Afterglow

Autora: Molvanian Queen In Exilie, antes llamada Cha Cha Chica

Traductoras: Alima21

Nota: Maria recuperó su máquina, y aunque sigue con mucho trabajo, ya empezó a traducir, así que esperamos poder actualizar un poquillo más rápido, al menos haremos el intento.

Gracias mil por su infinita paciencia.

Afterglow

Capítulo 9

Niña perfecta

Muchas horas habían pasado desde el beso, sin que ninguno de los hombres le prestara demasiada atención. Harry había estado demasiado dolorido la mayor parte del tiempo, y Severus, por su parte, demasiado ansioso por ver llegar a su hija al mundo, como para notar lo que había hecho.

Poppy había sido convocada cuando comenzó a formarse el canal de nacimiento. Pensaron que era mejor que Harry recibiera a su hija en la privacidad de los aposentos de Severus, y no en la arena pública que era la enfermería de Hogwarts.

Dumbledure no sería notificado hasta después que el bebé naciera.

"Deja que el viejo tonto permanezca ignorante" había pensado Severus. Era exactamente lo que merecía. "Omnisciente mi trasero"

Las horas habían transcurrido con una lentitud insoportable. Harry parecía estar en constante estado de dolor. Poppy les aseguró que el primer embarazo era siempre el peor. Severus se preguntó, distraídamente, si ella supondría que pronto habría más.

Al instante en que pensaba eso, miles de imagines no invitadas giraron alrededor de su cabeza. Ahí estaba su Harry; sus ojos esmeralda brillando con diversión contenida, su mano descansando sobre su enorme barriga. Una pequeña con sus ojos y el cabello de Harry tirando de la túnica de su pareja embarazado, mientras otro niño, esta vez un varón, perseguía una serpiente casera alrededor de sus tobillos.

Era la viva imagen de la felicidad doméstica, y eso lo asustó.

-Vamos, Harry, respira para mí….

Vagamente, escuchó a Poppy repetir las palabras que él había utilizado horas antes. Pero, ante la siguiente oración, se puso instantáneamente alerta.

-Ya casi llega, no falta mucho.

Severus se sintió completamente inútil. Aquí estaba, apretando la mano del hijo de su antiguo rival ya muerto, esperando que el chico diera a luz a la hija de ambos, y no podía hacer nada para ayudar.

Sólo podía observar mientras el rostro de Gryffindor se contraía en agonía. Sólo podía escuchar mientras Harry vociferaba y gritaba en busca de alivio. No había nada más que pudiera hacer y eso le frustraba. Era un Maestro de Pociones , por Merlín, pero no había nada que pudiera ofrecer al chico hasta que todo terminara, y para entonces ya sería demasiado tarde. Harry habría pasado por ese terrible dolor, y él lo recordaría por siempre.

Ya no recordaba que todo esto era absolutamente culpa de Harry, algo que el Gryffindor y Draco se habían buscado, y no su culpa para nada.

La mano que lo estrechaba lo apretó, y las uñas, aunque cortas, se sintieron como si penetraran su piel. Pero él apenas lo sintió pues, en ese momento, un llanto bajo y agudo, casi un maullido, había roto el aire, y su corazón se había hinchado.

Por un momento, la mano de Harry cayó sin fuerzas contra la suya, antes que el desganado apretón cayera. Severus miró a Poppy.

-Está bien, Harry, inclínate hacia abajo. Ahora tiene que cerrarse el canal de nacimiento…- le indicó la medibruja, mientras limpiaba a la pequeña y roja criatura que se retorcía en sus brazos, digna heredera de Potter y Snape-. Una tarea simple, al lado de lo que acabas de hacer…

Severus dejó de escuchar cuando Poppy trajo a su hija, envuelta en una cobija de felpa verde, probablemente una lencería de su armario personal, así que la niña pudo reunirse con sus padres… y viceversa.

Alguien jadeó; Severus, vagamente reconoció el sonido como propio. Sin embargo, estaba demasiado preocupado por la niña que ahora descansaba contra el pecho de Harry. Era rosada, y arrugada, y definitivamente no semejaba a nada humano pero… para Severus, ella era perfecta.

Bueno, casi perfecta. Parecía que, desafortunadamente¡había heredado su nariz! Harry también había notado el rasgo facial¿cómo no hacerlo, y sonrió cansado al mago mayor.

-Ella es tuya, definitivamente- bromeó, acariciando con cuidado la nariz de la bebé con la punta de su dedo-. Es tan mona…

Severus sonrió. ¿Mona?. Harry estaba claramente alucinado. Poppy debía haberle deslizado unas cuantas pociones.

"Aunque" , pensó, girando la mirada de nuevo hacia su hija, "en ella la nariz Snape no podría verse tan mal…"

Todavía era difícil de decir… quizás, en unas cuantas semanas, ella crecería… incluso puede que la favoreciera… Merlín, esperaba que sí.

-¿Quieres cargarla?

Snape lo miró, su rostro desprovisto de emoción.

-Hmmm.

Mientras le ofrecía a la pequeña con cuidado, la sonrisa de Harry se ensanchó ligeramente.

-¿Quieres sostener a tu hija?

-Por supuesto- Severus se recuperó en segundos. Con cuidado, retiró el pequeño bulto de los brazos del joven e, instintivamente, la apretó contra su pecho.

Ella era tan pequeña… tan frágil… tan ligera…

Tan suya

Al sentir el peso de la mirada de Severus, ella abrió sus ojitos y lo miró a su vez, haciendo que él se quedara sin aliento.

¡Sus ojos¡Nunca había visto un color tan oscuro en los ojos de un bebé! En algún nivel, había imaginado que ella heredaría sus ojos, pero no se había preparado para una mirada tan fija. ¡Por Merlín, si apenas tenía unos pocos minutos de vida¿Su propia mirada habría sido tan impasible a esa edad¿Sus propios ojos habrían transmitido tanta inteligencia como la que tenían los de ella?

Estaba ligeramente perturbado, pero satisfecho al mismo tiempo. Después de todo, los ojos de Lily no hubieran sido ni de cerca apropiados para su hija.

No; esta pequeña era una Snape hasta la médula. Y, aunque estaba seguro que heredaría algunas de las características de Harry, sabía que haría justicia al apellido Snape. Y sería una Snape por derecho. Harry y él ya habían tomado esa decisión…aunque temían la reacción que esto provocaría.

Esto lo habían decidido a insistencia de Harry. Aunque se preocupaba profundamente por el recuerdo de su padre, despreciaba la persecución de que era objeto el apellido Potter. Por supuesto, el mundo entero sabría que descendía del linaje Potter, pero el apellido Snape demandaba un respeto de privacidad que el de Potter no.

-Felicitaciones, Severus- Poppy se paró a su lado, para observar a la niña-. Es definitivamente extraordinaria.

Él ofreció a la mujer una fugaz sonrisa.

-Gracias.

-¿Y su nombre?

El Slytherin abrió la boca para contestar, y dudó. Aunque ya habían decidido en nombre varias semanas atrás, sentía que Harry merecía decirlo al final.

-Eso- comenzó calmadamente, su mirada enfocada en su hija- lo debe divulgar su otro padre

Poppy rió y asintió en dirección a Harry.

-El pobre está agotado- comentó-. Ya se durmió. Dudo que sea capaz de hacer ninguna declaración por un buen rato.

Severus la sorprendió, sonriendo.

