Crisis en Tierras Infinitas Naruhina

Capítulo 5 Prisión Break

Mientras que los generales tarados se encontraban prisioneros, Shiro paseaba por un sitio muy alejado de la Nueva Konoha con Natsu Hyuga. Según la mujer, habían dos colaboradoras que la ayudaban en su lucha contra el gobierno de Sakura Haruno.

—Por favor, no haga enojar a mi superior. Ella es de un carácter muy especial—le advirtió la Hyuga muy seria.

Era una especie de Baticueva muy sofisticada y había una mujer que manejaba la computadora central que Shiro conocía muy bien.

—Ayame, te presento a nuestro nuevo aliado en la lucha contra el gobierno opresor—dijo la ojiperla.

Esta no era la Ayame que él mismo convirtió en una especie de maid ginoide sino que era la versión de esta dimensión que aún era una humana común y corriente.

—Mucho gusto, soy Ayame. Soy la que maneja el equipo—.

—Antes vendía ramen en Konoha pero desde que Sakura prohibió el ramen quedó en la ruina—le contó Natsu a Shiro.

—Eso sí está mal—.

—Mi padre protestó pero… lo mandaron a callar. No voy a descansar hasta vengar su muerte—dijo la ex cocinera muy severa.

—Así que el gobierno prospero es en realidad una dictadura muy ridícula. ¿Dónde está su líder?—preguntó el hombre viendo qué faltaba alguien.

—Natsu, no deberías traer personas desconocidas a este lugar. Puede ser un espía, lo sabes—se oyó una voz femenina cerca de ahí.

—Un tic verbal, una Uzumaki—volteó a ver Shiro a donde provenía la voz.

Frente a él se encontraba una mujer muy madura con apariencia de cuarentona muy hermosa pero en realidad tenía más de 70 años de edad. Su linaje Uzumaki la hacía envejecer el doble de lento generando que a esta edad se viera aún muy atractiva. Cabello rojo corto y ojos negros, con una banda lila característica con el símbolo del Remolino.

—Disculpe señora Honoka, medí sus habilidades y no son de este mundo—declaró la Hyuga convencida en base a su experiencia.

—¿Cómo sabemos que no es un espía de esa impostora rosada y su sequito?—.

—Hmmm, no tengo pruebas. Sin embargo, puedo afirmarles que alguien más está detrás de este zafarrancho, tuve un encontronazo con él hace unas semanas—reveló el sujeto y Honoka parecía analizarlo con el Ojo de Karura.

—Está diciendo la verdad aunque tu chakra es extraño, parece otra energía, verdad—.

—Es una larga historia, ¿Cómo es que terminaste en este lugar? ¿Creí que Naruto Uzumaki era el último de su clan?—.

—Estuve atrapada en una isla por décadas pero escapé en cuanto pude—.

—Tengo una duda, ¿por qué no te manifestaste antes en Konoha si había un Uzumaki sobreviviente?—preguntó Shiro curioso.

—Yo creí que todos estaban muertos, pero en cuanto el nombre del jinchuriki resonó por boca de todos fui a buscarlo. Crucé vientos despiadados, infernales desiertos, me colé en la barrera de la aldea, ¿y que encontré? Un rubio gordo de aspecto fachoso que había sido manipulado por una tabla rosada sin apellido importante—contó Honoka un resumen de su triste historia.

—Auch, lo siento—.

—Mi padre Teuchi fue asesinado en esa fecha y no sabía que hacer. Honoka vino a mi y me reclutó a su causa. Fue fácil para mí aprender artes ninjas gracias a estos ojos—siguió Ayame su parte de la historia.

En ese instante, se veía un verdadero Mangekyo Sharingan en los ojos de la cocinera que dejó descolocado al rey ya que no se esperaba esta situación sobre la cocinera.

—¿Tu mamá era Uchiha?—.

