enserio?

¿Cómo rayos le había hecho lo mismo que el otro día dejandola con la ganas?

Kouji presionó un último botón de la maquina.

Damar hizo una mueca ignorando completamente lo que estaba ocurriendo intentando asimilar que nuevamente él jugaba con ella ¡Se suponía que era al revés!


Kouji observó detenidamente su móvil y se dispuso a prenderlo, debido a su problema con el cargador que no tenía, desde ayer no prendía su móvil, así que no tenía idea de lo que pasaba en el exterior. No pasaron muchos segundos hasta que el móvil se prendió y en la pantalla aparecieron miles de llamadas y unos cuantos mensajes, algunas eran de Takuya (del día anterior que no había respondido), también habían algunas de Rika y otras de Koichi.

¡Rayos!

Pensó al ver todo esto, ya se imaginaba que la ausencia de los dos a esas alturas iba a ser notoria.

Observó los mensajes y presionó el chat de Koichi, quién por veintidos mensajes había superado a la pelirroja, el Kimura había enviado cincuenta y dos y la Nonaka treinta.

Koichi le había enviado miles y miles de mensajes preguntandole ¿donde rayos estaba? ¿por qué no había llegado a dormir? Que estaba preocupado, que lo llamara luego, que llamaria a la policia si no respondía.

¡Oh no!

Pensó y llevó una mano a su frente, debía admitir que entendía la preocupación de Takuya y debía suponer que Rika ya sabía en donde estaban, pero los mensajes de Koichi eran más alarmantes, su hermano gemelo era sumamente exagerado cuando se lo proponía y efectivamente era capaz de llamar a la policia si no le respondía.

¡Rayos!

Hizo una mueca.

Luego llamaría a la Nonaka.

—¿Hola?

Kouji.— Respondió Koichi— Hasta que al fin me respondes, estaba preocupado por ti no te he visto hace días, no has llegado a dormir, te he enviado mensajes y no respondes, te he lladmo, pero dice fuera de servicio, casi llamé a los bombe...—Se detuvo— Digo, a la policia.— Corrigió.

Okey, eso había sido chistoso. Por unos minutos enserio se había sentido culpable, pero escuchar que casi llamó a los bomberos fue gracioso.

—Disculpa Koichi, no te quise preocupar.— Respondió el Minamoto— Pero decidí alejarme un poco del Internado estaba un poco estresado.

—¿Estresado?— Preguntó el Kimura— ¿Por la universidad?

No, pero no tenía más excusa.

—Si.— Respondió.

¿Y donde estás?

—Fui a la cabaña de nuestro padre en el Lago Yamanaka.

¿Tan lejos?— Preguntó el Kimura.

—Bueno, no tuve opción, no quería la playa.

Entiendo.— Contestó Koichi— ¿Y por qué no contestabas? Sé que la señal es más o menos mala, pero al menos debió haberte llegado notificaciones de que me estaba intentando comunicar contigo.

—Disculpa, pero no traje cargador y tuve que apagar mi móvil para que no se descargara.— Respondió Kouji— No quise preocuparte hermano.

—Bueno lo importante es que ahora me respondiste.— Respondió el Kimura—Tengo algo que contarte. Mejor dicho, debo dar una noticia.

—¿Noticia?— Cuestionó el Minamoto sorprendido— ¿De qué?

De nuestra madre.

—¿Nuestra madre?— Preguntó Kouji y a su mente vino la imagen de la única mujer que Koichi también llamaba de esa forma, Tomoko Kimura— ¿Qué ocurre con ella?

No vas a creerlo.— Musitó Koichi— Ni yo me lo creo todavía, creerás que estoy loco, pero no lo estoy, es algo que jamás te imaginarías.

—Koichi.— Lo interrumpió— Deja de dar vueltas y dime ¿qué ocurre?

Nuestra madre consiguió trabajo en el Internado.— Respondió el Kimura— Como sub-directora.

—¿Qué?— Preguntó el Minamoto sorprendido, eso no lo esperaba, al contrario— ¿Nuestra madre trabajará en el Internado?

