Afterglow

Autora: Cha Cha Chica

Traductoras: Alima21

Esta historia está clasificada R por una razón, gente, tengan eso en mente! Además, ADVERTENCIA: ¡SLASH Y MPREG! ¡SI ESTO TE MOLESTA, SAL AHORA!

Capítulo 2

El Mundo en Llamas

Los siguientes días pasaron sin mayor trauma para el trío de oro. Las clases continuaron con su esquema habitual, Harry y Ron hacían diligentemente sus prácticas de Quidditch, y no hubieron refriegas con Malfoy en los pasillos.

Aunque, consideraba Harry, eso en si mismo no era digno de atención.

Aunque el Príncipe de Slytherin había probado ser aliado de la luz cuando fue necesario, continuaba insultando al Niño-Que-Vivió y sus compañeros a la menor oportunidad. Especialmente después de la improvisada declaración de Harry sobre su homosexualidad.

Así que, cuando el cretino rubio ni siquiera reconoció la presencia de Harry en la clase de pociones de esa tarde, el Gryffindor comenzó a preocuparse.

-Ey- la voz de Ron interrumpió las ponderaciones de Harry-. Tierra llamando a Harry.

-¿Hmmm?- el Niño-Que-Vivió volvió la mirada hacia su amigo-. Disculpa, ¿qué?

El otro chico sacudió la cabeza.

-La clase terminó hace ya cinco minutos, compañero. Pensaba que quizás querrías ir a tomar un te- una astuta sonrisa se extendió sobre su rostro, y el chico de pelo negro se dio cuenta que estaba bromeando- Digo, sé que estás interesado por el cretino grasiento, pero sentarte en su salón de clase toda la noche es como demasiado.

Harry puso los ojos en blanco y dio a su amigo una débil sonrisa.

-Dilo un poco más alto. En caso de que Snape no haya escuchado desde sus habitaciones la primera vez.

Ron sacudió la cabeza con un suspiro.

-Demasiado tarde. Creo que a estas alturas el rumor ha debido llegar hasta los profesores.

Harry sabía que su amigo tenía razón. Después de todo, lo había gritado en frente de la Casa Gryffindor en pleno la otra noche....y una noticia como esa seguro correría como un reguero de pólvora por el resto de la escuela. Especialmente cuando uno era el Niño-Que-Vivió. Suspiró.

-¿Entonces piensas que él los haya creído?

-¿Qué?

-Los rumores. Lo que todo el mundo está repitiendo. Ya sabes- respiró profundamente-. Que quiero joder con él.

El joven Weasley hizo una mueca.

-No lo sé. No creo querer saberlo. Quien sabe que clase de perversas fantasías tu pequeña locura puede haber despertado en él-. señaló, encogiéndose ante la idea.

Harry, mientras tanto, se quebró en una amplia sonrisa.

-Sería lindo- susurró, más para si mismo que para Ron.

El pelirrojo lo miró horrorizado. Harry lanzó una risita.

-Piénsalo de este modo.....¿cómo te sentirías si Hermione empezara a fantasear sobre tú y ella....?

Las mejillas de Ron llamearon y rápidamente interrumpió a su mejor amigo.

-Vale, está bien. Aunque, el pensamiento de ti con Snape todavía es desagradable.

El Niño-Que-Vivió rió y terminó de recoger su pergamino y plumas, colocándolos en su mochila con el resto de sus implementos de clase.

-A cenar, entonces- dijo, siguiendo a Ron hacia la puerta de salida.

Momentos después, Ron se detuvo abruptamente y Harry cayó sobre su espalda.

-¡Ron!- exclamó, luchando por recuperar el balance-. ¿A qué estás jugando?

Su mejor amigo lo ignoró, mirando furioso hacia delante.

-¿Qué quieres, cara de hurón?- preguntó.

Harry suspiró, y rodeó a su amigo para encontrarse cara a cara con Draco Malfoy.

-Ron- tanteó con gentileza, esperando ser capaz de hacerlo entrar en razón- . Todavía estamos en las mazmorras, territorio Slytherin. Y Malfoy *es* un Slytherin.

El rubio sonrió y asintió, sin apartar los ojos de Harry, aún cuando se dirigió a Ron.

-¿Lo ves, Weasley? Ni siquiera Potter puede culparme por dirigirme hacia mi dormitorio.

El pelirrojo echó humo e intento alcanzar su varita, pero no la encontró. Un segundo más tarde, Harry la suspendía en frente de él, una expresión de disculpa atravesando su rostro.

-Lo siento, compañero. Tenía que hacerlo. No quiero ver que perdemos más puntos porque no puedes controlar tu temperamento- le pasó su varita mientras Ron hacía un movimiento de protesta, dándose cuenta que el Slytherin estaba haciendo gestos indicando que necesitaba hablar con él. Suspiró -. Mira, por qué no te adelantas al Gran Comedor. De todos modos, deje olvidado algo en el salón- su amigo lo miró escéptico-. Ron, lo juro, estaré diez pasos detrás de ti.

