Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen, son propiedad de Masami Kurumada y Toei Animation.
Death Mask entrecerró los ojos, lentamente agarró el paquete de cigarros mentolados que estaba en la mesa de Helena. Lo sabía, la castaña le había dicho que había otro, alguien a quien ella veía, con quién reía, a quien besaba, pero ver la evidencia era peor que escucharlo directamente de ella, apenas y podía resistir la idea de que antes de su reencuentro ella estuviera besuqueando con el sujeto que él había apodado como "ese idiota".
¿Pero quién era "ese idiota"? ¿Qué se creía que era para aparecer de la nada y cortejar a Helena como si ella fuera soltera? Aunque… bueno, lo era.
Sin embargo no se daría por vencido, reconquistaría a Helena, le demostraría que ella era el amor de su vida, no era nadie sin ella, ella lo hacía una mejor persona. Ya lo estaba logrando, Helena había aceptado salir de nuevo con él, como amigos, pero era mejor eso a nada; sólo debía de averiguar quién era el otro y deshacerse de él, de la manera más dolorosa posible.
— Por eso ustedes están aquí, son lo mejor de lo mejor en cuanto a ser unos chismosos se refiere y… los necesito.
Ahora estaba en su sala, la paciencia tenía un límite y la suya ya había llegado a su fin, necesitaba respuestas, saber quién era ese idiota, que tenía que no compartía con ningún otro, que le decía a Helena para convencerla de alejarla de él.
— ¿Si Milo? — preguntó cuando el aludido levantó la mano.
— Aunque me encantó escuchar que nos necesitas, ¿que te hace pensar que soy un lengua larga?
— Milo, mírame a los ojos y dime qué no te encanta entrometerte en la vida de otros, eres un comunicólogo después de todo.
— ¿Eso qué tiene que ver?
— Death Mask tiene razón — intervino Afrodita, también levantado la mano.
— Me duele la traición, pero estoy de acuerdo con ellos — Aioria también levantó la mano — pero me defiendo, yo no soy igual a estos dos.
— ¡Ja! Esa es la mentira más grande que has dicho desde que dijiste que no puedes hablar con mujeres solteras sin tener un derrame nasal.
— ¡Oye! Está comprobado, puedes consultarlo con mi psicólogo.
— ¡¿Quieren dejar de hablar como guacamayas por un segundo?! — el italiano miró a todos los presentes — estamos en una situación importante, concéntrese en eso… ¿Si Shaka?
— Los entiendo a ellos, pero no sé qué hago yo aquí.
— Aioria insistió, y Milo dijo que tú chica es amiga de Helena.
— ¿Mi qué...? — el rubio se sonrojó mientras miraba a su amigo con una expresión que, si no hubiera estado sonrojado, habría asustado a todos.
— Nos adelantamos a los hechos — intervino Shijima — si soy sincero tampoco comprendo mi presencia en esta cálida reunión.
— ¡Oh! ¡Vamos Shijima! Tu conoces a todo el mundo, siempre estás hablando con alguien, es difícil que te mantengas en silencio por más de una hora.
— Falso, yo duermo mis ocho horas completas.
— Shijima — dijo Shaka una vez que el sonrojo pasó — hablas dormido.
El pelirrojo abrió los ojos sorprendido, como si le hubieran dicho que todo en lo que creía era un enorme mentira. La noticia pareció afectarlo más de lo que Death Mask esperaba, ya que Shijima se levantó del sofá y salió de la habitación en completo silencio.
— Yo también me voy — anunció Shaka levantándose.
— Espera — lo detuvo — yo, no puedo creer que me hagas decirlo de nuevo, te necesito.
— Lo siento, no puedo… — Shaka miró hacia el suelo, Death Mask no podía saberlo, pero Aioria se dio cuenta de que su amigo diría una mentira — no soy bueno en estas cosas y no involucraría a Dysnomia, más.