-Entonces, esperaremos…

ººººº

Harry despertó muchas horas después, a la puesta del sol. Primero se desorientó, y luego se alarmó, al ver que su bebé ya no estaba dentro de él. Pero lentamente, los recuerdos regresaron y cerró los ojos, permitiendo a su cerebro procesar la información.

Era oficialmente un padre. Había dado a luz a una pequeña y perfecta niña.

Su sonrisa de alivió se convirtió en una mueca de dolor; oh, como dolía la parte baja de su cuerpo. El canal de nacimiento estaba reparándose por si mismo, regresándolo a ser un hombre relativamente normal de nuevo, y ocasionando una gran cantidad de incomodidad al hacerlo.

Pero, de todas las sensaciones y recuerdos que fluían a través de él, había una que prevalecía sobre todas las demás: Severus le había besado.

Había bajado sus labios y hecho que la mente de Harry tambaleara. Luego había sido una lengua, fría y suave, presionando con gentileza contra sus labios, suplicando la entrada… Y él, Harry, se la había concedido.

El beso no había sido abiertamente apasionado, pero se i había /i sentido genuino.

Y había sido bueno.

Harry lamió sus labios.

Oh, Merlín, había sido muy bueno.

-¿Cómo te sientes?

La voz de Severus lo sobresaltó, sacándolo de sus reflexiones, y sintió que sus mejillas se encendían involuntariamente. Después de todo, el hombre podía leer las mentes. Aclaró su garganta.

-Como si me hubiera arrollado el Autobús Noctámbulo antes de ser pisoteado por un Hipogrifo- eso le consiguió una leve sonrisa y el emitió a su vez una propia-. He sobrevivido a peores cosas.

-De hecho- Severus se movió a los pies de la cama y se sentó suavemente-. El salvador surgiendo de nuevo.

Harry acercó el rostro.

-¿Tenías que decir eso?

-Sí.

-Eres imposible.

-Ya me lo habían dicho.

Harry sacudió la cabeza, sonriendo de nuevo, luego miró alrededor del cuarto.

-¿Dónde está ella?- sus ojos, según pudo ver Severus, brillaron con orgullo interior.

-En la guardería, durmiendo profundamente.

-Oh.

-Pronto despertará para pedir de comer- el pulgar de Severus estaba frotando en círculos sobre el de Harry. Se dio cuenta, distraídamente, pero no se detuvo-. Ya la alimenté la primera vez… no me pareció justo despertarte.

-Oh…- Harry estaba pendiente del esbelto dedo que acariciaba el suyo-. Err, gracias- su piel hormigueó.

-Madame Pomfrey preguntó por su nombre.

-Ah…- el joven mago luchó por apartar la mirada de los labios de Severus-. ¿Le dijiste…?

Severus contestó antes que la oración fuera completada.

-No- hizo una pausa, como si considerara las ramificaciones de la siguiente declaración-. Sentí que ese privilegio te correspondía.

Los ojos esmeraldas, brillantes de adoración, se encontraron con los obsidiana.

-Severus, yo…

-No- Severus liberó la mano de Harry y se levantó abruptamente. Ante la dolida mirada del muchacho, suspiró y volvió a sentarse-. No todavía.

¿Por qué, oh, por qué? tenía que estar dándole continuas esperanzas al mocoso?

-Pero yo

-Lo sé, Harry- la respuesta fue, quizás, un poco más áspera de lo que hubiera querido, así que suspiró de nuevo-. Simplemente, ahora no es el momento adecuado.

Harry hizo un puchero. ¿Cuándo sería el 'momento adecuado' entonces¿Y si Snape estaba negado a discutir sus sentimientos, i qué /i , exactamente, había significado ese beso? Por no mencionar el toque, y las significativas miradas…

-Severus- trató de nuevo-, por favor…

El hombre mayor pellizcó el puente de su nariz y cerró los ojos. Era una señal de advertencia.

-Déjalo así, Potter, al menos por ahora.

Harry iba a insistir con el tema, pero fue distraído por un sonido extraño. Pronto se dio cuenta que era el llanto de su hija y se movió para buscarla. Unos brazos largos, pálidos y sorprendentemente fuertes lo presionaron para que volviera a acostarse.

-Todavía no estás bien para levantarte- explicó Severus, mientras salía de la habitación. Pronto regresó con la bebé, llevando un biberón en su mano libre. Colocando el tetero en una mesa cercana, se sentó suavemente al lado de Harry.

En momentos, había entregado la sollozante pequeña a los brazos del joven, ayudándolo a sostenerla correctamente, de forma que su cabeza estuviera apoyada apropiadamente.

Harry saboreó la sensación de los brazos de Severus rodeándolo, pero descubrió que su atención pronto estuvo enfocada exclusivamente en la bebé en sus brazos.

Todo sobre ella le intrigaba, desde sus diminutos dedos hasta su no tan diminuta nariz. Realmente era grandiosa.

Había tardado en comprender que ella era verdaderamente suya.

Suya y de Severus.

Su perfecta niñita.

Cualquier temor de que Severus la pudiera despreciar desapareció. Después de todo¿cómo podría tener ni siquiera antipatía hacia un ángel como ella?

Harry levantó la mirada, sumergiéndola en los ojos del hombre mayor, buscando su confirmación. No tuvo que investigar mucho pues, en los oscuros ojos de Severus, se descubría fácilmente la admiración y el deleite por su hija.

-No me arrepiento…- las palabras dejaron sus labios sin pensarlo siquiera.

Severus arqueó una ceja mientras le entregaba el biberón.

-¿Cómo?

El joven sintió que el color subía a sus mejillas.

-Yo sólo… no quise decir…- regresó su mirada a su hija, quien ahora succionaba ruidosamente del biberón-. Yo… bien… hasta ahora… había dudado… de todo, en realidad. ¿Yo sería demasiado joven¿Estaría complicando tu vida¿Sería justo traerla al mundo cuando no podía darle la vida que merecía?- suspiró y se movió a una posición más cómoda, sin apartar los ojos de la pequeña-. Pero ahora… no puedo evitar ser egoísta… no puedo arrepentirme… de haber hecho lo que hice.

Después de soltar su largo discurso, Harry sintió como si un peso se hubiera quitado de sus hombros.

Severus asintió sabiamente. Sabía exactamente cómo se sentía Harry.

-Disculpe, señor- lo interrumpió una voz-, pero hay varios estudiantes en la puerta.

Quien hablaba, era el retrato que resguardaba la entrada a los aposentos de Snape. A Harry le recordó a Sir Cardogan, a pesar del hecho de que el del retrato era claramente un mago notable, y no un hiperactivo e iluso rey.

Severus giró el rostro hacia el cuadro, ese portero tenía el hábito de la discusión.

-Gracias, Lord Brychan… Aunque, preferiría que los despidiera. Estoy muy ocupado en este momento.

Lord Brychan sacudió la cabeza.

-Eso no va a servir. Son inflexibles en su deseo de hablar con usted- miró fijamente, apuntando en dirección de Harry-. Creo que quieren averiguar sobre el joven Amo Potter.

Los ojos de Harry se abrieron. ¡Por supuesto!. No le había dicho a nadie, ni siquiera a Serpiente, sobre sus planes de visitar a Severus la noche anterior.

-Whoops….

Snape, leyendo correctamente la reacción de Harry, le lanzó una mirada fulminante. Levantándose, se volvió de nuevo hacia el retrato.

