Afterglow
Autora: Molvanian Queen In Exilie, antes llamada Cha Cha Chica
Traductoras: Alima21
Queremos pedirles disculpas por no haber actualizado antes. Lamentablemente, estos han sido unos días complicados. María estuvo bastante malita y en estos días murió su abuelita, por lo que como comprenderán está muy triste. En mi casa también las cosas están complicadas, así que rogamos nos tengan un poco más de paciencia. Mil besos y muchas gracias por su comprensión. Maria y Ali.
Capítulo 5
Harry parpadeó.
¿Disculpe?
Severus también estaba aturdido. No había querido ser tan... no había otra palabra nada definirlo... familiar. Pero el daño ya estaba hecho. Y, suponía, ese pequeño desliz debía estar asociado con el muchacho y sus secretos.
No acostumbrado a ser tan malditamente agradable, tragó con fuerza, esperando que el joven mago no hubiera notado su vacilación, y puso los ojos en blanco.
Dije- comenzó, sonando como si fuera un trabajo- que mi nombre es Severus. El tuyo es Harry, ¿no?- el nombre del muchacho se sintió extraño en su lengua, pero rehusó demostrarlo.
El Gryffindor asintió lentamente, su cuerpo hormigueando ante el sonido de la voz del Maestro de Pociones diciendo su nombre. Se sentía privilegiado. Después de todo, no conocía muchas personas a las que le fuera permitido llamar a Snape por su nombre de pila. Parecía que en verdad estaba empezando a ser amigo del profesor, y ese pensamiento le hizo sonreír.
Gracias, señor… Severus- sintió que se ruborizaba-. Lamento que haya tenido que ser testigo de este…- hizo un gesto hacia si mismo y a la poceta-. Pero gracias por ayudarme.
Severus asintió, sintiéndose increíblemente incómodo. No le gustaba particularmente este Potter sumiso y disculpándose constantemente. Aunque se suponía que era un cambio bienvenido a la odiosa versión anterior, no le sabía tan bien.
.¿Sus...síntomas... son siempre tan violentos?- se encontró preguntando eventualmente.
Harry se encogió de hombros mientras se levantaba para cepillar sus dientes.
No en realidad...es bastante variable. Madame Pomfrey dice que no es nada de que preocuparse. Los embarazos masculinos son propensos a síntomas más fuertes debido a que nuestros cuerpos no están diseñados para llevar...
De hecho- comentó el mago mayor, una vez que el joven se había quedado sin palabras.
Eso fue lo peor de esto, aunque...- el Gryffindor continuó balbuceando, el rubor regresando a sus mejillas-. Yo... yo me alegro de no estar solo con esto...
"Sí", meditó Severus, "Supongo que eso sería mejor que atravesar una experiencia tan traumática sin una pareja, o al menos un amigo"
Lo dicho por Harry, por supuesto, picó la curiosidad del Slytherin, así que decidió fisgonear un poco.
Imagino que una experiencia así es difícil de manejar solo.
Harry suspiró, deprimido.
Yo fui El-Niño-Que-Vivió, ¿cierto? Debería ser capaz de arreglármelas- no sonaba demasiado convincente.
¿Tú... pareja...no tomó bien la noticia?- Snape sonaba vagamente sorprendido.
Harry logró emitir una débil sonrisa y sacudió la cabeza.
Eso...- hizo una pausa considerando lo que iba a decir-, es complicado.
Muy bien, ahora sí que Severus estaba más que curioso. Ahora necesitaba llegar al fondo del asunto. Elevó una ceja.
¿Puedes explicarte mejor, Harry?
El muchacho entró en pánico.
No quiero malgastar tu tiempo con mis problemas- esperaba sonar indiferente.
Severus conjuró un vaso con agua y lo tendió hacia el muchacho, sacudiendo la cabeza.
¿Necesito recordarte mi promesa anterior?- le preguntó, refiriéndose al incidente ocurrido al inicio de las vacaciones-. Si algo te está angustiando, estoy dispuesto a oírte, y quizás ofrecerte mi consejo, si sirve de algo.
Las lágrimas inundaron los ojos de Harry. Snape... no, Severus estaba siendo tan amable... Después de todo lo que él había hecho y todo lo que había dicho... Sabía que no merecía tal tratamiento, no cuando estaba ocultándole un secreto tan profundo y doloroso.
Tomó un sorbo de agua, esperando detener la avalancha de lágrimas antes que se rebosaran, y miró al piso. Su garganta quemaba.
El otro hombre- comenzó, sonaba aturdido-, él, todavía no lo sabe exactamente...
¿Cómo?- el Maestro de Pociones inclinó la cabeza a un lado, dejando ver su curiosidad.
El rubor coloreó nuevamente las mejillas de Harry.
Quiero decir... él sabe que estoy... esperando...- no sabía por qué, pero en ese momento la palabra 'embarazado' era muy difícil de decir-. Pero no tiene razones para pensar que es suyo...
Para entonces los hombres habían regresado a la habitación y Harry se hundió en el borde de la cama, dejando que su cara cayera entre sus manos.