-Bien- fue la palabra de despedida del pelirrojo. Agarró la varita que le tendía su mejor amigo y lanzó una mala mirada en dirección de Malfoy mientras se alejaba.

Una vez convencido de que Ron había partido, Harry se volvió hacia el rubio.

-Bien- comenzó, cruzando los brazos sobre el pecho-. ¿Qué quieres?

-Sólo decirte que escuché que estás interesado por el Cabeza de mi Casa....- contestó Draco con voz cansina, sacudiendo una imaginaria bolisa de su túnica.

El Niño-Que-Vivió se echó a reír.

-¿Y eso es nueva información?. Honestamente, ESE rumor ha estado rondando por días, Malfoy. ¿Y creíste ese disparate?

Draco sacudió la cabeza y dio un paso hacia delante.

-No. Pero creo lo que escuché en el Salón de los Requerimientos la otra noche.

Harry palideció, antes de intentar disimular rápidamente.

-No sé de lo que estás hablando.

-Harry- el otro chico sonrió peligrosamente, probando el nombre en su lengua-. No me vengas con esa basura. Yo estaba ahí. Escuche todo- ante la expresión en el rostro de su rival, agregó-. Tu padre no era el único mago que tenía su propia capa de invisibilidad.

-Me estuviste espiando.....a nosotros.

-No fue mi intención original.

-¡Pero lo hiciste!

El Slytherin se encogió de hombros.

-No tenía nada mejor que hacer, y como parecía que nos dirigíamos hacia el mismo sitio, tomé ventaja de la situación.

-¿Y ahora qué? ¿te vas a recrear con esto?- preguntó Harry, mientras una sonrisa se abría camino lentamente hacia sus labios-. ¿Te das cuenta que no me siento avergonzado de esto, no? Ni aunque él supiera....

-Lo sabe.

-¡Qué?- el Gryffindor se congeló-. Yo....¡Mierda!

Draco se rió suavemente, su tono increíblemente libre de malicia.

-Exactamente- perdió la sonrisa, y por un momento le recordó a Harry que en verdad era humano-. Desafortunadamente para ti, Severus está menos que impresionado.

A pesar de si mismo, el rostro de Harry se oscureció y sintió una opresión en el pecho.

-¡Oh!- exclamó, sonando en alguna parte entre abatido e increíblemente herido. No sabía por qué se sentía así; "sabía" que Snape no recibiría la idea con los brazos abiertos, pero le hacía daño escucharlo. Especialmente viniendo de su rival.

Recordando repentinamente con quien estaba conversando, el muchacho de pelo oscuro se sacudió saliendo de su estupor.

-Bien- declaró, como si no tuviera una preocupación en el mundo-. No es la gran cosa, ¿verdad? Sólo un colegial enamorado. Nada serio- se detuvo un momento y luego se burló-. El cretino grasiento debería sentirse halagado.

Esta vez el rubio rió abiertamente. De nuevo su tono era misteriosamente amistoso.

-Él ya no es un cretino grasiento, Potter.

Las palabras carecían de rencor.

Harry estaba atónito.

-Mal.....er....Draco....- empezó con cautela-. ¿Te sientes bien? Quiero decir, es sólo que.....estás siendo muy......amable.....conmigo. Y eso es realmente alarmante.

El Slytherin esperó un momento.

-¿Yo?- ante la afirmación de Harry, frunció el ceño-. Ah.....mierda.

El Gryffindor observó al rubio por otro momento.

-Bien- comenzó finalmente, extendiendo la mano-. Lo que sea que tengas entre tus patas de hurón esta vez, yo lo quiero.

Con un suspiro, el rubio buscó en su túnica y extrajo una ampolla medio llena, etiquetada con la sucinta escritura de Snape. Droga Paralizante. Harry frunció el ceño, claramente perplejo. ¿Para que demonios quería Malfoy una droga paralizante? Ésta se destinaba en debilitar los sentidos, y las emociones, y al mismo tiempo funcionaba como liberador, de modo que quien la tomaba podía caer en un estado anodino, casi carente de emoción.

-¿Por qué tomas eso?- preguntó el moreno luego de un momento, mirando a su rival con desaliento.

Draco se encogió de hombros, volviéndose incluso más confiado.

-Porque me da la gana.

-Bien, tú no vas a estar sintiendo mucho al menos durante otra hora......- murmuró Harry, luego suspiró-. Andando, es mejor que vayamos a un lugar menos.....público. No quiero que después me culpes si alguien nos ve socializando.

Y así, Harry lo condujo fuera de las mazmorras y hacia el Salón de los Requerimientos. Caminó por un momento por la pared exterior, pensando que necesitarían cenar, y una habitación relativamente cómoda para comer. La puerta pronto apareció, y los dos muchachos entraron para encontrar una versión miniatura del Gran Comedor lista para ellos.

