Afterglow

Autora: Molvanian Queen In Exilie, antes llamada Cha Cha Chica

Traductoras: Alima21

Vale, somos horribles, no tenemos perdón, sorryyyyy. No podemos asegurar que vamos a traducir rápido, pero aunque sea de a poquito vamos a ir traduciendo todo, palabrita

Gracias por su infinita paciencia

Besitos

Afterglow

Capítulo 8

Tiempo

Severus caminaba de un lado a otro de su estudio privado, miles de pensamientos arremolinándose en su cabeza.

Sentía como si el peso del mundo entero hubiera aterrizado justamente sobre sus hombros.

¡Cuán estúpido había sido! Haciendo toda clase de estrafalarias promesas a un niño.¡Un niño, por Merlín! Y no era cualquier niño, sino un niño que le había mentido, una y otra vez. Un niño que había actuado ilegalmente en su contra, ya fuera intencionalmente o no.

El niño de su archienemigo en la escuela.

Ciertamente, el muchacho le estaba dando un real, un cósmico regalo si se quiere, que su alma no tuvo antes… ¿pero eso justificaba ese absurdo comportamiento por su parte?

Por supuesto que no.

Había estado deslumbrado por la sorpresa y, aunque se resistía a admitirlo, alegre ante su inminente paternidad. Tan deslumbrado, de hecho, que se había convencido a si mismo de que le importaba el otro padre; un simple adolescente a quien jamás había ni siquiera pesando en tocar… y eso lo había llevado a hacer aquellas declaraciones increíblemente humillantes… en donde no había la más mínima traza de verdad…

Y ése era el caso.

Era inútil pensar de otra forma.

Y ya en eso, él no había estado pensando en primer lugar, y eso era todo lo que había pasado.

Fin de la historia.

Así, en ese ánimo, Severus apartó todos los otros pensamientos; en particular la persistente voz dentro de su cabeza que le decía que estaba cometiendo un error enorme.

ºººººº

-Señor Harry Potter, señor.

Harry lanzó al elfo una mirada llena de lágrimas.

-¿Si, Kreeper?

Kreeper vaciló.

-Quizás ahora no sea un buen momento… pero encontramos esto- extendió una serpiente bastante marcada hacia el chico- en la cocina. Binky, la elfa cocinera, le dijo a Kreeper que ella es su regalo de cumpleaños. ¡Kreeper hubiera deseado que el señor Harry Potter le hubiera hablado de tan trascendental ocasión¡Hubiéramos preparando un festín de cumpleaños para el señor Harry Potter!

El Gryffindor intentó una acongojada sonrisa y extendió su mano, para permitir que Serpiente se deslizara por su brazo.

-Gracias, pero no necesito un festín- como si protestara ante su respuesta, su estómago gruñó.

Kreeper frunció el ceño, fijándose en la apariencia desaliñada de Harry, y en sus enrojecidos ojos.

-¿El amo Severus está siendo cruel con Harry Potter?- colocó sus marchitas manos en sus huesudas caderas.-. Porque si el amo Severus no está siendo agradable con su invitado, Kreeper va a tener unas cuantas palabras con él.

Harry casi rió ante el genio del elfo. Claramente, pensaba que tenía la suficiente autoridad como para poner en orden a su amo.

-No, el Profesor Snape no está siendo cruel. Es sólo que no me siento bien- colocó una mano en su estómago, pensando en cuan extraño le resultaba ahora decir el título oficial de Severus. Pero era algo a lo que tendría que acostumbrarse, por otro año al menos.

El elfo doméstico pareció aceptar su excusa sin problema, aunque ahora estaba visiblemente molesto por otra razón completamente diferente.

-¡Si se sentía enfermo, señor, debió llamar a Kreeper¡Kreeper le hubiera conseguido medicinas¡El amo es un Maestro de Pociones!

Una invisible sonrisa apareció en la esquina de la boca de Harry, y sacudió la cabeza; un gesto de diversión y un intento de distraer la atención del elfo doméstico.

-Estaré bien sin medicinas… lo prometo- Kreeper lo miró escéptico y él emitió otra sonrisa, en un esfuerzo por convencer a la criatura-. Si te necesito, te llamaré, lo juro.

Consideró, distraídamente, colocar su mano sobre el pecho, justo encima del corazón, y jurar por el honor de mago, pero sintió que el elfo no percibiría la gracia en el gesto.

Keeper frunció el ceño pero asintió.

-Si está seguro…

-Lo estoy.

-Bien, señor Potter, señor- con un asentimiento final, el elfo doméstico desapareció, dejando al agitado adolescente solo con sus pensamientos una vez más.

Después de un momento, Harry suspiró y se puso de pie. No entendía por qué Severus se había comportado como lo había hecho, pero, en su interior, sabía que mostrarse abatido no le ganaría puntos con el hombre.

Además, estaba el hecho de que debía ser fuerte por su niño…

Estaba decidido, entonces. Iba a tranquilizarse y retomar su vida, ya fuera que Snape lo amara o lo odiara… o ambos.

Con un renovado sentido de si mismo, se encaminó a sus habitaciones, escuchando a medias a Serpiente.

-Essstúpido elfo… yo no sssoy una amenaza… tu pareja me llevó a la cocina para atrapar ratonesss, y el essstúpido dessscerebrado sse passó toda la mañana intentando capturarme.

En realidad, Harry encontraba divertida la indignación de su mascota, pero permaneció en silencio, no quería insultar a la pobre de nuevo.

Serpiente continuó su diatriba.

- Pareciera que no hubieran visssto una sserpiente antesss…

-No creo que la hayan visssto, en realidad. Excepto en loss cuadross- Harry se encontró a si mismo interrumpiéndola-. Y, aunque lo hubieran hecho, la mayoría de lass personass, elfoss incluidoss, en realidad no… er… confían en lass serpientess- vaciló-. Veráss… las sserpientess sson… er… generalmente parecen criaturass oscurass.

-Esso ess abssurdo. Nossotrass no ssomoss máss osscurass que loss elfoss mismoss.

Los pensamientos de Harry volaron, con furia, hacia Kreacher, el malvado elfo de Sirius, pero acalló los recuerdos antes de que pudieran ir más allá. No necesitaba otra oleada de crudeza emocional.

-Yo sé eso, Serpiente- entró a su habitación caminando lentamente, pensando que ya no podría seguir llamándola 'su habitación'. Tragó y continuó la conversación-. Pero existieron algunos magos, magos oscuros, que usaron serpientes para hacer magia negra… para torturar gente inocente. Así, ese estigma aún perdura hoy día.

"Vaya, si al menos pudiera escribir mis ensayos de Historia de la Magia así de bien"

Serpiente se deslizó por su brazo y cruzó su torso, antes de bajar por su pierna y caer al piso.

-¿Entoncess assumen que nossotross ssomos osscuros?

-¿Nossotros?

-Un mago que essta asssociado con sserpientess también ess vissto como un alma osscura¿no?

Ella tenía un punto.

-Er… bien… supongo…

Serpiente lo miró con expectación. Él suspiró y se dejó caer en la cama.

-Ssí, puede que algunass perssonas lo hagan. Pero la mayoría de loss chicoss me conocen… y ssaben que puedo hablar con las sserpientess… Entoncess, el hecho de que possea- Serpiente siseó, claramente insultada, y él se corrigió inmediatamente-… er, quiero decir, que essté associado con una, no debería preocupar a mucha gente.

-Pero algunoss assumirán que eress osscuro.

Harry sonrió con cansancio.

-Lamentablemente, no sse puede agradar a todosss. Y ssi la gente quiere creer esso, ess ssu problema. Yo tengo otross assuntoss de que preocuparme.

-Ahh- Serpiente asintió con su diminuta cabeza, mientras se enrollaba alrededor de uno de los postes de roble de la cama-. Por ejemplo, tu vássstago y tu pareja.

El adolescente de cabello oscuro asintió, estirando la mano, y en un impulso acarició el área bajo la barbilla de Serpiente… eso era, por supuesto, si se pensaba que las serpientes tenían barbilla.

-Sssí, algo assí…

ººººº

Mientras el sol comenzaba a hundirse tras las distantes colinas, y el cielo se iluminaba con suaves matices de rosa y amarillo, Harry siguió a Severus en silencio, arrastrando su baúl en el aire detrás de él.

Había empacado sus pertenencias, permitiendo que la cháchara de Serpiente lo distrajera de sus miserables pensamientos, y una vez terminado, había dejado su baúl al pie de la escalera, antes de enviar un mensaje a Snape diciendo que estaba más que preparado para partir.

Y cuando eso fue hecho, mientras el crepúsculo empezaba a instalarse, Harry estaba esperando en el exterior de la Mansión Snape, observando como su Maestro de Pociones restauraba las protecciones de la casa.

-¿Dónde vamosss a viajar?- siseó Serpiente en su oído, haciéndole cosquillas.

Sonriendo ante la sensación, hizo un gesto hacia el emblema de su baúl.

-Hogwartsss, mi esscuela. Vamosss a esstar allí en poco tiempo.

Severus se giró para observar el intercambio. El lenguaje parsel siempre le había intrigado.

-¿Allí habrá muchoss ratonessss?- alargó, como era habitual, es siseo al decir ratones. Esto hizo sonreír a Harry. Aunque las palabras de Serpiente no eran más que siseos para él, Severus podía ver que el animal había divertido a su propietario.

Harry sonrió, y la combinación de su alegría y la luz del sol posándose detrás de él, pareció darle un brillo saludable. Continuó hablando con la serpiente inconsciente de la penetrante mirada de Severus.

El hombre contuvo un suspiro.

No se permitiría ese tipo de sentimientos hacia el joven. Cuando el muchacho se graduara y entrara al mundo real, pronto se daría cuenta que sus sentimientos por su Maestro de Pociones no había sido otra cosa que un enamoramiento de colegial. Ya fuera que estuvieran unidos por su hija o no, Harry descubriría que podría encontrar a alguien mucho mejor que el viejo Slytherin. Y en algún momento, se reiría de su tontería.

Después de todo, él era todo lo que Snape no era.

Todavía era tan inocente… tan puro, tal como Severus había admitido abiertamente esa mañana. Después de pensar lo que había significado su propio comentario, se había convencido de que era una locura incluso el considerar la idea de que algún día podrían tener alguna relación.

Él había cometido actos que habían estremecido al mismísimo Señor Oscuro. Su alma estaba contaminada para siempre, mientras la de Harry siempre brillaría con inocencia.

¿Y qué de sus numerosos, y muchas veces dudosos, compañeros sexuales¿Qué de los deleites? Aunque sabía que estaba libre de enfermedades, sentía como si estuviera i sucio /i para siempre. Y Harry, a pesar de su encuentro ilegal con Draco, siempre seguiría limpio.

Harry, decidió, merecía tener una existencia mucho más prometedora que la que lograría permaneciendo atado a su grasiento profesor.

Y ahora, observando al adolescente, Severus supo que había tomado la decisión correcta. Tenía que dejarlo solo.