Yo... no merezco tener su confianza...- una solitaria lágrima se deslizó por su mejilla y frunció el ceño ante su propio despliegue de debilidad-. ¡Todo es mi culpa!- aulló.
Dejando de lado su sorpresa ante la admisión de Potter de que el otro padre no tenía razón para sospechar su conexión con el niño nonato (¿habría más de un candidato?), el hombre mayor frunció el entrecejo.
Ahora ubíquese, Potter- lo interrumpió, mirando fijamente a su estudiante-. Se necesitan dos para bailar tango, como dicen los muggles. Un hombre solo no puede engendrar un niño. Así que no es únicamente tu responsabilidad, y no es justo que enfrentes esta experiencia sin apoyo. Además- resopló con cierta arrogancia-, el otro padre tiene derecho de saber.
Pero es algo más complicado que eso- el Niño-Que-Vivió logró encontrar la voz. Suspiró-. Aprecio tu preocupación, de verdad lo hago, pero... créeme cuando te digo que realmente es todo culpa mía. Y no me sorprendería que el padre de mi niño me odie cuando lo descubra.
Quizás debería aprovechar la oportunidad para contarle todo a Snape, allí y ahora, mientras tenía posibilidad. Pero no quería, no ahora que el Slytherin y él estaban en términos amistosos. Aún así, no era justo que continuara mintiéndole en su cara.
No conozco todos los detalles, Harry, pero si él es un alma compasiva, no alejará a su hijo, sin importar las circunstancias en que haya sido concebido.
Harry estaba tan consumido por la tristeza, que ignoró completamente el tono melancólico del Maestro de Pociones.
Eso espero- murmuró, los ojos pegados al piso, las manos trazando pequeños círculos en su estómago-, por el bien de él, o ella.
Severus se enderezó, mirando al despeinado muchacho. Cruzando los brazos sobre su pecho, pronunció una palabra:
Sí.
°°°°°°
Apresúrate, Harry- se encontró Severus siseando unos días después-. No tenemos todo el día.
Bueno...técnicamente...- comenzó Harry, sonriendo débilmente-... sí, lo tenemos.
El hombre mayor frunció el ceño.
No me pruebes hoy, Harry- advirtió. El nombre del joven salió de sus labios con más facilidad que al principio y, aunque nunca lo admitiría, en realidad estaba comenzando a encariñarse con el muchacho.
El Gryffindor frunció el entrecejo.
Disculpa, Severus. No me había fijado que estabas en el papel de Cretino Grasiento otra vez- sus ojos brillaron con malicia.
Y yo no me había dado cuenta- gruñó Severus en respuesta-, de que tú habías vuelto a ser un irritante mocoso de trece años.
No estaba consciente de que me había convertido a tus ojos en algo más que eso- sacó la lengua, sintiéndose decididamente infantil.
Malditas hormonas.
Y hablando de eso... Hermione no había contestado su carta. De hecho, no había sabido nada de ninguno de sus amigos. Ni siquiera de los gemelos Weasley, quienes, al menos hasta estás vacaciones, habían continuado enviándole datos actualizados de su negocio, refiriéndose a él como 'su socio invisible'
Al pensar en sus amigos, una oleada de tristeza lo agobió. Quizás realmente lo habían sacado de sus pensamientos. Odiaba no saber cómo estaban ni qué estaban haciendo. Los extrañaba terriblemente.
Severus notó el cambio en el humor de Harry casi de inmediato.
¿Potter?- preguntó tentativamente-. ¿Harry?- colocó una mano con gentileza en el hombro del joven, esperando sacarlo de su ensoñación-. ¿Te sientes bien?
El Niño-Que-Vivió tragó y luchó por reunirse con los ojos del mago mayor.
Sí, estoy bien. Sólo... pensando- murmuró con una débil sonrisa-. Malditas hormonas.
Severus no estaba muy convencido, pero abandonó el asunto. Con un ceño fruncido que no alcanzaba a disfrazar la preocupación en sus ojos, preguntó:
¿Estarías lo suficientemente listo como para honrar a Madame Pomfrey con tu presencia?
A pesar de si mismo, Harry sonrió. El Maestro de Pociones había sido lo bastante atento como para arreglar, a través del Director, una revisión con la medibruja. Sin embargo, para encubrir su creciente preocupación por la salud de Harry, había argumentado que era un asunto de índole practica, ya que tenía que reunir y completar sus análisis anuales, y era mejor que visitara a la medibruja ahora que interrumpir el esquema de Severus después.
Pero, en cierto nivel, se caldeaba el corazón de Harry al pensar que Severus se había preocupado de sus necesidades.
Tan listo como lo estaré jamás- replicó el joven de ojos verdes, con ánimo bastante alegre.
Bien- Snape asintió, extendiendo su brazo-. Nos apareceremos en Hogsmeade, donde un carruaje aguarda para llevarnos al castillo.
Oh, vale- Harry tomó la mano tendida con nerviosismo, y jadeó avergonzado cuando Severus lo jaló contra su pecho.
Snape pretendió no notar el sonido. No estaba lo suficientemente listo como para reconocer lo que podría significar.
