—¿Están seguras que me veo bien?— Fue la pregunta de Rika mientras se observaba al espejo.

—Seguras.— Respondieron Damar e Hikari a la vez.

La pelirroja hizo una mueca, no se reconocía ni en lo más mínimo, ese short estaba normal, pero ¡ese top! era muy corto y pues, encima de todo llevaba una especie de blusa larga y trasluciente, aunque cumplía la función de tapar su cuerpo igual todo se veía.

—No puedo ir así lo siento.— Dijo antes de tomar una chaqueta de mezclilla larga.

—Pero si te ves bien.— Respondió Hikari.

—No bien, excelente.— Esta vez habló Damar.

—Eso es lo que ustedes dicen porque están acostumbradas a vestir de esta forma, pero yo no.— Contestó Rika.

—Ni tanto.— Comentó Hikari— Si fuera por nosotras te hubieramos puesto un vestido, más elegante y femenino.

—Pero respetado tu decisión.— Comentó Damar— Tú no querías un vestido ¿no?

—Si, pero esto es peor, se me trasluce todo.— Dijo cerrando su chaqueta.

Damar rodó los ojos— Bueno, si no te gusta, entonces utiliza tu chaqueta.— Habló— Eso si, abierta, no cerrada.

—Pe-pero si la dejo abierta se me verá todo.

—Ni que mostraras tanto.— Respondió Damar.

Rika suspiró y tomó su móvil para hablar con su amiga— Para es fácil decirlo ¿no? Después de todo eres una copia de tu hermana y es normal para ustedes vestir así.

—¿Eso es una ofensa?— Preguntó la Tachikawa.

—No lo sé, tomalo como quieras.— Contestó Rika.

Damar rodó los ojos.

—Bueno, sea como sea te ves bien amiga.— Hikari le musitó a Rika.

—No sé, yo no me siento bien.— Comentó la pelirroja, aún no sabía como rayos había aceptado colocarse eso— Estoy segura que Takeru se burlará de mi toda la noche.

Damar no pudo evitar soltar una carcajada ante esto, sin embargo Hikari hizo una mueca.

—Pues dudo que se burle.— Musitó Hikari— Hasta ayer él no sabía si ir o no.

—¿Enserio no irá?— Preguntó Rika.

—Bueno hasta ayer estaba en la duda.— Comentó la Yagami y luego revisó su móvil— Y ya que hoy no nos hemos visto no sé que pensará. Iré a verlo para saber.

—Si, por favor ve.— Respondió la pelirroja— Ya que si no va será aburrido estar en esa fiesta.

—¿Quién te entiende? Primero reclamas porque se va a burlar de ti y luego porque no irá.— Musitó Damar.

—Bueno, bueno, es que no querio que me vea así, pero eso significa que no me guste su humor.— Contestó la Nonaka— Al menos en estas situaciones.

Hikari suspiró— Ya somos dos.— Estaba decidida a no ir si él no iba— Iré a hablar con él.— Dijo antes de guardar su móvil— ¿Nos vemos después?

Rika asintió— Si, luego nos vemos.— Respondió.

—Adiós Damar.— Hikari se despidió de la castaña.

—Adiós Hika.— Contestó la hermana de Mimi.

Fue así como Hikari se dirigió a la puerta principal y salió del departamento.

Rika volvió su mirada a su móvil y observó a su amiga— En verdad no me siento comoda con esta ropa ¿e?

—Te ves bien, Rika, ya deja de reclamar.— Musitó Damar.

La Nonaka rodó los ojos y suspiró— Mejor dejemos de hablar de mi y hablame de ti.— Habló—¿Kouji y tú vendrán a la fiesta?

Esa era una buena pregunta.

Damar sonrió— Pues...


—Kouji no ha respondido a mis llamadas ¿sabes?

—¿A si?— Preguntó Takuya y a su mente vino una conversación pequeña que ayer había tenido con su hermana, Damar, quién le había rogado que por favor no le comentara a Koichi sobre donde estaban, cosa que no había entendido, pero que había respetado.

—Estuvo toda la semana fuera, no he tenido ni un rastro de donde fue.— Comentó Koichi— Quise llamarlo para preguntarle si vendría a la fiesta, pero, bueno debo imagina que tal vez no quiera.

—¿Por qué?

—Porque, bueno...—Koichi se detuvo antes de responder, esto era incómodo— Él ya no es novio de Izumi y esta fiesta es justo de sus padres ¿no?

Takuya hizo una mueca ante esto.

—Disculpa que te pregunte, pero ¿cómo crees que los padres de Izumi se tomen su relación?

—¿E?— Balbuceo— ¿Es necesario que lo sepan?

—Pues claro.— Respondió el Kimura— Es su hija ¿no? Y presentar a las parejas es como un simbolo de seriedad ¿no?

Bueno, si, era un símbolo, sin embargo, Izumi no estaba muy a gusto con esa celebración de sus padres, así que dudaba que lo presentara como tal.

—Eso es del siglo pasado ¿no crees?— Musitó Takuya.

—No lo creo.— Contestó Koichi— Creo que es importante hacer participe a nuestros padres de nuestras vidas.

Tal vez, pero si era sincero, él dudaba que Izumi quisiera seguir haciendo participe a sus padres de su vida, luego de todo lo que le había contado y todo lo que había reclamado por esa celebración.

—Así como lo hice yo, cuando estuve de novio con tu hermana y me presenté a tu padre.

El recuerdo de ese momento no pudo evitar venir a la mente de Takuya, en verdad había sido algo extraño, después de todo, Damar era la menor, en ese entonces apenas tenía catorce años y considerando que jamás había tenido buena relacion con su padre, no esperaba que Koichi se presentara a Keisuke como su novio oficial. Algo que evidentemente no le había gustado desde un principio a su padre, ya que él siempre había manipulador y conociendolo era de seguro que también quería interferir en ese aspecto de la vida de sus hijos, sobretodo de Mimi y Damar.

Aunque ahora que lo pensaba, tampoco había sido muy grave ese momento, quizás él había hervido de celos, pero tiempo después ambos habían terminado ¿no? No había servido mucho esa presentación.

—Bueno, Izumi y yo tampoco tenemos una relación de hace mucho tiempo.— Musitó el castaño— A diferencia de lo que fueron Damar y tú, y la verdad de las cosas es que tampoco tengo mucho apuro de presentarme como su novio oficial.

—Pero si así fuera ¿no te da nervios pensar en su reacción?

Takuya se detuvo en seco ante aquella pregunta, la verdad de las cosas es que jamás se lo había preguntado.

—No sé para que preguntó.— Musitó Koichi— Después de todo son de la misma clase social ¿no?

Si, pero eso no era sinónimo de agradarles ¿y si por algún motivo no les agradaba esa idea? ¿O si lo comparaban con su antiguo novio? ¡Rayos! Jamás lo había pensado.

Ojalá los padres de Izumi aceptaran su relación.


Damar guardó su móvil luego de terminar su conversación con su amiga.

—Al parecer a Rika no le gustó la idea de que no fueramos a la fiesta.— La voz del MInamoto llamó su atención.

La castaña volteo hacia él y sonrió— No es para menos.

—Le habíamos dicho que regresaríamos hoy.— Contestó Kouji.

—Pero ya no lo hicimos.— Respondió la castaña antes de acercarse al oji-azul.

—Tristemente.— Contestó el Minamoto acercandose a la chica.

—¿Por qué? ¿Acaso no te gusta estar aquí a solas conmigo?— Damar le preguntó deteniendose frente a él.

Kouji sonrió de lado, la verdad de las cosas era que amaba estar a solas con ella— Tú sabes que si.

—¿Entonces?— Preguntó la castaña antes de rosar sus labios— ¿Por qué deberíamos regresar?

Kouji se mordió el labio inferior ante la cercanía, Damar sabía cual era su punto debil, pero no lo lograría— Porque nuestro compromiso fue claro.

—Bueno, pero no cuesta nada posponer nuestro regreso ¿no? Para mañana.

Kouji bajó la mirada y se acercó más a la castaña entrelazando sus respiraciones—Nada me garantiza que vas a querer regresar mañana, no lo has querido hacer hasta ahora.

—Yo.

—Que gran garantía.— Musitó con ironía el chico.

Damar rió— Ya admite de una buena vez, te gusta esta idea.

—Bueno no me puedo quejar.— Respondió el Minamoto antes de agarrar a la chica de la cintura.

Damar sonrió y acarició el borde sus labios—Mientras ellos se divierten en la fiesta nosotros podemos divertirnos aquí.— Comentó antes de que el chico uniera sus labios en un beso que comenzó siendo pronunciado, lento, pero que de a poco comenzó a ser muchos más apasionado, ella mordió su labio inferior y la lengua del chico acarició su labio superior para luego introducirse en su boca.


—¿Y?— Mimi musitó al abrir la puerta de su habitación— ¿Cómo me veo?

Izumi observó atentamente a su amiga, quién llevaba un lindo vestido rojo con un escote pronunciado y abertura, sin embargo se veía bastante sobria gracias a un chaleco a crochet que llevaba encima. Sonrió de lado— Te ves bien.— Contestó.

—¿Sólo bien?— Preguntó la castaña.

—Super bien.— Corrigió la rubia antes de levantarse del sofá en donde estaba— ¿Y yo?— Preguntó— ¿Cómo me veo?

Mimi observó de pies a cabeza a su amiga, llevaba un top rojo que dejaba ver la curvas de sus pechos, un pantalón largo del mismo color y un largo saco rojo con pequeños cuadros negros. Se veía diferente a lo que acostumbraba a usar, se veía elegante, sin embargo con ese top corto provocaba que se viera sensual.

—Excelente.— Respondió la castaña— Pero...—Señaló sus piernas—¿Pantalones?— Preguntó Mimi— Eso si es algo nuevo.