-Vamos, entonces- lo apuró el Gryffindor-, siéntate y come, eso ayudará a diluir o al menos a absorber, la poción en tu sangre.

Asintiendo, el Slytherin obedeció, y lentamente se abrió camino de regreso hacia los pequeños insultos a la inteligencia de Harry y cosas así.

-Okey, Malfoy- dijo finalmente el Niño-Que-Vivió, apartando su plato, sintiéndose sobrealimentado-. Tú me buscaste al salir de clase, así que habla. Si esto es sobre Snape.....

-Potter, cierra la boca- espetó Draco, alejando su propio plato-. Yo no quería regodearme en lo de Snape.

-¿Oh?- la curiosidad de Harry aumento-. Muy bien, entonces, que otra cosa podrías querer......

Un cálido par de labios sobre los propios lo silenciaron; por un breve momento, Harry sucumbió al beso, antes de ensanchar los ojos impactado y empujarlo lejos.

-¿A qué estás jugando?- siseó, saltando sobre su asiento-. Un segundo me odias, y al siguiente estás empujando tu lengua hasta mi garganta....

-Eso- contestó Draco, su sonrisa personal nuevamente en acción-, no quiere decir que no te odie todavía, Potter- miró al moreno de la manera más predadora que pudo lograr-. Uno puede odiar a alguien, o todavía querer empujarlo sobre un escritorio y hacer lo que le venga en gana con él.

El Gryffindor lo miró con el ceño fruncido.

-Sin embargo, yo nunca te he visto de esa manera.

-Pero quieres joder a Snape. O, por lo que oí la otra noche, quieres que *él* te joda.

-Yo- Harry se detuvo. Malfoy tenía un buen punto. En un segundo él odiaba a Snape con pasión, y al siguiente se encontraba inexplicablemente atraído hacia el hombre, lo que de alguna forma lo había llevado a perder el hilo de todo......y su enamoramiento había comenzado a desarrollarse a partir de ahí. Frunció el ceño-. Todavía no puedo hacer nada por ti.

-No, supongo que no. Sin embargo- sonrió el rubio-, creo tener la solución para los problemas de ambos....

A pesar de las protestas de su voz interior, Harry inclinó su cabeza a un lado.

-Estoy escuchando.

~*~

Poco más de un mes más tarde, Harry paseaba nervioso frente al Salón de los Requerimientos una vez más. Había sido difícil engañar a sus mejores amigos a objeto de escapar solo de la Sala Común, pero lo había hecho, y era relativamente tarde para arrepentirse. Había hecho un trato con Malfoy, y tenía que mantenerlo; no había manera de que pudiera detenerlo ahora.

Tres decididos pasos hacia delante.

"¿Por qué estoy haciendo esto?"

Dar vuelta sobre los talones.

"¿En verdad esto me va a librar de este estúpido enamoramiento?"

Otros tres pasos en dirección contraria.

"¿Dónde carajo está Malfoy?"

Giro.

"¿Oh, Merlín, realmente quiero hacer esto?"

Otros tres pasos.

Ruido sordo.

-¡Malfoy!- siseó, cayendo al piso-. ¿No podías haberte quitado la maldita capa?

Una rubia cabeza emergió en medio del aire.

-Tsk, tsk. Vigilancia constante, Potter- bufó en una mala imitación del último Ojo-Loco Moody-. No sé cómo conseguiste sobrevivir al Señor Oscuro todos estos años.

Harry suspiró y extendió el brazo.

-¿Me das una mano- una mano invisible aferró su muñeca y lo jalo hasta que se puso de pie-. Gracias- murmuró, estrechando los ojos-. Entonces, ¿trajiste todo?

Draco puso los ojos en blanco.

-Por supuesto. Ahora, es mejor que entremos, a menos que quieras que nos atrapen.

-Bien- chasqueó el Gryffindor, dirigiéndose hacia la anteriormente invisible puerta. Giró el picaporte y dio un paso dentro del salón, que ahora asemejaba al aula de pociones, tal como ambos chicos habían acordado. Harry giró en redondo para enfrentar a su rival-. De acuerdo, ¿dijiste algo sobre modificaciones?

El Slytherin se deslizó fuera de su capa de invisibilidad, y sacó un par de ampollas de su túnica.

-Esto- comenzó, haciendo un gesto hacia el turbio líquido verde-, es la poción Polijugos que conocemos.

Harry peleó contra la urgencia de comparar al rubio con Hermione en el modo de sermonear.

Draco, inconsciente del proceso mental de Harry, continuó con su explicación.

-Esto- colocó un líquido azul pálido en el escritorio frente a él-, es un suero avanzado. Si se toma exactamente veinte segundos después de la poción Polijugos, mejora los efectos, y extiende la duración de la primera poción.

-Bien...- asintió Harry, mirando las dos ampollas-. ¿Y eso significa que.....?

