Crisis en Tierras Infinitas Naruhina
Capítulo 15 Las mujeres del Dragón y el Geek
Después de una noche de pasión muy agitada, Sora hizo sus actividades diarias como de costumbre. Sin embargo, su alma en secreto se fue a una dimensión en blanco que solo ella podía ingresar con el fin de dar informes a unas sombras.
—¿Sora, tienes algo que decir sobre nuestros reyes?—se oía una voz distorsionada en el sitio.
—Bueno, los centinelas al parecer no están de acuerdo con la aparición de Shiro y Konran—comentó la asistente real con leve preocupación.
—¿Tienen planeado conseguir ayuda? Podemos intervenir—.
—Aún no es necesario, ellos deben crecer solos—declaró la asistente a las sombras.
—Ay, quiero ir a saludar al señor Shiro. Quiero ser consentida de nuevo con su mano en mi cabeza—se oyó a otra de las sombras que se oía muy anhelante.
—¡No, yo quiero ser consentido por el rey!—.
Todas las sombras comenzaron a pelear bastante pero fueron parados por Sora que golpeó el suelo con un bastón.
—¡Cálmense, ya va llegar el momento en que recibamos nuestro premio!—.
—¡Si, como tú eres la que fue nombrada la asistente real! ¡Te estás tirando a nuestros jefes!—reclamó una de las sombras.
—Te encantaría estar en mi lugar, ¿verdad? No, eso es mandato divino de la Reina de la Nada, así que se joden todos—se burló la albina.
—Te odio—.
—Ya cálmense, va a llegar el momento. Hemos esperado eones para que al fin despierten por completo los reyes. La profecía se va a cumplir—.
—¿Qué hay de esos generales?—preguntó otra sombra curiosa de ese asunto.
—Aún son unos bebés, están aprendiendo, son muy buenos. Solo les falta madurar un poco más, los habitantes de clase media y baja los adoran así que cumplen perfecto su papel en el reino—declaró la mujer a las sombras.
—¿Qué procede ahora, Sora?—.
—Seguiremos con el Proyecto Arca de Noé, no vayan a arruinar nada. Casi es la hora de actuar, el alma divina de nuestros reyes sigue despertando más y más, es mucha información que aún sigue descomprimiéndose. Sigan en lo suyo, les prometo que esos años y años de espera van a terminar pronto. Nuestros amados reyes volverán a nosotros y su reino infinito jamás terminará—determinó la albina en un tono muy fanático.
—Y no olvides lo más importante—.
—¿Qué cosa?—.
—Que nos truenen las nalgas—.
—De verdad estos millones de años de abstinencia están volviéndolos locos. Pobrecitos, hermanos míos. Les prometo que una orgia será dada cuando el reino eterno sea completado—.
—Parece que les pusiste 10, son muy excéntricos pero son unidos. Una maníaca de los zorros, un norteño de dragones, un friki geek y un hincha del Cruz Azul bronie. Es una interesante selección que se hizo de los nuevos candidatos—se oyó a una de las sombras.
—Pasando a otro tema, el proyecto Arca de Noé esta progresando bastante. Primero comenzamos con el Naruverso porque es el mundo en que más están familiarizados, pero seguiremos con el resto más tarde. Además cada general novato está reclutando a sus miembros para ganar más experiencia y de paso algunos arman un harén—dio a conocer ella.
—Jaja, un clásico—dijeron las sombras en coro.
—Bueno, no lo culpo. Yo haría eso en su lugar—admitió una de las sombras.
—Que arroje una piedra el que esté libre de pecado—declaró Sora y nadie hizo algo, por lo que siguió con la discusión.
—Lo que si tengo envidia es de esas maids que tienen, es una oportunidad única—murmuró una de las sombras muy molesta.
—¿Dejarías que te penetren por detrás?—preguntó Sora muy asombrada.
—Si—.
—Eso es demasiado fanatismo, pero no te culpo. Ellas se ganaron su lugar, no vayan a tomar represalias o los reyes jamás se los van a perdonar—les advirtió la asistente a las sombras.
—¿Qué procede ahora, Sora?—.
—Seguiremos con el Proyecto Arca de Noé, no vayan a arruinar nada. Casi es la hora de actuar, el alma divina de nuestros reyes sigue despertando más y más, es mucha información que aún sigue descomprimiéndose. Sigan en lo suyo, les prometo que esos años y años de espera van a terminar pronto. Nuestros amados reyes volverán a nosotros y su reino infinito jamás terminará—determinó la albina en un tono muy fanático.
—Y no olvides lo más importante—.
—¿Qué cosa?—.
—Que nos truenen las nalgas—.
