Crisis en Tierras Infinitas Naruhina
Capítulo 4 Amor Prohibido versión shota
Los viajeros estaban ya en el portal con el propósito de ir a terreno muy hostil y Tsukiko habia ido a despedir a Ryoku junto a Kanna que traía un odio jarocho en contra de la diosa Inugami.
—Cuídate Ryoku, no vayas a lastimarte—le decía ella en un tono maternal muy curioso para todos.
—Espera, ¿Ryoku tiene de novia a la diosa perro?—preguntó Riki en shock.
—Algo así, mejor lo platicamos en el camino—mencionó Shiro interrumpiendo la charla.
—¡Caguabonga!—exclamó la reina Konran yendo al portal.
Media hora de viaje después, llegaron a la dimensión Narusaku y rápidamente Riki comenzó a toser con asco muy fuerte.
—¿Qué te ocurre mamá?—preguntó Shiori viendo cómo enferma a su madre.
—Todo este lugar huele a cerezos—.
—Eso es una señal de que el mundo es Narusaku, váyanse con cuidado—les advirtió Sora que los había llevado a este mundo.
—Yuna, no te vayas a perder… ¿Yuna? ¡¿Dónde está Yuna?!—exclamó aterrado el Naruto del caos.
—Yuna se me pierde mucho así que le coloqué este rastreador, no le diga que le puse uno—sacó Shiori su rastreador.
Mientras tanto, la pequeña Yuna se adentró en Konoha y miró que todo estaba lleno de carteles publicitarios de forma similar a su mundo original pero la mitad eran de la Primera Dama Sakura Haruno.
—Así que este mundo no solo mi papá está casado con esa señora, sino que es progresista. Con razón la señora Riki odia este mundo, de verdad—mencionó la pelirroja.
La chiquilla se había perdido y ya no sabía en dónde estaba ya que esta versión de Konoha era muy distinta a la de su dimensión. Tenía bastante hambre y le dio un ataque hipoglucémico como niña de primaria en los honores a la bandera.
—Tengo hambre—se quejó ella botada en el suelo.
—Oye, no deberías estar tirada en el piso—escuchó la voz de un niño cerca de ella.
Cuando Yuna alzó su rostro lo que contempló fue amor a primera vista y sus ojos se hicieron de corazón, además de que su mirada normalmente descuidada ahora era más estúpida.
—¿Qué te pasa? Estás en vía pública—le dijo el pequeño muy serio.
—Hola, guapo—murmuró ella muy hipnotizada.
—¿Qué demonios le pasa a esta niña?—.
En ese instante, se escuchó un gruñido del estómago de la Uzumaki y esta se sonrojó ya que se escuchó como un león rugiendo en la sabana.
—Creo que tienes hambre, ¿Quieres comer algo? Mi casa está cerca de aquí, vivo con mi tía Hinata y mi mamá—.
A Yuna le llamó la atención varias cosas de este asunto: Una es que la tía de ese niño se llamaba Hinata y aunque era un nombre muy común en realidad le llamaba la atención de que tenía ojos rojos sin pupila como un Byakugan además de cabello rojo rebelde y algo largo, además de facciones muy lindas y una mirada serena.
—¿Cómo te llamas?—preguntó Yuna curiosa.
—Me llamó Genji Uzumaki—.
—¿Uzumaki? Me llamo Yuna Uzumaki—mencionó la niña sonriente.
—¿Eh? ¿Eres Uzumaki? A mamá le va a gusto por encontrar a alguien de su clan, en serio—dijo el chiquillo denotando un tic verbal.
Lo que sorprendió a Yuna es que vivían en el barrio rojo de la ciudad donde solo los hombres llegaban por lo común a solicitar servicios sexuales de las suripantas. En una parte de esa zona estaba un edificio que claramente decía: Renta de Geishas.
—Mi mamá trabaja aquí, te va a gustar este lugar—.