—Así es, fue desterrada por tener un matrimonio con mi padre. No supe de mis ojos hasta el día en que sufrimos la invasión de la aldea del Sonido. Ese estrés y el hecho de que estábamos en peligro hizo que despertara mi primera aspa pero no le hice mucho caso ya que era una cocinera—.

—Adivino, despertaste el Mangekyo Sharingan por la muerte de tu padre. ¿Qué tan ciega estas?—.

—He tenido que usar lentes para leer últimamente, no soy tan activa—.

El diseño del Mangekyo Sharingan de Ayame era algo extraño ya que no era una Shuriken como en muchos casos, sino que más parecía un fondo negro con hoyos rojos que recordaban un cucharón de grasa para el ramen.

—¿Qué poderes tiene tu Mangekyo?—.

—Hmmm, puedo manejar bien cada instrumento que toco. Con el otro ojo no tengo idea, no lo he usado nunca—.

—Así que no tienes Susanoo—.

—No se que es eso, pero no lo tengo—.

Secretamente Shiro había tratado de implementar los genes de Kaguya en usuarios no descendientes de ella pero aún eran fases de prueba en sujetos y la Ayame que ella conocía tenía únicamente algunos restos de Senju en su sangre porque ese clan estaba diluido siendo un de este clan pero en esta realidad se le agrega un Uchiha por parte materna.

—Nuestra siguiente misión es ir a rescatar a los prisioneros que encarcelaron hace unas horas—interrumpió Honoka los pensamientos de Shiro.

—¿Qué hicieron ellos?—.

—La innombrable inauguró un centro comercial a su nombre y varios protestaron—.

En ese instante, las cámaras captaron a los generales del rey siendo sometidos por unos monstruos que antes eran personas por culpa de esas pelucas rosas y los llevaron a prisión porque a Nageru se le ocurrió impresionar a cierta pelimorada.

—Tres meses en la Escuela del América con su uniforme—murmuró molesto el sujeto.

En ese momento, el pueblo tembló bastante y Shiro sintió una descarga de energía del caos en todo el mundo. Al parecer la esfera del caos había sido encontrada y no había algo que impidiera la destrucción de este mundo. Riki que estaba en el hogar de la Hinata shota también sintió ese impacto y tuvo que darse prisa para convencer a todos de abandonar esta dimensión.

—Escuchen todos, tenemos que salir ahora de este mundo. En menos de 3 días está dimensión va a volar en pedazos y nos encontramos en peligro inminente—les avisó la miko.

—¿Qué más podría salir mal?—se preguntó Karin alarmada.

Justin en ese instante, la Policía Militar de Konoha entró y se llevó con lujo de violencia a los que estaban en esa casa, incluidos a los niños, siendo la sorpresa inesperada del momento.

—¡Están arrestados por evasión de impuestos, tienen derecho a guardar silencio!—.

—¿Olvidaste pagar los impuestos, verdad?—preguntó Hinata molesta a Karin.

—Ups—.

De vuelta a la cueva de la base rebelde, Honoka y Natsu se preparaban para ir a rescatar a los prisioneros y Shiro iba a ir pero notó que sus poderes estaban en su límite, por lo que se sentó.

—Quédense aquí, vamos a necesitar refuerzos por si algo sale mal. Si no regresamos en 48 horas, venguen nuestra causa—se despidió la Uzumaki de ahí.

—Cuida de Ayame—se fue Natsu de ahí.

Los dos se quedaron solos y Shiro tenía la sensación de que esto iba a salir muy mal ya que su sexto sentido le advertía cuando la situación era desfavorable aunque tenía que preparar su plan, así que simplemente se sentó ahí.

—¿Qué es lo que haces?—preguntó la mujer viendo al hombre.

—Esperando a que todo salga mal para hacer mi entrada triunfal—.

—¿Crees que es una trampa?—.

—Sí, lo creo—.