— ¿Viste eso? No negó que ella era su chica, te dije que el lenguaje subliminal descarado funciona — dijo Milo con una sonrisa cuando el rubio se fue.
— ¿No lo sabes? La semana pasada vino un grupo musical a cantarle a Shaka, contratados por ella, y él le regresó el favor dedicándole una canción.
— Y el mal amigo no dijo nada — Milo negó con la cabeza, ocultando una leve risa que tampoco pasó de desapercibida por Aioria, después averiguaría qué estaba pasando ahí.
Death Mask perdió a los primos, pero no a los demás, quienes se mostraron dispuestos a ayudarlo, e incluso aportaron diferentes ideas para sus futuros planes.
— Investiguemos — Afrodita cruzó las piernas — has pasado tiempo con ella, ¿Qué tienes?
El investigador principal sacó el paquete de cigarros que9 encontró en la casa de Helena, lo había metido en una bolsa hermética a la que había marcado como "Evidencia A".
— Esa es la peor manera de provocarte cáncer, ¿quién fuma mentolados?
— ¿Qué más tienes? — preguntó Aioria examinando la bolsa.
— Pistas habladas, le pregunté a Helena si me hablaría de él, ella me mandó al diablo, dijo que no diría nada de su trabajo, por lo que podemos inferir que no es un estudiante — Death Mask comenzó a caminar en círculos, mientras los demás escuchaban con atención, Afrodita incluso estaba tomando notas — ayer le pregunté si no le molestaba que su querido fumara y ella dijo que él era lo suficiente mayor como para saber lo que hace.
— Si dice eso significa que tiene más edad que ella — Milo se llevó la mano a la barbilla — considerando que no dejaba de regañarte a ti por eso pero no le dice nada a él.
Afrodita fue el encargado de preguntarle a Helena, quien se negó siquiera a dar una sola palabra, dejando a todos con más preguntas. Death Mask consideraba que el grupo de investigación era aún demasiado pequeño, había considerado a Kanon, pero él estaba en sus propios asuntos y lo ignoró olímpicamente, así que tuvo que consultarlo con Shura, quien no se mostró muy convencido pero al final decidió ayudarlo, por el bien de su amigo. Con Shura llegó Aioros, preocupado porque Aioria se había comprado una gabardina un sombrero y una pipa, y salía bajo el caliente Sol de Grecia, además de que Shura había hecho algo parecido; y si el buen Aioros se había involucrado, Aldebarán pensó que ese era un buen momento para que todos volvieran a reunirse y hacer un actividad juntos, aunque esa fuera ser un grupo de entrometidos, así que metió a Mū, Camus y Saga.
Con los antecedentes infructuosos de Afrodita, Death Mask replanteó toda su estrategia, ahora ya tenía más personas con él, y a pesar de que no todos estaban de acuerdo, eso era mejor que el equipo inicial de tres entrometidos.
— Necesitaremos a alguien que la presione, deben de llegarle diversas presiones de todos lados, esa es tu tarea Afrodita y equipo — le indicó a su amigo, quien asintió antes de mirar a Aldebarán y Aioros — Milo dijo que él se encargaría del equipo de espionaje, recuerden no parecer un grupo de acosadores — les recomendó a Milo, Camus y Saga — finalmente, Aioria, su misión es el exterior, el círculo de Helena debe de saber algo de ese idiota — finalizó señalando el trío liderado por Aioria, Mū y Shura.
En un par de días su casa se convirtió en el centro de una gran investigación, la habitación vacía que estaba al lado del baño de la planta baja, que estaba al lado de la sala, se llenó de todo tipo de cosas que pegaron en las paredes sólo para aparentar que tenían algo.
Afrodita y Aioria comenzaron a trabajar en equipo, y ya que el botánico era quien mejor conocía a Helena, rápidamente comenzó a soltar datos importantes de su compañera.