Harry merecía mucho más de lo que él le podía dar.

Sintiendo la mirada del hombre, el Griffindor se giró y ofreció a Severus una débil sonrisa.

-¿Esta todo listo?- preguntó, esperando que su tono no lo traicionara. No quería partir. Deseaba quedarse en la Mansión y lograr conocer mejor al verdadero Severus. Pero, tristemente, no podía ser, y maldito si mostraba al hombre algo de debilidad ahora, especialmente después del abrupto cambio de Snape esa mañana.

Severus asintió y encogió mágicamente su equipaje, metiendo en sus bolsillos el baúl de Harry y el suyo propio. Extendió su brazo, ignorando la voz en su cabeza que le decía que disfrutara el momento. Después de todo, sería la última vez que sostendría a Harry en sus brazos. No que eso significara nada para él. No podía permitirse continuar atado emocionalmente al mocoso.

Harry contuvo las lágrimas mientras se paraba en el abrazo de Severus, sabiendo, instintivamente, que pasaría un largo tiempo antes que pudieran volver a compartir un momento parecido.

"Tengo que ser fuerte"!

Repetía como un mantra en su cabeza, intentando tranquilizarse.

"Tengo que ser fuerte"

Cerró los ojos y esperó la extraña sensación de estar girando que lo abrumaba, cesara. Cuando volvió a abrir los ojos, estaba en Hogsmeade.

Severus lo dejó ir.

"Tengo que ser fuerte"

ºººººº

Esa noche, acurrucado en su cama de la Torre Gryffindor, Harry no pudo evitar sentirse solo, y la dureza de las paredes de piedra no hizo nada por aliviar su ansiedad.

Pensaba con añoranza en los confortables paneles de madera de cerezo que adornaban las paredes de su habitación en la Mansión Snape. Nunca, ni siquiera cuando Snape estaba enojado con él, se sintió solo allí.

Pero aquí, en la oscuridad de la Torre Gryffindor, se sentía aislado. El silencio era casi ensordecedor. Y no podía correr las cortinas alrededor de su cama, eso sólo aumentaba su sensación de claustrofobia.

Tenía que salir de allí.

Girando sus piernas hasta un lado de la cama, buscó a tientas sus sandalias y sus lentes.

-¿A dónde vasss?

Giró la cara hacia Serpiente, que estaba en el piso, al lado de su cama, enroscada sobre un gran almohadón.

-A caminar- contestó-. No puedo dormir.

-Entoncesss yo voy contigo- dijo ella, como estableciendo un hecho, desenrollándose-. Por tu ssseguridad.

Harry puso los ojos en blanco, pero de todas formas permitió que se deslizara por su brazo. Al menos no se sentiría tan solo…

Salió a través del retrato de la entrada, ignorando las protestas de la Dama Gorda, y se encaminó pasillo abajo, preguntándose, distraídamente, a dónde ir.

Su estómago gorgoteó y él sonrió. Ahí tenía la respuesta, iría a las cocinas. Girando hacia el familiar corredor, dudó ante el sonido de pasos que se acercaban. Dándose cuenta que no había rescatado su capa de invisibilidad, se sintió repentinamente tonto.

Pero, en realidad, no tenía razón para preocuparse. Después de todo, no había toque de queda, todavía estaba de vacaciones, y en este momento los pasillos de Hogwarts eran un sitio definitivamente seguro para caminar, especialmente cuando ya no existía la amenaza de Voldemort.

Así que no estaba metido en ningún problema, y definitivamente no había riesgo de que perdiera puntos para su casa.

Los pasos se acercaban, y él sacudió la cabeza para salir de su estupor.

Todo estaba bien. A nadie le importaría que estuviera yendo en busca de un bocadillo de medianoche.

Empezó a moverse y dio vuelta en la siguiente esquina, entrando directamente en otro corredor.

-¡Potter!- exclamó la voz de Snape, haciendo que Harry diera un brinco.

Levantó la vista hacia los ojos del otro hombre.

-Sev- suspiró, consciente de que ya no tenía ese privilegio-. Profesor- bajo la mirada, no deseando que el otro hombre viera su dolor.

-¿Qué se supone que está haciendo merodeando de noche por los pasillos?

Harry frotó su estómago con aire ausente.

-Tenía hambre, señor. No podía dormir.

Severus lo miró con escepticismo.

-¿Y no podía haber convocado a un elfo doméstico¿O era más lógico que escapara?

-Yo…- levantó la vista, sin desear otra cosa que lanzarse en brazos de Severus y confesarle que se sentía solo, y un tanto asustado. Pero su orgullo evitó que hiciera nada de eso. Suspiró.

-Tarde, señor. Simplemente, no lo pensé.

-Una proeza que todavía tiene que lograr- Severus arrastró las palabras en respuesta, sacando su varita. Con un silbido y un hechizo murmurado, convocó un elfo.

-¿En qué puede servir Dobby al Profesor Snape esta noche?- preguntó la conocida criatura, esperando pacientemente la respuesta del Profesor de Pociones.

-El señor Potter necesita otra comida- Snape hizo un gesto hacia el muchacho en cuestión-. Y ver que sea escoltado de regreso a su dormitorio. No puede vagabundear por los pasillos de noche, vacaciones o no.

Dobby giró su rostro hacia Harry, una sonrisa cruzando su arrugada cara.

-¡Harry Potter!- exclamó con admiración, lanzando sus brazos alrededor de los muslos del adolescente-. ¡Dobby no sabía que había regresado antes¡Si Dobby lo hubiera sabido, Dobby lo hubiera visitado antes¡ Oh, ha sido muy travieso, Harry Potter, por no decirle a Dobby!

Snape puso los ojos en blanco ante el intercambio. Brillante . Había convocado precisamente al elfo domestico que veneraba al mocoso.

Harry, mientras tanto, lanzó al Profesor una mirada oscura.

-Iba a hacerlo, Dobby, antes que el Profesor Snape amablemente te convocara.

"Ah, sarcasmo", pensó Severus. "La forma más baja de ingenio"

Lástima que él mismo lo usara con tanta frecuencia…

-¡Bien, Dobby llevará alimento a Harry Potter!- las grandes orejas del elfo se movieron mientras asentía con entusiasmo-. Y Dobby lo llevará al dormitorio de Harry Potter, como el Profesor Snape pide- inclinó su arrugada cabeza a un lado, observando a Harry de cerca-. ¡Luce más saludable, Harry Potter¡Está comiendo más!- resplandeció, haciendo un gesto hacia el hinchado estómago de Harry-. ¿Qué quiere comer esta noche?

Sintiéndose tímido en cierta forma, Harry sonrió y se relamió.

-Er… ¿puedes traer éclairs de chocolate?- preguntó, mientras se le hacía agua la boca-. ¿Y algo de leche caliente, con un poco de miel?

Con suerte, de esa forma lograría dormir.

Por supuesto- dijo Dobby, tronando los dedos. Desapareció, para reaparecer momentos más tarde, una pequeña bandeja con comida aferrada en sus pequeñas manos.

-Ahora voy a llevarla al dormitorio de Harry Potter- informó a los magos, antes de pavonearse en la dirección de la que Harry acababa de venir.

El Gryffindor miró a su Profesor de Pociones.

-Gracias, señor- dijo, sorprendiéndose incluso él mismo por el tono de genuino agradecimiento-. Buenas noches.

Se giró y se apresuró a seguir a Dobby, dejando a un confundido Severus Snape tras él.

ººººº

Las siguientes tres semanas pasaron sin mayor incidente. Harry había evitado a Snape a toda costa, y sentía que Snape había hecho lo posible por evitarlo también. No que ello hubiera sido difícil, la verdad, con Snape atrincherado en su oficina cada hora de cada día. Pero ahora Harry se encontraba caminando intranquilo frente a la puerta de sus aposentos personales.

Después de reunir todo su valor, golpeó ligeramente en la puerta. Valor que le faltó cuando escuchó la voz de Snape bufando 'Entre, Potter'

Abrió la puerta con cautela, no deseando especialmente tener que lidiar con un harto Snape.

-Contrario a lo que la mayoría de la gente cree, no muerdo, muchacho.

La voz provino de uno de los sillones de cuero frente a la chimenea.

Harry entró en la habitación, saboreando la familiaridad. Aunque nunca antes había estado en estas habitaciones, le recordaban los aposentos de la Mansión Snape, y la habitación en que estaba le recordaba particularmente a la biblioteca.

-Lamento molestarlo, señor, pero…- enmudeció, preguntándose a donde había ido su valor.

Severus se inclinó en su asiento y miró al joven mago.

-¿Pero?- lo provocó.

Harry tragó.

-Yo… er… yo tengo otra cita con Madame Ponfrey, y pensaba…es decir, me preguntaba si querría… er… acompañarme.- cerró los ojos, preparándose para lo peor.

Severus lo observó y sopesó sus opciones. Si aceptaba, Harry podía asumir que todavía estaba interesado en entablar una relación. Por otro lado, si rehusaba, pensaría que no quería tener nada que ver con su hijo… que no estaba interesado… y definitivamente no iba a permitir que le quitara sus derechos tan fácilmente.

-Lo acompañaré- contestó eventualmente, sintiendo la urgencia de sonreír ante la mirada de sorpresa del muchacho-. Sin embargo- aquí la sonrisa de Harry se evaporó-, es estrictamente en el interés de mi hija. No quiero que conciba una idea equivocada acerca de que yo pudiera, posiblemente, estar interesado en continuar mi relación con usted.

"¿Ideas equivocadas?"

Harry sintió que la rabia bullía en su interior.

-Con el debido respeto, señor- siseó, estrechando los ojos-, las únicas ideas que yo he abrigado son aquellas que usted puso en mi cabeza cuando dijo que se preocupaba. ¡Cuando me dijo que podría esperar!

Severus hizo una mueca. Sabía que sus propias palabras regresarían a golpearlo más pronto o más tarde.

-Potter- comenzó, intentando controlar su temperamento-. Honestamente, no puede creer que una relación- se estremeció mientras lo decía- entre nosotros podría llegar a funcionar- su expresión se cubrió de sarcasmo-. Piénselo, Potter. Entré en shock cuando me enteré de que estaba involucrado. Así que me convencí de que comprometerme con usted era lo correcto. Naturalmente, recuperé la cordura. Sugiero que haga usted lo mismo.

Harry lo miró boquiabierto. ¡Eso no era verdad¡No podia ser¡Severus Snape nunca hubiera actuado de modo tan irracional! Era claro que en esa situación había algo más de lo que se mostraba a simple vista.

-Bien- Harry se escuchó responder-. Yo no me voy a joder, ya sea que estemos juntos o no- se sintió ligeramente mejor al ver el destello de sorpresa y remordimiento en los ojos del mago mayor.

"Bien. El viejo bastardo se lo merece"

Deliberadamente, colocó una mano sobre su vientre para enfatizar el dramatismo.