—Bueno no tengo ganas de ir como para arreglarme como comúnmente lo haría para una fiesta.— Musitó la rubia— Pero de igual forma debo verme elegante ¿no?

—En eso tienes razón.— Contestó la castaña— Y te ves bien ¿sabes? Te sienta ese color.

—Gracias, vamos combi...— La rubia no pudo terminar de hablar, ya que la puerta principal sonó y a los pocos segundos se abrió dejando ver a la pelirroja Takenouchi.

Las tres amigas intercambiaron miradas. Sora hizo una mueca, no sabía si hablar o no.

—Hola.— Saludó la pelirroja.

—Hola.— Contestaron las demás.

Hubo un silencio en donde la rubia y la pelirroja intercambiaban miradas, sin decir palabra. Sora simplemente volteo en dirección a su habitación y caminó hacia ella.

Mimi hizo una mueca ante esto, últimamente las cosas estaban tensas entre sus amigas luego de todo lo que había ocurrido con Taichi, el novio de Sora. Cosa que en verdad no tenía sentido, después de todo el error lo había cometido el Yagami y no la Takenouchi, al contrario, ella había insistido para que él dijera la verdad (O al menos eso le había contado) ¿Por qué las cosas debían estar así?

—¿E? Chicas.— Las llamó antes de que Sora ingresara a su habitación.

Tanto la Takenouchi como la Ishida voltearon hacia ella.

—No quiero entrometerme en sus asuntos, pero me pueden decir ¿hasta cuando? o mejor dicho ¿por qué se están ignorando?— Preguntó Mimi.

Sora e Izumi intercambiaron miradas.

—¿Ignorando?— Preguntó la rubia.

—Si, ignorando.— Respondió la castaña— Ya no se hablan, se miran, pero se siente una tensión.— Habló— Diganme ¿por qué están así? Se supone que son amigas ¿no?

—Si.

—Entonces ¿por qué están así?— Preguntó Mimi— Se supone que lo ocurrió con Taichi es un tema aparte ¿no?— Volteo hacia la rubia— Dime Izumi ¿estás molesta con Sora por eso?

—¿Por qué debería estarlo?— Preguntó la oji-verde.

Sora alzó una ceja— ¿Cómo?— Preguntó— ¿No?

—No.— Respondió la rubia.

La pelirroja hizo una mueca—Disculpa, yo pensé que no querías hablarme. Porque yo estoy con Taichi y los últimos días no han sido muy agradables las relaciones entre ustedes.

La rubia hizo una mueca— Bueno, las cosas si están diferentes con tu novio, pero eso no significa que las cosas deben estar extraña entre nosotras. Al menos nunca quise que lo sintieras así.

Sora sonrió ante esto— Me alegra escuchar eso.

—A mi también.— Musitó Mimi antes de salir de su habitación— ¿Saben? No soportaba este ambiente tenso desde que regresé de la clínica era como estar en un lgar sumamente desconocido.— Comentó— Diganme ¿cuando nuestra amistad se había visto afectada por chicos?

Eso era una buena pregunta, jamás había ocurrido.

Izumi y Sora intercambiaron miradas— Nunca.— Musitaron a la vez.

—Entonces ¿por qué debía haber tensión entre nosotras?

Eso era un buen punto ¿por qué?

—Tienes razón.— Musitó la rubia— Sora, disculpa si te hice sentir incomoda, en ningún momento quise mezclar contigo lo que paso con Taichi.

—No te preocupes.— Contestó la pelirroja antes de darle un abrazo a su amiga.

—Así me gusta.— Comentó Mimi y sonrió antes de unirse al abrazo— Que todo esté bien y claro entre nosotras.

Sora e Izumi sonrieron ante esto.

—Mejor que eso, es ver que estás bien.— Musitó la pelirroja— Te extrañamos mucho en el tiempo que nos estuviste, fue bastante largo ¿e?

Mimi asintió— Casi toda una semana, para mi fue una eternidad.— Comentó— Pero no fue muy aburrido, a pesar de estar en esa situación sentí el aprecio de ustedes, mis amigas, de mi novio.

—¿Tu novio? ¿O tú enfermero privado?

Mimi rió— Quizás ambos.

Las demás chicas rieron.

—Evidentemente te hacia bien ¿e?— Musitó Izumi— Digo, alegabas siempre que ingresaban Thomas o alguna enfermera a la habitación, pero no cuando estabas con mi hermano.

—Bueno eso se debe a que él sabe como hacerme sentir bien.— Comentó la castaña.

Sora e Izumi intercambiaron miradas y lanzaron una carcajadas.

—¿A si?— Preguntó la rubia— Ya me imagino como.

—¡Hey! No pienses algo que no es.— Habló la castaña— Yamato y yo no pudimos hacer nada.— Musitó— Estábamos en una clínica, tampoco podíamos ser tan irrespestuosos.

Si ¿cómo no?

Las tres intercambiaron miradas y luego de unos segundos de silencio todas rieron.

—¿En verdad crees que puedes engañarnos?— Preguntó Izumi— Entiendo que hayas estado en una clínica ¿crees que yo creería que nada hicieron luego de que ambos estaban muy amoroso cuando te fui a ver a la clínica?

—Bueno simplemente estábamos felices porque me sentía mejor.

—Mejor no me imagino la razón por la cual estabas tan bien.— Musitó Sora.

Mimi rodó los ojos— Bueno, ya que hablan de estar amorosos, dime Izumi ¿cómo estás con mi hermano?

—Estamos mejor que nunca.— Musitó la rubia— Es como si nunca nos hubieramos peleado.— Suspiró— Solo espero que esta vez si sea duradero.

—¿Duradero?— Preguntó la castaña— ¿Por qué dices eso?

Izumi hizo una mueca— Porque...—Tragó saliva— Bueno, ustedes han sido testigo de todas las veces que hemos intentado estar juntos y cuando parece que estamos de lo mejor llega algo que provoca que nos separemos.

Y de manera inconsciente a sus mentes vinieron los recuerdos de esos momentos en lo cuales Izumi y Takuya parecía que por fin estarían bien juntos, pero siempre venía algo que lo impedía, primero Nene, luego Ryo, otra vez Nene (con Taichi)

—Bueno, nadie ha dicho que los camino del amor son fáciles amiga.— Comentó Sora— Lamentablemente.

Tristemente eso era un hecho, todas lo habían visto.

—Pero eso no significa que sea imposible luchar.— Musitó Sora— Puede ser que la vida le ponga miles de obstaculos, pero mientras no se ridan y batallen por lo que sienten todo valdrá la pena, tan solo mira, ahora están juntos ¿no?

—Si.— Izumi sonrió— Y nada nos va a separar ahora estoy segura. Lucharé para tener una relación fierme, solida y sin mentiras.

"Sin mentiras"

Mimi hizo una mueca ante esto, ya que inevitablemente esas palabras le hacian traer a su mente la gran mentira que incluía a la familia de Yamato y sus hermanos. Aquella verdad que ocultaba y que si su amiga lo sabía podría arruinar su relación.


Takeru observó atentamente en su móvil la invitación digital que había recibido para la fiesta de sus padres.

Suspiró.

En verdad no sabía si ir o no.

No quería, pero era su obligación, sin embargo, no sabía si cumplir, no estaba con ánimos.

¡Toc, toc!

La puerta sonó. El rubio se levantó de su lugar, caminó hacia ella y la abrió. Sonrió al ver que se trataba de su novia.

—Hola Takeru.— Saludó la chica.

—Hola Hikari.— Takeru observó de pies a cabeza a su novia, llevaba un hermoso vestido rosa pastel de mandas largas con encaje, mientras que la falda era plisada y delgada— Veo que ya estás lista para la fiesta.

—¿E? Pues, si.— Respondió la castaña.

—Te ves hermosa.

La castaña sonrió de lado— ¿E? Gracias.— Contestó— Veo que tú no te has arreglado.

Takeru hizo una mueca ante esto y no pudo evitar sentirse mal, Hikari estaba bellísima y estaba seguro que ella esperaba estar esa noche con él, sin embargo, él no iría.

—Pues no.— Respondió, abrió más la puerta he hizo una seña— Ven, entra.

Hikari obedeció e ingresó— Si no estás listo debo suponer que definitivamente no irás.

—Pues no, no estoy interesado con ir a esa fiesta.— Musitó Takeru— No tengo ánimos, ni las fuerzas para hacerlo.

Hikari hizo una mueca ante esto y se acercó a él— Sigues enojado con tus padres ¿no?

Takeru asintió— Enojado no es la única palabra.

Si, eso lo sabía, luego de todos esos días le había quedado más que claro que estaba decepcionado, triste, furioso, entre otras cosas.

Hikari alzó su mano derecha y acarició su mejilla— ¡Hey! Tranquilo.— Besó su mejilla— Ya hablamos de esto ¿no? Yamato también te lo dijo, si no te sientes con fuerzas de ir no tienes que hacerlo.

—Pues si, lo hablamos.— Respondió Takeru— Pero, aunque no vaya, pienso, pienso y pienso en su mentira, en su farsa y no puedo evitar sentirme mal, porque aunque no vaya igual me siento extraño.— Suspiró— He sido toda mi vida parte de su engaño.

—Claro que no.

—Claro que sí.— Contestó el rubio— De manera inconsciente, pero de igual forma lo he sido y no puedo evitar sentirme mal.

—Lo sé y es entendible.— Hikari musitó— Pero, Tk, no debes pensar que eres culpable de esto, ni sentir cargo de conciencia, ellos tomaron sus decisiones por su cuenta, tú no eres el culpable de eso.— Habló— Y pues, tal vez participaste de manera inconsciente, pero aunque lo hubieras sabido tampoco hubieras podido hacer algo, digo, tus hermanos lo han sabido hace bastante y no lo han hecho ¿no?

