NA: Antes de todo, quiero agradecerles por todo lo brindado en esta temporada, ha sido hermoso ver como poco a poco se unen seguidores, sé que esta temporada empezó bien y después decayó, pero gracias por seguirme. Recuerden al final de este capítulo comentar dandome sus impresiones de que fue está temporada, que escena, capítulo o personaje les gusto, diganme si debo mejorar algo y sobretodo comenten que les gustaría ver la próxima temporada.


—Te he dicho miles de veces que no me llames así.

—¿Por qué? — Preguntó Ryo— ¿Acaso te sientes incomodo? Padre.

—No soy tu padre.

—No, no lo eres, porque nunca te has comportado como tal. — Respondió el Akiyama— Pero genéticamente lo eres.

Hiroaki frunció el ceño enfadado ante esto, odiaba recordar aquel suceso o mejor dicho aquel error al haberse involucrado con esa mujer, la madre de Ryo, quién aseguraba haber quedado embarazada de él meses antes de conocer a Natsuko, la chica con la cual sus padres lo habían comprometido. Cuando ellos se habían enterado de este tema jamás le permitieron hacerse un examen de ADN y siempre había quedado con la duda, la mujer Akiyama afirmaba que sí, pero él lo dudaba.

—No lo soy.— Respondió Hiroaki— Tú madre lo dice, pero eso no significa que lo seas.

—Otra vez con ese discurso.— Ryo rodó los ojos y se cruzó de brazos, él le creía a su madre, ya que ¿por qué le mentiría con algo como eso?—¿Sabes? Jamás he entendido porque prefieres llamar a una chica que no es tu sangre, hija, antes que a mi.

Hiroaki frunció el ceño al escuchar esto, el Akiyama siempre le sacaba eso en cara y no le gustaba que lo hiciese—Eso no es asunto tuyo.

—Puede que no. — Respondió Ryo— Pero no puedo evitar pensar en que enserio eres injusto, yo debería tener el mismo trato que ella, incluso mejor, yo merezco el mismo que Takeru y Yamato al ser tu hijo de sangre.

Hiroaki rió ante esto— ¿El mismo trato? — Cuestionó— ¿Acaso es una broma?

—No, no lo es. — Contestó el menor— Es lo que me merezco ¿no? Después de todo soy hijo tuyo, incluso soy el mayor.

—Olvídalo. — Respondió Hiroaki— Reconocerte a ti sería una vergüenza, un hijo fuera del matrimonio.

—Izumi también lo es.— Habló Ryo— Ella no es hija tuya, es solo de Natsuko y de quién sabe que hombre.

El hombre apretó el puño— Eso nadie lo sabe, para todos ella es mi hija, en cambio tú...—Rió— Reconocerte a estas alturas sería una vergüenza considerando que tu madre es ama de llaves.

"Una vergüenza"

Eso en verdad dolía.

—Además, jamás te daría el mismo trato, después de todo lo que has hecho.— No era necesario dar muchas descripciones, Ryo sabía a que se refería.

Ryo apretó el puño— Después de todo lo que he hecho. — Repitió esto, en verdad no podía creer lo que estaba escuchando— Yamato también ha hecho cosas malas, inclusive Takeru.

—No peores que las tuyas. — Respondió Hiroaki.

—Claro que sí. — Contestó el Akiyama— Es solo que tú las has escondido.

—Porque son mis hijos.

—Yo también soy tu hijo.

—Claro que no. — Respondió Hiroaki— Que tu madre lo diga no significa que es verdad.

—Tú sabes que si. — Contestó el Akiyama— ¿Por algo nunca te has hecho ese examen de ADN? ¿no? Siempre has tenido miedo de verificar que soy tu hijo.

Pues si, siempre había temido a esa respuesta, sin embargo eso nunca se lo diría en voz alta.

—Aunque así fuera jamás te vería como uno. — Habló el Ishida— Eres una vergüenza desde tu nacimiento, un hijo fuera del matrimonio a quién jamás reconocería por ser hijo de una empleada que solo ha hecho cosas para difamar su propio nombre. Dime ¿acaso crees que yo reconocería a un chico como tú, un drogadicto, mujeriego, narcotraficante que solo ha dado problemas y que podría ensuciar la honra de mi familia?

—Yamato y Takeru también ha ensuciado tu famosa honra, se han drogado y toda la cosa.

—Ha sido algo mínimo, al lado tuyo, mis hijos son la imagen de la perfección.

—¿Cómo puedes decir eso cuando tu mismo sabes lo que pasó con Jun?

—Ese tema fue algo sin importancia. — Respondió Hiroaki— Sus mismos padres le hicieron el examen de ADN a nuestras espaldas y verificaron que ese hijo no era de Yamato, y aunque así hubiese sido, nunca salió a la luz, ante la sociedad mi hijo sigue siendo el heredero perfecto a mi fortuna, a llevar mi apellido, hijo de una familia decente tanto por el lado de su padre como de su madre al igual que Takeru ¿y por qué no decir Izumi? Después de todo, ella es mi hija, es reconocida por mi, a diferencia de ti que eres y serás siempre el hijo de una sirvienta, un error, un estorbo, que arruinaría la perfecta imagen de mi familia.

El Akiyama apretó su puño completamente enojado, una vez más Hiroaki lo estaba rechazando y humillando no ante todos si no que de manera directa y clara cosa que odiaba con su corazón, no era primera vez que esto ocurría, al contrario, era una más de muchas, pero eso no quitaba que doliese, después de todo era su padre, una persona que debía velar por él y que debía quererlo

Por eso siempre había envidiado y odiado a los hijos de Hiroaki, Takeru y Yamato, ya que ellos siempre recibían lo que a él le correspondía por derecho y no solo se refería a algo económico si no que a la confianza que Hiroaki depositaba en ellos.

Apretó su puño.

Según él, Yamato y Takeru, incluso esa chica que no era su hija eran la imagen de la "perfección" si ¿Cómo no?

"Perfecta imagen de mi familia"

Si ¿cómo no?

Su familia era lo menos perfecta del mundo y él lo sabía.


—Creo que a tu madre no le agrade mucho.— Mimi le comentó a su novio.

Yamato hizo una mueca ante esto— No es eso, es simplemente que mi madre es un tanto...— Buscó una palabra— Difícil.

Mimi se mordió el labio inferior, la verdad de las cosas es que no esperaba que fuera así, Natsuko era una mujer elegante, sofisticada y admirada por todos, se llevaba bien con su madre cuando esta vivía y esperaba que fuera lo mismo con ella, ya que siempre la había tratado bien por ser una chica de su misma clase social. Sin embargo parecía que como nuera no le había logrado agradar.

—A diferencia de mi padre tiene una vista diferente de la vida, como te habrás dado cuenta, ella es partidaria de que las mujeres tengan que ver con la administración del dinero y de la empresa, así como ella lo hace.— Comentó el rubio.

Mimi hizo una mueca, esas convicciones le hacia pensar que tal vez su hermana sería del agrado de Natsuko, después de todo Damar era de esa teoría. Sin embargo ella jamás fue de la idea de involucrarse en la empresa de su padre, si quería tener una línea de ropa, pero no tener que involucrarse con la gerencia general de los Tachikawa o en algo que requirieran de una gran titulo universitario.

—Todo lo contrario a mi padre.

—¿Es de la teoría que las mujeres se queden en casa cuidando a los hijos, cierto?— Preguntó la castaña.

Yamato asintió— Exacto.— Respondió— Por eso aceptó que Izumi estudiara diseño, porque con esa profesión no se podría involucrar en la gerencia general de su empresa y requeriría de un hombre.

—Pero ¿qué teoría es esa? No porque estudie una carrera de más bajo perfil debe depender de un hombre.

—Para la calidad de vida que está acostumbrada él cree que sí.— Musitó el rubio, no quería decirlo en voz alta, pero su padre siempre decía estudiar una carrera de esa indole era como arriesgarse a empezar de abajo, además, la ropa no era un negocio muy rentable si no tenías auspiciadores grandes y poderosos, después de todo muchas personas que estudiaban esa carrera terminaban trabajando en un boutique simple dando consejos de moda, por esto mismo era fácil influenciarlas para que terminaran casandose con alguien que les permitiera mantener su estatus social.

—Pues creo que está mal, estudiar diseño es una carrera que quizás tiene bajas, pero es tan insegura como hacer negocios con bodegas de vino que tienen tus padres o las trasmisoras de televisión y periodico.

—Bueno, esa es la teoría de ellos.—Comentó Yamato.

—¿Y tú?— Preguntó Mimi— ¿Eres de esa misma teoría?

El rubio hizo una mueca y negó— La verdad es que no.— Respondió— Creo que las mujeres pueden hacer más que quedarse en casa cuidando niños, sobretodo si los envían a un Internado como este creo que es muy idiota que se quede en casa.

—¿Enserio lo piensas?— Cuestionó la castaña.

—Pues si.— Respondió Yamato— Por ejemplo si tú y yo nos casarmos no me gustaría que te estuvieras en casa sola y aburrida.

—¿Casarnos?— Preguntó la castaña sorprendida ante esto.

Y fue en ese minuto que el rubio se dió cuenta de lo que había dicho, sin pensarlo ya había hablado como sus padres— ¿E?— Balbuceo— S-si.— No pudo evitar ruborizarse ante esto— Di-digo, en un caso hipotético, digo, muy hipotético.

Mimi alzó una ceja, siempre había sido su sueño estar con aquel chico para siempre, cuando era niña y gustaba de Yamato en secreto siempre lo imaginaba— Bueno ojalá no sea tan hipotético.— Comentó— Yo quiero estar contigo para toda la vida ¿Tú no?

La verdad es que nunca lo había pensado, sus padres siempre habían sido de daar discursos de lo importante que era el matrimonio pero en honor a los negocios que se podían hacer, así que nunca le dio importancia.

—Pu-pues, todavía somos muy chicos para pensar eso.— Musitó Yamato.

Mimi no pudo evitar hacer una mueca ante esto, al parecer él no pensaba igual.

—Sin embargo, si tuviera que escoger eso ahora no lo dudaría, me quedaría contigo para siempre.— Habló el rubio.

La castaña la mirada— ¿Enserio?

Yamato asintió— Todavía somos muy chicos, pero como dije si ahora tuviera que elegir sin duda diría que si.

—Eso suena bien, pero ¿por qué no lo decidimos ahora de verdad?— Preguntó— Dime ¿te gustaría estar conmigo para toda tu vida?

—Pues claro.— Respondió el rubio— ¿Y tú?

—Ya te dije que sí.— Contestó la castaña— Quiero tener una vida contigo, una casa, autos, una mascota...

—Hijos.

Mimi no pudo evitar sentir un cosquilleo en su estómago, se suponía que tenían una— ¿A ti te gustaría?

—Pues claro.— Respondió el rubio—Di-digo.— Yamato aclaró su garganta— Si es contigo, si.— Todavía era un joven para pensar en eso, pero debía admitir que esa idea junto a esa chica le causaba conformidad, ella era hermosa y la amaba— Claro, no ahora, pero de aquí a diez años si me gustaría.

La castaña se mordió el labio inferior, esas palabras eran hermosas, pero considerando que ya tenían una hija y él lo veía como un plan de aquí a mucho tiempo no podía evitar sentirse mal.