El Príncipe de Slytherin gimió.

-¿Acaso nunca escuchas a Snape, Potter?

El chico de pelo color ala de cuervo enrojeció.

-Estaba un poco....distraído, la verdad.

Con otro gemido, Draco sacudió la cabeza

-Bien. De cualquier manera. En respuesta a tu pregunta increíblemente estúpida, eso significa que quien lo ingiera, en este caso yo, lucirá igual que Snape durante una hora, también obtendrá su voz y quizás, dependiendo de la fuerza del suero, otros detalles técnicos más especializados también, tales como aspectos de la personalidad- hizo una pausa-. La duración habitual de la poción es una hora, ¿no?- Harry asintió y el rubio continuó- : Bien, con el suero avanzado, durará más tiempo. Cuánto, dependerá de la fuerza del suero. Considerando el hecho de que lo robé del almacén particular de Snape, creo que podemos estar seguros de que la poción es relativamente potente.

-Bien....-Harry se movió nerviosamente-. Vamos a seguir con esto, ¿verdad?- Draco asintió y él suspiró-. ¿Estás seguro que no vas a tener ningún efecto secundario por tomar la poción? No quiero tener que llevarte con la señora Pomfrey luciendo como Snape si te desmayas o algo por el estilo.

-Por supuesto que estoy seguro- gruñó el otro muchacho como respuesta-. ¿De verdad crees que haría algo si pensara que podría sufrir algún daño?

-Bien, no.....

-Bueno.

El Niño-Que-Vivió observó en silencio mientras Draco destapó la ampolla verde y tragó el contenido, luego esperó veinte segundos antes de beber la azul. En momentos, el Príncipe de Slytherin no era quien estaba parado frente a él, sino el mismísimo Cabeza de su Casa.

-¿Bien?- preguntó Draco arrastrando las palabras con una voz muy diferente a la suya, extendiendo su largos y pálido brazos e inspeccionándolos-. ¿Qué te parece?

La boca de Harry se secó. Ahí estaba parado Severus Snape, o alguien que lucía y sonaba exactamente igual que él, vestido con unas ropas que eran demasiado apretadas para él. Los pantalones y la camisa de Draco, al parecer, lograba destacar perfectamente la ágil figura del Profesor.

-Qué.....- susurró finalmente.

Draco rió; un extraño, generoso sonido que venía de los labios de Snape.

Harry se encontró con que a su cuerpo realmente le gustaba cuando Snape reía.

Draco, por supuesto, lo notó. Sonrió débilmente, creando otro fantástico giro para agregar a la lista de 'Las Cosas que Severus Snape Debería Hacer Con Más Frecuencia'

-Funciona bien, ¿cierto?- ronroneó Malfoy-Snape, señalando el evidente bulto en los pantalones de Harry. Se deslizó acercándose al muchacho de pelo negro-. Vamos, dámelo de una vez.

Dudando al principio, el Niño-Que-Vivió alzó una mano y la colocó sobre el pecho del falso Snape. Draco se crispó en anticipación ante el contacto. Harry sonrió para si, y desabotonó la apretada camisa, ansioso de ver la pálida piel bajo ella. No se decepcionó.

-Mi Profesor- susurró suavemente, más para si mismo que para Malfoy-. ¿Qué levantas en tu tiempo libre? Seguramente estar parado sobre un caldero un día tras otro no mantendría este tipo de físico- el Gryffindor estaba complacido y medianamente sorprendido.

-Apúrate, Potter- murmuró el otro hombre, inclinándose sobre el contacto-. A pesar de la extensión en la duración del efecto de la poción, puede que yo no sea capaz de contenerme por mucho tiempo.

Harry lanzó una risita ante la insistencia de Draco. En el curso del último mes, ambos se habían manoseado un tanto. Nunca tomaron las cosas en forma total, pero habían llegado a conocer el cuerpo del otro bastante bien. Harry no estaba en modo alguno encariñado con el rubio, y encontraba que aún le desagradaba bastante, pero el alivio que conseguía cuando estaba con él, lograba que dejara de lado su animosidad cada vez con más frecuencia. Además, Malfoy le daba unas mamadas malditamente buenas.

-Oh, cállate, Malfoy- replicó, inspeccionando lentamente el torso bajo de Severus Snape, y la pendiente que se hundía en sus apretados pantalones-. Puedes esperar unos minutos.....

-¡Maldita sea, no puedo!- una mano de Snape bajó hasta la muñeca de Harry y empujó su mano sobre la evidencia de que Draco estaba teniendo dificultades para controlar sus instintos, ¿o serían los instintos de Severus?-. ¿Lo ves?- siseo.

Harry tragó. Por Merlín, Severus era un hombre bendecido.

-No todavía, pero no puedo esperar- exclamó, intentando abrir la hebilla de la correa y el cierre de los pantalones de Draco.

Otra risa escapó de los labios del otro hombre, y fue directo hacia la ingle de Harry.