—Bueno, en eso tienes.— Musitó el rubio— Pero aún así, no puedo evitar sentirme mal.

Hikari hizo una mueca ante y abrazó— Tranquilo, amor.— Besó su mejilla—Quizás ahora no lo parece, pero pronto te sentirás mejor.

—Eso espero.— Musitó el rubio— Porque ahora en verdad dudo que me sienta mal, sabiendo que están celebrando su farsa.

—Bueno, si no quieres ir para olvidarlo, lo entendería.— Habló la Yagami— Si quieres yo me puedo quedar contigo y podemos hacer algo para quitar tu atención de eso.

—¿Te quedarías conmigo?

—Si.

Takeru hizo una mueca— Hey, no lo hagas.

—¿Por qué no?— Preguntó Hikari— ¿Acaso no quieres estar conmigo?

—Claro que quiero, amo estar contigo.— Respondió el rubio antes de depositar un beso rápido en sus labios— Pero mirate, estás lista para la fiesta con tu vestido y maquillaje.

—Eso no importa, si tu no vas conmigo no tiene sentido.

—Bueno, lo sé, pero, no creo que a tus padres les guste que faltes ¿e? Digo, para nadie es un secreto a ellos les gusta que Taichi y tú vayan a esos eventos sociales.

Hikari hizo una mueca ante esto— Tienes razón.— Dijo antes de acariciar su mejilla— Pero no quiero dejarte solo.

El rubio sonrió de lado y se acercó a la castaña para depositar un beso en sus labios— ¿Sabes? Lo que más odio que es que involucren a tantas personas en esto y no solo lo digo por mis hermanos, sino por ti, por Rika y los demás.

—Bueno, no es primera vez que ocurre algo como esto.— Musitó la castaña.

Eso era verdad, no era primera vez que hacian una fiessta de aniversario o una fiesta de sociedad de simples apariencias.

—Y pues, ya estoy acostumbrada, digo, una fiesta más, una fiesta menos, ya estoy acostumbrada.— Respondió Hikari— Sin embargo, a lo que no me quiero acostumbrar es a verte así, Tk.— Acarició su cabello— No me gusta verte tristes ¿sabes?

El rubio hizo una mueca— Estaré bien, ya verás, esta tristeza no me durará mucho.

—Ojalá así sea.— Comentó Hikari— Porque amo tu sonrisa y estar sin ella es como...—Alzó la mirada para buscar una palabra adecuada, sin embargo por algún motivo cuando iba a hablar sintió algo extraño, como si todo le diera vueltas.

Ante esto, llevó una mano a su frente y cerró los ojos, pero en vez de sentirse mejor sintió que sus piernas se debilitaban y perdió el equilibrio.

—¡Hikari!— Takeru pronunció su nombre preocupado al ver como su novia se ladeaba, rápidamente la tomó por la cintura y con su mano derecha sostuvo su rostro— Amor ¿qué te sucede?

—¿E?— Balbuceo la castaña y abrió los ojos— Y-yo e-estoy bi...

—¡Hey! No te esfuerces.— Musitó el rubio antes de depositar a la castaña sobre el sofá.

Hikari cerró sus ojos, se sentía fatigada, agotada, sin energías, al parecer había sido mala idea sobrevivir aquel día solo comiendo una manzana verde.

—Últimamente has estado muy pensativa y callada ¿e?

La rubia hizo una mueca ante esto y suspiró— Disculpa, pero no es para menos.— Musitó— Todo lo que me está ocurriendo con Taichi me tiene en la nubes.

—¿Lo dices por lo que ocurrió el otro día con el beso?

Catherine asintió— ¿Sabes? Habían veces en que enserio pensaba que tenía oportunidad con Taichi, pero luego de que salió corriendo tal vez significa que es verdad lo que me dice y él en verdad no quiere tener algo conmigo.

—No pienses eso amiga, ahora más que nunca lo tienes comiendo de tu mano.

—¿Cómo puedes asegurar eso?

—Simple.— Respondió Nene— Que haya salido corriendo es la muestra de que logras colocarlo nervioso, ya que si estuviera tan seguro de lo que siente por Sora ni siquiera titubearía.

Catherine hizo una mueca— Pero ¿qué hago con eso? Por más nervioso que está no logro acercarme lo suficiente como para que caiga a mis pies.

—Simplemente se está haciendo el duro.— Contestó Nene— Pero yo sé como hacer que deje de estarlo.

—¿A si?

Nene asintió— Tienes seguir jugando con tu sensualidad amiga, solo así lograrás hacerlo caer.

—Lo he hecho, sin embargo no funciona.

—Bueno, sigue insistiendo ya verás que lo hará, sobretodo con esto.— Respondió la castaña antes de acercarse a su armario, lo abrió y luego de unos segundos sacó un vestido rojo, largo, sin espalda y un corte en la pierna, en verdad era sexy— Esta noche tu matarás con esto.


Taichi alzó su mirada al sentir como sonaba la puerta de la habitación de Yamato.

La puerta se abrió y antes sus ojos apareció su amigo rubio, quién pasó su mirada por él, pero después lo ignoró.

—¿Me seguirás haciendo la ley del hielo?— Preguntó el castaño.

—No te estoy haciendo la ley del hielo.

—Claro que si, no me has hablado desde hace un día, inclusive es como si me estuvieras ignorando.

—No lo estoy haciendo.— Respondió el rubio— Es simplemente que actuo así porque no logro entender.

—¿No logras entender?— Preguntó Taichi— ¿Qué no logras entender?

—Lo que ocurrió con Takuya e Izumi.

El Yagami hizo una mueca— Yo pensé que si, luego del golpe que me diste.

~Recuerdo~

—¿Preferiste mantenerte callado y ayudar a esa loca por qué te drogaste?— Preguntó Yamato resumiendo todo el relato que el castaño había hecho explicandole la situación.

—Eso es lo que te dije.— Respondió el Yagami.

El rubio movió la cabeza— En verdad no lo puedo creer.

—Tampoco yo.— Musitó Taichi— Nunca me imaginé que llegaría a hacer algo como esto.

El Ishida se cruzó de brazos— Si no lo crees tú que realizaste todo ese plan, imagínate yo, que no estoy en tu mente.

El Yagami hizo una mueca, en verdad se sentía mal y culpable. Hablar de esto era como admitir una derrota, se sentía idiota.

—Takuya está enojado, también Izumi.

—No es para menos.— Musitó el rubio— Lo que hiciste no estuvo bien.

—Lo sé.— Taichi suspiró, por más que le daba vueltas a la situación no lograba auto-perdonarse, incluso se castigaba mal, se ponía en el lugar de la pareja afectada y siempre llegaba a la misma conclusión: Él era un miserable.

Lo peor de todo es que no se sentía así solo por lo que había hecho, sino por mentir otra vez más con respecto a esa situación y permitir que ahora la rubia tuviera más formas de chantajearlo y tenerlo a su merced, algo que no quería.

—Tai.— La voz de Yamato lo sacó de sus pensamientos.

El castaño volteo hacia él— ¿Qué?...—No pudo terminar su pregunta porque el Ishida estrelló su puño contra su rostro provocando que cayera al suelo— ¡Auch!— Exclamó llevando una mano a su mejilla.

—No te quejes.— Musitó el rubio antes de voltear para irse— Ese golpe es uno de los tantos que te mereces por idiota.

~Actualidad~

—Ese golpe te lo di porque te merecías.— Musitó el rubio— Y agradece que fue uno.

Taichi hizo una mueca, generalmente no le gustaba darle la razón a su amigo, pero la verdad era si se merecía a aquel golpe.

—¿Estás enfadado?

—Un poco.— Respondió Yamato— Estoy más desilucionado y sorprendido, aún logro entender ¿cómo rayos hiciste eso?

—Sigo igual que antes, haciendome esa misma pregunta, ni yo puedo creer lo que hice.— Contestó el Yagami.

—Pues lo hiciste.— Habló el rubio— No te importó tu amigo, ni tu lealtad, preferiste ocultarte como una rata de manera egoista al pensar solo en ti, porque aunque digas que pensabas en tu hermana o Sora, tú sabes que pensabas solo en ti.

¡Ouch!

Escucharlo era peor que pensarlo.

Suspiró.

—Bueno quizás simplemente no pensé.— Y no lo decía solo por haber mentido, sino por toda la situación en general, empezando por relacionarse con Catherine.

—Grave error.

—Ya lo sé, ya lo sé, pero por más que intente reparar esto jamás lo lograré.— Taichi tomó asiento en un sofá y llevó sus manos hacia su cabello.

Yamato hizo una mueca, aunque nunca había vivido esa situación entendía como se sentía su amigo. Después de todo él también había cometido un error y por no querer decepcionar a Mimi había decidido guardar silencio. Sin embargo, él no involucró terceros, lo que hacia diferente esa situación, pero el cargo de consciencia y la culpa debái ser la misma.

—Bueno, es un hecho que las cosas ya fueron y lógicamente tendrás que lidiar con las consecuencias, pero ahora ya eres libre de esa mentira.— Habló el rubio— Ahora puedes hacer todo para arreglar esa situación.

"Ya eres libre de esa mentira"

Ojalá fuera libre de esa mentira y no solo de eso, sino de lo que había ocurrido con Catherine, o mejor de todos los problemas que se había involucrado por idiota.

—Ya que estamos hablando de mentiras ¿has pensado en decirle lo que pasó con Natsumi a Mimi?— Preguntó Taichi.

¡Rayos!

Pensó Yamato.

—Después de todo ella regresó y ambas son amigas ¿no?— Musitó Taichi— Y luego de lo que ocurrió con el tema de Jun dudo que a tu novia le guste que le ocultes otra cosa más.