— Helena es una chica agradable, pero se concentra mucho en su carrera, así que no tiene muchos amigos — le dijo a sus amigos que, con excepción de Mū, sostenían pipas y tenían su mejor expresión de estar poniendo atención — Dysnomia es nuestro segundo objetivo — señaló, sacando una foto de la chica.
— Es bonita — señaló Shura — ¿Qué no es la chica que seguía a Shaka por todos lados?
— ¿Eso significa que están saliendo? — cuestionó Aldebarán — Shaka no me ha dicho nada.
— ¡No lo hacen! — intervino Mū, no dispuesto a dejar que todo se mal entendiera — él la rechazó y ahora sólo son amigos.
— Error, ella le contrató una banda para que vinieran a cantarle una canción a Shaka, y él le devolvió el favor — Afrodita miró a los demás — eso de amigos no durará mucho.
— ¿Hay grupos musicales que hacen eso? — Aioros de inmediato pensó en Hilda — ¿sabes cómo se consiguen?
— Dio me dio su tarjeta, me recuerdas que te la dé.
— ¿Podemos regresar al malentendido de Dysnomia? — Mū frunció el ceño, podía sentir un leve indicio de celos — hasta que no lo vea no me daré por vencido.
— ¿De qué estás hablando?
Mientras sus amigos discutían Aioria frunció el ceño, llevaba días pensando en eso, no en los dilemas amorosos de sus amigos, sino en las palabras de Shaka, él dijo que no involucraría a la chica más en el tema del segundo pretendiente de Helena, lo que sólo podía indicarle que esos dos sabían algo; y por alguna razón no tenía un buena corazonada sobre todo eso. Death Mask era peligroso, una vez lo había visto destripar a un oso de felpa como si fuera uno de verdad, el futuro doctor forense era mejor como amigo que como enemigo, y por alguna razón que no comprendía Death Mask incluso lo aceptaba a él como amigo, así que no debía de mover esa delgada línea que los mantenía en la fraternidad y no en la enemistad, eso incluía a los demás.
El castaño dejó que el grupo continuara con su charla, no iba a compartir sus ideas, si estaba en lo cierto era mejor cubrirle las espaldas a Shaka e investigar por su cuenta.
— … así que las amigas de Dysnomia son importantes — Aioria regresó a la junta cuando se dio cuenta que ya habían regresado al tema principal — Kyōko — dijo sacando la fotografía de otra pelinegra y pegándole en la pared — un año menor, pero sé que Dysnomia pasa mucho tiempo con ella, también está Eurídice — ahora pegó una foto de una rubia — de la generación de Kyōko.
— ¿Qué hay de Celintha? Ella nos podría ayudar mucho — dijo Aldebarán.
— Mi hermano está ocupada en su trabajo o estudios, no la involucraremos.
— Que aburrido — dijo Shura — bien, hagamos esto antes de que me arrepienta.
Milo, Camus y Saga estaban más adelantados; a pesar de que el francés no quería, terminó usando un ridículo sombrero y un bigote falso, en su seguimiento hacia Helena. Todo un día detrás de ella, con un su bigote mientras Saga tenía una barba de candado y Milo parecía un vagabundo con su enorme barba falsa.
— Ella sólo está ahí, escribiendo quien sabe que cosas en su cuaderno, ¿ya me puedo ir? — preguntó Saga después de pasar tres horas observando a la castaña que estaba en un salón de clases.
— Estoy de acuerdo — dijo Camus, sentándose y dándole la espalda al salón — ¿por qué estoy aquí? Desperdicio mi tiempo.
— Yo también, debería de estar trabajando en mi jodida tesis — Saga consideró sentarse al lado de Camus, pero al final optó por mover a Milo en medio de ambos. Considerando que apenas a inicios de ese año había recibido una carta romántica de parte de francés, aún no evaluaba como Camus se había tomado la noticia de su relación.