Tragó saliva.

Quizás debía decirle...

—¡Hey! Mimi.— Escuchó la voz de su amiga pelirroja y esta apareció frente a sus ojos— Siento interrumpir, pero Yamato, tus padres te están y...—Volteo hacia la castaña— Mira quién llegó.— Señaló la puerta principal.

Ante esto Mimi no pudo evitar voltear su mirada y Yamato por curiosidad también lo hizo, sin embargo sintió como el alma se le iba del cuerpo al distinguir a una chica rubia de ojos lila-rosa que venía entrando.

—Nanami.— Musitó la Tachikawa— Ya era hora que llegara.


Izumi se observó en el espejo, sus ojos estaban enrojecidos y algunas lágrimas de sus ojos. Llevó una mano a su rostro, en su mejilla derecha estaban marcados los dedos de su madre debido a esa cachetada que le había dado. Se mordió el labio inferior al sentir un ardor al rosar su mejilla, en verdad dolía.

Suspiró.

Nunca le había gustado faltarle el respeto a sus padres, pero con su madre era muy difícil, ella lograba sacarla de quicio. Siempre le recriminaba por todo, criticaba todo lo que hacia y nunca estaba orgullosa de ella, prácticamente sentía que la despreciaba. Jamás había entendido por qué su madre era así con ella, exigente, más que con sus hermanos incluso. Lo peor de todo era que ella intentaba corregirla cuando ella hacia cosas peores, sabía que como madre era su deber, pero a ella le costaba obedecer a sus ordenes al conocer su historia.

Bajó su mirada al lavamanos y abrió la llave que cayera agua, lavó su rostro de forma cuidadosa, sacó una toalla de papel y seco su rostro.

Se observó al espejo e hizo una mueca, tenía que arreglar su maquillaje y camuflar esa marca de la cachetada.

¡Rayos!

Su estuche con maquillaje lo había dejado en la sala tendría que ir a buscarlo.

Ojalá nadie la viese.

Fue lo único que pensó antes de abrir la puerta y disponerse a salir.

Avanzó en dirección a la sala principal para buscar su estuche, pero no habría avanzado mucho cuando cierto chico castaño de ojos chocolates y piel morena apareció frente a sus ojos.

La rubia reconoció al instante a Takuya.

—¡Hey! Izumi.

La Ishida se detuvo ante esto y se mordió el labio inferior, no quería que Takuya la viese así.

—¿E? Ho-hola Takuya.— Dijo mientras depositaba su mano en su mejilla intentando ocultar la marca que su madre le había dejado.

—Hola.— Respondió el moreno— Al fin te encuentro ¿donde estabas? Te estaba buscando.

—¿E? Estaba por ahí...— Contestó la rubia— ¿Cómo te encontraste?

—Mimi me dijo que te había visto pasar para acá.— Takuya hizo una mueca al notar que que los ojos de la rubia estaban enrojecidos— ¡Hey! ¿Qué te sucedió?

—¿Q-qué?— Preguntó Izumi— ¿Por qué preguntas?

—Porque tienes los ojos rojos y humedecido, es como si hubieses llorado.

—¿Llorado?— Cuestionó la oji-verde— No ¿cómo crees? E-es un tema de las luces que provocan que mis ojos se vean así y...

—¿Qué tienes ahí?— Preguntó Takuya.

—¿Ahí?— Izumi alzó una ceja— ¿Ahí donde?

—En tu mejilla.

La rubia hizo una mueca— Na-nada.

—Entonces ¿por qué tienes tu mano sobre ella?

—Por-por nada.— No pudo evitar tartamudear.

—Bueno entonces ¿por qué la mantienes ahí?

La rubia hizo una mueca— No es nada.

Takuya llevó una mano a su rostro y en un rápido movimiento quitó la mano de la chica dejando ver aquella marca.

—Izumi ¿por qué tienes eso?— Preguntó preocupado— ¿Qué te pasó?

—Na-nada.— Respondió la rubia.

—Claro que sí te pasó algo tienes una marca gigante.— Contestó Takuya— COmo si te hubiesen golpeado.

—¿E?— Balbuceo intentando pensar una excusa.

—No me digas que Nene te golpeo de nuevo.

—¿Qué?— Preguntó la rubia— No.

—Entonces ¿por qué tienes eso?

—Pu-pues...— Tartamudeo— Sin querer me golpe yo.

—Lo dudo.— Respondió Takuya y se cruzó de brazos— Es muy fea la marca como para que te la hubiese hecho tu sola o por accidente, además tienes los ojos llorosos.

—N-no, claro que no.

—Claro que sí.

—No importa.

—Si me importa, soy tu novio y me preocupo por ti.— Tomó su rostro entre sus manos— Dime ¿qué ocurrió?

Izumi hizo una mueca y suspiró, Takuya no la dejaría hasta que le dijese— Discutí con mi madre.— Declaró sin más— Y ella me dio una cachetada.

—¿Qué?— Preguntó el moreno y a su mente vino una imaginación de como esa mano con esos miles de anillos en la mano de Natsuko dieron contra su rostro— ¿Por qué discutieron?

—Porque...— Tragó saliva— No estaba de acuerdo con que cambiara de novio tan rápidamente, ya sabes, a ella le importa mucho el que dirá.

¡Rayos!

Pensó Takuya, no esperaba que le cayera mal a la suegra.

—¡Vaya! Parece que no le agradé a la suegra.

—No eres tú es ella.— Comentó Izumi—Cuando le presente a mi ex también se enfadó.— Musitó— Y no es porque no encuentre que sean o no para mi, sino porque ella desaprueba todo lo que tiene que ver conmigo.

—¡Hey! No digas eso.— Musitó el castaño.

—Pues así es...—Musitó la rubia— No aceptó mi relación contigo porque cambie muy rápido de novio, no aceptó mi antigua relación porque era hijo de Kousei, cuando le dije que iba a estudiar diseño de moda también se enfadó, cuando en segundo de preparatoria saqué el segundo lugar de mi clase igual se enfadó porque no fui la mejor, una vez subí un kilo y también se enfadó, en general mi madre se desagrada de todo cuando se relaciona a mi, yo le desagrado.

Takuya hizo una mueca, el dolor en la voz de su novia era evidente, acarició su cabello cabello— Quizás es porque le cuesta ser madre, no sabe como reaccionar.

—Bueno, si así fuera entonces también trataría a mis hermanos así, pero solo es así conmigo, ya que con Takeru y Yamato no es así.— Comentó la oji-verde.

—Con ellos también es distante.

—Si, pero no tanto como lo es conmigo, al menos iba a las presentaciones de ellos cuando eran niños, siempre se acordaba de sus cumpleaños, les daba regalos, a Takeru lo llevaba de viaje, Yamato no aceptaba por quedarse conmigo, y también cuando terminaba el año escolar non me felicitaba a mi si no tenía el promedio que ella quería, pero aunque mis hermanos no sacaran el primer lugar en sus clases igual los felicitaba.— Suspiró Izumi— Siempre lo ha sido y dudo que cambie.

Takuya hizo una mueca ante esto y rodeo con sus brazos a su novia para besar su cabello— Bueno, puede ser que ella no te muestre cariño, pero tú no estás sola, tienes a muchas personas que te queremos.

—Lo sé.— Musitó la rubia— Pero igual es difícil no poder ponerme triste.

—Claro que no.— Respondió el castaño— Es tu mamá y entiendo que te gustaría tener buena relación con ella.— Él no tenía a su madre, pero cuando la había tenido había sido su amiga— Sin embargo, si esto te hace mal deberías intentar ingorarlo, porque a la larga no te hará bien estar triste o enfrentarte con ella.— Acarició su mejilla.

—Si, lo sé y créeme lo he intentado, sin embargo logra sacarme de quicio y por eso terminamos discutiendo.

—Bueno, es tu madre después de todo y tienes que respetarla, pero no puedes dejar que te siga afectando su forma, eres una persona muy hermosa, talentosa.— Habló Takuya— Quizás ella no lo aprecie pero como dije antes habemos muchas personas que si.

—¿No que me creías una persona molestosa?

—Algunas veces rubia teñida.— Bromeo el moreno.

La rubia rió, él también.

—No, es broma, tú nunca molestas Izumi.— Respondió Takuya— Que tú madre lo piense así es lamentable, pero no significa que así sea.

—¿Tú crees?

—Obvio.— Respondió el moreno— Eres hermosa, inteligente, como dije antes eres talentosa, incluso, estoy seguro que serás mejor que ella.

La rubia suspiró, la verdad de las cosas es que luego de todo lo que había hecho cada vez se sentía más parecida a ella y eso no le gustaba, siempre había querido ser mejor en el sentido de ser buena persona, no corromperse.

—Así que no llores más por ella ¿si?— Comentó el castaño— Y si quieres para que te sientas mejor me puedes insultar.

Izumi alzó una ceja— ¿Esto es enserio?

—Si, pero solo esta vez, ya que quiero que te sientas mejor.

La rubia rió, ese chico siempre era divertido y por desde que eran pequeños le gustaba— ¿Sabes? Insultarte es algo que me resulta fácil y divertido, pero hay algo que me hace sentir mejor.

—¿Así? ¿Qué?

La chica se alzó levemente en puntillas y unió sus labios en un dulce beso.


Rika observó al rededor, todos estaban felices disfrutando de la fiesta, todo lo contrario a ella que estaba aburrida, Koichi se había perdido hace rato de su vista.

—Rika.

Escuchó que alguien la llamaba.

Volteo su mirada y divisó a una chica rubia de ojos lila-rosa quién llevaba un crop top negro con mangas de encaje, una falda sumamente larga del mismo color, no se le veían los pies, pero era obvio que llevaba tacones.

Hizo una mueca.

—¿Qué haces aquí?— Preguntó Rika.

Nanami sonrió— Que buena forma de saludar primita.— Musitó con ironía.

La pelirroja hizo una mueca, ella siempre acostumbraba a hablarle así a las personas que no le agradaban, sin embargo algunas veces se cuestionaba si ese trato a su primaa era el correspondiente, porque a pesar de que Nanami era la copia de su madre, Rumiko,difería en su humor, Nanami era un poco más agradable, siempre sonreía, y sobretodo latrataba bien, entonces, por esto mismo algunas veces se cuestionaba en como tratarla.

—Hola Nanami.— Saludó finalmente.

—Hola Rika.— La rubia sonrió.

—Ahora me puedes responder ¿qué haces aquí?— Preguntó la pelirroja.

—¿Qué no es obvio?— Cuestionó Nanami— Vine a la fiesta.

—¿Te invitaron?

—Obvio.— Respondió la chica de ojos rosa-lila— La empresa de mi madre es una de las principales socias con la empresa Ishida.

Se le había olvidado.

—Además mi futuro esposo.— No pudo evitar hacer una mueca ante esto— Y su familia también están invitados, así que igual tenía que venir.— Odiaba recordar eso, pero así era.

—Mmm que curioso, los Norstein todavía no...

—¡Nanami!— Unas voces femeninas interrumpieron a la pelirroja y a los pocos segundos aparecieron Sora junto a Mimi frente a sus ojos.

La rubia no pudo evitar sonreír al ver a sus amigas.

—Que bueno que llegaste.— Habló la Tachikawa.

—Por unos minutos pensamos que no llegarías.— Musitó la Takenouchi.

