Afterglow
Autora: Cha Cha Chica
Traductoras: Alima21
Esta historia está clasificada R por una razón, gente, tengan eso en mente! Además, ADVERTENCIA: ¡SLASH Y MPREG! ¡SI ESTO TE MOLESTA, SAL AHORA!
Ahora, si todavía sigues aquí.......
N/A: Bien, estoy de vuelta! *NO* con una secuela de Escapology, sino con una manera nueva de girar en torno a las vidas de Harry y Sev. Esto en realidad es la respuesta a un desafío, y es más que probable que ya se haya echo antes, pero voy a intentarlo de todos modos (quien sabe, puede que incluso lance una visión original sobre ello, aunque cuál pueda ser, bien, no lo sé....) Por otra parte, el título de la historia y de los capítulos viene del último album de Sarah McLachlan, 'Afterglow', del que soy absolutamente adicta. Es tan brillante como sus trabajos anteriores y realmente tengo la cabeza caída hasta los talones por ella. Ahora, espero poder mantener el plan y espero que los títulos de los capítulos puedan guardar relación con la historia.
Línea temporal: Es otro post-Voldemort. Comienza hacia el final del 6to año de Harry. Diría que alrededor de Febrero.
Disclaimer: Bien, desafortunadamente, todavía no soy propietaria de nada ni remotamente relacionado con 'Harry Potter'. Si lo fuera, la serie se llamaría Severus Snape y plantearía muchas otras cosas sin sentido y probablemente todos tendríamos algo de problema. Ahora que hemos establecido las legalidades, sigamos con el espectáculo *******************
Capítulo 1
Caída
Esto estaba mal, se decía Harry Potter, mientras observaba cada movimiento de su maestro de pociones. Absolutamente terrible, de hecho. Se esperaba que elaborara un perfecto estimulante como parte de su revisión curricular de sexto año, para demostrar que los estudiantes eran capaces de comenzar el estudio de pociones más complejas y continuar con sus EXTASIs el siguiente año, pero se había encontrado con dificultades técnicas de menor grado en el departamento de ingredientes.
¿El problema? Esencialmente que no tenía ninguno de los ingredientes. Ciertamente, esto sería fácil de solucionar si caminara hacia el gabinete de almacenaje y recuperara algunos repuestos de las reservas para estudiantes......Sin embargo, la dolorosa erección que estaba sufriendo en ese momento en particular evitaba que hiciera nada de eso.
No había una maldita manera de que pudiera pasar frente a los estudiantes de Gryffindor y Slytherin en ese estado. ¡Era absolutamente humillante!
¡Y creía que había superado ese tipo de escenarios embarazosos de la pubertad en los buenos tres o cuatro años anteriores! Un bufido burlón casi escapa de sus labios ante este pensamiento. Por supuesto que no podía esperar tener tanta suerte. Después de todo, nada había sido fácil para él. Por Merlín, era El-Niño-Que-Vivió. Condenado de por vida a ocuparse de un problema después de otro.
Desde desembarazarse del Señor Oscuro siendo un infante al tiempo que perdía a sus padres, ser encerrado bajo las escaleras en la casa de sus muy abusivos parientes, ganar para luego perder a su Padrino fugado de Azkaban o descubrir que, a diferencia de la mayoría de los chicos de su edad, no estaba particularmente interesado en las mujeres , sino que más bien estaba extremadamente interesado en los hombres, Harry-puñetero-Potter siempre estaba pasando de una complicación a otra.
Y todo lo que alguna vez había querido era ser un chico 'normal'. Lucho contra la urgencia de resoplar ante eso. Hermione había intentado tranquilizarlo con inútiles clichés cuando le había expresado su deseo. "¿Pero qué es normal, Harry?", le había preguntado pensando que el comentario le ayudaba realmente.
Naturalmente, él se había quebrado, y le había replicado de inmediato que 'normal' era NO tener locos, megalomaniacos magos tratando de matarlo. Normal era crecer en una familia que NO encerraran a los niños debajo de las escaleras ni intentaran matarlos de hambre. Normal era NO andar fantaseando acerca de joder a cada chico de la escuela contra las murallas del castillo cuando CLARAMENTE debía estar pensando en chicas.
-¡Normal, Hermione, es todo lo que yo no soy!
Y, por supuesto, la pequeña explosión no había ocurrido en privado, ¿verdad? Oh, no. Había sido en medio de una de las gradas del campo de Quidditch, durante un partido entre Slytherin y Ravenclaw el año anterior. Naturalmente, cada estudiante de la escuela había sido testigo, originando una buena cantidad de reacciones violentas, rumores y consecuencias con sus amigos.
Y él había pensado que las cosas no podían empeorar.
Eso era, en retrospectiva, la cosa más estúpida que pudo haber hecho.
En el instante que Harry Potter había alzado sus manos y declarado que esa vida había sido 'todo cuesta abajo' desde ahí, había sido lanzado nuevamente hacia la batalla contra el Señor Oscuro. Por supuesto, durante todo el tiempo había estado rodeado de sus amigos más cercanos, y se sentía increíblemente culpable por cada herida que habían recibido. Gracias a Merlín que ninguna había tenido fatales consecuencias para ellos, porque entonces no habría sido capaz de lidiar con la culpa y el dolor de perder a más gente que eran importantes para él.
Pero pronto la batalla había terminado, y 'Harry Potter' se convirtió en un nombre del pasado. De hecho, se fue el irritante epíteto que lo había acosado por toda su carrera en Hogwarts para ese punto. Se había ido la gloria del Niño-Que-Vivió y entró un nuevo título bajo el foco; Neville Longbottom, El-Chico-Que-Prevaleció
Aparentemente, Neville había sido la llave para que la puñetera profecía de Dumbledore se cumpliera. ¡Y él ya no respetaba al viejo tonto! Aunque, esto podía ser debido al número de maldiciones que se había lanzado a si mismo, recordando los cinco largos años que había desperdiciado siendo manipulado por el brillante pelmazo y viviendo en casa de los Dursley luego que sus padres murieran. Albus, por su parte, hacía la vista gorda a las rabietas de su una vez Chico de Oro, sintiendo que merecía los ataques a su persona, y había agradecido a Harry por todo lo que había hecho a favor de 'su causa'. Harry se calmó eventualmente y comenzó a prestar atención al mundo que lo rodeaba una vez más.
Así, como era predecible, el buen y confiable Neville Longbottom, el Hufflepuff con ropas de Gryffindor, fue catapultado hacia el estrellato y Harry Potter había visto cumplidos sus deseos. El veleidoso público mágico se fue olvidando lentamente del desafortunado hijo de Lily y James Potter, permitiéndole vivir el resto de su vida en paz.