Normalmente la gente confunde a las Geishas con prostitutas cuando son más similares a damas de compañía. Esta era la hora de descanso de las mujeres y alguien fue a recibir a Genji y Yuna.
—Genji, ya regresaste por el cilantro—se vio llegar a Karin Uzumaki que tenía un kimono rojo.
—Aquí está, mamá—.
—¡Esto es perejil, ya van 7 veces que te digo lo mismo!—le regañó molesta la mujer.
—¡Pero si son iguales!—reclamó el niño.
—Una vez a mi papá le traje mariguana y me regañó, de verdad—alegó Yuna que recordó un evento así.
—¿De verdad? ¿Eso fue un tic verbal?—dijo Karin notando que la invitada de su hijo tenía varias señas muy particulares.
—Genji, tengo hambre. Aliméntame—le comentó la pelirroja muy hambrienta.
Karin prestó mucha atención a la niña recién llegada y es que ese cabello rojo largo y esas marcas en las mejillas gritaban Naruto Uzumaki en todas partes pero sus ojos no eran los de Sakura definitivamente, esos más parecían un Byakugan. ¿Naruto tuvo un amorío con otra Hyuga aparte de Hinata?
—¿Quién es tu mamá?—preguntó la mujer a Yuna.
—Ah, papá me dijo que no dijera eso. Es un secreto, de verdad—mencionó ella sonriente.
En ese instante, llegó Hinata Hyuga de esta dimensión y cuando miró a Yuna un chispazo atravesó su mente y su intuición le jugó muy pesado.
—Hola tía Hinata, vamos a comer ramen—saludó Genji a su tía.
—Hmmm, detesto el ramen—murmuró la mujer molesta.
—¡Eso es una blasfemia, el ramen es el alimento de los dioses, de verdad!—reclamó Yuna indignada.
Ese último comentario la desconcertó demasiado y es que esa frase era idéntica a la de Naruto Uzumaki cuando era su amante antes de que se fuera con esa zorra. Ahora que lo pensaba esa niña tenía esas mismas marcas que su antiguo amado.
—¿Y esta niña?—preguntó muy despectiva la peliazul.
—Tenía hambre y la invité a comer—dijo Genji sonriente.
—Es que me perdí y no conozco este pueblo, de verdad—.
—¿Cómo te llamas?—preguntó Karin curiosa de esto.
—Se llama Yuna Uzumaki—.
Esto alertó demasiado a Hinata que notó de inmediato la similitud que había entre Kushina Uzumaki y Yuna en su físico excepto por las mejillas y esos ojos azules que parecían Byakugan.
—Demonios, le dije mi apellido—murmuró nerviosa la chiquilla.
En ese momento, Hinata se acercó y activó su Byaku Sharingan, dejando desconcertada a Yuna y le metió un Genjutsu para leer sus recuerdos, algo que cambiaría su vida para siempre.
—¡Hinata, no le metas ese Genjutsu a la pobre niña!—intentó intervenir Karin pero notó que algo pasó.
La cara de frialdad absoluta de Hinata Hyuga cambió a una cara de emociones intensas encontradas. Los recuerdos de Yuna no eran falsos y al ir más profundo revelaron una horrible verdad: Esta realidad era una de infinitas posibilidades y ella era una hija de ella con Naruto en otra dimensión donde murió y su amado la crio solo pero si la amaba con locura aún.
—Tía Hinata, ¿Qué le ocurre?—preguntó Genji preocupado por su tía.
Hinata comenzó a llorar por primera vez en mucho tiempo y abrazó muy fuerte a la niña que entendió lo que había sucedido y es que estaba consciente del Genjutsu que le aplicaron pero eso ahorraba muchas explicaciones.
—¿Te llamas Yuna, verdad? ¿Te gustan los roles de canela? Yo los hago muy ricos, ¿Cómo está tu papá? ¿Te gusta la jardinería?—empezó a decir muy nerviosa y emocionada la pobre Geisha Hyuga.
—Hinata, me estás asustando—mencionó Karin acercándose a ella.