-Pero tengo que preocuparme por ella- hundió la mirada en los ojos de obsidiana-. No puede estar entrando y saliendo de su vida continuamente. Tiene que decidir si va a estar allí para ella o no. Es simple- caminó hacia la puerta, inclinando la cabeza para enfatizar su último comentario-. Usted puede jugar con mis emociones, Severus Snape, pero maldito sea si dejo que siquiera intente hacer lo mismo con las de ella.

Tiró la puerta al salir, sin importarle la mirada fija de Severus detrás de él

ºººººº

Harry todavía estaba furioso cuando llegó a su cita.

-Estúpido cretino- siseaba para si mismo-. ¿Quién se cree que es?

-¿Está todo bien, querido?

La voz de Poppy le hizo pegar un brinco. Enrojeció.

-Er…

Si miraba los ojos de la mujer, sabía que no podría mentir. Apartando la mirada, empezó a hablar.

-No, en realidad no.

-¿Oh?- ello lo condujo hacia su habitual cama en la enfermería-. ¿Cuál es el problema?- la mujer levantó su camisa y sonrió ante su redondeado estómago; estaba desarrollándose perfectamente-. No es el niño¿verdad, querido?

Él suspiró y sacudió la cabeza.

-No exactamente…- ella arqueó una ceja, animándolo a que continuara. Sus mejillas estaban enrojecidas-. Ya le expliqué al Profesor Snape- sintió que su garganta se estrechaba, y se obligó a permanecer calmado.

Madame Pomfrey, sabiendo cuan volátil podía ser Severus, colocó una mano consoladora sobre su hombro.

El joven continuaba hablando; soltando su corazón a quien podía escucharlo.

-…quiero decir, él en realidad estaba complacido¿sabe? Está feliz porque va a ser padre… y … bien… ya no estaba molesto conmigo…

Esto sí sorprendió a la medibruja.

-¿Entonces?- indagó, preguntándose qué sería lo que molestaba al muchacho, si no era su profesor.

Harry respiró profundamente.

-Luego él… cambió de opinión- Poppy parecía horrorizada, así que el muchacho se apresuró a explicarse-. ¡No sobre el bebé!- enrojeció profundamente-. Sobre… mí.

Ella frunció el ceño.

-¿Disculpa?

-¡Oh! No, no quise decir… Bien, sí, en cierto modo… pero, verá, es más complicado. Él… él quería esperar por mí… para formar alguna clase de familia real cuando me graduara- mientras hablaba, sus ojos se iluminaron y sonrió, disfrutando de lo que imaginaba. Pero su expresión se oscureció cuando la realidad cayó sobre él-. Pero… cambió de opinión… A mí no me importa que me hiera… pero no quiero que la hiera a ella- su mirada se volvió de acero-. Lo mataré si le hace daño.

Poppy tenía la impresión de que Harry estaba diciendo la verdad. Era asombrosa la forma en que los instintos maternales podían manipular a una persona; ¡aunque esa persona fuera hombre!

Palmeó su hombro con actitud maternal.

-Calma, calma, querido- susurró, moviendo la palma bajo su flequillo-. Severus sólo está un poco impactado… pero sé que él pensó un momento lo que iba a decir-… él recapacitará con el tiempo. Cuando alguien le importa… bien, la pobre alma se lo guarda para si mismo… pero aún así se preocupa. Tú hija lo conocerá, Harry, te lo aseguro.

Harry estaba escéptico pero asintió de todas formas. En cierta forma se sentía mejor, después de haber hablado con alguien sobre sus problemas, aunque aún le hacía daño pensar en las duras palabras pronunciadas por Severus esa mañana.

Como si hubiera sido una señal, el hombre en cuestión traspasó las puertas, y tomó su lugar habitual al lado de Harry, actuando ante todo el mundo como si nada hubiera pasado entre ellos.

-Buenas tardes, Severus- saludó Poppy, lanzando a su paciente una mirada indescifrable. Luego se reunió con los ojos oscuros-. Harry me dijo que ya sabes la verdad.

Él miró al adolescente en cuestión, quien dio una buena muestra de estar inspeccionando las uñas de sus dedos, obviamente evitando desesperadamente su mirada. Con una pequeña sonrisa en la esquina de sus labios, giró su atención hacia la medibruja, quien claramente esperaba alguna clase de respuesta.

-De hecho- inclinó ligeramente la cabeza-. Y, a pesar del hecho de que en modo alguno es tu asunto, te aseguro que fue una sorpresa bienvenida, y tengo la intención de jugar un fuerte papel en su vida- miró a Harry mordazmente-. Lo cual puede ser una sorpresa para alguien.

Poppy le sonrió.

-Excelentes noticias, Severus- exclamó, con un entusiasmo un tanto excesivo-. No esperaba nada menos.

Snape, habiendo sido lo bastante privilegiado como para ser testigo de los recuerdos de Harry relativos a su reunión con la medibruja, simplemente forzó una pequeña sonrisa.

-De hecho.

La atmósfera entre los tres se volvió más tensa, así que, luego de unos minutos, Harry suspiró y se obligó a romper el pesado silencio.

-Bien- comenzó, inseguro, enlazando sus manos-. ¿Vamos a seguir con esto o no?- miró hacia Poppy.

-Oh, por supuesto, Harry, querido- murmuró, empezando a recolectar varios implementos, la mayoría de ellos bastante familiares para el gusto de Harry. Regresó a su lado, sonriendo de una forma que suponía era 'tranquilizadora'

-Sólo relájate, Harry- le indicó, moviendo la varita sobre su abdomen.

El holograma apareció en la punta de la varita, como era habitual, y Poppy resplandeció al observarlos.

-Todo está como debe- bajo la vista hacia su paciente-. ¿Todavía no la has sentido moverse?

Harry sacudió la cabeza. Madame Pomfrey sonrió.

-No te preocupes, a partir de ahora, en cualquier momento la sentirás.

Harry se obligó a sonreír. Si era completamente honesto, tenía que admitir que no estaba especialmente deseoso de ese aspecto de su embarazo. Lo asustaba, en realidad. Había visto suficientes películas de horror de Dudley, a través de los agujeros de la cerradura y las ventanas, como para esperar que fuera incómodo y doloroso eso de tener una criatura viva bajo la piel, moviéndose sin él. Pensó en Alien , una de las películas favoritas de Dudley, y se estremeció.

Aunque Poppy no notó el temblor en los hombros del joven, Severus sí.

¿Qué era lo que preocupaba al chico? Seguramente, si estuviera mareado o ansioso, lo hubiera dicho a la medibruja.

Observó a Harry intensamente durante toda la visita, sin encontrar una causa evidente de la incomodidad del muchacho.

Mientras salían de la enfermería pensó, por un breve instante, que le preguntaría cuando estuvieran afuera. Después de todo, eso es lo que hubiera hecho si todavía estuvieran en la Mansión.

Si todavía fueran amigos.

Pero eso había cambiado, y ellos ya no estaban en términos amistosos. Así, era menos complicado si se mantenía aparte. Si permanecía frío, cruel y distante. Así no podría hacer más daño.

Los amigos reales de Harry, los de su edad, regresarían a la escuela en una semana, y entonces el mundo volvería a la normalidad. Harry olvidaría todo sobre su fugaz relación con su profesor, y Severus regresaría a su realidad de noches tranquilas, pasadas a solas, frente al fuego, con una copa de brandy en una mano y un buen libro en la otra.

Así las cosas, eligió no interrogar al muchacho, y simplemente le deseó un buen día. Sí, pensaba mientras caminaba de regreso a sus habitaciones, de ese modo era menos complicado.

ºººººº

De regreso a su dormitorio, Harry encontró a Pig aguardándole, una carta atada a su pata. Era de Ron, preguntándole si podría pasar la última semana de vacaciones en la Madriguera. Harry sonrió para si mismo. Eso era exactamente lo que necesitaba. Un último respiro con los Weasleys antes que su mundo se volviera al revés. Antes que se convirtiera en padre. Garabateó una rápida respuesta a su mejor amigo, complacido de que ya Molly hubiera contactado a Dumbledore para pedirle permiso, y envió a Pig de inmediato.

Se apresuró a llenar una mochila con ropa y varios artículos de uso personal, despertó a Serpiente de su siesta, y se encaminó a la entrada del castillo, donde un thestral jalando un carruaje pronto llegaría para llevarlo a Hogsmeade.

Una vez en el pueblo, convocó el Autobús Noctámbulo, y pago su ticket y una taza de chocolate caliente, vagamente complacido de volver a ver a Stan.

-¿Todo bien, Harry?- preguntó el larguirucho conductor mientras entregaba su ticket al Niño-Que-Vivió-. No he vuelto a escuchar noticias tuyas en los periódicos.

Harry se encogió de hombros.

-He estado estudiando. Y relajándome- sonrió-. No más luchas ni nada de eso. Se está bien.

Stan rió y conjuró la bebida caliente. Se inclinó hacia adelante, con aire conspirador.

-Le coloqué un marshmallow extra- susurró-. Sin aumentar el precio.

-Gracias- Harry aceptó la taza y bebió con deleite. Sabía a cielo… si el cielo tuviera sabor, claro.

-Sin problema, Harry.

El resto del viaje estuvo lleno de charla banal sobre Hogwarts, asignaciones y detenciones, y dejó a Harry una sensación de alivio en el corazón y nada de problemas, cuando finalmente arribaron a la Madriguera.

-Nos vemos, Harry- coreó Stan y el autobús desapareció con un bang.

Ron lo estaba esperando en la entrada.

-¡Harry, compañero, que genial que pudiste venir!- se adelantó y envolvió a su amigo en un fuerte abrazo-. Las vacaciones no estaban siendo lo mismo sin tu visita.

El adolescente de cabello negro asintió.

-Lo sé. Es bueno estar de vuelta.

-Te ves bien- comentó Ron, antes de pensarlo-. Quiero decir… te ves saludable. Yo no estaba…- enrojeció y Harry rió.

-Sí, lo sé. Gracias- hizo un gesto hacia su estómago-. Aunque ya se está empezando a notar un poco.

-Como dije, luces saludable. No mucho todavía- hizo una pausa-. Aunque mamá será capaz de notarlo.

El rostro del otro chico se oscureció.

-Oh.

-Bien, tienes que decirle a todos tarde o temprano… y, de cualquier modo, Mione y yo estamos aquí, así que.

-¿Hermione está aquí?

-Sí- el pelirrojo enrojeció nuevamente-. En este momento esta cocinando con mamá y Ginny… Nos están dando algo de tiempo para ponernos al día.

Harry miró a su mejor amigo críticamente. Había algo más. Algo que no le había dicho. Entonces la verdad lo golpeó, lo hirió como una bofetada en el rostro.

-¡Te la has tirado!

Los ojos de Ron se abrieron de par en par y se abalanzó hacia delante para cubrir la boca de Harry.