Nanami hizo una mueca— Lo lamento chicas, pero me atrasé unos minutos, ya saben, temas de chicas...— Musitó.

—Lo bueno es que llegaste.— Habló la castaña.

Rika al ver que literalmente sobraba en ese lugar se dispuso a alejarse en dirección a una mesa, estaba muerta de sed, sin embargo antes de llegar ante su vista apareció el Kimura.

—¡Hey! Que hermoso conjunto.— Musitó Tachikawa, su amiga tenía un estilo muy particular, siempre utilizaba ropa oscura, gotica pero muy elegante.

—Lo mismo digo.— Comentó Nanami— Me encanta tu ropa.— Ese conjunto rojo era increíble, observó a su al rededor— ¿Donde están Natsuko e Hiroaki? Quiero saludarlos.

—Están con Yamato.— Musitó Mimi.

Yamato.

Nanami alzó una ceja— Bueno, quiero ir a saludarlos, después de todo son los anfitriones ¿no?


—Hasta que al fin te encuentro.— Musitó la pelirroja cuando estuvo cerca de Koichi.

—Disculpa.— Habló el Kimura— He estado buscando a mi madre y no la encuentro.— Repsondió— ¿Tú la has visto?

—No.— Respondió la pelirroja.

—Rayos.— Musitó Koichi— Debo encontrarla.

—Me imagino que estás preocupado porque se encuentre con tu padre ¿no?

—¿Soy tan predecible?— Preguntó el Kimura.

—Ni tanto, si no supiera todo el lío que hay entre ellos no me lo imaginaría.— Comentó Rika.

Eso era verdad.

En verdad estaba aburrida.

—Supongo que debes estar aburrida.

—Bastante.— Respondió Rika— Pero no por estar buscando a Tomoko, sino por todo esto, ya sabes jamás me han gustado este tipo de celebraciones, sobretodo cuando no vienen Hikari, Takeru, Damar.

Damar.

Koichi no pudo evitar sentirse nervioso al escuchar su nombre.

—O tu hermano.— Finalizó la pelirroja.

Kouji.

Koichi hizo una mueca al pensar en su hermano, quién no le respondía las llamada, quién no se aparecía hace casi una semana en el Internado y quién no le había respondido aquella pregunta que tanto deseaba hacerle, pero que finalmente no contestó sino que cortó la llamada.

Y lo peor era que sentía que personas sabían de eso, ejemplo Satomi ¿y por qué él no? Era su hermano ¿no?

Observó a la pelirroja.

—Oye, Rika.

—¿Si?

—Tú que eres tan buena confidente de mi hermano...—Preguntó— Por causalidad ¿has hablado con él estos días?

Rika tragó saliva nerviosa ante esta pregunta— ¿E?— No pudo evitar balbuceo— No.— Respondió— ¿Por qué preguntas?

—Porque no sé que ocurre con él.— Respondió Koichi— Lo llamé, pero me habló super corto, me dijo que está en el Lago Yamakana, hablamos y la llamada quedo a medias, desde entonces lo he llamado, sé que está bien, pero ¿por qué no me contesta?

No era necesario que le dieran muchas explicaciones, ella sabía la razón por la cual no lo hacia.

—Bu-bueno, quizás quiso ir a desestresarce, digo, no sería la primera vez que Kouji se va a estar solo a esa cabaña ¿no?

—Eso es el tema.— Habló el Kimura— Creo que él no está solo.

—¿Cómo?— Preguntó la pelirroja.

No pudo evitar guardar silencio, no estaba seguro si preguntar lo siguiente.

—Creo que él salió con Damar.

—¿Con Damar?— Preguntó la pelirroja— Es una broma ¿cierta?

—No, no lo es.— Respondió Koichi— Cuando le pregunté me cortó.

—¿Te cortó?

—Si.

—¿Así sin más?

Koichi asintió.

Rika alzó una ceja, no esperaba eso.

—Y luego ya no me contestó, después me enteré que Damar tampoco ha regresado..

—¿Y por eso crees que están juntos?

—Si.— Respondió el Kimura— Dime ¿tu sabes algo?

—Bu-bueno yo...—Sabía que debía mentir, pero enserio le daba pena mentirle a Koichi, él no lo merecía, sin embargo, ella le debía lealtad a su mejor amiga y también a Kouji— No sé, lo dudo, ellos no tiene sentido y...— No sabía que rayos decir— Oye ¿fuiste a buscar al pasillo de atrás?

—¿El pasillo de atrás?

—Si, no donde está en baño de vistas.

—Pues no, no lo había pensado.

—Vamos.— Musitó la pelirroja y fue así como comenzó a caminar a través de toda la gente, Koichi la siguió.

Ambos llegaron al lugar que había señalado la chica y cuando giraron en dirección al pasillo se detuvieron en seco al ver a Tomoko frente a frente con Kousei.


~Minutos antes~


Tomoko bajó las escaleras mientras sostenía en sus brazos su abrigo, sin duda alguna había sido buena idea llevarlo, después de todo gracias a un gran bolsillo que tenía había podido guardar los papeles (mejor dicho facturas) que tanto buscaba.

Bajó las escaleras y caminó por el pasillo en dirección a la sala principal.

Por cada vez que se acercaba la música sonaba más fuerte y los sonidos de personas.

Cruzó los dedos para que su ausencia no se hubiera notado.

De todas formas si alguien le preguntaba utilizaría la vieja confiable.

Percance femenino.

Todo iba bien, todo iba tranquilo, sin embargo antes que llegara al final y girara hacia la derecha prácticamente de frente apareció un hombre castaño de ojos oscuros piel pálida con anteojos y vestido de una forma elegante.

¡No!

Fue el pensamiento de Tomoko y paró en seco.

¿Por qué tenía tan mala suerte?

El hombre al verla también se detuvo sin poder creer lo que veía o mejor dicho a quién veía.

¿Ella era su ex?

Ambos se miraron.

Ella lo miró.

Él la miró.

Y literalmente la tensión estaba para cortarla con un cuchillo.

Miles de recuerdos dolorosos pasaron por la mente de Tomoko, sus peleas matrimoniales, cuando él le quitó su dinero, sus propiedades, cuando le quitó a sus hijos, cuando la denunció por drogadicta, cuando la metió en la clínica psiquiatrica, cuando había gritado por...

¡Rayos!

—Tomoko.— Pronunció su hombre.

—Kousei.

Kousei no pudo evitar pasar su vista por la mujer, estaba muy cambiada, ese corte no era común en ella y ese vestido ajustado provocaba que se viera bastante bien, la última vez que la había visto parecía una mujer demacrada, completamente desarreglada, sin embargo se veía bastante...atractiva.

Se mordió el labio inferior y alzó su mirada hacia ella.

—¿Qué haces aquí?—Preguntó molesto.

Tomoko se cruzó de brazos no tenía ganas de hablar con él— ¿Qué no es obvio?

Kousei hizo una mueca.

—No pensé que estarías aquí.— Musitó el Minamoto de haberlo sabido en verdad hubiera cuestionado su asintencia— ¿Hace cuanto no nos vemos?

—Siglos.— Respondió Tomoko seriamente— Para mi buena suerte.

—¿Para la tuya?

—Claro.— Contestó la oji-azul— Sacarte de mi vida fue lo mejor de mi vida.

—No me sacaste tú de tu vida, yo te saqué de la mía.

—Con tu estúpida amante ¿no?— Musitó Tomoko.

Si, así lo había hecho, así como se deshizo de Rumiko luego, solo que ella había aceptado todas sus condiciones para no perder su posición económica.

—Que curiosamente no terminó siendo tu esposa.— Continuó hablando la Kimura— Dime ¿cuanto tiempo más esperarás para arruinar a Rumiko como lo hiciste conmigo? O peor ¿cuanto te demorarás en hacerle lo mío a Satomi? Digo, después de todo Rumiko no tenía nada, no perdió nada, en cambio Satomi lo tiene todo ¿no?

Kousei simplemente alzó una ceja seriamente, el rencor en sus palabras era evidente— ¿Por qué tienes que sacar a Satomi en esto? ¿Acaso te da envidia que haya vuelto a hacer mi vida?

—No es eso, simplemente me preocupo por ella, después de todo se casó con un ogro que jamás se convertirá en principe.— Habló con desprecio.

Kousei se cruzó de brazos— Puede que lo sea, pero tengo dinero, tus propiedades, en resumen todo lo que tú no.

—A bases de mentiras.

—¿Y qué? Tengo dinero y todo lo que quiero, a diferencia de ti puedo darle todo a mis hijos, a diferencia de ti que si no hubiera acudido a Natsuko ahora estaría triste y sola, sin nadie.

Tomoko se mordió el labio inferior, ella recordaba aquello y lamentaba mucho que fuese así, ella era inocente, no merecía perder a sus hijos.

—Bueno tú como vas a terminar así o peor.

—Lo dudo.— Contestó Kousei— Ya he demostrado de lo que soy capaz, de todo el dinero que tengo y lo que soy capaz de hacer por él, nadie me ha derrotado y la prueba de que puedo hacer lo que me plazca eres tú ¿no? Después de todo logré quitarte todo.

—En algún minuto lo recuperaré.

—Eso mismo dijiste la última vez que nos vimos ¿y qué? Han pasado casi diez años y aquí estamos, tú sin nada, yo con todo.— Respondió el Minamoto.

Tomoko se mordió el labio inferior y apretó su puño, quizás ella ahora no tenía nada, pero en algún momento lo recuperaría todo lo que había perdido a causa de involucrarse con él, sus propiedades, sus dineros y la custodia de su hijo menor. Ahora más que antes estaba segura de eso ¿por qué? Porque su colaboración con la DEA se lo permitiría.

—Mamá.—La voz de Koichi se hizo presente y su hijo apareció a frente ellos.

El chico observó primero a su madre y luego a Kousei, hace mucho no los veía juntos— Padre.

—Hijo.— Kousei habló seriamente.

Koichi tragó saliva, su madre no tenía buena cara, su padre estaba igual de serio que siempre, tragó saliva, recién había llegado y ya sentía tensión.

—¿E?— Balbuceo— ¿Qué hacen aquí?— Se acercó a Tomoko— Mamá, te estaba buscando ¿dónde estabas?

—¿E?— La mujer tragó saliva— Estaba ocupada en unos asuntos fe...—Suspiró, la conversación con Kousei la había dejado un tanto desconcertada, en un corto tiempo, pero con frivolas palabras logró descolocarla— ¿E? Koichi ¿vamos a tomar algo?— Tomó su mano— No me siento bien.

Koichi observó preocupado a su madre— ¿No?— Preguntó— ¿Te duele algo? ¿La cabeza? ¿El estomago?

—N-no, es solo que me siento un poco...— No sabía como responder su mirada no podía evitar fulminar al idiota de Kousei.

El Minamoto simplemente la observaba con una sonrisa en el rostro, era agradable saber que todavía lograba fastidiar a la Kimura de esa forma.

—Yo...

—Que salga afuera.— Habló Kousei— Tomoko justo me estaba comentando que se sentía mal, porque cuando la encontré no estaba actuando...—Sonrió— Normal.— Habló— Y por eso le decía que es mejor que salga a tomar aire para que pueda pensar mejor, digo, para que pueda respirar y vivir mejor.

