Izumi y Takuya llegaron al final de las escaleras y el silencio se hizo presente, ambos intercambiaron miradas y la rubia no supo como articular bien lo que quería decir. Sin embargo sabía que ella debía hablar primero, después de todo le debía una gran disculpa a ese chico, lo había tratado de mala forma y no lo merecía.

—Y-yo...—Tragó saliva.

—Izumi, yo...

—No, Takuya, dejame hablar a mi primero, por favor.— La rubia lo interrumpió, la verdad de las cosas era que a pesar que sabía que sería difícil esa conversación, quería ser ella quién se disculpase— Lamento mucho haber desconfiado de ti, yo...—Suspiró—Te traté super mal y tú todo este tiempo fuiste inocente.— La rubia bajó la mirada.

Takuya hizo una mueca.

—Lo peor de todo es que todos los errores en esta relación los he cometido yo y aún así me doy el lujo de criticarte.— Habló la chica— Entendería que luego de esto tú no quisieras perdonarme, finalmente desconfie de ti.

—Bueno, no es para menos.— Musitó el moreno— La trampa que nos pusieron estuvo muy bien planeada y ejecutada, en tu lugar yo también hubiera dudado.

—Si, pero tu insiste y yo no fui capaz de siquiera dudar de la situación o dejarte explicar, simplemente me cegué a la idea.— Habló Izumi— Como tu novia debí haberlo imaginado, digo, Nene siempre nos ha molestado y yo no...

—¡Hey! Tranquila...—Takuya depositó sus manos en sus hombros.

—No puedo hacerlo, yo...—Izumi intentó hablar, pero el castaño la calló con un beso.

Izumi ante esto no pudo evitar sentirse sorprendida, pero lo correspondió al beso, ya que si era sincera, en esos momentos lo único que podría aplacar su ira y auto-decepción era aquello.

El castaño abrazó por la cintura a la chica mientras sus labios se movían sobre los de la chica en un suave contacto que la rubia amó.

Ambos se separaron al quedar sin aire.

—¿Eso significa que me perdonas?— Preguntó la rubia.

Takuya asintió.

—Pero ¿cómo?

Eso era simple, una vez ya la había perdido por idiota, al no querer escucharla, no permitiría que la historia se repitiera, aunque fuera al revés.

—Todo fue un mal entendido ¿no?

—Yo desconfie de tí y eso no estuvo bien, no lo merezco.

En realidad si, lo merecía, desde el momento en que él había regresado ella hizo todo lo posible por reconquistarlo, había sido capaz de dejar a su novio por estar con él, se enfrentaba a Nene y el poco tiempo que habían estado juntos (antes de este incoveniente) ella había estado junto a él, apoyandolo, siendo su polo a tierra.

—No digas eso ¿si?— Habló el castaño— Si te lo mereces, puede ser que no me hayas escuchado, pero como te dije es entendible, nos tendieron una trampa y pues...—Suspiró— Yo también cometí ese error alguna vez al no querer escucharte ¿no?

—Si, pero esa vez yo en realidad cometí el error al...

—Sh.— Takuya la cayó— Mejor olvidemos todo ¿si? Lo importante es que ahora todo está bien y que continuaremos en nuestra relación ¿no?

Izumi sonrió ante esto, en verdad valía oro este chico, jamás podría corresponderle todo eso que le entregaba.

—Te quiero.— Musitó la rubia— Y mucho.

Takuya sonrió ante esto y sin decir más, unió sus labios en un dulce beso.


—Es así como estirás los brazos y concentras todo tu peso en la pierna derecha.— Musitó Takato— Esta pose se llama Tree Pose.

Rika hizo una mueca ante esto y alzó su pie izquierdo para mantenerse en el derecho, sin embargo fue imposible, ya que al intentar estirar su brazos perdió rápidamente el equilibrio y cayó— ¡Rayos!— Gruñó y observó al castaño— Sin duda fue pésima idea seguirte en esta idea Takato.— Musitó la pelirroja antes de levantarse.

—No lo fue.

—Claro que si.— Respondió la pelirroja— Ya me caí tres veces.— Sacudió su ropa— ¿Sabes? Aún no sé como acepté seguirte en esto. Nunca me gustó la yoga, siempre la encontré aburrida.

—Pero que cosas dices, Rika, la yoga es lo mejor.— Contestó Takato.

—Para nada.— Contestó la pelirroja— Estar horas y horas con lo ojos cerrados con la mente en blanco o haciendo estas poses raras es una perdida de tiempo, prefiero estar viendo una película o comiendo algo, no sé, una pizza.

El castaño observó atentamente a la pelirroja, de a poco la estaba aprendiendo a conocer— ¿Sabes? Por el poco tiempo en que nos conocemos me está quedando más que claro que tu pasatiempo favorito es comer.

—No encuentro fallas en tu lógica.— Musitó Rika— Te faltó decir que me gusta estar sin hacer nada, en pocas palabras ser perezosa.

—¡Vaya! No quería decirlo, pero me leíste la mente.— Comentó el castaño.

—Ja, ja, muy gracioso.— Musitó la pelirroja y rodó los ojos divertida.

—Aunque bueno, te faltó decir algo.— Habló nuevamente Takato.

—¿A si? ¿y eso que sería?

—Que te gusta estar conmigo.— Respondió el Matsuki— ¿Por qué supongo que te gusta? ¿no?— Preguntó un tanto avergonzado.

—Pues...—Musitó la Nonaka pensativa y en un rápido movimiento depositó un rápido beso en sus labios— Claro que si.

Takato sonrió ante esto— ¿Sabes? No puedo creer que Rika Nonaka me esté besando, Rika Nonaka, eso es inusual.

—Ya suenas como Takeru.— Musitó la pelirroja— Si te soy sincera ni yo me lo creo.

Sus interacciones el último tiempo habían cambiado de una forma tan impresionante que ni ella se reconocía, sin embargo, le gustaba.

—Ya que mencionaste a Takeru ¿supiste que sus padres harán una fiesta este fin de semana?

—¿E? Si, si me enteré.—Respondió Rika.

—No te había comentado, pero al parecer no le gustó la idea porque no estaba de ánimos luego de recibir esa invitación.

La Nonaka hizo una mueca ante esto, no era para menos, después de todo la relación de ellos era un tanto anormal.

—Al parecer no se lleva muy bien con ellos.— Musitó el castaño.

—No es eso.— Respondió la pelirroja, la verdad de las cosas era que él estimaba bastante a sus padres, siempre los consideraba en su vida a pesar de que ellos tuvieran un caracter difícil— Es simplemente que los padres de Takeru son un tanto...—Buscó la palabra adecuada— Especiales.— Pero luego cayó en cuenta de que en general todos los padres de sus amigos, incluyendo a su madre eran todo menos normales.

—¿Especiales?— Preguntó Takato sorprendido— ¿A qué te refieres con eso?

—A que parecen todo, menos unos padres normales.

—¿A si?— Cuestionó el Matsuki— ¿Por qué?

—Porque tienen comportamientos que un padre o madre normal no tendrían, como por ejemplo creer que el dinero hace la felicidad.— Comentó la Nonaka— Jamás han estado en un cumpleaños de Takeru, pero si son capaces de regalarle el móvil más caro del mundo.

—Que mal.— Musitó Takato.

—Y lo peor de todo es que sus padres no están ahí para él, pero cuando ellos los necesitan a sus hermanos y a él no pueden negarse, ejemplo esta fiesta, no me sorprendería que los citara a ellos para el titular de la fotografía de alguna revista.— Comentó la pelirroja— Ya sabes, sus padres son super reconocidos a nivel nacional e internacional.