O eso era lo que había parecido durante un tiempo.
Pero, tristemente, cuando la impresión inicial de la batalla final hubo pasado, el mundo mágico comenzó, una vez más, a reconocer a Harrry y su contribución a la guerra. Y esta vez, los periodistas como Rita Skeeter aparecieron con más frecuencia, y desde todas partes del mundo, suplicando por fotografías y entrevistas de él y Neville juntos y dejándolo, por lo general, con un dolor de cabeza mayor al que le hubieran inducido cualquiera de las visiones enviadas como pesadillas por Voldemort.
Afortunadamente, luego de regresar del asueto de Navidad, el Boom publicitario había disminuido parcialmente y el señor Potter se encontró, una vez más, arrullado en una falsa sensación de satisfacción y seguridad. Hasta, por supuesto, que se encontró a si mismo sintiéndose muy.....atraído.....por su profesor de Pociones.
Era innecesario aclarar que dicha 'atracción' era la que eventualmente había conducido a Harry al presente dilema; lidiando con su dolorosa excitación (sin duda un simple roce no induciría una reacción tan mala), y todavía esperando superar el asunto de alguna forma y completar la poción estimulante
-¡Potter!- gritó repentinamente el objeto de sus reflexiones, haciendo que Harry y su pene temblaran con la anticipación.
-¿Sí, señor?
-¿Por qué será- comenzó el hombre, su tono peligrosamente gentil, una aterciopelada voz que obviamente estaba logrando que el pobre muchacho se excitara más, si es que ello fuera posible- que llevamos quince minutos en clase y todavía no ha hecho ningún intento de empezar su poción?
Harry contuvo un gemido y tragó en forma bastante audible.
-Lo siento, señor- contestó, esperando más allá de toda esperanza que tanto su rostro como su voz permanecieran impasibles-. Yo......- miró alrededor, esperando encontrar alguna clase de excusa para su negligencia que no incluyera admitir que estaba luchando contra la madre de todas las erecciones porque Severus Snape lucía positivamente delicioso el día de hoy- . Supongo...que estoy ... quedándome dormido, señor.
Bueno, no era completamente falso.
El delicioso profesor arqueó una elegante ceja.
-De hecho, señor Potter. ¿Quizás le gustaría 'quedarse dormido' mientras se dirige hacia el gabinete de ingredientes?
Unos cuantos Slytherins rieron disimuladamente. De hecho, si Harry fuera completamente honesto acerca de la situación, estaría de acuerdo con que un buen número de Gryffindors también reían tontamente a sus espaldas.
Snape frunció el ceño cuando su estudiante no hizo movimiento alguno para obedecer.
-¡Señor Potter!- espetó-. Le sugiero que se mueva rápidamente, porque a partir de este momento y hasta que todos los ingredientes estén frente a usted y esté trabajando como el resto de sus compañeros, cada cinco segundos le quitaré un punto a Gryffindor por su pereza.
Las risillas y cuchicheos de los Gryffindors cesaron de inmediato y fueron reemplazados por gemidos de desesperación.
-Sí, señor- suspiró Harry; suplicó a su traicionero miembro intentando calmarse *sólo un poco, por favor* y tomando una bocanada de aire se levantó de su asiento.
Cuando nadie se rió, echó un discreto vistazo hacia abajo y se dio cuenta que la posición de su túnica disfrazaba la tienda de campaña en sus pantalones. Casi suspiró de alivio, antes de darse cuenta que tenía que hacer todo el camino hasta el otro lado del salón, donde se guardaban los ingredientes, y regresar a su asiento, sin mover la túnica y revelar el problema.
-Ya perdió tres puntos, Potter- comentó Snape con desdén, haciendo su tarea aún más difícil, lo cual probablemente era la intención del hombre, aunque Harry estaba seguro que su profesor no se daba exacta cuenta de cuál era la causa de su incomodidad-. No....ahora, ya son cuatro.
*Ahí vamos* pensó Harry, antes de cruzar la habitación con largas y resueltas zancadas.
-Siete puntos, señor Potter.
El Gryffindor mordió su labio inferior, intentando visiblemente de mantener su concentración en los ingredientes que estaba recolectando.
-Nueve.
Un gemido intentó escapar de sus labios y tragó, retrocediendo mientras alcanzaba una botella de uno de los estantes.
-Diez.
Con los ingredientes balanceándose precariamente en sus brazos, Harry dio un giro y empezó a caminar de regreso.
-Doce.
*Sólo sigue caminando. Ya casi estás. Cuidado con el escritorio de Malfoy *
-Trece.
La salvación estaba directamente frente a Harry y aceleró un poco, faltaba muy poco para alcanzar su escritorio. Entonces sintió que tropezaba *Oh, joder, no* El Gryffindor apenas tuvo tiempo para ver a Draco sacar su pie por detrás de su escritorio, una sonrisa maliciosa en sus labios. *El hurón* Harry juró que se vengaría. Después de evitar su caída, por supuesto.
-Cator......¡Potter!
Severus se giró justo a tiempo para ver al primer Chico de Oro de Dumbledore caer en picada hacia el piso de la mazmorra. Justo enfrente del escritorio de Malfoy. Severus lucho contra la urgencia de sacudir su cabeza. Honestamente, Draco tenía que aprender a ser más sutil. A veces era un misterio para el Cabeza de su Casa cómo había logrado obtener y mantener el título de 'Príncipe de Slytherin'
Con unos reflejos producto de casi veinte años como espía, Snape agitó su varita y evitó la caída de Harry, salvando tanto al muchacho como a los valiosos ingredientes de una sucia reunión con el frío piso de piedra.
-Gracias, señor- dijo Potter, ruborizándose avergonzado.
Severus frunció el ceño profundamente
-Eso son veinte puntos largos, Potter. ¿Quiere convertirlos en treinta?
~*~
-Me odia- gimió Harry, hundiéndose en un sofá de la sala común- Quiero decir, el 'de verdad' me odia.
Hermione suspiró y se sentó a su lado.
-Estoy segura de que estás exagerando, Harry- lo tranquilizó, describiendo relajantes círculos en su espalda, sin siquiera detenerse a preguntar por qué esta vez Harry había tomado de manera tan personal la actitud de Snape. Después de todo él siempre había tenido dificultades con todo, y la mayoría de las veces no pensaba en las reacciones de la gente-. Quiero decir, Snape ha representado un papel por tanto tiempo, que quizás tiene problemas en distinguir......