En ese instante, el hombre se puso en posición de loto y el tiempo se detuvo para todos, excepto a los que estaban en la sala, de forma que Ayame miró que un lápiz que estaba a media caida se quedó flotando.

—¿Puedes detener el tiempo?—.

—No, ese no fui yo. Digamos que es alguien que me debe favores—.

Justo en ese instante, un sujeto apareció frente a ellos y se trataba de un niño pequeño de cabello blanco y ojos rojos con un traje que simbolizaba un reloj.

—Ha pasado un tiempo, Shiro—saludó el niño que de inmediato pasó a ser un hombre adulto.

—Rey Tiempo-Espacio, es un gusto verte. Adivino que viniste porque la situación se puso fea—.

—¿Espera, él domina el tiempo?—.

—El tiempo y el espacio, la realidad funciona con esos conceptos ligados. Para cada ley física en el universo hay un representante y tienen autonomía de los creadores del multiverso—.

—Espera, ¿me estás diciendo que existe un multiverso?—dijo la chica en shock.

—Sí, y esta es una de las tantas realidades que existe. Aquí es donde las líneas temporal es convergen, lo llamó el Clockworld—.

—Oye, no le des tanta información clasificada a una mortal—le advirtió el Rey Tiempo-Espacio.

—Ella es mi maid, tiene que saber estas cosas de antemano—alegó Shiro sobre ello.

—¿Espera, ya me conocías?—volteó a ver Ayame.

—Sí, tu otro yo trabaja en mi palacio como maid y cocinera real. Planeo ir por ella y unos aliados, mi sexto sentido me indica que algo va a salir mal con la misión—.

—¿Qué tantos refuerzos?—.

—Lo suficiente para dominar tu mundo de un golpe—.

Finalmente llegaron al final de la ruta y ahora estaban en la Realidad Cero, cosa que sorprendió a la recién llegada ya que jamás había visto un lugar tan prospero y avanzado.

—No hay tiempo que perder, avancemos—.

En la cárcel, Shiori tocaba la armónica de forma muy graciosa y habían sujetos muy mamados y grandes a su lado que estaban apartados de ella por miedo. Por alguna razón, de los generales ella estaba entre la más peligrosa así que la apartaron para que los delincuentes más despiadados la sometieran cruelmente pero fue al revés.

Flashback

Apenas habían metido a la cárcel a los huéspedes de la casa de Hinata y Karin, y a Shiori la separaron en una celda apartada donde habían sujetos delincuentes que parecían ser de Kumo y dignos de un buen hentai de violación.

—¡Carne fresca!—dijo uno de los morenos levantándose de ahí.

—A mi no me vengan con amenazas—.

En ese momento, los policías oyeron gritos de dolor de la celda de los delincuentes más peligrosos y cuando fueron a ver notaron que los pobres sujetos estaban apaleados en el suelo y la hija de Riki usaba a uno de ellos como silla para recargar sus piernas.

Si se preguntan quien fue la pésima influencia que tuvo Shiori en su vida fue el rey Shiro a quien ella vio como el padre que se fue por cigarros según lo que le contó su madre que había sucedido con el verdadero. Desde que era una niña pequeña, ella había sido aconsejada de formas inesperadas por el hombre ya que llegaba seguido al reino zorro por informes.

Flashback

Shiro estaba junto a una Shiori de dos años de edad que estaba empezando a hablar y este le enseñaba a decir palabras pero se aprovechó de la inocencia de la niña para jugar una broma a sus generales.

—Él es el tío Ryoku—le mostró una foto del sujeto a la pequeña.

—Dioku—balbuceó la niñita.

—Dile Puto, PU-TO—.

—¡Puto!—dijo ella muy alegre.

—Este es el tío Nageru, dile JO-TO—.

—¡Joto!—.