-Muy bien, déjelos entrar. Los recibiré en la salita. Y tú- se giró hacia Harry, quien en ese momento, con mucho cuidado, estaba intentando hacer eructar a su hija- tienes muchas explicaciones que dar.

-Lo sé…- Harry desvió la mirada e hizo un puchero, pero no tuvo el efecto deseado.

-Potter- Severus suspiró-. No voy a presentar ninguna clase de excusa en tu nombre. Mi opinión sobre tu secreto quedó perfectamente clara anoche.

Harry sabía que no tenía caso discutir con él, así que asintió sombrío y empezó a acunar a su hija mientras Severus abandonaba la habitación.

ººººº

Hermione se paro de un salto y se lanzó a los brazos de Severus cuando éste entró en la salita.

-¡Oh, Profesor Snape!- se lamentó, aferrando la túnica del hombre-. ¡No encontramos a Harry por ningún sitio! Hemos buscado por todas partes…- en este punto, hizo un gesto hacia Ron y, sorpresivamente, hacia Draco-, y no hay señales de él. Y considerando lo que pasó la última vez que salió solo…- la chica tomó una bocanada de aire y entonces, notando su posición, enrojeció y retrocedió un paso. Desviando la mirada, agregó-: No sabemos qué más hacer.

Severus notó que, aunque no había sido dicho, era fuerte y claro el mensaje de que, considerando la genealogía del bebé que llevaba Harry, la situación debería ser importante para él. Luchó contra la urgencia de burlarse de la chica. Después de todo, ella actuaba por la preocupación por su amigo. Optó, en vez de eso, por arquear una ceja con serena condescendencia.

-Cálmese, señorita Granger- su voz ocultó su vaga diversión-. El señor Potter, aunque es increíblemente estúpido, está bien. Bastante cansado, y probablemente experimentando algún grado de dolor, pero no está en peligro, se lo aseguro.

Los ojos de ella se ensancharon. El primer pensamiento del hombre fue que ella había saltado a la conclusión equivocada; sin embargo, cuando habló, fue claro que su mente era tan aguda como siempre.

-¡Tuvo a su bebé!- exclamó con voz aguda-. ¡Oh, señor!- olvidándose, pasó sus brazos alrededor del estoico hombre una vez más, esta vez abrazándolo con excitación-. ¡Felicitaciones!- apartándose, ella suspiró-. Oh, me siento tan aliviada…

-Bastante- Severus confirmo sus palabras tomando de su túnica un abstracto cabello, indudablemente de Hermione, y descartándolo con una mirada de asco.

-¿Él está bien entonces?- Ron finalmente se unió a la conversación, luciendo bastante aliviado.

-Tan bien como se podría esperar.

-Fue una estupidez salir sin decirle a nadie- esta vez, quien habló fue Draco-. Tuvo suerte de no haberse metido en un buen problema, el muy idiota.

Ron fue a protestar, pero se detuvo cuando una lustrosa, brillante cabeza emergió de debajo de la túnica de Draco. Serpiente le siseó al muchacho, antes de olfatear el aire… Entonces bajó por el interior de la túnica de Draco hasta llegar a sus tobillos.

Y a los alumnos de séptimo reunidos allí no les llevó mucho tiempo descubrir por qué.

-¿Podemos ver a Harry?- preguntó Hermione, volviendo su mirada suplicante a su profesor-. ¿Por favor, señor?

Severus luchó contra la urgencia de negarles el acceso. Después de todo, ya había dicho a su joven invitado que iba a permitirles entrar… más o menos. Suspiró.

-Si no me queda más remedio- se detuvo un momento-. No creo necesitar recordarles que deberán permanecer tranquilos- lanzó una mirada a Ron y Draco- i y civilizados. /i

Ellos sacudieron sus cabezas al unísono, y dejaron que el profesor los guiara al interior de su habitación.

Harry estaba sentado en la cama, esperándolos. Ya había recibido una bronca de parte de Serpiente, reclamándole por su temeridad e insensibilidad, y sabía que vendría más de parte de sus amigos.

Hermione fue, como era esperado, la primera en hablar.

-Nos distes un buen susto- lo reprendió con voz suave-. Pero, dadas las circunstancias…- la joven señalo con la vista a la bebé-, desistiré del sermón.

-Gracias- contestó él, ofreciéndole una pequeña sonrisa.

-Veámosla entonces- demandó Ron, moviéndose a un lado de la cama.

Harry la levantó, de forma que su niña quedara visible para sus amigos. Ron y Hermione jadearon.

-Merlín, compañero, no puedes ocultar quien es el padre¿cierto?

Harry resplandeció en respuesta.

-Es perfecta¿verdad?- bajó los ojos hacia la pequeña, perdiéndose la mirada de mortificación que Ron le envió a Hermione. También se perdió el ceño fruncido que ella le dio como respuesta.

-Pienso que es adorable, Harry- dijo la chica del trío, lanzando a su novio una mirada que rezumaba el mensaje: 'y es mejor que tu lo creas también'

Afortunadamente, el pelirrojo no argumentó.

-Un buen trabajo¿cierto?

El comentario de Draco fue expresado tan suavemente que Harry casi no lo escuchó. Miró al rubio, capturando su mirada.

Draco realmente lo intrigaba. Había muchos extremos en su personalidad… siempre pensaba muy bien lo que iba a decir… y guardaba lo más importante para si mismo, como si decirlo a otros pudiera causar su muerte.

Harry elevó una ceja, reconociendo el comentario, antes de regresar su atención a los otros dos. Draco y él ya hablarían después.

-Llegó la medibruja- anunció Lord Brychan media hora más tarde. Se le había dicho que ella tenía permitida la entrada en los aposentos de Severus, ya sea que supiera la contraseña o no. Severus miró a los invitados de Harry.

-Y esa, chicos, es su señal para partir.

Hermione lo miró como si quisiera discutir, pero fue Ron quien respondió primero.

-Sí, Profesor- replicó, tomando a su novia por el brazo-. Harry necesita descansar. No le hacemos ningún bien molestándolo así.

Los otros chicos, sorprendidos por el comportamiento sensato de Ron, fueron obligados a convenir.

-Bien hecho, Weasley- dijo Draco, saliendo hacia la salita-. Es evidente que Granger te está entrenando muy bien.

Sólo Severus captó la sonrisa del rubio mientras los otros dos le iban a la zaga, intentando maldecirlo hasta la siguiente semana.

Él casi sonrió para si mismo. i Un Malfoy /i siendo amistoso con i un Weasley /i . Obviamente, no había sido intencional. Quizás fueran los efectos de un plan malvado para destruir al trío de oro que había resultado terriblemente mal, y él no lo había notado hasta que fue demasiado tarde.

No, eso era poco probable. Incluso en el mundo de los magos y las brujas.

En realidad, probablemente sólo quería acostarse con la Weasley.

Eso, por supuesto, tenía mucho más sentido.

-¿La dejo entrar, señor?- Lord Brychan interrumpió sus reflexiones.

Él miró al cuadro con el que estaba hablando.

"¿Madame Pomfrey?" Se hubiera pateado mentalmente.

-Por supuesto.

Cuando se dio la vuelta, encontró que Harry le estaba sonriendo.

-Quita esa expresión de tu rostro de inmediato.

Esto solo logró que el muchacho riera.