Si, eso dije.

—Pero ¿cómo?— Cuestionó Kouji— ¿Rumiko lo permitió?

Sorprendentemente si.— Respondió.

Okey, eso si era de no creer. Ellas dos eran enemigas a muerte, todo el mundo lo sabía, jamás habían logrado tener una conversación tranquila, inclusive, hasta recordaba que hubo un tiempo en el cual Koichi y Rika tuvieron problemas por culpa de Tomoko y Rumiko (Él se había salvado, ya que Kousei siempre lo mantenía alejado de esas discusiones y su buena relación con la Nonaka se debía a Satomi, su madrastra, quién adoraba a Rika, pero eso era otra historia)

—¿De qué me perdí?— Preguntó el Minamoto.

No lo sé, creo que yo también me perdí de algo.— Contestó el Kimura— Mi madre no me dio mucha información solo sé que la contrató y ahora está aquí, la presentaron esta mañana frente a todos y literal quedé en shock, no me lo esperaba.

—Yo tampoco, enserio me resulta hasta imposible creerlo Koichi.— Declaró el menor de los gemelos— Que nuestra madre trabaje con Rumiko es algo que me deja desconcertado y preocupado.

A mi también.— Respondió el Kimura— Creo que voy a comprar un extintor por si las dudas.

Sonaba loco, pero era una buena idea.

Sin embargo, algo le sorprendía más ¿cómo rayos su madre había aceptado trabajar en una propiedad de su padre? Si ambos se odiaban a más no poder.

—¿Y como está nuestra madre?

Bastante bien.— Contestó Koichi— Me ha preguntado muchas veces por ti, desde el primer en que llegó, yo le respondí que estabas en la clínica y en base a eso le he intentado inventar excusas.

—¿Enserio?— Preguntó el Minamoto.

Si.— Respondió el Kimura— Ojalá me haya creido que estabas acompañando a Takuya, sin embargo, no estaría mal que te vinieras a dar una vuelta, digo, no creo que me creerá esto siempre si ve a Takuya venir al Internado.

¡Oh no!

Ahora no solo tendría que mentirle a Koichi, si no que también tendría que buscar una excusa para...

¡Un minuto!

Tal vez...

Ya que mencioné a Takuya, necesito preguntarte algo sobre un tema que también lo involucra a él.— La voz de Koichi lo sacó de sus pensamientos— El otro día fui a ver a Damar y ella no estaba, ya le habían dado el alta.

¡Rayos!

No ha regresado al Internado, resulta que tú tampoco apareces por acá y luego me entero que tú estabas con ella cuando le dieron el alta.

¡Rayos y más rayos!

Disculpa si estoy erroneo, pero por mi mente no pudo evitar pasar la idea de que estaban juntos.— Musitó el Kimura— Suena loco, si, pero considerando que no me has contestado y que desapareciste de la nada ¿es posible que estén ambos ju...

Kouji no pudo terminar de escuchar la pregunta de su hermano, ya que prácticamente se cortó de la nada. Observó la pantalla y se percató de que estaba en negro, presionó los botones, pero continuo así y fue en ese minuto en que cayó en cuenta de que se había descargado completamente la batería.

Hizo una mueca, eso había sido ¿suerte?

Alzó una ceja, no sabía perfectamente si podría describirse así.

Suspiró.

Fuera como fuera igual era una desventaja para él estar sin su móvil, aún tenía cosas que hacer como por ejemplo pedirle a Takuya que se encargara de Rumi...

¡Un minuto!

Se cruzó de brazos y llevó una mano a su mentón pensativo.

Su madre, Tomoko, ahora trabajaba en ese lugar.

Tal vez ella podría ayudarlo.


—¿Por qué necesitas mi móvil?— Preguntó Damar.

—Porque necesito hacer una llamada importante.— Respondió el Minamoto.

La castaña alzó una ceja sorprendida— ¿Puedo saber por qué o para qué?