Flashback fin

Ese día el rey se ganó un chanclazo y pamba loca de todos por andar de chistosito aunque eso no detendría a tratar de malaconsejar a Shiori, y curiosamente le estaba sirviendo en estos instantes. Los malotes del lugar habían decidido seguir de ahora en adelante a su nueva enana jefa de la mafia.

—¿Quieren que yo sea su líder?—preguntó desconfiada la niña.

—Nadie mejor que usted para dominar el mundo—.

—Sí me juran lealtad eterna, les prometo que vivirán bien a cambio de que no me cuestionen—dijo la chiquilla imitando los gestos y tono de manda del rey.

—Larga a… ¿Cómo se llama?—preguntó uno de ellos.

—La Gran Aspirante a General Kitsune Shiori Senryaku sama, Inclínense a mis pies y les prometo que reinaremos excepto en mi hora de mi siesta, de veras—les declaró la pelirroja de forma arrogante.

—¡Larga vida a Shiori sama!—dijeron en coro los nuevos guarudas de la niña.

—¿Alguien sabe como salir de aquí?—.

—Le robé las llaves al vigilante de la celda—mostró uno de ellos.

—¿Cómo te llamas?—.

—Brutus—.

—Tendrás tu estrellita de buen secuaz después, ahora hay que ir por mi mami y mis amigos—.

Ahora con la peor lacra de Konoha y muchos de Kumo, Shiori iba encabezando el escape de prisión y se dirigía a las celdas donde estaba su madre y sus amigos, encontrándolos a salvo.

—Wow, orale. ¿Qué sucede aquí? ¿Por qué están estos delincuentes contigo? ¡Kyaaaaa! ¡¿Shiori, te volviste reggaetonera?!—exclamó en shock la madre alterada al ver un medallón clásico de cultura urbana.

—Rapera—corrigió ella.

—¡Que deshonra! ¡¿Sabes lo que te ganaste, verdad?!—empezó a regañar la pelirroja a su hija.

—Sí—bajó la cabeza la niña y le empezó a rociar agua en la cara.

—Mala, mala, ahora sáquese de aquí y dame ese medallón diabolicote—.

Shiori se enojó y se fue refunfuñando en el camino porque la avergonzaron frente a sus secuaces, mientras que los delincuentes aún los seguían.

—Esa mujer es peor que la hija—alegó uno de los morenos.

—Y eso que no ha sacado la chancla—mencionó Ryoku en broma.

De mientras, Shiro había reunido a su ejército y estos se preparaban para entrar en acción aunque había un delicado problema que se tenía que resolver ahora mismo.

—Oh, oh, tenemos un grave problema—le avisó Shiro a su maid.

—¿Qué tan malo es?—.

—Lo siento, usé lo último de mi poder para viajar a mi reino—le dijo nervioso el hombre.

—¡¿Entonces para que me trajiste?!—reclamó la cocinera furiosa.

—Esperaba que te encargaras de este asunto, jamás podría vencer a Sakuraba y su gente rosada en este estado—se rascó la cabeza el hombre.

—¡Aunque sea fuerte, no creo ser capaz de ganar, apenas y sé usar mi Sharingan!—reclamó la castaña furiosa.

—Mi señor, ¿para que me llamó?—se escuchó una voz y cuando Ayame volteó, notó que había una mujer idéntica a ella.

—¡¿Qué demonios?!—exclamó la Ayame del mundo shota.

En cuanto ambas se miraron a los ojos, sus cuerpos se atrajeron de golpe como imán al metal y se fusionaron en un único cuerpo y mente que se estaban reconfigurando.

—Guau, funcionó—anotó Shiro el resultado.

—¡¿Qué demonios me hiciste?!—exclamó la nueva Ayame resultante muy molesta.

—Tú eres la mezcla de la Ayame cyborg y la Ayame parte Senju y Uchiha de la otra realidad. Deberías poder combatir muy bien—.

—¡Usted va a venir conmigo!—.