Takato asintió.

—Y para variar, yo también tendré que ir.— Musitó Rika.

—¿Por qué?— Preguntó Takato—¿Te invitaron?

La pelirroja asintió— Si a este tipo de cosas tienden a invitar a las familias de "sociedad"— Hizo una mueca de fastidio al recordar aquello.

—¿Familia? Entonces ¿invitaron a tu madre también?

—¿A mi madre?— Cuestionó Rika y tuvo intensiones de reír— No, no claro que no.

—Pero dijiste que es en familia ¿no?

—Si, pero mi madre nunca se ha llevado bien con la madre de Takeru.— Musitó la pelirroja— Es más probable que la haya recibido por ser "pariente" de Kousei Minamoto, generalmente recibo invitaciones por eso.— Suspiró— Aunque ahora que sé la verdad no deberían invitarme.

—Bueno aunque no seas su pariente tu has crecido en este ambiente ¿no?

Rika suspiró— Tristemente si.— La verdad de las cosas era que jamás le había gustado crecer en ese ambiente, pero no le había quedado de otra, su madre tenía amistades de la alta sociedad que la invitaban a eventos y ella por ser su hija debía asistir, o por Kousei (como hbaía mencionado anteriormente) aunque debía decir que más que por él, ella recibía invitaciones de Satomi, su esposa, madrastra de Kouji, quién era una mujer super amable y cariñosa, sobretodo con ella, hecho que jamás logró entender, porque se suponía que era una simple sobrina de su esposo, pero la trataba tan bien como a los gemelos la hacia sentir parte de su familia, incluso más que Kousei y su propia madre.

Volviendo al tema principal, si, había crecido en ese mundo lleno de lujos, riquezas y mucha, mucha, pero increíble mucha falsedad.

—¿Por qué triste?— Cuestionó Takato con cierta curiosidad, aunque por todo lo que sabía ya se podía hacer una idea.

—Porque...—Rika suspiró— Todo es lujo, riqueza, en esas fiestas no predomina ni felicidad, ni las ganas de celebrar, sino de ver quién lleva las mejores joyas, móvil, auto, entre otras cosas. Prácticamente quieren lucir al máximo el dinero que han ganado y practicamente hablan solo de cifras millonarias que han obtenido mediante sus negocios, es bastante aburrido.

Cifras millonarias obtenidas por sus negocios.

Cifras infladas sonaría mejor y más sincero, pensó Takato.

—¿Y ustedes que hacen en esas fiestas para divertirse?

—Pues muchas cosas.— Contestó Rika— Intentamos ignorar a los adultos, hablamos y comemos, no es la gran cosa, ya que de igual forma tenemos que ir vestidos de una forma elegante para tomarnos fotos y esas cosas.— Rodó los ojos— Antes cuando éramos pequeños todos odiabamos esas celebraciones y siempre alguien terminaba metiendose en problemas.— A su mente no pudieron evitar venir recuerdos de su niñez cuando todos eran amigos y se llevaban bien, cuando ninguno tomaba o se drogaba, en pocas palabras: días que jamás regresaran. Suspiró— Pero con el paso del tiempo se han vuelto tolerables.— Continuo hablando— Pero si quieres podrías ir.

—¿Ir?

—Si.— Respondió Rika— Generalmente dejan que las personas lleven invitados, parejas, novios, y pues...—Se ruborizó levemente— ¿Te gustaría ser mi acompañante? Estoy segura que a Takeru le encantaría que fueras.

—¿E?—Balbuceo el castaño y a su mente vino su panorama de día Domingo— Disculpa, pero no puedo ese día.

—¿No puedes?

Takato negó— Tengo algo que hacer.

—¿A si? ¿Qué cosa?— Preguntó Rika y luego cayó en cuenta de que ese chico no le debía explicaciones, después de todo no eran novios simplemente un par de...¿enamorados?— ¿Puedo saber?

—¿E?— Takato titubeo nervioso— Pues, mis padres quieren que vayamos juntos a visitar a mi abuela e iré con ellos.


—¿Por qué llevas ignorando mis llamadas desde ayer?

Taichi rodó los ojos y suspiró— Catherine, te envié un mensaje.— Respondió— Te pedí que no me molestaras, tuve que arreglar todo el problema en el cual me metiste ayer con Sora.

—Si, pero no tenías derecho a ignorarme, yo quería estar informada.— Contestó la rubia.

Como si tuviera tiempo para eso.

El castaño suspiró.

—Dime ¿qué le dijiste a Sora?

—¿Qué no es obvio?— Preguntó Taichi— Le conté lo que ocurrió con Takuya e Izumi, le conté todo lo que me hicieron hacer por su chantaje.

—¿A si? ¿Te atreviste?

—Tú provocaste que ocurriera.— Respondió el castaño.

—Y con eso le dijiste lo que ocurrió entre nosotros también ¿no?

—¿E?— Taichi balbuceo.

No, no se lo había dicho, había tenido la oportunidad, pero no lo había hecho por miedo a perderla (Si, otra vez ese discurso)

—Considerando que Sora y tú se veían de lo más normal esta mañana debo suponer que no ¿cierto?— Musitó la rubia observando atentamente al castaño.

El Yagami se mordió el labio inferior y no respondió ante esto, no quería admitirlo, pero con su silencio era más que obvia la respuesta.

—Taichi, taichi, taichi.— Musitó la chica— ¿En verdad piensas seguir mintiendo?

El castaño se mordió el labio inferior, la verdad de las cosas era que se estaba cansando de mentir, sobretodo con esa situación, después de todo sentía que mientras más aplazaba decir la verdad, más perdía a Sora, sobretodo luego de la mentira que le había dicho tenía la sensación que si algún día esto salía a la luz, la pelirroja lo odiaría.

Sin embargo no hablaría de eso con la rubia.

—Catherine, esto no es tema tuyo ¿si?— Comentó antes de disponerse a alejarse.

—¡Hey! Espera.— La rubia lo tomó de la mano para que se detuviera.

Taichi hizo una mueca ante esto y volteo hacia ella— Catherine, por favor, sueltame.

—No, hasta que me escuches.— Respondió la rubia—Dime ¿enserio quieres seguir esforzandote en dar lo mejor de ti por esta relación cuando es obvio que la perdiste?— Preguntó Catherine.

—No la perdí.

—Por el momento.— Respondió la rubia— Porque no le has dicho la verdad a tu novia, pero dime ¿crees enserio que podrás mantener esta farsa todo este tiempo?

Esa pregunta se la había hecho miles de veces y siempre llegaba a la misma conclusión, mientras de él dependiese si, pero sabía que eso no sería para siempre. Ayer había quedado demostrado.

—O mejor respondeme ¿por qué sigues luchando por tu relación con Sora luego de todo lo que ha sucedido entre ustedes?

—Eso lo hago porque la quiero.

—Lo dudo, si así hubiese sido no te hubieras involucrado conmigo.

—Lo tuyo fue en un momento que no estaba en mis casillas, estaba herido por nuestra separación.— Respondió Taichi— E hice muchas cosas de las cuales me arrepiento por eso.

—Bueno es culpa de ella también ¿no? Digo, si tanto dice quererte no te hubiera dejado sufrir tanto como lo hizo.— Comentó Catherine.

—Yo no hice las cosas bien esa vez.

—Con tu hermana, pero ¿por qué ella tenía que entrometerse? Después de todo lo de ustedes era algo totalmente aparte.