—De verdad estos millones de años de abstinencia están volviéndolos locos. Pobrecitos, hermanos míos. Les prometo que una orgia será dada cuando el reino eterno sea completado—.
En otro lado, se veía a las chicas de Kumo hablando de hombres y se estaban revelando cosas picantes sobre su situación actual.
—¡¿Cómo que ustedes no son vírgenes?!—exclamó Karui sorprendida.
—Era cuestión de tiempo que tendría algo con mi señor—alegó Yugito.
—Yo igual, lo mío es más de negocios que romántico—fue la respuesta de Samui.
—¡Maldita, te me adelantaste con Chusai!—reclamó Mabui a la rubia.
—Me vale—.
—Te odio—
—Por cierto Yugito, tengo una pregunta. Me había llegado el rumor de que Ryoku el General Dragón no es un sujeto que arme un harem. ¿Cómo es que lo convenciste?—preguntó Samui que tenía sus nexos ahora en el reino zorro.
—Bueno, lo que pasó fue que…—.
Flashback
Una vez que Shiro determinó el castigo de Riki que fue leve, dirigió su vista a Kanna que aún no había aprendido su lección y miró también a Ryoku.
—Veo que trajiste a Yugito Nii, así que ella será tu dueña—declaró el rey serio.
—No he cambiado mi decisión, si mi creador no me respeta como diosa no quiero tener nada que ver con él—declaró la dragona muy decidida.
—Ryoku, Kanna ya se decidió así que serás castigado. Esto ya se salió de control, desde ahora no serás General Dragón—.
—¿Qué?—dijo Kanna en shock porque eso no se lo esperaba.
—Entiendo, mi señor. Tomaré el castigo como usted diga, espero que me reasigne pronto—declaró muy serio el hombre.
—Pero… no hay nadie mejor que Ryoku para respaldar a los dragones. Mi asunto con él no tiene nada que ver con esto—dijo espantada la albina palida al escuchar esas palabras.
—Si tu amor a Ryoku es así de superficial y orgulloso, no tengo razones para mantenerlo como el General Dragón—le advirtió el rey.
—Como dije, acepto mi castigo—asintió Ryoku despojándose de sus armaduras.
Kanna miró aún muy afectada por la noticia hacia su padre, pero este seguía con la vista hacia abajo en señal de sumisión, poniendo mucho mas triste a la pequeña dragona al comprender las consecuencias de sus acciones.
Unas horas después, Kanna, Yugito y Megumi esperaban a Ryoku en su castillo, pero ya era muy tarde y temían lo peor, hasta que la puerta del castillo se abre con fuerza, siendo Ryoku el que entraba, pero sus pasos parecían ser lentos y pesados. Al ver con detalle, se percataron que llevaba grilletes en sus muñecas y tobillos, pero estos parecían de entrenamiento. Al dar unos cuantos pasos mas, este cayo de rodillas, agotado y muy cansado, como su hubiera caminado por días.
—¿Qué fue lo que te paso?—preguntó Megumi muy preocupada.
—Como castigo por mis errores, usare estos grilletes de entrenamiento por un año entero, y se me prohíbe volar a menos que sea necesario. Además, no puedo comer nada que sea asado a la parrilla ni asado—informó el sujeto a las mujeres.
—Papi, yo no… yo no deseaba esto…—murmuró Kanna con una inestabilidad mental muy marcada.
—Yo lo único que quería era tener una pequeña hija a la cual consentir y querer. ¿Cuál fue mi error? ¿Por qué insistes en verme de otra forma muy distinta a la que yo te veo?—.
—Es que… yo te quiero mucho…—.
—¿Y acaso crees que yo no siento lo mismo por ti?—se levantó Ryoku mientras alzaba los grilletes en sus muñecas—Estas pesas son una muestra de lo que siento por ti y también un castigo de que algo hice mal en todo este tiempo. Y hasta que no descubra cual fue mi error, no me las voy a quitar. Pasa tiempo con tu nueva madre, yo tengo muchas errores que pagar—se fue de ahí el hombre de ahí hacia sus nuevos aposentos.
Flashback fin
—Espera, ¿Cómo es que ahora vi a esa dragona de la manita con su creador?—preguntó Mabui curiosa.
—Bueno, lo que pasó fue que…—.
Flashback
Tetsuko no estaba muy feliz que digamos y en su interior tenía mucha culpa porque ahora su novio se hallaba deprimido. Ella tampoco quería esto, se le había advertido de que no interfiriera en la relación simbiótica entre ellos y esta era una de las consecuencias de su intromisión.
—¿Por qué me citaste, diosa Inugami? ¿Pensé que me odiabas por tener un nekomata sellado?—comentó la jinchuriki rubia.