—En este mundo soy inútil, no tengo una pizca de energía en mi cuerpo—le recordó el hombre

—¿No hay alguna forma de recuperar esos poderes que tanto presume?—.

—Bueno, de hecho si la hay pero el precio es muy costoso. No hablo de mi, sino de ti—señaló Shiro nervioso.

—¿Tengo que donar mi poder?—.

–No es eso, es que cuando recibí mi poder me dijeron que solo hay una forma de aumentar de golpe bastante de mis reservas de energía del orden—.

—¿Y esa cual es?—.

—Tener relaciones sexuales, así de sencillo—reveló el sujeto y Ayame se sonrojó.

—¡¿Qué, dijiste que debes tener sexo?! ¿No funciona la masturbación?—.

—La masturbación funciona en un 10% y las mamadas al 20%, ya que no son realmente una relación sexual verdadera—.

—Es por eso que te invoque, quiero que te encargues del rescate—le dio la tarea el rey.

Ayame realmente quería ayuda y no la iba a tener así que Shiro se sorprendió cuando la castaña se quitó la blusa muy sonrojada, y no lo miraba a los ojos.

—No voy a poder sola, si mi rey necesita mi cuerpo lo voy a tener que dar. Tú salvaste mi vida y a mi padre, así que tengo que corresponder—mencionó ella bajándose los pantalones quedando en ropa interior.

—No se diga más—se comenzó a desnudar rápido Shiro sin pensarlo dos veces.

—¡Esta es la parte donde debes ser tierno y noble!—reclamó Ayame molesta.

—Sabes que eso no va a ocurrir, es solo una relación sexual entre rey y maid—.

—¿Crees que el sexo es algo vacío?—.

—No es eso, es simplemente que el tema del sexo no es algo que me avergüence. Tener sexo es algo como respirar, pero si es con alguien que conoces se siente muy diferente—.

—¿Y si es un hombre?—preguntó la cocinera jugando con los comentarios de su rey.

—Nunca lo he intentado—.

—Estas enfermo—suspiró la castaña quitándose el sostén.

—Más bien soy de mente abierta—.

—Demasiado abierta diría yo, quiero que me trates como una dama. Aún soy virgen a pesar de mi edad, soy una novata en esto—.

—¿Eres virgen? Eso me lo debías decir antes, la primera vez debe ser muy especial—dijo el sujeto algo sorprendido con esta información.

—Sí, soy virgen. Nunca he tenido novio y no pensaba hacerlo, no me hagas hacer que me arrepienta—.

La chica quedó completamente desnuda y el Asesino de Dioses como le apodaban extraoficialmente tenía que hacer lo que un hombre debe: Dar la mejor primera vez posible a su maid. Había una habitación en la base y era perfecta para lo que iban a hacer, así que comenzaron a besarse poco a poco incrementando el tono del momento.

Ayame jamás había dado su primer beso siquiera y es que toda su vida fue la cocinera del negocio de su padre, por lo que jamás tuvo tiempo de un romance. Sin embargo, su nerviosismo inicial desapareció muy rápido cuando sintió la lengua de su amo dentro de su boca y una de las manos de Shiro tocó de forma firme sus nalgas.

—¡¿Qué demonios me está haciendo?!—se preguntó mentalmente alterada la mujer.

Shiro como buen hombre sabía que una primera vez era la ocasión más especial para cualquier mujer, así que con más razón debía ser muy complaciente con la cocinera maid. Después de profanar de lo más rico su boca siguió con su cuello y Ayame soltó un sonoro gemido al mismo tiempo que comenzó a masturbarla despacio con un dedo.

—¡Deja ahí! ¡Esta muy sensible!—intentó zafarse ella pero Shiro le agarró un pecho con la otra mano y ella gritó en un sonoro gemido.

—Lo que me voy a hacer a tu cuerpo lo voy a gozar como no te lo puedes imaginar—le susurró el rey sin rodeos.