Tomoko frunció el ceño ante esto, había leído entre líneas esa clara referencia.

"No estaba actuando normal"

Refiriendose a su comportamiento.

—No le hagas caso.— Habló la mujer— Simplemente siento un pequeño mareo, debido a la presencia de tanta gente...—Falsa— Indeseable.

Koichi hizo una mueca, con esa palabra le había quedado todo claro.

Kousei simplemente rodó los ojos— Buneo, yo me voy.— Habló— Luego nos vemos Koichi.— Le habló a su hijo y luego observó a la mujer— Adiós Tomoko.— Y sin decir más se alejó del lugar.

Tomoko rodó los ojos.

Koichi volteo en dirección a su madre— ¿Qué ocurrió?

—¿A qué se debe esa pregunta?

—Porque creo que es obvio que su reencuentro no fue de color de rosas.— Habló el chico— Luego de tanto años, considerando que ustedes no terminaron muy bien que digamos.

Tomoko hizo una mueca ante esto— Bueno, Koichi, creo que es obvio que no estuvo bien, pero no quiero arruinarte la fiesta con esto.— Dijo antes de avanzar— Ven, vamos a disfrutar de la fiesta de Natsuko.

—¿No me vas a decir?

—No, ya te dije, no quiero arruinarte la fiesta.

—Si, pero me gustaría saber.

—Koichi.— Tomoko volteo hacia su hijo— Hay cosas que ocurren entre los padres, pero no es necesario que lo sepan los hijos, ya que ellos no pueden saber todo.

El chico hizo una mueca, al parecer todo el mundo lo veía como un niño pequeño o algo así, ya que todos le ocultaban cosas, eso no era justo.

—Así que no sigas insistiendo y vamos a la fiesta.— Kousei ya le había arruinado mucho esa fiesta, no quería que esto siguiera, quería demostrarle que era feliz sin él, además quería celebrar que había encontrado esas facturas que tanto necesitaba.


—Yamato ¿donde está Takeru?— Preguntó Natsuko— Pensé que había quedado claro que era importante que estuvieran los tres aquí.

El rubio hizo una mueca— Lo sé madre, pero en verdad no sé que ocurrió.— Ya se hacia una idea de su razón, sin embargo no sabía si le había ocurrido algo o no.

—Pues muy mal, Yamato, tú eres el mayor debes estar al pendiente de tus hermanos.— Hiroaki se cruzó de brazos.

—Lo siento padre, pero Takeru ya está grande para tomar sus decisiones, no puedo estar yo siempre encima de él.— Habló el oji-azul molesto.

Hiroaki y Natsuko intercambiaron miradas, en verdad no les gustaba que sus hijos los desobedecieran ni nada al respeto.

—Señor Hiroaki, señora Natsuko.— Una voz se escuchó en el lugar llamando la atención de todos y al voltear, literalmente el rubio sintió como si nuevamente el alma se le iba del cuerpo.

—No puede ser.— Musitó la madre de Yamato— ¿Nanami?

—La misma.—La rubia de ojos lila-rosa su mirada por el matrimonio y luego por el hijo de ellos, todos estaban sorprendidos al verla.

—¡Vaya! Tu madre nos había dicho que enviaría a alguien en su representación, pero no esperamos que fueras tú.— Habló Natsuko antes de acercarse a la chica y besar sus ambas mejillas en señal de saludo.

—Es un gusto para mi estar aquí señora Natsuko, feliz aniversario.— Luego de saludar a Natsuko, Nanami pasó a saludar a Hiroaki extendiendo su mano y esté corresopndió al gesto— Felicidades señor Ishida.

—Gracias.— Respondió el castaño— Es un gusto contar con tu presencia.— Ella era la heredera mejor dicho dueña actual de una empresa importante de automoviles en Japón y España.

—Es un gusto para mi estar aquí.— Contestó la rubia— Representando a la empresa N y D.

—No hables de empresa, habla de amigos.— Musitó Natsuko, esa chica era increíble, desde que su padre había muerto había tomado parte de la gerencia general junto a su madre y habían hecho cosas increíbles. Sin duda alguna no se parecía en nada a la media hermana de su padre, Rumiko Nonaka, porque era super educada, elegante e inteligente.

En verdad era una lastima que ya estuviera comprometida.

—Así lo haré.— Respondió la rubia.

—Supongo que continuas en el Internado ¿no?

La rubia asintió.

—Entonces ya habrás visto a mi hijo.— Habló Natsuko.

Nanami volteo su mirada hacia el rubio que se encontraba a un costado y sonrió— Claro.— Contestó antes acercarse a él y estirar su mano— Hola Yamato.— Lo saludó— Muchas felicidades por el aniversario de tus padres.

Yamato observó la mano de la chica un tanto nervioso mientras sentía miles de cosas (malas) en su interior, principalmente se sentía alarmado.

—¿Qué sucede hijo?— Preguntó Natsuko— ¿No vas a saludarla?

—¿E?— Balbuceo el oji-azul—Si.— Correspondió su gesto de la mano— Hola Nanami.— Saludó con frialdad. La chica avanzó hacia él y depositó un rápido beso en la mejilla provocando que rápidamente retrocediera alejandose de ella.

Nanami sonrió, al parecer lograba colocar nervioso a ese chico.

Yamato hizo una mueca, en verdad no le gustaba que ella estuviera presente ¿por qué? porque le hacia recordar que le mentía a su novia y eso era algo que no le gustaba hacer, quería que su relación fuera de amor y sinceridad.

—¿Cómo estás?— Preguntó la chica de ojos lila-rosa.

Yamato hizo una mueca al darse cuenta que quería comenzar una conversación— Estoy bien.

—Que bien.— Respondió la rubia— ¿Y qué...

—Disculpa, tengo que irme a ver a mi novia.— De una forma abrupta, inesperada y seria interrumpió a la chica. Él era directo, no quería tener ninguna relación con ella ni de amigos, ni de otro tipo, su enfoque era Mimi— Permiso.— Dijo antes de alejarse dejando desconcertados a su padre y sobretodo a su madre.

—¿Qué le ocurrió?— Preguntó Natsuko.

—No sé.— Respondió la rubia y sonrió, si sabía que le ocurría lo que provocaba que fuera interesante.


Rika salió de la mansión al jardín en donde se encontraban algunas personas, habían bastante personas en ese lugar, más adolescentes que adultos, hablando, riendo, tomando, ya que habían mesas con coctel.

Suspiró.

Enserio estaba aburrida, pero la comida lo valía, estaba buenísimo, sin embargo estar sin sus amigos era aburrido o sin Kouji, no porque Koichi le aburriera, pero en la situación que estaba tenía miedo de cometer un mínimo error y delatar al Minamoto, además ahora se le sumaba el reencuentre sus padres, hecho que no había querdio presenciar, porque no era de su incumbecia, así que se había alejado del Kimura.

—¡Hey! Rika.— Escuchó que alguien la llamaba y al voltear se encontró con la persona más indeseable para ella.

—Ryo.— Pronunció su nombre sin interés y este se acercó a ella.

—Hola preciosa.— El chico intentó acercarse pero ella rápidamente se alejó.

—Hueles a alcohol.— Musitó la pelirroja llevando una mano a su nariz.

—Si, pues...— El Akiyama sonrió— Me pasé un poco de copas.

—Se nota.— Habló Rika asqueada.

—¡Hey! ¿Por que estás tan solita?— Preguntó Ryo— ¿Acaso el idiota de tu novio no te qiso acompañar?

—No es mi novio.— Musitó Rika— Y si no vino no es asunto tuyo.

El Akiyama hizo una mueca ante esto— Hey, tranquila, solo te preguntaba, porque me sorprende verte sola.— Alzó una copa— ¿Quieres un poco?

—No, gracias.— Respondió la Nonaka.

—¿Por qué no?— Preguntó— Es vodka, tu amas el vodka.

—Ya no me gusta.

—Bueno, si no te gusta, entonces quizás quieras...— Ryo sacó una pequeña bolsa con polvo— Esto.

Típico de Ryo, siempre ofrecer drogas, pensó Rika fastidiada.

—No, no quiero.

—¿Por qué no quieres?

—Porque ya no consumo drogas.

—¿No?— Preguntó el Akiyama— ¿Estás delirando?

—No estoy delirando.— Respondió Rika— Es la verdad y ya lo sabes.

Ryo hizo una mueca— Disculpa, se me había olvidado que te convertiste en un aburrida.

—¿Aburrida?— Cuestionó la chica y rió irónicamente— Dejé de ser una idiota como tú Ryo, ya que eso eres al consumir drogas.

—No lo soy.

—Si lo eres.— Respondió Rika— Y lo sabes.

—Eso lo dices ahora porque dejaste estas cosas, pero antes no lo pensabas.

—Porque estaba cegada, pero ahora veo todo claro.

—Porque decidiste convertirte en una aburrida por culpa de ese idiota ¿cómo se llama? Takato.

Rika rodó los ojos— Piensa lo que quieras.— Respondió antes de voltear para irse.

—¡Hey!— Ryo tomó su hombro para que voltease—En verdad eres estúpida Rika, dejaste de consumir, beber ¿solo por él?

—Si así es.— Respondió Rika— Pero no te importa.

—Claro que sí mi importa.—Contestó Ryo— Ese chico vino a destruir lo que teníamos.

—¿Teníamos? Eso suena a relación, algo que nunca tuvimos.

—Porque no me has dado la oportunidad.

—Pues no, no te la he dado, porque no te la mereces y por más que insistas no cambiarás eso.— Respondió antes de voltear— Así que deja de molestarme.—Fue lo último que dijo antes de irse.

Ryo apretó su puño ante esto, en verdad le dolía siempre ser rechazado, esto no era justo, ni siquiera podía estar con la chica que él quería.

En verdad dolía.

Volteo en dirección a la barra y tomó una copa con cerveza, rápidamente la bebió, esto mismo hizo con otra, un martini, un vodka, ginebra, vino, literalmente ni cuenta se dio cuando se había todo.

Apretó su puño.

Enserio estaba enojado.

—¡Hey! Ryo.— Una voz lo llamó y al voltear se encontró con el rubio hermano de Nene.

—Yuu.— Pronunció su nombre— ¿Qué ocurre?

—Está todo listo.— Respondió el rubio— Me metí a todo el sistema y logré hackear lo que me pidieron.

¡Genial!

Pensó.

—¿Donde está Nene?

—No sé.— Respondió el rubio— La estaba buscando, pero no la he encontrado.

¡Rayos!

Se suponía que ella daría el golpe final, aunque...

¿Qué tal si lo daba él?


Mientras tanto en un lugar distante de aquel lugar, en una de las habitaciones de la cabaña en el Lago Yamanaka.

Kouji y Damar se separaron con las respiraciones agitadas, ambos estaban bañados en sudor, evidentemente ambos estaban agotados, ambos intentaban recuperar el aliento, pero las sonrisas en sus rostros demostraba lo bien que se sentían.

Kouji se recostó en el respaldar de la cama y la chica se recostó sobre su pecho inundandose en un silenco que duró unos minutos.

No era incómodo.

No era aburrido.

No era obstigante.

Era un silencio agradable en el cual ambos intentaban recuperar las energías que habían perdido. Ante esto cuando la chica ya estuvo bien comenzó a acariciar con las puntas de sus dedos la mano izquierda del chico que estaba posaba sobre la sabana en su muslo derecho.