-Oh, Merlín- Harry hizo una mueca de dolor en medio de sus risas, sosteniéndose la barriga-. Oh, te ves tan mono cuando te irritas.

¡Ahí estaba de nuevo¡La detestable palabreja! Severus frunció el ceño. Por supuesto, eso solo hizo que los ojos de Harry brillaran alegres.

Trato de encontrar excusas para la actitud del muchacho; ¿Quizás las pociones seguían en su torrente sanguíneo¿Quizás uno de sus amigos le había dado un artículo de Zonkos o los Weasley¿Quizás Malfoy lo había hechizado?

De cierta forma, ninguna de estas posibilidades parecía factible.

-No pienso permitir que me hables de esa manera.

Harry echó una mirada al ceño fruncido del hombre, un medio puchero en sus delgados labios, mientras cruzaba los brazos sobre el pecho… y reía de nuevo.

-Lo siento- trato de contenerse, mordiéndose el labio-, pero no puedo evitarlo… No puedo evitar sentirme como me siento… como i /i me haces sentir.

Severus se sintió aún más incómodo al escuchar que Poppy los interrumpía.

-Bueno, Harry, querido… estás destinado a sentirte un poco¿cómo lo diría, excitable durante los próximos días, hasta que tus hormonas y los niveles de testosterona regresen a los valores normales.

Harry y Severus gimieron en perfecta sincronía. Harry porque odiaba sentirse tan… frustradoy Severus porque sabía que el reciente despliegue del muchacho apenas comenzaba… ¡y el se había ofrecido para compartir sus aposentos con él!

Madame Pomfrey les ofreció una mirada de simpatía, que no facilitó para nada la situación de los hombres.

-Entonces, vamos a hacerle una buena revisión a esta pequeña- dijo la medibruja, moviéndose hacia la bebé. Para extremo desagrado de Severus, la arrulló-. ¿No es un bultito precioso?- preguntó, imitando una voz de bebé.

-Ella puede ser una Snape, y como tal poseer un intelecto superior al de la mayoría, pero dudo que sea capaz de entender tus incoherentes tonterías.

Poppy le lanzó otra mirada, esta vez hostil.

-¡En serio, Severus!- lo regañó, acunando a la bebé contra su pecho-. ¡Tu ignorancia me abisma!

-Simplemente has tu maldito trabajo, mujer. Hoy no estoy de humor para ser insultado.

De nuevo, estuvo vagamente consciente de la estúpida sonrisa de Potter, pero eligió, muy sabiamente, ignorarla.

Poppy lo ignoró y movió su varita sobre la niña, sonriendo débilmente ante la información que iba apareciendo en su libro de notas, que flotaba en el aire a su lado.

-Y ahora, Harry, tu turno.

Levantó la varita sobre su otro paciente y repitió el proceso.

-Bien- murmuró-, muy bien.

Severus, quien para ese punto estaba bastante animado ante la perspectiva de echar a la mujer de sus habitaciones, asintió.

-Asumo con eso que todo está en orden- dijo como una declaración; una que no requería respuesta.

Sin embargo, Poppy tenía otros planes en mente.

-Sí, Severus. Todo excepto una pieza i vital /i de información.

Decir que su paciencia estaba a punto de acabar hubiera sido subestimar el asunto. Lanzó una mirada feroz a la mujer y preguntó, a través de sus dientes apretados.

-¿Y cuál podría ser?

Poppy le regresó la mirada, sonriendo ante su exasperación.

-Su nombre, Severus. Los documentos no pueden aparecer en el registro sin eso.

Presionando el puente de su nariz, Severus se giró hacia el mago más joven.

-Adelante entonces.

-¿Estás seguro?- Harry irradiaba excitación. Esto lo haría oficial. Una vez que le dijera a Madame Pomfrey, el Certificado de Nacimiento aparecería en el Ministerio y no habría vuelta atrás.

Severus suavizó su expresión y asintió.

Resplandeciendo por la excitación, Harry regresó su atención a la medibruja.

-Charlotte- dijo, y su voz flaqueó ligeramente-. Charlotte Maria Snape.

ººººº

Innecesario es decir que una vez que el Certificado de Nacimiento apareció en las entrañas del Ministerio, el nombre de Charlotte pasó a formar parte de la apretada caligrafía verde de la lista de inscripción de la escuela, lo cual estaba esperando cierto viejo mago manipulador.

-Ahhh- exclamó, escudriñando el pergamino mágico-. Charlotte- se recostó en su silla y miró por la ventana-. Una hermosa elección, mis muchachos. Muy hermosa, de hecho.

Una lechuza, oscura como cuervo, voló hacia la ventana. Él estaba esperándola.

-Ah, Demetrius, ya sabía las novedades… Y por lo que parece- levantó la pata del ave- debo ir y dar la bienvenida a la recién llegada a Hogwarts.

Demetrius lo miró de una manera casi idéntica a la de su propietario, el Maestro de Pociones.

-No te inquietes, amiga. Tu familia permanecerá segura conmigo.

El ave no lució muy convencida y voló hacia el hombro de Dumbledore. Sentía un conflicto de intereses, y estaba decidida a proteger a sus amos y a su cría.

ººººº

Harry y Severus estaban sentados en la cama, acunando a su hija entre ellos. Con una simple mirada, cualquiera podría asumir que estaban desesperadamente enamorados y disfrutando del momento felicidad doméstica. Pero una mirada más detenida revelaría la verdad; se sentían terriblemente atraídos el uno por el otro y estaban compartiendo el momento con incomodidad. Las hormonas de Harry estaban vueltas un caos con su reacción ante el toque y la esencia de Severus, y Severus… bien, el pobre hombre estaba muy asustado con sus nuevas emociones hacia Harry y el bebé de ambos.

-Severus…

El hombre en cuestión suspiró. No quería discutir la posibilidad de una relación. No hasta que hubiera encauzado sus emociones al menos.

-¿Potter?

-Yo… yo quiero…

-Sé lo que quieres, muchacho. Ya escuchaste a Madame Pomfrey. El tema se resolverá por si solo en unas pocas…

-¡No!- las mejillas de Harry estaban escarlata-. No… yo quiero…

-Señores, el Director ha llegado.

"¡Gracias, Merlín!" Severus miró al cuadro.

-Gracias, Lord Brychan, déjelo pasar. Lo recibiré en la salita.

Sin esperar a que Harry hablara de nuevo, colocó con gentileza a la bebé en los brazos de su otro padre y salió de la habitación.

ººººº

-Ah, Severus, felicitaciones mi muchacho- los ojos del anciano brillaron con alegría-. Y fue un nombre hermoso…

-Estuvo curioseando en el libro- el tono de Severus reveló que no le sorprendía en absoluto.

Albus asintió.

-Lo hice.

Demetrius voló al hombro del maestro, desde donde clavó su mirada sobre el Director.

A Severus no le preocupaba que el otro mago eligiera no comentar sobre el linaje del niño de Harry. Después de todo, probablemente había estado fisgoneando hacía ya varios meses. Permaneció en silencio, esperando pacientemente a que el anciano hiciera la inevitable pregunta.

-¿Puedo verla?

"En el momento justo", pensó Snape desdeñosamente.

Sabiendo que Harry estaba completamente despierto, e increíblemente agitado, Severus simuló una pose pensativa.