Taichi suspiró— Yo no hice las cosas bien, así como ahora.— Su vida era un caos, estaba tomando muchas decisiones erroneas y eso desemboaría en algo peor, no debía ser adivino para saberlo.

—Bueno, creo que tú ya eres consciente de que cuando Sora se entere de la verdad no te quedrá ver jamás.— Musitó Catherine como si hubiese leído su mente.

Taichi bajó la mirada— No tienes que recordarmelo.

—Porque lo sabes ¿no?

El castaño suspiró, en verdad le dolía recordarlo— Si, si lo sé.

—Entonces ¿por qué sigues insistiendo con ella?— Preguntó Catherine antes de acariciar su mejilla derecha— Ya deberías dejar de pensar en ella y centrarte en ti.

—¿En mi?

—Si, en ti.— Respondió la oji-azul— ¿Sabes? Habemos miles de chicas que moriríamos por estar contigo y tú solo sufres por ella, eso no es justo.

Taichi se mordió el labio inferior, sabía que algunas chicas gustaban de él, pero siempre su prioridad había sido Sora, ya que desde que eran niños la amaba.

—Si tan solo le dieras una oportunidad a una de ellas.— Musitó Catherine— Estoy segura que te darías cuenta que lograrías ser feliz.

—No puedo Catherine— Habló Taichi— Yo la a...

—No digas que la amas.— La rubia lo interrumpió— Y sacate eso de la cabeza, por favor, hazme caso.— Acarició sus labios— Tú siempre la has querido, ha sido tu primer amor y por eso te has negado a mirar a otro lado, pero yo estoy segura que si lograras olvidarte de ella, si ignoraras su existencia y le dieras una oportunidad a otra te darías cuenta que Sora no lo es todo, más que un amor que con el tiempo olvidarás.

Curiosamente esas palabras muchas veces las había escuchado, que el primer amor o el amor de quince no es para toda la vida y él siempre había creído que era mentira, pero luego de que Sora terminara con él cambio de perspectiva, después de todo, uno jamás sabía que podía ocurrir a futuro. Cuando uno comenzaba recién a vivir la vida se entregaba con todo, sin embargo, parecía ser que eso disminuía a través del tiempo.

Catherine observó atentamente al chico y acarició sus facciones— ¿Sabes? Si tan solo me dieras esa oportunidad a mi, yo podría hacerte ver que Sora no lo es todo y que puedo hacerte feliz.— Dijo esto antes de acercarse al castaño.

Taichi hizo una mueca ante esto— Catherine, no...

—Sh, no digas nada, solo piensalo.— Le susurró muy cerca de sus labios— Solo piensalo.— Fue lo último que dijo antes de unir sus labios en un beso.

Taichi no pudo evitar sorprenderse ante esto, sin embargo, mayor fue la sorpresa de la rubia cuando este no se alejó.

Y más grande fue la sorpresa de Nanami, quién paró en seco al ver esta escena.

¿Qué rayos?

Pensó.


—¿Taichi ayudó a Nene en su plan?— Preguntó el rubio sorprendido ante todo el relato que le había comentado su novia apenas había llegado a la clínica.

La Tachikawa asintió en silencio.

—Pe-pero ¿cómo?— Cuestionó el Ishida ante esto sin poder creer lo que había escuchado, literalmente sin querer creerlo, Taichi era amigo de Takuya ¿no? Alguien fiel, cometía errores, pero nunca haría algo para lastiamr a sus amistades.

—Ni idea.— Respondió Mimi— Créeme, cuando vi el video ni yo me lo podía creer y evidentemente ni mi hermano, ni Izumi querían creerlo, pero estaba más que claro.— Suspiró— Por eso mismo fueron a hablar con él para aclarar todo este enredo.

Yamato hizo una mueca ante esto, desaparecía unas horas y ocurrían muchas cosas en su ausencia— Ojalá Taichi tenga una explicación eficiente ¿cómo es posible que él haya ayudado a esa loca?

—No lo sé.— Suspiró la Tachikawa— Le he enviado mensajes a nuestros hermanos, pero ninguno responde.— Observó su móvil.

Yamato también alzó su móvil y se dispuso a enviarle un mensaje a su hermana, en verdad no entendía nada y necesitaba saber.

—Solo espero que pase lo que pase, sea la explicación que sea, las cosas mejoren entre Takuya e Izumi, no soporto verlos separados.— Comentó Mimi.

—De seguro sí.— Musitó el rubio— Después de todo, Izumi estaba enojada por una supuesta infidelidad, pero con esto queda más que claro que no.

—Si, pero Nene es super astuta, tengo miedo de que invente otra cosa mucho peor.— Comentó Mimi.

—No temas, luego de ver este video creo que Takuya e Izumi tendrán que aprender a confiar el uno en el otro e ignorar todo lo que diga esa chica.— Omitio decir que lo mejor sería que desconfiaran de todo o de todos, después de esto, cualquiera podía darles una puñetada por la espalda.

Mimi suspiró— ¿Sabes? Es injusto que les ocurra esto, han pasado tantas cosas para estar juntos.

Yamato asintió.

—Sería una pena que continuaran separados cuando es evidente que se quieren.

Si, sería una pena que se mantuvieran lejos estando enamorados.

—Tan solo es ver la forma en que se miran que es evidente que se aman.— Musitó Mimi— Desde que somos pequeños ambos se han querido y para variar hacen una pareja hermosa.

—¿Dices eso por qué en verdad lo crees o por qué eres su amiga y hermana?— No pudo evitar preguntar Yamato.

—¡Hey! No lo digo solo por eso.— Contestó Mimi— Lo digo verdad, dime ¿acaso tu no ves como se miran? ¿cómo se hablan?

—Se peleaban mucho de pequeños.

—Porque mi hermano pensó que de esa forma iba a llamar la atención de Izumi.

—Y lo logró.— Musitó Yamato— Tanto así que recibió gritos en vez de alagos.

—Ja, ja muy gracioso.— Comentó Mimi— No me digas que te pusiste en plan "hermano celoso"

Yamato alzó una ceja— ¿Celoso yo?— Preguntó— Bueno, tal vez un poco.— Admitió— Pero entiendeme hablar de mi hermana en pareja es extraño.

—Bueno, no te culpo.— Musitó Mimi— Pero si dejas eso de lado, dime ¿crees que hacen bonita pareja?

Yamato hizo una mueca, en general no le gustaba hablar de las parejas de su hermana, sin embargo, en este caso era un tanto especial, después de todo, él siempre había sabido que Takuya estaba enamorado de ella— Bueno, quizás algo.— Respondió— Aunque dudo que sean mejor pareja que nosotros.

—¿Enserio?— Preguntó Mimi.

—Pues claro...—Contestó Yamato antes de tomar a la Tachikawa por la cintura y acercarla hacia él— ¿O miento?

Mimi sonrió— Claro que no.— Posó sus manos al rededor del cuello del rubio— No mientes.

Ambos se unieron en un suave e inocente beso.

—Supongo que esta noche podré quedarme yo contigo ¿no?— Musitó Yamato.

—¿Sigues molesto por qué anoche se quedó tu hermana?

—No.— Respondió el rubio.

Mimi alzó una ceja, era obvio que si— Es evidente que si.— Rió.

—No me culpes.—Contestó Yamato— Jamás había ocurrido que una chica rechazara mi compañía por la de mi hermana.

—Bueno yo no soy igual al resto de las chicas.— Musitó Mimi.

—¡Oh no! Eso significa que tendré que vivir a la sombra de mi hermana cuando se trate de ti.— Comentó el rubio.