-¡Oh, vete a la porra con tu mierda de psicoanálisis! – la cortó el Chico- Que Vivió. Ante la mirada herida de su mejor amiga, se suavizó-. Mione, lo lamento. Es sólo que.....¿cómo puede eso ser verdad? Quiero decir, ya no es tan....cruel.....como solía ser antes de que Voldemort fuera vencido, y ha empezado a tratar a todos los Gryffindor con más equidad.....incluso habla civilizadamente a Neville. Pero no a mí.
-Bueno, tú le pones el anzuelo para.......
-¿Qué?
-Como lo escuchaste, Harry Potter- elevó su mirada hacia él-. A veces....es casi como si te dedicaras a disgustarlo.....
El joven moreno miró con el ceño fruncido.
-Yo no trato de enojarlo deliberadamente- se ofendió-. ¿Realmente piensas que soy tan estúpido? ¿Cómo para tratar de irritar al hombre?
-Bueno.....-comenzó la chica, evitando su mirada.
La mandíbula de Harry cayó
-¡¡No puedes creerlo!
Ella cruzó los brazos sobre el pecho.
-Quizás si dejaras de hacer la clase de demostraciones como la que hiciste en la clase de hoy.....
-¿Demostraciones?- repitió él, mortificado- ¡No hice nada!
-¡Precisamente, Harry!- replicó su amiga suavemente, corriendo con gentileza una mano a través de su pelo en un gesto de afecto maternal-. Ignoraste completamente sus instrucciones hasta que te obligó y te quitó puntos.
-¿Ignorarlo completamente? ¡Mione, yo no pretendía hacer eso!
-¿OH, entonces por qué te sentaste ahí por quince minutos......?
-No podía pararme en frente del resto de la clase.
-Y luego te tomaste tu tiempo cuando te pidió, a decir verdad bastante amablemente para ser el Profesor Snape, que te dieras prisa.....
Harry chasqueó. Para ser honesto, últimamente chasqueaba con bastante frecuencia. Supuso que porque se estaba sintiendo extremadamente frustrado.....Necesitaba una buena jodida. Con el Profesor Snape, de ser posible.
-¡Porque tenía que pararme y cruzar la habitación y habría sido la burla de toda la escuela!- se detuvo por un segundo, antes de agregar-. ¡De nuevo!
-Oh- la sabelotodo de pelo enmarañado preguntó, su cabeza a un lado, atenta- . ¿Y por qué esta vez?
-Porque, ya que lo quieres saber, estaba intentando que mi dureza no explotara en mis pantalones debido a que el Profesor Snape estaba tan malditamente jodible hoy
Intentando recuperar el aliento luego de su explosión, el rostro de Harry perdió el color. ¿No acababa de gritar eso en voz alta, verdad? Una rápida mirada a los horrorizados rostros de los compañeros que lo rodeaban le sugirió que así había sido. Con un gemido, El-Niño-Que-Vivió hundió la cabeza entre sus manos.
-Oh, Harry- suspiró Hermione, y lo abrazó-. ¿El Profesor Snape?
El asintió en silencio, enterrando el rostro en la esquina del cuello de la chica, no deseando ver el disgusto en los rostros de sus compañeros. O en el de ella. O en el de Ron.
-Maldición, compañero- se escuchó la voz del susodicho amigo pelirrojo. Su expresión de mortificación pronto fue seguida por una pregunta predecible- ¿Por qué?
Harry se encogió de hombros y se alejó del abrazo de Hermione. Miró alrededor a los Gryffindors reunidos antes de volverse hacia sus amigos.
-¿Podríamos tener esta conversación en algún.....otro lugar? ¿en un sitio más privado?
Ron asintió y se paró, pero su contraparte femenina lució como si fuera a protestar. Paseo su mirada entre Harry, Ron y el reloj. El pelirrojo frunció el ceño ante ella.
-Olvídate de las reglas por un rato, Mione- le pidió, actuando en forma madura por una vez-. No es como si saliéramos a hurtadillas para hacer una travesura o conseguir comida. Harry nos necesita.
Dándose cuenta de que Ron tenía razón, por una vez Hermione asintió.
-Bien, ve a buscar tu capa, Harry- demandó, caminando a grandes pasos hacia la salida de la sala común-. Apresúrate, después de todo no tenemos toda la noche.
Sonriendo agradecido, Harry se encaminó hacia el dormitorio, antes de regresar con la capa de invisibilidad de su padre. El trío salió por la abertura del retrato y luego se deslizaron bajo el material, agachándose para asegurarse de que la capa los cubriera totalmente. Era difícil imaginar el tiempo en que los tres encajaban sin esfuerzo bajo la capa, aunque hubiera sido cinco años antes.
-¿Entonces, a dónde vamos?- susurró Ron, su respiración haciendo cosquillas en la nuca de Hermione.
Ella ahogó un suspiro.
-El Salón de los Requerimientos. Creo que es lo suficientemente privado.
Harry asintió, y el pequeño grupo se encaminó bajando tan silenciosamente como era posible. Cuando alcanzaron su destino, Hermione les instruyó para que pensaran en un refugio confortablemente seguro. Quizás algo como la sala común de Gryffindor, pero sin el resto de los estudiantes.
La puerta apareció en la pared, y el trío entró en la habitación, sonriendo con gratitud. El fuego chisporroteaba en el fondo de la pared de la derecha, y ahí estaban, unos grandes sofás situados estratégicamente en frente de la chimenea. Además, colocada entre la chimenea y los sofás, una larga mesita para café, con un surtido de galletas y leche, tanto caliente como fría.
Ron saltó de inmediato hacia la comida, haciendo que sus amigos rieran ligeramente y lo siguieran hacia los cómodos asientos. Harry cayó sobre uno de los sillones, y sonrió mientras se hundía profundamente en los cojines. Su posición era tan agradable que casi olvidó la razón por la que estaban allí en primer lugar.
Naturalmente, Hermione no lo hizo.
-Harry- comenzó, vacilante-. Sabes que te amamos.....
Él evitó su mirada.
-Sí, lo sé.
-Y te aceptaremos no importa que.....
El tragó.
-Uh huh...
-Es sólo ese....-ella se debatió buscando las palabras apropiadas, esperando no alterarlo más de lo que ya estaba. El pobre joven estaba claramente descolocado sobre lo que estaba sintiendo; lo último que necesitaba era tener a sus amigos regañándolo con dureza por cosas que realmente no podía controlar.
Harry, siempre el héroe, se apresuró a sacarla del problema.
-Está mal que quiera joder a Snape, lo sé. Es enfermizo, retorcido, perturbador, y no hay un solo día que no desee ser alguien, cualquiera, diferente.
-Eso no es lo que iba a decir.....- le aclaró ella, levantándose de su siento y deslizándose al lado de él-. Estoy sorprendida, eso es todo. Quiero decir, puedo ver como una persona puede sentirse atraída por él....