Ella seguía siendo masturbada y se rindió en resistirse a lo que le iban a hacer ya que su mente comenzó a nublarse por la tensión sexual, siguiendo con varios gemidos y respiraciones altas.

—Quítame este cosquilleo, me está matando—le pidió la mujer muy excitada.

Después de que me dijo eso, Shiro la puso en la cama y abrió las piernas de Ayame para meter su lengua dentro de su vagina, haciendo que arqueara ante esa sensación ahora desconocida para ella.

—¡Cómetela toda!—le pidió la chica perdida en sus instintos animales.

Después de unos minutos, ella sintió su primer orgasmo y cayó a la cama muy agitada, a pesar de solo ser una cunnilingus. Ayame no tuvo tiempo de descansar y es que la volvieron a besar aún teniendo sus fluidos vaginales en la saliva de su amante pero poco le importo este detalle.

Ahora fue el turno de la mujer y está comenzó a darle una buena mamada a Shiro que ya tenía una buena erección, mientras que ella con una mano se comenzó a masturbar porque esto la hacía sentir más caliente.

—Eres una zorra mosca muerta, al final en el sexo todos sacamos nuestro verdadero yo—le dijo el sujeto aumentando la velocidad de la felación.

Aunque la maid era una chica sensible a estas cosas, la verdad es que en este caso se estaba mojando aún más porque eso la calentaba. Sin aviso recibió el semen de Shiro en su boca y esta lo escupió un poco ya que el sabor era algo amargo.

—Lo siento, me dejé llevar un poco—susurró el hombre a una Ayame que tenía la mirada un poco vacía y la boca llena de semen.

—No se apiade de mi, soy suya desde el día en que me salvó la vida. ¡Quiero que me coja ahora!—dijo la castaña abriendo con una mano su vagina.

—Diablos señorita—.

Sin tiempo más que perder, el sujeto la volvió a besar y después de unos minutos, decidió quitar la virginidad de una vez por todas de su sirvienta. Dicen que el tamaño importa pero en realidad no era eso sino el como utilizas tu "arma". Aunque el rey podría haberse agradando bastante su hombría no hizo tal cosa ya que se enfocó más en el tantra.

¿Cómo dar más placer de lo normal a una amante en la cama aparte de la experiencia? El truco era usar bien tu energía espiritual que en Shiro era gigantesca y rellenarla en la otra persona pero genera efectos secundarios muy eróticos.

A pesar del dolor inicial que sintió la cocinera al tener roto su himen, eso fue sanado de inmediato ya que su fisiología era muy rápida y no tardó en acostumbrarse en tener un pene efecto dentro suyo.

—Ya dejó de doler, mi señor—le avisó Ayame entendiendo el porqué su amante se detuvo.

—Gracias—.

Shiro se preparó y comenzó a estocar despacio a la chica al mismo tiempo que comenzó a besaría despacio. El cuello era un punto muy sensible en la mujer y por allí atacó con su lengua que hizo gemir un poco más a la chica.

—Shiro, Shiro, Shiro—comenzó a decir ella su nombre una y otra vez.

Aunque generalmente un hombre no gime, esto le valía un comino al rey y este comenzó a hacer gruñidos y gemidos bastante masculinos.

—Mueve más tus caderas—le dijo el rey sin duda.

—¡Ay me vengo!—gritó ella y sufrió unos temblores para indicar que se había corrido antes de tiempo.

—¿Te gusta como lo hago, Ayame?—.

—Se siente tan bien. Sorpréndeme Shiro—.

La cocinera fue puesta en cuchilla y su trasero estaba al descubierto, por lo que su amante la comenzó a penetrar sujetando muy firme sus manos en sus nalgas.

—Tu culo es muy sexy—le dijo el hombre dandole unas buenas nalgadas.

—¡Castígame más, soy una maid mala!—le pidió ella fuera de control.

—¡Ayame, Ayame, me vengo!—.