— Ustedes son el equipo de apoyo más aburrido con el que he estado — murmuró él comunicólogo, siguiendo a sus compañeros y dándole la espalda a Helena — le hubiera dicho a Death Mask que me dejara a Aioria y entre los dos nos traíamos a Shaka.
— ¿Por qué te juntas tanto con él? Es igual de aburrido que yo — se quejó Camus, ganándose una mirada de Saga.
— Sólo lo dices porque no pasas tiempo real con él — Milo alzó los hombros — en fin, de todas formas debemos de hacer esto, ya escucharon al italiano enamorado, nos necesita.
— Nunca creí que el amor por un mujer lo hiciera hacer estas estupideces — Saga cruzó los brazos.
— Y yo nunca creí que lo seguiríamos en eso.
— Y yo nunca creí que Helena tendría tantos pretendientes, no me malinterpreten, pero siempre me pareció demasiado seria.
— Creo que nos conviene que él quiera recuperarla, cuando nos reunimos en su casa nos agradeció, creo que nunca lo había escuchado decir gracias — Saga se rascó su barba falsa.
— ¿Eso significa que regresaremos a la misión? — Milo se dio la vuelta y golpeó en la cabeza a Saga y Camus — ¡No está!
— ¡¿Qué?! — ambos se voltearon y vieron sorprendidos que el salón estaba completamente vacío.
— ¡Pero sólo nos volteamos un minuto!
En ese minuto, o cinco en realidad, la clase de Helena terminó y ella salió de su salón rumbo a las afueras de la universidad. Para cuando el trío la encontró, después de buscar en todos lados, la castaña estaba poniéndose un casco, antes de montarse a una moto y abrazar al conductor.
— Death Mask va a matarnos — murmuró Camus.
— Le diremos que si quiere que tengamos éxito debe proveernos de los recursos necesarios para poder seguirla a todos lados, ¿cómo la seguiremos si acaba de irse sobre una motocicleta? — Saga negó con la cabeza.
A Aioria, Mū y Shura tampoco les fue tan bien; los dos últimos no entendieron por qué su castaño amigo insistió tanto en cuestionar a las amigas de la amiga, en lugar de a la amiga. Shura estaba disfrutando del tiempo fuera de la cocina, y pasaba tiempo con dos amigos a los que casi no veía, eso era una ventaja doble. Mū por su parte sólo quería terminar con todo eso, estaba muy incómodo desde que escuchó lo de las serenatas, la seguridad con la que afirmaba que no había nada ahí se esfumaba, debía de comenzar a actuar más rápido.
El trío encontró a las chicas saliendo del edificio principal de Ciencias Biológicas, ambas acababan de tener una larga inducción sobre los lugares donde podrían hacer sus prácticas cuando ellos se acercaron.
— Shura, pregúntales si alguna es soltera — le dijo Aioria a su amigo antes de que se encontraran con ellas.
— ¿Otra vez con eso Aioria? Creí que Aioros ya había hablado contigo, creí que tu padre ya había hablado contigo, creí que tu madre ya lo había hecho también.
— Fue un momento de debilidad, aún estoy molesto con mi madre, con Sasha, con mi madre Sasha — trató de explicar el castaño — y ya les dije, no tendremos de nuevo esa conversación.
— En especial porque estamos a punto de chocar con ellas — advirtió Mū, segundos antes de que sus palabras fueran reales y detuvieran el paso de las dos chicas que platicaban entre sí.
— ¡Hola! — saludó Shura, de repente cayendo en cuenta que no tenían ni idea de lo que diría — sé que esto podría sonar extraño, pero, ¿alguna de ustedes dos tiene novio?
— ¡Yo sí! — dijo Eurídice con las mejillas un poco rojas.
— ¡Yo la entrevistaré! Ustedes encárguense de la otra — Aioria agarró a la rubia por los hombros y la alejó del grupo con rapidez.