Ron, que justo en ese momento tomaba contento su leche caliente, farfulló y la escupió toda sobre su túnica.
-¡QUÉ?- gritó, dirigiendo su atención al desastre que acababa de hacer-. ¡Mione, no puedes hablar en serio!
Ella se enfureció y puso los ojos en blanco, dándose cuenta que el repentino estallido de madurez que el chico había tenido antes, había desaparecido de la misma manera en que había llegado.
-Honestamente, Ron, deja de comportarte como un niño- lo reprendió, antes de mirar nuevamente a Harry-. Él es enigmático.......y tiene un oscuro y misterioso encanto......y, ahora que está teniendo más cuidado con su apariencia personal, realmente resulta bastante imponente, de cierta manera es una belleza clásica......
-Por la manera en que estás hablando me pregunto si estás enamorada del murciélago- bufó Ron.
Hermione lo miró furiosa.
-Eso dista mucho de ser gracioso, Ron. Guarda esos comentarios o te echaré a patadas del cuarto.
Sus ojos se abrieron con horror.
-¿Harías eso?
-Es más que probable.
-Entonces, ¿no crees que estoy errado, o retorcido, o perturbado?- la interrumpió Harry, sintiendo, por primera vez en mucho tiempo, que quizás, sólo quizás, todo estaría bien.
-Bueno, yo....- comenzó contestar Ron, antes que otra galleta de chocolate fuera empujada dentro de su boca. Miró furioso a Hermione mientras masticaba y tragaba-. ¿Qué?- espetó. Ella hizo un gesto hacia su otro amigo, quien estaba sentado con la cabeza caída por la vergüenza y la auto- compasión.
El pelirrojo suspiró.
-Compañero, no es que yo crea que eres retorcido ni nada de eso......yo sólo.......no sé si estaré bien con el pensamiento de dos hombres juntos, ¿sabes? Especialmente si son mi mejor amigo y el grasiento y malvado cretino de mi profesor de pociones.
Harry asintió. Ron estaba tratando, realmente lo hacía.
-¿Aún cuando Bill también tenga este tipo de inclinaciones?- replicó eventualmente, sus verdes ojos brillando con diversión. Ron nunca había mencionado nada sobre la sexualidad de su hermano mayor. Ni siquiera de pasada.
El pelirrojo comenzó a asentir.
-Aún cuando Bill es....-se congeló-. Harry, en el nombre de Merlín, ¿cómo supiste eso?
Harry lanzó una risita, haciendo que Ron gimiera.
-Un segundo, no quiero saberlo.
El Niño-Que-Vivió estalló en risas, aliviando la tensión que había entre él y sus dos amigos.
-No, está bien. George lo dejó escapar la última vez que lo vi. Ya sabes, cuando se lo conté 'oficialmente' a tu familia.
-Oh, bien- murmuró el joven Weasley, lanzando un suspiro de alivio
Harry sonrió y espero un segundo antes de agregar.
-Aunque no es malo besando, digo, tu hermano.
Todo el color desapareció del rostro de Ron y apartó apresuradamente la galleta que estaba comiendo.
-Creo que me voy a enfermar......
Hermione rodó los ojos en dirección al pelirrojo, antes de regresar de nuevo hacia el otro chico.
-Bueno, ahora en serio, Harry- comenzó, tomando su mano en las de ella-. Se que no puedes evitar lo que sientes. Nadie puede. No hay absolutamente nada malo en tus sentimientos hacia el Profesor Snape...- hizo una pausa, como si considerara la verdad de su declaración, luego se corrigió- Excepto por el hecho de que es tu profesor, claro.
Harry lanzó una risita y aceptó sus palabras para tranquilizarlo.
-Gracias- dijo suavemente, apretando su mano en señal de aprecio-. Me.......alegra haber sido capaz de sacar esto de mi pecho. Lo admito, no quería mencionarlo, pero creo.......creo que necesitaba hacerlo.
La muchacha, ante su sorpresa, asintió, sus ojos llenos de lágrimas. Se las limpió, molesta, con la manga de su chaqueta, riendo para si misma.
-Lo siento- sonrió- Estoy.....cada vez más emotiva, como bien sabes- se frotó cuidadosamente los ojos-. Estúpidas hormonas. A veces es definitivamente espantoso ser una chica.
Harry le sonrió a su vez.
-Sólo lo puedo imaginar. De todas formas, me alegro de que no me ocurra
Ella asintió
-No tienes que lidiar con los calambres, o los antojos de chocolate, y otras cosas más incómodas- describió en un tono bajo, sabiendo que sus dos amigos se inquietaban con los temas de la higiene femenina-, como colocar algo para evitar la sangre.....
Ron gimió y se cubrió las orejas con las manos
-¡Mione!- gritó horrorizado- ¡Demasiada información!
Hermione sacudió la cabeza.
-Honestamente, Ron. Esos son hechos de la vida. Es mejor conocer esas cosas, seas hombre o mujer, antes de meterte en problemas después.
-Pero, como bien acabas de decir, nosotros NO TENEMOS que preocuparnos acerca de esas cosas- replicó- Nosotros sólo tenemos que preocuparnos por evitar que se queden embarazadas.
Harry hizo una mueca. Ese tipo de comentarios no le sentaban bien a Hermione Granger. Ella frunció el ceño y arremetió en una diatriba sobre la inmadurez de Ron y su falta de respeto hacia la mujer. Una vez finalizado, miró el reloj y jadeó. ¡Habían pasado dos horas del toque de queda! ¡Los matarían si los atrapaban afuera de la Torre de Gryffindor a esta hora!
-Muy bien ustedes dos- Hermione tomó el mando-. Bajo la capa en este instante. Y traten de guardar silencio. Me gustaría que a Gryffindor le quedaran puntos positivos este año.
Los muchachos obedecieron, y pronto el trío se encaminaba de regreso a la Torre Gryffindor, instalándose cómodamente bajo la seguridad de la capa de invisibilidad de Harry Potter, inconscientes de los ojos coloreados de tormenta que miraban fijamente en su dirección, consciente de su presencia en el pasillo, y de la conversación que habían tenido en la 'supuesta' privacidad del Salón de los Requerimientos.
Continuará
Bueno chic@s, aquí tienen el primer capítulo de la nueva historia de Cha Cha Chica, la autora de Escapology. Esperamos que la idea les guste tanto como a nosotras. Aclaramos que la autora recién está empezando a escribir esta historia, por lo cual que, a diferencia de nuestras otras traducciones, no podremos publicarlo semanalmente sino en la medida en que Cha Cha Chica publique nuevos capítulos, así que tanto ustedes como nosotras deberemos aguantar la ansiedad.