—Tienes que convencer a Ryoku y Kanna de que hagan las paces. ¡Ya no lo aguanto más!—exclamó desesperada la deidad.
—¿Por qué? Esta situación es más que perfecta para ti, sacaste a la dragona de la jugada—.
—No, ¡Ryoku no quiere recibirme! No me ha acariciado la cabeza en días, no me hace caso, ¡estoy en celo y no puedo aparearme! ¡Ayúdame!—le pidió la peliblanca muy afligida.
—Me pides mucho—.
—Has lo que sea, voy a obedecer si quieres. No quiero ver triste a mi novio, no me gusta esto. Quiero ver su sonrisa, su gallardía, no tengo un plan—lloró ella por la desesperación.
—Hmmmmmm, veamos… el rey me sugirió algo por si esto ocurría. Parece que esto lo previó—.
Unas horas después, Ryoku estaba encerrado en su prisión personal con sus grilletes cuando alguien pateó la puerta y era Yugito que tenía unas sogas fuertes en su mano.
—¡¿Qué demonios?!—.
—¡Tú vas a venir conmigo, necesitas terapia de familia!—.
—¡No, espera! ¡Debo cumplir mi castigo de varios miles de años!—intentó forcejear el ex general.
—¡Castigo mis ovarios, no se queje!—.
—¡Aaaaaaaaaaah!—.
Media hora más tarde, Ryoku fue llevado en contra de su voluntad a una sesión con la psicologa Sora que tenían múltiples trabajos y estaban ahí Kanna amarrada, Tetsuko y obviamente Yugito.
—Bienvenidos a esta terapia familiar, que bueno que todos aceptaron—sonrió la asistente.
—¡Eso es mentira, me amarraron como puerco!—reclamó el hombre enojado con Yugito.
—Comencemos con el problema de raíz, Kanna y Ryoku. Quiero que me digan que inconformidades tienen sus corazones—.
—No lo voy a decir—murmuró el sujeto muy enojado.
—Tengo órdenes de sacarte la verdad a golpes, así que di lo que esté en tu corazón o te va a ir muy mal—le advirtió la psicóloga enojada.
—Bueno, si me dan permiso les diré mis inconformidades. ¡No se como dejar satisfecha a Kanna, la consentí demasiado, nada le es suficiente! ¡¿Qué tanto más quieres de mi?! ¡Ya no se que hacer! ¡No te veo como una waifu! ¡Eres mi niña especial y eso lo valoras!—dejó salir Ryoku sus inquietudes.
—¡Ese es el problema! ¡¿Crees que soy feliz viendo como coqueteas a otras mujeres y a mi no?! ¡Ya soy una dragona en edad de poner huevos! ¡No soy una niña, quiero reproducirme contigo! ¡No soy una simple humana! ¡No sabes ni un carajo de los dragones y su cultura!—ahora respondió Kanna muy enojada.
—Eh, eso es cierto querido. Incluso yo difiero mucho de la cultura entre mi especie y la humana—estuvo de acuerdo Tetsuko sobre ello.
—Recuerdo que Shiro se los advirtió, andar con seres de otras especies es difícil si no conoces como piensan las demás razas—.
—Ya veo, entonces esto surgió como un terrible malentendido por culturas diferentes. Kanna tiene su punto de vista dragón y Ryoku su versión humana—entendió Yugito como buena ninja.
—Ahora quiero que se miren a los ojos ustedes dos. Díganme, ¿de verdad se siguen queriendo o su orgullo es más grande que todo lo vivido?—les dijo la psicóloga muy seria.
Ninguno de los dos se quería ver pero haciendo un esfuerzo lograron cruzar las miradas y Kanna comenzó a llorar bastante porque aún quería demasiado a su creador.
—Lo siento, yo no quería esto. Te amo demasiado, no quiero separarme de ti—confesó Kanna y abrazó a su padre.
—No creas que te voy a perdonar tan fácil, no soy tan permisivo—declaró muy molesto Ryoku.
—¿Y por qué la abrazas y estas llorando?—preguntó Tetsuko enojada.
—Porque quiero, no es que yo la quiera tanto y que no deseo perderla—.
—Que tsundere—murmuró ahora Yugito divertida.
—Papi, te amo, te amo, quiero ser tu niña para siempre. Quiero ir comer helado, ir a jugar, no quiero perderte—lloraba mucho la niña dragona.
—¿Ahora me vas a acariciar mi cabeza?—preguntó Tetsuko arruinando el momento.
—¡Estás interrumpiendo mi momento amoroso incestuoso!—reclamó Kanna furiosa.