Cierra los ojos y libera tu mente de todo pensamiento- lo instruyó, recordándose mentalmente que el joven mago conocía el proceso de aparición, a pesar del hecho de que todavía no había tenido oportunidad de conseguir su licencia.
Hizo sus pensamientos a un lado. En segundos, ambos estaban en Hogsmeade y, cuando el chico estuvo estable sobre sus pies, Snape lo liberó sin ceremonia.
Vamos, Potter- bufó el mago mayor, guardando las apariencias en público. Después de todo, no debía ser visto siendo amistoso con el muchacho, especialmente por otro estudiante. Sólo Merlín sabía lo rápido que corrían los rumores en Hogwarts... y ni Harry ni él necesitaban, ni deseaban, que circularan más chismes acerca de ellos.
En silencio se acercaron al carruaje conducido por los Thestal , cada uno perdido en sus propios pensamientos. Harry, una vez sentado, colocó una mano sobre su abdomen y miró fijamente a través de la ventana. No estaba prestando atención al escenario que volaba a su paso. No, en lugar de eso, estaba hundido en sus pensamientos, preguntándose acerca de su niño.
¿Sería la medibruja capaz de decirle el sexo? ¿Cómo se vería su bebé cuando eventualmente llegara? ¿Qué rasgos heredaría de él y cuáles de Seveus?
Todas estas preguntas, y muchas más, llenaban su cabeza, y se preguntaba, distraídamente, si Severus estaría igual de curioso por conocer la verdad. ¿O acaso lo vería sólo como otra metida de pata de Harry Potter? ¿Sólo otra molestia con la que lidiar? Otra razón para odiarlo. Harry suspiró.
¿Qué clase de vida es la que daría a su pequeño? Apenas sabía sobre la paternidad, pues sólo había observado a las familias con niños a la distancia. Y, aunque los Weasley lo habían tomado bajo su ala, la relación no había sido la misma que hubiera sido de haber crecido con sus padres.
¿Cómo, exactamente, tendría que actuar con su niño o niña? ¿Cómo podría enseñarle? ¿Qué debería enseñarle? ¿Cómo lo educaría?
Todo era tan abrumador.
Señor Potter- se encontró repitiendo Snape, su frustración en aumento. ¡El muchacho había estado inmerso en su ensoñación por un tiempo malditamente largo! Llevaban parados a las puertas del castillo al menos cinco minutos. Alargó una mano y lo sacudió ligeramente-. Harry, ya llegamos.
El Niño-Que-Vivió pareció aturdido por un segundo, antes de recordar dónde estaban y por qué.
Oh- contestó, avergonzado-. Disculpa, yo... estaba pensando.
Evidentemente. Y, aunque desearía que practicaras eso con más frecuencia, tú tienes una cita y yo asuntos que atender- el Slytherin bajo elegantemente del carruaje y, luego de verificar que estaban solos, le ofreció su mano, que Harry tomó agradecido. Le ayudó a descender los peldaños del carruaje, antes de guiarlo al interior del castillo-. Te acompañaré a la enfermería- le informó-, necesito preguntarle a Poppy sobre unas pociones y otras provisiones que necesita reemplazar.
Harry asintió y caminó al lado del Maestro de Pociones, intentando ignorar las mariposas en su estómago.
¡Si sólo Severus lo estuviera acompañando para interesarse por su niño!
°°°°°°
¡Ah, Harry, pasa, pasa- Poppy obviamente lo estaba esperando. Sonrió cálidamente cuando él se acercó, con Severus unos pocos pasos detrás.
¡Y Severus! ¡Qué agradable sorpresa!
El Slytherin estaba vagamente confuso por el comportamiento de ella, pero lo desestimó por el simple hecho de que la mujer era, y siempre sería, una completa lunática. Asintió hacia ella.
Poppy, confío en que estés bien.
Ella sonrió y asintió.
.¿Cómo más voy a estar sino bien?- rió entre dientes, recordándole a Harry a una gallina-. Después de todo, quién confiaría en una medimaga enferma para mantener su propia salud?
Severus luchó contra la urgencia de poner los ojos en blanco. Ella había estado usando ese chiste extraordinariamente malo durante eones. Sin embargo, antes que pudiera cambiar de tema, ella siguió balbuceando.
Pero, debo decir, estoy muy complacida de que te estés interesando de esta forma en el bienestar del bebé. Imaginé que, en cuanto Harry te contara, querrías evitarlo a él y al niño cuanto te fuera posible, pero, ¡oh, has probado que yo estaba equivocada!
Los ojos de Harry estaban como platos. ¡Pomfrey pensaba que él había confesado! Oh, Merlín, debía detenerla antes que dijera demasiado... ¿pero cómo?
Poppy seguía parloteando.
Dime, Severus, ¿qué nombres prefieres? No falta mucho tiempo, hasta que él o ella lleguen, ya sabes. Yo debería poder decirle el sexo a Harry en un mes o algo así...
Harry estaba intentando captar su atención, sin que Severus se diera cuenta.
No estaba funcionando.
Mientras tanto, Snape planificaba gradualmente su escape. ¿Sobre qué, en nombre de Merlín, estaba hablando esa maldita mujer? ¿Y por qué demonios pensaba que a él le preocupaba realmente? Se aclaró la garganta y la apaciguó con una severa mirada.