La cocinera sintió la semilla de su amo dentro suyo pero aún no era suficiente para terminar todo esto. Ayame cambió de posición y ahora estaba arriba de su majestad para montarlo como ella quería.

—¡Más Shiro, quiero más de tu semilla! ¡Lléname toda adentro!—seguía ella moviendo sus caderas ya sin cesar.

—Creé un monstruo… ¡No te detengas!—.

Así duraron un tiempo bastante indeterminado hasta que el cuerpo de Ayame llegó a un punto que no pudo más y se quedó inmóvil, llena de semen en todo el cuerpo y sin fuerzas.

—Ya no puedo más, ya no puedo más—decía en alaridos la pobre ninfómana de closet.

—Guau, no me esperaba que la hija del sujeto del ramen fuera una golosa en la cama. Esto debo aprovecharlo para después—suspiró el hombre viendo que sus reservas de poder estaban en un punto que podría ganar esta batalla.

Cuando Ayame abrió los ojos, notó que estaba desnuda en la bañera y Shiro la limpiaba con agua y jabón todo sus fluidos que derramaron en esa noche.

—Mi señor, no tiene que hacer esto—susurró ella muy débil.

—Lo que sigue después del sexo es divertido, lo que pasó ahora fue mejor de lo que pensé—.

—No vayas a decirle a nadie de mi comportamiento, es muy vergonzoso—se cubrió la cara la chica.

—Prometido, eso te corresponde a ti. Una promesa real es siempre sagrada—le confesó el rey.

—¿Ahora está listo para ganar?—.

—Sí, pero olvide un detalle. Cuando hago este aumento de poder, al parecer la otra persona gana más poder de combate. Ahora eres tres veces más poderosa—reveló el Asesino de Dioses.

—¿Por qué no me dijiste eso antes?—.

—Lo olvidé—.

—Eres muy descuidado—.

Omake ¿Qué pasó con la reina y la asistente?

Mientras que los tarados estaban en prisión, Sora y Konran que habían recuperado la esfera del caos paseaban en Konoha y veían que era la semana oficial de la celebración del cumpleaños de la adorada Sakura Haruno.

—Creí que los monstruos del caos eran la peor existencia pero creo que esto es aún peor, que mal gusto—mencionó la asistente real.

—Nah, hay cosas peores—.

—Ahora escucharemos un homenaje a Sakura en reggaeton—se escuchó la voz de una conductora de la televisión pública.

—Como eso por ejemplo—.

En ese instante, se veía a un hombre en silla de ruedas ser perseguido por la Policía Militar Haruno de Nueva Konoha que tenía un traje verde ridículo de spandex, un peinado en casco y cejotas de azotador.

—Si mi memoria no me falla ese debe ser Maito Gai, la Bestia Verde de Konoha. Así que esta vivo en esta dimensión, pero lesionado como lo marca en la línea de tiempo original—analizó la albina seria.

—¿Por qué lo persiguen?—.

—¡Mi verano de la Juventud no será manchada con eso tan antijuvenil!—exclamó el sujeto yendo muy rápido en su silla de ruedas.

—Yo creo que es eso—.

—¡Póngase su traje, Sexto Hokage!—le ordenó uno de los policías que tenían trajes rojos del tono que usaba la misma Sakura.

Las mujeres fueron a tratar de ayudar pero alguien se les adelantó: Una chica muy guapa llegó a la escena y comenzó a darle la paliza de su vida a todos los presentes para proteger al cejudo.

—¡Nadie toca al Sexto Hokage!—declaró la mujer muy amenazante.

—Guau, ¿y esa quien es?—se preguntó Sora que no reconocía en su base de datos a la presente.

Cabello negro de reflejos verdes, ojos serpentinos verde-amarillentos, cuerpo de infarto y apariencia madura, de vestuario chino esmeralda. Sin duda, Sora reconoció esto como una de las peculiaridades de esta dimensión.