—¿Cómo que incestuoso?—dijo Ryoku enojado por ello pero fue ignorado.
—¡Ya fue mucho amor, quiero algo de mi querido Ryoku!—declaró la diosa moviendo la cola.
—¡Fuera de aquí!—.
Justo en ese momento, el hombre acarició sus cabezas y ambas dejaron de discutir porque estaban demasiado concentradas en querer esas manos en su cabellera.
—Debes investigar más sobre su cultura o va a volver a haber un malentendido—dijo Sora al sujeto.
—Entiendo—.
—Y con esto llega a su final esta sesión, aprobaste la prueba así que se te regresará tu puesto anterior—.
Flashback fin
—¿Y eso que tiene que ver con que hayas perdido la virginidad?—preguntó Samui a Yugito.
—Todo tiene que ver, fuimos a celebrar con vino—.
Flashback
Las chicas estaban con Ryoku celebrando que todo volvió a la normalidad y compraron algo que les regaló Sora como premio por la reconciliación grupal.
—Uf, jamás había probado esa bebida—dijo la diosa Inugami muy curiosa.
—Que rico—mencionó Kanna que estaba en su forma adulta ya que aún tenía que recalibrar su unión con Ryoku más tarde.
—Esto es mejor que el sake—.
—Iré por el carbón para la carnita asada—se fue Ryoku a la tienda.
Después de volver con los ingredientes, se topó con la sorpresa de que estaban todas ebrias ya que no tenían nada de tolerancia al alcohol.
—Oh Ryoku, amo la carne asada—se relamió Yugito los dedos como gato.
—Tetsuko, eres tan suave. Oh, me gusta tu cara—decía Kanna muy a gusto con la Inugami.
—Te quiero Kanna, te quiero—respondió la aludida muy borracha.
—¿Por qué tengo el presentimiento de que algo muy malo va a pasar?—se preguntó el general nervioso.
Varios minutos después, se veía a Ryoku sentado y con los pantalones debajo para ver a las mujeres lamiendo su miembro como poseídas por la lujuria.
—Tan caliente, tan sublime—murmuró Yugito muy caliente.
—El pene de mi padre es tan rico, lo amo—decía Kanna que estaba tocándose con una mano su vagina.
—Me gusta, es lo mejor—se metía Tetsuko todo adentro de su boca.
—No, no quería esto—murmuró el General Dragón pero se rindió—Bueno, ya que—.
Flashback fin
—Y así fue como hicimos una orgia grupal—alegó Yugito sonriente.
—Son unos cerdos—murmuró Karui enojada.
—Bueno, yo ya comencé a tener relaciones sexuales con Chusai—admitió Samui recordando su noche de pasión más grande.
—¡Oye, no me habías contado eso!—reclamó Mabui enojada.
—Yo no tengo que pedir permiso. Soy una kunoichi y si mi señor me reclutó, es mi deber darle un descendiente para que sus genes se pasen a la siguiente generación—declaró la rubia en un tono frío habitual pero con un leve toque de orgullo.
Flashback
Chusai era un hombre tranquilo y a diferencia de Shiro no pretendía hacer un harén de forma brusca, sino que iría una por una a la antigua. Sin embargo, no pensó que la primera oportunidad sería con Samui que vino ante él con una propuesta de lo más interesante y conveniente.
—¿Qué tú y yo tengamos un hijo?—preguntó en shock el General Geek.
—Aunque no parezca, siempre quise tener un hijo. No soy romántica y eso es quizás mi peor obstáculo. No tienes que casarte conmigo, solo deseo darte un heredero para que tu linaje crezca—declaró de manera fría y calculadora la rubia de Kumo.
—¿Lo haces por que es tu deber shinobi?—preguntó el hombre curioso.
—Antes de la fundación de las aldeas era el deber de una kunoichi meterse con hombres poderosos por una misión. Esto es casi lo mismo—.
—¿No hiciste esto con el Raikage?—.
—Claro que no, me iba a partir en dos y no soy actriz porno interracial—respondió la mujer con enojo por eso.
—Ah, eso resuelve el misterio. Te seré honesto, soy un hombre chapado a la antigua pee tampoco soy un santo. Si me dan la más mínima oportunidad, la tomo—aclaró Chusai ese detalle.
—¿Entonces acepta mi proposición?—.
—Claro que si, ¿cuando empezamos?—.
—Esta noche—.
Flashback fin
—¡Eres una maldita zorra aprovechada! ¡No solo lo hiciste para darle un hijo, quieres un lugar en su reino!—exclamó Karui en shock.
—¿Qué tiene de malo? En Kumo no era nadie, la familia del Raikage era la líder así que quiero mi propio clan—admitió la rubia sus intenciones.