La castaña alzó una ceja— ¿Estás celoso?

—No.— Contestó Yamato intentando sonar serio, como de costumbre.

Mimi rió— Pues no deberías estarlo, puede ser que quiera a Izumi porque es mi amiga, pero tu siempre serás prioridad.

—¿Prioridad número uno?

—Claro.— Respondió la castaña.

Junto a Natsumi.

Pensó esto último.

Yamato sonrió y sin decir más se inclinó para besar los labios de su novia de una manera suave y dulce beso como el anterior. Sin embargo, este con el paso de los segundos se hizo más intenso y apasionado, ni cuenta se dieron cuando cada quién estaba recorriendo el cuerpo del otro con sus manos.

Se separaron por falta de aire durante unos cortos segundos para luego besarse nuevamente de una manera apasionada. Fue así como se dejaron caer sobre la cama y el rubio comenzó a besar el cuello de la castaña como si de eso dependiera su vida.

Mimi acarició su cabello y luego unió nuevamente sus labios en un beso, mordió su labio inferior de una forma sensual, para luego ser ella quién comenzara a besar el cuello del chico y dejar unos mordiscos.

—¡Hey!— Yamato le susurró— Mimi.

—¿Qué ocurre?— Preguntó la castaña mientras besaba el cuello de su novio.

—Debemos detenernos.

—¿Por qué?— Preguntó la castaña— ¿Acaso no te gustan mis besos, mis abrazos...—Rosó sus labios—...mis caricias?

Yamato se mordió el labio inferior y sonrió, la verdad era que amaba estar así con ella.

—Claro que me gusta.— Respondió— Pero este no es el lugar, alguien podría entrar y vernos.

—Son las seis, a esta hora todos se están yendo y no es hasta las ocho que la enfermera de turno viene a verme.— Contestó Mimi— Tenemos tiempo.

—Pero hasta hace poco no estabas bien, deberías estar tranquila y en reposo.— Habló Yamato.

—Que aburrido eres.— Musitó la castaña y acarició su cabello— Ya he estado mucho en reposo, quiero diversión, y pues...— Bajó su mano hacia el muslo derecho del rubio— Tu si puedes darme algo que me puede hacer sentir mejor.

Yamato observó esto y se mordió el labio inferior, habían veces en las cuales esa chica parecía ser insaciable.

—¿Sabes? En situaciones como estas me haces dudar de que estuviste tres años sin tener relaciones.

—¿Perdón?— Mimi alzó una ceja.

—Digo, no te ofendas.— Respondió el rubio— Pero ¿tanto amor me tienes que pudiste soportar la abstinencia? De seguro habían miles de chicos tras de ti en Nueva York que quizás eran mejores que yo.

—¿Mejores que tú?— Preguntó Mimi y rió— Eso es imposible, ningún chico es mejor que tú.

—Lo dudo.— Contestó Yamato— De seguro conociste a muchos rubios de ojos azules que tocaban guitarra y tal vez eran más simpáticos que yo.

—Bueno si los conocí.— Respondió la castaña— Pero, ninguno produjo en mi lo que tú produces.— Acarició su mejilla— Tu eres el único hombre de mi vida, siempre ha sido y siempre será así, no lo olvides, porque nunca cambiará.

Yamato sonrió ante esto y sin decir más, besó sus labios con intensidad.

—Aunque, bueno, dudo que yo sea la tuya.— Comentó Mimi.

—¿Por qué dices eso?

—Porque me dijiste que estuviste con Jun ¿no?— Habló la castaña— Y también me comentaste que estuviste con otras chicas para superar que yo me había ido ¿no?

Yamato se mordió el labio inferior, ya que en su mente no solo resonó el tema de Jun, sino que también lo que sucedió con Nanami, algo que no le había dicho y que Sora le había aconsejado decirle, sin embargo, no sabía como hacerlo ¿por qué? Porque ambas eran amigas y sabía que la Tachikawa la valoraba más de lo que él se podía imaginar.

Suspiró.

Debía decirselo, pero no quería.

Tristemente en ambos casos la terminaría decepcionada.

—Ellas no me importan Mimi.

—Pero eso no quita que estuviste con ellas.

Yamato hizo una mueca— Lo sé, pero ¿eso que importa? Ahora tú y yo estamos juntos ¿no?

—Si, pero...

—Mimi.— La llamó— Ahora tú y yo estamos juntos, nada más importa ¿si? Nada más, solo tú y yo.

Todavía no era tiempo, Mimi recién estaba saliendo de todo ese tema de las crisis de pánico, no quería que recayera, lo mejor sería esperar el momento más apropiado para decirselo.

Mimi acarició su mejilla y sonrió, era agradable saber que ese chico estaba comprometido con ello y que la quería, aunque eso no quitaba que se preguntara ¿con quién más había estado? Sin embargo, quizás lo mejor era no hacerle tantas preguntas, después de todo, eso era parte del pasado y ella ahora debía enfocarse en el presente-futuro, para ellos con su hija.

—Te amo, Mimi.— Yamato le musitó a la castaña.

Mimi sonrió— Yo también a ti.— Respondió antes de que ambos se unieran en un beso.


—¿Takuya supo que todo fue un montaje?— Ryo le preguntó a su amiga.

—Si, eso fue lo que te dije recién.— Respondió Nene molesta.

—¡Hey! No me hables así.— Musitó el oji-azul.

—¿Así como?

—De esa forma tan...— Ryo buscó una palabra— Enfadada, amargada.

—Lo siento.— Respondió Nene— Pero ¿cómo quieres que esté luego de todo lo que ocurrió? Quedé en evidencia frente a ese par, Takuya no me quiere ver e Izumi ahora debe estar festejando porque él regresó a sus brazos.

El Akiyama hizo una mueca, en verdad no entendía ¿cómo rayos era que siempre terminaban juntos esos dos' Ni siquiera la relación de Izumi con Kouji había logrrado separarlos y eso si había sido algo más importante que lo que había ocurrido con él, finalmente eran novios y Kouji era mejor amigo de Takuya ¿no? Habían códigos (Que él jamás respestaba, pero los demás si)

—Bueno ¿qué quieres que te diga, Nene?— Preguntó el chico— Tristemente quedaste en evidencia, por las camaras de seguridad.

Nene frunció el ceño, en verdad tenía mala suerte.

—Y Takuya te desprecio.— Musitó el Akiyama— Otra vez.

Así como Rika lo despreciaba a él.

Nene frunció el ceño, eso era lo peor de todo, ser despreciado.

Como su madre.

Ella jamás sería como ella.

—Si Takuya sigue despreciandome no tendré piedad.— Musitó la castaña, en verdad estaba cansada de sus rechazos— No me importara esconder lo mío, mientras pueda hacerlo sufrir con el secreto de su hermana.

—¿El secreto de su hermana?— Ryo repitió esto— ¿Sabes? Muchas veces has dicho eso, pero por más que lo repites jamás me has dicho de que rayos trata ese secreto que podría hacerlos sufrir.

Nene hizo una mueca ante esto y suspiró— No te interesa saber, eso es un haz que tengo bajo mi manga y es solo mío.— No desconfiaba del Akiyama, pero cuando tomaba mucho alcohol hablaba demás.

—¡Ay! Vamos.— Exclamó Ryo— Somos amigos, nos hemos apoyado en todo hasta ahora ¿por qué no me dices?

—Porque no eres completamente de fiar.— Respondió la chica— Cuando tomas haces escándalos y podrías decirlo.