Si, eso lo sabía, miles de veces se lo había repetido en la cabeza mientras intentaba animarse a decirle la verdad. Sin embargo siempre llegaba a un estado de "inercia" al no saber como hablarle de ese tema a su novia sin que reaccionara mal.

—Estoy trabajando en eso.

—Eso me suena a un no.— Respondió Taichi.

Yamato suspiró— Bueno ¿qué te puedo decir? En verdad no sé como hacerlo sin que reaccione mal, luego de todo lo que ocurrió me queda más que claro que Mimi no puede tener emociones fuertes, y pues, esta situación es difícil, digo, Nanami es su amiga después de todo ¿no?

—Si, pero en honor a su amistad y a su noviazgo deberían decirselo.— Aconsejó Taichi, no quería que su amigo cometiera sus mismo errores.

El rubio suspiró— Lo mismo me han dicho Sora, Izumi.—Hizo una mueca— Pero la idea me hace sentir incómodo.

—Bueno mientras antes le digas mejor.— Musitó el Yagami—No digo que vivas una situación similar a la de Jun, ya que menos con esto corres suerte, digo, somos pocos los que sabemos de esa situación.

Si, eso era un punto a favor.

De aquella situación los únicos que estaban enterados eran Sora, Izumi, Taichi y Kouji. Gracias al cielo Ryo nunca supo de esa situación.

—Pero mientras más aplaces esta mentira, peor será.— Finalizó el castaño justo antes de que la tercera puerta del departamento sonó y ante ellos apareció Ryo.

—¿Y bien?— Preguntó el Akiyama— ¿Están listos para la fiesta? Yo si.

Yamato alzó una ceja sorprendido ¿acaso él estaba invitado? No, eso no podía ser.

—¿Irás?— Cuestionó el Yagami.

—Pues claro.— Respondió Ryo— No me lo perdería por nada del mundo.

¡Rayos!

No, esto en verdad era algo malo, no solo tendría que soportar fingir una sonrisa ante las camaras, sino que también la presencia de ese idiota.


El gran jardín de la mansión Ishida estaba adornado con multiples luces, la piscina tenía adornos al rededor y las puertas de la casa principal estaban abiertas en par por donde entraban miles de personas. Entre ese grupo de personas, Koichi era uno quién ingresaba con su madre sosteniendo su brazo.

—¡Wow! Este lugar está increíble.— Musitó Tomoko mientras observaba como la gran sala principal estaba adornada de candelabros, habían mesas largas con comida, copas con mucho bebestible y un fino coctel, entre otras cosas más.

—Si.— Respondió Koichi dirigiendo su mirada hacia el gran ventanal que dejaba ver todo el exterior, la piscina con otras mesas, asientos, adornos y otras cosas.

—Natsuko enserio se lució con toda esta decoración y luces.

Koichi asintió—Si.

Lastima que todo fuera para celebrar una farsa.

No pudo evitar pensar Tomoko con triste. En verdad era lamentable que su amiga también hubiera caido en el error que muchas personas de su circulo social caían: Vivir un matrimonio por conveniencia y no amor.

—Ojalá la comida esté buena.— Comentó el Kimura.

—¿Por qué dices eso?

—Porque el año pasado la comida estuvo rara.— No pudo evitar recordar.

—Bueno, eso no debería ser lo importante.— Habló Tomoko— Lo importante es que venimos a acompañar a Natsuko e Hiroaki.

—Tienes razón.— Musitó Koichi—Lo mejor de todo es que tú viniste.— Musitó el menor, era inusual que su madre fuera a esos eventos, inclusive años anteriores había sido invitada a los aniversarios de los Ishida, sin embargo no había aceptado porque no quería cruzarse con su padre, Kousei. Para su buena suerte este no vendría esta vez a la fiesta, ya que estaba de viaje.

Tomoko sonrió— No es para tanto.

—Claro que lo es.— Respondió Koichi— Amo estar llegando del brazo de mi madre.

La mujer no pudo evitar sentirse conmovida ante este comentario y se acercó al rostro de su hijo para besar su mejilla— Eres muy tierno.— Acarició sus mejillas.

Koichi sonrió.

—Ven, vamos a saludar a los anfitriones.— Tomoko jaló levemente de su brazo para encaminarse hacia Hiroaki y Natsuko, pero antes recordó algo— ¡Ups! Espera.— Dijo antes de abrir su abrigo y retirarlo.

Koichi observó a su madre de pies a cabeza llevaba un vestido azul de mangas largas, llegaba hasta las rodillas y era cerrado, sin embargo era muy ceñido a su cuerpo, en donde se pronunciaban sus curvas.

¡Rayos!

Se mordió el labio inferior y no pudo evitar notar como la mirada de unos hombres a unos metros se centraban en ella.

Irrespetuosos.

Pensó.

—¿E? Madre ¿por qué te sacas el abrigo?

—Porque solo lo utilicé para el viaje de venida.— Respondió Tomoko— ¿Por qué preguntas? ¿Acaso se me ve mal el vestido?

—¿E? N-no, no es eso.— Contestó el Kimura— Es solo que...—Buscó una excusa— Me gustó tu abrigo, se te veía muy bien.

—Si, bueno, a mi también me gusta pero es un tanto grueso.— Respondió Tomoko— Y pues, considerando que este lugar se va a llenar no quiero tener que lidiar con esta prenda cuando me de calor.

Koichi hizo una mueca ante esto— Bueno, si tú lo dices.— No le gustaba la idea, porque a su madre la estaban observando de una forma muy descarada.

—Ven, vamos a saludar a Nat.— Musitó Tomoko antes de jalar a su hijo del brazo.


Mientras tanto con Takuya y Mimi.

—¡Wow! Este lugar está increíble.— Exclamó Mimi admirada al ingresar al lugar donde se realizaría la fiesta de los Ishida.

Takuya asintió— Si, le pusieron empeño a esto.

—¿Crees que nuestro padre venga?— La chica le preguntó a su hermano.

—Lo dudo.— Respondió el moreno— No he hablado con él, pero es seguro que no vendrá, otras veces no lo ha hecho.

—Tienes razón.

—¿Has hablado con Damar?— Preguntó Takuya.

—Si.

—¿Te dijo si iba a venir?— Cuestionó el moreno— Yo hablé con ella ayer y se me olvidó preguntarle.

—Dijo que no quería venir.— Respondió Mimi— Ya sabes, a ella jamás le han gustado estos eventos.

—Tienes razón.— Musitó el castaño.

—Mimi, Takuya.— Una voz se hizo presente y llamó su atención.

Ambos voltearon y se encontraron con la rubia de ojos verdes.

—Izumi.— Pronunciaron su nombre.

—Hola.— Respondió la chica.

—Hola.

—Que bueno que llegaron, los estaba esperando.— Comentó Izumi, quién en verdad se había aburrido al estar con una hora de anticipación en aquel lugar junto a Yamato recibiendo miles de ordenes y retos porque Takeru aun no llegaba de parte de sus padres.

—Disculpa la tardanza, pero preferimos esperar a nuestro chofer.— Musitó Mimi— Lo que no fue buena idea, ya que se tardó bastante.

—Lo importante es que llegaron.— Musitó la rubia— Bienvenidos a esta...— Farsa— Fiesta, ojalá se sientan comodos.

—Gracias.— Respondieron los mellizos a coro.

Mimi observó a su alrededor— ¿Donde está Yamato?

—Mmm...no lo sé, llegamos y de repente lo perdí de vista.— Contestó la rubia— Pero ya vendrá.— Habló— Por mientras podrían tomar algo, comer o sacarse unas fotos, mis padres contrataron a unos fotografos increíbles.

—Gracias, cuando llegue Sora podríamos tomarnos unas fotos las tres.— Comentó Mimi.

La rubia asintió— Estaría genial, afuera hay un lindo arco de rosas blancas, perfecto para fotos.

—Si lo vi, es increíble.— Respondió Mimi— Bueno, en general toda la decoración está increíble, justo estábamos hablando de eso con mi hermano.

—Si, comentabamos que se nota que se empeñaron bastante en todo esto.

Izumi hizo una mueca, a pesar de que tratase de otra farsa debía admitir que se veía bastante bien, mejor que años anteriores (Ojalá el bufet estuviera bien, porque el año anterior había sido terrible)— Una pena que todo esto sea para celebrar una farsa.

Los hermanos Tachikawa intercambiaron miradas ante esto.

—Hey, rubia si no quieres estar aquí te sientas obligada.— Takuya tomó a la rubia por el mentón— Ya hablaste de esto con Yamato y pues, no hay problema con faltes.

—No, no, tranquilo, puedo soportar esto.

—¿Segura?— Preguntó esta vez Mimi.

—Si.— Respondió Izumi, no era primera vez que ocurría, así que no había problema con fingir un año más.

—Está bien, pero si te quieres ir no dudes en decirme, nos vamos juntos.— Musitó Takuya.

—¿Y hacer que te vayas luego de lo guapo que te pusiste para venir?— Preguntó Izumi y pasó su dedo indice por su elegante smoking— No gracias.— Dirigió su mirada hacia Mimi— ¿O no que está guapo?

—Guapísimo.— Musitó Mimi.

—¡Vaya! Izumi Ishida dandome un cumplido, eso si es algo nuevo.—Comentó el castaño.

—Ja, ja, muy gracioso.— Contestó la rubia— Mejor vamos a saludar a tus padres.

—¿A tus padres?

—Si.— Respondió Izumi— Quiero presentarte como mi novio.

¿Qué?

—¿En-enserio?— Preguntó Takuya.

—Si, puede que no tenga buena relación con ella, pero eso no quita que quiera hacer esto más formal ¿no?— Musitó Izumi.

El moreno tragó saliva ¡Rayos! Él nunca había sido de tanta formalidad.