—¿Qué tal te fue esa noche?—quiso Mabui saber los detalles.
—Bueno…—.
Flashback
Había caído la noche y Chusai estaba en bóxer acostado en su cama cuando Samui salió del baño con una sexy lencería negra. La tanga dejaba ver un trasero firme y la talla de ese sostén apenas dejaba a la imaginación por el tamaño del pecho de la mujer.
—¿Esto te parece excitante?—preguntó la ex ninja muy curiosa.
—Demasiado diría yo—.
—Eso es bueno, ahora quítame la lencería—.
El hombre hizo caso y desnudó rápido a Samui que parecía levemente sonrojada ya que no podía evitar algo de pudor por ser su primera vez. Ella se puso en posición para un misionero ya que era la forma más sencilla y que daba resultados más altos de embarazo.
—Vamos, mete ese pene dentro de mí—le dijo ella alzando sus piernas.
Este le hizo caso y la rubia sintió bastante dolor repentino que no pudo evitar bajo su máscara de frialdad ya que fue tomada desprevenida.
—¿Te dolió?—preguntó preocupado el hombre.
—Solo es un poco de dolor, déjame que me acostumbre—.
Luego de unos minutos, Samui sintió demasiado placenteras esas estocadas que eran más fuertes y su cara de frialdad habitual no tardó en caer ya que estaba excitada.
—¡Aaaaaaaah, aaaaaaaah, Chusai!—jadeaba ella más alto.
Eso le recordaba al general que Samui siempre dejaba caer su máscara estoica cuando algo la hacía feliz o se excitaba como en el momento que le dio su masaje de hombros.
—¡Más, señor Chusai! ¡Córrase dentro de mi!—.
Después de un inminente orgasmo, el hombre estaba entre los pechos de la kunoichi que estaba agitada pero este no estaba satisfecho.
—Vamos a pasar una larga noche juntos—sentenció ella al respecto.
Flashback fin
—Guau, siento que me estoy quedando atrás—murmuró Mabui enojada por bajar la guardia.
—No me interesa si avanzas o no, yo tengo mis propios intereses—fue la respuesta fría de Samui pero en su mente quería ocultar el hecho de que quería más noches así.
De mientras, los chicos se seguían acostumbrando a su nuevo estilo de vida y los niños ya iban a la escuela, aunque con problemas para digerir la información de un lugar ajeno al ninja. No todos los de la nueva generación fueron a la misma escuela ya que habían más de otro tipo y prefirieron ir algo más acorde a ellos, pero Boruto y Sarada si fueron aceptados ya que Riki estaba interesada en ellos.
—Saluden a sus nuevos compañeros de escuela—presentó la profesora de salón a sus nuevos estudiantes.
—Mi nombre es Boruto Uzumaki—.
—Soy Sarada Uchiha, espero que nos llevemos bien—.
Ellos eran un año mayores a Yuna y Shiori por lo que no irían en el mismo grupo escolar, pero si los acomodaron en el mismo salón. Sin embargo, no tardaron demasiado en acoplarse a sus estudios ya que eran sin duda genios dotados.
—Esto es demasiado diferente a la Academia Ninja, ¿no te parece?—comentó Sarada a su mejor amigo.
—Demasiado diferente diría yo, me pregunto como le irá a Himawari—respondió Boruto preocupado por su hermana menor.
Debido a su linaje extranjero, varios de los estudiantes comenzaron a menospreciar a los recién llegados y esto les comenzó a irritar ya que no esperaban este detalle.
—¿Qué me ves, pueblerino? No estamos en la misma clase social—se veía a un estudiante engreído.
—Te advierto que no te metas con mi novio—le advirtió Sarada enojada.
—Ay, necesitas que una mujer te defienda. Que gallina eres—.
—Yo que tú no hago eso—comentó el rubio sonriendo ante eso.
—¿Disculpa?—.
—Yo mismo podría patearte el trasero pero mi novia también puede romperte esa cara—alegó el Uzumaki.
—Vengo de una familia poderosa y noble, si yo quiero puedo hacer que te expulsen con una queja—declaró el arrogante joven y el resto de los amigos de este se reían lamiéndole las botas.
En realidad, esa amenaza era real pero en el caso de este par no surtirá efecto ya que ellos tenían la bendición de todos los generales y los reyes, así que iban a pasarse por el de atrás esa advertencia grosera.
—Discúlpate con mi novio o te enfrentarás a las consecuencias—advirtió Sarada enojada.
—Mira como tiemblo, eres mujer y por eso no pegas duro—alegó el joven muy confiado.
—Te lo advertí—.