—Señor, no debió huir del asilo de retiro—mencionó la mujer seria.

—¡No quiero mis medicinas!—.

—Nada de eso, te las tienes que tomar—.

—Al parecer es una enfermera oficial pero esa fuerza es ridícula. Podría ser tan fuerte como un Kage—analizó Konran la fuerza vital de esa señora.

—Disculpen ustedes dos, necesitamos hablar de algo con ustedes. ¿Se puede?—.

Ahora estaban en un sitio privado de retiro para Maito Gai y su enfermera le sirvió una taza de té a sus invitadas que les fueron revelando información clasificada de los mundos paralelos.

—¿Estás diciendo que están reclutando ninjas de cada mundo perdido y me escogieron?—preguntó el cejudo curioso.

—Así es, ¿le interesa?—.

—No tengo nada en este mundo, mis alumnos murieron en la guerra. Mi rival también fue asesinado y estoy en silla de ruedas. ¿Por qué tendrían que reclutar a un inválido?—.

—Esa pierna rota es fácil de curar en mi dimensión, además reclutamos a Kakashi en nuestras feliz y va a ser padre—declaró Sora esperando convencer al sujeto y funcionó.

—¡Mi rival va a ser padre, no me voy a perder del baby shower!—.

—Usted no se va a ningún lado sin mi, apenas y recuerda el día de la semana—declaró la enfermera con esos rasgos reptilianos que era sospechoso.

—Concedido—tronó los dedos la mujer y en un parpadeo los dos estaban en la nueva realidad.

—Esto no es Konoha—mencionó la enfermera llevando en silla de ruedas a su paciente.

—Vamos, tenemos que ir a ver a Kakashi—.

Kakashi en este nuevo reino había llevado la vida pacífica y tranquila que había querido siempre, y su esposa embarazada era un buen plus mientras ella estaba sentada en el patio.

—Kahyo, ¿vas a repartir la invitación del Baby Shower?—.

—Sí, pero tengo que hacer más invitaciones. No sé cuántos más conocidos tuyos traigan los demás a esta dimensión—.

En ese momento, Kakashi notó algo particular que le causó mucha consternación e inseguridad: Normalmente los pájaros cantaban pero en un momento dado lo dejaron de hacer y se fueron volando huyendo de algo.

—¿Por qué tengo esta mala sensación?—.

—¡Entrada dinámica!—exclamó Gai estrellando su silla de ruedas en el ex ninja pero este había entrenado duro con Tsukiko y era bastante fuerte para detener ese peso.

—¿Gai? ¡Estas vivo!—dijo el enmascarado en shock.

—¡Más vivo y feliz que nunca! ¡Las Llamas de la Juventud que se hablan extinguido se vuelven a encender con más vigor!—.

En ese momento, un abanico de papel se estrelló en la cabeza del cejudo y era su enfermera que se le veía molesta porque hacía esos actos tan impropios de la gente normal.

—¿Usted no aprende, verdad? Debe cuidar más su pierna—.

—¿Mi amor, qué sucede?—salió Kahyo curiosa y Gai notó que ella era la esposa de su rival

—Dentro de ese vientre crecerá el hijo de mi mayor rival, aquí les tengo mi regalo—declaró el ninja cejudo y sacó un mameluco spandex verde.

—Oh, me hace falta uno. Gracias, señor Gai—asintió la mujer.

—¡No aceptes sus regalos!—exclamó Kakashi tratando de quitarle eso a su esposa pero era inútil.

—Señor, debería ir a ver su pierna. En el hospital van a hacer que camine como nuevo—mencionó Kahyo amablemente.

—Eso me lo habían dicho, ¿pueden guiarme?—.

—Yo los llevo, hay que ponernos al corriente sobre lo que pasó en nuestros mundos—finalizó el enmascarado en el fondo feliz de ver a un viejo amigo con vida.