La oji-miel simplemente rió ante esto al ver a su hermano.

—¿Tú vas?— Preguntó Izumi.

—¿E? No, este es un momento para ustedes, yo iré luego.— Primero buscaría a Yamato.

—Está bien.


Rika observó a su alrededor al ingresar a aquella mansión. Habían miles de personas que conocía, sin embargo ninguna que le simpatizase.

Suspiró.

Sacó su móvil y lo revisó, le había enviado miles de mensajes, pero no le respondía. Ambas no habían quedado en venir juntas, ya que sus padres habían dicho que pasarían por Taichi y ella para llegar en "familia" así que supuso que ya se había venido. Así que se había venido sola, sin embargo ahora no la encontraba.

(De: Rika)

Hikari ¿dónde estás?

Hizo una mueca, no le respondía.

Suspiró y observó a su alrededor, a los pocos metros divisó a Koichi y ¿Tomoko?

Alzó una ceja sorprendida, no esperaba verla ahí, al contrario, ella no era de venir a esos lugares.

La observó de pies a cabeza, vestía de una forma bastante elegante, no recordaba haberla visto así antes, bueno siempre había una primera vez para todo (ella era la muestra) No lo dudó y se acercó a ellos.

—Koichi, señora Tomoko.— Los llamó y ambos voltearon.

—Rika.— El chico sonrió al verla.

—Hola.— Los saludó.

—Hola.— Respondieron ambos.

—¿Cómo estás Rika?— Preguntó Tomoko.

—Muy bien ¿y usted?— Contestó la pelirroja.

—Igual.— Respondió la oji-azul.

—Me alegra verla aquí.— Musitó Rika— No pensé que vendría.

—Si, generalmente no vengo a este tipo de fiestas, pero esta vez hice una excepción.— Respondió la Kimura.

—Que bien, me alegro mucho por usted.— Musitó Rika y en esos minutos lamentó que Kouji no estuviera ahí, él siempre había querido que su madre dejara sus problemas pasados y se reintegrara en la sociedad a la cual pertenecía.

Tomoko sonrió ante esto conmovida, en verdad era una pena que fuese hija de Rumiko, Rika a pesar de tener un caracter difícil -como Kouji- siempre había sido amable con ella, le hablaba con respeto, todo lo contrario a su madre.

¡Bip, bip!

El móvil de la Nonaka sonó llamando su atención.

—¡Ups! Permiso.— Musitó antes de sacar su móvil y observarlo, tenía una llamada de Hikari— Disculpen, tengo que contestar.

—No te preocupes, hazlo.— Respondió Tomoko— Yo iré al baño a retocarme un poco el maquillaje, Koichi.— Apenas llevaba unos minutos ahí y se sentía incómoda al utilizar todo esos cometicos, debía buscar una forma de hacer que eso fuera más pasable.

—Ve.— Contestó el Kimura—Luego nos vemos.

Tomoko asintió antes de encaminarse al baño.

Mientras tanto con Rika.

—¡Hey! Hikari ¿dónde estás?

—Disculpa Rika.— Habló la Yagami del otro lado de la línea— Pero no podré ir.

—¿No?— Preguntó la pelirroja— Yo pensé que ya estabas en la fiesta con tus padres.

—Se suponía que iría con ellos.— Respondió Hikari— Pero se me presentó un inconveniente no podré ir.

—¿Inconveniente?— Cuestionó Rika— ¿Qué inconveniente?

—Uno que no tiene mucha importancia.— Contestó la castaña, no quería alarmala, así que lo mejor sería omitir— Pero que no me permitirá ir.

—¿No?— Preguntó la pelirroja— ¿Me dejarás sola en esta fiesta?

—¿Ya estás allá?

—Si, ya estoy aquí.— Respondió Rika— De saber que no ibas a venir no hubiera venido.

—Disculpame, amiga.— Contestó Hikari— Ya te lo comensaré ¿si?

—Eso espero.— Musitó la pelirroja— ¿Por casualidad ese inconveniente que mencionaste se llama Takeru?

La castaña suspiró— Algo así.

—¿Todavía está mal por eso?

—Más o menos.— Respondió la Yagami— Pero ya se le pasará, simplemente necesita distraerse un poco, por eso irá a la fiesta.

—Entiendo.— Habló Rika— ¿Y tú te quedarás para distraerlo? ¿no?

—Se podría decir que si.— Contestó la castaña.

—¡Uh! No me quiero imaginar de que forma lo distraeras.— Musitó.

—No empieces con tus bromas.— Comentó Hikari— Simplemente veremos algunas películas y eso.

—Si ¿cómo no?

—Lo digo enserio.

—Aja.— Musitó Rika— Por favor, recuerda tomar esas pastillas que compraste, no vaya a ser que...

¡Pi, pi, pi!

Fue el sonido del movil.

¡Un minuto! ¿Hikari le había cortado?


—Mimi.

La Tachikawa volteo y al hacer esto se encontró con su novio, quién vestía un elegante traje oscuro-azulado.

—Yamato.— La chica sonrió al ver al rubio.

El Ishida observó de pies a cabeza a su novia, se veía bastante elegante, pero hermosa a la vez con su vestimenta. Se acercó hacia ella y la tomó de la cintura para depositar un beso en sus labios.

—Me alegra verte.— Musitó la castaña.

—Lo mismo digo.— Respondió Yamato.

—Te ves super elegante y guapo.— Acarició su traje.

—Y tú estás hermosa.— Contestó el rubio.

Mimi sonrió— Gracias.— Respondió— Dime ¿cómo estás? ¿cómo estuvo esta corta hora de padres e hijos?

Yamato hizo una mueca— Increíble.— Musitó con ironía— Fue interesante escuchar sus tips para lucir como la familia perfecta y sus reclamos al ver que Takeru no llegó.

—¿No llegó?— Preguntó la castaña.

El rubio negó— No, no llegó.— Respondió— Pero no me sorprende, él hace varios días estaba dudando en si venir o no, como te comenté.

—No es para menos.— Musitó Mimi— Después de todo no se siente bien con respecto a las decisiones de sus padres.

Yamato asintió— Si, lo sé, pero a mis padres no les importa esto, prefieren ignorar los sentimientos de sus hijos y seguir con sus mentiras.

La castaña acarició su mejilla y depositó un beso en sus labios.

—A Takeru e intentado decirle miles de veces que no se sienta mal, porque después de todo esto es responsabilidad de ellos y no de nosotros, aunque queramos no podemos cambiarlas.

—Bueno, eso lo dices porque tú lo sabías desde antes, pero Takeru recién lo supo y tú sabes que él es sensible, necesita un poco más de tiempo para digerir las cosas, lo cual no está mal, ya que cada quién tiene su forma de reaccionar.— Habló Mimi.

—Lo sé, pero no puedo evitar preocuparme.

—Claro que no.— Respondió la castaña, ella más que nadie sabía que era estar preoupada por su hermano o hermana— Pero ya verás, todo estará bien.— Depositó un beso en sus labios.

—Eso espero.— Contestó Yamato.


Hiroaki y Natsuko observaron a Izumi, quién se encontraba junto a Takuya.

—Papá, mamá.— Habló Izumi y señaló al moreno— Les presento a...

—Takuya Tachikawa.— Natsuko interrumpió a su hija—No es necesario que lo presentes ya lo conocemos.

Hiroaki asintió— Bienvenido Takuya a Japón de nuevo.— Musitó.

—Y gracias por venir a nuestra celebración.

—Muchas gracias.— Respondió el moreno— Es un gusto verlos otra vez, señores Ishida.

—Lo mismo digo.— Contestó Natsuko— No te veíamos desde que Keisuke, tus hermanas y tú se fueron a Nueva York.

Takuya asintió.

—¿Tu padre vendrá a la fiesta?— Preguntó Hiroaki.

—No creo.— Respondió Takuya— Él está en un viaje.

Hiroaki y Natsuko intercambiaron miradas, un año más Keisuke rechazaba su invitación, eso no era bueno, ese hombre era uno de los más ricos de Japón y conocidos a nivel mundial, que fuera a su celebración podría elevar bastante su estatus al tener una figura tan importante.

—¿E? Padre, madre.— Izumi llamó su atención— Necesito decirles algo.

—Izumi no seas imprudente, no interrumpas nuestra conversación.— Regañó Natsuko.

La rubia hizo una mueca— Lo siento, pero tú me interrumpiste primero, yo estaba presentandoles a Takuya porque tengo algo importante que decirles sobre nosotros.

—¿Sobre ustedes?— Preguntó Natsuko.

Izumi asintió— La razón por la cual le venía a presentar a Takuya a pesar de que ya lo conocen es porque él y yo ahora somos novios.

¿Qué?

Natsuko e Hiroaki no pudieron evitar sentirse impresionados ante aquella noticia y Takuya sintió el verdadero terror.

—¿Novios?— Preguntó el hombre— ¿Son novios?

Izumi asintió.

—Pe-pero ¿tú no estabas con Kouji?— Cuestionó Natsuko.

—Mamá, ya les había comentado esta tarde que terminé con él.— Contestó Izumi.

Natsuko hizo una mueca ante esto y no pudo evitar sentir cierta molestia ¿Qué clase de niña se creía su hija? ¿Acaso no pensaba en su entorno? ¿Qué pensarían los demás al ver que no demoró en cambiar de novio?

Todo lo contrario a Hiroaki, quién no pudo evitar sentirse bastante impresionado, pero a la vez orgulloso, ese chico era el única hijo varón de Keisuke, sería quién heredaría la mayoría de su fortuna, que se llevasen bien y que comenzaran una relación era algo muy bueno.

—Ahora estamos juntos.

—Que bien.— Musitó el hombre Ishida— Me alegro por ustedes.

¿Qué?

Natsuko no pudo evitar sorprenderse y molestarse por esa respuesta.