-Chequearé a Potter- contestó eventualmente, tomándose su tiempo deliberadamente-. Puede que no se sienta lo bastante bien como para recibir visitas justo ahora- era una maldita mentira, y ambos hombres lo sabían, pero Albus estaba en el territorio de Severus y en silencio, el mago más joven lo retaba a desafiar su autoridad.

El Director se limitó a asentir y ofrecer una sonrisa de empatía.

-Naturalmente.

Con un asentimiento, Severus se dio vuelta y caminó fuera de la salita, de regreso a su recién fundada familia.

Harry medio sonrió cuando él entró.

-¿Ya se fue?

-Por supuesto que no, le gustaría conocer a nuestra hija- aunque las palabras fueron pronunciadas con ironía, Severus no pudo evitar que la lengua se le trabara en las dos últimas. Era surrealista. Ella era suya. Suya y de Harry.

De ambos.

James Potter debía estar revolcándose en su tumba.

Este pensamiento trajo una sonrisa a sus labios.

"Hay cosas positivas, además de la bebé, después de todo"

Sacudió los pensamientos de su cabeza; Harry estaba hablando.

-¿Y no ha entrado a empujones todavía porque…?

-Porque sabe que si tan siquiera lo intenta, lo echaré de mis aposentos y habrá perdido sus privilegios con el Profesor de Pociones.

Los ojos de Harry se ensancharon.

-¿Privilegios?

Permitiendo que el fantasma de una sonrisa cruzara su rostro, Severus asintió.

-Esa es una conversación que mejor dejamos para otro momento.

-Vale- Harry sonó abatido-. ¿Vas a dejarlo entrar para que podamos terminar con esto?

-Si debo…

Harry ocultó una sonrisa, a veces Severus podía actuar como un niño malhumorado.

-Intentaré deshacerme de él lo antes posible- le aseguró al hombre mayor-. Después de todo, realmente necesito dormir.

Severus asintió, los ojos brillando con alegría no expresada.

-De hecho.

ººººº

Alrededor de una semana mas tarde, Harry se encontraba intentando establecerse en su nueva habitación en los aposentos de Snape. La había decorado él mismo, eligiendo un modelo similar al que tenía en la Mansión Snape, un hecho que no pasó desapercibido para Snape. Pero, a pesar de la naturaleza cálida y acogedora de la decoración, Harry no podía evitar sentirse incómodo en el lugar. Y el hecho de que sus hormonas estuvieran fuera de control no ayudaba precisamente.

Suspiró y se lanzó en una silla cercana.

Todo estaba yendo tan bien. ¿Cuándo había cambiado?

Un golpe en la puerta interrumpió sus reflexiones.

-Está abierto- dijo-, pase.

-Potter- la cabeza de Draco emergió de detrás de la puerta, seguida del resto de su cuerpo-. Severus me dijo que te estabas escondiendo aquí…

El Gryffindor frunció el ceño.

-No me estoy escondiendo- cruzó los brazos y lo miró desafiante-. En todo caso¿qué quieres?

-Pensé que quizás apreciarías un poco de compañía- contestó Draco, ignorando con facilidad el tono del otro muchacho. Giró para alejarse-, pero si prefieres estar aquí solo…

Harry suspiró.

-Quédate- el rubio sonrió y cayó sobre la cama. Harry lo miró con cansancio. Todavía no tenía sentido. ¿Por qué podría el rubio querer ser su amigo? Aunque, se sentía bien tener alguien más con quien hablar-. ¿Por qué continúas aquí?- continuó eventualmente-. En la escuela, quiero decir. Pensé que pasarías las fiestas en un castillo o algo similar.

-Erss… mejor estar solo que en la Mansión- Draco apartó la vista-. Severus sugirió que me quedara en vacaciones…

-Bastante justo.

Sus ojos se encontraron y Harry buscó en los de Draco alguna traza de malicia. No se sorprendió al no encontrar ninguna. Había estado así por meses, e incluso Ron había comentado en cambio en su personalidad… aunque él sostenía que Draco debía tener un motivo oculto para su actitud.

-No te envidio- las palabras salieron de la boca de Harry antes que pudiera pensarlas. Draco alzó una ceja al más puro estilo Slytherin. Harry enrojeció.

-Quiero decir, tu solías tener la vida que yo quería, pero ahora…- se calló, eso no había sonado bien-. Tú conocías a tus padres, eras feliz, yo envidiaba eso. Pero ahora… ahora pienso que soy afortunado porque, como no tuve la oportunidad de encariñarme con mamá y papá, no siento su pérdida como debes sentirla tú…

El rubio frunció los labios.

-Mis padres no han muerto; son armarios vacíos, pudriéndose en Azkaban.

Harry puso los ojos en blanco.

-Igual podrían estar muertos. Una vez besados…- su voz murió, no deseaba disgustar a Draco-. Es sólo…debes tener algún tipo de sentimiento de pérdida…y sin importar lo que ellos fueran, era obvio que tenías una buena relación con tus padres…

-Pffft. Mi padre trato de que me pusieran la marca- el muchacho Slytherin frunció el ceño, frotando su frente de forma inconsciente-. Una verdadera reverencia hacia nadie.

-Oh-Harry no sabía qué contestar-. No lo sabía…

Draco movió la mano, desestimando el comentario.

-No importa. No se esperaba que lo supieras- sonrió levemente-. Si recuerdas, tú y yo no hemos sido los mejores amigos precisamente.

-Sí, bien, pero eso puede cambiar¿no?

Los ojos color de tormenta se abrieron sorprendidos, y Draco abrió la boca para replicar, pero sintió que no existían palabras que pudieran expresar una respuesta apropiada. Así que hizo lo único que podía hacer… simplemente asintió, mudo de asombro ante el pensamiento de que Harry deseara ser su amigo, especialmente después de todo lo que le había hecho en otras épocas.

Harry, sintiéndose incómodo con su torpe comentario, se preparó a hablar nuevamente, pero fue interrumpido por el sonido del llanto de su hija. Lanzó una mirada a Draco quien, para ese punto, ya se había recuperado de la sorpresa.

-¿Bien?- preguntó el rubio-. ¿Vas a quedarte ahí sentado o vas a ir a atender a tu bebé?

Harry no pudo evitar sonreír mientras abandonaba la habitación.

ººººº

-Vamos, Charly- arrullaba Harry unos días después-. Tú sabes que quieres el biberón…

Pasaba de la medianoche, y llevaba un rato terrible tratando de detener los gritos de su hija.

-Por favor.

Ella continuó vociferando, y él luchó contra la urgencia de hacer lo mismo.

-Charlotte, bebé, por favor… ¡tu padre necesita dormir¡Tú necesitas dormir!

No entendía cuál era el problema. No quería comer. No necesitaba ser cambiada. No quería ser sostenida en brazos ni que le cantara… Nada estaba funcionando, y Harry no podía más.

-No sé qué quieres- le dijo a la chiquita, deseando que ella pudiera expresar cuál era su problema-. Lo he intentado todo…

-Quizás se siente mal- dijo Severus desde el umbral de la puerta, y Harry casi saltó del susto.

-¡No HAGAS eso!- dijo el chico, apretando su pecho brevemente con una mano-. ¡Me vas a matar de un susto!

El hombre mayor sonrió con cansancio y se adelantó un paso.

-No fue intencional, te lo aseguro.

-No, supongo que no- Harry miró nuevamente a la sollozante niña en sus brazos-. Dudo que hubiera tenido alguna oportunidad de oír que te acercabas con este jaleo.