-Joder, Draco....- jadeó-. ¿Tienes idea de lo que me provocas? Snape debería reír con más frecuencia.

Otra risa entre dientes. Harry gimió, perdiendo lentamente el control. Luchó para remover los pantalones de Draco, que se aferraban a las hermosas piernas musculosas, largas, pálidas. Ni un momento demasiado pronto, la tarea fue completada, y el Slytherin se vio libre de las ofensivas ropas, y ahora estaba parado frente al Gruffindor sin otra cosa que un par de boxers negros de satén.

-Bien- comentó, decidiendo hacerse cargo de la situación.- Tu turno.

Los siguientes momentos permitieron a Harry vivir una de sus fantasías; el Profesor Snape estaba desvistiéndolo en medio del aula de pociones, con la intención de doblarlo sobre su escritorio y darle la cogida de su vida. Una vez más, la erección de Harry saltó con anticipación.

Otra irónica sonrisa del clon del maestro de pociones

-¿Estamos ansiosos, Harry?

El Niño-Que-Vivió casi se derritió. *Agregar decir 'Harry' de manera seductora a la lista* pensó.

-Mmmm...- contestó, con un sonido que estaba entre la súplica y el completo éxtasis.

Draco colocó...... o mejor dicho, Severus....las manos sobre los hombros desnudos de Harry agregando aún más combustible a las llamas de la lujuria del joven. En algún momento, sus labios se juntaron y se besaron con ferocidad, ambos conscientes de que ésta sería la última vez que se relacionarían de una manera física, sin contar con las peleas a puños en el campo de Quidditch. Sería la primera vez que Draco se permitiría tomar a Harry sobre un escritorio y también sería la última. Ese era el acuerdo al que habían llegado un mes antes, y ninguno de los dos tenía intención de cambiar las reglas.

Esa noche ambos alcanzaron aquello que deseaban y lo dejaron ir al mismo tiempo.

Una noche para librarse de la tensión y las sensaciones indeseadas que cada uno construía.

Una noche en que dijeron adiós a los dos hombres que sabían no podrían tener.

Una noche. Sin regreso.

~*~

Harry despertó la siguiente mañana, pegajoso y con dolor en lugares que no sabía que existieran. Sonrió para si mismo, recordando por qué se sentía así y por qué estaba arrellanado en medio del piso de la réplica del aula de pociones en una brillante mañana de sábado.

La noche anterior había sido fantástica. Draco había jugado su papel a la perfección en su enfermiza y torcida fantasía, como sólo un verdadero Slytherin podría. Había sido rudo y cuidadoso a un tiempo. Tal como Harry imaginaba que sería el verdadero Severus Snape.

Suspiró.

El plan de ser jodido por su profesor para lograr sacarlo de su sistema se había reversado en su contra.

El enamoramiento definitivamente no había salido de su sistema.

Si acaso, había retornado con entusiasmo, y las imágenes de las actividades de la noche anterior dejaron a Harry dolorosamente duro una vez más.

Mirando a su alrededor y tomando conciencia de que estaba sólo en la sala (y deduciendo que Draco habría salido a hurtadillas esa mañana), tomó su erección y trabajó en ella hasta su culminación, mientras pensaba en las manos de Severus sobre su cuerpo y su propia longitud llenándolo, haciéndolo gritar de pasión con cada embestida.

Con un grito estrangulado, muy parecido al que había lanzado la noche anterior cuando él y Sev....Draco habían alcanzado el orgasmo con una sincronización casi perfecta, se vino sobre si mismo, y cayó contra el frío piso de la mazmorra.

Sí, el amor seguía allí, pero esto no significaba que estuviera arrepentido de su trato con Draco.

No, en realidad lo había disfrutado bastante.

Excepto, decidió ponderando la lejana noche, la viscosidad. Podría haber pasado sin *eso*

Rescatando su varita del fondo de la pila de ropa, murmuró un encantamiento limpiador sobre su cuerpo, y se lanzó la túnica encima, llegando a la conclusión de que necesitaba una ducha.

~*~

-¡Ahí estás!- exclamó Hermione más tarde ese día, cuando Harry eventualmente se aventuró a ir al Gran Comedor para almorzar.- ¿Dónde te habías metido?- demandó.

Él se encogió de hombros y alcanzó una rodaja de pan y algo de mantequilla.

-Por ahí.

-¿Por ahí dónde, compañero?- instó Ron-. Cuando no regresaste anoche NI en la mañana, nos preocupamos. Podías encontrarte en cualquier parte.....

-Estaba en el Salón de los Requerimientos- espetó Harry, bastante irritado por su acoso-. Necesitaba algo de espacio. Puedo cuidar de mi mismo. No necesito decirles dónde estoy las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana.

Aunque lucieron heridos por su estallido, los otros dos Gryffindors asintieron.

-Lo lamento, Harry- susurró Hermione-. Simplemente nos preocupamos por ti....