—Tenías razón.— Kouji decidió romper el silencio.

—¿Así?— Preguntó la castaña mientras seguía acariciando su mano— ¿En qué?

—En quedarnos aquí.

Damar ante esto rió.

Otro silencio se hizo presente mientras Damar continuaba con su pequeña caricia.

—Lamento mucho que mañana tengamos que volver.— Finalmente la chica rompió este silencio.

El Minamoto hizo una mueca, él también lo lamentaba, pero debían hacerlo, llevaban mucho tiempo afuera.

—Me gustaría quedarme aquí.— Respondió la castaña— Contigo.— Entrelazó los dedos de sus manos.

A él también le gustaría quedarse con ella, en aquel lugar, sin embargo no podían.

—Damar.— La llamó— Sé que te resultara difícil afrentar esto, pero tienes que hacerlo.— Comentó— Tienes una vida que continuar con ella estudios, amigos, hermanos.

—Lo sé.— Respondió la castaña— Y créeme, luego de todo lo que hemos me ha quedado claro, pero...— Con su mano izquierda acomodó la sabana sobre su cuerpo manteniendo su mano derecha entrelazada con la del chico— Tengo miedo.— Suspiró— Y no de enfrentarme a Rumiko, ni a la verdad sino por miedo a...—Tragó saliva— Mi reacción.

Eso era un buen punto, después de todo sus reacciones eran tan fuertes y endebles que por eso había terminado en la clínica.

—Bueno creo que luego de todo lo que ha pasado es evidente que no puedes ocultar siempre todo lo que te sucede.— Habló el Minamoto— Debes hablarlo para no reaccionar como ahora.

—Si, pero ¿con quién?

—Conmigo.

Damar hizo una mueca— Ya te he dado demasiados problemas, Kouji, no quiero agotarte emocionalmente.

—Hey, no lo haces.— Musitó el Minamoto— La que se agota emocionalmente al guardarse todo eres tú.— Tristemente no lograba dominar sus emociones, a diferencia de él.

La castaña suspiró— Pero tú tienes tu vida, tus responsabilidades y no quiero interferir en eso.

—No lo haces.— Respondió Kouji.

—Claro que sí, mira donde estamos.

—Lo sé.— Contestó el Minamoto— Pero ¿me ves quejandome o alegando?

La verdad era que...

—No.

—¿Entonces?

Damar ante esto alzó su mirada y observó al chico, en verdad no sabía como rayos agradecer todo lo que había hecho.

Kouji acarició su mejilla, quizás no decía mucho, pero con sus cortas palabras y acciones quería hacerle saber que jamás se cansaría de estar para ella.

—¿Y si algún día tú no estás?

—¿Por qué preguntas eso?

—Porque uno nunca sabe cuando las personas se pueden ir.— Musitó Damar.

El Minamoto hizo una mueca— No pienses eso.— Y tomó su mentón— Siempre estaré cuando me necesites, nunca te dejaré sola.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.— Respondió Kouji, no sabía que ocurriría con él a un futuro, si mañana amanecería muerto o viviría mil años, de lo único que estaba seguro era que quería estar a su lado siempre que lo necesitra.

Damar sonrió y el chico acercó su rostro para unir sus labios en beso suave, simple, pero lleno de sentimiento.

Cuando ambos se separaron la chica volvió a depositar su cabeza en su pecho mientras este acariciaba su cabello.

El silencio nuevamente se hizo presente, pero no era incomodo, era demasiado especial.

Por primera vez en mucho tiempo Damar se sentía en paz, era agradable saber que tenía el apoyo y compresión de ese chico que tanto había querido desde que eran niños. Lo sorprendete era que luego de su ida a Estados Unidos nunca se hubiera imaginado que volvería a Japón, mucho menos a volver a ver a Kouji y tener ese tipo de relación.

Y hablando de su ida.

—Kouji.— La castaña llamó al Minamoto.

—¿Si?

Damar se mordió el labio inferior, ahora que todo estaba bien entre ellos y que sabía que podía confiar en él necesitaba ser sincera en todos los sentidos, empezando por su gran verdad.

Respiró profundo y se separó del pecho del Minamoto.

—Necesito contarte algo.— Musitó sosteniendo la sabana contra su cuerpo.

Kouji se incoporó sobre la cama—¿Sobre qué?

—Sobre...—Suspiró— Mi ida a Estados Unidos.— Volteo hacia el chico— Ya que nos tenemos confianza y pues, tu querías saber sobre ¿por qué rayos cree esa mentira sobre esa supuesta rehabilitación?

El Minamoto la observó sin decir palabra, si quería saber, pero no esperaba que se lo dijese en esos momentos, aunque debía admitir que se moría de ganas en saber la verdad.

—Bueno la razón fue, la misma por la cual ahora tengo tanto impedimento al momento de hablar con mis hermanos.— Musitó Damar— Y esa es...— Respiró profundo.

A diferencia de otras veces estaba siendo muy consciente de sus palabras, y pues, sentía que debía decirselo, ese era su mayor secreto y confiaba en él para decirselo.

—Que Mimi quedó embarazada.


—¡Hey! Cariño, al fin te encuentro.— Musitó Sora y abrazó a su novio por la espalda provocando que este se sorprendiera.

Taichi volteo su mirada ante esto.

—¿Dónde estabas?

—¿E?— Balbuceo el Yagami antes de girar todo su cuerpo hacia ella— Estaba disfrutando un poco el coctel.— Mejor dicho, estaba disfrutando de todos los tragos e intentaba mantenerse lejos de todos sus conocidos, sobretodo de su novia, ya que por la forma en que Catherine lo observaba no podía evitar sentirse un tanto intranquilo.

Sora tomó posición frente a él— ¿Seguro?— Preguntó— ¿No te estarás escondiendo?— Esa era la impresión que tenía de él desde que habían llegado a la fiesta.

—¿Escondiendo?— Preguntó Taichi nervioso y sintió como todos su sentidos se colocaban alerta— ¿D-de qui-quién me estaría escondiendo?

—De Izumi y Takuya.— Respondió la pelirroja— Ya sabes, ellos también están aquí y no están bien las cosas entre ustedes, después de lo que ocurrió.

—A pu-pues...—Taichi tragó saliva— S-si es eso.

Sora tomó su mano— Entiendo que sea difícil y que todo sea incómodo, pero no tienes que aislarte, al menos no conmigo, yo no estoy enfadada contigo por esto.

—¿Enserio?

—Al principio lo estuve, pero ya todo pasó ¿no?— Taichi había cometido un error, estaba consciente de eso, sin embargo no quería distanciarse de él una vez más, quería estar con él y ayudarlo a mejorar con esta situación.

El castaño sonrió, era agradable saber que ella estaba de su lado, sin embargo no podía evitar sentirse culpable después de todo lo que ocurría con Catherine, finalmente él la había engañado y ahora cada vez que veía a aquella chica tenía ganas de...

¡No!

Pensó y en un rápido movimiento tomó a su novia de las mejillas para unir sus labios en un beso.


Nene pasó su mirada por el lugar e hizo una mueca— Esta mansión está increíble, evidentemente los padres de Izumi tienen mucho dinero.— Musitó— Lamentablemente.

Catherine hizo una mueca mientras jugaba con la copa en su mano.

—¿Sabes? Cuando mi padre me envió en su representación pensé que sería aburrido, y pues, no me equivoqué, ni siquiera el idiota de Ryo está aquí para divertirnos.— Musitó Nene y luego desvió su mirada hacia su amiga rubia— Hey, Catherine.— La llamó al ver lo perdida que estaba observando su copa— Catherine.— Nuevamente la llamó— ¡Catherine!— Movió su brazo.

—¡Hey! ¿Qué pasa?— Preguntó la rubia.

—¿Qué sucede contigo?— Cuestionó Nene— Nuevamente estás en las nubes, no me respondes y es como si no me escucharas.

Catherine hizo una mueca.

—Dime ¿qué pasa?— Preguntó la castaña— ¿Estás así por Taichi?

La rubia asintió.

—¿Por qué?— Cuestionó la chica Amano— ¿Ya te acercaste a él?

—Si, ya lo hice.

—¿Y?

—Me salió mal, él nuevamente salió corriendo.— Respondió la rubia— Taichi no quiere caer.

—Bueno eso te pasa porque no te ha visto verdaderamente como te ves con ese vestido.— Comentó Nene— Deberías quitarte esa chaqueta y lucir esa espalda.

—No ¡Que vergüenza! si lo hago todos aquí creerán que soy una chica vulgar.— Habló Catherine.

—¿Quieres que Taichi caiga a tus pies o no?

—Si, pero no quiero que la gente se dé cuenta de eso.— Musitó la rubia.

—Entiendo, pero si no luces tu vestido como deberías no va a caer.— Habló Nene— Aunque...—Llevó una mano a su mentón— Tengo una idea.

—¿A si?— Preguntó Catherine— ¿Qué idea?

La castaña sonrió.


Nanami llevó su copa de martini hacia sus labios, mientras de forma precavida y minuciosa escuchaba atentamente las conversación de esas chicas, así como lo había hecho esos días desde que vio el beso entre el castaño y la rubia. Sabía que ese tema no era de su incumbencia, pero luego de hablar con Ryo le había quedado más que claro que debía buscar una forma de mantener la confianza con las personas de ese lugar, y pues...

Quizás de esta forma funcionaría.


La rubia alzó una ceja— ¿Estás segura?

Nene asintió.

—Pero ¿no ibas a ayudar a Ryo con ese tema de...— Prefirió no decirlo— Ya sabes?

— Si, pero todavía faltan algunos minutos.— Respondió la castaña— Así que ¿por qué no podría ayudarte?

Catherine sonrió— Gracias amiga, eres increíble.


Taichi y Sora tomaron una copa cada uno de licor y brindaron, felices.

¡Bip, bip!

Taichi escuchó como su móvil sonaba.

Hizo una mueca era un mensaje de Nene.

¿Qué quería?

Abrió el mensaje y lo leyó.

(De: Nene)

Tengo que hablar contigo, ven al pasillo trasero.

Hizo una mueca ante esto.

No tenía ganas de ir.

¡Bip, bip!

Otro mensaje le llegó.

(De: Nene)

Si no vienes soy capaz de decirle todo a Sora.
Mis cosas con Takuya están mal, así que no tengo nada que perder.
Tú si.

¡Rayos!

—¿Con quién hablas Taichi?— Preguntó la pelirroja curiosa— ¿Puedo saber?

—¿E?— El Yagami rápidamente guardó su móvil— Es Hikari.— Si, mintió.

—¿A si?— Preguntó Sora— ¿Cómo está?

—Ella está un poco mejor.— Respondió Taichi— Pero aún un poco mareada, Takeru la está cuidadno.

—Que bien.— Musitó la pelirroja.

Taichi dejó su copa con vino en la mesa— ¿E? Sora, iré al baño.

—Está bien, luego nos vemos.

El castaño asintió y sin decir más se alejó.


Yamato no pudo evitar sentirse nervioso e incómodo, las miradas que la rubia le daba enserio eran incómodas, no por el hecho de que ella produjese algo en él, sino por el hecho de que enserio le molestaba saber que Mimi y ella se llevaran tan bien, como si nada ocurriese cuando Nanami le enviaba mensajes por interno, sabía que él le estaba mitiendo, pero sentía que era muy hipocrita de su parte actuar así.