-Shhh- gritó, sus mejillas más rojas de lo que Harry hubiera visto jamás. Apartando su mano, miró al piso y raspó la punta de sus zapatos en la tierra-. Mamá me matará si se entera- giró sus ojos suplicantes a su amigo-. Quiero decir… ella sabe que estamos juntos… pero si piensa por un segundo que…

-Lo sé, Ron. No los volverá a dejar solos jamás- Harry sonrió débilmente-. Al menos, no hasta después de la boda- rió ante la horrorizada mirada en el rostro del otro-. Vamos, estoy muerto de hambre.

Caminaron hacia la casa con dificultad. Harry estaba un tanto molesto de que Hermione y Ron hubieran estado saliendo desde su cumpleaños y ninguno de los dos se lo hubiera dicho, pero estaba relativamente complacido de que fueran felices.

Mientras se acercaban a la entrada, Harry comenzó a sentirse ansioso. ¿Y si los Weasleys no aprobaban su condición? Sabía que no tenían reparos sobre su sexualidad… pero esto era algo completamente diferente. Estaba embarazado. Ilegalmente embarazado de su Profesor de Pociones. Y sólo tenía diecisiete años. Y estaba solo. Y sabía que para Molly y Arthur era solo un niño… entonces¿cómo tomarían las nuevas noticias?

-¿Estás bien, compañero?- preguntó Ron, captando la expresión preocupada en su rostro.

Él asintió.

-No- un momento, eso no era cierto. Sacudió la cabeza-, Sí…-suspiró-. No lo sé.

Su amigo apretó su hombro para tranquilizarlo.

-Todo terminará antes que te des cuenta. Ellos se preocupan por ti, sin importar lo que hagas¿recuerdas?

Harry no estaba tan seguro, pero tragó el nudo en su garganta y asintió de todas formas.

Entraron en la casa, y Ron gritó a los demás, para hacerles saber que su invitado había llegado con bien. Harry luchó contra la urgencia de golpearlo.

De repente, sintió que era un error haber venido. No quería que supieran que estaba allí. No quería tener que dar explicaciones. Ni quería observar a Ron y Hermione besuqueándose. Sólo quería irse. Regresar a la Mansión Snape, donde estaba cómodo y feliz, donde tenía la confianza y la amistad de Severus. No aquí, donde era un extraño.

-¡Harry!- Hermione fue la primera en saludarlo, lanzando sus brazos alrededor de su cuello y besándolo en la mejilla-. ¡Oh, es tan bueno verte¡Y te ves tan saludable! Bien. Te has cuidado. ¡Me alegra!

Él la abrazó a su vez, sintiendo que un poco de la tensión que sentía se derretía.

-También es bueno verte- contestó, sonriendo mientras ella se apartaba-. Ron ya admitió el nuevo i desarrollo /i entre ustedes dos- le dio un codazo juguetón.

Ella sonrió.

-Bueno, no me gustaba pensar que estabas al margen. No era correcto.

Harry estaba a punto de responder, pero se encontró siendo interrumpido por el sonoro saludo de Molly.

-¡Harry, querido!- exclamó, precipitándose hacia delante, los brazos extendidos-. Vamos, dame un abrazo.

Él lucía ciertamente mortificado mientras ella se acercaba, y le dio un torpe abrazo, rezando porque no presionara contra su barriga y descubriera su condición. Ella se alejó, una expresión extraña en el rostro. Él esperaba que simplemente estuviera confundida por su extraño abrazo-

-Déjame darte un buen vistazo- dijo la mujer, retrocediendo un par de pasos para verlo en su totalidad.

La extraña expresión de su rostro se transformó en un ceño fruncido y él supo que el show estaba a punto de empezar.

-¡HAROLD JAMES POTTER!- gritó, mientras su rostro adquiría una extraña sombra rojiza-. ¡YO CREÍA QUE ERAS MÁS SENSATO!

Ante el sonido de su grito, los demás Weasleys, Bill incluido (debía estar visitándolos de nuevo para tomar el té), corrieron a ver lo que estaba pasando. Esta no era la manera como Harry hubiera querido decírselos. Especialmente a Bill. No había sido un chiste cuando había dicho a Ron que su hermano era bueno besando. De hecho, él era muy diestro en gran cantidad de áreas. Y, aunque su romance había sido breve, había tenido una gran relación con Bill Weasley. Y no era justo que mostrara la evidencia de su más reciente relación sexual justo en frente del rostro de su ex-amante. No era justo para Bill y ciertamente no era justo para él.

-Molly- Harry trató de tranquilizarla-. Señora Weasley, por favor…

-¿Qué está pasando aquí?

Ese era Arthur. Estaba ignorante de todo, lo cual no era una sorpresa.

-¡Estoy MUY decepcionada de ti, Harry!

-¡Mamá!- esta vez fue Ron-. Harry ha estado atravesando un…

También fue ignorado.

Harry todavía estaba intentando explicarse.

-Lo sé, pero yo no sabía que podía…

ESO no es excusa¡No deberías haberte puesto en la posición para que pasara¡Eres demasiado joven¡ DE LEJOS demasiado joven.

Por un instante, Harry anheló decirle que no era su asunto, que si realmente quería saberlo, había sido su hijo mayor quien lo había poseído primero. Cuando era mucho más joven. Y que había sido una de las experiencias más deliciosas de su vida. Que la relación entre Bill y él había durado meses. Y, lo peor de todo, que ella no estaba en posición de reclamarle porque no era su madre. Porque nunca sería su madre.

Pero contuvo su lengua, sabiendo que quien así hablaba era su enojo, y que ella era la mejor figura materna que pudiera haber conseguido.

Estaba a punto de llorar, pero aún intentó tranquilizarla.

-Por favor, yo no… ya es bastante difícil hacer esto solo sin ser atacado por la única familia que he conocido…

Ella hizo una pausa, como si considerara sus palabras, y entonces se suavizó.

-Todavía estoy decepcionada, Harry.

-Lo sé- él desvió la mirada-. No te culpo.

-Por favor¿alguien puede explicarme de qué se trata todo esto?

Harry miró al señor Weasley y abrió la boca para decirle que ese no era el momento. Debería sentarse con él y Molly y conversar en privado. Pero la señora Weasley tenía otras ideas.

-Está embarazado, Arthur.

Hubo un jadeo colectivo y Harry hizo una mueca de dolor.

Esa iba a ser todavía una larga noche.

ºººººº

-Entonces¿quién es el chico afortunado?

Harry estaba sentado solo bajo un árbol del patio trasero, jugando con el césped. Más temprano, había explicado la situación, lo mejor que había podido, a Molly y Arthur. Mientras tanto, Fred, George y Ginny, habían sido puestos en antecedentes por Ron y Hermione. Bill no había participado en ninguna de las dos conversaciones.

Harry saltó ante el sonido de la voz de su ex amante.

Los ojos verdes se reunieron con los azules.

-En realidad, es difícil de explicar.

-Adelante- Bill se sentó a su lado.

Él suspiró.

-Para hacerte corta la historia… es Severus Snape… pero él… er, bien… él no tuvo exactamente algo que ver en el asunto.

Bill no dio muestras de sorpresa o repulsión. Se limitó a mirar a lo lejos, hacia los terrenos.

-¿Y la versión ligeramente más larga?

-Draco… er, Malfoy tomó una poción multijugos para parecerse a Snape… y usó un suero realmente fuerte y avanzado. Entonces nosotros…bien… nosotros concebimos. Y, aparentemente, debido a la poción, él era completamente Snape… Pero, en primer lugar, yo no sabía que podía concebir… así que pensé que era gripe o algo así… y entonces, bien, Madame Pomfrey probó que era otra cosa.

-Ah.

¿Qué quería decir eso¿Ah¿Sólo ah?

¿No debería reaccionar algo más violento que eso¿No debería estar molesto¿O furioso? Harry se sintió estafado.

Un incómodo silencio cayó entre ellos, sólo para ser roto por una pregunta increíblemente irritante.

-¿Severus lo sabe?

Harry se giró para encontrarse con la mirada de Bill.

-Sí, en realidad está contento, si puedes creerme. Quiere al bebé. Aunque no está feliz conmigo. No puedo culparle.

-¿Y Malfoy?

-¿Qué¿Qué con él?

-¿Lo sabe?… ¿Cuál es la actual impresión de Severus sobre él?

-Sí, Draco lo sabe… pero- el joven mago vaciló-. No estoy seguro de lo que Severus piensa sobre él en este momento. No puede estar demasiado impresionado…Quiero decir, fue todo idea de Draco… me refiero a lo de la poción multijugos- ante el movimiento de protesta de Bill, agregó-: No quiere decir que sea una excusa para mi comportamiento. Pero si yo soy culpable por haber seguido con eso, y lo soy, Draco definitivamente también.

Billl asintió, y el silencio los abrumó nuevamente. Esta vez fue Harry quien lo rompió.

-Sabes… a veces me detengo a pensar en cuan afortunados fuimos al no caer en esta situación.

-¿Oh?- el pelirrojo arqueó una ceja.

Harry sintió como sus mejillas enrojecían.

-Quiero decir… yo te amo… todavía lo hago, pero no así, si es que me entiendes… Si hubiera sabido que podía concebir…

-¿No te hubieras entregado con tanta facilidad?- Bill sonaba un tanto ofendido, y Harry se apresuró a explicarse.

-¡No!- exclamó, alejando las lágrimas-. Yo sólo… pude haber sido un poco más cuidadoso, ya sabes. Usar hechizos, protección muggle o algo. Soy demasiado joven para estar embarazado… ¿pero retroceder? Merlín… si me preocupaba que avanzábamos más cada vez. Tuvimos suerte.

Bill le ofreció una pequeña sonrisa.

-Quizás fue más cuestión de destino que de suerte, Harry- se levantó-. El universo estuvo en nuestra contra desde el principio- se refería, de hecho, a los numerosos problemas que tuvieron en su relación, los que les habían conducido a su ruptura como pareja-. Esto sólo es la confirmación- otra sonrisa, más brillante que la anterior, agració los labios de Bill-. Felicitaciones. El momento puede ser desafortunado, pero el embarazo te sienta bien. Y no dudo que la paternidad también lo hará.

Harry sintió que sus mejillas ardían.

-Gracias. Creo… creo que realmente necesitaba escuchar eso. De ti, quiero decir.

Bill le tendió la mano y lo ayudo a levantarse. Se inclinó hacia delante y colocó un pequeño, casto beso en los labios del adolescente. Retrocediendo con una sonrisa, alborotó el cabello de Harry con afecto.

-Ni lo menciones, Potter. Después de todo, para qué son los amigos.

Harry rió ante el cliché y sintió una punzada de arrepentimiento de que lo de ellos no hubiera funcionado. Bill realmente era muy buen mozo y un hombre muy dulce también. Pero habían habido muchos factores en contra, ninguno controlable, y el riesgo había sido demasiado grande.

Y ahora… él estaba más allá de Bill. Todavía lo amaba, pero estaba enamorado de Severus.