El Akiyama hizo una mueca— Bueno, eso le sucede a cualquiera, pero aunque no lo creas yo si tengo filtro cuando estoy alcoholizado.— Contestó— Y la prueba está en que jamás, ni en mis más locas borracheras he dicho la verdad sobre mi padre.

—¿La verdad sobre tu padre?— Preguntó Nene.

Ryo asintió.

—¡Un minuto! Catherine sabe sobre ella ¿no?

—Si, lo sabe.

—¿Y por qué yo no?

—Esa es una buena pregunta.— Respondió el Akiyama— Lo sabe porque yo se lo conté.

—¿Y por qué yo no lo sé?— Cuestionó Nene.

—Porque a ti te conocí hace poco tiempo, a Catherine la conozco hace más.

—Se supone que somos amigos ¿no? Pensé que confiabas en mi.

—Bueno, tú tampoco me quieres decir lo que sabes sobre los Tachikawa.— Contestó Ryo.

Si, eso era un buen punto.

—Pero ¿tan interesante es el secreto que involucra a tu padre?

—Bastante.— Respondió el castaño— Ahora va la pregunta hacia ti ¿tan grave es ese secreto?

—Bueno, podría arruinar la imagen de niña perfecta que tiene Mimi ante el mundo.— Musitó la castaña.

—¿Enserio?— Preguntó Ryo— ¿Por qué?

—Porque...—Nene observó atentamente al Akiyama y simplemente suspiró— ¿Te cuento o no te cuento?

—¡Vamos! Cuentame.— Animó el Akiyama.

Nene observó atentamente al castaño sin saber que hacer o que decir ¿le decía o no? Confiaba en él, sin embargo ¿valdría la pena?

Suspiró.

Bueno, no era un secreto de ella después de todo.

—Mimi tiene una hija.

Ryo ante esto observó rápidamente a la castaña y abrió los ojos totalmente sorprendido— ¿Có-cómo es eso?

—Tiene una hija.— Respondió Nene.

Espera ¿qué?

—¿Una hija?

—Si, una hija.— Contestó la castaña— ¿Qué no entiendes de eso?

Ryo alzó una ceja—¿Es una broma?

—¿Por qué lo sería?

—Porque no tiene ningún sentido.— Respondió y una carcajada salió de sus labios— Una hija ¿si cómo no?

Nene rodó los ojos— ¿Es enserio? ¿no me crees?— Preguntó.

—Claro que no, no tiene ningún sentido.

—Claro que lo tiene.— Respondió la castaña— Mimi en Estados Unidos estuvo embarazada y tuvo una hija, pero nadie lo sabe porque lo ocultó.

—¿Lo ocultó?— Preguntó el chico— ¿Cómo que lo ocultó? Es imposible esconder un embarazo.

—No es imposible.— Contestó la castaña— Su padre se llevo a Mimi a una cabaña aislados de todos luego de que vio que no podía abortar, literalmente la dejó aislada de todo, sin redes sociales, sin poder salir, sin nada, nadie supo de su embarazo.

—Espera...—Ryo proceso esto— Si dices que nadie lo supo ¿cómo tú lo supiste?

—Porque la hija que tuvo se la dio en adopción a mi prima.— Respondió Nene— Y no fue difícil avergiarulo, además no soy tonta, yo vi a Mimi meses después de que dio a luz y era evidente que tuvo un bebé, su cuerpo lo decía, digo tenía las caderas más anchas y le costó bajar de peso.

¡Un minuto! Si tuvo una hija entonces ¿quién era el padre? ¿podía ser Yamato?

—Dis-disculpa.— Habló Ryo— ¿Y-y cuantos años tiene esa niña?

—Debe tener unos tres años creo.— Respondió Nene—Si, más o menos.

—¿Tres años?— Preguntó el oji-azul— ¿Estás segura?

—Si.— Respondió Nene antes de alzar su móvil, se aventuró entre las aplicaciones y luego de unos segundos volteo su móvil hacia el castaño— Aquí tengo una fotografía que subió mi prima Alice de su cumpleaños.

Y fue en ese minuto cuando los ojos de Ryo Akiyama cayeron ante la impresión.

¿Qué rayos estaba viendo?

Esa niña era...La copia femenina de Yamato, una copia miniatura de Natsuko Ishida (ex Takaishi)

—¿Di-dices que tiene tres años?— Preguntó Ryo.

—Ahí en la imagen lo dice ¿acaso no ves ese número tres en la vela?— Cuestionó la chica.

—¿Y-y en qué mes nació?— Preguntó el chico.

—Ni idea.— Respondió Nene— Pero por la fecha del cumpleaños creo que Julio.

—¿Y-y sabes quién es el padre?

—Pues no.— Contestó la chica Amano— Nunca lo supe, la verdad de las cosas es que nunca estuve al pendiente de las relaciones de mi cuñada, sobretodo luego después de que prefirió apoyar a Izumi antes que a mi.

El Akiyama observó atentamente la imagen y tomó el móvil entre sus manos sin poder creerlo— Ne-nene...— Pronunció su nombre con dificultad.

—¿Si?

—En-en ver...—Tartamudeo— En verdad eres idiota.

¿Idiota?

—¡Hey! ¿Por qué me dices eso?— Preguntó Nene molesta.

—Por-porque...—Ryo tragó saliva— Tenías la posibilidad de separar a Takuya e Izumi para siempre frente a tus ojos.

—¿Cómo?— Cuestionó la castaña.

—¿Es que acaso no lo ves?— Preguntó el Akiyama— Esta chica es igual a Yamato.

—¿Yamato?

—El novio de Mimi, el hermano de Izumi.— Respondió Ryo.

Nene alzó una ceja— ¿De Yamato?— Preguntó— ¿Por qué sería de Yamato? Si ellos recién son novios.

—¿Recién?— Cuestionó Ryo— Ellos fueron novios antes de que Mimi se fuera a Estados Unidos.

—¿Qué?— Preguntó la castaña.

—¿Acaso no lo sabías?

—No.— Contestó Nene— Ya te dije que luego de que decidió apoyar a Izumi yo corté toda relación con ella, apenas supe que tuvo novio antes de que se fuera a Nueva York.

—Tuvo una hija creo que es obvio que tuvo un novio.

—Si, bueno, pero yo creí que era hija de Michael, un chico rubio de Estados Unidos que era super amigo de ella y...—Nene se detuvo ante esto al recordar algo.

¡Un minuto!

—Espera yo...—Nene intentó poner sus ideas en orden antes de hablar— Siempre me pareció raro ¿sabes? La hija de Mimi siempre estuvo bien a pesar de que siempre pensé que era prematura.

—¿Prematura?— Preguntó Ryo—Eso sería demasiado, digo, si sacas cuentas...

—Bueno, nunca le puse atención a eso.— Respondió Nene.

—¿Cómo no le ibas a poner atención a algo como eso?

—Porque para mi nunca fue importante para mi o que ocurría con ella, solo me importó el tema de la hija por Alice, ya que quería saber si era hija de su ex, pero luego supe que era adoptada.— Respondió Nene.

—¿Y ahora que regresaste nunca se te pasó por la cabeza que fuera hija de Yamato?

—No, bueno, como dije no ando al pendiente suyo, y pues ¿qué iba a saber yo que eran novios desde antes? Ni siquiera sabía de la existencia de Yamato, ni de su banda, ni de todo este lugar, digo, jamás me interesó Japón y si no fuera porque mi madre me envió a este lugar castigada probablemente no sabría ni que tú existes.