—Amor.— Mimi lo llamó, pero no obtuvo respuesta— Amor.— Nuevamente lo llamó— ¡Yamato!— Alzó la voz y el rubio recién reaccionó.

Movió levemente la cabeza.

—¿E? ¿Q-qué?— Preguntó Yamato— ¿Qué ocurrió?

—¿Qué ocurre contigo?— Cuestionó la castaña— Te he estado hablando, pero no me respondes.

El rubio hizo una mueca—Disculpa es que estoy un poco descolocado.

—¿Estás pensando en Takeru?— Preguntó la castaña.

—¿En Takeru— Cuestionó el rubio.

—Por todo lo que ocurrrió.— Respondió Mimi.

Yamato se mordió el labio inferior, no quería mentirle, pero no quería que lo que ocurría con Nanami fuera notorio, todavía no sabía como rayos decirle la verdad, no quería decepcionarla una vez más, aunque tal vez lo mejor fuera decirle la verdad.

—Pu-pues no.— Respondió el rubio— Estoy pensando en otra cosa.

—¿Así?— Preguntó Mimi— ¿En qué?

—En...—

—¡Hey!— Una voz llamó su atención.

¡Oh no!

Pensaron Yamato y Mimi al ver al Akiyama.

—Aquí está la pareja feliz.— Musitó el chico con una sonrisa.

La castaña hizo una mueca al verlo, retrocedio unos pasos y tomó el brazo de su novio, la última vez que habían estado frente a frente había intentado sobrepasarse con ella.

—Ryo.—El rubio pronunció su nombre— ¿Qué haces aquí?

—¿Qué no es obvio?— Preguntó el castaño— Vine a la fiesta.— A celebrar el aniversario de los padres de Yamato ¡Corrección! De su padre y esa mujer.

—Si lo sé.— El rubio musitó molesto, no sabía que sus padres lo habían invitado, ya que no estaba involcurado con la organización de la fiesta, sin embargo ahora que lo veía no podía evitar preguntarse ¿en qué rayos estaban pensando cuando lo invitaron?—No me refiero a este lugar, me refiero a ¿por qué rayos vienes hacia nosotros?

—¿Qué no es obvio?— Preguntó Ryo— Vengo a socializar.

Si ¿cómo no? Pensó Yamato.

El Akiyama dirigió su mirada hacia Mimi quién lo observaba evidentemente molesta— No habíamos podido hablar antes hermosura, me alegra ver que estás bien.

"Hermosura"

Mimi sintió repudio al escuchar aquella palabra de su boca.

—No le hables.— Habló el rubio molesto.

—Hey, no te molestes.— Respondió Ryo— Simplemente le estoy haciendo un comentario, después de todo me alegra verla bien.— Dijo antes de acercarse a ella, pero Mimi rápidamente se escondió tras su novio— ¿Por qué te alejas?

—¿Qué no es obvio?— Preguntó Yamato— Luego de lo que le hiciste el fin de semana pasado es lógico que no quiera estar cerca de ti.

Ryo hizo una mueca al recordar esto, la verdad de las cosas era que había intentado olvidar aquel hecho, ya que no quería sentirse mal.

—Lo que ocurrió el fin de semana fue una tontera, algo sin sentido.— Intentó justificar.

—¿Algo sin sentido?— Cuestionó esta vez Mimi.

Bueno quizás, si lo tenía.

—Te intentaste sobrepasar conmigo como un abusador de la calle.

"De la calle"

El Akiyama frunció el ceño al escuchar eso ¡Él podía ser pobre pero no era de la calle!

—¿Cómo esperas que hable contigo o esté cerca de ti como si nada cuando ni siquiera has pedido perdón?— Preguntó Mimi.

—Lo que ocurrió esa vez fue algo de una vez, y no fue mi culpa, fue culpa del alcohol.— Respondió Ryo— Estaba tomado.

—No le eches la culpa al alcohol.— Habló Yamato.

—Claro que la tiene, mi mente estaba perdida.

—¿Cómo ahora?— Preguntó Mimi— Tienes un aroma a cerveza que es terrible.

El Akiyama hizo mueca, luego de su pelea con Hiroaki se había dedicado a tomar, tomar y tomar.

—Bueno ahora solo tomé un poco, no he perdido la consciencia, no te haré daño.— Musitó el Akiyama— Simplemente vine a hablar contigo porque enserio quería saber como estabas.

—Bueno no te preocupes por ella, ya que no tiene ningún interés de hablar contigo.— Habló Yamato— Ni siquiera de verte, luego de lo que le hiciste, o mejor dicho después de todo lo que has hecho dudo que alguien te soporte.

Ryo apretó su puño molesto ante este esto— Mi pasado es algo mínimo.

—¿Mínimo?— Preguntó Yamato y lanzó una carcajada irónica— Has arruinado mucho las cosas.

—¿Lo dices por qué le dije la verdad a tu novia y por eso arruinó tu felicidad?

—No lo digo por eso, lo digo por todo lo que has hecho, no solo a nosotros, sino que al resto.— Habló Yamato.

—Yo no he hecho nada.

—Claro que sí.— Habló Yamato— En verdad estás mal de la cabeza si no dimensionas todo el daño que has hecho.

—No estoy mal de la cabeza, yo estoy sano.

—Pues no se nota, cada vez día estás más loco y solo, das vergüenza.

"Vergüenza"

Otra vez esa palabra.

—Deberías comenzar a analizarte tu mismo ¿sabes? No te haría mal.— Musitó Yamato antes de voltear hacia su novia y tomar su mano— Vamos Mimi.

La castaña asintió y ambos se alejaron, sin embargo Yamato se detuvo.

—Por cierto...—Volteo hacia Ryo— Que te quede claro Ryo, no quiero que te vuelvas a acercar a Mimi.

Si se acercaba a él no importaba, sin embargo si pensaba en tocarle un pelo a su novia se las vería con él.

Ryo se mordió el labio inferior, se había acercado a la Tachikawa para hablar con ella sobre "ese tema" y ver si podía sacar algún provecho, sin embargo, luego de esto, más razones tenía para borrar esa sonrisa de sus rostros.


Taichi caminó por el pasillo que le había indicado Nene, era uno largo y a diferencia de hace un rato (por que ya había estado ahí) no habían personas.

Observó a su alrededor, por ningún lado estaba esa chica.

Suspiró.

En verdad no quería verla, pero tenía razón, él tenía más que perder que ella.

¡Bip, bip!

Su móvil sonó.

(De: Nene)

Entra a la habitación que está junto al baño.

Taichi alzó una ceja sorprendido ante esto ¿por qué en una habitación?

Y luego cayó en la cuenta de que en ese lugar nadie los vería hablando, para su buena suerte, lo menos que quería era que lo vieran con ella.

Sin decir más se acercó a esa habitación, la puerta estaba abierta, así que solo la empujó en ingresó al lugar, la luz estaba apagada, así que presiona el interruptor, avanzó hacia el centro de la habitación, había una cama, muebles, lujosa, pero un tanto pequeña, evidentemente huespedes.

No pasaron muchos segundos la puerta nuevamente se abrió y cierta chica rubia ingresó al lugar cerrando la puerta tras ella.

—¿Catherine?— Preguntó el castaño— ¿Qué haces aquí?

La rubia simplemente sonrió— Te estaba esperando querido.— Musitó antes de retirar su chaqueta de sus hombros dejando a la vista lo sensual de su ajustado vestido rojo, su escote, el corte y volteo levemente dejando ver su sensual espalda.


—Ryo en verdad es molesto.— Musitó Yamato cuando estuvieron lejos de él.

—Lo sé.— Contestó Mimi— ¿Enserio cree que luego de lo que hizo vamos a tratarlo como si nada?

—Bueno, no me sorprendería, hubo tiempo en el cual nosotros cometimos ese error.— Habló el rubio— Intentamos olvidar u omitir todo lo que había hecho, ya que siempre lo consideramos un amigo, pero fue el peor error de nuestras vidas.

—Es una pena ¿sabes?— Musitó la castaña— Y no lo digo en el sentido de humillar a alguien, sino de que en verdad da pena su situación, después de todo en algún minuto todos fuimos amigos.

Yamato asintió, estos últimos días no había podido evitar recordar su infancia al haber pasado tiempo con esa niña rubia que le recordaba tanto a sus hermanos y él cuando eran pequeños.

—¿Sabes? Algunas veces desearía volver a ese tiempo cuando éramos pequeños.— Musitó Mimi— Donde todo era más inocente, cuando nos existían los problemas, las discusiones...— Suspiró— Ni los engaños.— A su mente no pudo evitar venir aquella verdad que tanto ocultaba y que tanto deseaba decirle a su novio.

"Sin engaños" Yamato tragó saliva, en verdad se sentía mal, porque él no solo le había ocultado lo de Jun, sino que ahora le ocultaba lo de Nanami algo que sabía que no estaba bien y que tal vez...

Debía decirle.

—Mimi.— Llamó a su novia.

—¿Si?

Yamato guardó silencio por unos segundos, en verdad no quería ser molestoso o arruinarle la fiesta con esto, pero no quería seguir mintiendole como fue lo de Jun.

—Mimi, yo no quiero molestarte, pero hay algo que te quiero decir y...

—¡Hey! Hermano.— Una voz femenina lo interrumpió y antes sus ojos aparecieron Takuya e Izumi, quienes hace bastantes horas habían desaparecido.

Mimi pasó una mirada por ellos y no pudo evitar notar que su amiga tenía el cabello un poco desordenado y su hermano tenía un chupón en cuello.

¡Uh! Al parecer no habían perdido el tiempo.

—¡Hey! Takuya, Izumi, hasta que al fin aparecen.— Musitó la castaña— De un momento a otro desaparecieron, pensé que los había tragado la tierra.— Fue difícil evitar la sonrisa picarona en su rostro.

Takuya e Izumi no pudieron evitar ruborizarse ante esto.

—¿E? Nosotros estábamos afuera.

—¿Afuera?— Musitó Mimi— Que curioso, yo no los vi afuera cuando salí.

—¿E? Pu-pues...—Balbuceo la rubia nervioso.

—No-nosotros.— Tartamudeo Takuya.

Yamato alzó una ceja.

Al parecer se habían divertido.

Hizo una mueca, no le gustaba pensar en que las manos de su amigo estaban sobre su hermana.

Mimi simplemente rió ante el nerviosismo de su hermano y su amiga— Bueno, no me den muchas explicaciones.

Takuya e Izumi intercambiaron miradas y el rubor se hizo más notorio.

—¿e?— Balbuceo la rubia— ¿Qué ocurrió en nuestra ausencia?

—Nada interesante.— Respondió Mimi, omitiendo lo ocurrido con Ryo, no quería hablar de eso.

—No sé cuantas personas han saludado a nuestros padres.— Habló el rubio— Y se sacaron unas fotos, nada del otro mundo.

Era de esperarse, esas fiestas eran aburridas.

Las dos parejas continuaron hablando, ignorando lo que ocurría al rededor, incluido el hecho de que el Akiyama se estaba subiendo al escenario.

—¿Está todo listo?— Le preguntó a Yuu.