—¡Mamá!—no pudo aguantar más la pobre Yuna y abrazó con todas sus fuerzas a Hinata.
—Mamá está aquí, mamá no te va a volver dejar ir—susurró la mujer sintiendo que algo en su corazón roto y frío volvió a revivir y calentarse.
—¡¿Dijo mamá?!—gritaron en shock los dos Uzumaki ajenos a la escena.
Mientras tanto, Shiro se separó del grupo ya que quería recorrer este lugar por su cuenta y notó que esta era una especie de realidad ninjapunk mezclada con algo de ciberpunk de lo desolado que se veía en la sociedad. En el camino, unos delincuentes rodearon al sujeto para robarle lo que tenía y sacaron unos kunais para demostrar que lo iban a matar.
—Yo que ustedes no haría eso—mencionó de forma agresiva el hombre.
—¡Danos lo que tengas, payaso!—exigió uno de los delicuentes sin escuchar las advertencias.
—Bien, ustedes lo pidieron—.
Antes de que Shiro moviera un dedo, alguien llegó a la escena y comenzó a masacrar a los delincuentes a punta de Taijutsu. Sus movimientos sin duda era muy elegantes y le recordaba bastante al Puño Suave pero de una forma más fluida.
Por el traje de cuero que llevaba sin duda era una mujer ya que se le notaba una figura muy ejercitada pero tenía una máscara que impedía ver todo su rostro. Cuando la mujer misteriosa acabó con los delincuentes, Shiro entendió que debía hacerla una de sus escoltas y se decidió.
—¡Corran por sus vidas!—exclamó uno de los bandoleros.
—¡Y no vuelvan!—.
La mujer misteriosa huyó de la escena y Shiro en este momento no tenía casi ninguna pizca de poder por una razón que se dará a conocer adelante pero sus zapatos tenían potencia antigravedad que le ayudaba a que saltará como si estuviera en la Luna.
—¡Oye, quiero hablar contigo!—dijo el sujeto persiguiendo a la enmascarada pero esta no le prestaba atención y quería perderlo.
—Deja de seguirme por tu propio bien, no debes ir por lo senda de venganza—declaró la mujer en un tono lúgubre.
—¿Eh? ¿Una emo vengadora? ¿Eres una Uchiha de casualidad?—.
—¡No me confundas con esos tramposos de ojos rojos!—.
La chica arrojó unas bombas de humo para intentar perderlo aunque fue inútil ya que Shiro sabía como sentir la presencia única de cada ser vivo.
—No importa si estoy ciego o sordo, todo el tiempo puedo sentir tu ser—le advirtió el sujeto.
Cuando este analizó su chakra notó un cierto parecido al de alguien específico: A los Hyuga aunque cada chakra es único, los que son de un mismo clan o parientes muy cercanos tienen firmas muy similares de energía y de inmediato notó cuál era su procedencia.
—Tú eres una Hyuga, ¿verdad?—.
Aunque no se veían las expresiones de la mujer era claro que sus expresiones corporales la delataron y ahora ella entró en combate rápido con su Puño Suave.
—Lo sabía, esto es Puño Suave. Aunque no estoy ni al 1%, puedo defenderme bien de ti con algo de cosmos—.
Aunque Shiro no era usuario de Puño Suave como los Hyuga si sabía como usar Jukenpo, Baguanzhang/Hakkeshō y dim mak/kyusho jitsu hizo que este descubriera con ingeniera inversa este estilo y hasta lo llevó a sus más lejanos límites.
—Demonios, ¡¿Cómo es que tienes el estilo de mi clan?! ¡Eres un extranjero!—reclamó furiosa la furiosa enmascarada.
—¡Yo no tengo la culpa de que tu estilo de combate sea muy fácil de entender para mi!—.
En realidad, Shiro siempre había sido fan de las películas de Kung Fu que lo primero que hizo al llegar a la Realidad Cero fue aprender todo esto y fusionarlo de forma que tenía su propio estilo de combate único. Así pues cada estilo de combate era bastante predecible una vez que la aprendía y las adaptaba a su memoria muscular.