No sabía si creer aquello o simplemente considerar a esa chica completamente distraída (o idiota)

—Bueno, ahora que estás aquí deberías comenzar a ser más despierta.— Respondió Ryo— Es obvio, esta niña no solo es hija de Mimi, sino que también de Yamato y también eso significa que es sobrina de Izumi, aunque ella no lo sabe.—Comentó— Imagínate ¿qué pensaría esa rubia si supiera que su novio la ha engañado todo este tiempo?


Catherine profundizó en su beso con Taichi, acariciando su lengua con la suya.

Taichi depositó sus manos en la cintura de la rubia, sin embargo su mente solo gritaba.

¿Qué rayos haces?

Imágenes de Sora y él vinieron a su imagen como un bombardero, pero también estaba el recuerdo de aquel sueño.

¿Por qué no se alejaba?

El quería a Sora ¿no? No podía ser posible que comenzara a sentir algo por Catherine ¿o si?

¡Rayos!

Depositó sus manos en sus hombros y se alejó— Catherine, no.

La rubia hizo una mueca— ¿Por qué no?

—Porque yo...—Taichi suspiró— Quiero a Sora.

Catherine hizo una mueca— Tú no la quieres, simplemente estás obsesionado en esa situación.

—Puede que lo esté.— Musitó el castaño— O quizás, pero sea como sea esto no puede ser.

—Si, tan solo me dieras una oportunidad verías que si funcionaría.

—No, Catherine, yo estoy seguro que no funcionaría.

—¿Por qué no?— Preguntó la rubia y tomó su mano— Dime ¿acaso soy fea?

—No, no lo eres.

—Entonces ¿por qué no?— Cuestionó y se acercó al chico para entrelazar sus respiraciones— ¿Acaso no soy lo suficientemente mujer?— Besó su mano— No te hago sentir mejor que Sora.— Dijo esto mientras acercaba su mano a su escote.

—No es eso.

—Entonces ¿por qué no me aceptas?— Preguntó la rubia antes de rosar sus labios por su cuello.

Taichi hizo una mueca.

¡Reacciona!

Gritó su subconsciente mientras Catherine depositaba sus besos.

¡Reacciona!

Nuevamente se gritó al sentir como las manos de la chica bajaban por su entrepierna.

¡Rayos, Taichi! ¡Reacciona!

Y con ello una imagen de Sora apareció en su mente provocando que sacara fuerzas de (ni él sabe donde) para alejarse de la chica.

—Lo siento, no puedo.— Dijo antes de salir corriendo.


Takuya rodeo entre sus brazos a la rubia y besó su mejilla mientras acariciaba su cabello.

—Extrañaba estar así.— Musitó Izumi—Solo en tus brazos siento el alivio a mis problemas y penas, ceso mi dolor, mi tristeza ha terminado, ya puedo olvidarlo.

—¿Olvidarlo?

—¿Puedes olvidar a los que nos hicieron sufrir y produjeron nuestra separación?— Preguntó el moreno.

—Si estoy contigo, creo que si.

—¿Sabes? Yo igual podría hacerlo, sin embargo...—Takuya se detuvo.

—¿Sin embargo?— Izumi preguntó y el castaño simplemente mantuvo el silencio, no fue necesario que dijera palabra para que la rubia lo comprendiera— No puedes hacerlo porque Taichi estuvo involucrado ¿no?

Takuya hizo una mueca.

—Lamentablemente si.— Respondió— No puedo creer que Taichi, mi supuesto amigo prefirió ayudar a Nene antes que a mi.— Suspiró— Dijo que fue a causa de tod aesa situación, sin embargo no puedo evitar decepcionarme, lo entiendo pero no logro entenderlo.

Izumi hizo una mueca ante esto y acarició la mejilla de su novio— Comprendo como te sientes y entiendo que te sientas desconcertado, perdido, pero bueno, ya verás que con el tiempo quizás lograremos perdonarlo.

—Eso espero.— Comentó el castaño, sin embargo eso tomaría bastante tiempo, luego de eso no podía evitar sentir desconfianza hacia él y por una extraña razón sentía que todavía mentía, porque en el momento en que había relatado aquello no los había mirad a los ojos, al contrario, era como si ocultara algo.

Suspiró.

Bueno, lo mejor sería aprovechar que ahora estaba todo claro y que la rubia lo había perdonado.

—Por cierto, esta mañana me enteré que el Lunes tuviste un problema con Nene.

—Eso no es novedad, tengo problemas todos los días con ella.— Musitó la rubia.

—Si, pero me comentaron que te hicieron trapear todo el internado ¿es verdad?

Izumi se mordió el labio inferior ante esto, la verdad era que no le gustaba recordar aquello— Si, lamentablemente me hicieron trapear el suelo, porque no solo discutí con ella, sino que le di un...—Era extraño decirlo— Puñetazo.

—¿Puñetazo?

—Si.— Respondió la rubia— Casi la boxeo, ni a Yamato cuando eramos pequeños lo golpe de esa forma.

—¿Enserio?

Izumi asintió— Y créeme, me arrepentí por unos momentos, pero luego de saber esto no me arrepiento, Nene se lo merecía.

—¿Aunque te hayan hecho trapear el suelo?

—Bueno, en su minuto si, pero ahora no.— Respondió la rubia— Trapearía todo el mundo por deshacerme de ella, dime ¿tú no piensas lo mismo?

—Créeme lo he pensado miles de veces.— Suspiró— Pero la verdad es que a estas alturas Nene solo me da pena.

—¿Pena?— Cuestionó la oji-verde.

—Si, pena.— Contestó Takuya— Ella no ha tenido buenos ejemplos, su madre es tóxica en todos los sentidos, nunca se preocupó en darle un buen ejemplo y pues...—Suspiró— Que actue así es solo el reflejo de un espejo.

Izumi hizo una mueca ante esto— Bueno, todos hemos tenido malos ejemplos de nuestros padres y no por eso los vamos a imitar ¿no?

—Bueno, si, es verdad, pero entiendeme, yo conocí a Nene cuando era una chica decente e inteligente, y pues, puede que me enfade, pero si me propusiera odiarla, en verdad creo que ni siquiera podría saber que existe y no quiero eso.

Izumi sonrió de lado ante esto— ¿Y sabes por qué ocurre eso? Porque eres un chico bueno y bondadoso, no te gusta tener problemas con los demás, siempre intentas hacer las cosas bien y pues, a diferencia de mi tienes buenos sentimientos. Por eso eres tan bueno y por eso también...— Besó su mejilla— Me gustas tanto.

El moreno sonrió ante esto— ¿Enserio lo crees?

—Pues claro.— Respondió Izumi.

—¿No que yo era el peor monstruo del mundo?— Preguntó Takuya— Así me decías cuando éramos pequeños.

Izumi rió— Eso es pasado, ahora la princesa, osea yo, te besó y te convirtió en principe.

—¿Sabes? En otro minuto te hubiera llamado creida.— Comentó Takuya— Pero tienes razón, eres una princesa.— Tomó su mentón— Mi princesa.— Dijo esto antes de unir sus labios en un suave beso.

Izumi no demoró en corresponder a este gesto, envolvió su cuello con sus brazos mientras disfrutaba de aquel beso dulce y tierno, pero, con el paso de los segundos se volvió mucho más intenso.

De un momento a otro, las hormonas comenzaron a subir y con ello la temperatura.

Las manos del chico acariciaron la cintura de la chica, mientras los brazos de la chica abrazaban su cuello. Y sus labios se unían en un apasionado beso un minuto dado ambos se recostaron de espaldas en el sofá mientras seguían besandose.