-De hecho.

-Siento que te hayamos despertado.

Severus se inclinó hacia delante y tomó a la bebé en brazos, para darle a Harry un respiro.

-No seas tonto, Harry. No es como si ella fuera tu responsabilidad solamente- acomodó al joven en el sofá y se sentó a su lado-. Si recuerdas, vamos a hacer esto juntos.

Con un suspiro, Harry asintió.

-Sí, lo sé… es sólo que… estamos invadiendo tu espacio… Tuviste que cargar conmigo con mis hormonas descontroladas y ahora…

-Olvidas, Potter, que al fin y al cabo fue mi elección compartir mis habitaciones. No estás invadiendo. Ahora éste es nuestro espacio.

Harry no pudo evitar resplandecer ante esas palabras. Se habían convertido realmente en una familia…aunque una un tanto disfuncional.

-Gracias, Severus.

El mago mayor asintió, antes de tornar su atención a su hija.

-Quizás sí esté enferma…

Harry se preocupó inmediatamente.

-No tiene fiebre.

-No- convino Severus, tocando su piel con ternura-. Sin embargo, podría ser un problema interno.

-¿Debemos avisar a Poppy?

El Maestro de Pociones hizo una pausa, considerando la sugerencia.

-Quizás…- se levantó y paseó por la habitación, palmeando la espalda de Charlotte y sacudiéndola suavemente-. Shhh, pequeña…

Harry se recostó y observó el íntimo despliegue en silencio. Todavía no había visto a Severus interactuar con su hija, a pesar de que sabía cuanto la adoraba el hombre. Severus continuó paseando y meciéndola, murmurando susurros tranquilizadores. El hombre no estaba perturbado por el llanto continuo, en lugar de eso, parecía poseer una paciencia infinita ante los gritos.

-¿Crees que deberíamos llamar a Poppy?- preguntó Harry eventualmente, odiando romper la conexión entre padre e hija.

Severus giró y abrió la boca para contestar, pero evitó hacerlo pues la pequeña eligió ese momento para lanzar un buche sobre su ropa de dormir. En lugar de explotar en furia, Severus frotó su espalda de la manera más suave que Harry hubiera visto. Ella comenzó a calmarse casi al instante.

Volviéndose hacia el mago más joven, le ofreció una nueva sonrisa.

-No creo que sea necesario, Harry. Al parecer el problema se resolvió por si solo.

Harry también sonrió, aliviado de que su hija estuviera bien y el silenció hubiera regresado a la habitación.

-Bien- dijo, levantándose del sofá, sus ojos en ningún momento se apartaron del hombre mayor-. Bien.

ººººº

La mañana siguiente, Harry despertó tarde, en la cama de Severus, con el brazo del hombre sólidamente enroscado alrededor de su cuerpo. Ambos estaban vestidos, lo cual no fue sorpresa al recordar la noche pasada, cuando patéticamente había seguido al hombre mayor, suplicándole compartir su cama por un sentimiento de consuelo y compañía.

A ese punto, desafortunadamente, había desarrollado un…fuerte…problema, que necesitaba ser resuelto. Preferiblemente antes que Severus despertara y se arrepintiera de compartir su cama con él.

Trató de empujarlo, pero lo único que logró fue que Severus se removiera. Tenía el sueño ligero, al parecer.

i "¡Maldición!" /i

Harry intentó quedarse tan quieto como le fue posible y pensar en cosas que bajaran su excitación.

"Dumbledore", pensó. "Dumbledore desnudo" . Eso era infame, pero podría ayudarlo. "¡Poppy¡Poppy desnuda!" Se estremeció y Severus se movió, de forma que su brazo bajó a su abdomen. "Sólo un poco más cerca y…NO" . Ya estaba duro de nuevo. Muy, muy duro. "Dumbledore" , intentó pensar, pero las únicas imágenes que venían a él eran las del imitador de Severus, desnudo y retorciéndose sobre él… "Oh, mierda, puñetas, joder, masturbarse, trasero, enamorado". Ahora eso dolía con necesidad. "Estúpida, vívida imaginación"

No pudo evitar retorcerse.

-¿Demonios, Potter, no puedes quedarte tranquilo?

Severus estaba despierto. Harry enrojeció.

-Disculpa- dijo, girando el rostro hacia el otro hombre. Fue un error, pues quedaron nariz contra nariz y Harry de inmediato recordó el beso… la lengua, fría y suave… el sabor de Severus… y gimió. Suave y quedamente, sí, pero gimió, y su problema, si ello era posible, empeoró.

Severus había captado el sonido, lo cual no era de sorprender, aunque a sus oídos sonó como un gemido de dolor. La preocupación llenó su mirada.

-¿Qué ocurre¿Te duele?

El rostro de Harry ahora era de un rojo brillante.

-No… no duele…

-¿Entonces por qué…?- Severus notó la mirada de culpa en los ojos del hombre más joven y entonces hizo conexión-. ¡Maldita sea, Potter!- exclamó, antes de arrepentirse de sus palabras al ver la expresión dolida del rostro de Harry. Apresuradamente, agregó-¡No me asustes así¡Pensé que te dolía!

-Bien, no estoy precisamente cómodo- Harry no podía creer que estaba teniendo semejante conversación, pero no podía evitar que las palabras se formaran en sus labios-. Quiero decir, estaba bien… más o menos… hasta que te mire… Merlín, eso sonó cursi… pero es así…Eres tan jodidamente atractivo y recuerdo cómo se sintieron tus labios contra los míos… y cuan perfecto has sido en todo este tiempo… y cuan dulce fuiste al compartir conmigo tu cama anoche, en lugar de alejarme…

Severus escuchaba el balbuceo de Harry, y observaba como su rubor aumentaba con cada declaración, y en lugar de sentirse irritado, descubrió que lo encontraba atractivo. Había definido sus sentimientos por el joven varios días antes, aunque no había encontrado el momento justo para admitirlos abiertamente. Lo cierto es que se sentía fuertemente atraído hacia él… y era algo difícil para él observar esos labios, tentándole como nada lo había hecho en muchísimo tiempo.

Sí, conocía los inconvenientes de una relación con Harry. Sí, sabía que había muchas cosas contra ellos… pero ya no le importaba. ¡Por Merlín, eran héroes de guerra! La sociedad tendría que aprender a cerrar la boca y guardar sus opiniones para ellos mismos.

Harry seguía balbuceando.

-…y… bien… ahora somos una familia, Severus… Eso fue tan obvio anoche cuando estuvimos… y no pude evitar imaginar que me gustaría estar contigo, con tu yo real…y sólo…yo te deseo…pero no quiero ponerte incómodo… así que me iré… sólo date la vuelta¿vale?

Severus, a este punto, lucía como un depredador, pero Harry no lo notó.

-Potter- comenzó, inclinándose hacia delante-, cállate- y con eso se inclinó más y capturó los labios de Harry con los propios.

Harry estaba sorprendido, pero respondió al beso con un fervor natural. Se quejó cuando Severus se alejó para mirarlo a los ojos.

-Potter… Harry… ¿Estás seguro que esto es lo que quieres¿Que yo soy lo que quieres?- Harry asintió y Severus le ofreció una pequeña sonrisa-. Porque, una vez que empecemos, no tomaré bien el tener que dejar o compartir a mi pareja.