¿Qué es lo que estás parloteando, mujer?- preguntó, decidiendo dejar de dar vueltas y manifestando en voz alta su confusión-. Yo sólo acompañé al joven señor Potter a la enfermería porque está a mi cuidado por vacaciones, y pensaba que tú tenías una lista de pociones e insumos que era necesario reabastecer.
Oh… por supuesto- logró decir Poppy, dándose cuenta de que Harry todavía no había contado a Severus sobre su contratiempo con la poción multijugos. Cubrió su desliz con una risa avergonzada-. Oh, no me hagas caso, Severus... es sólo que estoy excitada de que el joven Potter esté aquí- se giró y pellizcó la mejilla del joven con demasiada fuerza para gusto del muchacho. Forzando una sonrisa, agregó-: Siempre he tenido debilidad por los niños... y tiendo a exagerar un poco- lanzando a Harry una mirada analítica, se giró una vez más hacia el Maestro de Pociones-. Tengo la lista en mi oficina... discúlpenme por un momento...
Giró rápidamente sobre sus talones, y dejó a los dos hombres solos, en un incómodo silencio.
Por su lado, Severus no podía dejar de sentir cierta compasión hacia Potter, si éste era el modo en que la medimaga se iba a comportar mientras durara su embarazo.
°°°°°
Tres horas más tarde, el Maestro de Pociones se encontraba mirando fijamente un pergamino frente a él. Todo su inventario era justo como había esperado. Había un par de discrepancias; estaban perdidas unas cuantas unidades de drogas para dormir, varios ingredientes de pociones y una botella de un Suero Avanzado, personalmente patentado e increíblemente potente, pero a final de cuentas había resultado un buen año. Todos los años anteriores, sus provisiones habían dado claras discrepancias, pero este año todo parecía estar en orden.
Quzás las protecciones adicionales en los gabinetes de sus pociones y suministros habían sido parte de las razones de que bajara el índice de hurto.
Bueno, eso y que los gemelos Weasley habían terminado la escuela el año anterior.
No obstante, los resultados eran buenos y estaba complacido.
Se reunió con Potter en la biblioteca, tal como habían acordado previamente. El muchacho estaba medio inmerso entre un sin número de pamfletos sobre embarazo, y no notó la llegada de su profesor. Snape se ocultó detrás de una estantería cercana, contento simplemente con observar al joven mago.
Hubiera sostenido que esto no era espiar. No, él sólo estaba renuente a molestar al joven. O, al menos, eso es lo que se decía a si mismo.
Con un débil gemido, Harry apartó el último folleto, deseando poder lanzarlos al fuego, antes de hundir su cabeza entre las manos.
Su cita había comenzado terriblemente, y a partir de ahí todo había ido cuesta abajo.
Madame Pomfrey no había estado complacida con él, por decir lo menos. Se notaba como si todavía estuviera mortificada por su vergonzoso despliegue. Así que, después de darle un buen discurso, le mostró un tratamiento de silencio, y no fue particularmente gentil al usar algunos implementos metálicos, a muchos de los cuales, Harry podría jurar, ella le había lanzado hechizos enfriadores para acentuar su incomodidad.
Se preguntaba, distraídamente, donde podría conseguir otra medibruja para el resto de su embarazo, pero sabía que nadie cumpliría esa petición particular. Especialmente una vez que se supiera la verdad.
Intentó tragar el nudo que se había alojado en su garganta.
¿Por qué su vida era tan malditamente complicada?
Hoot.
Harry levantó los ojos lentamente, para ver de dónde provenía el sonido. Cuando vio que nada parecía ser la fuente, suspiró.
Y ahora estaba escuchando cosas. Malditamente brillante.
Hoot.
Algo atacaba su zapato.
Hoot, hoot.
Miró hacia abajo con sorpresa, para encontrar una ordinaria lechuza de granero picoteando los cordones de sus zapatos. No había notado cuando el ave entró volando, había estado un tanto preocupado.
Al menos no había perdido la razón.
Hola, ahí- llamó Harry, inclinándose para levantarla. Colocándola en la mesa frente a él, desató el pergamino de su pata-. Gracias.
El animal lo miró, y el pensó con melancolía en Hedwig, que había desaparecido varias semanas antes de la batalla final.
Lo siento... no tengo nada que darte- mostró a la lechuza sus manos vacías-. Pero sé que si vas a la lechucería encontrarás toda clase de sobras y otras cosas.
El ave la lanzó una mirada escéptica, pero se alejó volando.
Harry regresó su atención hacia la carta frente a él. Era, según descubrió, de Hermione.
Los latidos de su corazón incrementaron. ¿Debería abrirlo ahí, o esperar a que estuviera oculto en su habitación, lejos de Severus? Después de todo, ahí podía decir cualquier clase de cosas, y no quería arriesgarse a que el Maestro de Pociones lo descubriera en un estado de angustia, lo cual era bastante posible, considerando sus recientes cambios de humor.
Metió el pergamino es su capa, y recogió los folletos. Severus decidió que ya había visto todo lo que necesitaba. Espero hasta que Harry se alejó para rescatar un folleto médico y entonces hizo su entrada.