Harry suspiró.

-No, está bien. Lo lamento, no debería haber replicado así. Es sólo que he estado.....preocupado.

-¿Algo en lo que podamos ayudar?- preguntó con gentileza la sabelotodo de tupido cabello, temiendo otro ataque verbal de su mejor amigo. Odiaba verlo disgustado, y odiaba ya no ser capaz de ayudarlo.

Él sacudió la cabeza.

-No, es algo que debo solucionar por mi mismo- se extendió para alcanzar una pata de pollo, completamente ajeno a la mirada de preocupación que intercambiaban sus amigos.

-Entonces- preguntó, sonando abiertamente alegre-. ¿Qué han pensado hacer hoy?

~*~

Había transcurrido alrededor de otro mes desde entonces, y Harry se sentía enfermo. Para ser completamente honesto consigo mismo, no se había sentido bien desde la noche con Draco, aunque los cambios en su salud habían sido sutiles. Había tenido problemas para controlar el lanzamiento de hechizos en Encantamientos y Transfiguraciones, y su aporte mágico en Pociones y Herbología había estado ausente. Ahora se sentía enfermo del estómago y excesivamente cansado; síntomas que había sentido al menos por toda una semana.

Quizás había contraído alguna especie de Gripe Mágica, pensaba atontado mientras estaba parado bajo la ducha, permitiendo que el agua caliente relajara sus tensos músculos. Todas los síntomas parecían indicar que así era.

Suspiró y cerró la llave, enrollando una toalla alrededor de su cintura antes de salir de la ducha y posarse sobre la alfombra de baño. Luego de deliberar brevemente mientras se vestía, llegó a la conclusión de que debería visitar a Madame Pomfrey. Si tenía una gripe o algo por el estilo, ella sería capaz de mejorarlo inmediatamente.

-Hey, compañero- lo saludó Ron que estaba medio adormilado en el pasillo, camino a las duchas.

-Hey- regresó el saludo cálidamente, cuando un mareo barrió sobre él. Extendió un brazo hacia la pared más cercana buscando apoyo. La acción pareció despertar completamente a su amigo.

-¿Estás bien?- le preguntó el pelirrojo, sonando increíblemente preocupado. Un rasgo heredado de Molly, sin duda-. Luces como una mierda- okey, quizás no igual a Molly.

Harry emitió una irónica sonrisa.

-Caray. Gracias, Ron

-Lo digo en serio, Harry- continuó el otro chico-. De verdad que no luces nada bien hoy.

El joven de pelo negro azabache no le hizo caso.

-Nah, estoy bien, de veras. Simplemente es una gripe, creo.

-Si estás seguro....- Ron se veía inseguro, y claramente no quería dejar sólo a su amigo en esta situación.

-Lo estoy- insistió Harry-. A decir verdad, ahora me dirigía con la señora Pomfrey. Espero que ella pueda hacer que me sienta mejor. Dejarme como nuevo y todo eso- intentó emitir una sonrisa, pero falló miserablemente mientras el mundo continuaba girando.

-Está bien....- asintió Ron, y lentamente reanudó su camino hacia el baño. Dio rápidamente la vuelta ante un gemido de Harry, y apenas logró atraparlo cuando caía al piso desmayado. Suspiro-. Ya veo que estás bien- dijo con sarcasmo al inconsciente joven en sus brazos-. Me pregunto por qué no vi esto antes.

Cuando no obtuvo respuesta, suspiró nuevamente con énfasis, e intentó sostener a Harry apropiadamente, antes de dirigirse a la enfermería.

Su ducha tendría que esperar.

~*~

Poppy Pomfrey levantó la vista sorprendida mientras el notorio pelirrojo entraba en la enfermería, transportando en sus brazos a un pálido e inconsciente Harry Potter. Querido Merlín, ¿qué se habría hecho el muchacho esta vez?

-Bien, señor Weasley, explíquese- dijo severamente, mientras con un giro de su varita, levitaba cuidadosamente a Harry hasta la cama más cercana.

El pelirrojo respiró varias veces.

-Me lo tropecé a la salida de las duchas, él estaba saliendo y yo me dirigía a tomar la mía, y se veía enfermo. Me dijo algo sobre la gripe, y venir a verla, y luego se desmayó. Yo me limité a atraparlo. Además, está demasiado ligero. Esto no puede ser saludable.

-De hecho- aceptó ella, lanzando un hechizo para evaluar los signos vitales de Harry-. La constitución del señor Potter siempre ha estado por debajo de la mayoría de los jóvenes de su edad- le dijo a su mejor amigo, frunciendo ligeramente el ceño ante las lecturas que estaba recibiendo-, por razones que no puedo revelar. Sin embargo, en el último año o así, parecía que estaba ganando peso y fuerza....

Ron asintió.

-Nosotros también lo notamos- ante la interrogante mirada de Poppy, enrojeció-. Hermione y yo, quise decir- aclaró-. Estábamos preocupados por él.