Kouji se mordió el labio inferior, por unos minutos dudó en contarle la razón, sin embargo recordó que esta situación la involucraba directamente a ella, y pues, mejor era ser directo y sincero con ella.

—Porque ya encontré la forma de hacer que no tengas problemas por estar fuera del Internado.— Respondió el Minamoto.

—¿A si?— Preguntó Damar— ¿Cual?

—Pues...— Respondió el Minamoto— Me enteré que mi madre es la nueva sub-directora del Internado.

—Tu madre.— Repitió esto— ¿Satomi?

—¿E? No.— Contestó Kouji— Mi madre biológica.

Damar alzó una ceja sorprendida— ¿Tomoko?

Kouji asintió, no pudo evitar reír para sus adentros ante la cara de sorpresa y confusión de la chica. En verdad era super expresiva esta chica cuando se lo proponía.

—¿De qué me perdí?— Finalmente preguntó la castaña.

—Eso mismo le pregunté a Koichi cuando me dijo.— Respondió el Minamoto— No me explicó mucho porque él tampoco sabía, solo dijo que había llegado y que Rumiko había aceptado que fuera la sub-directora.

—Que extraño.— Musitó la castaña— Pensé que se llevaban mal.

—Yo igual.— Contestó Kouji— Pero, bueno, ahora es la sub-directora, y pues, podría ayudarnos, digo, si ella está como sub-directora podría justificar tu ausencia.

—Entiendo, pero ¿no tendrá problemas con Rumiko?— Preguntó— Digo, después de todo dudo que le agrade saber que me escapé y que debe actuar como si nada.

—Esperemos que no.— Comentó el Minamoto— Tristemente no tenemos otra opción.

Damar hizo una mueca— Tienes razón.

El chico extendió el móvil y la castaña lo recibió, así fue como presionó unos botones para que este se prendiera. Luego de unos segundos de espera la pantalla se iluminó y cientos de notificaciones comenzaron a llegar, en su gran mayoría todas era de...

—¡Rayos!— Exclamó la chica— Rika me envió ciento de mensajes.

Kouji hizo una mueca ante esto— De seguro se enteró.

—Creo, pero ¿cómo? Le pedí a Hikari que se encargara de ella y...—Se detuvo al ver en su pantalla un mensaje de la Yagami, no dudó y lo presionó.

(De: Hikari)

Damar, Rika acabó de saber que estás desaparecida, la directora Rumiko creía que te había ayudado a huir y ahora está verdaderamente preocupada, así como me dijiste me he mantenido callada, pero no sé cuanto tiempo estaré así, porque en verdad está histerica. Ojalá te contactes con ella.

La castaña ante esto no pudo evitar fruncir el ceño totalmente molesta y presionar con todas sus fuerzas su móvil.

—¡Hey! ¿Qué ocurrió?— Preguntó el Minamoto al ver la cara de la chica.

—Rumiko como siempre arruinando todo.— Musitó Damar— Según Hikari, Rumiko creyó que Rika me ayudó a escapar.— Suspiró— Debí suponer que la relacionaría con esto ¡Rayos!— Hizo una mueca— Creo que lo mejor será que la llame.

—¡Hey! No.— Kouji se adelantó a decir— No la llames todavía.

—¿Por qué?— Preguntó la castaña.

—Porque creo que lo mejor será que veamos el asunto con mi madre.— Respondió el Minamoto— Rumiko es muy insistente y estoy segura que presionará a su hija para que le diga la verdad, y pues, tú sabes que Rika es de fiar, pero cuando se trata de su madre nunca se sabe, podría terminar diciendole todo.

Damar analizó atentamente esas palabras.

El Minamoto sin duda tenía razón, Rika podía ser de confianza, pero cuando se trataba de su madre podía suceder cualquier cosa, después de todo, esa mujer lograba sacar el peor lado de las personas.

Suspiró.

—Está bien, no la llamaré.— Contestó la castaña— Esperaré a que resolvamos el tema con tu madre.— Observó la pantalla de su móvil— Rika me odiará por no contestarle.— Alzó la mirada— ¡Correción! Nos odiará por haberle ocultado esto.