Autora: Cha Cha Chica
Traductoras: Alima21
Esta historia está clasificada R por una razón, gente, tengan eso en mente! Además, ADVERTENCIA: ¡SLASH Y MPREG! ¡SI ESTO TE MOLESTA, SAL AHORA!
Ahora, si todavía sigues aquí.......
N/A: Bien, estoy de vuelta! *NO* con una secuela de Escapology, sino con una manera nueva de girar en torno a las vidas de Harry y Sev. Esto en realidad es la respuesta a un desafío, y es más que probable que ya se haya echo antes, pero voy a intentarlo de todos modos (quien sabe, puede que incluso lance una visión original sobre ello, aunque cuál pueda ser, bien, no lo sé....) Por otra parte, el título de la historia y de los capítulos viene del último album de Sarah McLachlan, 'Afterglow', del que soy absolutamente adicta. Es tan brillante como sus trabajos anteriores y realmente tengo la cabeza caída hasta los talones por ella. Ahora, espero poder mantener el plan y espero que los títulos de los capítulos puedan guardar relación con la historia.
Línea temporal: Es otro post-Voldemort. Comienza hacia el final del 6to año de Harry. Diría que alrededor de Febrero.
Disclaimer: Bien, desafortunadamente, todavía no soy propietaria de nada ni remotamente relacionado con 'Harry Potter'. Si lo fuera, la serie se llamaría Severus Snape y plantearía muchas otras cosas sin sentido y probablemente todos tendríamos algo de problema. Ahora que hemos establecido las legalidades, sigamos con el espectáculo *******************
Capítulo 1
Caída
Esto estaba mal, se decía Harry Potter, mientras observaba cada movimiento de su maestro de pociones. Absolutamente terrible, de hecho. Se esperaba que elaborara un perfecto estimulante como parte de su revisión curricular de sexto año, para demostrar que los estudiantes eran capaces de comenzar el estudio de pociones más complejas y continuar con sus EXTASIs el siguiente año, pero se había encontrado con dificultades técnicas de menor grado en el departamento de ingredientes.
¿El problema? Esencialmente que no tenía ninguno de los ingredientes. Ciertamente, esto sería fácil de solucionar si caminara hacia el gabinete de almacenaje y recuperara algunos repuestos de las reservas para estudiantes......Sin embargo, la dolorosa erección que estaba sufriendo en ese momento en particular evitaba que hiciera nada de eso.
No había una maldita manera de que pudiera pasar frente a los estudiantes de Gryffindor y Slytherin en ese estado. ¡Era absolutamente humillante!
¡Y creía que había superado ese tipo de escenarios embarazosos de la pubertad en los buenos tres o cuatro años anteriores! Un bufido burlón casi escapa de sus labios ante este pensamiento. Por supuesto que no podía esperar tener tanta suerte. Después de todo, nada había sido fácil para él. Por Merlín, era El-Niño-Que-Vivió. Condenado de por vida a ocuparse de un problema después de otro.
Desde desembarazarse del Señor Oscuro siendo un infante al tiempo que perdía a sus padres, ser encerrado bajo las escaleras en la casa de sus muy abusivos parientes, ganar para luego perder a su Padrino fugado de Azkaban o descubrir que, a diferencia de la mayoría de los chicos de su edad, no estaba particularmente interesado en las mujeres , sino que más bien estaba extremadamente interesado en los hombres, Harry-puñetero-Potter siempre estaba pasando de una complicación a otra.
Y todo lo que alguna vez había querido era ser un chico 'normal'. Lucho contra la urgencia de resoplar ante eso. Hermione había intentado tranquilizarlo con inútiles clichés cuando le había expresado su deseo. "¿Pero qué es normal, Harry?", le había preguntado pensando que el comentario le ayudaba realmente.
Naturalmente, él se había quebrado, y le había replicado de inmediato que 'normal' era NO tener locos, megalomaniacos magos tratando de matarlo. Normal era crecer en una familia que NO encerraran a los niños debajo de las escaleras ni intentaran matarlos de hambre. Normal era NO andar fantaseando acerca de joder a cada chico de la escuela contra las murallas del castillo cuando CLARAMENTE debía estar pensando en chicas.
-¡Normal, Hermione, es todo lo que yo no soy!
Y, por supuesto, la pequeña explosión no había ocurrido en privado, ¿verdad? Oh, no. Había sido en medio de una de las gradas del campo de Quidditch, durante un partido entre Slytherin y Ravenclaw el año anterior. Naturalmente, cada estudiante de la escuela había sido testigo, originando una buena cantidad de reacciones violentas, rumores y consecuencias con sus amigos.
Y él había pensado que las cosas no podían empeorar.
Eso era, en retrospectiva, la cosa más estúpida que pudo haber hecho.
En el instante que Harry Potter había alzado sus manos y declarado que esa vida había sido 'todo cuesta abajo' desde ahí, había sido lanzado nuevamente hacia la batalla contra el Señor Oscuro. Por supuesto, durante todo el tiempo había estado rodeado de sus amigos más cercanos, y se sentía increíblemente culpable por cada herida que habían recibido. Gracias a Merlín que ninguna había tenido fatales consecuencias para ellos, porque entonces no habría sido capaz de lidiar con la culpa y el dolor de perder a más gente que eran importantes para él.
Pero pronto la batalla había terminado, y 'Harry Potter' se convirtió en un nombre del pasado. De hecho, se fue el irritante epíteto que lo había acosado por toda su carrera en Hogwarts para ese punto. Se había ido la gloria del Niño-Que-Vivió y entró un nuevo título bajo el foco; Neville Longbottom, El-Chico-Que-Prevaleció
Aparentemente, Neville había sido la llave para que la puñetera profecía de Dumbledore se cumpliera. ¡Y él ya no respetaba al viejo tonto! Aunque, esto podía ser debido al número de maldiciones que se había lanzado a si mismo, recordando los cinco largos años que había desperdiciado siendo manipulado por el brillante pelmazo y viviendo en casa de los Dursley luego que sus padres murieran. Albus, por su parte, hacía la vista gorda a las rabietas de su una vez Chico de Oro, sintiendo que merecía los ataques a su persona, y había agradecido a Harry por todo lo que había hecho a favor de 'su causa'. Harry se calmó eventualmente y comenzó a prestar atención al mundo que lo rodeaba una vez más.
Así, como era predecible, el buen y confiable Neville Longbottom, el Hufflepuff con ropas de Gryffindor, fue catapultado hacia el estrellato y Harry Potter había visto cumplidos sus deseos. El veleidoso público mágico se fue olvidando lentamente del desafortunado hijo de Lily y James Potter, permitiéndole vivir el resto de su vida en paz.