Como afirmando el pensamiento, sintió que su hija se movía por primera vez, y sorprendentemente, era algo suave, como natural. No había dolor, y no se sentía como si una criatura extraña estuviera acechando debajo de su piel. En lugar de eso, se sentía extraño pero cómodo… como mariposas tranquilizadoras.

No había palabras para describir la serenidad que lo inundó ante el aleteo en su estómago, ni podría empezar a explicar el enlace que pareció desarrollarse instantáneamente entre el bebé y él.

Pero le gustaba la sensación, esperó que la próxima vez que ella se moviera, Severus estuviera presente para experimentarlo, ya fuera que él lo odiara o no.

ºººººº

Antes que Harry se diera cuenta, las clases habían comenzado y estaba intentando acostumbrarse nuevamente a compartir la habitación con otros cuatro muchachos. Aunque su número había disminuido en uno, gracias al estatus de Ron como Premio Anual, sentía que había demasiadas personas compartiendo el espacio. Se había malacostumbrado durante las vacaciones, donde podía vestirse con comodidad, seguro de que nadie le estaba observando. Podía ducharse, sin temor de que alguien viera su panza de embarazado y empezara a esparcir rumores.

Pero ahora, de regreso al dormitorio lleno de gente, las cosas eran más difíciles. Se veía obligado a levantarse antes del amanecer, para que ninguno de los chicos descubriera su secreto. Sabía que tenía de revelarlo en algún momento, pero temía la posible reacción violenta de la gente. No necesitaba recibir cientos de howlers, cada uno expresando la reacción inicial de la señora Weasley.

Ciertamente, los Weasleys estaban contentos ahora; vieron a su hija como una nueva adición a su prole, y Harry estaba feliz por eso, porque ella necesitaría todo el amor del mundo. Él sabía lo que era crecer sin una familia, sin amor ni cuidados, y estaba resuelto a evitar que su pequeña pasara por todo eso.

¿Pero qué pensaría el resto de la comunidad mágica? No todos estaban impresionados con su sexualidad, algunos eran tan estrechos de mente como los homófonos muggles, y sabía que aún había muchos magos que pensaban que las relaciones sexuales debían reservarse hasta después de la boda o enlace.

Y eso dejaba a Harry un tanto fuera de la 'norma' en ambas situaciones, pues no estaba seguro que dos magos hombres pudieran casarse o enlazarse legalmente.

No que eso importara. Él siempre había sido extraño al resto. Simplemente, no quería que la publicidad negativa afectara a su hija. Sólo Merlín sabía cuanto odiaría eso.

-¡Ey, Harry!- la voz de Seamus cortó sus reflexiones-. ¿Vienes a jugar 'hagamos explotar a Snape'?

Harry frunció el entrecejo. Los gemelos tendrían muchos problemas la próxima vez que hablara con ellos.

-No, pero gracias- logró decir-. Todavía tengo mucho trabajo de Historia de la Magia.

-Otra vez será- contestó el muchacho irlandés, antes de correr fuera de la habitación.

Estaba alegre, al menos, de que Seamus no hubiera decidido bromear sobre sus sentimientos por Snape, como habría hecho casi cualquier estudiante cuando él había declinado su oferta de jugar el juego. Seamus siempre había sido un buen amigo.

"Pero ninguno tan bueno como Severus", agregó su mente. Frunció el ceño, sintiéndose ligeramente traidor con Ron y Hermione. Aunque ellos habían estado demasiado ocupados haciendo buen uso de las habitaciones privadas de 'Premio Anual' de Ron.

Y, de lejos, esa había sido una de las sorpresas más grande. Que Hermione hubiera perdido la posición de 'Premio Anual'. Ésta le fue dada, en cambio, a una Hufflepuff prácticamente anónima que, aparentemente, era tan inteligente como nuestra Gryffindor sabelotodo… sólo que no se metía en tantos líos como Hermione. O, al menos, esa era la razón que Harry creía podía haber usado Dumbledor para hacer la elección.

En todo caso, Hermione no parecía demasiado contrariada. Seguía siendo prefecta, y tenía más tiempo para sus trabajos escolares y pasar más tiempo con Ron.

Ellos sólo sacrificaban un poco del 'tiempo de Harry' para conseguir su privacidad.

Y, en realidad, no podía culparlos, sin importar cuan deprimido estuviera. Él había hecho lo mismo mientras había estado tonteando con Draco. La única diferencia que podía ver era que Hermione tenía más juicio y no iba a permitir que Ron la embarazara y todo se tornara en amargura.

Con un suspiro, frotó su panza.

Todavía no había conseguido un nombre para ella. Decía 'me gusta así-así' o 'este nombre suena lindo', pero lo continuaba aplazando, y la única excusa que era capaz de poner era que Severus también merecía opinar.

Pero, con ya casi seis meses cumplidos, no había tenido oportunidad de discutir ese asunto con su Maestro de Pociones.

-Así que, simplemente, tengo que tomar medidas drásticas- se dijo a si mismo en voz alta, observando su ensayo de pociones

ººººº

Severus observó como la clase salía, cada alumno de séptimo, Hermione Granger incluida, parecía ansioso por partir. Obviamente, el había estado un poco más despectivo de lo habitual. Y probablemente mucho más cruel.

-Potter- arrastró las palabras, notando como las últimas personas dejaban el salón-. Quédese un momento.

Notó como Granger le lanzaba al muchacho una mirada de disculpa, antes de salir volando hacia su próxima clase. Él sabía que Harry, tenía dispensa en la siguiente clase, lo que coincidía con su propio descanso.

Tirando la puerta para cerrarla, hizo un gesto hacia su oficina.

-Entre.

Harry obedeció en silencio.

Observando como el joven mago entraba con dificultad en la nueva habitación, más pequeña y privada, no pudo evitar notar los círculos oscuros bajo sus ojos y el tono enfermizo en la piel. No había tenido el suficiente descanso. Y eso le preocupaba.

-Siéntese- le ordenó y de nuevo el joven obedeció.

El profesor blandió el ensayo más reciente de Harry.

-¿Puede explicarse?- preguntó, mirando al muchacho con cuidado.

Harry le ofreció una pequeña sonrisa.

-Quería hablar con usted. Eso - señaló el pergamino, donde habían sido garabateados unos comentarios rencorosos- fue la forma de llamar su atención.

Severus arqueó una ceja.

-¿Y un simple 'necesitamos hablar' era algo tan difícil de escribir?

-Usted lo habría ignorado.

-¿De veras?

Los ojos verdes, carentes de su brillo habitual, se reunieron distraídamente con las preocupadas obsidianas.

-Probablemente.

El mago mayor suspiró.

-¿Qué era tan importante?

-Ella necesita un nombre.

-¿Ella¿Quién ella, Potter?

Harry parpadeó, incrédulo.

Nuestra bebé.

Entonces eso lo golpeó. Había dejado de interesarse, creyendo que eso sólo le causaría dolor.

-Oh- la sorpresa duró sólo un momento-. Naturalmente.

Aquí, el joven sonrió un poco más.

-Yo sólo pensaba… bien… usted merece tener algo que decir¿cierto? A mí me… me gustaría que lo hiciera.

Severus asintió.

-De hecho. Lo pensaré y le daré mis sugerencias en algún momento en el futuro- esperó un latido-. ¿Eso es todo?

Harry quería decirle que sí. Que todo estaba perfecto. Que la escuela iba tan bien como había esperado y que su vida estaba bordeando la 'normalidad'. Pero cuando abrió la boca descubrió que no podía.

Él extrañaba a Severus Snape, el amigo. El confidente. No le importaba si nunca funcionaban como pareja… pero anhelaba poder conversar sus cosas con el hombre mayor. Ser capaz de hablar sobre las cosas del día, sobre sus problemas, y reír un rato encima de unas cervezas de mantequilla.

Y eso justamente fue lo que le dijo al mago mayor.

Sentía que, con cada palabra dicha, el peso de los dos últimos meses se aligeraba.

Le contó a Severus sobre sus miedos iniciales de quedarse solo en los dormitorios, y su actual deseo de que los demás chicos no estuvieran. Le explicó, lloroso, su miedo de que la noticia de su nuevo embarazo se hiciera pública antes que estuviera preparado, y de su recién descubierta necesidad de levantarse antes de amanecer, sólo para asegurar la seguridad de su hija. Le describió, tan bien como pudo, cómo se sentía cuando ella se movía en su interior.

Luego le suplicó a Severus que continuara siendo su amigo, porque no tenía a nadie más. Porque no se sentía tan cercano a los otros como una vez había estado. Porque lo amaba, y no sólo como una relación sentimental, sino como un amigo. Como alguien que era muy importante en muchos niveles. Como alguien en quien había aprendido a confiar y con quien disfrutaba compartir su tiempo. Y le hería ya no tener a nadie con quien experimentar eso, y no sabía como Severus lo lograba cada día; y que deseaba ser fuerte pero sabía que no lo era. Sabía que, sin importar cómo, necesitaba a Severus en su vida, de una forma o de otra.

Y, al final de su perorata, respiró profundamente y se derrumbó en la silla, de alguna forma sintiéndose mejor al poder sacar todo eso de su pecho.

El corazón de Severus, sin embargo, se estaba sintiendo muchísimo más pesado.

ººººº

Hermione y Ron se acurrucaron bajo las mantas de felpa. Él jugaba ociosamente con un mechón del cabello de ella. Era un fin de semana de salida para Hogsmeade, justo antes de Halloween, y había preferido quedarse y disfrutar de su mutua compañía. Completamente agotados y extremadamente saciados, habían colapsado uno en brazos del otro, y así es como habían permanecido, en confortable silencio, por casi una hora.

-¿Crees que esté bien?- ronroneó Hermione eventualmente, hundiendo la nariz en el hombro de Ron.

-¿Hmmm?

-Harry- aclaró ella-. ¿Crees que esté bien?

Ron abrió los ojos perezosamente.

-¿Harry? Sí, supongo…- bostezó, antes de sonreírle-. ¿Qué haces pensando en él justamente ahora , luego de lo que acabamos de hacer¿No estarías pensando en él mientras nosotros…

-¡Ron!- gritó ella, indignada, golpeando su pecho desnudo-. Estoy seriamente preocupada por él.

Ron puso el rostro serio.

-Disculpa, Mione- enroscó su cabello entre sus dedos, maravillado de su suavidad-. Creo que él está bien. Es fuerte.

Hermione suspiró y se enderezó hasta quedar sentada.

-¿Pero es lo bastante fuerte como para arreglárselas con todo? Su cuerpo está cambiando… volviéndose más extraño para él día con día… y no tiene a nadie con quien compartir eso…

-¡Nos tiene a nosotros!- Ron sonaba como un niño petulante, incluso a sus propios oídos.

-Bueno… no tanto como acostumbraba- ella le lanzó una mirada acerada-. Debes admitir que últimamente hemos estado más preocupados por nosotros mismos.

Él enrojeció.

-Sí, bien, él tampoco ha estado mucho por aquí. Y cuando está…- dejó de hablar, esperando que su novia llenara los espacios en blanco por si misma.