Harry sintió que el corazón saltaba hasta su garganta.

-Sabes que no hay opción para mí, Severus- con un audaz movimiento, tomó la mano del hombre y la colocó sobre su dolorida erección-. Esto es lo que me haces. Lo que sólo tú puedes hacerme- tragó y le lanzó una mirada descarada-. Yo lo amo, señor.

En respuesta, Severus sonrió débilmente y lo beso con avidez, su mano masajeando el miembro de Harry por encima de la tela de los pantalones de pijama del joven.

Harry gimió y se inclinó para lograr más contacto. Se sentía tan bien. Jadeó al tiempo que Severus bajaba sus pantalones y continuaba sus atenciones.

El toque era familiar, pero había un elemento de experiencia detrás de las manos del Severus 'real' que no poseían las del Draco-Severus.

Los besos del hombre cesaron y Harry abrió la boca para protestar, pero el sonido de protesta se convirtió en gemido de aprobación cuando Severus tomó su suplicante miembro en su boca.

Harry pronto descubrió que la lengua de Severus era capaz de muchas cosas malvadas, al igual que sus labios y dedos.

Una cruda, familiar tensión, estaba creciendo en él, y supo que no pasaría mucho tiempo antes que se hiciera insoportable.

Entonces la presión llegó a un punto y supo que el momento estaba sobre él.

-Oh, Merlín…- jadeó, intentando alertar al hombre mayor, quien indudablemente sabía qué estaba pasando-. Joder, no puedo aguantar más…Sever…- el resto de la oración fue remplazado por una sonora exclamación mientras se corría.

Severus, con una sonrisa engreída, regresó al lado de Harry y lo besó profundamente. Harry pudo probarse a si mismo en los labios de Snape, pero no le importó… especialmente ahora que sus sueños más salvajes estaban siendo cumplidos. Continuó besándolo y moviendo su mano hacia la erección de Severus, medio esperando que le ordenara que se detuviera inmediatamente. Pero la orden nunca llegó y él avanzó, emocionado.

Harry miró a Severus mientras su mano se abría camino hacia la cálida carne debajo de la ropa interior del hombre, y sonreía al encontrar los ojos de Severus cerrados en deleite y, lo más importante, en confianza.

-Vamos, Potter- Severus sonrió-. Ya me admirarás una vez que hayas concluido tu trabajo.

Resplandeciendo, Harry obedeció, y bajó los labios hasta la punta del pene de Severus.

-Sí Profesor- susurró, antes de regresar a su tarea.

Severus Snape, pronto descubrió, era increíblemente fácil de satisfacer.

ºººººº

-¿Severus?

-¿Hmmm?

-Yo…- un suspiro-. No importa.

Los papeles crujieron.

-¿Qué ocurre, muchacho?

-Yo… err… quiero hablar de lo que ocurrió antes…

Otro suspiro, esta vez del lado opuesto de la habitación, mientras Severus se levantaba del asiento para enfrentar a su recién descubierto amante. Seguramente el muchacho no estaría arrepentido ya.

-Pensé que todo había quedado perfectamente claro.

A pesar de si mismo, Harry sonrió.

-Sí quedó…pero yo…sólo quiero estar seguro de que esto es lo que tú quieres… Porque, si no es así, dímelo ahora y yo…bien…trataré de conformarme.

-Mocoso tonto- contestó el Jefe de Slytherin, revolviendo su cabello con afecto-. ¿Crees que hubiera comenzado todo esto si no hubiera estado completamente seguro?

¡Merlín, sonaba como un adolescente! Todo ese tiempo pasado con Potter le estaban afectando, y no estaba completamente seguro de que eso fuera algo bueno.

El joven mago vaciló, como si considerara la lógica tras la declaración.

-Bien, supongo… pero… yo sólo…- lanzó su mano libre al aire, mientras con la otra acunaba a su hija-. Soy cauteloso, es todo- inclinó la cabeza a un lado e hizo un puchero desganado-. ¿Puedes culparme realmente? Después de todo, hemos estado atacándonos uno al otro todos estos años.

Esta vez, Snape se detuvo a considerar la declaración.

-No- contestó eventualmente-. Puedo imaginar que te has sentido muy… sorprendido… por mi cambio de opinión.

Harry colocó a Charlotte en el otro brazo y ofreció a su pareja (¡Vaya, no se sentía extraño pensar en Severus bajo esta luz!) una pequeña sonrisa.

-Sí… muy sorprendido, en realidad… y no necesito saber por qué cambiaste de opinión sobre nosotros… sólo necesito asegurarme de que es real… Que lo de esta mañana no fue una clase de sueño húmedo muy elaborado o algo así…

Luchando contra la urgencia de reír, Severus asintió.

-Te aseguro que todo fue perfectamente real, Potter. Ahora somos, como tú dijiste, una familia. En todo el sentido de la palabra- ofreció el fantasma de una sonrisa ante el brillo de felicidad que su comentario provocó en su joven amante-. Sin embargo- su tono fue intencionalmente severo, y sonrió mientras la expresión de felicidad de Harry se evaporaba-, nuestra relación sexual deberá esperar hasta que te hayas graduado. Por una gran cantidad de razones morales, si me entiendes.

Harry, quien ya estaba anhelando muchos otros encuentros sexuales, de nuevo hizo un puchero. Pero sabía que Snape tenía razón. A pesar del hecho de que todos asumirían que era sexualmente activo (su hija era una prueba viviente del hecho), Harry sabía que se sentiría como una victoria moral, y sus verdaderos amigos les creerían y apoyarían mientras tanto.

Y, además, siempre podía tomar cuenta de si mismo hasta que se graduara.

Eventualmente, asintió en aceptación.

-Sí, es lo más correcto por hacer¿cierto?

Severus asintió, antes de regresar a su tarea de corregir, dejando a Harry en la contemplación de las imágenes mentales de la vida en familia y la felicidad doméstica.

ººººº

La mañana siguiente, el desayuno de Harry y Severus fue interrumpido por Lord Brychan. anunciando que Draco estaba afuera y pedía le permitieran entrar.

Harry eligió reunirse con él en la salita, dejando a Severus comer en paz.

-Buenos días- saludó Harry-. ¿Qué quieres?

Draco rodó los ojos y le lanzó la edición matutina de El Profeta.

-Portada. Pensé que te gustaría un poco de advertencia antes que empezaran a llegar los howlers.

Harry fijó la vista en el titular principal.

ABOMINACIÓN EN HOGWARTS: Nace un niño del amor de Potter y Snape.

-Joder.

Draco arqueó una ceja.

-¿Necesito decirlo?

-Oh, vete a la mierda- Harry le hizo una seña con la mano para que no molestara y se derrumbó en la silla más cercana-. Esto es terrible… Horroroso… Horrendo…- levantó la mirada hasta los ojos del rubio-. Realmente, realmente malo- sacudió la cabeza, mientras Draco se sentaba a su lado y palmeaba su hombro en señal de simpatía.

-Vamos, Potter. Lo resolveremos juntos. Sabías que esto sucedería eventualmente.

-Sí, vale, pero no pensé que sería antes que terminaran las clases.

Para ese momento, Severus ya había terminado de desayunar y entró en la habitación. Miró a ambos jóvenes e hizo la pregunta obvia.

-¿Está todo bien?

Sin pensar, Harry saltó de su asiento y corrió a los brazos de Severus, el periódico descartado en el asiento vacío.