¿Listo para partir, Potter?- preguntó, deleitándose, sólo ligeramente, con el sobresalto del muchacho.
Harry giró en redondo, la mano sobre su corazón.
No-Hagas-Eso- siseó, mirando torvamente al mago mayor.
Mis disculpas- replicó Snape con voz sedosa-. No pensé que el Niño-Que-Vivió estaría tan tenso.
Los ojos verdes taladraron enojados hoyos en las alegres órbitas de obsidiana.
¿Por qué estás tan malditamente feliz?
Snape sólo sonrió en respuesta.
Vamos, Potter, creo que ya es hora de almorzar.
°°°°°
Esa noche, Harry se sentó a solas en su habitación, observando con ansiedad el pergamino en frente de él. Todavía no había abierto la carta, con miedo de que pudiera confirmar sus peores temores.
¿El señor Potter desea algo de la cocina?- preguntó Kreeper, el elfo doméstico, sacándolo de sus preocupadas reflexiones.
Él le ofreció una débil sonrisa al elfo.
No, Gracias Kreeper, te llamaré si te necesito, ¿está bien?
El elfo lo miró con el ceño fruncido, recordándole a Snape de una manera espeluznante, antes de asentir.
Eso estará bien, señor Harry Potter- dijo, antes de desaparecer con un plop.
Sus pensamientos regresaron a la carta frente a él. Tomando un profundo respiro, desenrolló el pergamino.
La pulcra escritura de Hermione le hizo sonreír, aún cuando todavía no leía las palabras. Recordó todas las horas pasadas acurrucado frente al fuego, estudiando los apuntes de clase cuidadosamente escritos. Olió el papel y se alegró al captar el perfume de ella. Lo reconfortó.
La carta comenzó, y él perdió su sonrisa. Ya no había 'mi Harry' o 'querido Harry'. Sólo 'Harry'. Tragó.
Recibí tu carta. Y, aunque entiendo la presión de las hormonas (experimento algo similar cada mes), todavía sigo herida por algunas de las cosas que dijiste. Sé que te sientes terrible, Harry, pero eso no cambia lo que dijiste. No lo elimina, o lo hace mejor. Todavía te amo, Harry. Pero no estoy segura de estar lista para perdonarte.
Me doy cuenta que estoy siendo egoísta, pero simplemente necesito tiempo para sanar. Si estás verdaderamente arrepentido de lo que pasó, me concederás ese derecho.
Espero que todo esté bien para ti, y que ambos estén seguros y sanos.
Cariños
Hermione
Harry apartó la carta, sintiéndose incómodamente entumecido. Al menos ella no lo odiaba. Pero tampoco era exactamente su mejor amiga ahora. Con el tiempo reconstruirían su relación, pero ahora se sentía vacío. Más vacío de lo que había estado antes de leer la carta.
Hacía parecer que estaban tan distantes uno del otro.
Lo cual así era en realidad.
Suspiró, y convocó pergamino y una pluma, decidiendo que debía contestar, aunque sólo fuera para que ella supiera que había recibido la carta.
Colocando la punta en el papel, se congeló.
¿Qué debería escribir? ¿Debería ser simplemente formal? O debería mostrarle su corazón, contándole los últimos acontecimientos? ¿Qué necesitaba su ayuda? ¿O debería fingir que no prestaba ninguna atención al deseo de ella?
Un golpe en su puerta lo sustrajo de los recuerdos.
Está abierto.
Severus entró y se sentó en el extremo de la cama.
Potter...- suspiró, maldiciéndose internamente por lo que estaba a punto de hacer. Aunque, técnicamente era culpa de Kreeper-. Harry...- el chico se giró hacia él expectante. Demonios con el maldito elfo. ¡Tenía que recordar darle las malditas ropas!-. ¿Qué, exactamente, pasó entre tú, Weasley y la sabelotodo?
¿Disculpa?- el Gryffindor no estaba impresionado.
Snape pellizco el puente de su nariz.
Has estado... abatido... todas las vacaciones, y es más que obvio que es algo que tiene que ver con esos dos. Así que escúpelo. No voy a quedarme tranquilo mientras mis elfos están afligidos porque nuestro 'invitado' está claramente disgustado- cruzó los brazos sobre el pecho y miró al muchacho.
Harry frunció el ceño.
Sin ofender, Severus... pero ése es mi asunto.
No cuando afecta a mis elfos, o a mí- cuando Harry rehusó ceder, Snape lo miró con ojos relampagueantes-. Está olvidando, Potter, que soy bueno en la práctica de Legilimancia, y puedo penetrar sus pensamientos con o sin su permiso.
El muchacho palideció considerablemente.
Está bien... está bien... vale. Le contaré sobre mis pequeños problemas, ¿de acuerdo, señor?
El hombre mayor guardó silencio.
Harry suspiró.
Yo… bien, fui muy rudo… con Hermione, cuando acabaron las clases. Le dije que dejara de meterse en mis asuntos y la llame toda clase de cosas- miró al suelo, avergonzado-. Ella sólo estaba tratando de ayudarme, de verdad... es sólo que... no sé... reconozco que debería haber sido capaz de controlar mi reacción hormonal, pero no pude. Y ahora... ahora ella y Ron no están en buenos términos conmigo.