—Lo sé.— Respondió el Minamoto— Pero ya tendremos tiempo para ocuparnos de ella.

Damar asintió y sin decir más, le entregó el móvil al oji-azul para que llamase a su madre.


Kouji no pudo evitar abrir los ojos al escuchar un sonido desde el primer piso.

No sabía que rayos pasaba solo sabía que aquel ruido no lo dejaba dormir.

Suspiró.

Tendría que ir a ver.

Se levantó de su cama y bajó hasta el primer piso, caminó hacia la cocina y se dio cuenta que la castaña se encontraba la castaña ¿cocinando?

Alzó una ceja sorprendido.

—¿Damar?— La llamó.

La castaña al escuchar esto volteo hacia él— Kouji.— Hizo una mueca— ¿Qué haces despierto?

—Pues...— No sabía si decirlo.

—¡Rayos! No me digas que te desperté.

El Minamoto simplemente hizo una mueca en señal de respuesta.

—¡Ups! Kouji lo siento, no quise despertarte.— Respondió la chica.

Kouji simplemente alzó una ceja y se acercó a ella— ¿Qué estás haciendo?— Señaló la juguera.

—Se suponía que era un zumo de calabacín.— Contestó la castaña— Pero no me salió bien.

—¿Zumo de calabacín?— Preguntó el Minamoto— ¿Para qué?

—Para lidiar con las ansias de querer consumir sustancias.— Respondió Damar.

—¿Para lidiar? ¿Acaso quieres volver a consumir?

—No, pero mi cuerpo lo pide,cuatro días sobria, sin ninguna sustancia es bastante para mi.—Mordió su uña.

Kouji hizo una mueca ante esto— ¿Y crees que esto funcione?

—No estoy segura, pero he intentado comer el máximo de dulce, sal y nada sirve.— Respondió la chica en un tono que reflejaba su histeria.

Kouji se mordió el labio inferior, horas atrás había notado que la chica estaba inquieta, pero ella le había respondido que no era grave, que ya se le pasaría, sin embarg ahora era notable que en verdad que estaba luchando.

Se acercó a ella y tomó sus hombros— Tranquila.— Le musitó— Tu puedes superar esto.

—No lo sé.

—Claro que puedes, Rika lo ha hecho de una manera increíble, tú también puedes.— Respondió el Minamoto—Superar esta adicción no es imposible.

—Lo sé, pero...—Damar hizo una mueca— Mi cuerpo insiste tanto que lo siento imposible.— Suspiró—¿Sabes? Hay veces que también me hago la pregunta que me hiciste ayer de como rayos llegué a esto y la verdad es que tengo muchas respuestas.—Después de todo lo que había tenido que vivir tenía diversas razones— Pero cada vez que pienso en cada una de ellas llego a la conclusión de que...—Tragó saliva— Enserio necesité a mi madre y no lo digo solo por mi, si no por mis hermanos también. Ya que si ella no hubiera muerto probablemente no hubiéramos tenido que soportar toda la presión de mi padre.

Alzó su mirada hacia la gran ventana que estaba frente a ellos y se acercó a ella observando atentamente como las gotas de lluvia caían.

Kouji se acercó hacia ella.

—¿Lo dices por esto que supiste?— Preguntó el Minamoto— De que le fue infiel.

—No.— Respondió la castaña—Keisuke Tachikawa se encargó de destrozar la vida de sus hijos.— Comentó Damar— Y no lo digo a raíz de esto que me enteré de Rumiko o porque no tenga buena relación con él, ni nada al respecto, tú sabes que nunca me gustó desacreditar a mi padre a pesar de nuestros problemas internos.

Si, eso era verdad, la castaña nunca había sido de esas personas que desvalorizara a su familia frente a las personas, algo que en verdad admiraba, porque él conocía la pésima relación que tenían Keisuke y ella.

—Si no que lo digo a raíz de todo lo que hizo.