—Ojalá cuides a mi hija.— El hombre Ishida le habló al moreno.

Takuya sonrió— Lo haré.

Natsuko simplemente guardó silencio, en verdad no sabía como reaccionar, primero su hija se había relacionado con el idiota de Ryo, luego se colocaba de novia con Kouji, el hijo del Kousei, cosa que le había costado aceptar, y cuando por fin se había acostumbrado a la idea ¿cambiaba de novio? Eso ante los ojos de los demás dejaría muy mal a su hija.

—Hija.— Natsuko agarró a la oji-verde del brazo— ¿Puedo hablar contigo a solas?

¿A solas?

Pensó Izumi y supo al instante que algo bueno no venía, después de todo, su madre se caracterizaba por criticar todo lo que hacia.


—Así que, Kouji no vendrá.— Comentó Koichi.

Rika negó— Al parecer no.— Respondió— ¿No has hablado con él?

—Pues no.— Contestó el Kimura— Quise preguntarle, pero no responde mis llamadas.

La pelirroja se mordió el labio inferior, no le sorprendía, después de todo, a Kouji no le gustaba mentirle a su hermano, prefería omitir información.

—Bueno, entonces tú serás mi acompañante en esta larga...—Musitó Rika—Larga.—Repitió— Larga noche.— Suspiró, aún no sabía porque rayos estaba ahí. Observó la mesa frente a ella y buscó una copa que tuviera algún líquido no alcoholico, lo mismo ocurrió con el Kimura.

Ambos estaban en eso cuando.

—Koichi, Rika.— Una voz los llamó.

Ambos ante esto alzaron la mirada y voltearon. Gran sorpresa fue para ambos cuando divisaron a Kousei Minamoto, quién venía con unos sus típicos trajes grises, acompañado de Satomi, una mujer de cabello corto castaño y anteojos, quién vestía un traje femenino negro con una blusa blancos y tacones altos negros.

—Kou...—Koichi se detuvo— Padre.— Corrigió y luego observó a su mujer— Satomi.

—Hola.— Saludó la mujer.

Kousei observó atentamente a sus hijos, Koichi y Rika.

—Nos alegra verlos.— Satomi habló por los dos ante el silencio de su esposo.

—Lo mismo digo.— Rika dirigiendose a la mujer— Me alegra verla, Satomi.— Intentó saludar formal y amablemente. Algo no muy común en ella, pero algo que siempre intentaba hacer con las madres de Kouji y Koichi, sobretodo con Satomi, ya que por una extraña razón ella la trataba bien, o incluso mejor que a los gemelos, quienes eran los hijos de su esposo.

La mujer castaña sonrió, siempre era agradable ver a los hijos de su esposo, Koichi, Kouji, sobretodo a Rika, siempre había querido tener una hija, pero jamás había podido al ser esteril.

Koichi dirigió su mirada hacia su padre, en verdad no esperaba verlo ahí ¡Su madre estaba en esa fiesta! Si se topaban sería una catastrofe— Pa-padre, me sorprende verte ¿No estabas de viaje?

—Estaba.— Respondió Kousei— Pero regresé y aquí estoy.

Que mal.

Pensó Koichi.

Kousei nuevamente pasó su mirada por sus hijos—Kouji ¿no está con ustedes?

Koichi hizo una mueca— No, no vino.— Respondió.

—¿Por qué?— Preguntó el Minamoto.

—No lo sé.— Contestó el Kimura.

—Se me había olvidado comentarte cariño que Kouji habló conmigo y me dijo que no podría venir, porque estaba ocupado en unos asuntos.— Habló Satomi.

—¿Asuntos?— Cuestionó Kousei— ¿Qué asuntos?

Koichi no pudo evitar observar intrigado a la castaña, al parecer ella sabía algo.

—Unos asuntos, no menores, pero luego hablaremos de eso ¿si?— Dijo la mujer de anteojos antes de depositar un beso en su mejilla— Ahora vamos a saludar a Natsuko e Hiroaki, ellos son los anfitriones.

—Tienes razón.— Respondió Kousei— Vamos.

Satomi tomó a su esposo del brazo y dirigió su mirada hacia el Kimura— Koichi, Rika ¿van con nosotros?

—Si, yo voy.— Contestó Rika.

—¿E? Yo ya los saludé.— Respondió el oji-zul— Pero luego nos vemos.

Satomi y Kousei asintieron y sin decir más, ambos se dispusieron a caminar en dirección hacia los Ishida.

Koichi se mordió el labio inferior y observó a su al rededor alarmado buscando a su madre ¿Dónde estaba? Debía impedir que se topara de frente con su padre, ya que si eso ocurría habrían serios problemas.


—¿Me puedes decir en que rayos estabas pensando cuando decidiste cambiar tan rápidamente de novio?— Preguntó Natsuko molesta.

—¿Perdón?— Cuestionó la rubia— ¿Va enserio tu pregunta?

—Claro que si.— Respondió la oji-azul— Respondeme ¿qué rayos estabas pensando?

Izumi alzó una ceja— ¿Por qué preguntas?— Se cruzó de brazos— ¿No deberías estar feliz? En primera instancia tú fuiste la que más se interpuso en mi relación con Kouji.

—En primera instancia.— Poser hijo de Kousei— Pero luego acepté su relación.

—Bueno, pues, ahora no estamos juntos y yo estoy con Takuya.

—Muy mal.— Natsuko se cruzó de brazos— ¿Acaso no pensaste en que dirá la gente cuando sepa que cambiaste de novio tan rápidamente?

—A mi no me importa lo que diga la gente.

—Pues debería.— Respondió la oji-azul— Es muy importante tener buena imagen y tú como niña de sociedad deberías ser sobria, seria, no una niña como esas de la calle que andan con uno y otro.

Izumi lanzó una carcajada irónica— ¿Quién te crees que eres para darme ese discurso cuando tu le eres infiel a tu esposo?

Natsuko frunció el ceño— Eso es un tema diferente.

—No, no lo es.— Respondió la oji-verde— Y es mucho peor, porque estas casada. En verdad pareces una zorra revolcandote con su mejor amigo a sus espaldas.

—¡No me faltes el respeto!— La oji-azul alzó la voz.

—No te lo estoy faltando, simplemente te estoy diciendo la verdad, ya que eso parecesk una zo...— Izumi no pudo terminar, ya que fue callada por una fuerte bofetada que su madre le dio.

—No me hables así Izumi, soy tu madre y antes de todo me debes respeto.— Habló Natsuko con frialdad.

La adolescente llevó una mano a su mejilla y observó a su madre con ira— Ni en sueños.

—Descarada.— Respondió Natsuko y apretó los dientes, en verdad le molestaba aquella actitud de su hija, siempre había sido soberbia con ella, mal educada, una vergüenza, de todos sus hijos era la que más problemas le daba desde su nacimiento. Algunas veces se preguntaba ¿por qué había decidido tenerla?

Izumi frunció el ceño— Tu siempre criticas todo lo que hago.

—No es para menos, todo lo que haces siempre está mal.

—Bueno, esta vez es diferente y espero que lo aceptes, porque estoy con Takuya y no lo dejaré.—Respondió antes de quitar su mano de mejilla y disponerse a salir del lugar.


—Llegamos.— Musitó Taichi mientras ingresaba junto a Sora y sus padres a la fiesta.

—Al fin.— Comentó la madre del Yagami— Sin embargo, creo que hubiera estado mejor si hubiesemos llegado con Hikari.

—¿Qué ocurrió con ella Taichi?— Preguntó Susumo Yagami— Pensé que tú cuidabas de tu hermana y te preocupabas por ella.

El chico hizo una mueca ante esto, siempre que ocurría algo con su hermana se lo recriminaban a él como si tuviera la culpa— Lo hago, padre, es solo que hay veces que le ocurren temas de salud y pues, yo no soy doctor para encargarme.

La mujer Yagami hizo una mueca— Bueno, pero al menos debes preocuparte de que tome sus medicinas, que se alimente bien y todo.

—Lo intento, pero no puedo estar la veinticuatro horas del día junto a ella.— Respondió Taichi.

—Muy mal.— Comentó Yuuko Yagami.

Sora hizo una mueca, habían veces que le gustaba estar con la familia de su novio, sin embargo habían excepciones, esta era una.

—Bueno, ahora yo me había propuesto en quedarme con ella, pero ustedes no me dejaron.— Comentó Taichi.

—No nos recrimines por eso.— Musitó la mujer Yagami— No podíamos ser tan mal educados en llegar sin nuestros hijos cuando la invitación era para la familia en general.

Como siempre, los eventos sociales (para apariencias) siempre era más importante que la salud o el bienestar de sus hijos.

—Pensé que Hikari era más importante.— Comentó Taichi.

—Lo es, pero debiste haber pensado en eso antes.— Respondió Yuuko— Si hubieras tenido precausiones con ella antesd hubiera estado bien para venir ahora.

—Tristemente ya no puedo hacer nada.— Contestó el adolescente.

El matrimonio literalmente fulmiraron a su hijo con la mirada, en verdad sentían que si a Hikari le sucedía algo sería culpa de él, ya que Taichi era quién más conocía sus temas de salud.

—Bueno, Susumo, dejemos de preocuparnos por esto, luego llamamos a Hikari para saber como sigue.— Le habló Yuuko a su esposo— Ahora vamos a saludar a Natsuko e Hiroaki.

El hombre asintió y dirigió su mirada hacia su hijo con su nuera— ¿Ustedes van con nosotros?

Taichi hizo una mueca, lo que más quería era alejarse de ellos.

—Nosotros vamos luego.— Sora se apresuró a responder— Taichi me acompañará a esperar a mi madre que está apunto de llegar.

—Está bien.— Respondió la mujer Yagami— Luego nos vemos entonces.