-¿Cómo así?- la medi-bruja no apartó la mirada de su paciente.

-Cómo usted dijo......nunca lució completamente saludable......pero estaba mejorando. Mione dijo algo sobre un último esfuerzo de crecimiento- se encogió de hombros-. En todo caso, el último mes ha decaído un tanto. No come mucho, se ve medio verde......

-Es un amigo muy observador, señor Weasley.

Ron se ruborizó nuevamente.

-Como le dije, nos preocupamos por él. Ambos, 'Mione y yo'

-Por supuesto- ella le dio una pequeña sonrisa- Además de eso, ¿dio alguna otra señal de que no se sentía bien?

-Er....- el consciente Gryffindor tembló ligeramente bajo la intensa mirada de ella-. Creo que mencionó algo de que su magia estaba comportándose de una manera extraña desde hacía un tiempo. Mione se lo achacó al estrés. Debido a que era fin de año y los exámenes llegarían en un par de días.....

-La señorita Granger es una bruja muy inteligente- musitó Poppy, asintiendo- . Aunque sospecho que Harry está más cerca en su presunción de que tiene una gripe, si los otros síntomas que ha descrito están de alguna manera relacionados con las fluctuaciones de energía mágica.

El pelirrojo asintió.

-Sí, bueno, ¿él estará bien si me marcho, entonces?- Madame Pomfrey elevó una ceja y el chico se ruborizó-. Correcto, pregunta estúpida- rió nerviosamente-. Lo siento.

Sacudiendo la cabeza, la medi-bruja sonrió y empujó al muchacho hacia el corredor-. El señor Potter estará bien, señor Weasley. Ahora, apresúrese. No querrá perderse el desayuno.

A la mención de la comida, el joven Weasley sonrió y prácticamente corrió hacia el pasillo. Con un suspiro y otra sacudida de cabeza, Poppy se dio vuelta y se dirigió hacia la cama de su paciente, donde Harry estaba comenzando a moverse.

-Bien, señor Potter- comenzó, con su tono profesional-. Bienvenido de regreso a la enfermería.

El Niño-Que-Vivió miró a su alrededor. Conociendo la tendencia de la medi- bruja a armar un escándalo por cada pequeña cosa, lo más probable es que intentara mantenerlo allí por el resto del día. Gruñó.

-Oh, no se queje- lo regaño ella, buscando su pluma mágica y el pergamino donde estaban anotados sus signos vitales-. Usted es el único culpable, lo sabe. Debía haber venido a verme en el instante que comenzaron los síntomas.....

-Lo lamento, madame Pomfrey- suspiró-. Lo sé.

Ella estrechó su mirada.

-¿Entonces cuál es el problema?

-En los últimos años, he pasado demasiado tiempo en este lugar- admitió-. Trato de evitarlo a toda costa-. Ella lo miró molesta y él tragó, inquieto bajo la intensa mirada-. No a usted, Madame. Sólo a la enfermería.

La mujer bufó, como si el chico la acabara de insultar.

-Eso es ridículo, señor Potter.

Él tuvo la gracia de lucir avergonzado.

-Lo sé. Disculpe.

-De hecho- replicó la medi-bruja, todavía con un tono bastante cortante. Miró sus notas, señalando-: Bien, señor Potter, parece que no tiene gripe ni nada parecido.

-Oh- el chico lucía confundido-, entonces, ¿qué está mal en mí?

Ella frunció el ceño, y re-examinó los síntomas.

-Hay un número de enfermedades que pudo haber contraído- le dijo, sin levantar la vista de su block de notas-. Tengo que hacer algunos hechizos más complicados, lo cual debería acortar nuestras posibilidades- blandió su varita nuevamente, y la movió sobre el cuerpo de Harry, cerrando los ojos.

Cuando la mujer abrió los ojos miró al Gryffindor.

-¿Ha tenido actividad sexual recientemente?- preguntó.

Él sintió que sus mejillas ardían, pero de todos modos asintió.

Los rasgos de ella se suavizaron.

-Querido- comenzó con gentileza, cuidando que su voz no asustara a Harry-. Creo que estás embarazado.

El se quedó en blanco por un par de minutos, antes de reír abiertamente.

-Muy graciosa, Madame Pomfrey.....

La bruja movió maternalmente el suave cabello del joven en un gesto de afecto.

-Harry, esto no es cosa de risa.

La risa del Niño-Qué-Vivió se apagó ante la seriedad de su tono.

-Pero....soy un chico- insistió-. No tengo el *equipo* para quedar embarazado.

Ella hizo una mueca.