— No pienses que somos extraños — se apresuró a aclarar Mū cuando Kyōko hizo ademán de seguir a su amiga — veras, soy amigo de Dysnomia, seguramente te ha hablado de mí, soy Mū.
— No lo sé — Kyōko entrecerró los ojos — ella habla de muchas cosas.
— Bueno, eso… realmente no importa — Mū negó con la cabeza — en realidad nos gustaría preguntarte…
— Si es algo sobre ella lo mejor será preguntarle a ella directamente, yo no voy a soltar nada al menos que me aseguren inmunidad en la corte y que ella no vendrá por mi como venganza — Kyōko cruzó los brazos — si no me equivoco estará en la tarde en la Plaza Syntagma, creo que dijo que tenía un cita, estaba muy arreglada.
— ¿Una cita? ¿Con quien?
Así fue como Mū se olvidó de la misión y se concentró en cuestionar a Kyōko sobre cualquier cosa que pudiera sacarle sobre su amiga, dejando a Shura extrañado, pero sin decir nada, la joven pelinegra se le había hecho una persona curiosa, principalmente por la manera en la que esquivaba las preguntas de Mū haciendo otras preguntas o diciendo que no diría nada hasta que le aseguraran que su amiga o hermanos no la perseguiría hasta los confines de la tierra por estar revelando cosas que no debería.
Aioria nunca se había concentrado en Helena, esa era la cubierta para averiguar qué tan metido estaba su rubio amigo. A pesar de que Eurídice se mostró reacia a soltar información, logró que ella cooperará por completo cuando le dijo que Dysnomia estaría en problemas si ella no hablaba, esas fueron las palabras suficientes para poner nerviosa a la rubia.
— Bueno, sé que ha estado metida en muchas cosas, ¡ninguna ilegal! — se apresuró a aclarar — pero recuerdo que un día vino un sujeto, a principios de este año, y ofreció una fotografía a cambio de un número de teléfono, Dysnomia dijo que ella no traicionaba a sus amigas, al menos hasta que le ofrecieron otra fotografía, entonces ella dijo que no sería nada malo para Helena.
— ¿La chica del semestre superior? — preguntó Aioria anotando las respuestas.
— Sí, es muy amable, y no parece que esté en problemas.
Mientras ellos entrevistaban a las amigas de la amiga, Afrodita y compañía se preparaban para implementar su plan de mensajes subliminales para hacer que la chica admitiera con quién salía, ya lo habían probado en Aioros y él no había tardado ni una hora en decir que estaba saliendo con Hilda Polaris, así que estaban seguros de su efectividad, al ochenta por ciento, a Aldebarán todavía le preocupaba la manera en la que se estaban efectuando las cosas.
— No lo sé, me parece que esto es como manipular la mente, ¿y si terminamos afectándola más de la cuenta?
— Aldebarán, exageras, ¿qué es lo que puede pasar? — preguntó Aioros con una leve sonrisa.
— No lo sé — Aldebarán sentía que ocurriría un mal escenario, pero no tenía la gran capacidad imaginativa de sus otros amigos, así que no podía crearse un elaborado escenario que seguramente sería dramático y exagerado en más de un sentido — pero algo malo.
— Vamos, Death Mask nos pidió ayuda, ¿no fuiste tú quien dijo que deberíamos de tratar de ser más unidos? — trató de razonar Afrodita, ganándose un asentimiento de Aioros.
Aldebarán se tragó sus palabras y acompañó a sus amigos en búsqueda de Helena, lo que no les resultó muy bien debido a que el equipo de espionaje no tenía ni la menor idea del lugar en el que se encontraba la castaña, así que ellos tuvieron que quedarse afuera de su casa, viendo como Saga trataba de explicarle al italiano lo que había pasado, al mismo tiempo que Aioria y equipo llegaban.
— Por favor, díganme que ustedes si tienen buenas noticias — les dijo Death Mask, a punto de golpear a alguien.