La chica abrazó la cintura del castaño con sus piernas y el chico las acarició. Los besos del chico bajaron por su cuello y mientras la rubia jugaba con su cabello.

—Te extrañe.— Le susurró el castaño a la rubia.

—Yo también a ti.— Contestó Takuya antes de depositar otro beso en sus labios, seguido de otros más llenos de amor y pasión.

La chica besó su cuello y lo mordió, mientras Takuya acariciaba la delgada figura del cuerpo de aquella chica. Nuevamente unieron sus labios en un salvaje y feroz beso provocando que al perder el aire ambos se separaran con las respiraciones agitadas.

—Cre-creo que ya es hora de irme.— Habló el castaño.

—N-no...—Respondió Izumi intentando recuperar el aliento— Por favor, no te vayas.— Pasó sus manos por los botones de la camisa del chico— Todavía no.— Dijo antes de depositar un beso en sus labios.

Takuya sonrió ante esto y continuo besando su cuello, mientras que las manos de la rubia comenzaron a desabrochar su camisa, las manos de Takuya subieron la ombliguera de la chica y desabrochó el nudo de esta mientras comenzaba a besar su escote, Izumi retiró su camisa, así como el castaño retiró su ombliguera y a continuación desabrocho su sujetador, fue así como se aventuró en sus pechos y lamió sus pezones.

—Ah~

Fue el gemido de la chica, seguido de otros más mientras sus labios se aventuraban en su espalda fuerte.


*Bueno no es necesario dar más explicaciones para imaginarse que ocurrió después*


—¿Qué estás haciendo?— Damar le preguntó a Kouji, quién se encontraba en su habitación revisando atentamente su móvil.

—Estaba revisando una invitación.— Respondió el Minamoto.

—¿Invitación?— Preguntó Damar acercandose a su cama.

—A la fiesta de aniversario de los padres de Yamato.— Respondió el Minamoto.

—¡Vaya! No sabía que harían una fiesta.

—Yo recién me enteré.— Contestó Kouji— Aunque no me sorprende, todos los años hacen una.

—Si, eso lo sé.— Respondió la Tachikawa— Generalmente invitan a mi padre, pero como él siempre está de viaje pocas veces ha venido y si no lo recuerdas, antes que nos fueramos a Estados Unidos siempre nos invitaban como familia.

—Considerando que regresaron a la ciudad tal vez también los hayan invitado.

—Bueno, eso no lo puedo saber porque no tengo mi móvil.— Musitó la castaña— ¿Me lo podrías entregar para ver si me llegó?

—Olvídalo.

—¡Ay! Vamos, es solo para ver si me llegó o no.— Respondió la castaña.

—¿Quién me asegura que solo será eso?

—Yo.— Contestó Damar— ¡Vamos! Solo será un momento.— Rogó.

El Minamoto suspiró, tal vez ya era hora de devolverle el móvil. Estiró su mano en dirección a su mesa de noche y abrió el cajón, sacó el móvil para entregarselo a la chica.

—Aquí tienes.

—Gracias.— Contestó Damar y lo revisó. Hubieron unos minutos de silencio hasta que finalmente la castaña habló nuevamente— Efectivamente, me llegó la invitación.

Era de esperarse.

—¿Tú irás?— Preguntó la castaña.

—No lo sé.— Respondió el Minamoto— Es probable que mi padre me diga que vaya, ya que él está de viaje, sin embargo, no estoy interesado.

—¿Por qué?— Preguntó la castaño— ¿Por qué ya no eres el yerno del matrimonio anfitrión?— Comentó Damar burlona.

—Ja, ja, muy chistosa.— Musitó el oji-azul— Ahora el yerno es tu hermano, él tendrá que tolerar esas charlas de "matrimonio por dinero"

Damar alzó una ceja— ¿Les hablaban de eso cuando estaban juntos?

Kouji asintió— Lamentablemente si.

—Que mal.— Musitó la Tachikawa— Aunque no me sorprende, Natsuko e Hiroaki son como mi padre.

El Minamoto asintió— Lo bueno es que tu hermano es de su misma clase social.—Comentó— Incluso ustedes los Tachikawa tienen más dinero que los Minamoto, así que, creo que les agradará que Izumi esté con él.

—¿Tener más dinero?— Preguntó Damar— ¿De adonde sacas eso? Nosotros no tenemos más que ustedes.

—Claro que sí.

—No.

—Si.

—Bueno, como sea, es dinero de nuestros padres, no de nosotros.— Habló Damar— Al menos por el momento.— Cuando Keisuke muriera enserio lucharía porque la herencia fuera equitativa de un 33,3% para cada uno, no permitiría que por machismos Takuya obtuviera más.

—¿Tú quieres ir a esa fiesta?

—No.— Respondió la castaña— Muchas personas en un solo lugar jugando a ver quién luce mejor sus joyas y dinero no es un panorama de Domingo muy agradable ¿no crees?

Eso era verdad.

—Tú deberías ir.

—¿Por qué?— Preguntó el Minamoto.

—Porque, quizás quieran escuchar cantar a la banda de su hijo.

—Dudo que nos hagan cantar.— Musitó Kouji— A los padres de Yamato jamás le ha gustado nuestra banda.

—¿Enserio?

El Minamoto asintió.

—Que mal.— Musitó Damar— Ustedes tocan genial, mejor que cualquier orquesta clásica que de seguro deben contratar.

—Ellos no lo ven así.

—Ojalá lo vieran, ustedes no solo tocan, sino que cantan genial.— Habló Damar— Sobretodo Yamato y tú ¿sabes? No te había dicho, pero últimamente he escuchado sus últimos temas y en verdad me han sorprendido tus solos de guitarra y voz.

—¿Enserio?

Damar asintió— Si, cantas demasiado bien, se nota que lo años te han ayudado a mejorar.

¿Le estaba dando un cumplido?

Si, le estaba dando un cumplido y no se sentía por hacerselo (al menos por el momento)

—Bueno el mérito también es tuyo ¿no?— Comentó el Minamoto— Después de todo tú me enseñaste a cantar.

Damar sonrió ante esto y por su mente no pudieron evitar pasar aquellos recuerdos de su niñez— No te enseñé, tú ya sabías.

—Claro que no, para mi era aburrido.— Respondió Kouji— Pero dijiste que servía para desestresarce y funcionó, ahora cada vez que parece que no puedo más lo hago.

—¿A si?— Preguntó la castaña.

Kouji asintió.

—¿Por qué no me cantas algo ahora?— Damar preguntó— A ver si logras desestresarme a mi.

—¿Yo?— Cuestionó el Minamoto— No, mejor tú, hace bastante no escuchó tu voz.

Damar rió— No gracias, no canto muy bien.

—Claro que sí.— Respondió Kouji— Siempre has cantado bien.

—Si, pero no sé si lo haga tan bien como antes.— Musitó la castaña— La voz con el paso del tiempo se desgasta.

—Bueno, si me cantas algo podré verificarlo ¿no?

Damar se mordió el labio inferior— Mejor no.— Respondió antes de levantarse— Ya es tarde y supongo que quieres descansar.— Dijo esto disponiendose a salir.

—¡Hey!— Kouji la tomó del brazo— No estoy cansado.

Damar volteo hacia él.

—Quiero escucharte cantar.

Damar sonrió y nuevamente tomó asiento— No te va a gustar de verdad, mejor cantame tú a mi.

—A mi me puedes escuchar mediante los temas que hemos grabado con la banda.— Respondió el Minamoto.

—Si, pero ahí te escuchas con Yamato y los demás.— Contestó Damar— Yo quiero escucharte a ti solo.