El rubio asintió— ¿Estás seguro de esto?

—No me critiques, Yuu.— Dijo dandole un sorbo a la copa con champagne que tenía en su mano derecha.

El rubio hizo una mueca.

Ryo tomó el micrófono frente a él con su mano izquierda, observó al rededor.

—¡Hey! Buenas noches.— Su voz se escuchó por los parlantes.

Todos los presentes ante esto voltearon hacia el escenario y la impresión en el rostro de muchos se hizo presente.

—Lamento interrumpir la fiesta, pero creo que ya va siendo hora de que les de mi regalo de aniversario a Natsuko e Hiroaki Ishida.


Taichi tragó saliva al ver a la chica con ese sensual vestido rojo, con esa chaqueta café no se podía apreciar muy bien sus curvas, sin embargo se veía bastante sen...¡No!

Movió la cabeza.

—Catherine ¿qué haces aquí?— Preguntó Taichi.

La rubia sonrió— ¿No te alegra verme?

—¿E?— Balbuceo— N-no.

—A mi me parece que si.— Musitó la chica antes de acercarse a él.

Taichi ante esto retrocedió.

—¡Hey! ¿Por qué te alejas?

—Creo que es obvio.— Respondió el castaño— Tengo novia.

—Si, pero ¿qué importa?— Catherine la punta de sus dedos por el traje del chico.

—Si importa, Sora es mi novia.— Contestó nervioso.

—Tú no la quieres a ella.

—Si la quiero.— Respondió Taichi.

—¿Otra vez con lo mismo?— Rodó los ojos la rubia— Creo que si sigues cerrado en esa mentalidad tú y yo nunca avanzaremos.

—¿Avanzaremos?— Preguntó el Yagami— ¿En qué debemos avanzar?

—Tú en qué.

—Pues no, no lo sé.

Catherine rodó los ojos— En nosotros.

—No hay un nosotros, Catherine.

—Claro que si lo hay.— Respondió la rubia acercandose a él depositando sus brazos en sus hombros.

¡Rayos!

Taichi retrocedio.

—El otro día nos besamos ¿no?

—¿E?— Balbuceo— Tú me besaste a mi.

—Pero tú me correspondiste.

Lastimosamente si.

—Luego me aparté.

—Si, lo hiciste, por serle fiel a Sora.

—Exacto.— Respondió Taichi.

—Pero ¿acaso te olvidas que ya le fuiste infiel una vez?— Preguntó la rubia— Conmigo.— Acercó su rostro al del chico entrelazando sus respiraciones— ¿Y qué te gustó?

¡Rayos!

Taichi se mordió el labio inferior.

—N-no, no me gustó.

—Claro que sí.— Respondió Catherine.

—Claro que no.

—No lo niegues, yo se que sí.— Rosó sus labios con lo suyos—Te gusto, me deseas y tú sabes que también me gustas mucho.— Habló la rubia— ¿Sabes? Siempre recuerdo nuestra primera vez.

Taichi sacó sus brazos de sus hombros y se alejó—Basta ya, Catherine.

Catherine rodó los ojos y volteo hacia él— ¿Por qué no lo admites?

—Porque para ti esto es un juego.

—No, no estoy jugando, no es ninguno juego, no sé porque te evades.— Musitó la rubia.

—No me estoy evadiendo.— Respondió el castaño— Estás equivocada.

Catherine sonrió, se acercó al castaño para comenzar a acariciar su brazo— No lo estoy.— Acercó su boca a su oido—Te gusto, me deseas y tú sabes que también me gustas mucho.

El recuerdo de ese sueño vino a su mente.

Cerró sus ojos al sentir los labios de la chica sobre su cuello ¡Rayos! No podía caer.

Respiró profundo y abrió sus ojos.

—Catherine basta.— Volteo hacia ella— Esto no está bien.

—Por Sora ¿no?— Preguntó la rubia— Porque si no estuvieras con ella caerías a mis pies ¿no?

—Claro que no.

—Claro que sí.— Respondió Catherine— Yo sé que te gusto.— Depositó nuevamente sus brazos en sus hombros y abrazó su cuello— Deja de negarlo.

Taichi tragó saliva, la verdad de las cosas es que esa chica estaba logrando colocarlo más que nervioso, con ese cuerpo y el tono seductor de su voz estaba logrando prender sus hormonas, pero esto ya venía hace bastante.

Catherine rosó sus labios por su cuello.

—Dime ¿acaso no quieres frotar nuestros cuerpos?— Preguntó muy cerca de su oido.

No iba a responder esa pregunta.

La chica masajeo su cabello—Disfrutar de mis caricias.

Se negaba a responder.

—Y sentir mucho placer.— La chica depositó una mano en su entrepierna.

¡Rayos!

Su sentidos se estaban comenzando a activar.

La rubia tomó las manos del chico y depositó en su cintura.

Taichi se mordió el labio inferior al sentir su espalda desnuda y esas curvas tan pronunciadas.

Catherine nuevamente abrazó su cuello y acercó sus labios para unirlos en un suave, simple y sensual beso.

Taichi ante esto no supo si corresponderle o no, tenía demasiadas cosas en su cabeza.

Sora.

Catherine.

Su historia de amor con la Takenouchi.

Su sueño con la Deneuve.

Sus sentimientos por la pelirroja.

Sus sentimientos por la rubia.

¡Un minuto! ¿Qué sentía por Sora? ¿Qué sentía por Catherine? Recordaba estar enamorado de la Takenouchi, pero esta chica estaba logrando provocar muchas cosas que no pensó sentir por alguien más que fuese su novia ¿Eso significaba que se estaba enamorando de otra persona?

Catherine se alejó unos centímetros.

—¿Por qué no me correspondes?— Preguntó— Es obvio que quieres hacerlo.

Taichi se mordió el labio inferior, ni él sabía si quería hacerlo o no.

—Solo dejate llevar y verás.— Sugirió la rubia antes de unir sus labios.

¿Dejarse llevar?

Eso jamás lo había hecho con otra persona que fuera Sora.

¿Y si lo hacia?

Sus ojos se cerraron y le correspondió al beso.

Al principio fue suave, sus labios se movieron en un baile tranquilo y agradable, el Yagami abrió su boca y la chica ingresó su lengua, así fue como ella exploró su boca, a continuación él también hizo los mismo mientras sus manos se comenzaron a aventurar en la figura delgada de la rubia, acarició su espalda, en verdad era suave su piel.

Ambos se separaron por falta de aire y la chica apretó su muslo derecho.

Taichi se mordió el labio inferior y se dispuso a unir sus labios en otro beso, pero este a diferencia del anterior fue más intenso, apasionado, muy sensual con el juego de lenguas que hacia la chica.

Ambos recorrieron el cuerpo del otro con sus manos y la chica abrió el saco del Yagami para deshacerse de él mientras los labios del castaño recorrían su cuello.

Nuevamente se unieron en otro beso apasionado, los labios del chico nuevamente recorrieron su cuello mientras su mano derecha acarició la pierna derecha de la chica que salía por aquel corte del vestido.

Catherine echó su cabeza hacia atrás disfrutando de aquellos besos, años habían anhelado estar así.

Taichi alzó la mirada y respiró agitadamente— Espero que esto no sea otra trampa.

—Pues no.— Respondió la rubia— No lo es.

Ambos se unieron nuevamente en otro beso.


—Nanami ¿qué ocurre?— Sora preguntó mientras era arrastrada por su amiga.

—Ven, debo mostrarte algo.

—¿Qué cosa?— Preguntó la pelirroja.

Nanami hizo una mueca, lo que se venía era doloroso, sin embargo era necesario que lo supiera, no debía permitir que le vieran la cara de idiota. Y de paso así lograría afianzar su confianza.

—Sora.— Volteo hacia ella— Y-yo...—Habló— Hace unos días me enteré de algo y quise decirtelo, pero no supe como.

—¿A si?— Preguntó la Takenouchi— ¿Qué fue?

Nanami hizo una mueca y bajó la mirada "triste"— Es algo muy delicado.— Suspiró— Pero eres mi amiga y no puedo dejar que te lo sigan ocultando.


—Hoy todos los presentes se han juntado a celebrar a este hermoso, admirable y sobretodo fiel...— Ryó lanzó una carcajada— Matrimonio.

Los presentes intercambiaron miradas ante esto y Natsuko no pudo evitar fulminar a Hiroaki con la mirada, se suponía que él se iba a encargar de ese chico.

—En verdad es agradable estar aquí ¿saben?— Musitó el Akiyama— Celebrando.— Rió— Con toda esta elegante, amable y honesta gente.

El sarcasmo en el discuro del Akiyama era obvio, todos lo estaban notando.

Natsuko se acercó a su esposo—Pensé que te encargarías de él.— Le susurró.

—Eso intenté.— Respondió el Ishida.

—Supongo que Hiroaki y Natsuko Ishida deben estar feliz.— Comentó Ryo llamando su atención— Después de todo no muchos cumplen veinte años de matrimonio, sobretodo en este tiempo la gente no sabe del matrimonio porque generalmente todos quieren vivir la vida...

Mimi se acercó a su novio— Yamato.— Le susurró— Ryo está borracho.

—Lo sé.— Respondió el rubio.

—Sacalo del escenario.— Takuya le habló a su cuñado, por experiencias pasadas todos sabían que cuanod Ryo borracho era un peligro.

—Concuerdo.— Comentó Izumi— Debemos...

—¡Y sobretodo quiero brindar por sus hijos!— Ryo alzó la voz llamando la atención de Izumi y Yamato— Ellos son la muestra del gran amor que sienten.— Si ¿cómo no?— Es una lastima que el menor no esté aquí.

—¡Sacalo del escenario!— Natsuko le exigió a Hiroaki en un susurro.

El castaño rodó los ojos fastidiado ¿por qué debía ser él?

—¡Y por todo esto!— Ryo nuevamente elevó la voz y alzó su copa con champagne hacia los Ishida— Quiero brindar por Natsuko e Hiroaki.

Los nombrados no pudieron evitar hacer una mueca ante esto.

—Ya que son el matrimonio perfecto.— Musitó el Akiyama— Que todo el mundo admiraría por haber formado una familia muy bien constituida de padre.— Observó a Hiroaki— Madre.— Dirigió su mirada a Natsuko— Hijos.— Nuevamente observó a los hermanos— Y...— Sonrió.

Lo que se venía era bueno.

—Nieta.

¿Qué?

Esta última palabra produjo un gran murmullo por parte de los presentes quienes intercambiaban miradas sorprendidos y desconcertados, todo lo contrario a la reacción de Takuya y Mimi quienes no pudieron evitar sentir como su corazón daba un vuelco.


El vestio rojo de Catherine cayó al suelo mientras los labios del Yagami se aventuraban en los senos de la chica.

La francesa desabotonó la camisa del chico y la retiró de su cuerpo dejandolo a torso desnudo.

Ambos cayeron sobre la cama mientras se besaban con pasión, Taichi nuevamente bajó a sus senos mientras la chica se aventuraba en los pantalones del chico para abrir el cierre y bajarlo.

Fue así como Taichi ayudó a la chica y quedó solo en boxer, ambos se besaron con pasión, en verdad no sabía que rayos estaba haciendo, lo único que sabía que le estaba gustando.