Como era de esperar, Hermione suspiró.

-Las cosas ahora son diferentes, Ron- dijo exasperada-. Y no sólo porque nosotros estamos juntos… ni porque él está embarazado… aunque ambos factores contribuyen…

Dio una vuelta, de forma que sus pies estaban ahora a un lado de la cama. Se deslizó fuera de la confortable calidez, para gran disgusto de Ron, y comenzó a vestirse, mientras continuaba su discurso.

Ya no tenemos once años, ahora somos adultos. La gente cambia. La amistad… cambia. Éste iba a ser un año difícil, sin importar las circunstancias que nos rodearan- ante la triste mirada de su amado, emitió una sonrisa y se inclinó para besarlo-. Eso no quiere decir que no sigamos siendo cercanos, Ron- aquí, alborotó su cabello con afecto-. Harry sabe que nos preocupamos profundamente por él, de la misma forma que yo sé que él se preocupa por nosotros. Es sólo que… tenemos menos tiempo para comunicarnos. Y eso sería así aunque los EXTASIs fueran nuestra única preocupación.

El menor de los varones Weasley pareció vagamente aplacado.

-Supongo- replicó eventualmente, saltando de la cama-. Creo que tienes razón en…- embutió sus piernas con rapidez en un arrugado par de pantalones-. Quizás deberíamos… ya sabes… ver si está bien. Esa serpiente que le dimos no puede ser siempre la mejor compañía del mundo.

Frunció el ceño mientras decía eso, pensando en los numerosos casos en que había descubierto a la pequeña bestia merodeando alrededor de sus tobillos, o enroscada en su recientemente vacía asiento, rehusando a moverse cuando el regresaba. Harry siempre encontraba eso divertido. Ron todavía no veía por qué.

Jaló una camisa, sin preocuparse demasiado de que estuviera arrugada. Una vez completamente vestidos, la pareja regresó a la sala común de Griffindor. Como era previsible, estaba casi totalmente vacía, excepto por unos pocos alumnos de primero y segundo año esparcidos por el lugar, luchando con sus tareas atrasadas, la mayoría de Snape.

-Ey- llamó Hermione, distinguiendo a un alumno de Segundo que conocía-. ¿Has visto a Harry? Él no fue a Hogsmeade¿verdad?

-El muchacho, un primo lejano de Hermione, sacudió la cabeza.

-La última vez que lo vi iba camino al campo de Quiggitch- el niño se encogió de hombros-. Pensaba que lo había dejado.

Ron y Hermione intercambiaron miradas preocupadas.

Ella fijó su atención una vez más en su primo y forzó una sonrisa.

-Probablemente sólo tiene nostalgia. O está dando consejos a algunos principiantes.

Y esperaba, rezaba en realidad, porque todo fuera así de sencillo.

ºººººº

Draco planeaba en el aire, saboreando la sensación de ingravidez que siempre le acompañaba cuando volaba. No había nada que se le igualara, decidió. El viento siempre traía un brillo fresco y saludable a sus mejillas, y la adrenalina corría dejándolo preparado para afrontar cualquier cosa. No había problemas una vez que estaba en el cielo. No había tensión. Ni remordimiento. Era solo él y su escoba contra el horizonte sin fin.

Pero al regresar a la tierra… era una historia completamente diferente.

Harry había estado evitándolo. Sabía que ellos nunca habían sido amigos, y definitivamente nunca volverían a ser amantes, pero una parte de él había esperado, todavía esperaba, que pudieran construir algún tipo de relación civilizada.

Después de todo, no tenía muchas personas que se relacionaran con él. Sus padres, por muy malvados que hubieran sido, ya no estaban ahí para él. Muchos de sus amigos Slytherin habían sido obligados a tomar la marca o la habían tomado voluntariamente, y ahora estaban muertos o pudriéndose en Azkaban.

Y Snape… bien… él no estaba demasiado impresionado con Draco en esos días. Se había enterado de las circunstancias detrás de la concepción del niño de Harry y había hablado con el al comienzo del periodo de estudios, un día después de clase.

Así que Draco estaba relativamente solo, con la excepción de unos pocos Slytherins y Ravenclaws.

Una figura solitaria en las gradas del campo capturó la atención de Malfoy y lo sacó de sus reflexiones. Enfocó la mirada, para distinguir que la solitaria figura no era otro que Harry-coñazo-Potter.

Permaneció en el aire un instante más, ponderando los pro y los contra de descender en picada sobre el otro chico, antes de tomar una decisión. Descendió con elegancia hacia los asientos.

-Potter- saludó, sentándose al lado del Gryffindor.

Harry asintió en respuesta.

Malfoy.

Draco notó la melancólica mirada que Harry lanzaba a su escoba. Vagamente, sintió una punzada de culpa ante eso.

-¿Lo extrañas mucho?- hizo la pregunta sin pensar, sus ojos enfocados en el distante poste de gol.

-Sí…- la respuesta de Harry fue tan suave que casi no la escuchó.

Él se movió en el asiento, girándose para encontrarse con los tristemente célebres ojos verdes. "Aparentemente, iguales a los de su madre", habló la traidora voz en su cabeza. Él la desechó.

-Te ves bien.

Se hubiera golpeado a si mismo. Tan estúpido era lo que acababa de decir.

Harry intentó una sonrisa irónica, y palmeó el sobresaliente bulto que era su hija.

-Eso me dicen todos.

Los ojos de Draco persistieron en el abdomen de su antiguo adversario. Su condición se estaba haciendo más obvia.

-¿Alguien ha hecho comentarios sobre tu… crecimiento?

-¿Alguien lo ha comprendido, querrás decir.

El rubio asintió.

Harry suspiró.

-No creo, mi túnica lo oculta habitualmente- hizo un gesto al azar-. Pero muy pronto, no se va a poder hacer mucho para evitarlo.

-Jodido¿eh?

Eso consiguió una pequeña pero genuina sonrisa.

-Sí- dijo Harry-, podría decirse.

Draco sonrió, y permanecieron sentados en silencio unos cuantos minutos.

Snape me arrinconó al principio del año- empezó el rubio con cautela, esperando calibrar la reacción del Gryffindor. Por el momento se estaban llevando bien y no quería un retroceso justo ahora. Cuando el otro ni siquiera se estremeció, continuó-: No estaba muy contento conmigo…

Harry miró hacia el campo de Quidditch.

-¿Puedes culparlo?

-No. Pero esperaba que fuera más fácil para ti- Draco lo miró, complacido al ver la genuina sorpresa en el rostro de Harry-. Creo que, después de todo, ese era mi plan.

-Él fue… bien… amable, en realidad- admitió Harry-. Una vez que tuvo tiempo de adaptarse, quiero decir.

-¿Oh?- en cierta forma, Draco estaba celoso. Sabía que no tenía derecho a sentirse así… pero todavía le hería escuchar que su Jefe de Casa daba un tratamiento preferencial al Niño de Oro de Gryffindor.

-Él estaba sorprendido- Harry movió la cabeza-pero la quiere. Como si fuera propia, lo cual es bueno para ella- atrapó la expresión en el rostro de su rival y se encogió de hombros-. Lo cual no impidió que fuera un poco… desagradable conmigo.

Eso pareció aliviar un tanto a Draco. Harry había actuado mal y Severus lo i había /i reconocido. Ahora parecía un poco más justo.

-Bueno, eso es mejor de lo que suponías…

-Supongo- Harry se removió incómodo. En realidad, él había supuesto que sería mucho mejor.

Serpiente, percibiendo la agitación de Harry, emergió de debajo de su túnica.

-¿Todo essstá bien, Harry?- preguntó, sus ojos como cuentas fijos en Draco. No olía peligro… pero el otro era mago, y podía estar desviando los sentidos de ella.

Harry alargó la mano y acarició las escamas de su cabecita. Ella disfrutó la sensación.

-Todo essstá bien- le dijo, maravillándose de cuánto había crecido. ¿No era una serpiente totalmente desarrollada cuando la recibió? Después de todo, había tenido un dueño antes… aunque, si había estado encerrada en un lugar pequeño, puede que su crecimiento hubiera sido restringido… Y, al estar en un lugar más abierto, se había adaptado…

-¿Y el mago?- preguntó el animal, deteniendo sus reflexiones-. ¿Te essstá caussando problemass?

Él sacudió la cabeza.

-Draco essstá bien, puede ssser un poco molesssto, pero no esss una amenaza.

Ella aceptó su explicación, pero no obstante, se movió para acurrucarse sobre su regazo como medida de precaución.

-Linda serpiente- comentó Draco, quien había observado la exhibición en un silencio intimidado. ¡Cuánto hubiera deseado entender ese lenguaje!

-Gracias. Es un tanto sobre-protectora- Harry acarició suavemente las escamas-. Aunque estoy seguro que será una niñera efectiva.

Draco sonrió ante eso. Él había tenido una serpiente una vez, antes que su padre se la entregara al Señor Oscuro. Una pareja para Nagini, había dicho. Pufff.

-¿Puedo?- preguntó, anhelando sentir la ondulación de las escamas bajo la punta de sus dedos.

Harry dio su consentimiento y, tentativamente, corrió un dedo largo y pálido por toda su longitud. En ese momento, fue interrumpido por el sonido de pasos acercándose.

-¿Ey, que estás haciendo aquí?- preguntó una voz acusadora detrás de él. No había que ser genio para adivinar a quien pertenecía esa voz.

-Ron- lo amonestó Granger-. Él tiene tanto derecho a estar aquí como nosotros.

-Pero Harry…

-Es un chico grande y puede decidir por si mismo con quien quiere hablar- Draco luchó contra la urgencia de reír ante la condescendencia con que ella trataba a su novio. Pero lo que realmente le divertía era la facilidad con que Weasley lo aceptaba.

-Lo siento.

Ella suspiró.

-Discúlpate con Harry, Ron. No conmigo.

-En realidad, ambos deberían disculparse con Draco- Harry alzó la voz. Draco se giró para encontrar que Harry estaba de pie, su túnica rápidamente asegurada alrededor de él, ocultando se panza embarazada. Seguramente sus amigos sabían…

-No es bueno para el bebé que me sienta frustrado, y que ustedes dos sigan discutiendo es frustrante.

Ahí estaba la respuesta de Draco. Levantándose del asiento decidió, como un verdadero estilo Slytherin, manipular el escenario para su ventaja.

-Miren, yo mejor me voy¿vale? No quiero causar problemas- Y, se dio cuenta con un sobresalto, estaba siendo completamente honesto.

-No deberías…

-No, Harry, está bien- sintió un estremecimiento de placer cuando vio la atónita expresión en el rostro del pelirrojo-. Ese ensayo de Pociones no se va a escribir solo- se giró hacia los otros dos y, deliberadamente, dio un tiro de despedida, sabiendo que los iba a golpear donde más dolía-. Ron, Hermione- y con un final asentimiento en su dirección, y un saludo de despedida a los tres, montó en su escoba y se alejó volando, esperando hasta estar a una distancia segura antes de estallar en una risa sorpresivamente alegre.