Una vez que había empezado a hablar, no pudo detenerse. Era como si estuviera liberando un gran peso de sus hombros con cada palabra que pronunciaba.
Y me siento terrible por lo que dije. Los extraño terriblemente. Siento que si tengo que pasar por todo esto solo, al menos desearía tenerlos a ellos, escribiéndome y tranquilizándome en que todo va a estar bien. Pero en vez de eso, estoy clavado aquí, siendo una carga para ti, y sintiéndome aún peor al estar consciente de que no he hecho nada para merecer tu hospitalidad, y temiendo que tu no estés cómodo compartiendo tu hogar conmigo... especialmente al ver que, en primer lugar, tú no estabas precisamente feliz al conocer mis sentimientos por ti, y sólo puedo imaginar lo incómodo que debes estar al saber que yo todavía...- su mente contuvo a tiempo su boca y él se detuvo con un jadeo mortificado.
Lo siento, señor… Quizás simplemente debería quedarme en el Caldero Chorreante o algo así. Porque, en realidad, allí hay más o menos todo lo que necesito... y así saldría de tu camino.
Oh, Potter...- Severus estaba terriblemente cansado. Cansado de ser un tirano. Cansado de provocar miedo a todos aquellos que podrían preocuparse por él. Cansado de observar a los demás andar de puntillas a su alrededor. Cansado de ser visto como un insensible gilipollas.
Estaba, en pocas palabras, cansado de estar cansado.
No eres una carga. Yo te pedí que fueras mi invitado- le ofreció una pequeña sonrisa para su sorpresa-. Y sí, admitiré que la noticia de tu... atracción...al principio suscitó una reacción negativa. Pero, te lo aseguro, no fue nada personal. Nunca habría creído que un alma mostrara algún signo de afecto hacia mí. Ya sea que todavía albergues sentimientos por mí, o no, eso no me preocupa. Además, me siento vagamente halagado. Sin embargo, seguramente sabrás que una relación entre nosotros, mientras continúes en la escuela, sería altamente ilegal. Quizás cuando seas mayor...- sus palabras murieron, permitiendo al Griffindor un minúsculo rayo de esperanza-. En todo caso, no permitiré que te quedes en el Caldero Chorreante. Ese sitio sigue siendo inseguro para ti, a pesar de que Voldemort ya no está, y ahora más considerando tu condición. Permanecerás aquí como mi invitado y, aunque no puedo prometerte que seré un sustituto adecuado, hasta que tus amigos estén contigo, estoy dispuesto a escuchar tus pequeños problemas, como tú los llamas, si eso significa que vas a dejar tu irritante enfurruñamiento- una taimada sonrisa cruzó sus rasgos, y se sintió impulsado a agregar-: A menos, por supuesto, que prefieras hablar con Kreeper.
Harry se sentó de nuevo, impactado por el arrebato del Maestro de Pociones. De repente, se sintió inundado de emociones conflictivas. Por un lado se sentía alegre de haberse abierto ante el hombre, pero por el otro, se sentía terrible, pues aún retenía la información más importante y angustiante de todas.
No sabía si llorar, o reír, o ambos.
Se había convertido, esencialmente, en un tren de emociones que lo destrozaban, y no estaba seguro de que alguien pudiera ser capaz de rescatarlo de si mismo.
Entonces tuvo una idea.
°°°°°
Durante las siguientes dos semanas, Harry se aseguró de pasar la mayor cantidad de tiempo posible con su Maestro de Pociones, sabiendo que, cuando regresaran a la escuela, él y Severus definitivamente no estarían en términos cordiales. El Gryffindor tenía la certeza de que, una vez cumplida la etapa de confesión, el hombre lo odiaría inevitablemente, ya fuera por ser una molestia con un niño, o por estar mintiéndole en la cara durante meses, o por ambos. De hecho, estaba bastante convencido de que Snape tomaría la última opción.
Así que, en las pocas semanas que quedaban de vacaciones, se encargó de conocer los diferentes ángulos de Severus Snape, los cuáles sólo rara vez había vislumbrado.
Y ahora sí que había terminado enamorado del hombre de pies a cabeza.
Lo cual no era bueno.
No cuando se había resignado a ser despreciado por el mago el resto de su vida.
Una pequeña sonrisa curvó las esquinas de sus labios. Snape estaba, sin saberlo, compartiendo cada momento importante de la vida de su niño. Así, había apoyado a Harry a través de los ataques de náuseas matutinas, de los muchos cambios de humor, la fatiga, los mareos... prácticamente cada aspecto de su embarazo. Harry saboreaba esos momentos, pretendiendo frecuentemente que Severus conocía la verdad, y que él y Harry estaban juntos, emocional y físicamente.
El Niño-Que-Vivió sabía que estaba equivocado. Lo sabía. Simplemente era que necesitaba caer en la ilusión con más frecuencia cada vez. Esos eran los momentos en que era más feliz. Aquellos momentos en los que sentía que debería describir a su niño, a él o a ella, la relación entre sus padres.