Sora asintió y sin decir más, el matrimonio se alejó.

—Siempre el culpable de lo que ocurre con Hikari soy yo ¿no?— Comentó Taichi cuando sus padres estuvieron lejos.

—Claro que no.

—Para mis padres si.— Habló el Yagami— Siempre ha sido así y por más que intento parece que eso nunca cambiará.

Sora hizo una mueca y acarició su mejilla— Hey, tranquilo.— Musitó— Ellos hablan así porque se preocupan, pero eso no significa que eso sea cierto, después de todo ellos no están en el Internado y lo ven poco, solo los que estamos con ustedes sabemos todo lo que has hecho para que Hikari esté bien.

—Si, pero...—Taichi suspiró— En verdad es molesto y tú lo sabes, intento por todo los medios demostrarle que me preocupo de mi hermana, no porque ellos me dicen sino porque me importa y la quiero, pero parece ser que les gusta estar cegados en su idea.

Si, tristemente eso era verdad.

—Bueno, aunque ellos estén cegados no debes sentirte responsable, ni culpable.— Habló la pelirroja.

—Ojalá fuera así de simple.— Musitó Taichi.

—No digo que sea simple, es solo que creo que...

—Sora.— Una voz interrumpió a la pelirroja y ambos al voltear se encontraron con una mujer castaña de ojos ambar y piel pálida, quién llevaba un lindo vestido plisado verde con mangas largas y botones.

—¿Mamá?

—Hola hija.— Saludó la mujer— Me alegra verte.

—A mi igual.— Respondió la pelirroja y su madre se acercó para besar su mejilla.

Luego Toshiko volteo hacia el chico— Hola Taichi.

—Hola señora Toshiko.— Saludó el Yagami.

—Que bueno verte.

—Lo mismo digo.— Respondió Taichi de una forma amable.

—¿Llegaron hace mucho?— Preguntó Toshiko.

—No, llegamos hace poco.— Respondió Sora.

—Unos cuantos minutos.— Musitó Taichi.

—¿Y ya saludaron a la pareja anfitriona?

Los chicos negaron.

—¿Les parece si vamos juntos?— Preguntó Toshiko— No quiero ser la madre entrometida, pero no quiero estar sola.

—¿E?— Balbuceo Sora— ¿No viniste con tu novio?

Toshiko ante esta pregunta— No, él no vino.— Respondió— Y tampoco es mi novio.

—¿A no?

La mujer negó— Ya te lo contaré.— Contestaré— Antes quiero ir a saludar a Natsuko e Hiroaki ¿vamos?

—Vayan ustedes.— Respondió Taichi, quién no tenía ningún interés de ir a saludar al matrimonio anfitrión, ni siquiera de estar ahí, quería irse lo más pronto posible.

Sora alzó una ceja— Pero, Taichi...

—Ve, no creo que quieras dejar sola a tu madre.— Se apresuró a decir, ya que si era sincero necesitaba estar solo por unos minutos, ya que si era sincero no quería molestar más a la Takenouchi con sus problemas, al contrario, ya le había dado muchos toda esa semana, no quería arruinarle la fiesta.

—¿Estás seguro?— Preguntó la pelirroja.

Taichi asintió.

—Está bien.— Respondió Sora antes de tomar del brazo a su madre.

—Nos vemos después Taichi.— Musitó Toshiko antes de alejarse.

El Yagami asintió y cuando vio a su suegra junto a Sora lejos se dispuso a buscar una mesa para tomar un poco de alcohol, necesitaba pasar el mal rato.

A unos metros de él había una mesa larga, así que se acercó y observó las copas, tomó una y le dio un sorbo, seguido de otros más, ni cuenta se dio cuando acabó la copa y tomó otra, sin embargo cuando posó su mano en ella sintió como una delicada mano femenina se posaba sobre su brazo.

—Hey, no tomes tanto recién comienza la fiesta.— Musitó una voz que reconoció al instante.

¡Rayos!

Pensó y al alzar la mirada se encontró con la rubia francesa que tanto problemas le había dado desde su regreso.

Se mordió el labio inferior, llevaba un vestido rojo bastante provocador, tenía un corte en la pierna y tenía un escote llamativo, sobre eso llevaba una chaqueta café.

—Catherine.— Apartó rápidamente su brazo.

—La misma.—Respondió la chica.

—¿Q-qué haces aquí?

—¿Qué no es obvio?—Preguntó Catherine— Fui invitada a celebrar el aniversario de los padres de Takeru.

Hizo una mueca.

—Me alegra verte.— Musitó la rubia.

—No puedo decir lo mismo.— Dijo antes de voltear y prácticamente darle la espalda.

—¡Hey!— Catherine dio vueltas a su alrededor para quedar frente a él— ¿Por qué me ignoras? Todos estos días has estado haciendo eso.

—¿Qué no es obvio?— Preguntó Taichi— Porque no quiero hablar contigo.

—¿Por qué no?— Cuestionó la rubia— El otro día nos besamos y estaba todo bien ¿no?

—Bien para ti, no para mi.

—Pero, tú me correspondiste.

—Salí corriendo.

—Lo sé.— Respondió Catherine.

—Entonces ¿por qué insistes?

—¿Qué no es obvio?— Repitió su pregunta— Creo que ese beso y ese escape me quedó más que claro que en verdad estás sintiendo algo por mi.

—¿Algo por ti?

Asintió.

—Y ya que no quieres admitirlo por eso escapas.

—No es por eso, es porque tengo novia.— Respondió Taichi.

—Bueno, si no te colocara nervioso no tendrías para que preocuparte, digo, si no sintieras algo por mi no te daría miedo si me acercara a ti.— Y a continuación hizo esto mismo, acercarse al Yagami entrelanzando sus respiraciones.

—N-no es-estoy nervioso.— No pudo evitar tartamudear e intentó retroceder, pero la mesa se lo impidio— Es solo que no me gusta que te me acerques así.

—Claro que estás nervioso.— Respondió la rubia acercandose más.

—No.— Respondió Taichi y en un rápido movimiento agarró a la chica del brazo para apartarse.

Catherine rodó los ojos— Sientes algo por mi Yagami.— Le dijo.

—No.

—Si.

—No.

—Yo estoy segura que sí.— Contestó la chica y nuevamente se acercó a él para pasar su dedo índice por la comisura de sus labios— Si dejaras de negarlo podríamos divertirnos mucho.

—Olvídalo.— Taichi retrocedió y sin decir más, volteo para irse— No te me vuelvas a acercar.v Fue lo ultimo que dijo antes de arrancar, otra vez.


Yamato sonrió al ver como los padres de Taichi se alejaban de sus padres, Hiroaki y Natsuko, ya que eran los últimos de esa gran número de personas que se habían juntado para saludar a sus padres.

Tenía algo importante que hacer y ahora que ¡al fin! estaban a solas lo haría.

—Padre, madre.— El rubio le habló a sus padres y ellos voltearon hacia él.

—¿Qué sucede hijo?— Preguntó el hombre.

Yamato señaló a la castaña que tenía a su lado— Ustedes ya conocen a Mimi Tachikawa, hija de Keisuke Tachikawa.

La vista de los adultos se dirigió hacia ella.

—Pues claro.— Respondió Natsuko— Nunca nos olvidaríamos de tan distinguida señorita.

Mimi sonrió— Gusto en saludarles señor y señora Ishida.

—Igualmente.— Contestó Hiroaki.

—Ha pasado mucho tiempo desde que no te veíamos, Mimi.— Comentó Natsuko— Estás más grande, cada vez más parecida a tu madre.

La castaña no pudo evitar sonreír ante esto.

—Natsuko tiene razón, increiblemente eres la imagen viva de tu madre Satoe.— Musitó Hiroaki.

—Muchas gracias por el cumplido, señores Ishida.— Que le dijesen que se parecía a su madre era algo que amaba.

Natsuko sonrió— No hay de que.

—Felicidades por su aniversario.— Musitó la Tachikawa— Ojalá cumplan muchos años más juntos.

Ojalá no.

Pensó Natsuko.

—Muchas gracias.

—Padre, madre, yo quería que se saludaran porque al igual que Izumi, quiero presentarles a mi pareja oficial.— Musitó Yamato— Mimi Tachikawa es mi novia.

—¿Novia?— Preguntaron Hiroaki y Natsuko sorprendidos.

El rubio asintió.

Mimi no pudo evitar sentirse un tanto extraña ante esto, hace tres años Yamato no la había presentado a sus padres, porque la situación en la cual estaban con jueces, psicológos y charlas era un tanto estresante, por eso mismo que hiciera esto ahora era inusual, sin embargo que le agradaba.

Hiroaki y Natsuko intercambiaron miradas.

—¡Vaya! Que sorpresa.— Musitó la mujer— Me alegro mucho por ustedes.

—Lo mismo digo.— Respondió Hiroaki, sin duda alguna estaba orgulloso de sus hijos, habían encontrado muy buenas parejas, los Tachikawa tenían una fortuna mucho mayor que la de ellos, muy envidiable, eran muy buenas opciones para hacer negocios con Keisuke Tachikawa. Ojalá su hijo Takeru siguiera los caminos de sus hermanos y se comprometiera con la menor de los Tachikawa—Ojalá sean muy felices en su noviazgo y que perdure en el tiempo.— Y ojalá en unos años más se pudieran comprometer y así tener un buen matrimonio por conveniencia.

—Muchas gracias.— Contestó Mimi.

Sin embargo, Yamato no pudo evitar leer entre líneas ese "Que perdure en el tiempo" y cruzó los dedos para que sus padres no se pusieran a hablar de matrimonio, sobretodo Hiroaki, ya que él solo pensaba en negocios.

—Señores.— Una mesera se acercó a ellos y les presentó una bandeja con copas— ¿Una copa de champagne?