—¿Qué hizo tan grave como para que digas que arruinó la vida de ustedes?

—Muchas cosas que...— Se detuvo antes de continauar—...me han desilusionado estos últimos años.—Comentó la castaña— Esto que sucedió con Rumiko incluso no debería sorprenderme, debí imaginarme que mi padre sería capaz de hacer esto luego de todo el daño que les hizo a sus hijos. Pero, eso quita que duela, así como todo lo demás.—Suspiró— ¿Sabes? Creí que haber culpado a esa cocinera en prisión había sido algo grave, pero mi padre luego de eso se superó más.

¿Superarse más?

Pensó Kouji y un recuerdo vino a su mente.

—Ese fue el inicio de una gran ola de cosas malas que hizo.

—¿Por qué dices eso?

Damar suspiró— ¿Alguna vez te comenté de la sospecha que tenía acerca de la muerte de ese mujer?

Kouji asintió— Esa sospecha en la cual decías que nuestros padres habían tenido que ver con su muerte.

Damar asintió—No era una sospecha.

—¿Cómo?

—Bueno, al principio lo fue, pero luego me di cuenta que...

—¿Qué?

Damar suspiró, sentía una presión en el pecho, tantos años ocultando eso y ahora estar apunto de admitirlo era difícil—Kouji nuestros padres...— Tragó saliva.

—¿Nuestros padres qué?

—Nuestros padres en verdad son los culpables del asesinato de esa mujer.

Damar suspiró, llevaba años escondiendo ese secreto, se sentía de muerte cada vez que lo recordaba, era una herida sin cicatrizar y parecía que nunca dejaría de sangrar, lo que provocaba que más cargo de consciencia sintiese, porque después de todos ellos habían ayudado a que así fuese. Y aunque había querido ser fuerte, ella no lo había podido soportar, porque su mente se lo recriminaba siempre, solamente durmiendo había encontrado "paz" y por esto mismo en primera instancia se había viciado con los sedantes...

—¿Estás segura de lo que estás diciendo?

—Claro que si, no jugaría con algo como esto.

—No digo que estés jugando...— Respondió el Minamoto— Pero, es difícil de creer ¿Cómo lo sabes?

—Porque una vez escuché una conversación.—Respondió Damar—Entre Hiroaki, tu padre y el mío hablar sobre eso, los tres contrataron a alguien para que se encargará de ella de manera "cautelosa" y así fue, todos creyeron que fue un suicidio, pero no.

¿No había sido un suicidio? Pero ¿cómo? Osea, si sabía que padre era un hombre frío, calcular y misterioso, sin embargo, nunca se hubiera imaginado de que pudiera hacer algo así. Aunque ahora tenía sentido, la muerte de esa mujer había sido demasiado misteriosa.

—¿Y por qué no lo dijiste?

—Porque mi padre lo impidió.— Respondió Damar—Además ¿de que hubiera servido? Esa mujer ya estaba muerta...—Bajó la mirada— Por nuestra culpa.

Quizás ellos no habían consumido alcohol esa noche, tampoco drogas, ni siquiera habían estado en el lugar cuando todo pasó. Pero, si habían testificado falsamente con respecto a esa persona para cuidar a sus amigos, a sus hermanos y a todos los involucrados en esa situación, siendo injustos con alguien inocente, dejándose influenciar por sus padres.

Kouji se mordió el labio inferior pensativo, en realidad sentía que era mucha información para un solo momento ¿cómo era posible que fuese verdad? La forma de hablar de la chcia era seria, evidentemente no estaba mintiendo y ella misma lo había dicho, no jugaría con algo así, y él también la conocía, ella no era de inventar cuentos o esas cosas, pero ¡Rayos! ¿Cómo no lo sabía si era tan obvio?

¡Rayos!

De a poco comenzaba a entender el comportamiento de esa chica, esconder tanto tiempo ese secreto debió haber sido difícil.

—¿Y te guardaste ese secreto todos estos años?