—¡Los Hyuga somos los más fuertes de Konoha, tengo que vengarlos! ¡No puedo ser tan débil!—intentó golpear la mujer pero fue tomada por una llave y sujeta a una pared sin poder moverse con toda la fuerza que tenía su agresor.
—¿Me quieres decir que los Hyuga fueron masacrados? ¿Eres la única sobreviviente?—preguntó el sujeto muy serio.
—¡No voy a decir nada! ¡Aunque mi cuerpo sea ultrajado y violado jamás diré la verdad!—exclamó la mujer.
—¿Ah? Nunca hable de violación. ¿Y yo soy el enfermo?—.
—No pienso decirle ni una palabra más—.
—Oye, yo no soy el enemigo. Si alguien en esta dimensión masacró a tu clan estoy seguro que tiene que ver con alguien quien odie al clan Hyuga—mencionó el hombre deduciendo la situación.
—¿Eres aliado de la Primera Dama Suprema Sakura Haruno?—.
—¿Me ves cara de imbécil? Estoy de tu lado—.
Shiro soltó a la enmascarada y esta vio que el hombre decía la verdad así que se quitó la máscara revelando que era una mujer de más de 40 años similar a Hinata Hyuga pero con cabello verde oscuro y sin el fleco que la caracteriza.
—Natsu Hyuga—solo dijo su nombre el sujeto reconociendo quien era.
—¿Cómo conoces mi nombre?—preguntó ella muy sospechosa.
—Ah, soy un vidente. A veces puedo ver algunas cosas de la gente al tocarla—mintió el sujeto para no echarla a perder.
Aunque había desconfianza de parte de la mujer, ella tuvo que hacer una excepción a su política de no confiar en nadie ya que estaba al merced de Shiro.
—Poco después de la guerra ninja, la Quinta Hokage y el clan Hyuga llegaron a un desacuerdo. El héroe de la guerra Naruto Uzumaki en ese entonces debía casarse con Sakura Haruno y nuestra líder se negó. Ella deseaba a ese joven Uzumaki y una noche fuimos masacrados horriblemente. Fui la única sobreviviente de esa fatídica noche—le contó en resumen la peliverde.
—¿Tsunade fue la que mandó a matar a los Hyuga?—.
—No es un secreto que ella siempre tuvo como su favorita a Sakura y no soportaba que mi protegida Hanabi Hyuga fuera superior en todos los sentidos a ella. Por eso la heredera era una de las más peligrosas para que el nombre de la Primera Dama fuera opacado. Tampoco era un secreto que ella odiaba a Hanabi, es por eso que mi vida ahora está enfocada en la venganza—explicó Natsu al hombre.
—Ya veo, entonces esto es un complot—.
Por donde quiera que viera, Shiro sabía que algo había de podrido aquí y en ese momento el foco se le prendió al rey ya que las personas como ella con tal de cumplir sus ambiciones vendían su alma si eso lo requería.
—Así que quieres venganza por esta afrenta a tu clan, estoy de acuerdo. Sakura y sus secuaces deben pagar muy caro su precio por estar en la cima. Si te dijera que puedo cumplir tu deseo, me venderías tu alma—le propuso el hombre con una mirada sombría.
—¿Qué venda mi alma? ¿Eres un shinigami?—.
—No, soy mucho peor que un shinigami. Si puedo hacer que Sakura Haruno desaparezca de la faz del universo, tu cuerpo y alma serán míos para siempre—.
La mujer no lo pensó dos veces y se hizo un corte con su kunai en la mano para la sorpresa de Shiro y le tomó su mano para hacer el trato.
—Mi sangre va a firmar el trato, has lo que tengas que hacer pero cumple tu parte—.
—Ah, no era necesario eso. Sin embargo, eso me responde que si—.
Mientras tanto, Konran y Sora habían encontrado una esfera del caos en esta dimensión lo que generó que la realidad comenzara a desbaratarse debido a que la energía cruda caótica comenzara a manifestarse.