¿Me estás escuchando, Potter?- el objeto de las reflexiones de Harry, inclinó su cabeza a un lado-. ¿O es que la alfombra es más interesante?
El joven enrojeció, al haber sido atrapado en sus ensoñaciones.
Disculpa, Severus- contestó tímidamente-. ¿Qué decías?
El mago mayor pellizcó el puente de su nariz, como tendía a hacer cuando estaba frustrado.
Te estaba preguntando qué preferías almorzar, cuando regresemos de la enfermería.
Harry sonrió.
Cualquier cosa estará bien... siempre que no sea pescado- las semanas anteriores había descubierto que los productos del mar no le gustaban mucho a su niño, y el pensamiento todavía lo preocupaba.
Snape asintió.
Entonces lo decidiremos al regreso- lanzó un vistazo al reloj de pie en una esquina de la habitación.
Estaban, una vez más, en la biblioteca de la mansión de Severus. Lentamente, Harry la había convertido en su habitación favorita. Ignorando la punzada de tristeza que llegó con el pensamiento, se preguntó brevemente qué diría Hermione si lo supiera. Probablemente estaría orgullosa de él por buscar conocimiento. Frunció los labios ligeramente, sabiendo que la única razón por la que era su habitación favorita, era que tenía una vista impactante desde el gran ventanal.
Desde éste se podían ver muy bien los terrenos de la mansión. A la distancia, se distinguían exuberantes colinas verdes, que le recordaban a Hogwarts, el único hogar que había conocido. Más cerca de la mansión se encontraba el lago, brillante y cristalino, ¡cómo ansiaba nadar en él, y la lechucería. Ésta era una encantadora cabaña, parecida a la de Hagrid, construida de ladrillo y paja, y a la que amaba observar, para ver las aves volar dentro y fuera, en busca de ratones o correspondencia.
Potter- la voz de Severus importunó sus pensamientos por segunda vez esa mañana-. Es hora de irnos.
Los ojos verdes derivaron hacia el reloj.
Oh... está bien.
Harry se puso de pie. Aunque exteriormente no parecía haber ganado peso, podía sentirse a si mismo más pesado. Y, aunque sonara extraño, eso le gustaba.
Abrochando su túnica, aceptó la mano de su anfitrión, y respiró profundamente cuando esto lo empujó contra su pecho.
Amaba el olor de Severus. Era tan único. Era un vago aroma a madera de sándalo, mezclado con otras especies que combinaban en un distintivo olor a almizcle, que era simplemente Severus. Cerrando los ojos, exhaló, esperando a que Severus los apareciera en Hogsmeade.
En cuestión de segundos estaban en el pueblo, y fue empujado con rudeza lejos del Maestro de Pociones.
Era un ritual al que ya se había acostumbrado.
Y, maldita sea, vivía para esto, para estar en los brazos de Severus esos pocos segundos. Hablaron de cosas triviales mientras se dirigían al carruaje. Siempre lo hacían. Unos minutos más, y estaban caminando por la miríada de escalones que inevitablemente terminaban en la enfermería.
Poppy miró a Harry, haciendo su habitual pregunta silenciosa, y él miró a sus pies, temiendo su reacción. Sin embargo, esta vez no llegó, ya que Severus decidió permanecer al lado de Harry durante el chequeo.
El alma de Harry voló.
Poppy Pomfrey frunció el entrecejo.
Ahora, Harry querido, vamos a hacer las pruebas habituales- parloteó ella, lanzándole punzantes miradas cada vez que le era posible.
Él asintió y permitió que ella continuara con sus tareas, lanzando un marcado jadeo cuando sus frías manos (probablemente hechizadas por la rencorosa mujer) aterrizaban en su abdomen desnudo. Ella pinchó y empujó, y midió, y al terminar le dijo que todo parecía estar como debería, antes de sugerir practicarle una versión mágica del ultrasonido, para confirmar sus deducciones.
Harry asintió y observó intimidado como ella ondeaba su varita y una imagen tridimensional planeaba sobre su estómago. Palabras y cifras diversas aparecieron al lado de la criatura semejante a una gota, pero él no las notó. Sus ojos estaban atados a la gota. Ese era su bebé. Ese era su niño.
Si miras más detenidamente, podrás ver el comienzo de las pequeñas manos y pies- le dijo la medimaga, observando su reacción con cariño-. Como eres hombre, el desarrollo sigue un patrón ligeramente diferente al que seguiría un embarazo femenino normal, pero así es como debe ser, te lo aseguro.
Los ojos de Harry brillaron con lágrimas mientras miraba a su niño.
¿Puede decirme si...?
No todavía, niño- Poppy sonrió con cariño-, pero en unas pocas semanas quizás seamos lo bastante afortunados.
Severus también tenía curiosidad. Nunca antes había presenciado algo así. Nunca había tenido esa oportunidad. Observaba el feto con interés, viendo sus pequeñas manos y pies, y el comienzo de los pequeños rasgos faciales. Una pequeña porción de su ser envidió a Potter por tener la capacidad para que la experiencia de la Naturaleza Materna funcionara en su interior.