Aioria se paró frente a su grupo, en realidad no tenían nada sobre Helena.
— Pues los datos que tenemos son negativos, nadie sabe nada — mintió el castaño, quien sí tenía una idea sobre lo que había sucedido.
— Perfecto… ¡Perfecto maldita sea! ¡Sólo les pedí un miserable favor y ninguno de ustedes pudo hacerlo! — comenzó a quejarse Death Mask, insultando a las madres de todos, a excepción de Agasha, a la que quería como su propia madre.
— ¡Oye! No tienes por qué ponerte así, todavía que uno te hace un favor — rezongó Shura.
— Si lo iban a hacer tan mal, mejor no hubieran hecho nada.
— En caso de que lo olvides, nosotros sí te obtuvimos algo — intervino Camus — Saga te dijo que ella se subió a una moto, por lo que su novio debe de ser motociclista.
— Sí, usaba una chaqueta negra, parecía alto, apuesto a que tenía tatuajes, fuma… no, no, no, todo un delincuente, una versión más peligrosa de ti si me lo permites — Milo se puso a imaginar a un tipo musculoso que frecuentaba los bares más peligrosos y había conquistado a Helena cuando ella estaba pasando la depresión post-rompimiento.
— Eso tiene sentido para mi — dijo Aioros — bien, caso resultó, debo irme, llevaré a Hilda al trabajo.
— Yo también debo de ir a trabajar, ¿me llevas? — preguntó Shura parándose al lado de su amigo.
— Por supuesto.
— Sí, yo tengo clases — Mu también comenzó a alejarse — Alde, ¿vamos juntos en el metro?
— ¡Claro! Sirve que en el camino me cuentas cómo van las cosas con tu mamá.
— Para que te vuelvas a burlar, no gracias.
Death Mask miró sorprendido y ofendido la manera en la que sus amigos se fueron alejando de dos en dos, hasta que Saga puso una mano en su hombro y negó con la cabeza.
— Me debes una — dijo antes de alejarse, había cancelado una cita con Atë por eso, debía de comenzar a pensar en cómo compensar la falta, además de organizar sus tiempos para que ese día perdido no afectara en su siguiente entrega de avance de tesis; a ese paso terminaría por preguntarle su secreto a Aioros para ir por la vida como si no tuviera responsabilidades.
El italiano suspiró fastidiado, no había pasado ni un día y ya todos habían abandonado la misión sobre "ese idiota", sin tener resultados fructíferos fuera de que era un motociclista, lo que terminaría por llevarlo a él a todos los bares de la ciudad, miró a los que quedaban, Afrodita y Camus alzaron los hombros antes de caminar hacia su casa y entrar, el botánico cargando algunas cosas que utilizaría contra Helena y que probablemente ahora quedarían abandonadas en su habitación de investigación. Los únicos que se quedaron en su lugar fueron Aioria y Milo, el primero aún usando su gabardina, una cervadora en la cabeza y una pipa que no tenía nada.
— ¿Sabes si está Shaka? — preguntó Aioria sin dejar su pipa.
— Salió — Death Mask suspiró — no puedo creer que les pidiera ayuda y ninguno fuera capaz de darme algo.
— Tal vez sólo deberías de preguntarle directamente — Milo negó ante la mirada de su amigo — con más delicadeza, o sólo dedicarte a lo tuyo, ese motociclista delincuente no debe de estar preocupándose por ti, eso le da ventaja porque en lugar de crear elaborados planes con un montón de inútiles está concentrándose en ella.
Admitiendo que tenía algo de razón, el italiano asintió ante las palabras de su amigo y con un gesto de la mano les indicó que se fueran. En silencio ingresó a su casa y se encerró en su habitación; miró el paquete de cigarrillos que estaba perfectamente sellado en la bolsa y volvió a suspirar antes de arrojar el paquete a la basura, era el momento de ponerse meloso.