La chica solo usó un dedo para no matar a ese tarado pero si destruyó la pared y el sujeto quedó noqueado y viendo querubines en la cabeza.
—Ja, perro que ladra no muerde—se sacudió las manos la Uchiha.
—Podría haberlo hecho yo—comentó Boruto como si nada.
—Esta vez era personal, nadie te insulta sin pagar las consecuencias—.
Unas horas después, los matrimonios Uchiha y Uzumaki fueron mandados a llamar por la directora ya que llevaron a ese pobre diablo al hospital y los padres de ese joven querían que los expulsaran.
—¡¿Boruto, ahora que hiciste?!—exigió Hinata una explicación.
—Fue Sarada la que lo golpeó—señaló el rubio.
—¡¿Por qué lo hiciste?! ¡No eres una buscapleitos!—regañó Sakura a su hija..
—Es porque ese tarado fue grosero con nosotros y le iba a dar su merecido—respondió sin arrepentirse la chica.
—Naruto, esto es tu culpa. ¡Tu hijo ya corrompió a mi hija!—ahora reclamó Sasuke al Uzumaki.
—¡Pero yo no lo crié, ese fue mi yo alterno!—respondió el Uzumaki.
—¡Pero sigue teniendo tus genes! ¡Los Uzumaki son todos unos tarados!—.
—¡Orden, orden! Es más que claro quien tuvo la culpa así que a partir de ahora quedarán expulsados ellos dos—determinó la directora muy enfadada por la acción hacia un noble.
Justo en ese momento, Riki había llegado ya que Shiori le pasó el chisme y escuchó el veredicto, cosa que la enfadó ya que no iban a perjudicar a sus protegidos.
—Ya llegué, ¿Cómo está eso de que serán expulsados por un pleito que ellos no provocaron?—preguntó ella a la encargada de la escuela.
—Golpearon a un noble de alta casta, eso se merece la pena máxima—.
—Ósea que por más que los recomendé, desacatan mi autoridad como la general que soy—.
—¿Espere, ellos son sus recomendados?—balbuceó la directora.
—Entonces si mi Shiori actúa en defensa propia, van a expulsarla para contentar a los nobles. Ya veo, entonces tendré que cambiar de escuela a mi hija. Ya se ha venido quejando de ello, los reyes querrán oír esto el día de mañana que tengo una junta con ellos—.
Esto era una indirecta muy directa y es que definitivamente si los reyes llegan a saber que una de sus generales se siente insatisfecha, sería el fin de la escuela.
—No, espere. Hablemos de esto de forma que salgamos ganando todos—intentó negociar la directora muy nerviosa.
—Ejem, escucho y tenga cuidado con lo que vaya a decir—.
—A pesar de que fue en defensa propia, ellos actuaron con violencia. Quizás si son solo castigados de forma leve, será mejor—.
—Me parece bien, debe haber disciplina pero no al grado de expulsarlos. Espero que no me entere de algo estúpido o sino mi queja va a llegar—advirtió la pelirroja muy seria.
—Como usted diga—.
A final de cuentas solo fueron castigados reparando los daños de la pared que destruyó Sarada pero como eran ninjas estaban acostumbrados al trabajo duro, además de que Boruto le iba peor con su madre que con los maestros.
—Lo siento, Boruto—decía la chica algo avergonzada de lo que hizo.
—Ah, no te preocupes. Si no eras tu, yo se la iba a partir en gajos—respondió el rubio despreocupado.
—Papá aún no aprueba lo nuestro, de verdad que está enojado—.
—Ya se le va a pasar—.
—Después de que terminemos esto, nos sigue el regaño de nuestros padres—.
—Ya sé, aunque valió la pena cada maldito segundo—.
Ambos sonrieron y se estuvieron a punto de dar un beso pero Yuna los vio de cerca y el par se espantó porque no la oyeron llegar.
—¡Yuna, avisa cuando llegues!—reclamó el rubio enojado.
—Vine a ayudar, así nos vamos rápido a casa—explicó la pelirroja sonriente.
—Nos vendría bien una mano—asintió Sarada.
—Vengo a ayudar también, gracias por decirme—se vio llegar a Shiori con Himawari.
Después de ser regañados levemente en casa solo porque no era un motivo de castigo al ser defensa propia, todo volvió a la normalidad aunque el odio a los extranjeros aumentó ya que se salieron con la suya.
—Shiori, me siguen mirando feo—comentó Yuna ante la mirada de los estudiantes.
—Ya me estoy cansando de esto, una más y me voy de esta horrible escuela—murmuró la General Kumiho enojada.
Incluso Himawari no estaba libre de esto y comenzó a sufrir bullying, siendo insultada por sus bigotitos y su panda de peluche, siendo el peor error de sus vidas.