—Esta dimensión no tiene más de 3 días de vida, vamos a acelerar esto—pronosticó la asistente yendo a avisar al resto de lo ocurrido.
En la casa de Hinata, ella le daba de comer con una cara de maternidad recién descubierta a su hija consintiéndola demasiado y la pelirroja lo disfrutaba.
—¿Estas dando a entender que eres de otro mundo?—preguntó Karin muy incrédulo.
—Sí—.
—¿Me estas diciendo que el multiverso existe?—dijo Genji con cara de momazo.
—Entonces quiere decir que Genji y Yuna son primos hermanos—mencionó Hinata emocionada.
En ese momento, Yuna escupió y se aterró ya que empezó a oír la canción del Palomito, apareció en su cabeza un sombrero norteño y a lado tenía una botella de Carta Blanca.
—¿Mamá, cuando vamos a hacer carne asada?—preguntó el niño a su madre.
—Mas al rato, estoy preparando la parrilla y el carbón—.
—¡Fierro, noooooooooo! ¡¿Por qué tiene que ser mi primo?! ¡Ya no podré burlarme de Kanna!—maldijo la Uzumaki en shock.
En el mundo de la Realidad Cero, Kanna estornudó y tenía la sospecha de que alguien se burlaba de su complejo de Electra pero lo olvidó luego y se dedicó a abrazar a un peluche fantoche de Ryoku a escondidas de todos.
De vuelta a la realidad, Naruto irrumpió la casa en donde estaba Yuna azotando la puerta y en cuanto la vio la fue a abrazar con mucha desesperación.
—¡¿Por qué te fuiste así?! ¡Me tenias con un hilo en la boca!—le decía enojado el rubio.
—No lo vuelvo a hacer—dijo la pequeña con ojos de borrego, coda que no aguantó el pobre Uzumaki.
—No te vuelvas a ir así, es que no se que haría si te pasara algo—.
En ese momento, Hinata y Naruto se vieron cara a cara quedando ambos en shock y es que tenía tiempo de no verse uno al otro de forma metafórica. El rubio miró que así debería haber lucido su propia Hinata si hubiese vivido pero seguía aún hermosa a pesar de sus años. En cambio la ojiperla tenía un montón de emociones encontradas. Ese definitivamente no era el Naruto que ella amó, se notaba en sus ojos que él si pasó por demasiado dolor y se le veía que la miraba con anhelo infinito. Además estaba hecho un Suggar Daddy, un DILF, un semental, cosa que sin querer la estaba alborotando bastante.
—Hinata—
—Naruto—.
—¡Yuna!—interrumpió la niña ajena a la escena.
—¿Ese es el tío Naruto? Si que se ve diferente al que conocemos—mencionó Genji curioso.
—Demasiado diría yo—admitió Karin viendo de reojo a ese primo alterno.
En ese instante, entraron Riki y Shiori contemplando la escena y la general sonrió muy aliviada de encontrar a la hija de Naruto pero notó la presencia de Karin y un niño que parecía ser su hijo, a lo que puso especial atención.
—¿Y ustedes que hacen en mi casa?—preguntó la Uzumaki algo curiosa.
—Ellas son unas amigas, tía Karin. Son amistosas—les dijo Yuna.
Naruto y Hinata se quedaban viendo como si no hubiera nadie más en el mundo, generando ese clic que solo en parejas destinadas por el cosmos tendían a ocurrir.
—Disculpe por mi intromisión, señorita Hyuga. Mi nombre es Naruto Uzumaki, espero que Yuna no le haya causado problemas—le dijo el rubio sabiendo que debía ser formal con esta Hinata.
—No se preocupe, Yuna es un amor. Criaste muy bien a nuestra hija—le hizo énfasis la mujer en este detalle.
—Lo siento por lo que hice en tu mundo—.
—No eres tú realmente, me basta saber que en otro lugar si fui correspondida—sonrió la peliazul más amable.