—Bueno, eso mismo quiero hacer contigo.

—Creo que nunca llegaremos a un acuerdo.— Respondió la castaña.

—Que mal.— Musitó el Minamoto— Yo si quería escuchar tu voz.

Damar rió—Mejor duerme, ya es tarde.

—¿Enserio quieres dormir?

—¿Tú no?— Preguntó la castaña.

Kouji negó.

—Veo que sigues siendo como el hombre lobo.— Comentó Damar— Despierto de noche.

—Bueno, no es siempre, pero la noche me agrada.

—Desde que somos niños ha sido así.— Musitó la castaña.

Si, eso era un hecho.

—Así como desde niños te ha gustado cantar.

—¿Seguirás con eso?

—Quiero escucharte.

Damar sonrió de lado, esta situación le traía recuerdos— ¿Sabes? Cuando mi madre estaba viva, Mimi, ella y yo cantabamos como si de eso dependiera nuestra vida y Takuya nos vivía regañando porque decía que cantabamos como condenadas.— Suspiró— Pero, luego de que mamá murió él nos vive pidiendo que le cantemos para recordarla, y pues, como mi orgullo me lo impide siempre le digo que no, ya que en el momento que pudo escucharnos reclamaba, sin embargo Mimi siempre cantaba para Takuya y para...—¡Rayos! No podía ponerse triste al recordar su embarazo, en ese minuto debía estar bien. Suspiró— Y para mi.— Continuo— Pero una vez ocurrió que me enfermé tanto que literalmente vi la luz...—Bajó la mirada— Y en mi "agonía" le pedi a Takuya que me cantara.

—¿Takuya cantando?

—Suena chistoso ¿no?— Comentó Damar— Pero a pesar de que yo nunca lo hacia con él, lo hizo conmigo y la verdad es que me sorprendió bastante, no pensé que cantara tan bien.

—Bueno, me resulta difícil creerlo, pero debe ser un talento familiar ¿no?

Talento familiar.

Repitió eso en su mente.

~Tiempo atrás~

Damar observó a su alrededor buscando a una pequeña rubia de ojos azules, quién había insistido por jugar a las escondidas.

—Natsumi.— La llamó mientras caminaba por el parque, pero no obtuvo respuesta.

Pasó su mirada por una banca cerca de ella y sonrió, ahí se encontraba la pequeña rubia escondida con los ojos cerrados.

Rió.

¿Enserio creía que si tapaba sus ojos no la encontraría?

Sin dudarlo se acercó a ella.

—¡Te encontré!— Exclamó Damar tomando a la chica por los hombros.

—¡Hey!— La niña gritó— No es justo.

—Claro que lo es.— Respondió la castaña— Te escondiste y yo te encontré.

—Se suponía que yo debía ganar.— Musitó la pequeña rubia cruzandose de brazos frunciendo su ceño de una forma tan similar a Yamato preo infantil.

Damar simplemente rió— No siempre puedes ganar, Nat.— Respondió antes de tomarla en brazos.

—Pero yo quería ganar.— Insistió.

Damar nuevamente rió, era divertido ver a la imagen de Yamato haciendo los pucheros de Mimi cuando eran menores— Si quieres podemos seguir jugando a ver si ganas esta vez.

—No gracias.— Respondió Nat.

—Entonces ¿qué quieres hacer ahora?

—Quiero cantar.— Contestó la rubia.

—¿Cantar?— Preguntó Damar.

—Si, amo cantar.— Respondió la pequeña.

—¿Enserio?

La rubia asintió— Shi, amo cantar, cuando sea gande quiedo ser cantante.

Damar alzó una ceja, curiosamente ese era el sueño de su madre y era la profesión (provisoria) de su padre.

—Vamos, canta conmigo.— Rogó la pequeña— Cantemos juntas.

~Actualidad~

—¡Hey! Damar.— Kouji llamó a la chica— ¡Hey!— Chasqueo sus dedos frente ella.

—¿E?— Balbuceo antes de mover su cabeza para salir de sus pensamientos— ¿Q-qué pasó?

—¿Qué pasa contigo?— Preguntó el Minamoto— Es como si te hubieras ido.

—Nada es simplemente que...—Suspiró— Me dio nostalgia.

—¿Nostalgia?— Preguntó Kouji ante esto y cayó en cuenta de la historia que le había contado.

—Si, pero no es grave.— Respondió Damar— Es solo que me trae recuerdos y...

—¡Hey! Tranquila, no es necesario que me des más explicaciones.— Con todo lo que le había contado hasta ahora entendía a la perfección la situación.

Kouji alzó su mano derecha y la llevó hacia el rostro de la chica para acariciar su mejilla. Damar sonrió ante esto y cerró sus ojos sintiendo aquella caricia simple, pero efectiva.

—¿Sabes? Muero por escucharte cantar, pero si no quieres no te voy a obligar.

Damar sonrió ante esto, era increíble toda la compresión que ese chico le estaba brindando, en situaciones tan pequeñas, así como grandes, Kouji estaba ahí y le daba su apoyo. Siempre había sido así desde que eran niños, pero parecía que ahora podía dimensionarlo de una forma más grande y por eso mismo, por cada minutos que pasa se daba cuenta que jamás podría...

Olvidarlo.

Abrió sus ojos y observó atentamente al chico.

—Kouji.— Lo llamó.

—¿Si?

Damar posó sus manos en los hombros del chico y acercó su rostro hacia él— Gracias.— Dijo antes de abrazarlo— Por todo.

El Minamoto ante esto no pudo evitar sonreír y sus brazos rodearon su cintura, amaba tenerla cerca, de verdad, siempre había esquivo para los abrazos, pero tenerla cerca a ella era algo que le encantaba— No me agradezcas.

—Claro que debo.— Respondió la castaña antes de alzar levemente su mirada— Has hecho mucho por mi.

—Pero no debes agradecerme, para mi ha sido un gusto ayudarte.— Contestó el Minamoto y bajó su mirada hacia la chica provocando que sus miradas se encontraran y la cercanía de sus rostros fuera mínima.

—Simplemente te he dado problemas.— Respondió la castaña.

—Para mi no lo han sido.— El Minamoto acarició su mejilla derecha.

—¿Y por?...— Preguntó Damar un tanto nerviosa ante la cercanía— ¿Por qué no?

—Ya sabes porque...— Respondió Kouji sintiendo el suave aroma de la castaña sobre su rostro. Su mirada se centró en sus labios, necesitaba besarlos, no quería alejarse de ella, al contrario solo quería estar a su lado, la chica igual observó sus labios era lo que más le gustaba de él.

Y como si los dos supiesen que querían en ese momento, ambos cerraron los ojos para unir sus labios en un beso que correspondieron con la misma intensidad y dulzura, demostrando con unos simples movimientos de sus lenguas lo necesitados que estaban el uno del otro.

Y fue ahí en ese mismo minuto en el cual se besaban que Damar se dio cuenta que seguía enamorada de ese chico y que no sabía como rayos había pensado que lograría estar sin él.


Ya así es como las cosas entre Kouji y Damar terminan ¿o comienzan? bien, sin embargo, dudo que para las demás parejas, Yamato y Mimi, Takuya e Izumi, sean color de rosas. Ya veremos que nos depara el futuro.

También debo mencionar que pronto subiré la siguiente temporada "No puedo dejarte ir" Para que puedan agregarla a su lista de Favoritos y les lleguen las notificaciones de cuando suba los capítulos.

Se viene el penúltimo capítulo ¡Que emoción!