De regreso a las graderías, Ron estaba hirviendo de furia.

-Ese baboso, no…

-¡Ron, él estaba siendo agradable!

Él giró su mirada furiosa hacia su novia.

-¿Y no crees que hay algo un poco mal en eso?

En realidad, ella lo encontraba bastante sospechoso, pero sabía que discutir eso en frente de Harry era mala idea. Sólo serviría para distanciarlos aún más, y sentía que a Malfoy eso lo complacería.

-Ron- hizo un nuevo intento-, no vinimos para discutir sobre Malfoy. Vinimos a pasar un rato con Harry.

-No quiero que se sientan obligados…- Harry intentó interrumpirla. Fue cortado por Hermione quien se mostró, naturalmente, horrorizada por la sugerencia de que estaban allí sólo porque sentían que era una obligación.

-¡Harry!- ella jadeó, acercándose para abrazarlo-. ¡Nunca vuelvas a repetir algo tan horrible! Nosotros vinimos porque extrañamos tu compañía- lo abrazó más apretadamente. Por lo visto, este año no hemos podido coordinar. Quiero decir, no has estado por ahí cuando te hemos buscado e imagino te ha pasado a ti con nosotros.

Él rara vez los había buscado, pero de todas formas asintió. Era lindo poder verlos en privado de nuevo.

Ahora- agregó ella, tranquilizándose-¿cómo está esa pequeña tuya?- colocó sus manos en su estómago, la gruesa lana de la túnica amortiguaba la mayoria de las sensaciones-. Debe ser una experiencia extraordinaria…

-¡Ey!- la interrumpió Ron, entrando en pánico ante el brillo en los ojos de la chica-. No empieces a cloquear. Mis padres me matarían. ¡ Tus padres me matarían!

Harry lanzó una carcajada, y eso hizo que el bebé se removiera. Ya estaba en su séptimo mes, y su niña pateó de una forma despiadada, tanto que Hermione lo sintió a través de la túnica.

-¡Oh!- exclamó, quitando la mano, sorprendida.

Él lanzó una risita.

-Creo que la desperté.

-¡Es asombroso!

Harry asintió, ampliando su sonrisa.

-Sí- frotó su abdomen-. Pero, Merlín, a veces es doloroso…

Ella rió y continuó palmeando el estómago de su amigo. Él resplandeció y contestó sus preguntas con regocijo. Ron intervino cada vez que le fue posible.

No, no era como en los viejos tiempos, pero era agradable para los tres. Incluso Serpiente se divertía, aunque acosando a Ron.

Estuvieron allí sentados por horas, hablando de todo y todos. Harry incluso habló sobre Severus y les contó a sus amigos, con un regocijo apenas contenido, todo acerca de sus últimos intentos por recuperar su amistad.

Hermione y Ron intercambiaron miradas de duda, pero aparentemente apoyaron la decisión de Harry. Quién sabe, quizás Snape sinceramente estaba haciendo un esfuerzo.

El sol comenzó a descender por el horizonte y Hermione se levantó. Hizo una mueca de dolor mientras sus músculos se estiraban y sus huesos crujían.

-Vamos, ya es tarde- le dijo a sus compañeros, ofreciendo una mano a Harry para ayudarlo a levantarse. Él la tomó y se enderezó

-Gracias.

Ella le sonrió.

Recorrieron penosamente el camino de regreso al Castillo, Ron y Harry hablando a un tiempo.

-¡Estoy muerto de hambre!

-¡Podría devorarme un pollo!

Aquí, Hermione le lanzó una mirada interrogante al adolescente de pelo negro-. ¿Te refieres a que devorarías la pechuga del pollo¿O el muslo?

Él la miró como si pensara que la chica estaba total y completamente demente.

-No… el pollo entero- palmeó su barriga-. Debo alimentarme por dos.

Ella arqueó una ceja. Eso sonaba como si fuera a comer por doscientos. En su sabiduría, sin embargo, contuvo su lengua y siguió a los muchachos hasta el comedor.

ººººº

La Navidad se fue acercando rápidamente, y con ella la fecha del parto de Harry. La línea de su cintura había desaparecido por completo y ya no era capaz de ocultar su condición detrás de las túnicas. Afortunadamente, en vista que el clima se hacía cada vez más frío, podía llevar túnicas más grandes y gruesas sin levantar sospecha.

Pero aún así, la gente preguntaría cuando él empezara a caminar por la escuela llevando un bebé.

Estaba comenzando a entrar en pánico, preguntándose si sería buena idea dejar que la verdad saliera a la luz y permitir que la gente se adaptara antes de la salida de su hija al Mundo Mágico.

Ensimismado en sus pensamientos, no estaba pendiente de por dónde caminaba , o más bien andaba como pato, que lo que él hacía no se podía llamar caminar, por lo que fue directo contra otra persona.

-Auch.

-Lo lamento.

-Mira por donde caminas, Potter.

En eso, levantó la vista hacia el otro chico. Era un Slytherin de sexto año, uno cuyo padre había sido sentenciado a Azkaban después de la batalla final. Aunque era más joven, era más alto que Harry, y no sonaba, ni se veía, demasiado amistoso.

-De verdad lo lamento… no quise…

El Slytherin miró alrededor y notó que estaban solos. Rió y dio un amanezador paso al frente.

-¿No hay nadie que te proteja, Potter?- otro paso-. ¿Nadie que te escuche gritar?

Los ojos de Harry se ensancharon. Ese chico quería dañarlo. ¡Dañar a su hija¿Por qué habría dejado a Serpiente ir a cazar ratones? Ella le habría picado si quería atacarlo.

-Mira, realmente no quise…

-¿Oh, no quisiste mandar a mi padre lejos¿Arruinarlo?

-Tu padre era un Mortífago, merecía lo que le pasó- soltó Harry de forma automática.

-Bien, yo creo que tú mereces lo que te va a pasar.

¿Era demasiado tarde para señalar que realmente era a Neville a quien este niño quería? A juzgar por la mirada en su rostro, sí lo era.

-Ey- otra familiar , y enojada, voz entró en escena-. ¿Qué te crees que estás haciendo?

El chico de sexto sonrió

-¡Malfoy¡Que oportuno¡Estoy cobrando venganza por lo que Potter hizo a nuestras familias!

-Timms, idiota, ellos merecían lo que les pasó- Draco arrastró las palabras mientras se acercaba, con la varita en la mano-. Y si fueras más inteligente, sabrías que yo peleé contra ellos también- convocó la varita del otro chico y la partió en dos, antes de petrificarlo y girarse hacia Harry. Se suavizó de inmediato, sintiendo la angustia del adolescente embarazado-. ¿Ey, estás bien?

Harry trató de asentir, pero encontró que estaba demasiado impactado hasta para hacer eso.

¡Había estado débil e indefenso frente al peligro¡Quien sabe que horrores pudieron haberle ocurrido si Draco no le hubiera ayudado¡Y ni siquiera había pensado en sacar la varita¡Oh, no era apto para ser padre¡No lo era!

Las lágrimas bajaron a raudales por sus mejillas y cayó sobre sus rodillas, apenas registrando los brazos que le rodeaban, evitando que se golpeara contra el suelo. Permitió que el pánico lo abrumara, y pronto el mundo a su alrededor se oscureció.

Despertó, horas más tarde, en una habitación extraña, en una cómoda cama. Al principio se desorientó, antes de recordar lo que había pasado. Sus manos volaron hacia su abdomen, y suspiró con alivio cuando sintió que su hija se movía con él. Pero no merecía tenerla… ¡No sería capaz de protegerla!

-Dessspertasste- fue Serpiente quien habló. Estaba a su lado, claramente en posición de ataque hacia cualquiera que intentara moverla.

-Sí- contestó, todavía sintiéndose un poco mareado. Los efectos secundarios del calmante que le habían administrado-. ¿Dónde estamos?

-En esste momento esstamoss en losss dormitorioss de tu pareja.

El joven estaba ligeramente confundido.

-¿Mi pareja?

-El Professsor de Pocioness- le aclaró-. Él sssalió…essstaba preocupado. Esstá por todasss partess.

-¿El qué?

Ella emitió un sonido que recordaba a un suspiro de frustración.

-Sssu preocupación- se acercó más-. Yo también essstaba preocupada. Mi trabajo era protegerte…

Harry le lanzó una pequeña sonrisa y acarició sus escamas.

-No fue tu culpa, Ssserpiente. Yo debería haber sssido máss precavido.

Ella protestó, saliendo fuera de la cama de cuatro postes.

-Era mi deber.

Se deslizó dentro de la otra habitación y regresó momentos más tarde en brazos del Maestro de Pociones. Severus se veía cansado y también aliviado.

-Le dio un buen susto al joven Malfoy.

Harry apartó la mirada.

-No debería haber bajado la guardia.

-Usted no tenía razón para creer que sería asaltado justo bajo la nariz del Director.

-Soy el condenado Niño Que Vivió. Esa es razón suficiente.

Severus se sentó en la cama.

-Harry- levantó la barbilla del joven mago, de forma que sus ojos esmeralda, llenos de lágrimas, pudieran ver la preocupación y sinceridad en los propios-. No debes ser tan duro contigo mismo. Se supone que Hogwarts es un sitio seguro, especialmente después de la derrota del Señor Oscuro.

-Pero yo debería haber sabido que todavía quedan muchas personas allá fuera que buscan venganza.

-Fue un estudiante de mi propia Casa, Harry. Si alguien debería haber notado sus intenciones soy yo.

Harry fue tomado por sorpresa por el afligido tono de Severus.

-¡No puede creer que podía haberlo sabido!

Snape sintió que una sonrisa se arrastraba a sus labios.

-Y por ese razonamiento, tú tampoco- colocó una tentativa mano sobre el estómago de Harry y sintió en sus labios un tic nervioso cuando el débil repiqueteó comenzó a golpear contra su palma-. Ambos están seguros y se le ha agradecido a Draco por ayudar…

-¿Todavía lo odia¿Por hacerse pasar por usted y todo eso?

Harry se estaba sintiendo mejor. Se alegraba de que Severus no lo culpara por poner a su hija en peligro, y ya no tenía ese sentimiento de culpa. También le alegraba que, lentamente, estuvieran reconstruyendo su amistad, era bueno tener de nuevo al mago mayor a su lado. Era tranquilizante, y hacía que se sintiera fuerte de nuevo en su interior.

-Esa es una pregunta difícil de responder…- Severus suspiró, pellizcando el puente de su nariz mientras pensaba-. Para empezar, nunca odié al señor Malfoy por sus acciones. Me decepcionó, sí. Sin embargo, aún siendo altamente ilegal, su… comportamiento me concedió una oportunidad que nunca creí poder recibir- miró detenidamente el abdomen de Harry, antes de regresar a los ojos del joven mago-. Y, aunque me resista a admitirlo, fue la intromisión del señor Malfoy la que nos obligó a ti y a mí a trabar amistad, aunque la manera haya sido muy poco convencional.