O eso era lo que había parecido durante un tiempo.
Pero, tristemente, cuando la impresión inicial de la batalla final hubo pasado, el mundo mágico comenzó, una vez más, a reconocer a Harrry y su contribución a la guerra. Y esta vez, los periodistas como Rita Skeeter aparecieron con más frecuencia, y desde todas partes del mundo, suplicando por fotografías y entrevistas de él y Neville juntos y dejándolo, por lo general, con un dolor de cabeza mayor al que le hubieran inducido cualquiera de las visiones enviadas como pesadillas por Voldemort.
Afortunadamente, luego de regresar del asueto de Navidad, el Boom publicitario había disminuido parcialmente y el señor Potter se encontró, una vez más, arrullado en una falsa sensación de satisfacción y seguridad. Hasta, por supuesto, que se encontró a si mismo sintiéndose muy.....atraído.....por su profesor de Pociones.
Era innecesario aclarar que dicha 'atracción' era la que eventualmente había conducido a Harry al presente dilema; lidiando con su dolorosa excitación (sin duda un simple roce no induciría una reacción tan mala), y todavía esperando superar el asunto de alguna forma y completar la poción estimulante
-¡Potter!- gritó repentinamente el objeto de sus reflexiones, haciendo que Harry y su pene temblaran con la anticipación.
-¿Sí, señor?
-¿Por qué será- comenzó el hombre, su tono peligrosamente gentil, una aterciopelada voz que obviamente estaba logrando que el pobre muchacho se excitara más, si es que ello fuera posible- que llevamos quince minutos en clase y todavía no ha hecho ningún intento de empezar su poción?
Harry contuvo un gemido y tragó en forma bastante audible.
-Lo siento, señor- contestó, esperando más allá de toda esperanza que tanto su rostro como su voz permanecieran impasibles-. Yo......- miró alrededor, esperando encontrar alguna clase de excusa para su negligencia que no incluyera admitir que estaba luchando contra la madre de todas las erecciones porque Severus Snape lucía positivamente delicioso el día de hoy- . Supongo...que estoy ... quedándome dormido, señor.
Bueno, no era completamente falso.
El delicioso profesor arqueó una elegante ceja.
-De hecho, señor Potter. ¿Quizás le gustaría 'quedarse dormido' mientras se dirige hacia el gabinete de ingredientes?
Unos cuantos Slytherins rieron disimuladamente. De hecho, si Harry fuera completamente honesto acerca de la situación, estaría de acuerdo con que un buen número de Gryffindors también reían tontamente a sus espaldas.
Snape frunció el ceño cuando su estudiante no hizo movimiento alguno para obedecer.
-¡Señor Potter!- espetó-. Le sugiero que se mueva rápidamente, porque a partir de este momento y hasta que todos los ingredientes estén frente a usted y esté trabajando como el resto de sus compañeros, cada cinco segundos le quitaré un punto a Gryffindor por su pereza.
Las risillas y cuchicheos de los Gryffindors cesaron de inmediato y fueron reemplazados por gemidos de desesperación.
-Sí, señor- suspiró Harry; suplicó a su traicionero miembro intentando calmarse *sólo un poco, por favor* y tomando una bocanada de aire se levantó de su asiento.
Cuando nadie se rió, echó un discreto vistazo hacia abajo y se dio cuenta que la posición de su túnica disfrazaba la tienda de campaña en sus pantalones. Casi suspiró de alivio, antes de darse cuenta que tenía que hacer todo el camino hasta el otro lado del salón, donde se guardaban los ingredientes, y regresar a su asiento, sin mover la túnica y revelar el problema.
-Ya perdió tres puntos, Potter- comentó Snape con desdén, haciendo su tarea aún más difícil, lo cual probablemente era la intención del hombre, aunque Harry estaba seguro que su profesor no se daba exacta cuenta de cuál era la causa de su incomodidad-. No....ahora, ya son cuatro.
*Ahí vamos* pensó Harry, antes de cruzar la habitación con largas y resueltas zancadas.
-Siete puntos, señor Potter.
El Gryffindor mordió su labio inferior, intentando visiblemente de mantener su concentración en los ingredientes que estaba recolectando.
-Nueve.
Un gemido intentó escapar de sus labios y tragó, retrocediendo mientras alcanzaba una botella de uno de los estantes.
-Diez.
Con los ingredientes balanceándose precariamente en sus brazos, Harry dio un giro y empezó a caminar de regreso.
-Doce.
*Sólo sigue caminando. Ya casi estás. Cuidado con el escritorio de Malfoy *
-Trece.
La salvación estaba directamente frente a Harry y aceleró un poco, faltaba muy poco para alcanzar su escritorio. Entonces sintió que tropezaba *Oh, joder, no* El Gryffindor apenas tuvo tiempo para ver a Draco sacar su pie por detrás de su escritorio, una sonrisa maliciosa en sus labios. *El hurón* Harry juró que se vengaría. Después de evitar su caída, por supuesto.
-Cator......¡Potter!
Severus se giró justo a tiempo para ver al primer Chico de Oro de Dumbledore caer en picada hacia el piso de la mazmorra. Justo enfrente del escritorio de Malfoy. Severus lucho contra la urgencia de sacudir su cabeza. Honestamente, Draco tenía que aprender a ser más sutil. A veces era un misterio para el Cabeza de su Casa cómo había logrado obtener y mantener el título de 'Príncipe de Slytherin'
Con unos reflejos producto de casi veinte años como espía, Snape agitó su varita y evitó la caída de Harry, salvando tanto al muchacho como a los valiosos ingredientes de una sucia reunión con el frío piso de piedra.
-Gracias, señor- dijo Potter, ruborizándose avergonzado.
Severus frunció el ceño profundamente
-Eso son veinte puntos largos, Potter. ¿Quiere convertirlos en treinta?
~*~
-Me odia- gimió Harry, hundiéndose en un sofá de la sala común- Quiero decir, el 'de verdad' me odia.
Hermione suspiró y se sentó a su lado.
-Estoy segura de que estás exagerando, Harry- lo tranquilizó, describiendo relajantes círculos en su espalda, sin siquiera detenerse a preguntar por qué esta vez Harry había tomado de manera tan personal la actitud de Snape. Después de todo él siempre había tenido dificultades con todo, y la mayoría de las veces no pensaba en las reacciones de la gente-. Quiero decir, Snape ha representado un papel por tanto tiempo, que quizás tiene problemas en distinguir......