-¿Oh, qué vamos a hacer?- murmuró sobre la túnica del hombre mayor, buscando consuelo en el incómodo abrazo.

Sintiéndose embarazado, Severus clavó la mirada en Draco.

-¿Y cuál, exactamente, es la causa de… esto?- movió a la temblorosa ruina que era Harry.

El joven Slythrin suspiro e hizo un gesto hacia el diario, que estaba abierto en un anuncio que rezaba :

¿Infeliz en el amor¿Preocupado porque Mr/Mrs Correcto está transformándose en Mr/Mrs Incorrecto¿Temes que quizás lo que necesites sea simplemente que tu pareja se vuelva a convertir en sapo¡Mrs Marta tiene la solución! Para más información, Firecall 372, Cauldron Line.

Snape arqueó una ceja.

-¡No, cretino, la portada!- suspiro Draco con exasperación, rescatando el periódico desechado y apuntando el sitio-. ¿Acaso no lees las noticias?

-El Profeta- dijo Severus con desprecio, lanzando una mirada de repugnancia al titular y la fotografía que lo acompañaba-. Difícilmente puede decirse que sea periodismo de primera- suspiró. Éste, seguía siendo una de las publicaciones más populares del mundo mágico, aunque Merlín sabía por qué-. Ya puedo ver el conflicto.

-Bueno, eso es un comienzo.

Snape lanzó una mirada fulminante a su alumno estrella Slytherin.

-¿Necesito recordarle, señor Malfoy, que sigo siendo su profesor y Jefe de Casa, a pesar de que estemos de vacaciones?

-No, señor.

-En cuanto a este problema- condujo a Harry hacia el asiento más cercano-, sabíamos que este día llegaría, y debemos continuar comportándonos según el plan original- inclinó la cabeza de Harry, de forma que los llorosos ojos verdes se encontraron con los suyos-. ¿Está bastante claro, Potter?

El Gryffindor asintió, aunque su labio inferior tembló. ¡Todavía no estaba preparado¡Era demasiado pronto!

-Potter- Severus lo intentó de nuevo, suavizando el tono-. Harry…

Harry tragó e inclinó la cabeza a un lado, temiendo que si hablaba se echaría a llorar.

-Esto se solucionará por si solo- Severus deseó poder creer sus propias palabras-. Simplemente debemos permanecer fuertes ante los demás. No estoy prometiendo que vaya a ser fácil, lejos de eso, sin embargo, como con los niños… y los perros salvajes, cualquier muestra de debilidad traerá peores consecuencias para nosotros.

-Lo sé… es sólo… pensé que tendríamos hasta el comienzo de las clases para prepararnos… ya sabes, mentalmente o algo.

Aquí el mago mayor sacudió la cabeza.

-Esto no es un partido de Quidditch, Potter. Es la vida real. No puedes entrenar… tienes que tomarla como se presenta- luchó contra una mueca mientras las palabras abandonaban su boca. ¡Que maldito cliché! Sin embargo, pareció tranquilizar al joven, y Severus se sintió complacido. No se iba a angustiar por ese asunto, así que tomó todo con parsimonia. Después de todo, era Snape, y los Snape no lloriqueaban… mucho.

ººººº

Durante los días siguientes, howlers y periodistas se aparecieron en todo momento. Las protecciones del castillo fueron reforzadas y los howlers eran enviados de vuelta al lugar del que habían llegado, gracias a un útil hechizo de Dumbledore. Aún así, unos cuantos lograban atravesar las barreras y tenían que lidiar con ellos, algo que nunca era agradable.

Al sexto día de esto, Harry tuvo suficiente.

-¡Se acabo!- exclamó, explotando ante un nuevo howler ofensivo-. ¡Ya tuve suficiente¡Voy a darle otra entrevista a la maldita Skeeter, para el Quisquilloso, contando la verdad… o lo más que pueda de ella, en todo caso!

Severus lo miró con una leve sorpresa.

-¿Crees que sea prudente, Potter? Admitir el hurto, la suplantación, el fraude y la concepción ilegal puede, y no sería sorprendente, provocar otra reacción violenta.

Harry se detuvo a considerarlo por un momento antes que otro howler lograra llegar, atado a las garras de una lechuza de correo común. Soltó una maldición antes que se lograra abrir el sobre y luego se giró, con el rostro enrojecido, hacia su pareja.

-Sí, definitivamente, creo que será una buena medida- cruzó los brazos sobre su pecho-. Déjame limpiar tu nombre al menos. Es lo menos que mereces.

-Potter- le advirtió Snape, alzando a Charlotte en brazos-. Lo que yo merezca no es tu problema.

-¡Eso es una absoluta mierda, Sev, y lo sabes!

El mago mayor estrechó la mirada.

-¡No me llames así!

Harry enrojeció.

-Lo siento- esperó un latido-. Pero aún así, quiero dar mi versión de la maldita historia.

-¡Eso sonará peor que los rumores que están esparciendo!

El Gryffindor plantó sus manos en sus caderas.

-No me importa realmente. Lo voy a hacer. Fin de la historia.

Snape puso los ojos en blanco, y regresó su atención hacia su hija.

-Tu padre es un verdadero Gryffindor- le dijo a la bebé, como si estableciera un hecho-. No, y repito, NO crezcas igual que él, o temo que terminaré completamente loco.

Ella le dio una amplia sonrisa desdentada y balbuceó.

-Sí, tienes razón- le dijo, inclinándose en actitud conspiradora-. Ya lo estoy.

ººººº

Así fue como, pocos días más tarde, Harry estaba sentado frente a Rita Skeeter, en el Gran Comedor de Hogwarts. Ella estaba allí, una vez más, sin su malvada pluma y bajo la estricta instrucción de publicar sólo lo que Harry le dijera, tal y como se lo estaba contando, y no una fantasía de su propia imaginación.

-… y eso fue todo en realidad- concluyó Harry, dándole una sonrisa deslumbrante (demonios, eso no le haría daño¿cierto?)

Ella asintió y terminó sus notas.

-Gracias, señor Potter- contestó, sonriéndole también. Esa exclusiva significaba mucho dinero para ella y estaba agradecida por ello-. Fue un placer trabajar de nuevo con usted- aunque pareciera extraño, estaba siendo completamente honesta.

El Gryffindor sonrió.

-Sí, para mí también, en realidad.

Se quedaron un momento en un incómodo silencio, antes que Harry hablara nuevamente.

-Sabe…- comenzó, arrastrando los pies con fingida vergüenza-, no haría daño si usted la editara sólo un poco, ya sabe… ¿para inspirar simpatía o algo así¿Hacer que todos se sientan culpables por habernos juzgado sin conocer la verdad?

Skeeter sonrió malvadamente, encantada de que se le permitiera algo de creatividad después de todo. No abusaría de esa confianza. No esta vez, en todo caso.

Continuará…..

Miles de millones de gracias a Tammy H de Kinomiya, Carly McKinnon, Cerdo Volador, Mariet Malfoy Snape, tercySScloe , By-Unika Olimka , Shui Chan y M-cha por sus comentarios y apoyo.

Mil gracias también a todos los que leen.

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Si algun no conoce mis historias y un día se encuentran con que están aburrids y no tienen que leer, ls invito a leer ¿Dónde está mi bebé? o cualquiera de mis otras locuras.

Fin del espacio publicitario .

Besitos a todos .