Harry no pudo detener la sonrisa que se estaba formando en su rostro. ¡Snape estaba contento de que fueran amigos! El pensamiento lo llenó de calidez y felicidad.

-Gracias, Severus…- dijo, colocando su mano sobre la del Slytherin-. Yo también me alegro por todo lo que pasó.

Sabía que sonaba tonto, lo sabía, pero estaba demasiado absorto en su alegría como para que le importara.

¡Severus estaba contento de que fueran amigos!

¡Él le preocupaba sinceramente!

Cuando Harry se acostó a dormir esa noche, lo hizo completamente, soñando con ojos de obsidiana y una suave esencia de madera de sándalo.

ººººº

-¡Albus, debemos hacer algo para garantizar su seguridad!- Severus paseaba de arriba abajo por la oficina del Director-. La serpiente por si solo es claramente insuficiente. Si Malfoy no hubiera estado por allí… - se calló, ni siquiera quería pensar sobre lo que podría haber pasado. Prefería que la vieja foca llenara los espacios en blanco.

-Severus, cálmate…- Dumbledore lucía viejo y cansado-. Harry está seguro donde está. Lo de hoy fue un desafortunado incidente, sí, pero ya nos encargamos del joven Timms…

-¿Seguramente no creerás que es el único?- Severus estaba horrorizado.

Se vio a si mismo siendo un niño, en la misma oficina, después de la broma de Black, escuchando las palabras tranquilizadoras y promesas de Dumbledore acerca de que no volvería a pasar nada igual.

Con un sobresalto, se dio cuenta que esa noche estaba haciendo lo mismo. Harry ya no le era necesario, así que su seguridad era simplemente un asunto más. Aunque Timms había sido expulsando mientras que Black no, nada más había cambiado. El Director estaba colocando en peligro a otro miembro de la línea Snape, aunque ni siquiera lo supiera.

Sonrió para si mismo. Si Albus supiera…Quizás debería, con el tiempo… pero, oh, si sólo supiera cómo está repitiendo la historia… ¿Jadearía por la impresión¿Sentiría culpa?

-Mi querido muchacho, me alegra que hayas dejado a un lado tu animosidad contra el joven señor Potter, pero cuestionar mi autoridad…

-Discúlpame, Albus- Severus ocultó una sonrisa sarcástica y formó un rápido plan en su mente-, pero yo me preocupo por la bebé. Imagina que le pueda pasar algo una vez haya nacido. Muchos de los enemigos de Potter que siguen libres simplemente babearían ante el pensamiento de herir a su heredera. Y, si hay más merodeadores ocultos en Hogwarts, de lo cual no tengo duda, es nuestro deber asegurarnos que no puedan herir a ninguno de los Potter- hizo una pausa, antes de decidir terminar con un ligero comentario-. Y, además de los peligros, debemos considerar las necesidades de los compañeros de dormitorio de Potter. Puede que no aprueben tener una niña llorona compartiendo su espacio para dormir. Debe ser ubicado en otra habitación.

Aquí, Albus sonrió.

-Ah, Severus, creo que tengo la solución…

Mientras abandonaba la oficina del anciano tarde esa noche, Severus suspiró para si mismo. La 'solución' de Dumbledore estaba claramente destinada a recordarle que él estaba a cargo, y era mejor que Severus no cuestionara sus acciones.

Pero lo que él no sabía es que había reaccionado tal como Severus quería.

De este modo, podría pasar más tiempo con su hija.

Albus, definitivamente estaba perdiendo su toque.

ººººº

El fin del trimestre se acercaba y Harry ya no andaba por los corredores solo. Serpiente le acompañaba siempre, así como Ron o Hermione. Severus, siempre que podía, acechaba en las sombras.

Aunque Harry estaba agradecido, no podía evitar sentirse sofocado.

Al menos, pronto llegarían las vacaciones navideñas. Entonces tendría mayor privacidad, especialmente con Ron y Hermione lejos durante las fiestas.

Pensamientos de la Mansión Snape, cubierta de nieve, llenaban su cabeza, y suspiró con añoranza.

Si sólo.

Quizás, ya que de nuevo eran amigos, Severus podría invitarlo a regresar… pero lo veía difícil. El hombre había estado evitándolo de nuevo.

Ciertamente, acechaba en las sombras, asegurándose de que estuviera protegido… pero raramente le hablaba directamente.

Probablemente estaría ocupado poniendo tareas… pero Harry extrañaba su contacto. Así que, la última noche de clases, Harry se encaminó hacia las habitaciones de los Slytherins, escondido bajo la capa invisible de su padre, para garantizar el poder viajar solo. Envió a Serpiente por delante, sabiendo que extrañaba ir de cacería, y dejó a Ron y Hermione una nota , por si lo buscaban. Dudaba que lo hicieran, era su última oportunidad para pasar una noche juntos hasta que reiniciaran las clases, pero la nota estaba ahí, sólo por si acaso.

Verificando que no había moros en la costa, se despojó de su capa y golpeó en la puerta.

-Adelante.

Obedeció.

Severus estaba sentado ante un crepitante fuego, un libro en las manos. Levantó la vista cuando Harry entro, antes de fruncir el ceño al darse cuenta que el chico estaba solo.

-¿Viniste sin escolta?

Harry puso los ojos en blanco, y caminó hacia la silla al lado de su profesor.

-Fue perfectamente seguro- dijo, levantando la capa-. Tenía esto.

Snape frunció el ceño profundamente.

-Muchacho tonto, los otros te escoltan no sólo por un asunto de protección física – alargó el brazo para colocar una mano pálida y elegante en el estómago extremadamente voluminoso de Harry-. Podrías haberte caído o herido, y ni un alma hubiera sabido dónde estabas… o lo que es peor, podrías haber entrado en labor, y de nuevo, nadie podría llegar a ayudarte, pues no hubiéramos sabido dónde estabas, ni cuál era tu condición.

Los ojos de Harry se abrieron. ¡Ni siquiera había pensado en eso!

-Lo siento…no… no pensé- se ruborizó y apartó la mirada-. Yo sólo…te extrañaba- una aguda patada fue clara señal de que no sólo él extrañaba al otro mago. Compartieron una sonrisa-. Te extrañábamos.

Severus separó su mano y asintió.

-De hecho.

Se hizo el silencio. El fuego chisporroteó y Harry siseó feliz. Decidió que, en los aposentos de Severus, estaba en paz.

Recibió otro agudo pinchazo en algún lugar cerca de los riñones. Frotó un punto de su región media con aire ausente. Su hija había estado hiperactiva ese día. Esperaba que no se le convirtiera en rutina… sus entrañas no podrían soportar tal abuso.

-Albus ha sugerido un nuevo arreglo para ti- le informó Severus eventualmente, captando su interés, pues había estado preguntando que pasaría una vez que su niño naciera.

-¿Oh, si?

Snape asintió.

-Te vas a mudar a mis aposentos, ya se ha creado una nueva habitación. Mientras hablamos, las protecciones están levantándose para incluir también una habitación para la niña.

Harry abrió los ojos como platos.

-¿Qué?- preguntó, frotando el sitio donde acababa de recibir otro ataque interno-. ¿Él sabe…?

Severus rió, dejándolo completamente sorprendido.

-No, eso es lo bello de esto. Al parecer, lo hizo como castigo a mis insinuaciones de que no se preocupaba lo suficiente por tu seguridad.

Las palabras del Director hicieron eco en sus oídos.

Viendo como tú y el joven Harry han superado sus diferencias, parece lógico que compartas tus habitaciones con el muchacho, y lo ayudes con su niña.

Severus, naturalmente, había protestado. Si no lo hacía, el viejo zorro entraría en sospechas, y eso lo arruinaría todo.

Harry se alegró de estar sentado, sino podría haberse desmayado de la impresión.

-Eso es… asombroso- reflexionó por un momento-¿cuándo puedo mudarme?

-Tus pertenencias serán traídas mañana. Había planeado darte la sorpresa, después que tus compañeros hubieran partido.

De alguna manera, Harry logró pararse de su asiento y sentarse en el regazo del mago mayor.

-¡Oh, Sever…OUCH!- frotó la base de su espina-. ¡Eso duele!

-¿El qué?- Severus estaba incómodo teniendo al muchacho tan cerca. Quizás fuera una mala idea compartir habitaciones.

-Ella me pateo… realmente fuerte. Ha estado así todo el día.

Snape colocó su mano en el estómago de Harry y el joven hizo una mueca de dolor.

-Harry- se encontró con los ojos del joven mago-. ¿Has considerado la posibilidad de que esas patadas puedan ser, de hecho, contracciones?

El adolescente abrió los ojos.

-Er… no…-sin embargo, eso parecía tener sentido; algunas punzadas habían sido demasiado severas y aisladas como para ser los pies de su hija.

De repente, entró en pánico. ¡No quería que naciera todavía¡No estaba preparado para el dolor¡No le había arreglado la ropa o, peor aún, los muebles¡Dulce Merlín, dónde iba a dormir su niña!

-Potter…Harry- decía Snape-. Respira profundo- en algún nivel, Harry se dio cuenta que estaba hiperventilando-. No hay razón para que te angusties todavía… al menos no hasta que el canal temporal se forme…- para ese momento Harry sabía lo que era experimentar verdadero dolor… y había sangre… mucha sangre…

Se quejó y apretó la túnica de Severus, enterrando su cara en el cuello del hombre.

-No puedo seguir haciendo esto…

Con torpeza, Severus frotaba círculos en la espalda de Harry.

-Tonterías…Toda esta agonía terminará antes que te des cuenta… y recibirás una encantadora bebé a cambio de tus esfuerzos- rodó los ojos mientras hablaba, los recién nacidos eran de lejos, más chillones que 'encantadores'. Rojos, arrugados y chillones. Por otro lado…

-Severus, no puedo… no soy fuerte como tú.

-Potter…- intentó, su tono era de advertencia.

Harry lo ignoró.

-No lo soy. Tú has sufrido a manos de Voldemort más veces de las que puedo imaginar… ¡Y yo tengo miedo de dar a luz¡Soy un cobarde!- otra punzada de dolor, más pronunciada que su predecesora, lo inundó, y él gritó frotando su estómago-. No puedo hacer esto…- derramó lágrimas de miedo-. No puedo…

Severus, desesperado por calmar al histérico muchacho, actuó por instinto, y colocó sus labios con gentileza sobre los de Harry.

No fue sino hasta que tuvo a su hija entre sus brazos a la siguiente mañana, cuando se dio cuenta de lo que había hecho.

Continuará….

Bueno, faltan dos capítulos para que esta historia termine. Mil gracias por sus amables reviews a:

Cerdo Volador, Mis Andreina Snape, Sheyla Riddle, terci SScloe, Mariet Malfoy Snape, Gala SnapeTammy H. de Kinomiya. Las queremos

Y no se preocupen, también los queremos a ustedes aunque no pongan comentarios.

Besitos mil.