Damar asintió— No tuve opción.— Respondió— En el momento que lo supe sentí impotencia, ya de por sí estaba mal con saber que estaba en prisión por nuestra culpa, pero saber esto de su muerte me hizo sentir más culpable.— Suspiró— Pasé de tomar un ansiolítico para tranquilizarme a tomar más de dos dosis seguidas para poder dormir, no es excusa, pero no soportaba saber la verdad y no decirla.

—¿Y nunca pensaste en hacerlo?— Preguntó el Minamoto, después de todo, quizás si lo hubiese hablado aunque no pudiese revertir la muerte de la mujer, la castaña se hubiera sentido más libre.

—Intenté, pero mi padre lo impidió, aunque insistí.— Suspiró— Fue difícil, pero no tenía opción, no podía hablarlo con nadie y pues de a poco me fui sumergiendo en mi dolor, a esto se le sumó que personas comenzaron rumorear cosas sonre mis problemas con los ansiolíticos, eso resultó ser peor, porque debido a las críticas que recibí terminé enviciandome más, tanto así que...—Paró— Un día se me pasó la mano.

—¿Sabes? Yo nunca creí en esos rumores.— Comentó el Minamoto— Sin embargo, habían personas que lo mencionaban y que decía que por eso mismo se habían ido a los Estados Unidos.

Damar se mordió el labio inferior, muchos sabían de esa excusa— Bueno, yo no sé como rayos la gente se dio cuenta de mi adicción a los sedantes o ansiolíticos, lo único que sé es que ese rumor de mi supuesta rehabilitación fue una mentira.— Tragó saliva— Que yo misma provoqué.

—¿Qué tu misma provocaste? ¿Por qué?

—Porque no tuve opción.— Respondió la castaña— Mis hermanos y yo nos fuimos de un momento a otro de este lugar, y pues, no faltó la persona que necesitó saber la razón, así que inventé eso para ocultar...—Se detuvo.

—¿Qué cosa?— Preguntó el Minamoto— ¿Qué quisiste ocultar?

—Lo que en verdad ocurrió con nosotros.

Kouji observó a la chica sin saber si preguntar o no, sin duda alguna era una caja de secretos, pero parecía ser que por más cosas que sabía más se destruía.

—¿Y qué fue eso?

Damar suspiró y a su mente vinieron unas imágenes que hace años quería olvidar.

Imagenes que reflejaban

La desesperación...

La separación...

El miedo...

Todo a causa de la intransigencia de su padre al no querer aceptar el embarazo de su hermana provocando su triste y agonía.

Noches y noches sin poder dormir por miedo al aborto.

Días y días viviendo con la desesperación de una posible muerte de Mimi o del bebé.

Semanas y semanas sin descansar al saber los planes de su padre.

Meses y meses de terror al pensar que Keisuke podía saber la verdad.

Ver a su hermana mal, no había sido un buen tratamiento psicológico para su adicción a las pastillas para dormir, ni siquiera para lidiar con la otra verdad. Simplemente se había sumergido en una oscuridad que parecía no tener final, un agujero del cual no podía salir y una tempestad que parecía nunca acabar.

Suspiró.

Habían sido muchas cosas con las cuales había tenido que lidiar siendo solamente una adolescente, nno sabía como rayos no había caido en la locura, sin embargo había caído en algo mucho peor y por eso temía nunca salir de aquello.

—Fue algo que...—Finalmente se dignó a responder, pero sentía un nudo en la garganta, no podía hablar, no quería hacerlo, sentía muchas cosas negativas entre ellas tristeza, desilución, dolor, desesperación.

No podía más.

Estaba luchando en esos momentos con ella misma y con sus recuerdos cuando sintió que una mano se posó sobre la suya llamando su atención.

Kouji había observado atentamente a la castaña y pudo notar controversia en su rostro, era evidente que algo malo ocurría, era como si el pánico se hubiese apoderado de ella y oscureciera su mirada.

No sabía que hacer más que tomar su mano.