—Si.— Respondió Natsuko y sacó una copa, seguida de Hiroaki y Yamato—Mimi ¿tú no tomas?

—¿E?— Balbuceo la castaña y el recuerdo de la última vez que tomó en el hotel de la familia de Sora vino a su mente seguido de todos los medicamentos que estaba tomando para las crisis de pánico que no combinarían bien con eso— No gracias.

—¿Se le ofrecería otra cosa?— Preguntó la mesera.

—Agua, por favor.— Contestó la Tachikawa.

La mesera asintió y sin decir más, se alejó.

—Y bien, cuentanos sobre ti Mimi.— Natsuko le habló a su nueva nuera— ¿Estás estudiando?

Mimi asintió— Si, estoy estudiando la misma carrera que su hija Izumi.

Natsuko no pudo evitar evitar hacer una mueca ante esto, jamás le había gustado esa carrera, al contrario, ella era partidaria de que las mujeres debían estudiar carreras que valieran la pena y pudieran mantener su dinero sin depender de un hombre.

Hiroaki simplemente sonrió— Buena carrera.— Para mujeres, no para hombres. Las mujeres no debían involucrarse en sus negocios, lo mejor era que estudiaran carreras simples para estar en casa. Primer punto a su favor.

—Pero supongo que luego estudiarás algo para poder involucrarte en los negocios de tu padre ¿no?— Comentó Natsuko.

Mimi hizo una mueca— La verdad es que no.— Respondió— A mi padre jamás le ha gustado que mi hermana y yo nos involucremos en sus negocios, siempre Takuya es el que se hacer cargo de eso.

Muy bien enseñado, pensó Hiroaki.

Muy mal en eso, pensó Natsuko.

—¿Y solo por eso estudiaste esa carrera?— Preguntó Natsuko— ¿Por qué tu padre no quiso que tuvieras que ver con sus negocios?

—No es solo por eso madre.— Respondió Yamato, quién ya se había dado cuenta de las reacciones de su madre y lo que pensaba— A Mimi no le gustan los puestos administrativos que tengan que ver con negocios o empresas.

La mujer hizo una mueca— ¿Y por qué no? Si es divertido.

—Bueno, a mi me gusta la vida más tranquila.— Comentó la Tachikawa.

Perfecta, pensó Hiroaki.

Terrible, pensó Natsuko.

—Está bien.— Musitó el padre de Yamato— Digo, no es necesario que las mujeres ejersan mucho liderazgo en las empresas si no quieren.

Okey, ese comentario había sonado machista.

Y la mirada de desapruebo de Natsuko empeoraba todo.

Yamato hizo una mueca y tomó a su novia de la mano— ¿E? Mimi, creo que lo mejor será que vayamos a ver a nuestros amigos.

—Pero ¿por qué? Estaba divertida la conversación.

No, no lo estaba.

—Porque hay más invitados, y pues, en otro momento podrán hablar más.— Obviamente no, jamás volvería a hacer algo como eso.

—Está bien.— Respondió Natsuko— Fue un gusto hablar contigo, Mimi.— La oji-miel no pudo evitar notar que al parecer no le había agradado a su suegra en esos cortos minutos que habían hablado.

—Lo mismo digo.— Contestó la Tachikawa.

—Luego nos vemos.— Musitó Yamato y sus padres asintieron.

Sin decir más, la joven pareja se alejó.

—¿Por qué tienes esa cara?— Hiroaki le preguntó a Natsuko.

—¿Qué cara?— Preguntó la oji-azul.

—De disgusto.— Comentó el hombre— Dime ¿acaso no te gustó la novia de nuestro hijo?

Natsuko hizo una mueca— ¿Es demasiado obvio?

Hiroaki asintió— Así como ocurrió con Izumi.

—Bueno, no me culpes, no me gustó mucho que haya cambiado de novio de un día para otro.— Respondió la oji-azul— Y pues, no me culpes por no aprobar mucho a la novia de nuestro hijo.

—Pero ¿qué cosas dices? Deberías estar feliz.

—¿Feliz?

Hiroaki asintió— Takuya y Mimi son hijos de Keisuke Tachikawa, imagínate todos los negocios que podríamos hacer si sus relaciones se llegaran a formalizar, sobretodo si Mimi no se involucra en los negocios, eso significa que el dinero pasaría a manos de su esposo.

—Todavía son muy pequeños.

—Si, pero esto puede ser incapie para que Keisuke acepte un trato con nosotros.— Comentó el Ishida— Y podamos comprometerlos.

—Lo siento, pero a mi no me parece la idea.— Musitó Natsuko— Bueno, tal vez lo de Izumi, ya que como es de floja necesitará de un hombre con mucho dinero, pero Yamato necesita una mujer que sea fuerte en el ambito económico que no se quede solo en casa cuidando niños.

—Yo creo que si.

—Pues yo no.

—Al parecer no estamos de acuerdo.

—No sería la primera vez.— Comentó la mujer de ojos azules.

Eso era verdad.

La únicas tres veces que se habían puesto de acuerdo fue cuando decidieron casarse, tener a Yamato y luego a Takeru.

Izumi había sido su deslice, no planeada.

Y hablando de deslice.

Los ojos de Natsuko se abrieron a más no poder al ver como cierto chico de cabello castaño, piel bronceada y ojos azules ingresaba al lugar.

—Hiroaki.— Llamó a su esposo y tomó su brazo.

—¿Qué ocurre?

—Mira.— Señaló hacia la entrada y el Ishida al voltear literalmente sintió como el alma se le iba del cuerpo.

—¿Ese es Ryo?

—Si, ese es.— Respondió Natsuko y frunció el ceño— ¿Tú lo invitaste?— Preguntó molesta.

—¿Qué?— Preguntó Hiroaki— ¿Cómo crees? Claro que no.

—Entonces ¿qué hace él aquí?— Preguntó Natsuko molesta.

—No lo sé.— Respondió el Ishida serio— Pero voy a averiguarlo.


Tomoko observó a su alrededor, la fiesta estaba en todo su esplendor en el primer piso de la casa, cuando había terminado de arreglar su maquillaje había visto a muchos de sus conocidos, entre ellos su ex esposo, Kousei, a quién no venía hace miles de años. Gracias al cielo él no la había visto, todavía no estaba lista para afrentar un reencuentro con él.

Bueno, ahora debía centrarse en su misión. Tenía que encontrar unos papeles importantes y si Natsuko seguía siendo la misma que conocía todos esos archivos debían estar escondidos en su closet.

¿Por qué?

Porque ese era el primer consejo que les daban sus padres cuando hablaban de respaldar papeles importantes, siempre guardarlos en el lugar menos pensado, generalmente las personas iban directo a un escritorio, y pues, el lugar donde nadie llegaba comúnmente era un closet (O al menos eso le habían enseñado a ambas)

Observó a su al rededor, habían muchas puertas, se mordió el labio inferior, la última vez que estuvo en esa mansión la habitación de su amiga estaba en la primera puerta de la derecha.

Bueno, mejor sería ir para allá.

Sin esperar más abrió la puerta e ingresó a ella.

Ingresó a ella y observó a su alrededor.

Había una cama gigante en centro y muebles, sofás.

¿Sería esa la habitación de Natsuko?

Al parecer si.

Habían dos cuadros grandes, uno de Natsuko y otro de Hiroaki.

Habían tres puertas en el lugar.

Fue así como abrió una, había un baño. Abrió la otra, había un closet igante con ropa de hombre. Abrió la última puerta y también había un closet gigante pero con ropa de mujer.

¡Bingo!


—¿Tú que haces aquí? — Preguntó Hiroaki molesto.

Ryo simplemente sonrió, de manera hipócrita claramente— ¿Acaso no me darás la bienvenida? Luego de que me arrastraras afuera sería lo mínimo ¿no?

—No, claro que no, tú no estabas invitado a esta celebración. — Respondió el Ishida.

—¿Por qué no? — Preguntó el Akiyama— Yo merezco estar aquí ¿no crees?

—Claro que no. — Respondió Hiroaki— No deberías ni siquiera asomar tus narices en este lugar.

—Claro que sí, es mi derecho.

—No es tu derecho. — Contestó el mayor.

—Tú sabes que si lo es...—Ryo se cruzó de brazos— Padre.


¡Chan, chan, chan!

A esto va lo que dije en Instagram.

milrose: Si jsjsjs bueno, quiero terminar pronto con esta temporada aprovechando que estoy libre jijiji y pues, tenía ese capítulo listo así que actualicé jsjsjs como era un capítulo dividido en dos. Que bueno que te gustaran esos momentos de amor entre ellas, me costó en parte, pero que bueno que te gustara y ojalá dure, ya veremos si tenemos un final feliz o triste, a mi me gustan los felices, pero uno nunca. Si, esto está preocupante. Bueno, con respecto a Taichi subí a Instagram algo en un momento pedí que me opniarán con esta situación, y pues, él todavía está empezando a vivir, al igual que Sora y pues, si se han mantenido lejos es porque a pesar de que regresaron no volvieron de una forma fácil, fue muy rápido, volvieron por lo que tuvieron no porque quisieran arreglar las cosas, ellos son el primer amor del otro, sin embargo, creo que es necesario que se den una oportunidad con otras personas para definir si en verdad quieren pasar toda su vida juntos jsjsjs si, en esta fiesta pueden pasar muchas cosas jsjsjsj Ojalá sigas leyendo y comentando. Te mando un abrazo.

Por cierto, vayan preparando sus reacciones para el final de temporada.

Como en la temporada anterior.

Me gustaría leer sus impresionres, ya sea, que personaje les gustó, que cosas no le gustaron de la historia, que cambiarían, que escena amaron, etc, etc, etc. Me gustaría en pocas palabras saber lo que opinan para despedirnos de esta temporada.