Todo estaba bien, todo iba excelente, pero cambio cuando la puerta se abrió prácticamente de la nada.

—¡Taichi!— Fue el grito que inundó la habitación y el nombrado al levantar la mirada enserio quiso que lo tragara la tierra.

Ahí delante de él, se encontraba Sora con los ojos bien abiertos y literalmente sin poder creerlo que veía.

Observó a la rubia, luego al castaño.

Tragó saliva al sentir un nudo en la garganta.


—Que cosas dices.— Habló una invitada de la fiesta— Ellos no tienen una nieta.

—¿No?— Ryo rió ante esto— Todos creen eso, pero la verdad es otra.

Otro murmullo se formó en el lugar.

—¿Qué está diciendo?— Izumi preguntó en un susurro.

—Ellos ¡Si! tienen una nieta.— Musitó Ryo— ¿O no Yamato?

Todas las miradas se dirigieron hacia el rubio y este frunció el ceño, no creyó que fuese posible, pero al parecer ese chico quería sacar a relucir lo de Jun, aunque no entendía ¿nieta? Se suponía que era hombre y había quedado más que claro que no era su hijo ¿o si?

—¿Qué cosas dices?— Hiroaki alzó la voz— Estás hablando puras tonteras.

—¿Tonteras?— Preguntó Ryo y rió— Claro que no.

—Claro que sí.— Respondió esta vez Yamato en un grito molesto— No sabes lo que hablas.

El Akiyama rió— Eso es lo que tú crees.— Musitó— Pero el que no sabe de lo que está ocurriendo eres tú, Yamato.

—¿Yo?— Preguntó el rubio.

—Si, tú.— Respondió Ryo— Pero si no me crees o no entiendes esta situación deberías preguntarle a tu novia.— Dirigió su mirada hacia la castaña— Mimi.

¿Qué?

Mimi no pudo evitar sentirse nerviosa ante las miradas de todos sobre ella y los murmullos de todos los presentes.

Yamato simplemente se molestó más ante esto ¿Qué estaba planeando Ryo?

—No la metas a ella en esto.

—Ella ya está involucrada en esto.— Respondió Ryo.

—Claro que no.— Contestó el rubio.

—Claro que sí.— Musitó el Akiyama— ¿O es que acaso no te ha dicho la verdad?

¿La verdad?

Yamato alzó una ceja sorprendida ante esto ¿De qué estaba hablando?

Ante el silencio Ryo dirigió su mirada hacia la oji-miel— Mimi, no me digas ¿en verdad te lo has ocultado?

—¿Ocultado?— Preguntó el rubio ¿Qué le estaba ocultando?

No, esto no podía ser verdad, pensó Mimi.

¡Ryo no podía saber su secreto!

¡Claro que no!

La castaña tragó saliva y aunque intentó hablar le fue imposible.

—¿Por qué callas?— Pregunto Ryo— ¿Acaso no le dirás la verdad?

—¿Verdad?— Izumi preguntó— ¿Qué verdad?

Takuya tragó saliva nervioso, tenía un pésimo presentimiento con respecto a esto.

—¡Vamos Mimi! Dale un buen regalo a esta familia y dile tu gran secreto que los involucra.— Respondió el Akiyama.

¿Qué los involucraba?

Natsuko e Hiroaki intercambiaron miradas.

—¡Vamos! Cuentales...— Habló Ryo y luego de dar un profundo suspiró se dispuso a hablar de nuevo— Cuentales que cuando te fuiste a Estados Unidos estabas embarazada de tres meses de Yamato.

¿Qué? ¿Cómo rayos lo sabía? ¡Esto no podía ser verdad! ¡Claro que no!

Mimi sintió se hizo esas preguntas totalmente alarmada.

El gran revuelo fue intenso en ese minuto, literalmente los murmullos aumentaron en un 100%

—¿Qué?— Yamato sorprendido.

Mimi tragó saliva.

—Lo que escucharon.— Respondió Ryo— Mimi quedó embarazada de Yamato antes de irse a Estados Unidos.

El rubio dirigió su mirada hacia su novia esperando que dijese algo que negase las palabras del Akiyama.

—Pero ¿qué cosas dices?— Izumi alzó la voz— Deja de mentir, lo que dices es imposible, Mimi nunca estuvo embarazada.

Ryo rió— Eso es lo que tú crees, porque lo ocultó.— Respondió— Pero tengo pruebas.— Dijo antes de dirigirse hacia Yuu quién se encontraba a un lado del escenario— Yuu tienes las pruebas.

—¿Pruebas?— Preguntó Mimi.

—Las ecografías que guardabas en tu habitación.— Contestó el Akiyama.

¿Qué?

Pensó la Tachikawa alarmada ¿cómo lo sabía?

—Las mismas ecografías que tú encontraste, Yamato.— Ryo le habló al rubio.

El Ishida alzó una ceja ¿cómo lo sabía?

—Y pues, también tengo el comprobante de tu consulta médica en un clínica especial para abortar.— Musitó el Akiyama y como si todo estuviese coordinado, los móviles de todos comenzaron a sonar, uno a uno.

Ryo sonrió, había sido buena idea utilizar las habilidades de hacker de Yuu al encontrar esa lista por el Wifi.

Todos revisaron sus móviles y especialmente ahí estaba el comprobante junto a algunas imágenes.

Mimi alzó una ceja ¿de donde rayos había sacado todo eso?

—Esto no puede ser.— Musitó Natsuko al ver esto.

—Puede ser falso.— Izumi le gritó a Ryo.

—Pues no, no lo es.— Respondió el Akiyama— Aunque bueno, mejor sería que la madre lo confirmara ¿no?

Yamato apretó su móvil y dirigió su mirada hacia su novia— Mimi, dime que esto es falso.

Mimi literalmente sintió como todo en ese minuto comenzaba a darle vueltas, tragó saliva e intentó hablar— Y-yo...— Fue imposible pronunciar palabras.

El rubio hizo una mueca— Mimi, dime.— Le rogó— Confirma que todo lo que dice es falso.

—Si, vamos Mimi.— Habló Ryo— Dile si es falso o no.

La Tachikawa tragó saliva—Yamato, yo...

—¡Vamos!— Animó el Akiyama— Dile, dile.

Mimi tragó saliva sentía un nudo gigante en la garganta.

No, no podía, mucho menos frente a toda esa gente.

—Yamato yo...

Ryo sonrió— Bueno, si no se lo vas a confirmar entonces tendré que decirles quién es la madre adoptiva de tu hija para que nos diga si es verdad o no.— Comentó.

¿Cómo? ¿Acaso él sabía quién era la madre adoptiva de Nat?

—Mimi.— Yamato llamó a su novia.

Ryo sonrió ante el silencio de la castaña—Bueno, si no lo vas a decir entonces creo que lo mejor sería que le preguntaramos a...—Llevó una mano a su mentón— ¿Amano es su apellido?

¡Rayos!

Si lo sabía y ahí fue Mimi consciente de que ese chico era el único que se juntaba con Nene, su único amigo, era posible que quizás ella le haya dicho.

Nuevamente ¡Rayos! No podía dejar que Ryo llamase a Alice, las cosas con ella no estaban bien el último tiempo, no quería empeorarlas. Sobretodo considerando que ella había dicho que no quería relacionarse más con todo ese asunto de Yamato y su familia.

—Mimi.— Yamato nuevamente llamó a su novia— Dime ¿es verdad?

La castaña dirigió su mirada hacia él— ¿Q-qué?

—¡Dime!

—Si, vamos, dile Mimi, admite de una vez que te fuiste embarazada a Estados Unidos.— Rió el Akiyama— Aunque, bueno, no pudiste por la cantidad de meses que llevabas embarazada, por ende, tuviste a tu bebé y la diste en adopción.

Yamato apretó los dientes molesto al ver que Mimi no negaba lo que decía Ryo, al ver que estaba completamente pálida y negandose a responder con su silencio.

—¡Mimi!— Alzó la voz molesto y la castaña no pudo evitar dar un brinco— ¡Dime que es una mentira, por favor!— Exigió.

Mimi observó al rubio, observó al Akiyama y suspiró.

No, quería decir la verdad, no podía decirla, sin embargo estaba contra la espada y la...

—Entonces les diré que la mujer que tiene a la hija de Yamato...— Ryo habló.

¡No!

Pensó Mimi.

—Se llama A...

—¡Es verdad!— Interrumpió Mimi al Akiyama con un grito seco.

¿Qué?

Yamato sintió literalmente como si un balde de agua fría cayera sobre él.

—¿Qué dices Mimi?

—Estoy diciendo que...—La Tachikawa bajó la mirada— Lo que dice Ryo es cierto.— Contestó— Yo quedé embarazada.— Alzó su mirada hacia Yamato— Tú y yo tenemos una hija.


Lo único que diré es que Ryo y Nene tenían todo esto planeado, por eso a todos les llegó el mensaje del comprobante de la clínica, no es algo simple, sino algo que ya se venía desde el minuto en que el Akiyama supo la verdad. Aunque ese discurso lo daría Nene, pero Ryo se adelantó debido a todo el alcohol que consumió.

El reencuentro entre Kousei y Tomoko fue el más difícil, ya que cuando Kousei se entere que ella está en el Internado será super intensa, sin embargo ahora tuve que escribir algo que no fuera de ese tema, pero si intenso.

Ojalá les haya gustado esta temporada, me gustó bastante cuando la comencé, aunque la más difícil, porque creo que fue bajando un poco, empecé con lo bueno y después siento que los decepcioné, sin embargo espero que les haya gustado.

Respondo comentarios:

milrose: Jajaja me imagino, fueron muchas para un solo capítulo. Bueno, lo que le dijo Ryo es en parte su realidad, aunque jamás lo haya reconocido. Natsuko es nuestra nueva villana, pésima suegra y madre, se entiende por su entorno, pero no ser tan mala madre. Si, bueno más Natsuko que Hiroaki, para ella es un error. Si es bueno que se reconciliaran jsjsjsj Nuestro Takeru es muy bueno como soportar tantas cosas malas y nuestra Hikari va mal en peor, ojalá se den cuenta antes de que colapse. Aquí está lo que sucedió entre esos dos jsjsjsj Ese reencuentro entre Tomoko y Kousei fue difícil de escribir, pero creo que queda claro que Kousei logra hacer un gran agujero en su confianza, maltratandola sicológicamente. Espero que te haya gustado este capítulo y la temporada en general. Ojalá me sigas en la que viene y me sigas comentando. Te mando un abrazo a la distancia.

AmiKarina: Jajaja aquí en dos semanas pasan muchas cosas amiga jajajaj Pronto se viene la tercera temporada (ojalá no se me vaya la inspiración jsjsjs) jsjsjsj Bueno aún tiene este capítulo para escribir jsjsjs Sin duda, Nanami es molesta, puede que haya sufrido, pero es hipócrita, eso es peor, porque sus amigas la quieren de verdad, sobretodo Mimi jajajaj siempre pongo semillas jsjsj si Takeru lo predijo jajaja Ya veremos si los que han hecho mal tendrá su merecido, ojalá si jsjsjs Ya veremos lo que sucederá en el siguiente temporada. Espero que te haya gustado este capítulo y la temporada en general. Ojalá me sigas en la que viene y me sigas comentando. Te mando un abrazo a la distancia.