-¡Oh, vete a la porra con tu mierda de psicoanálisis! – la cortó el Chico- Que Vivió. Ante la mirada herida de su mejor amiga, se suavizó-. Mione, lo lamento. Es sólo que.....¿cómo puede eso ser verdad? Quiero decir, ya no es tan....cruel.....como solía ser antes de que Voldemort fuera vencido, y ha empezado a tratar a todos los Gryffindor con más equidad.....incluso habla civilizadamente a Neville. Pero no a mí.
-Bueno, tú le pones el anzuelo para.......
-¿Qué?
-Como lo escuchaste, Harry Potter- elevó su mirada hacia él-. A veces....es casi como si te dedicaras a disgustarlo.....
El joven moreno miró con el ceño fruncido.
-Yo no trato de enojarlo deliberadamente- se ofendió-. ¿Realmente piensas que soy tan estúpido? ¿Cómo para tratar de irritar al hombre?
-Bueno.....-comenzó la chica, evitando su mirada.
La mandíbula de Harry cayó
-¡¡No puedes creerlo!
Ella cruzó los brazos sobre el pecho.
-Quizás si dejaras de hacer la clase de demostraciones como la que hiciste en la clase de hoy.....
-¿Demostraciones?- repitió él, mortificado- ¡No hice nada!
-¡Precisamente, Harry!- replicó su amiga suavemente, corriendo con gentileza una mano a través de su pelo en un gesto de afecto maternal-. Ignoraste completamente sus instrucciones hasta que te obligó y te quitó puntos.
-¿Ignorarlo completamente? ¡Mione, yo no pretendía hacer eso!
-¿OH, entonces por qué te sentaste ahí por quince minutos......?
-No podía pararme en frente del resto de la clase.
-Y luego te tomaste tu tiempo cuando te pidió, a decir verdad bastante amablemente para ser el Profesor Snape, que te dieras prisa.....
Harry chasqueó. Para ser honesto, últimamente chasqueaba con bastante frecuencia. Supuso que porque se estaba sintiendo extremadamente frustrado.....Necesitaba una buena jodida. Con el Profesor Snape, de ser posible.
-¡Porque tenía que pararme y cruzar la habitación y habría sido la burla de toda la escuela!- se detuvo por un segundo, antes de agregar-. ¡De nuevo!
-Oh- la sabelotodo de pelo enmarañado preguntó, su cabeza a un lado, atenta- . ¿Y por qué esta vez?
-Porque, ya que lo quieres saber, estaba intentando que mi dureza no explotara en mis pantalones debido a que el Profesor Snape estaba tan malditamente jodible hoy
Intentando recuperar el aliento luego de su explosión, el rostro de Harry perdió el color. ¿No acababa de gritar eso en voz alta, verdad? Una rápida mirada a los horrorizados rostros de los compañeros que lo rodeaban le sugirió que así había sido. Con un gemido, El-Niño-Que-Vivió hundió la cabeza entre sus manos.
-Oh, Harry- suspiró Hermione, y lo abrazó-. ¿El Profesor Snape?
El asintió en silencio, enterrando el rostro en la esquina del cuello de la chica, no deseando ver el disgusto en los rostros de sus compañeros. O en el de ella. O en el de Ron.
-Maldición, compañero- se escuchó la voz del susodicho amigo pelirrojo. Su expresión de mortificación pronto fue seguida por una pregunta predecible- ¿Por qué?
Harry se encogió de hombros y se alejó del abrazo de Hermione. Miró alrededor a los Gryffindors reunidos antes de volverse hacia sus amigos.
-¿Podríamos tener esta conversación en algún.....otro lugar? ¿en un sitio más privado?
Ron asintió y se paró, pero su contraparte femenina lució como si fuera a protestar. Paseo su mirada entre Harry, Ron y el reloj. El pelirrojo frunció el ceño ante ella.
-Olvídate de las reglas por un rato, Mione- le pidió, actuando en forma madura por una vez-. No es como si saliéramos a hurtadillas para hacer una travesura o conseguir comida. Harry nos necesita.
Dándose cuenta de que Ron tenía razón, por una vez Hermione asintió.
-Bien, ve a buscar tu capa, Harry- demandó, caminando a grandes pasos hacia la salida de la sala común-. Apresúrate, después de todo no tenemos toda la noche.
Sonriendo agradecido, Harry se encaminó hacia el dormitorio, antes de regresar con la capa de invisibilidad de su padre. El trío salió por la abertura del retrato y luego se deslizaron bajo el material, agachándose para asegurarse de que la capa los cubriera totalmente. Era difícil imaginar el tiempo en que los tres encajaban sin esfuerzo bajo la capa, aunque hubiera sido cinco años antes.
-¿Entonces, a dónde vamos?- susurró Ron, su respiración haciendo cosquillas en la nuca de Hermione.
Ella ahogó un suspiro.
-El Salón de los Requerimientos. Creo que es lo suficientemente privado.
Harry asintió, y el pequeño grupo se encaminó bajando tan silenciosamente como era posible. Cuando alcanzaron su destino, Hermione les instruyó para que pensaran en un refugio confortablemente seguro. Quizás algo como la sala común de Gryffindor, pero sin el resto de los estudiantes.
La puerta apareció en la pared, y el trío entró en la habitación, sonriendo con gratitud. El fuego chisporroteaba en el fondo de la pared de la derecha, y ahí estaban, unos grandes sofás situados estratégicamente en frente de la chimenea. Además, colocada entre la chimenea y los sofás, una larga mesita para café, con un surtido de galletas y leche, tanto caliente como fría.
Ron saltó de inmediato hacia la comida, haciendo que sus amigos rieran ligeramente y lo siguieran hacia los cómodos asientos. Harry cayó sobre uno de los sillones, y sonrió mientras se hundía profundamente en los cojines. Su posición era tan agradable que casi olvidó la razón por la que estaban allí en primer lugar.
Naturalmente, Hermione no lo hizo.
-Harry- comenzó, vacilante-. Sabes que te amamos.....
Él evitó su mirada.
-Sí, lo sé.
-Y te aceptaremos no importa que.....
El tragó.
-Uh huh...
-Es sólo ese....-ella se debatió buscando las palabras apropiadas, esperando no alterarlo más de lo que ya estaba. El pobre joven estaba claramente descolocado sobre lo que estaba sintiendo; lo último que necesitaba era tener a sus amigos regañándolo con dureza por cosas que realmente no podía controlar.
Harry, siempre el héroe, se apresuró a sacarla del problema.
-Está mal que quiera joder a Snape, lo sé. Es enfermizo, retorcido, perturbador, y no hay un solo día que no desee ser alguien, cualquiera, diferente.
-Eso no es lo que iba a decir.....- le aclaró ella, levantándose de su siento y deslizándose al lado de él-. Estoy sorprendida, eso es todo. Quiero decir, puedo ver como una persona puede sentirse atraída por él....