—Miren, la rata bebé. Ya estas grande para tener peluches—se veía a un niño malcriado tomar el panda rosa de peluche.
—Devuélveme mi panda—dijo ella triste y preocupada.
Los niños aventaban el oso y luego lo rompieron para pisotearlo con violencia y maldad para ser unos chiquillos maleducados. La habitación tuvo un descenso de temperatura ambiente considerable y un instinto asesino cubrió toda la escuela, siendo sentido por Shiori, Yuna, Genji, Boruto y Sarada que sabían de quien se trataba.
—Oh no, Hima—salieron corriendo todos para ver quien fue el tarado que la hizo enfadar así.
Los niños pararon al sentir ese horrible deseo de matar y vieron que era Himawari Uzumaki que tenía una sonrisa siniestra, con el Tenseigan activado ya que había sido sometida a mejora genética.
—No van a vivir tras esta infamia, asquerosos insectos—declaró la peliazul con una diabólica sonrisa.
Gritos de dolor se escucharon y cuerpos salían volando sufriendo de fracturas y chipotes con sangre. Cuando los demás llegaron, vieron a toda la clase malherida y a Himawari dándole puñetazos al niño malcriado que tenía la cara hinchada.
—Oh vamos, sabandija. No que muy lion, no que muy lion—decía burlona la Uzumaki en ese trance de violencia estilo Kushina.
—Tenemos que detenerla—intentó ir Yuna pero fue detenida por Boruto.
—Ya no hay nada más que hacer, está en trance. Deja que sacie su sed de venganza—suspiró su hermano sabiendo lo que tenía que pasar.
Otra vez mandaron a llamar a la familia Uzumaki y Shiori volvió a informar de esto a su madre que al escuchar sobre que ocurrió en realidad avisó por su cuenta a Shiro y Konran que ya tenían preparado la transferencia a otra escuela.
—Ya esto es intolerable, una niña masacró a toda una clase. Sus padres están enojados y exigen su expulsión. Esta vez no puedo hacer más que hacer caso a esas peticiones—declaró la directora al respecto.
—Entiendo señorita directora—asintió Hinata apenada porque sabía que su hija abueleó feo esa doble personalidad violenta.
Justo en ese momento, iba llegando Riki y presentó un informe de que su hija dejaría la escuela junto a varios de los estudiantes que ella recomendó.
—¿Pero por qué? Su hija es una excelente alumna y los demás la quieren en sus grupos sociales—declaró la encargada en shock.
—Ella ya tiene su grupo social y no es bien visto por la comunidad estudiantil. ¿Cree que Shiori está cómoda con esto? Ya está cansada, aquí termina todo—declaró la general.
—Podemos llegar a una solución—.
—Ya está decidido, los reyes saben de esta situación. Ellos conocen a la involucrada en este incidente, no es una niña violenta excepto si la llevan a un estrés psicólogico exagerado. No creo que esos niños sean inocentes, así que Shiori definitivamente se va—fue la última decisión de Riki.
La verdad es que Shiori era blanco de los distintos clubes sociales en la escuela privada ya que ser su amiga equivalía a grandes oportunidades en el futuro, e incluso un matrimonio. Sin embargo, ahora los planes se irían al retrete debido que estaba tan enojada por el ostracismo y clasismo que había ahí que se terminó por irse del instituto.
—Lo siento, no me pude controlar—lloró Himawari que se sentía mal.
—Tranquila, mi amor. Recuerdo que yo era víctima de bullying cuando era niña, desearía haberme desquitado una vez. La verdad es que se lo merecían—sonrió Hinata consolando a su hija.
—Somos ninjas, no payasos. Si te tienes que defender, no te arrepientas de ello. Eres una Uzumaki, pon en alto a nuestro apellido, de veras—le dijo Naruto a su pequeña.
—Gracias, mamá, papá—.
Después de eso, Riki comenzó a buscar una escuela de categoría para su hija pero era el mismo problema que en la otra donde estaba y sería repetir lo mismo aunque le llovían cartas de los institutos que querían a la hija de la General Kitsune en sus filas para aumentar su prestigio.
—Ay, es bueno su sistema educativo pero…—murmuró Riki molesta pensando que hacer.
—Ya vi esto, ya vi esto—veía la pelirroja descartando cada plan de estudios.
Shiori era una genio y todo lo que venía en el plan de estudios ya lo había estudiado, por lo que Riki se arrepentía de haberla hecho estudiar duro. No había realmente un sitio al cual ir pero no le daba tiempo de darle educación privada.
—Fue decisión tuya de sacar a Shiori del instituto, no sabía que no tenías un plan B—comentó Shiro curioso.