Damar no pudo evitar sentir una calidez ante aquella acción, alzó su mirada hacia el chico y no dudó en acercase a él para abrazarlo, acto que sorprendió al Minamoto pero que no demoró en responder.

—No me dejes Kouji, por favor.—Le rogó— Por favor, nunca me dejes.


Hola a todas/os bueno empezaré diciendo que pues, ojalá les haya gustado el capítulo, como dije en Instagram, me costó bastante en escribirlo, no fue algo de un par de días si no de semanas y al fin terminé.

Tengo más escenas, más momentos entre ellos, pero hasta aquí quedo ese "vacío" de los capítulos.

Quiero mencionar que la conversación con Tomoko será harina de otro costal, osea parte de otro capítulo, pero será interesante y divertido jsjsjsj

También debo mencionar que (Rika salió en la conversación) El cambio de la Nonaka con las drogas fue más o menos progresivo ¿se acuerdan que cuando comencé la 2da temporada hubo un salto temporal entre ella y la 1ra? Bueno en ese mes Takato ayudó a Rika a pesar de que esta no le puso mucha atención.

Y por ciero ¡Feliz San valentín!

mariacredenza02: jajajaj ya se te extrañaba jsjsjs que bueno que te gustara el momento padre e hija, y pues si, Natsumi está agarrando confianza sopresivamente más que con otros (el llamado de la sangre es fuerte jsjsjsj) Si, nuestra Hikari está a un paso de caer en un trastorno si no trata este problema a tiempo, ojalá alguien pueda darse cuenta y ayudarla, aunque en verdad se ve difícil. Si, era momento de que Ryo llorara jajajajaj después de todo lo que ha hecho, pero es necesario que alguien incremente su maldad para el final de temporada jajajajaj Alice no quiere perder a Natsumi y por eso está cayendo en la hsiteria, ya veremos si Mimim logra tranquilizarla o no jsjsjsj bueno aquí estuvo el capítulo de Kouji y Damar, me costó bastante (bueno ya hablamos de eso por Instagram) jsjsjs ojalá te haya gustado y me rió con gusto por Nene y Kiriha JAJAJAJAJAJ si, quise dejarlos a medias JAJAJAJAJ Fue a propósito pero ya se vienen más momentos. Ojalá sigas leyendo y comentando. Te mando un gran abrazo a la distancia.

milrose: Jsjsjsjsj quise dejarlos a medias con ese par jsjsjsj ya veremos que sucederá jsjsjsjsj Si, son tal para cual por sus comportamientos. Si, a todos nos está molestando, pero es una madre que está desesperada por no perder a su hija. Esperemos que Mimi sea valiente y atine a decir la verdad. Si, Yamato cada vez más cerca de su hija jsjsjsjsj y esto seguirá aumentado hasta que él sepa la verdad jsjsjsj Que bueno que te guste esa pareja, la verdad es que ha sido toda una travesía esa pareja (no pensé que al úblico le fuera a gustar desde el primer momento) Si, Kouji logrará mucho con Damar mejorando su vida y viceversa, a Kouji se le viene algo grande y solo Damar lo podrá ayudar (no diré que, pero es súper difícil) Si, tristemente Koushiro cayó, pero es otro más de esos chicos, estuvo en La noche del 3 de Abril, se dejó influenciar a pesar de todo y ahí está, pero siempre será un chico dispuesto en ayudar a sus amigos jsjsjsj Ya veremos si Takuya logra descubrir a Taichi y pues, Sora si planea algo, pero tendremos que esperar. Si, Ryo está súper enamorado, pero como nunca tuvo una familia decente o alguien que lo aceonsejara para bien es de esa forma, Catherine es la más odiada, pero necesito que sea carbonera jsjsjs para aumentar la maldad de Ryo jsjsjsj si, Rika esta enamorada, pero ya veremos que ocurrirá con Takato y ella jsjsjsj Hikari y Takeru tendrán que averiguar con precausión jsjsjsj Ojalá sigas leyendo y comentando. Te mando un gran abrazo a la distancia.