Ron, que justo en ese momento tomaba contento su leche caliente, farfulló y la escupió toda sobre su túnica.
-¡QUÉ?- gritó, dirigiendo su atención al desastre que acababa de hacer-. ¡Mione, no puedes hablar en serio!
Ella se enfureció y puso los ojos en blanco, dándose cuenta que el repentino estallido de madurez que el chico había tenido antes, había desaparecido de la misma manera en que había llegado.
-Honestamente, Ron, deja de comportarte como un niño- lo reprendió, antes de mirar nuevamente a Harry-. Él es enigmático.......y tiene un oscuro y misterioso encanto......y, ahora que está teniendo más cuidado con su apariencia personal, realmente resulta bastante imponente, de cierta manera es una belleza clásica......
-Por la manera en que estás hablando me pregunto si estás enamorada del murciélago- bufó Ron.
Hermione lo miró furiosa.
-Eso dista mucho de ser gracioso, Ron. Guarda esos comentarios o te echaré a patadas del cuarto.
Sus ojos se abrieron con horror.
-¿Harías eso?
-Es más que probable.
-Entonces, ¿no crees que estoy errado, o retorcido, o perturbado?- la interrumpió Harry, sintiendo, por primera vez en mucho tiempo, que quizás, sólo quizás, todo estaría bien.
-Bueno, yo....- comenzó contestar Ron, antes que otra galleta de chocolate fuera empujada dentro de su boca. Miró furioso a Hermione mientras masticaba y tragaba-. ¿Qué?- espetó. Ella hizo un gesto hacia su otro amigo, quien estaba sentado con la cabeza caída por la vergüenza y la auto- compasión.
El pelirrojo suspiró.
-Compañero, no es que yo crea que eres retorcido ni nada de eso......yo sólo.......no sé si estaré bien con el pensamiento de dos hombres juntos, ¿sabes? Especialmente si son mi mejor amigo y el grasiento y malvado cretino de mi profesor de pociones.
Harry asintió. Ron estaba tratando, realmente lo hacía.
-¿Aún cuando Bill también tenga este tipo de inclinaciones?- replicó eventualmente, sus verdes ojos brillando con diversión. Ron nunca había mencionado nada sobre la sexualidad de su hermano mayor. Ni siquiera de pasada.
El pelirrojo comenzó a asentir.
-Aún cuando Bill es....-se congeló-. Harry, en el nombre de Merlín, ¿cómo supiste eso?
Harry lanzó una risita, haciendo que Ron gimiera.
-Un segundo, no quiero saberlo.
El Niño-Que-Vivió estalló en risas, aliviando la tensión que había entre él y sus dos amigos.
-No, está bien. George lo dejó escapar la última vez que lo vi. Ya sabes, cuando se lo conté 'oficialmente' a tu familia.
-Oh, bien- murmuró el joven Weasley, lanzando un suspiro de alivio
Harry sonrió y espero un segundo antes de agregar.
-Aunque no es malo besando, digo, tu hermano.
Todo el color desapareció del rostro de Ron y apartó apresuradamente la galleta que estaba comiendo.
-Creo que me voy a enfermar......
Hermione rodó los ojos en dirección al pelirrojo, antes de regresar de nuevo hacia el otro chico.
-Bueno, ahora en serio, Harry- comenzó, tomando su mano en las de ella-. Se que no puedes evitar lo que sientes. Nadie puede. No hay absolutamente nada malo en tus sentimientos hacia el Profesor Snape...- hizo una pausa, como si considerara la verdad de su declaración, luego se corrigió- Excepto por el hecho de que es tu profesor, claro.
Harry lanzó una risita y aceptó sus palabras para tranquilizarlo.
-Gracias- dijo suavemente, apretando su mano en señal de aprecio-. Me.......alegra haber sido capaz de sacar esto de mi pecho. Lo admito, no quería mencionarlo, pero creo.......creo que necesitaba hacerlo.
La muchacha, ante su sorpresa, asintió, sus ojos llenos de lágrimas. Se las limpió, molesta, con la manga de su chaqueta, riendo para si misma.
-Lo siento- sonrió- Estoy.....cada vez más emotiva, como bien sabes- se frotó cuidadosamente los ojos-. Estúpidas hormonas. A veces es definitivamente espantoso ser una chica.
Harry le sonrió a su vez.
-Sólo lo puedo imaginar. De todas formas, me alegro de que no me ocurra
Ella asintió
-No tienes que lidiar con los calambres, o los antojos de chocolate, y otras cosas más incómodas- describió en un tono bajo, sabiendo que sus dos amigos se inquietaban con los temas de la higiene femenina-, como colocar algo para evitar la sangre.....
Ron gimió y se cubrió las orejas con las manos
-¡Mione!- gritó horrorizado- ¡Demasiada información!
Hermione sacudió la cabeza.
-Honestamente, Ron. Esos son hechos de la vida. Es mejor conocer esas cosas, seas hombre o mujer, antes de meterte en problemas después.
-Pero, como bien acabas de decir, nosotros NO TENEMOS que preocuparnos acerca de esas cosas- replicó- Nosotros sólo tenemos que preocuparnos por evitar que se queden embarazadas.
Harry hizo una mueca. Ese tipo de comentarios no le sentaban bien a Hermione Granger. Ella frunció el ceño y arremetió en una diatriba sobre la inmadurez de Ron y su falta de respeto hacia la mujer. Una vez finalizado, miró el reloj y jadeó. ¡Habían pasado dos horas del toque de queda! ¡Los matarían si los atrapaban afuera de la Torre de Gryffindor a esta hora!
-Muy bien ustedes dos- Hermione tomó el mando-. Bajo la capa en este instante. Y traten de guardar silencio. Me gustaría que a Gryffindor le quedaran puntos positivos este año.
Los muchachos obedecieron, y pronto el trío se encaminaba de regreso a la Torre Gryffindor, instalándose cómodamente bajo la seguridad de la capa de invisibilidad de Harry Potter, inconscientes de los ojos coloreados de tormenta que miraban fijamente en su dirección, consciente de su presencia en el pasillo, y de la conversación que habían tenido en la 'supuesta' privacidad del Salón de los Requerimientos.
Continuará
Bueno chic@s, aquí tienen el primer capítulo de la nueva historia de Cha Cha Chica, la autora de Escapology. Esperamos que la idea les guste tanto como a nosotras. Aclaramos que la autora recién está empezando a escribir esta historia, por lo cual que, a diferencia de nuestras otras traducciones, no podremos publicarlo semanalmente sino en la medida en que Cha Cha Chica publique nuevos capítulos, así que tanto ustedes como nosotras deberemos aguantar la ansiedad.