—Ay si, no pensé que tuviera problemas. Los niños de ahora son una mierda, creo que fue pésima idea ir a una escuela privada. Shiori ya se sabe todo el plan de estudios—.
—Bueno, hay una escuela en particular que ella no ha estudiado—comentó el rey recordando algo.
—¿Qué escuela?—.
—Esta—.
Riki leyó un folleto de una escuela pública a donde la gente común iba y su plan de estudios era sencillo, pero habían temas en los que Shiori no estaba familiarizada como ciencias sociales y cosas por el estilo.
—¿Estas seguro?—.
—La razón por la que realmente enviaste a la escuela a Shiori es para que forjara amistades, en la escuela privada solo la buscaban por interés y despreciaban a sus amigos extranjeros. Es mejor que haya a una escuela más normal, sé que no es de su abolengo pero se sentirá más a gusto ahí. Es eso o ir a la universidad como una niña genio sin amigos—le explicó el rey mientras veía algún videojuego en el estuche de Riki.
—Cierto, creo que será lo mejor. Aunque me preocupa la clase media—admitió Riki.
—Recuerda que éramos de clase media baja antes de ser reyes, Shiori debe tener experimentar el barrio—.
El rey y la general fueron a la escuela mencionada para un tour y pues encontraron todo lo que en realidad había en una escuela pública.
—¿Qué les parece la escuela? No tenemos tanto presupuesto pero haremos lo posible para que la niña se sienta cómoda—decía la guía de la escuela nerviosa.
—Veamos, baño con olor a orines, penes dibujados en las sillas, letreros que dicen "Puto el que lo lea", muchos Brayans y Kimberlys, los ventiladores se van a caer, sensación de muerte cada día—enlistó Riki lo encontrado en el lugar.
—Es perfecta, definitivamente Shiori estará aquí—.
Unos días más tarde, Shiori y compañía asistieron a su nueva escuela y todo era demasiado diferente ya que estaban acostumbrados a un estilo de vida diferente.
—Buenos días, denles la bienvenida a los niños nuevos—les dijo la profesora que se parecía sospechosamente a la maestra Canuta.
—Mi nombre es Shiori Senryaku, espero llevarnos bien—saludó la pelirroja.
—Soy Himawari Uzumaki—.
—Boruto Uzumaki para los cuates—.
—Yuna Uzumaki—.
—Sarada Uchiha—.
—Genji Uzumaki—.
Todos ellos estaban en el mismo grado ya que en su examen de admisión tuvieron la máxima nota de forma que a pesar de sus edades, en el caso de Himawari, Shiori y Yuna adelantaron unos grados para acomodarse en el mismo grupo.
—Ah, miren. Es el girasol sangriento—señaló un niño aterrado a Himawari.
—¿Girasol sangriento?—dijo la peliazul confundida.
—Es que nos llegó el rumor de una niña de cabello azul que masacró a un salón entero. Eso sí fue cool—alegó uno que parecía matón.
—Ah si, fue mi hermana. No se metan con ella cuando se enoja—declaró Yuna sonriente.
Curiosamente ese era el salón más problemático de todos en esa escuela pública pero al llegar Himawari incluso el matón del grupo no se metía con ella.
—¿Desea algo Himawari sama? Quizás golpeamos nerds de escuelas privadas—le sugirió el joven que le doblaba la talla.
—Ah no, solo quiero comer—.
Era la hora de receso y Shiori iba a pedir su almuerzo a la cafetería pero veía que la comida eran pura plasta de frijoles con arroz que le sirvieron y le dio asco.
—No sabe a nada, que asco—comentó Genji que intento saborear la comida.
—Miren, mi plasta se fue caminando—señaló Yuna que la comida cobró vida.
—OK, ya me cansé. Voy a exigir a Shiro que me cambie de escuela—alegó Shiori enojada.
Unos minutos después, la pelirroja estaba enojada porque el rey negó su petición y refunfuñaba ya que el lugar era un caos. Sarada leía las reglas de la escuela y curiosamente notaba que hacia falta un consejo estudiantil.
—Mire, señorita Shiori. No hay presidente estudiantil, ellos manejan bastantes recursos de la escuela—señaló Sarada un detalle.
—A ver… No se me había pasado por la cabeza ser presidenta, eso me falta eh mi curriculum—.
La decisión de Shiori se dio a conocer a Riki quien pidió a los reyes que para que esto tuviera éxito, los niños de la nueva generación del mundo más cercano al canon fueran a respaldarla ya que eran amigos del hermano mayor Uzumaki, siendo transferidos a la escuela y esto pondría todo de patas para arriba.
Continuará...