—Sobre ese detalle, nuestros expertos están investigando tu mundo—interrumpió Riki a los presentes.
—¿De que hablas?—preguntó Karin sabiendo que algo no le iba a gustar.
—Ustedes ya deben conocer esto pero hay un infinito número de mundos similares a este. Sin embargo, algo destinado es que Naruto Uzumaki y Hinata Hyuga deben ser pareja de alguna forma u otra. Alguien manipuló a este Naruto para que desposara a Sakura Haruno por satisfacer su gusto ya que de verdad odia a todo lo que tenga que ver con Hinata—les dio a conocer la general.
Hinata estaba sorprendida y es que siempre tuvo ese presentimiento de que algo no cuadraba en el cambio de personalidad del Naruto que ella conocía y era algo similar a un Genjutsu pero de mayor nivel. Si de verdad era una manipulación de un ser malvado, entonces su amado era el menos culpable de este complot.
—De verdad debe ser un complot, nuestro Naruto es una versión patética a lado de este papasote—señaló Karin prendiendo la televisión.
En ese instante, la mujer de lentes puso la televisión y se ve estaba cubriendo una noticia en vivo donde se notaba que el "Hokage" Naruto Haruno inauguraba el nuevo centro comercial "Sakura Haruno" en honor a su esposa. El otro Naruto miró con horror y Yuna se comenzó a carcajear que este rubio estaba bastante pasado de tamales, parecía tener más de 40 kilos de peso, traía rop deportiva muy pasada de moda y todo lo atractivo que podía sido se fue al caño.
—¡Jajajajajajajaja!—se reía en el piso la pelirroja.
—¡Oh por el amor del ramen!—decía el pobre Naruto horrorizado por su condición física.
—Por dios Naruto, ¿Qué te panzó?—habló Riki bastante consternada de que ahora si lo había visto todo.
A lado se veía a la Sakura Haruno de esa dimensión y se le notaba a todas leguas que se había operado de todo para verse más joven y llena de bolas.
—Sea quien sea su cirujano plástico debe ganar mucho dinero—mencionó la niña basranye divertida.
—No tengo argumentos contra esa lógica—admitió su madre.
En otro lado, el grupo de tarados observaba el evento y tenían los mismos pensamientos sobre este Naruto y la versión operada de Sakura.
—¿Qué demonios es esto?—preguntó Nageru muy horrorizado.
—Esto es una mierda, eso es lo que es—respondió Ryoku muy realista.
—No había visto tanta caca junta en un mismo lugar—asintió Chusai haciendo referencia a un momazo.
En ese instante, alguien del público intentó matar a Sakura y cuando los guardaespaldas la detuvieron se reveló que era Anko Mitarashi. Esta versión era aún delgada ya que habían prohibido los dangos en Konoha ya que a Sakura no le gustaba y eso la obligó a estar a dieta.
—¡Te voy a matar puta rosada, destruiste mi santuario de serpientes!—rugió de rabia la pelimorada.
Era un secreto que Nageru deseaba reclutar a Anko Mitarashi en sus filas y está era quizás una oportunidad única en su vida así que tiró por la borda la cubierta de no llamar la atención.
—Caballeros, fue un placer servir con ustedes. ¡Ahí les voy!—dijo el hincha del Cruz Azul de forma imprudente.
—¡¿Oye, que haces?!—intentó detener el General Dragón a su compañero pero fue inútil.
Dos horas después…
—¿Tenías que golpear a Sakura?—dijeron todos los hombres viendo al bronie.
—No me arrepiento de nada—.
—Me agradas—alzó el pulgar Anko.
Todos estaban en la cárcel y con sellos poderosos que ni siquiera que estaban en un plano superior podían romper, por lo que era seguro que el villano Narusaku los hizo especial para ellos.
—Shiro nos va a matar si se entera de como fuimos a prisión—mencionó Chusai ya presintiendo de que los iban a mandar a la porra del América a la fuerza.
Continuará…