Una mano aferró la suya, sacándolo de sus reflexiones; bajó la mirada hasta los anegados ojos verdes.
¿No es asombroso?- le preguntó Harry, sus orbes esmeraldas fluctuando entre las de Severus y el holograma-. Eso... está creciendo dentro de mí... es parte de mí...
Una invisible sonrisa jugueteó en sus labios mientras observaba a su joven amigo, porque eso era en lo que se habían ido convirtiendo gradualmente tomándolo completamente por sorpresa, y asintió.
Es vagamente extraordinario, Potter- contestó suavemente.
Observó un destello de culpa en los ojos del muchacho, lo cual incentivó su interés. Pero, tan rápido como había aparecido, desapareció, y el sobrecogimiento había regresado a los ojos de Harry.
Me hace feliz que estés aquí para verlo- le dijo el joven, su voz susurrante fluctuando con las lágrimas.
Y Severus supo que era verdad. Suponía que Harry necesitaba alguien para compartir la excitación, y él parecía ser su único amigo por los momentos. Algo que no había podido prever.
¿El muchacho desearía que alguien más estuviera sosteniendo su mano?
Muy probablemente
Snape se sorprendió ante la punzada de celos que acompañó ese pensamiento. La hizo a un lado, rehusando reconocer lo que posiblemente significara. i Nunca /i había permitido que alguien le provocara celos. No desde que él mismo era un estudiante de séptimo año.
Y yo estoy feliz de estar aquí- se encontró contestando, sin pensar sus palabras. Se sorprendió doblemente, por su admisión, y por descubrir que era verdad. Eso lo alarmó. ¿Cómo alguien de diecisiete años podía haberlo afectado de esa forma?
Observó como los ojos verdes brillaban de felicidad y orgullo, y se dio cuenta que no importaba.
Él, Severus Snape, había hecho un verdadero amigo.
No era alguien que lo manipularía para hacer su trabajo sucio. No era nadie que abusaría físicamente de él. Ni alguien que tomaría placer en burlarse de él.
Era, en lugar de eso, otra alma abusada, que buscaba alguien que supiera lo que era sentirse excluido.
Era otro joven destrozado que necesitaba un amigo.
Y, en una revelación aturdidora, se dio cuenta de que era ese hecho el que, sobre todos los demás, le había intrigado del muchacho desde un principio. Sí, había estado en lo correcto al asumir que era parecido a si mismo, pero no se había dado cuenta de cuánto hasta ese instante. Y así, la extraña pareja se encontró saliendo de la enfermería con cientos de pensamientos en sus mentes.
Ambos habían llegado a la conclusión de que se necesitaban uno al otro, por una razón u otra, y que ese iba a ser un año escolar muy interesante.
Continuará...
REVIEWS
Trci-SScloe: jajja, que exagerada con lo del idioma, mira que yo también era muy mala (Ali) y aquí me ves. Que bueno que te guste tanto como a nosotras, perdona si no actualizamos tan rápido como ú y nosotras queremos, pero tenemos tantas cosas que es difícil. Besitos
BISHOUJO-HENTAI: jajja, nada de idiotez amiguita . Disculpa si tardamos mucho, no alcanzamos a hacerlo más rápido. Besitos
Andrux: Bueno, aunque tu idea del trío es...interesante, en este caso los cromosomas de Draco no intervinieron en la ecuación. La multijugos hizo que hasta los pequeños nadadores fueran de Sev. Besitos.
NikoZeiMalfoyIvanov: vaya que tienes un nick original . Gracias por lo de genial, pero nosotras no lo escribimos, sólo traducimos, pasaremos tus palabras a la autora. Si te paseas por nuestro perfil vas a encontrar varias traducciones Harry/Sev muy buenas. Besitos
Carly McKinnon-Potter: Sip, Sev se esta comportando verdaderamente genial, esperemos que la fiera no despierte cuando se entere de la verdad. Gracias por apoyarnos tanto. Besitos
Akasha-bennington: Bueno, Sev sospechó un tanto del comportamiento de Harry y Draco, pero la verdad no tiene idea de quien puede ser el oro padre del niño (Ay mi Dios, cuando se entere!) Hermione, lamentablemente, sigue muy dolida, menos mal que Harry tiene a cierto profe para apoyarlo mientras tanto. Sobre Cadenas de Oro, sólo está publicada en Slasheaven . com, junto con otras traducciones NC 17 que no podemos subir por aquí. Besitos.
Cerdo Volador: Pues si te gusto éste, estamos seguras que el nuevo capítulo te habrá matado, Sev es tan lindo, ainssss. Muchas gracias por el apoyo y esperamos que llegue pronto junio para que puedas descansar. Besitos
Mariet Malfoy: No hay que perdonar, por poquito que escribas nos hace mucha ilusión leer tus comentarios. Estamos seguras que el nuevo capítulo te mató con tanta ternura severiana jeje. Besitos.
ale: jejje, esperamos que no hayas colapsado todavía. A nosotras también nos gusta el dragoncito (pero Sev es mejor—firma Ali ) . Bueno,. Pasado el exabrupto de Ali, ojalá te siga gustando el fic. Besitos
Mirels: Que bueno que te esté gustando. Besitos.