-Eres un mago, Harry. Un mago con una gran cantidad de energía femenina corriendo por las venas, debido al hechizo que tu madre te lanzó siendo sólo un niño- suspiró-. Esto no sucede con frecuencia, recuerdo sólo uno o dos casos en la última década, pero ha pasado. El residuo de magia femenina del hechizo de tu madre se ha manifestado en ti, y ha permitido a tu cuerpo crear el *equipo* necesario....- su voz se fue apagando, al notar la expresión de la mirada de Harry-. Te lo explicaré en otro momento.

Harry asintió enmudecido, mientras los pensamientos corrían por su mente. Estaba embarazado. Él, el Niño-Que-Vivió estaba embarazado. Un niño. Un bebé. Dentro de él. Sabía que iba a conservarlo. No podría pensar en un aborto; siempre había querido una familia, y sabía que el aborto mágico era peligroso para las brujas pues amenazaba los niveles de energía mágica en las mujeres si ni se hacía apropiadamente, así que asumía que sería igualmente peligroso para los magos embarazados. Pero....era tan joven. Apenas había tenido oportunidad de vivir la vida de un adolescente normal, y ahora....ahora incluso era menos normal y estaba perdiendo el control sobre su vida una vez más.

Merlín, ¿en qué lío se había metido esta vez?

Poppy observó mientras las distintas emociones atravesaban el rostro de Harry, y supo el momento exacto en que el chico aceptó la noticia y eligió conservar al niño.

-¿Sabes quién es el padre?- le preguntó después de un minuto o algo así, trayendo al joven de regreso a la realidad.

Él levantó la mirada hacia ella con sus temerosos ojos abiertos. Oh, mierda, ¿qué diría Draco cuando lo averiguara?

-Sí.....yo.....él fue el primero.....el único....

Ella lo interrumpió con un movimiento de su varita.

-Está bien, querido. Comprendo- hizo una breve pausa-. ¿Te gustaría que hiciera un test de diagnóstico, para determinar la salud de la criatura y confirmar la paternidad?

Harry lo pensó por un momento, antes de asentir.

-Sí- aceptó roncamente-. Creo.....creo que sería lo mejor.....

El recorrió la mirada por su plano, finamente tonificado abdomen y suspiró antes que ella apuntara su varita y murmurara otro encantamiento. Pronto las palabras comenzaron a aparecer en el pergamino que sostenía Poppy en la mano. Primero, las palabras Harry Potter aparecieron en el espacio del lado marcado 'Padre Materno', haciendo que el chico reflexionara sobre lo extraño del título, antes que tanto él como Madame Pomfrey jadearan ante el nombre que apareció en el lado 'Padre Paterno'.

Ahí, escrito con la perfecta caligrafía de Madame Pomfrey, se leían las palabras Severus Snape.

-Eso es....mierda.....eso es imposible.

Harry balbuceó por un momento, y pronto sintió como el mundo a su alrededor se oscurecía y se deslizó en la inconsciencia.

Continuará....

¿Verdad que la autora es malvada al dejarlo aquí? Pues nada, nos tocará esperar. A ustedes y a nosotras. Prometemos que en cuando la autora suba el tercer capítulo lo traduciremos enseguida. Así que pongan review para animar a Cha Cha Chica a escribir. Besos y hasta la próxima.

Azalea: que bueno que esta historia también te guste. Sí es linda la relación del trío en este fic pues se apoyan absolutamente, veremos que pasa ahora con lo del embarazo. Al parecer quien escuchó la conversación fue nuestro rubio adorable ¿o no? Nosotras todavía tenemos nuestras dudas jeje. Besitos y nos vemos pronto.

Chiquinkira: Aquí tienes el segundo capítulo. Por lo que parece Sevie aún no siente nada, pero lo sentirá, que para eso esto es un fic Sevie/Harry como tu bien dices (bueno, es lo que nosotras esperamos, jeje) Bueno, esperamos que resulten bien las cosas que estás preparando con Sabry. Besitos

Kaco: Uy, que lindo eso de nuestra fan número uno, estamos emocionadas. La verdad coincidimos totalmente en que la autora es genial y estamos igual de impacientes que tú. No te preocupes que en cuanto actualice nos ponemos por la labor. Besotes

Ana: ¿Qué te ha parecido este capítulo? La verdad es que sí, esas túnicas definitivamente son extraordinariamente útiles. Veremos como Ron y Hermione reaccionan con las nuevas noticias (si es que nuestro pobre Harry sobrevive a la impresión que acaba de recibir) Al parecer quien escuchaba era Draquito. Tendremos paciencia a ver qué nos trae la autora en el siguiente capítulo. Besos y cuídate.

Nynia: Nos alegra muchísimo que te guste tanto este fic (y Escapology) y para serte sinceras, nosotras también perecemos por las ganas de saber como continúa. Besos

Kmy Kusanagy: Pues parece que la tormenta pertenecía a Draco, aunque definitivamente es una historia Harry/Sevie (y si no, nos encargaremos de la autora jeje) Le haremos llegar tus comentarios, estamos seguras que le alegrarán y quizás la animen a escribir más rápido. Besotes y cuídate tu también.